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sábado, 15 de mayo de 2021

Recuerdo de la Indignación



Hoy es 15M. Y hoy se cumplen 10 años de aquel 15 de mayo de 2011. Estábamos a las puertas de unas elecciones municipales y autonómicas. Se barruntaba el descalabro electoral de un PSOE en el gobierno que aplicó inmisericorde políticas económicas de derechas para paliar las consecuencias de la crisis provocada por la desmesurada avaricia de los poderosos, la excesiva desregularización de los mercados y las burbujas financieras que solapaban en relación de 20 a 1, a la economía real.

Era claramente un movimiento urbano y juvenil que iba a ayudar a desmembrar el bipartidismo provocando la “pasokización” del PSOE y que éste, siguiera los designios del resto de partidos socialdemócratas en la Europa occidental.

Sin duda es el PSOE la pata del bipartidismo que más está sufriendo la emergencia del 15M, constituido como movimiento político contra la política establecida. Fue su electorado el que salió a las calles aquella primavera. Muchas personas de izquierdas votantes tradicionales o cuando menos votantes potenciales del PSOE en un escenario de voto útil (tradicional axioma del bipartidismo de votar con la nariz tapada a quien menos nos gusta para que no nos gobierne quien no nos gusta nada) se vieron huérfanos de representación ante las políticas con las que el gobierno Zapatero intentaba paliar los efectos de la crisis, estafa, económica de 2008, socializando las pérdidas y asegurando los privatizados beneficios a base de recortes en las condiciones laborales y los servicios sociales. Ahí estuvo el desencanto y con él, el germen de la movilización del 15M, dentro del grupo de personas jóvenes, de entornos urbanos, con estudios y expectativas de vida de alta calidad, trastocadas por estas políticas.

Recuerdo como se fue caldeando el ambiente. Como a través de Democracia Real Ya, surgía la convocatoria estatal para aquel domingo. Me acuerdo, como contrariamente a lo ocurrido en otras ocasiones, los mensajes fluían entre personas de toda condición y como era el comentario la semana previa en toda reunión. Un “pues hay una manifestación el domingo”, que pensando en quienes lo expresaban hacían creer que se estaba preparando algo grande.

De aquel domingo recuerdo como subí a Salamanca, con mi hermano a tomar el café. Como estábamos tranquilos disfrutando de la conversación en nuestra cafetería de cabecera. Tanto que llegamos 10 minutos después de la hora de convocatoria. Y recuerdo llegar a la Plaza de los Bandos y comprobar el gentío que se agolpaba. Como sonaban los primeros lemas. Ahora escribiendo revivo la sensación al leer pancartas reivindicativas, llenas de ácido ingenio y áspera denuncia. “No hay pan para tantos chorizos”, “Si somos el futuro, por qué nos dais por culo", "PP y PSOE la misma mierda son", "Bipartidismo = Dictadura", "Me sobra mes para llegar a fin de sueldo", "Qué pasa, Qué pasa, Qué no tenemos casa", "Queremos un pisito, como el del principito", "Menos bodas reales, más gastos sociales", "Aquí está, este es. El estado de Malestar", "Qué no, Qué no. Qué no nos representan", "Con este sistema vamos de culo", "Si seguís así os hacemos la islandesa", "No nos mirés, ¡Únete!", "Te están robando y te quedas mirando", y tantas otras…

 
 

Aquella explosión de dignidad y empoderamiento ciudadano supuso por lo pronto convertir la apatía en impulso, la resignación en activación, el miedo en coraje y la pesadumbre por el presente y el futuro en la alegría segura en la victoria.

El 15M pillaba de sorpresa a los partidos tradicionales (y a los medios) porque no había nadie, aparentemente, detrás de aquellas movilizaciones.

Se enfrentó a esos medios tradicionales, entre ellos, los medios de ultra derecha, que vieron al principio con simpatía el movimiento porque iba contra el gobierno del PSOE, para después al comprobar que se trataba de planteamientos de ruptura con el orden establecido, criminalizarlos, manipular y desinformar sobre lo que realmente estaba pasando en las plazas.

Su gran valor fue colocar en la agenda tanto de los partidos, como de los medios, multitud de problemas que robaban dignidad y que compartían entre sí las mismas causas y los mismos problemas para poder resolverse. Esta puesta en común generó profundas redes de ayuda cooperativa, ampliando así los megáfonos y las protestas, y también enriqueciendo debates.

Hay quienes nos preguntamos para qué sirvió el 15M. Que si mucho ruido y pocas nueces. Que si se le da una importancia desmesurada por una parte de la sociedad y/o se ignora por la contraria. Pero lo único cierto y lo absolutamente innegable es que la deslegitimación tan grande que sufre hoy el Régimen surgido de la transición, o “transacción” como prefiero llamarlo yo aprendiendo del añorado Julio Anguita, los partidos políticos convencionales y las instituciones (incluidos los medios de comunicación de masas ligados a emporios empresariales) no se debe sólo a sus deméritos (corrupción, oligarquía, represión, caciquismo, violencia, capitalismo de amiguetes, etc.) sino que, y muy especialmente, a esa marea indignada que a partir del 15 de mayo del 2011 ocupó, sin pedir permiso, el espacio público, tanto físico como ideológico. El malestar cristalizó entonces en forma de un desafío sin precedentes a “políticos y banqueros”. Y a partir de ahí, la “democracia”, la Constitución, la Monarquía… han visto su legitimidad erosionada. Atrás quedan los tiempos en los que estas instituciones eran prácticamente incuestionables.

Era la Indignación de Stephane Hassel, hecha carne, ocupando espacios, abriendo debates, removiendo conciencias y promoviendo análisis de causas y planteando en ocasiones, alternativas racionales. Era la desobediencia de Thoreau tomando conciencia y encontrando espacios de diálogo y comunión entre distintas reivindicaciones y activaciones sociales. Era y es el discurso de José Luis Sampedro motivando a la juventud para buscar un futuro en el que los pobres fueran menos pobres.

La corrupción, la impunidad, las puertas giratorias entre lo público y lo privado, y el expolio colectivo que estamos sufriendo se daba ya antes del inicio de la gran estafa llamada crisis, pero esta puso blanco sobre negro la cruda realidad y la desposesión masiva a la que nos somete la oligarquía financiera. Éramos y somos Mercancía en las manos de políticos y banqueros, y todavía hoy lo seguimos siendo aunque buena parte de la sociedad se haya activado y suplicado la pastilla roja para despertar de Matrix.

Esa realidad no ha cambiado y se sigue manifestando con la misma virulencia, pese a las buenas intenciones con las que apareció el Movimiento 15M y miles de personas bien intencionadas participamos.

Con el tiempo muchos y muchas de los que estábamos ahí, colaborando y ayudando observamos como se fue instrumentalizando el Movimiento. Aquella herramienta según pasaban los meses y bajo el paradigma de la mayoría absoluta más grande en democracia, la de un corrupto y retrógrado PP, fue convirtiéndose en una plataforma de lanzamiento, siendo capitaneada, tanto a nivel nacional como por ciudades por ciertos personajes que de una supuesta “nada” venían a resolver todos nuestros problemas.

Así aparecieron Podemos y sus candidaturas de confluencias o marcas blancas periféricas, y con ello se vaciaron las calles. La gente se fue a su casa a afilar un voto, numeroso si, pero insuficiente y que no ha servido de nada, salvo para guerrear pequeñas batallas. Los planteamientos de ruptura del sistema no se han ido, pese a lo que si que se ha roto ha sido esa ensoñación de una izquierda organizada, unida y representativa del pueblo. 

En una difusa neblina Podemos se convirtió en casta, mientras que a plena luz del día se configuraba un poder en la sombra, para desacreditarles, eliminarlos del tablero político y de paso, borrar todo atisbo de movilización social que quiera recuperar dignidad, compromiso y futuro. Fuimos inocentes al delegar en la política ordinaria, cuando era esa ordinariez y esa opresión económica sin atisbo de representación lo que veníamos a cambiar.

Poco se ha conseguido tangible en el Parlamento donde la mayoría bipartidista y la de su agente naranja de renovación impusieron sus políticas ultraliberales, conservadoras y fachas. Ahora con un gobierno de coalición se pelea unas pocas mejoras, mientras se atascan el problema de la vivienda (la propiedad de la Tierra del siglo XXI) o la derogación de lesivas reformas laborales, de antideocráticas Leyes Mordaza. Y sobretodo, y mucho más doloroso, no ha servido de nada en los llamados "Ayuntamientos del cambio" donde tras una legislatura de mandato, no se pudieron hacer efectivas políticas reales de cambio, tanto en lo tangible como en lo simbólico (salvo honrosas excepciones).

Por supuesto que estas corporaciones municipales que Podemos y sus Mareas ostentaron y las que mantienen, sufren la contra-ofensiva neoliberal, la estela conservadora y el yugo presupuestario de Montoro, pero desde luego existen temas y campos, con las competencias suficientes para con atrevimiento devolver la toma de decisiones a la gente, y resolver problemas, como los de vivienda y habitacionales en nuestras ciudades.

Lejos de acercar la democracia a las calles en los "Ayuntamientos del cambio" se siguieron mostrando claramente corporativistas con los bancos y el IBEX35, temerosos de los medios de opinión tradicionales (que lógicamente los tienen en su punto de mira) y presos de un electoralismo que atenazó políticas atrevidas y revolucionarias que vinieran a solventar muchos de los problemas e indignidades que salieron a la palestra en el 15M.

Al tiempo, salvo con eventos muy especiales y significativos, las calles están vacías. No hay conflictividad física pese a las agresiones que los poderosos y el capital nos infringen cada día. La extrema ultra derecha ha usurpado la calle a la dignidad, mientras miramos el móvil embelesados. El femenismo es la punta de lanza. No se trata de mujeres, sino de derechos humanos. Pero mientras, tanta corrupción, tanto olor nauseabundo de conveniencia entre gobernantes y magnates no provoca el estallido de las gentes. La falsa "Paz Social" mantiene en un cajón la convocatoria de huelga general y toda esta inactividad hace imposible ganar adhesiones y simpatías a la causa, vierte por el desagüe el ánimo y el trabajo de los más activos.

Tan necesario como estar en las instituciones es plantear una estrategia de contestación social en las calles, los centros de trabajo, los servicios públicos en su defensa y en cada tropelía y ofensa que se hace contra la clase trabajadora (deshaucios, gentrificación del centro de las ciudades, preferentes, lucha contra las minas ilegales e irracionales, las agresiones al medio ambiente, etc.). 

Se han trastocado resortes del poder económico y político y roto estructuras oligarcas que han construido un edificio en esencia fascista. España es un su cortijo privado y la respuesta es de víscera, odio y violencia. La situación de Catalunya explota por la ruptura del pactismo entre el rancio centralismo y la burguesía catalana, ambas expuestas con acierto por el empuje del 15M. La Monarquía pierde justificación y sentido semana a semana mientras descorcha toneladas de inmundicia moral injustificables. El cambio climático, la España Vaciada o el machismo son tres lacras por las que luchar.  Somos generaciones pérdidas, manoseadas y explotadas. Precarizados y atomizados hasta la nausea. Y hacerlo contra el individualismo exacerbado de una sociedad llevada hasta el egoísmo extremo, la barbarie y absolutamente dependiente de los estados de opinión que generan los poderes fácticos. Y más aún, en una situación de pandemia global y de un capitalismo ultraliberal que se desmorona por momentos.

Por todo esto la desilusión y la apatía es un ingrediente a tener en cuenta a la hora de valorar la trascendencia y legado del 15M en éste 2021. Pero sin duda, afirmo que hay hueco para la ilusión por cambiar un sistema político, económico y sobretodo de valores que favorezca la vida y nos devuelva dignidad. Que exprima la justicia como garante de igualdad y libertad y generé una economía al servicio de las personas, garantizando la supervivencia y la recuperación de los espacios naturales de todas y todos.

La situación no es buena. Y venimos de un palo tremendo; pero es indudable que sin el 15M, sin su aparición, legado y consecuencias estaríamos mucho peor, porque no habría habido esa activación y sin ella tampoco existiría todo el trabajo ya hecho en favor de devolver bienestar y futuro a nuestro planeta y sociedad.

 

Hacer el camino es lento porque vamos lejos.




 

viernes, 15 de marzo de 2019

Emergencia Climática: Todos en vanguardia en lucha contra el cambio clmático





Doce días después de escribir esto hemos tenido la misma climatología, salvo un día de lluvia. Once días anticiclónicos, con variedades térmicas de más de 15º entre la noche y el día llegando a máximas por encima de los 20º. Prácticamente no llueve, menos nieva, y la situación empieza a trasladarse a los hospitales donde la gente ya está un mes antes en las consultas de alergología y atención primaria.
Los incendios forestales vuelven a asolar las resecas montañas asturianas y cántabras en pleno invierno. Mientras en Estados Unidos han sufrido una sucesión de borrascas alimentadas por frío artíco que ha desplomado las temperaturas a sus índices más bajos desde que hay registros. Los tifones e inundaciones se suceden por el sudeste asíatico y en Australia sufren las temperaturas más altas de la historia, superándose semana a semana.
Estas noticias del tiempo ponen negro sobre blanco y una vez más, la evidencia palmaria del cambio climático como proceso derivado del calentamiento global y el efecto invernadero provocados por el hombre y su actividad económica y productiva. Es el uso de hidrocarburos para alimentar el comercio global de transportes de personas y mercancías el principal causante del calentamiento global, con las decisiones políticas en clara línea para mantener su supremacía en el sistema económico que tampoco se discute en términos de sostenibilidad ambiental. Las ganancias de comisionistas, especuladores, lobbistas, sátrapas e inmorales de todo pelaje y condición están por encima del bienestar de las personas y del entorno en el que vivimos.
El uso y abuso de pesticidas y fertilizantes de procedencia química e industrial. Los procesos de deforestación para generar pastos, macro granjas y explotaciones mineras. El predominio de plástico como material de referencia en las relaciones humanas que acaba en los ecosistemas y hábitats, especialmente en el marino. Hábitos de consumo masificados e irracionales. Políticas nulas, entregadas a las empresas privadas, en materia de reciclaje y reutilización. Individualismo exacerbado. Desfilparro del agua dulce… todas ellas son hechos que también degradan el medio ambiente, terminando con incontables especies vegetales y animales en las últimas décadas y poniendo en grave peligro a otras muchas actualmente.
La ONU ha advertido de que la situación se está volviendo irreversible por momentos, que urge ya tomar medidas drásticas para tratar de revertirla y ha aportado datos tanto científicos como sociológicos del impacto que la contaminación provoca en nuestras vidas y en nuestro bienestar, cifrando en más de 800.000 muertes las producidas en España por la contaminación desde el año 1990. 9 millones cada año en todo el mundo.
Por eso, desde hace un tiempo está creciendo la indignación ante no sólo la falta de acción política y empeño en llevar a cabo la Agenda 2030 de la ONU de lucha contra el cambio climático (entre otros muchos temas que vendrían a mejorar la convivencia en nuestro mundo), sino también hacia los pasos atrás de negacionistas, imbéciles como Trump y especuladores con claros intereses económicos que reniegan del cambio climático, doblan apuesta por la quema de hidrocarburos en vez de marcar una agenda de energía verde y además lanzan multitud de mensajes para convencer a la población de que no existe tal emergencia.
En este blog ya he hablado en alguna que otra ocasión de la desazón que me produce ver a la juventud parada, ausente en las disputas y luchas que como clase trabajadora y como colectivo social debemos emprender para mejorar la situación y garantizar un futuro próspero donde la justicia social no sea sólo retórica. Huérfana de liderazgo tras el 15M y los movimientos Occupy del año 2011 hasta que una joven sueca de 16 años llamada Greta Thumberg ha levantado la voz para con aplomo, conciencia y coherencia llamar la atención sobre la problemática del cambio climático y la necesidad de como sociedad, exigir acción política y económica para revertirlo y paliar sus efectos.
El movimiento Fridays for future, nace con un único mandato político, exigir la actuación de las autoridades contra el cambio climático. Pero a su vez en estas semanas a su primera gran movilización global, éste viernes 15 de marzo, ya ha conseguido dos hitos que anticipan el que será su gran e inmediato éxito: Poner el tema medioambiental y la lucha contra el cambio climático en la agenda de los partidos, los medios y las administraciones políticas.
Esos dos hitos a los que me refería son dejar en evidencia a la derecha capitalista negacionista y también a las nuevas posiciones “verdes” dentro del capitalismo como ya han hecho los chalecos amarillos en Francia con Macron y su revisionismo liberal.
Científicos, sociedades y las propias administraciones están demostrando como la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero (hasta un 63%) las hacen 90 multinacionales por todo el mundo, llegando en Europa hasta un 60% por sólo 5 de ellas. Así se hace incomprensible, además de inmoral, querer hacer que sean las clases trabajadoras a base de impuestos las que paguen la transición ecológica de los emporios empresariales y financieros que se benefician de actividades económicas, efectuadas sin ninguna responsabilidad medioambiental, ni ética.
Por eso es una gran noticia que la juventud se haya levantado con conciencia y sentido de pertenencia por la lucha contra el cambio climático. Esta toma de responsabilidad, éste empoderamiento, es vital para que todos juntos, nos sumemos sin distinciones de bandera a un gran movimiento que a través de la exigencia de políticas contra el cambio climático, conseguir mejorar y dar mayor empaque democrático y de justicia social a las sociedades en las que vivimos.
Con una plataforma como es Fridays for future se puede y se debe lanzar ideas como la nacionalización de la red de transportes, la exigencia de la transición hacia energías verdes, renovables, un mayor reparto equitativo de la tierra, mejorar hábitos de consumo con una educación que favorezca tanto el autoconsumo, como el consumo de cercanía. La reducción de los plásticos. La eliminación y persecución de las prácticas capitalistas de obsolescencia programada. Un urbanismo más racional. Perseguir el abuso del uso del coche privado cuando existen medios de transporte colectivos garantizados por la administración…
Son tantas las medidas y tan necesarias que es una emocionante y magnífica noticia que la juventud se haya erigido en vanguardia por su lucha. Ya vemos como el poder, la oligarquía, no va a hacer nada si no le ponemos en su sitio y se lo exigimos. De hecho, no tienen problemas en negar la palabra a una joven de 16 años en el Europarlamento como pasaba el otro día. Ningunean la convocatoria en sus medios de comunicación. Y siguen cuidándose de lanzar proclamas en clave negacionista o de que ya se están haciendo cosas en la materia.
Frente al conglomerado capitalista que se beneficia de un sistema económico desigual, irracional, hiper financiado y contaminante está la sociedad civil ya en marcha por su futuro y por la sostenibilidad y la salud del planeta. No podemos más que sumarnos y participar activamente, de una vez por todas y conseguir que la lucha contra el cambio climático se convierta en el principal problema que tenemos, porque si no lo paramos ya, millones de personas seguirán muriendo, el dolor y el sufrimiento también llegará a donde nunca había llegado, y el futuro que dejemos a las siguientes generaciones, no será tal porque nos habremos cargado nuestro hogar.

viernes, 26 de junio de 2015

Soy Concejal



En las elecciones del pasado 24 de mayo, el municipio de Santa Marta de Tormes, las y los votantes, otorgaban 1076 votos a la candidatura de Izquierda Unida – Los Verdes, por lo que a este espectacular aumento en el número de votos del 25% le ha supuesto con el escrutinio hecho la concesión de un concejal más a la formación de izquierdas, fruto del buen trabajo no sólo de la campaña, sino sobretodo como refrendo a la labor de oposición intensa, dura y pro activa que los compañeros en la institución han venido realizando estos años. Una oposición, la única efectiva, al rodillo absolutista del #PartidoPutrefacto que empieza en el compromiso personal para llegar hasta la responsabilidad del cargo, por hacer oír en el ay-untamiento las voces de los oprimidos y desfavorecidos tras la resaca por la orgía neoliberal y especulativa, así como no menos importante, labor de información de todo lo relativo al Ayuntamiento de Sta. Marta, así como las propuestas de la coalición de izquierdas.

Toda esa labor se vio refrendada, como digo, en una apasionante jornada electoral, de la que más adelante daré mi opinión a nivel nacional y que dejo a nivel local una corporación con 5 partidos representados y sin mayoría absoluta. De hecho el #PartidoPutrefacto perdió 3 ediles. Uno perdió el PSOE que fue a parar a IU – Los Verdes (única fuerza con representación en el Ayuntamiento que vio crecer su número de votos) y aparecieron Ciudadanos y Somos Santa Marta que han entrado con 2 concejales cada uno.

Con este paisaje eran inevitables las negociaciones para conformar gobierno. Por una parte el partido más votado, el #PartidoPutrefacto buscando la mayoría absoluta, y por otra, el resto de partidos que consideramos estas elecciones del 24M como un mandato expreso de la ciudadanía para terminar con las políticas privatizadoras y de espaldas a la ciudadanía, anti democráticas, que hemos vivido estos 8 años. Evidentemente IU – Los Verdes hemos sido participes de estas reuniones, pero no considero apropiado dar ninguna consideración en estas líneas, más allá, del resultado final de un programa de izquierdas marco para el gobierno de Santa Marta, así como a nivel individual de conocer al resto de concejales de la oposición que vamos a trabajar estos próximos 4 años.

Así llegamos a la jornada del pleno de investidura, el pasado sábado 13 de junio, en el que tome cargo como concejal de IU, con la renuncia de mi compañera y amiga Marta Bay, por motivos personales y a la que no podemos menos que aplaudir y reconocer su generosidad, coherencia y espíritu de cambio que ha demostrado. Un referente, para mi, sin duda.

¿Qué es lo que viene ahora?


Lo que tenemos delante estos cuatro años no es una legislatura más. La estafa llamada crisis sigue causando estragos en el estado del medio estar españistaní. Se sigue desahuciado en una relación con Europa de 2 a 1 (por cada desahucio en el resto de la Europa de los 15, incluida Grecia, se desahucian 2 viviendas en #Españistan) pese a la generosidad impuesta para la clase trabajadora con los bancos que entraban en perdidas. La pobreza energética es una realidad palpable a la que se suma la nefasta gestión energética de los últimos gobiernos nacionales, en especial el del #PartidoPutrefacto con un ministro que ha dejado vía libre a todas las tropelías de las eléctricas. Supongo que la puerta giratoria sigue girando.

La educación y la sanidad de todos y todas, mancilladas y privatizadas. Los funcionarios vilipendiados día si y día también, incluso con retribuciones populistas, demagógicas y electoralistas. Cientos de miles de trabajadores cualificados, licenciados, científicos, jóvenes especialmente preparados saliendo del país para buscarse un futuro para darse cuenta de que “su país” les roba posteriormente su derecho a una sanidad universal e incluso su derecho al voto, por no decir la ilusión en un posible retorno al hogar, a la patria perdida. La cultura y el deporte quimeras para la clase trabajadora. El ejército que prosigue con su estatus y prácticas franquistas costando al erario público un 250% más que en el presupuesto del año 2009. La iglesia también mantiene sus prebendas del tardo medievo que supuso la dictadura e impone su punto de vista clasista y antropófago, chantajeando gobiernos y cercenando libertades. Y mientras la justicia malvive cercenada a gusto de un sistema político caciquil y corrupto.

Tenemos a días vista una Ley Mordaza que pretende rasurar las libertades individuales y colectivas (asociación, expresión, pensamiento) a la altura de la ley franquista de vagos y maleantes, en aras de frenar la conflictividad social en las calles, con el recurso del miedo ya sea con penas de cárcel desmedidas, multas estrambóticas y dando a las fuerzas de seguridad poderes para violar con el favor del gobierno los más elementales derechos y libertades recogidos en la Carta de los Derechos Humanos de la ONU.

Es la corrupción no castigada que aparece en todos los partidos, estamentos e instituciones del país, pero que es intrínseca y doméstica en el partido en gobierno, un #PartidoPutrefacto que hasta hace un mes ha ostentado una mayoría absolutista, elegida en las distintas elecciones del año 2011, pero que se aprovecha en el régimen de la no transición democrática para anquilosar los ritos y costumbres de los bendecidos del franquismo.

Y con todo continúa la agresión capitalista y neoliberal que tendrá un episodio más, y quien sabe si trascendental, con la batalla planteada en el Parlamento Europeo con el Tratando Transatlántico de Libre Comercio entre Europa y Estados Unidos en los que nuestros derechos civiles, los servicios sociales, el medio ambiente, la soberanía de los pueblos o las libertades individuales quedarán supeditados a las cuentas de balance de las grandes corporaciones y sus accionistas. No vamos a permitirlo, como tampoco permitiremos los chantajes que las élites planteen, como por ejemplo ocurre en estos momentos con el pueblo, hermano mediterráneo, griego, así como no reconocemos a entidades en absoluto democráticas como pueda ser el FMI, el Club Bieldenberg o la “Troika”.

Pero yo soy concejal en Santa Marta de Tormes, y lógicamente aquí centraremos nuestro esfuerzo. Un municipio en el alfoz salmantino, de 15.000 habitantes y con más de 8 Millones de Euros de presupuesto anual, que tiene sus necesidades y sus déficits. También sus fortalezas y oportunidades, por supuesto, pero nuestro trabajo tiene que ser conseguir una alternativa de izquierdas que mejore las condiciones de vida de todos nuestros vecinos y vecinas.

El reto es grande, duro, pero apasionante y queremos satisfactorio. Abrir el Ayuntamiento a todos los habitantes, como un hecho de normalidad democrática. Favorecer, crear incluso, la participación ciudadana. Mejorar la educación, la sanidad de los santa martinos. Cambiar por completo sistemas como el del transporte público, el suministro de aguas, la recogida de basuras, quien sabe si recuperando esos servicios para el ayuntamiento, para que dejen puestos de trabajo y beneficios en el pueblo. Generar empleo público de calidad para cuantos más vecinos y vecinas mejor, y así, trabajar en la línea de evitar las situaciones dantescas de desahucios, pobrezas alimentarias, energética, tecnológica e informativa que muchos sufren en silencio en este municipio. Mejorar los servicios (biblioteca, deportes, cultura), garantizar la conservación y valorar nuestros espacios naturales. En definitiva, recuperar la dignidad para Santa Marta.

Así la sociedad española, que ya reaccionó en 2011 con el 15M y sigue luchando y organizándose para dar una alternativa, antifascista y anti capitalista por el bien de la soberanía nacional, las libertades, tanto individuales como colectivas, así como tratando de garantizar un bienestar social, así como un futuro digno.

Y es ahora, es en estos próximos meses y años, en esta legislatura cuando vamos a construir un lugar digno donde vivir. No va a ser fácil. No nos dejarán, es más, no nos están dejando, pero la ambición, la ilusión por conseguirlo es mucho más fuerte, y si todos y todas reconocemos esto, estará más cerca el proceso constituyente que traiga ese anhelo de un lugar mejor donde vivir.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...