jueves, 18 de febrero de 2021

Una semana de normalidad democrática en España


 

En la última semana, en la normalidad democrática de España, se ha procedido al despido de un periodista por un rótulo en una pieza de información de Televisión Española; se ha llevado a cabo la encarcelación de un rapero por sus letras de denuncia de la corrupción real y contra el sistema; dos policías nacionales fuera de servicio acosan a una chica de 14 años y le pegan una paliza a ella y a su padre quien salió en defensa de su hija; en las manifestaciones en contra de esta inviolabilidad policial, la policía carga con violencia llegando incluso a utilizar munición de postas causando dos heridos. Ante el fallecimiento de un ex-gal condenado por terrorismo se suceden panegíricos elogiando su vida sin que se atisbe la respuesta judicial por enaltecimiento del terrorismo. Se permite una manifestación nazi en el centro de Madrid en las que se lanzan soflamas contra “rojos”, “maricones”, “mujeres” y “judíos” destacando el discurso de una chica de 18 años (acompañada de varios sacerdotes) que pasa a recibir una atención mediática como “musa del falangismo”. Se llevan a cabo multitud de manifestaciones en favor de la libertad de expresión y por la excarcelación del rapero Pablo Hásel. La mayoría de ellas sin incidentes (aunque en casi todas hubo provocación de elementos de derecha y las fuerzas policiales), llegando a la violencia provocada por los antidisturbios en Madrid y Barcelona, que se salda con varios detenidos y heridos, entre ellos una joven que ha perdido un ojo en la ciudad condal. Por supuesto, la derecha política y mediática, saca la brocha gorda para imponer su relato, atacando a la izquierda y dando más valor a un contenedor quemado que a una mujer gravemente herida por la brutalidad policial. Todo esto en una semana de normalidad democrática en España. Donde gobierna, no lo olvidemos, una coalición de izquierdas.

No voy a cometer el error de no condenar la violencia. Condeno y lucho contra la violencia. Sobretodo condeno la violencia policial. Esas fuerzas “de seguridad del estado” que detentan el poder de la violencia institucional y que carecen de la más mínima ética y sometimiento a las normas cívicas y democráticas que en teoría nos hemos dado todos.

A estas horas y éste día seguimos esperando, y podemos esperar sentados, a una condena de las asociaciones profesionales de los colectivos de fuerzas de opresión del estado. También podemos sentarnos y esperar las explicaciones del ministerio de Interior. Y son improbables no sólo el cese de este señor que nunca debió ser nombrado Ministro, sino ni siquiera una triste reprobación por el Congreso. Marlaska es un juez que ocultó y legitimó las torturas en el País Vasco y con esos antecedentes jamás tendría que tener ordeno y mando sobre quienes se supone, nos tienen que proteger. Más si cabe cuando la preocupación de las policías de este estado está con los contenedores de basura y no con las personas; cuando su empeño es garantizar el sistema económico por encima de las libertades civiles de la población, como si un escaparate roto fuera más grave que una persona silenciada, oprimida y repudiada. Y donde además, estos elementos a los que damos placa, esposa, porra y pistola y un sueldo, todo ello pagados con nuestros impuestos en contra de otras cosas más elementales y necesarias, muestran una sintonía con la extrema derecha que indigna y avergüenza.

Allí y en esas ocasiones no vas a ver a la policía deteniendo, ahostiando, reventando ojos o ni siquiera, multando. Allí verás a agentes, cayetanos, pijos y fachas, compartir risas y fotos, desfilar con rojo y gualda y venerar mutuamente el tardo franquísmo españistaní que les permite a  unos y a otros, en conjunción, dedicarse a oprimir a la clase trabajadora y abusar de sus riñones como lacra parasitaria que ambos son.

Ni el PSOE ni Unidas Podemos, ni desde dentro del Gobierno (donde pasan semanas sin reparar tropelías y ganar en democracia derogando por ejemplo leyes lesivas como la Ley Mordaza) ni desde sus grupos parlamentarios son capaces de poner coto a la sucesión de acontecimientos que son consecuencias lógicas de la crispación que el contexto actual (pandemia, crisis económica sistémica de un capitalismo depredador y sin límites, crisis ecológica, crisis de valores democráticos, éticos y morales y crisis política de un estado fallido) provoca en la sociedad.

Si pensamos que sentados en casa, escribiendo en el blog y tuiteando, vamos a recobrar dignidad y avanzar en mayor democracia y en justicia social estamos muy equivocados. Nos equivocamos si evocamos con romanticismo las luchas del pasado, del siglo XIX y del siglo XX, donde la práctica totalidad de los deberes y derechos civiles se adquirieron a base de fuego y estopa. Porque no fue un camino de rosas y batucadas precisamente aquello. La libertad y el modelo de bienestar que no se extendió más que para un 20% de la población mundial se logró entre otras cosas por movimientos revolucionarios y contestatarios. Pero sobretodo las conquistas sociales y laborales se lograron a base de esfuerzo, de conciencia e identidad y de tener muy claro que había que revertir el orden institucional, para conseguir un mundo mejor para todas y todos. Bien organizados y dispuestos a asumir la respuesta a la acción violenta de cuerpos y fuerzas de seguridad del estado (del estado de las cosas) y fuerzas contrarrevolucionarias. Y también de unos medios de comunicación al servicio del poder oligarca y siempre dispuestos a construir un relato que legitime el estado de las cosas, con todo el dolor e indignidad que nos asola.

No se ganó en libertad, dignidad y justicia social con palmas, tambores y lemas cuquis. Fue con huelgas, con desobediencias civiles, asumiendo costes en dolor, prisiones y multas. Fue con violencia, incluso con atentados. La sociedad está harta por muchas cuestiones. Y este hartazgo crece a medida que se ven frustradas las expectativas de cambio y de mejora de la situación, primero individual, pero también colectiva.

Hace menos de un mes estuve viendo la serie Antidisturbios. Como he estado en desahucios, huelgas, piquetes y manifestaciones me he visto con ellos. Ya sé cómo funcionan y porque me producen asco y repulsión. La serie me sorprendió por la crudeza y verosimilitud con la que son retratados y además y de propina, y para que todos tengamos claro que no son más que herramientas del poder oligarca y corrupto, son empleados como matones a sueldo que favorecen los chanchullos de las élites.

Frente a la violencia y el discurso que legitima su opresión, nuestro convencimiento, repulsa y lucha. Como dicen los Chikos del Maíz, "Antes como mierda que defiendo vuestra ley"; "Antes pongo el culo en esquinas, que me hago madero".


miércoles, 17 de febrero de 2021

Elecciones pandémicas

 


En las anteriores elecciones catalanas, el jueves 21 de diciembre de 2017, una participación del 80% constataba la tremenda polaridad del discurso político en Catalunya y coronaba sin solucionar la confrontación independentista. El pasado domingo con una participación que apenas superaba el 50% (mediatizada por la pandemia) el tablero político que dejaban las urnas aclaraban en buena medida el conflicto generado por la deriva independentista frente al centralismo españolista.

El gran vencedor de las elecciones catalanas de 2021 ha sido Pedro Sánchez. El presidente del gobierno refuerza aún más su posición gracias al legado que aportó su decisión de colocar como candidato a President a Salvador Illa, ex ministro de Sanidad. Lo hizo en plena gestión de la segunda ola de la pandemia y cuando se fraguaba la tercera. Y lo que podía haber parecido una decisión de extremo riesgo al posicionar al voto a un candidato tan expuesto a los medios y la crítica ha resultado todo un acierto.

El PSC con Illa ha ganado las elecciones como partido más votado aunque empatado en escaños con ERC y de rebote se ha avalado buena parte de la gestión de la pandemia llevada a cabo por el gobierno central. El PSC vuelve a erigirse como eje de decisión política en Catalunya entre independentistas y “unionistas”. Su valor como referencia de la salida dialogada y la normalidad democrática contrasta con las posiciones enconadas de ambos polos. Por parte de la derecha nacional llevada a la marginalidad y el extremo. Por parte de los nacionalismos catalanes desnortados al recibir una respuesta de la sociedad civil en favor de un candidato al que habían anunciado boicot previo.

Tan bueno ha sido el domingo que a Sánchez le ha salido bien hasta que su compañero de gobierno no haya salido escaldado de la cita con las urnas en Catalunya. En Comu Podem, la marca de Unidas Podemos allí, mantenía los resultados de hace tres años y por un lado apacigua las aguas en la formación, y por otro mantiene la representatividad de Iglesias como interlocutor válido para dar salida al conflicto catalán.

Eso sí. La mayoría absoluta fue para el independentismo (en realidad para la abstención que remarca la incompetencia y temeridad de proponer unas elecciones en plena situación de emergencia sanitaria) que mantiene buena parte de su capacidad de movilización en sus feudos tradicionales y que recibe de primera mano una dosis de realidad de una ciudadanía cansada de tanta confrontación. La buena fortuna de Sánchez se transformó aquí en que ERC queda por delante de Junts entre los independentistas, lo que refuerza aún más su gobierno en Madrid. Incluso la estrategia de Puigdemont y su PdeCat queda desautorizada lo que otorga a Esquerra la posibilidad y el deber de liderar gobierno en Catalunya que puede hacer valer un gobierno transversal en lo ideológico con apoyos puntuales del PSC y los comunes. O bien, llevar la voz cantante en un gobierno indenpendentista con apoyo también de la CUP que duplica sus resultados.

No es que esa primera posibilidad se fuera a traducir en mejoras de las condiciones de vida de la gente (lo que se supone que tres partidos de izquierdas deberían tratar) sino más bien que sus objetivos -indultos de los presos, mayores competencias, Estatut y negociados de las ayudas europeas por la crisis de la COVID- sean logrados.

Por lo tanto, con este escenario, y fuere cual fuere la forma de gobierno que salga adelante parecen claras, por un lado evitada la repetición de elecciones (que serían las sextas catalanas en menos de diez años). Y se recuperaría la mesa de diálogo para recuperar la normalidad democrática e institucional entre Catalunya y España dentro de la Constitución. Sin duda, buenas noticias.

Pero esa Constitución necesita serias reformas, cuando no la apertura de un proceso constituyente. El electorado catalán lo ha vuelto a demostrar cuando los resultados de las fuerzas auto proclamadas “constitucionalistas” apenas es capaz de representar el 15% del electorado catalán. El hecho innegable es que la convivencia y los escenarios que tienen que dar solución y cabida a todas las identidades no funcionan. No sirven y el texto constitucional es más una arma con la que azuzar en la trinchera del odio y el inmovilismo. Y todo eso sin hablar de los capítulos de justicia social que son sistemáticamente ignoranos cuando no violentados.

El PP se queda en tres escuálidos diputados fruto de su tradicional y abierta hostilidad hacia los pueblos que forman parte de España. Su estrategia no por conocida, resulta menos indignante: crispar y enfangar con el tema identitario para salvaguardar mayorías sostenibles en las “Castillas” y sobretodo en Madrid, que es donde está la pasta. El resultado una derrota electoral más de Pablo Casado que deja su liderazgo notablemente tocado cuando no hundido. La inestabilidad del PP es tan manifiesta por su corrupción institucional, su incompetencia, su incoherencia y su falta de lealtad, que mantiene a los principales candidatos a sustituirles entre bambalinas. El aviso para desligarse del discurso fascista de Feijoo es una declaración de intenciones del mejor colocado -frente a la estrategia de Ayuso-, pero ni uno, ni otra, van a sacar la cabeza cuando se avecinan meses duros en los medios, en los juzgados y en los parlamentos para el PP. Un PP que quiere redefinirse abandonando su sede de Génova 13, monumento nacional a la corrupción, en el último salvavidas de Casado tratando de hacer olvidar el pasado, cambiando de decorado.

Pero mayor fue el descalabro de Ciudadanos pasando de primera fuerza en 2017 a 7ª fuerza, de 30 escaños a apenas 6. Si el PP ha mantenido la ambivalencia con el fascismo, no se entendía las posiciones ultras de un partido que se presentó como garante del modelo liberal y el centrismo. Cs va cuesta abajo sin frenos, desmoronándose por territorios y perdiendo influencia incluso en la región de donde surgieron. Sus opciones son claras: O continuar una deriva ultra nacionalista que los lleve a la irrelevancia; o adoptar un corte más centrista, inflexible con la corrupción del PP, con sentido de estado y coherencia. De elegir esta opción redondearía la victoria de Sánchez, porque parece inconcebible que se mantengan en ese escenario, algunos pactos regionales (CyL, Andalucia, incluso Madrid).

La peor noticia de todas y la que ensombrece la victoria de Sánchez fue la entrada de Vox en el Parlament. Los fascistas llegan con 11 escaños y aunque minoritaria no es de desdeñar nunca el impacto de quienes quieren violencia y opresión para solucionar los problemas, o mejor dicho, para regenerarlos y hacerlos crecer.

Parece evidente que mientras la ultra derecha mueva entre 10 y 15% de votos, será imposible que la derecha alcance mayorías que le den para gobernar a nivel nacional. Por lo tanto, debería ser lógico que Casado y Arrimadas (o quienes les sustituyan) adoptasen perfiles dialogantes, centristas en vez de tensionar la convivencia y jalear el enfrentamiento. Como garantes de la Constitución que así se presentan, deberían entender rápido que tales actitudes a quienes únicamente benefician es a los independentistas y a la ultra derecha.

La derecha catalana, como ya he dicho en varias ocasiones en este blog, no tiene argumentos para pactar o amenazar el pacto con la derecha nacional. Esto ha añadido inestabilidad a la nunca tranquila política española. Y estas elecciones no se cambia esa dinámica, pero si se pide a PSC (y en Comú Podem) y a ERC y Junts, que se sienten a dialogar y a generar una convivencia, una salida dialogada al conflicto, que pueda por lo menos aportar estabilidad en la vida diaria, al menos por 20 años.

No soy muy optimista para que se rebaje el nivel de tensión en la política nacional, justo ahora que inmensidades de cantidades de dinero de los fondos europeos de recuperación van a llegar al país. En Catalunya, pese a que los números dan para mayorías de izquierdas, por desgracia, no se va a ver traducidas en medidas que garanticen los servicios públicos, la sanidad, la educación, el medio ambiente, la lucha contra la pobreza y la precariedad. Vamos a continuar en el terreno de las emociones y las banderas. Hablando en definitiva, de lo que quieren las élites, para no trastocar sus posiciones dominantes. Ni siquiera un tenue reparto de la riqueza.



Como bonus track aprovecho esta entrada sobre las elecciones catalanas del pasado domingo para hablar del Impeachment a Donald Trump como advenedizo de lo que puede suceder en Europa y en España. Tras los sucesos del 6 de enero en Washington, un golpe de Estado, hablaba de la encrucijada en la que el partido republicano debía tomar una decisión: Mostrar lealtad a la democracia y las instituciones estadounidenses o dejarse llevar por el trumpismo en su afán de poder, sin querer poner en su contra a las bases que estos años ha movilizado el ex presidente.

La traición del partido republicano impidiendo el juicio político a Trump, y con él sacándolo personalmente de la política, es un aviso a navegantes de algo que no es nuevo en la historia. El liberalismo no va a tener ningún problema en usar un animal salvaje como el fascismo mientras beneficie sus oligarcas privilegios. Y como bien sabemos muchos no resulta una criatura dócil y el riesgo de que el fascismo crezca y cause un dolor horrible, esta ahí. Por lo tanto, estamos avisados sobre lo que puede pasar en España y en Europa.

jueves, 11 de febrero de 2021

Censura en Españistan


 

Entre hoy o mañana el rapero Pablo Hasel tiene que ingresar en prisión, siguiendo una condena puesta por un delito de opinión. En sus letras de contenido político, el músico catalán denuncia la corrupción del Rey emérito y la violencia del sistema y el estado de las cosas.

Te puede gustar o no Hasel. Ser aficionado o no a su estilo. Incluso puedes estar de acuerdo o no con su discurso. Pero si consideras que por una canción está justificado su ingreso en prisión, podemos valorarte como anti democrático y en consecuencia, fascista. Las muestras de solidaridad se suceden mientras se acaban los plazos legales para subvertir esta salvajada, una más en este lupanar para el fascismo que resulta Españistan.

Nunca hemos oído ni visto juicios o intervenciones policiales para impedir actuaciones de grupos de extrema derecha que cantan para oprimir a otros colectivos. No hay ni siquiera reproches a los provocadores que acuden a barrios obreros a lanzar soflamas clasistas plagadas de odio (xenofobia, homofobia, misoginia, etc.) en el contexto de una campaña electoral. Y sin embargo, presos políticos comunistas o anarquistas se pudren en las cárceles ante la indolencia de la población y sin la cobertura de los medios de comunicación burgueses como con otros casos más conocidos.

Unas leyes fascistas que beben de las fuentes del franquismo, y cuyos herederos no sólo las pusieron en marcha cuando tuvieron ocasión, y por supuesto, lo volverán a hacer, sino que valiéndose de todas las artimañas del sistema han bloqueado concienzudamente su derogación e incluso su modificación a normas más laxas. La ultra derecha de PP y Cs (y obviamente, encontraríamos a Vox en esta barricada) llevan desde 2017 con la derogación de la Ley Mordaza aprobada en las Cortes paralizada por sus mayorías y sus tejemanejes. Y ahora que tenemos una mayoría, compleja pero mayoría progresista, para proceder a derogarla, se suceden las semanas sin que haya atisbo de corregir este fallo multi-orgánico en nuestra democracia.

No es nuevo, ni tampoco propio de éste país que la derecha, se haya valido y se valga de la democracia para sus fines. Para enriquecerse enfangando el buen nombre de la política. Que también. Pero sobretodo, para mantener un estado de las cosas que favorezca la opresión del 1% sobre el resto. Tampoco lo son las traiciones del PSOE a la clase trabajadora y a los colectivos denigrados y oprimidos en el estado. Su cobardía y sumisión es tan lacerante como desesperante la lentitud de movimientos desde la izquierda para crear una ola que desde convencimiento, movilización y generosidad pueda superar este franquismo sociológico para hacer al estado avanzar y mejorar. Y es que la izquierda “guay” tampoco ha tenido problemas en emplear la brocha gorda cuando algo le incomoda.

La Ley Mordaza fue puesta en marcha con el único fin de "ser una respuesta del Gobierno y del poder legislativo a las numerosas manifestaciones que en los últimos años se han llevado a cabo en España". No lo digo sólo yo, ni multitud de personas y colectivos. Son palabras de la ONU en su informe sobre la calidad democrática en España y donde reclamaba la adopción de “todas las medidas necesarias para garantizar, en la legislación nacional, el ejercicio de los derechos fundamentales y las libertades públicas de conformidad con los estándares internacionales".

Los derechos a manifestarse pacíficamente y expresar colectivamente una opinión son fundamentales para la existencia de una sociedad libre y democrática” son palabras también del mismo informe de la ONU y vienen a respaldar los capítulos de libertades cívicas, individuales y colectivas, de la nuestra violada Constitución. Ese mamotreto que apenas nadie se ha leído y que está ubicada en la boca o en el culo de nuestra derecha dependiendo de si les sirve o no para su discurso de opresión y odio.

Derechos cercenados de libertad de expresión, de opinión, de reunión, de manifestación, al tiempo que crecen el número de multas, detenidos e identificados por la Policía, a la que se protege para que puedan seguir realizando su papel de esbirros del sistema. Todo ello haciendo que la libertad de prensa también se vea terriblemente deteriorada y que pongan a España como ejemplo del retroceso en la libertad de prensa en el mundo.

Ofende el que puede. Y puestos a la defensiva existen unos cuantos tarados dispuestos a emplear la maquinaria bien engrasada de medios de comunicación afines (aquí empleados como medios de coerción), policías como perros sarnosos siempre delicados con la mano del poderoso y jueces que bajo su batiburrillo de togas y tomos se convierten en legisladores de lo moral, lo correcto y hasta de lo útil. Así, hemos tenido por este país en los últimos años juicios por blasfemia, persecución de chistes, cantantes, articulistas, tuiteros, humoristas. De asociaciones vecinales o ecologistas a los que se les busca las vueltas para desactivarlos por su oposición exitosa a megalomanías de los de arriba. De tirititeros a los que les aplicaron la ley anti terrorista.

Si no fuera por algunos elementos que reaccionaron contra esta reacción de odio y víscera tendríamos las cárceles llenas de quienes denunciamos, de un modo u otro, la corrupción, el caciquismo, la cutrez, el autoritarismo y la avaricia de las élites de éste país. Y estos, podrían seguir ejerciendo sus corrupciones, cacicadas, cutreces, autoritarismos y avaricias varias.

Pero el éxito de la Ley Mordaza no viene en la medida del volumen y número de sanciones, detenidos, multas y presos. Su funcionamiento está ideado para restringir y coartar la libertad de la población. Para que antes de salir de casa a parar un desahucio en favor de un banco o un fondo buitre, te lo pienses. O para ir a una manifestación en defensa de la Sanidad pública, también te lo pienses. Que mientras te pones el palestino recapacites si te merece la pena. No vaya a ser que te caiga un palo o una multa porque te apliquen la desmesura de la violencia institucionalizada. 

La Ley Mordaza funciona muy bien cuanto te piensas un tuit, un chiste, o escribir un modesto artículo como eśte. Internet es el nuevo campo de batalla, donde las ideas y las corrientes de opinión pueden prender mechas que incendien los cimientos de un sistema que se pudre desde su cúspide por momentos. Por eso es tan importante el control de la red y su neutralidad. Y por eso en multitud de ocasiones desvían la atención con otro caso espectacular, para legislar con el ánimo de ponerle puertas al campo y limitar nuestra capacidad de comunicación, de activación, de aprendizaje y de subversión.

El dictador murió en la cama y los que ayer eran fascistas se despertaron al día siguiente como demócratas. O eso es lo que nos quieren hacer creer desde hace ya 45 años. La Ley de Amnistía fue la continuación de la dictadura que garantizó la supervivencia no sólo de los crímenes franquistas, empezando por el beneficio económico colosal de algunos mangantes aupados al poder oligarca bajo las condiciones de la victoria fascista, sino que además, permitió colocar una educación garantista para con el franquismo sociológico. No se discutieron, debatieron los crímenes, las causas y las consecuencias de la dictadura y procedió a perpetuarse una legitimidad del golpe del 36 y del terror fascista que es una inmoralidad y aberración histórica.

Rascas un poco la superficie social y enseguida salta ese discurso misógino, paternalista, racista, ultra-nacionalista, intolerante, violento, fascista en definitiva, y anti democrático en esencia. Nada puede sonar discordante de un discurso oficial de talante continuista con la dictadura pese a que ya hemos crecido en el estado varias generaciones nacidas y educadas en democracia. En teórica democracia.

En frente multitud de asociaciones por la Memoria Histórica a los que no les mueve el revanchismo como vomitan desde sus altavoces los poderes fácticos. Sino que su afán es el de la reparación, la justicia y la verdad. Su éxito es la mayor garantía democrática que podemos recibir por lo que el apoyo a esta causa tiene que ser intenso de todo aquel que se auto denomine demócrata.

La caverna plagada de hinchas furibundos y bestias irracionales ha salido en tropel a cargar contra el vicepresidente del gobierno por decir que "No hay una situación de plena normalidad política y democrática en España". Pablo Iglesias hacía estas declaraciones en el contexto de la campaña electoral para las catalanas del próximo domingo, con el ánimo de enervar a sus huestes ante el presumible descalabro electoral de la coalición Unidas Podemos. Alentar el voto remarcando la excepcionalidad social y política en el estado español con una desigualdad lacerante, una falta de democracia y memoria insultante y con problemas territoriales y de identidad convertidos en trinchera desde la que incendiar la colaboración, el diálogo y la normalidad. Todo ello, por una persona y un partido político que han sufrido y sufren la persecución del sistema por tierra, aire y mar; es decir, por los medios, por jueces, por otros partidos políticos y por las cloacas.

Como una profecía autocumplida Iglesias tiene razón. Cuando sus mensajes y acciones, iniciativas y denuncias causan tanto pavor y tanto escozor. Cuando movilizan en contra y a favor al mismo número es fundamentalmente porque lo que dice es verdad. Porque nos caerá mejor o peor Iglesias o estaremos a favor o en contra de su formación. Pero lo que nadie debe olvidar es que el ensañamiento que sufren va a la par del desprestigio del sistema que denuncian y de las pocas medidas que consiguen arrancar al mismo sistema, empezando por sus elitistas compañeros de gobierno.

¿Es democrático encarcelar a un rapero porque no nos gustan sus letras? ¿Es democrático que el sistema bajo el sistema, las cloacas, se dediquen a lanzar bulos y perseguir a los opositores a éste siniestro régimen? ¿Es democrático que despidan a quienes escriben un titular incómodo ante la última salida de tono elitista de la casa real? ¿Es democrático desahuciar a una anciana a 10 minutos de la llegada del toque de queda? ¿Es democrático que se quede sin casa y con la deuda? ¿Es democrático que de media un español o española dedique el 55% de su renta anual al pago de un lugar donde vivir? ¿Es democrático desmontar los servicios públicos? ¿Es democrático que aún existan más de 150.000 desaparecidos por la represión franquista? ¿Es democrático que te sienten en un banquillo porque un grupo de gilipollas se ofenden cuando te cagas en dios y en la virgen? ¿Es democrático que la princesa se vaya a un colegio a Gales a 76.000€ anuales al tiempo que miles de sus compatriotas mueren de frío o calor en barrancones? ¿Es democrático que la sanidad pública haya sido derruída en favor de la privada por unos políticos elegidos en teoría para su administración? ¿Es democrático el volumen de corrupción que destila este estado fallido?


Podía seguir así preguntas y líneas hasta el infinito porque es infinita la indignidad que asola este país. Porque la censura, la persecución, la violencia son demostraciones diarias de la anti democracia en España, donde se han juntado el hambre y las ganas de comer, donde se han juntado el fascismo y el ultraliberalismo. Por todo esto se hace vital y urgente la derogación de la Ley Mordaza (así como la derogaciones de las reformas laborales y otra multitud de legislaciones en favor de la dignidad y bienestar de las clases trabajadoras). Unirnos como izquierda democrática y consciente de las dificultades se hace necesario. Es el momento de transitar ya de una vez por todas y pese a las agresiones de los que temen perder sus esclavistas privilegios, de la dictadura a la democracia.


sábado, 6 de febrero de 2021

Wintersun: Sons Of Winter And Stars

 

Llevo unas cuantas semanas atronando con gusto a los vecinos y disfrutando como un enano con Wintersun y su canción Sons Of Winter And Stars.

Ya conocía desde hace varios años a esta banda proveniente de Finlandia comandada por Jari Mäenpää al que a su vez conocía de su proyecto paralelo, la banda de viking metal Ensiferum. Aquí acompañado por el talentoso profesor de bateria (y nuevo batería de Nightwish) Kai Hahto y de dos jóvenes músicos (Jukka Koskinen al bajo y Teemu Mäntysaari a la guitarra -vaya talentazo-) desarrollaba toda su faceta compositiva creando un universo paralelo, pleno de imaginación, en la que el Death Metal melódico es desarrollado con un grado de virtuosismo altísimo.

No sorprende que desde el norte de Europa con su sistema educativo y su facilidad para dar oportunidades a la gente joven para hacer música (o cualquier cosa que se propongan) las personas adquieran un nivel técnico en la ejecución sin comparación en el mundo. Y ojo, que esto no es sólo cosa del metal sino que también la música clásica o el jazz se benefician de ello.

La envidiable consecuencia es multitud de bandas de tremenda calidad originarias de Escandinavia y con particular dedicación de Finlandia. Propuestas heredadas y propias que crean estilos reconocibles y canciones que se convierten en icónicas y que fácilmente sabes situar en un espacio geográfico y temporal determinado.

Wintersun tiene tres discos de estudio (Wintersun (Self Titled) (2004), Time I (2012), The Forest Seasons (2017)) y dos en directo (Wintersun: Tour Edition (2006), Wintersun: Live at Tuska Festival 2013 (2017)) en los que desarrolla su propia visión de la música y de la mitología y las leyendas escandinavas.

Sons Of Winter And Stars forma parte de Time I, y me tiene totalmente loco. El nivel que alcanzan los músicos es tremendo y estimulante. La batería se desenvuelve en una variedad de ritmos y solos verdaderamente apabullante que nos hacen admirar la docta pericia de Hahto, así como envidiarla hasta el punto de ofrecer un pacto al diablo como Fry para tocar el holofono. Al tiempo la atmósfera creada por los solos de guitarra de Mäenpää y Mäntysaari componen el paisaje sobre el que nos van a llegar las referencias mitológicas de la letra a través de la voz, de los increíbles registros que Mäenpää emplea sin prácticamente inmutarse. Acompañado en los coros por sus compañeros la música no sólo te llega: rodea tu ser y te transporta al paisaje de los reinos de Asgard donde viajas con la banda como una valkyria o einherjer más.

El resultado final es una obra maestra, plena y deliciosa que invita sin excepción a investigar más en la discografía de Wintersun.

viernes, 5 de febrero de 2021

Adiós al decorador de la casa del sol naciente

 

La pasada semana fallecía Hilton Valentine. Puede ser que este nombre no te diga mucho. Si es así no tienes más que pulsar el play del video a continuación. Y si ya sabes quien era hazlo también. Con los primeros acordes de la guitarra se activarán en tu memoria el recuerdo de un emblema. De una melodía mítica que compuso parte importante de los cimientos del rock en los 60. Hilton Valentine ejecutaba los acordes de The House of the Rising Sun la brutal e imprescindible obra maestra de The Animals.

 

House of the Rising Sun fue interpretada por The Animals desde 1963. Existen multitud de versiones de otros grupos y artistas (Joan Baez, Nina Simone, Bob Dylan, Duran Duran, Muse, Five Finger Death Punch, esta otra, esta con flauta de pan, y así hasta el infinito), lo que da constancia de la trascendencia de una obra vital en la historia del rock.

La canción es una obra del folk americano datada sin exactitud en el cambio de siglo entre el XIX y el XX. Tomada y arreglada por Bob Dylan éste les dejo la interpretación a The Animals, grupo británico que conocía en los circuitos underground americanos en los que ya se producía la invasión británica de groupos y música en los 60.

La magnifica voz de Eric Burdon dotó de un indomable estilo y personalidad a la interpretación del tema y esto unido a los riffs de nuestro protagonista, Hilton Valentine, dio el impulso definitivo al grupo y a la canción para convertirla en un símbolo, un emblema de la música contemporánea, y más concretamente del hard rock y el rock psicodélico.

Y es que no hay guitarrista que en sus inicios haya perpetrado versiones de los acordes de Valentine en la introducción de The House of the Rising Sun. Una suerte de rito iniciático en el acercamiento del instrumento que además ha servido de base para introducir el rock duro. Son infinitas las canciones de rock y heavy que se han valido de una introducción de la guitarra para empezar el tema, y todas ellas le deben a Valentine parte de la inspiración, así como la capacidad para desarrollar la destreza interpretativa en la guitarra.

Gracias y RIP Hilton Valentine.











El Manifiesto Comunista. Comentario

  Introducción En 1848 se publicaba el documento político-ideológico y filosófico más trascendental de la Historia de la Human...