lunes, 30 de diciembre de 2019

Por un 2020 lleno de lucha, salud y trabajo. Feliz año nuevo


Pues no es la primera vez que acabo un año (o empiezo otro) y me siento como estoy ahora, y escribo, lo que necesito escribir y que se vuelve a repetir. Lo doloroso ya no es tanto la repetición, como la sucesión casi casi constante de una sensación de hastío y mediocridad que me lleva, irremediablemente, a desear las mismas cosas. Lo que no cambia es el ánimo de hacerlo para todas y todos los que estamos, y lo saben, en la misma lucha.
Quizás sea esta etapa de mi vida demasiado esclava de la necedad de un sistema que se cae sin remisión entre el despropósito de las clases dominantes y el desapego para con su futuro de las clases populares. Quizás, víctima de todo ello, me encuentro enfangado hasta las pestañas, aburrido y cansado hasta para ver los cabos de salvación. Si es que los hubiera.
Pero ya estamos a las puertas de comernos unas uvas al son de las 12 campanadas y es obligado desearos que tengáis, y tengamos, un feliz 2020. Lleno de trabajo, salud y lucha para construir ese mundo mejor que no puede esperar.
Luchando por sobrevivir y hacerlo con mi pareja, disfrutando de cada momento y labrando un futuro juntos. Que lo veamos unidos, felices y tirando una del otro, y alguna que otra vez a la inversa. Gracias por marcarme, siempre, el buen camino, a veces consciente y otras en la inconsciencia.
A nuestros familiares y amigos desearles la mejor de las suertes para este nuevo año que comienza. Salud, trabajo y muchas alegrías. Se lo merecen.
A mis amigos de toda la vida poder recuperarnos y volver a revivir de continuo la grata sensación de los reencuentros y caminos vitales que se construyen día a día.
A mi hermano todo el futuro y alegría por vivir. Con conciencia y convencimiento sin dejarse atrás.
A mis padres que sigan disfrutando de su compañía, emprendiendo nuevas vivencias y caminos, ampliando sus conocimientos, el primero de ellos el de si mismos.
A todos vosotros que leéis esto por azar o por interés, muchas gracias. Mucho ánimo. Y nos seguiremos viendo mucho tiempo.

lunes, 18 de noviembre de 2019

En tu hambre mandas tú




Ahora que los días ya son mucho más cortos y de una vez por todas necesariamente fríos pienso en todas y todos que no pueden mantener su hogar cálido. Pienso en quienes pasan las crecientes horas de oscuridad natural ahorrando en luz artificial temerosos del sobre alargado con su nombre tras la ventanita. Yo precario y que rebota de olvidadizo empleo en olvidable empleo, que deambula por polígonos y centros comerciales, en entrevistas cada vez más surrealistas, analizando esta podredumbre. Un sistema inmoral. Que paseas por una ciudad enorme y solitaria esquivando ciclistas que reparten comida a domicilio por unas miserias, mientras ve a los más pudientes cada vez más ricos, más soberbios. Así acabo caminando y pensando y re-pensando en el legado de José Luis Sampedro.
José Luis Sampedro falleció el 8 de abril de 2013 a la edad de 96 años. Economista, escritor, filósofo, maestro y aprendiz, y sobretodo vitalista.
Durante toda su vida no cesó jamás en su intención de aprender en todo momento y de disfrutar cada segundo. Es más, a mayor longevidad, mayor era el brillo de sus ojos para contagiarnos de lo necesario que es vivir, de lo trascendente que es el tiempo y de que lo importante -realmente lo único importante- era la libertad, pero la libertad de pensamiento.
Esa libertad de pensamiento componía el ladrillo, el eslabón más básico que construía el resto de las libertades. Desde la abstracción y el propio desarrollo personal hasta el empoderamiento total y pasando por el parcial de los ámbitos laboral, afectivo, social, cultural… Con la argamasa de la solidaridad y la empatía podíamos construir, el ser humano como sociedad, el edifico de la democracia con sus derechos y deberes y con sus libertades individuales y colectivas.
Para Sampedro era el tiempo la más valiosa de las posesiones del hombre. Y su uso y disfrute no tenía ni precio ni valor, puesto que su carácter limitado exige de nosotros la pasión y la voluntad para vivir, para acumular experiencias, sentimientos, vivencias, ideas y luchas. Todo ese cúmulo de anécdotas, de tiempos vividos no eran mejores por su abuso egoísta sino por compartirlas en su momento de acción con los demás, procurando siempre mejorar las condiciones de vida de todas y todos. Ese afán, ese impulso era el motor de las sociedades y de los avances que dignificaban la vida.
La labor de sabio y filósofo de José Luis Sampedro magnificaba el trabajo como economista -y maestro de economistas- otorgándole rigor y empaque al conjugarlo con el pensamiento humano, con la historia universal del hombre y con las condiciones de vida. Su teoría y su praxis vivían para dotar de discurso y esperanza a los pobres y desamparados.
Sus obras tanto literarias como técnicas siempre destilan análisis y critica de causas y consecuencias y al final y en sustancia componen un llamamiento a la disidencia. Pronto antes que nadie José Luis Sampedro comprendió la insostenibilidad tanto material, económica, natural y moral de Occidente. De un sistema de valores entregado al dinero y su acumulación. Un anti-sistema, probablemente el más anti-sistema de todos, que nos llama veraz y constante a la rebelión y la lucha por cambiar nuestro destino y por otorgar al futuro y a la gente de dignidad.
En días así vuelvo a ver alguna entrevista o conferencia suya. Caigo en la estantería para abrir alguna de sus obras y leer un capítulo o incluso un sólo párrafo. Es la mejor manera de autoconvencerse de que éste nauseabundo estado de las cosas no es irremediable ni determinista, sino que nosotros como hombres (y mujeres) podemos y debemos cambiarlo para que sea mejor para todas y todos nuestros iguales.
Sampedro distinguía dos tipos de economistas: “Los que trabajan para que los ricos sean más ricos; y los economistas que trabajan para que los pobres fueran menos pobres. Yo me considero de los segundos”.

lunes, 11 de noviembre de 2019

11 valoraciones a las Elecciones Generales del 10 de noviembre




Seis meses después toca hacer una nueva valoración de los resultados tras las Elecciones Generales de ayer domingo 10 de noviembre. Las segundas del año, las cuartas en cuatro años. Un período de inestabilidad que no se cierra con el reciente escrutinio y que vuelve a poner el grito en el cielo de una mayoría ciudadana que exige e implora a sus políticos acuerdos, pactos y reformas tanto económicas como políticas que permitan mayor justicia social y que agranden nuestra democracia y libertad. En frente un bloque caínita que no es nuevo pero que ahora se muestra sin tapujos ni máscaras como violento, clasista y fascista.
  1. Pedro Sánchez ha ganado las elecciones. Si. Pero ha perdido la oportunidad que la reacción de la reacción de las mujeres le otorgó en abril. En aquel momento podía haber derribado a su rival en el bipartidismo, el PP, pero decidió y calculó que era mejor para el régimen del 78 y para los que mandan, intentar mandar a la lona definitivamente a Unidas Podemos y salvar la situación que se le presentaba al PP. Como contrapartida ha provocado el aumento de la fuerza en el Congreso de la ultraderecha, totalmente desligada ya del PP tanto en la pureza del discurso como opción de voto. La traición de Pedro Sánchez y la nueva traición de la oligarquía del PSOE no debe quedar impune.
  2. Como era previsible aumentó la abstención. Casi dos millones menos de votos que el 28 de abril que se reparten a partes iguales en el bloque de las derechas como en el de las izquierdas. La desafección con la política, el asco y la falta de confianza en la democracia es otra consecuencia del tacticismo y la lucha por la supervivencia política de Sánchez y el régimen que tampoco deberíamos de olvidar.
  3. Pedro Sánchez y su politólogo de cabeza Ivan Redondo, no dormían con gente de Unidas Podemos en el gobierno. Veremos si lo hacen ahora con más de 50 escaños en posesión de la ultraderecha. Las tradicionales apelación y especulación al voto útil no han servido esta vez porque ya no se engaña a nadie. El espectáculo dado no mejoró ni con el maquillaje de la exhumación de la momia de Franco que debía de haber salido con nocturnidad y sin homenajes. Pero el error ya es colosal cuando se han celebrado estos comicios tras la sentencia del Procès que ha roto definitivamente los pocos puentes a la convivencia que quedaban con Catalunya y que no se van a poder recuperar con meras promesas de auto-gobierno y federalismo y además legitimado la mano dura y violenta que propugna la ultraderecha.
  4. El PP de Pablo Casado sube 22 escaños su resultado de abril y podrá navegar en calma lo que podía haber sido una travesía al abismo con ataques internos y externos, mientras se despedazaría por luchas de poder y dinero desde dentro y su corrupción intrínseca que seguirá apareciendo en los “casos esporádicos”. Seguro que en el juego de puertas giratorias le agradecerán a Sánchez éste magnífico cabo echado a tiempo.
    Con una ultra derecha tan fuerte al PP le va a costar gobernar. Primero porque Vox arrastra a las bases electorales que ven o veían en el PP la continuidad con el régimen franquista. Segundo porque será tal la deriva a un discurso de odio y fascismo que será imposible que el PP consiga apoyos como hacía antes con PNV o CiU.
  5. Hace un año Vox era una fuerza ridícula y extra parlamentaria. Hoy, primero con el blanqueamiento de los medios y después con la oportunidad que le ha dado Sánchez, es la tercera fuerza del Parlamento y aspira a seguir creciendo, devorando los restos franquistas que se alojaban en el PP y articulando un discurso de odio para todo el que no cumple con los mantras de la dictadura y la España cutre y rancia.
  6. El auge de Vox viene ligado al cataclismo de Ciudadanos. Albert Rivera dimite y abandona la política tras pasar en poco más de 6 meses de ser una fuerza emergente y renovadora del centro derecha a un partido residual en el juego de pactos, aunque bien, con la nueva dirección pueda ayudar a una coalición de cordón sanitario sobre la ultraderecha (vamos como se hace en toda Europa).
    Rivera tuvo la oportunidad de ayudar al derribo del PP en mayo pero prefirió pactar con ellos aunque fueran segundas o terceras fuerzas (en Madrid, ciudad y ay-untaminento, Murcia, Zaragoza o en Castilla y León donde ahora han perdido la totalidad de sus 8 diputados conseguidos en abril). Con aquella falta de coherencia sustentó al PP y su corrupción en el gobierno y dio altavoz a Vox para que derivará aún más el discurso hacia la extrema derecha.
    Lejos de proponer soluciones Rivera y su dirección de hombres y mujeres cercanos lanzaron más odio y soflamas incendiarias en Catalunya lo que le quitó todo el foco de posición centrista y ahora el de opción electoral. Su futuro se presenta nada halagüeño, pasando a ser de fuerza aspirante a liderar el centro derecha a ser la nueva UpyD.
  7. Otro tope mínimo de Unidas Podemos. Desde 2016 que aparecieron como coalición las huestes de Pablo Iglesias han ido marcando mínimo tras mínimo. Lejos quedan los 71 diputados por separado y total de 6 millones de votos de diciembre de 2015. Ahora un 12% de votos (3 millones de votos) para 35 diputados. 
    La aparición de un nuevo partido “de izquierdas” como Mas País ha arrancado votos y sobretodo diputados a Unidas Podemos y esos escaños han acabado en casi todos los casos en Vox. La irrupción en el panorama nacional de Errejón ha ocasionado el mismo perjuicio que ya causo en mayo en Madrid para la causa de la izquierda. El marcado personalismo de la campaña (papeleta, carpeta, carteles y cartulinas llevaban la cara de Iñigo al estilo de Pablo en 2014) ha servido únicamente para debilitar las posiciones de Unidas Podemos en la próxima negociación y sobretodo para ayudar a apuntalar el franquismo desatado. Tampoco debemos olvidar.
    A cambio fuerzas tan necesarias en eso de hacer progresar el país como Equo o Compromís que apostaron fuerte por la candidatura de Errejón se quedan sin representación aumentando la sensación de cisma en la izquierda española.
    Más País se presentaba en las provincias donde Unidas Podemos consiguió representación en Abril y ha sido factor decisivo en la bajada de estos ahora en noviembre. Aún con la excusa ya escrita se hace necesaria, una vez más, la auto crítica y crítica constructivas para desde la divergencia conseguir de una vez por todas candidaturas, un Frente Popular que auné una salida democrática y libertaria y una respuesta en favor de los servicios públicos y la justicia social para tanto fascismo y tanto neoliberalismo. Hacerlo además recuperando antes y después la movilización ciudadana y la lucha desde las calles, las aulas, los claustros y los centros de trabajo es ya decisivo.
  8. ERC consigue 13 diputados y se convierte en la quinta fuerza en el hemiciclo. Domina ampliamente el tablero político en Catalunya pese al aumento de la antigua CIU y la entrada por primera vez de la CUP en el Congreso. Ante unas futuras, y necesarias, elecciones en Catalunya puede que abran un nuevo período en el que la justicia social cobre importancia en la propuesta de Independencia, frente a un bloque constitucionalista que cada vez pierde más apoyos pese a su continúa radicalización.
  9. En Euskadi las tres derechas nacionales vuelven a no sacar representación, como en Abril. PNV mantiene su hegemonía ganando el discurso antifascista en el estado español (así están las cosas); mientras que Bildu logrará por primera vez grupo propio en el Congreso. El tiempo de la calma tensa en Euskadi se va terminando y llega el momento de construir soluciones duraderas que favorezcan la convivencia y el futuro. Con el nivel que hay en Madrid, pintan bastos.
  10. La única buena noticia de la jornada de ayer es la entrada en el parlamento (también consiguen dos senadores) de Teruel Existe, la plataforma ciudadana creada en el Bajo Aragón para reclamar y dar voz a una de las tierras olvidadas de nuestro país. Teruel punta de lanza de la España vaciada ganó las elecciones en su circunscripción por delante de PSOE y PP que tantos años han utilizado esos asientos para vivir muy bien y orquestar mayorías que controlasen Madrid aunque fuese al precio de despojar de futuro y dignidad a sus propios territorios. Qué una plataforma ciudadana en su primer intento de pugnar por unas elecciones consiga tan magníficos resultados demuestra que con trabajo y honestidad el éxito es posible, y que además, es necesario ante la situación de abandono que provincias como Teruel (y Cuenca, y Soria, y Huesca, y Palencia, y Burgos, y Guadalajara, y Zamora,... y Salamanca…) viven y padecen. Debemos aprender.
  11. Por supuesto, Pedro Sánchez pierde la mayoría conseguida en el Senado hace medio año y con ella la llave para articular los cambios constitucionales necesarios para mejorar la expresión territorial del país. Otra traición más, otra irresponsabilidad, que por supuesto tampoco olvidaremos.


¿Qué va a pasar?
La incertidumbre sigue siendo altísima. Pedro Sánchez ha ganado unas elecciones con peor resultado del que esperaba y que nunca debieron convocarse por lo que a él, como único responsable en su convocatoria, se le ha de tachar como gran derrotado. Prefirió explorar un territorio poco conocido como unas nuevas elecciones a transitar por uno totalmente desconocido como un gobierno de coalición, sobretodo si lo hace con alguien más a la izquierda. Aún con todo tiene la responsabilidad y la última oportunidad de tratar de formar gobierno
La ciudadanía se ha expresado una vez más como polarizada y ávida de pactos que superen el bipartidismo y el turnismo político dejando dos opciones:
  • Su socio predilecto tiene que ser Unidas Podemos por lo que volvemos a la casilla de salida pero con un desgaste y un fantasma fascista que no eran necesarios. Deben de ponerse de acuerdo sobre posiciones ambas debilitadas y el PSOE va a tener que tragar con ministros de Unidas Podemos y con unas cuantas normas de dignidad que van en el programa de los morados (derogación reforma laboral PP, derogación Ley Mordaza, etc.) También las posiciones iniciales de Unidas Podemos tienen que ser menos exigentes y quizás renunciar de entrada a que nombres como los de Iglesias o Garzón entren en gabinete.
    Aún con todo tras éste acuerdo se hace necesaria sumar una mayoría más amplia en la que PNV se hace imprescindible, más posiblemente Cs entroncando un cordón sanitario sobre Vox, pero también sobre el independentismo catalán.
  • La segunda opción es la gran coalición PSOE-PP altamente improbable porque podría suponer la fagocitación de éste último por parte de la ultraderecha.
Seguir jugando al despiste y desgastando la paciencia de la ciudadanía abrirá las puertas a la derecha y la extrema derecha, porque más allá de ensoñaciones de la izquierda, sin lucha y debate en las calles, ni pedagogía el fantasma del franquismo sigue persistente en no pocos millones de ciudadanos.
El 10N ya se ha cobrado su primera víctima. La siguiente debería ser Iglesias (y Alberto Garzón) quienes han de abrir sus partidos y con ellos la coalición a nuevas ejecutivas que fortalezcan esa coalición y permitan la suma de más agentes y no como hasta ahora la continúa dispersión. Como ya nos conocemos con cada renovación de viejas guardias, en la izquierda suelen salir los que no consiguen poder pero por una vez más, esperemos que la conciencia y el interés general prevalezcan en la izquierda por encima de filias, fobias e intereses personales.
Aunque parece que los partidos renovadores de la política española que surgieron tras el 15M han fallado, tampoco Sánchez ni Casado (ni ambas ejecutivas del bipartidismo) deben dormirse porque el patio interno seguro que ha quedado lo suficiente removido para que sus debilitados liderazgos no queden aún más expuestos. Es lo que tiene cuando en unas elecciones democráticas, paradójicamente, el gran vencedor es el fascismo.



lunes, 23 de septiembre de 2019

Quién lo iba a decir



El pasado domingo 15 de septiembre y un par de semanas después de que se cumpliera el décimo tercer aniversario del primer título mundial, la Selección Masculina de Baloncesto se proclamaba Campeona del Mundo.
Lo hacia culminando con solvencia una competición al máximo de sus prestaciones. Y lo hacía para refrendar una de las mayores sorpresas en la historia del baloncesto, del deporte nacional y del deporte mundial.
La España de Scariolo llegaba sin mucha presión y con menos expectativas aún. El sorteo del calendario no había sido malo y cifraba en un hipotético partido en la segunda fase contra Italia el acceso a cuartos y la garantía del pre-olímpico. Esa era la exigencia real para el combinado nacional toda vez que las bajas eran prácticamente completas y que todos teníamos el deseo de ver a Pau Gasol en sus quintos Juegos Olímpicos y por qué no, luchando por el oro.
Pau era la primera de las notabilísimas bajas con las que iba a contar la selección. Sin competir desde mediados de marzo por una grave lesión y ante su última (o no) temporada en la NBA, el mayor de los Gasol fijaba el verano como recuperación y puesta a punto para un año que se prevé largo.
El siguiente en borrarse era el Chacho que ha aducido cansancio, una mudanza a otro nuevo país y pasar tiempo con la familia como causas a su baja. Sorprendente se sumaba a las bajas de los juniors de oro que como Navarro primero y luego ya Felipe o Calderón entre los más ilustres ya se bajaron del carro de la familia.
Pero no fueron menos sorprendentes las renuncias de Mirotic e Ibaka. Un culebrón de cada verano en el que había que decidir que extranjero, y con qué capacidades, se sumaba al equipo. Primero fue el hispano-congoleño cansado de ser segundo plato estos últimos años quien renunció. Un par de meses después, apenas a horas de darse la convocatoria, fue el hispano-montenegrino quien explico en un comunicado su cansancio para con el baloncesto, sobretodo la NBA y su necesidad de tener un verano más tranquilo. Tranquilidad alterada con su vuelta a Europa confirmada un par de días después y al acérrimo rival de su anterior equipo.
Contadas estas ausencias (más la de Abrines recuperándose de una depresión entre los ilustres) España presentaba un equipo de perfil bajo pero no exento de calidad y sobretodo de experiencia.
Scariolo había hecho un trabajo previo en las ventanas para con jugadores de rotación ACB con veteranos como Fran Vázquez, Oliver, Beiran o Colom y jóvenes como Brizuela clasificar al equipo a la Copa del Mundo.
No hemos sido pocos los que hemos demonizado el invento de las ventanas por parte de la FIBA en su particular cruzada contra la Euroliga, pero hay que decir que a España le han venido de perlas para articular una transición entre el equipo de los Juniors de Oro y las nuevas generaciones aún salvando el escollo de no pocos jóvenes valores que estaban enrolados en la NBA.
En esos partidos de clasificación se vio a una España solida en defensa, priorizando mucho el rebote defensivo (para poder correr), solidaria en las ayudas y en la que destacaba en el factor anotador Quino Colom.
A ellos se sumaban los hermanos Hernangomez desde la NBA, los Rudy, Llull, Ribas, Claver y Oriola desde la Euroliga. Marc Gasol que venía de ser Campeón de la NBA con Toronto Raptors (donde Scariolo era entrenador ayudante). Y Ricky Rubio que en su madurez ha engrandecido su precoz talento para con las experiencias de la vida dotar de calma su baloncesto.
En la previa de la Copa del Mundo España se sabía un equipo complicado. Con no muchos puntos entre las manos, pero los suficientes para dificultar la vida a cualquiera. Muy trabajado en defensa pero con dudas a la hora de anotar.
Esas dudas se exponenciaban al ver los equipos que se confirmaban en otras selecciones. Parecía que España sería incapaz de competir contra esas plantillas, y eso que había bajas en casi todos los equipos -la larguísima temporada de NBA y Euroliga masacran a los jugadores- pero nadie, absolutamente nadie, dudaba de la capacidad de Serbia, Australia, Grecia o Francia. Tampoco y mucho menos de Estados Unidos que pese a las renuncias de la super élite (Irving, Curry, Thompson, Harden, Lebron, Durant, Davis) presentaba un buen conjunto de jugadores NBA con puntos en las manos, físico y la sapiencia al banquillo de Popovich.
Había que llegar al día clave, el de cuartos, al 100% y por eso tanto la preparación como la primera fase ante las débiles Túnez, Puerto Rico e Irán fue una puesta a punto progresiva para que todo el mundo diera su mejor versión en el momento más importante.
España mejoro sus prestaciones ante la siempre anárquica Italia y llamo la atención de manera sobresaliente derrotando con solvencia a la gran favorita: Serbia.
En los cuartos en el cataclismo del baloncesto actual, España no tenía excesivos problemas para derrotar a una voluntariosa Polonia. Y en un auténtico partidazo Argentina eliminaba a Serbia con la misma receta con la que dio España: Incomodidad en el ataque serbio aprovechando el despilfarro de recursos (los pivots) de Serbia, apretar a sus bases a ambos lados de la pista y dominar el rebote.
En el otro lado del cuadro y en otro partidazo Francia se imponía a Estados Unidos y confirmaba algo que me parece evidente: Cuando Estados Unidos es batible, se viene un torneo espectacular porque todo el mundo les juega con todo para ganarles. Y aún así, Estados Unidos ganará en 9 de cada 10 ocasiones, pero sudarán y todos disfrutaremos muchísimo.
Australia se convertía en el cuarto semifinalista y en rival de España al ganar sin esfuerzo a una República Checa que aún limitada ha hecho uno de los baloncestos más interesantes de estas dos semanas.
Así teníamos otro partido brillante para las semifinales. Liderados por Patrick Mills, Australia trataba de desenmarañar las trampas defensivas del equipo español al que le costaba muchísimo anotar. El partido se mantenía bajo unos guarismos que no eran malos para España (sobre 40 puntos al descanso) cuando en el tercer cuarto aparecía Marc Gasol para empezar a anotar y dominar la zona, tanto en defensa como en ataque donde repartía juego. Así Marc acababa firmando su mejor partido con la camiseta nacional.
Se jugaban dos prórrogas donde los nervios y la agonía fueron los mejores aliados de la selección nacional, más bregada en este tipo de batallas en los últimos años donde supieron sobreponerse ante una cada vez más desquiciada Australia. La caja y uno sobre Mills (con varios defensores sobre él) agotaron al base de los Spurs y apagaron todas las luces de un equipo que hasta entonces se había mostrado una maquina de anotar.
España había sufrido como casi siempre en las semifinales y en la final le esperaba otra sorprendente Argentina que se había desecho de Francia.
Y una vez más siguiendo el guión de anteriores torneos la final resultaba más plácida teniendo en cuenta el sufrimiento de dos días antes. Argentina quedo prácticamente desactivada con una decisión de entrenador: Scariolo colocaba en el quinteto titular a Oriola para emparejarlo con Scola, reemplazando a Victor Claver. El perfil del ala-pivot catalán se acomodaba mejor a las condiciones de Scola, faro del juego argentino, y éste no sumo hasta que el partido ya estaba visto para sentencia.
No hay que desmerecer el torneo de Argentina porque utilizando las mismas armas que España se plantó en la final con un equipo más limitado de talento que el de la anterior generación, pero con muchísimo trabajo y aprovechando el dinamismo de sus bases.
Argentina como España plantearon en el torneo un ritmo de juego más lento, controlado. Impidiendo la velocidad en las transiciones del rival y volviendo al juego en la zona en tiempos del triple y los aprovechamientos de lanzamientos y posesiones. Un baloncesto más pausado, de un 5vs5 inclusivo. Con cortes y juego sin balón, dejando el uno contra uno como recurso y no como plan de juego. Y defensa. Mucha defensa. Habrá que ver si el éxito de este planteamiento de juego en éste Mundial, se convierte en una tendencia para batir a los equipos que con dinamismo y triples dominan en el baloncesto de clubes hoy en día.
Para España la conexión Ricky-Marc, como 1-5, desde el poste alto era la clave de inicio del juego para con bloqueo y abrirse del pivot o con la penetración del base encontrar los puntos. Sin un tirador fiable llegaron los triples (Rudy, Juancho o Llull) cuando el rival se cerraba, pero España ha marcado tendencia en este mundial recuperando el juego en la zona y la predominancia del tiro de dos. Canastas fáciles y posiciones cómodas de tiro que venían de la visión de juego de Marc y Ricky.
En defensa, España ha dado un manual de trabajo de ayudas, especialmente con Victor Claver que por fin ha dejado de ser el jugador 11 o 12 de la rotación para ser ese alero multiusos, bisagra entre el juego interior y exterior, y líder desde lo oscuro del juego para beneficio del colectivo. También nombres como los de Rudy, Oriola o Ribas han brillado atrás dejando claro en cada momento que hacerle puntos a esta España iba a costar sangre, sudor y lágrimas.
Es curioso pero Claver, Ricky o Scariolo que se han llevado todos estos años muchas de las criticas que han acompañado al juego -que no a los resultados- de la selección, se han convertido en claves del éxito. El primero siendo el mejor amigo de sus compañeros en defensa.
Ricky Rubio, después de momentos muy duros en lo personal y lo profesional (muerte de su madre por cáncer y falta de confianza de la NBA en él) se ha coronado como MVP dominando cada uno de los partidos desde el puesto de base, como hacía en categorías inferiores, con multitud de recursos en ataque, encontrando a sus compañeros y liderando la defensa.
Y Sergio Scariolo que toda vez que quedo claro que con las bajas la autogestión no podía ser el patrón del grupo, ha dado clases magistrales de scouting sobre el rival y de conocimientos tácticos notables para aprovechar lo que tenía, haciendo un equipo que cuando ha llegado la hora de la verdad ha jugado un muy buen baloncesto a ambos lados de la cancha.
Y ha sido, sin duda, el artífice de dotar de hambre e intensidad a un colectivo, una familia, que se mueve como un ente único. Con el ejemplo de volver a la selección cuando el ocaso de la generación dorada se hacía evidente, con el marrón de las ventanas de por medio y trabajando para la NBA su mensaje caló hondo en un vestuario que se ha ido remodelando en nombres pero no en confianza ciega en su entrenador.
Scariolo hoy es Campeón del Mundo y tiene un anillo de la NBA como entrenador asistente. Con la selección suma tres oros europeos (los tres únicos de la historia), y una plata y un bronce olímpicos. Ha sido absolutamente imprescindible en éste éxito minimizando los defectos propios y virtudes ajenas a la par que maximizando nuestras fortalezas y golpeando en los puntos débiles del rival.
Atrás queda el mayor fracaso de esta selección que fue el Mundial 2014 en casa, donde el monstruo de la autogestión devoró a Orenga y a todas las ilusiones del país.
El desastre agudizaba la idea del final de una era que podía volver a dejar el baloncesto en un lugar muy incómodo a nivel de seguimiento en España. Muchas de aquellas cosas no han mejorado pero España, de la mano de sus selecciones hoy es Campeona del Mundo masculino y Campeona de Europa en femenino. Y un montón de medallas más en este verano 2019. Disfrutémoslo.

viernes, 13 de septiembre de 2019

Un juego de trileros



Me encuentro sorprendido y a la vez apesadumbrado por todo lo que ha acontecido estos últimos meses. Tras la confrontación electoral total de abril y mayo yo, al igual que muchas y muchos, dábamos por hecho un gobierno socialista, con o sin participación directa de Unidas Podemos, pero bajo un programa con unas cuantas y necesarias medidas de izquierdas. Sin embargo, hemos asistido estupefactos a un juego de trileros que a servidor, ya en julio con la primera ronda de contactos y sesión de investidura, le quedo claro se abocaba a unas nuevas elecciones generales.
La victoria en las generales de abril daba a Pedro Sánchez el mandato para formar gobierno. Todo parecía diáfano y claro. El pueblo había hablado, y una vez más, expresado la necesidad imperiosa de llegar a acuerdos y pactos. De hacer política para solventar desde lo más urgente a lo más en perspectiva. Y de lo pequeño a lo grande. Y una vez más los políticos españoles han fallado a su pueblo.
  • Primero porque ante un sistema de representación política totalmente sobrepasado y desactualizado no han sabido nunca -o no han querido- darle puestas a punto y convertirlos en maquinarias engrasadas que muestren (y faciliten) la expresión popular basada en las urnas. Que de eso se trata una democracia.
  • Y segundo porque vuelven a ser víctimas del cortoplacismo y sobretodo de un afán por la supervivencia política, de mantener y ampliar los privilegios de la casta, muy por encima de las necesidades de una sociedad que no está para prórrogas, repeticiones electorales y tanto eslogan manido.
Quizás el varapalo que toda la izquierda real se llevo en las elecciones de mayo envalentonaron a Pedro Sánchez, a su equipo y a la oligarquía que lleva explotando España 80 años. Aquel domingo España volvía a la casilla de salida. Al 14 de mayo de 2011. Viendo como se conformaban ayuntamientos, comunidades autónomas y parlamento europeo parecía que el bipartidismo aguantaba el tirón, con un PP encabezando el espectro de la derecha y sometiendo a sus marcas blancas liberal y fascista; y con un PSOE dominando el centro-izquierda, con una izquierda sometida y humillada yendo irremediablemente a la irrelevancia.
Pedro Sánchez era el encargado de formar gobierno y para hacerlo necesitaba apoyos. Y en casi 5 meses sólo ha recabado uno: el del diputado de Revilla. En una situación normal, Pedro Sánchez sería el gran fracasado y debería irse a su casa dando paso a un nuevo o nueva líder del PSOE. Pero España y su alta política es cualquier cosa menos normal y aquí estamos padeciendo la estrategia de la humillación constante a la izquierda, a los millones que votamos esa opción (incluso en sus distintas vertientes ideológicas) y también a los que el 15M gritábamos que No nos representan.
Se hace evidente que más allá de fibias y fobias la coalición electoral era la mejor forma de gobierno para dotar al país de estabilidad y poder avanzar en medidas tanto políticas, económicas y sociales necesarias para mejorar la vida de la gente.
Pero Sánchez se ha negado en redondo y ha sido el protagonista de una obra teatral llena de golpes de efecto y titulares de última hora que han sido una constante campaña electoral continua, porque siempre, desde el primer momento, ha tenido claro que el 10 de noviembre, España votaba de nuevo. Y el público, el electorado, ha ido abandonando asqueado el teatro hacia otros menesteres más agradables
El tiempo se acaba y mientras nuestros políticos se enzarzan en discusiones vanas los problemas sociales y disfunciones democráticas de éste estado se agravan.
Hablo de toda la miseria generada durante los lamentables mandatos de Rajoy (corrupción, justicia de partido, destrozo de la convivencia, destrozo del patrimonio público, sobrecostes en inversiones, privatización de la sanidad, privatización de la educación, prebendas a la iglesia, sistema de pensiones, freno a las ayudas de dependencia, reformas laborales -también la de Zapatero- que han abonado el terreno a la precariedad y el paro, estafa con las eléctricas, destrozo de las renovables, subidas del IVA, bajadas de impuestos a ricos y grandes empresas, fracaso en los Objetivos del Milenio, pucherazo electoral y voto robado...). Multitud de decretos ley que hay que revertir. Hablo de paliar todas las tropelías y estafas que la crisis inacabable está dejando, cuya solución ultra liberal amplia y que fortalece un capitalismo de amiguetes insoportable. Hablo de un clima y un medio natural que se degrada a pasos agigantados y entrando ya en el terreno de lo irrecuperable. Hablo de millones de mujeres que viven su vida lejos de la plena libertad y dignidad individual y colectiva. Hablo de una España vaciada cuya situación es desesperada. Hablo de un sistema de convivencia que se va al garete mientras los balcones se llenan de banderas y a la espera de una condena al procès que puede derribar todos los puentes. Hablo de una democracia que es una dictadura oligarca de tapadillo, con cientos de miles de represaliados sin reconocer y llena de prebendas para los que se beneficiaron del fascismo. Hablo de tantas y tantas cosas que podía seguir escribiendo durante todo el día y no haría más que caer y que cayéramos todos en la desesperación y en el hartazgo.
Pero todo esto no le importa a Pedro Sánchez y a un PSOE envalentonado que ha olvidado aquel “con Rivera no” de la noche del 28 de abril. El desprecio a Podemos, sus confluencias, a su líder y a sus votantes ha sido constante.
Como clase trabajadora y movimiento político de izquierdas tenemos que aprender esta lección: Si logramos el avance y el progreso para éste país no será con el PSOE. Ni con su dirección de oligarcas baronías ni tampoco con sus bases electorales. La revolución vendrá pese al PSOE.
En éste blog he hablado muchas veces de la necesidad de que Podemos, Izquierda Unida, Equo o cualquiera que quiera hacer la revolución que España necesita, de contar, de convencer, a unas bases socialistas. Tanto ante las urnas, como en las calles. Pero desgraciadamente, me estoy dando cuenta que buena parte de esas bases son forofos de partido, sin capacidad de crítica y lo que es más doloroso, sin intención de exigir unos valores democráticos, republicanos, socialistas en lo económico y antifascistas lo suficientemente fuertes como para mantener a su partido en un centro izquierda tibio, desde el que poder construir.
Aupado por un sistema de privilegios basado en la dictadura y la idealizada transición, que se defiende como gato panza arriba. Fortalecido por unas encuestas que más allá de la desafección política no castigan su desidia y constantes atropellos. Y siguiendo una ruta marcada por su equipo encabezado por Iván Redondo y totalmente a favor de estado de las cosas, Pedro Sánchez nos lleva sin remisión a volver a votar el próximo 10 de noviembre.
Habrá repetición electoral no por un mero formalismo lingüístico o administrativo, sino porque probablemente se repetirá el resultado de bloques (aunque con mayor abstención, eso seguro). Serán nuevas elecciones, las de la XIV legislatura, y en ellas deberíamos de votar en consecuencia y hacer pagar a quienes no han podido y no han querido llegar a acuerdos respetando la soberanía popular que se expresó el pasado 28 de abril. Los que nos han fallado ya no deberían volver a presentarse (Sánchez, Iglesias y Rivera van a por sus cuartas elecciones generales) incapaces por inutilidad o por intereses y ambiciones personales de llegar a acuerdos para dotar de estabilidad al país. Y nosotros como electorado tendríamos que actuar en consecuencia. Desgraciadamente, las experiencias previas nos tienen ya prevenidos.
No sé que pasará ese día. Aunque no me creo las encuestas dudo que haya mayores cambios que dos o tres diputados arriba o abajo por fuerza, con lo que se mantendría la política de bloques y de bloqueos que estamos sufriendo. Parece que Sánchez quiera jugar con la baza de que un nuevo tercer partido “en la izquierda”, el de Errejón podía bajar aún más los resultados de Unidas Podemos, como ya pasó en Madrid, pero lo más probable es que quedará un bloque igual de repartido que el de la derecha y extrema derecha. De lo único que estoy seguro es de que estamos viviendo un tiempo de inestabilidad insultante para la soberanía popular. Y que estamos perdiendo una oportunidad para poder cambiar y recobrar y dar dignidad a las gentes que en nuestro día a día no tenemos prórrogas, ni repeticiones, ni segundas oportunidades.
Y lo que me parece más grave: Nadie habla, ni lamenta, la profunda brecha que en la confianza de la ciudadanía en la política se está abriendo. Hoy la política aburre, genera crispación, se ve con desidia y ya desinterés, una casta política a extirpar (quizás no falte razón), un juego de intereses personales por encima de lo público, de lo de todos. En definitiva, un problema. Y cuando una cosa se percibe como un problema el impulso inmediato de los humanos para solucionarlo es la extirpación y la erradicación, lo que puede abrir la puerta al fascismo otra vez.


El Manifiesto Comunista. Comentario

  Introducción En 1848 se publicaba el documento político-ideológico y filosófico más trascendental de la Historia de la Human...