lunes, 15 de septiembre de 2014

De preguntas y porques



He decidido esperar 5 días para escribir lo siguiente, con el debido tiempo de reflexión, análisis y coherencia, que da la tranquilidad y el reposado en frío de las sensaciones tras el momento caliente y amargo del enfado tras la eliminación de la selección española de baloncesto, a manos de Francia, en los cuartos de final del Mundial de Baloncesto de España 2014, producido el pasado miércoles. Se lo debo al hecho de escribir con calidad, reflexión y trascendencia, y sobretodo se lo debo a unos tios, un grupo de jugadores de BA-LON-CES-TO que me han dado muchísimas más alegrías que penas, y ante todo un ejemplo de profesionalidad, talante y talento, y actitud ante el juego y ante la vida en las que siempre ha primado el compromiso y la amistad por encima de cualquier otra cosa.

Dicho lo anterior, no podía quedarme callado ante lo que sucedió en la noche del miércoles en el Palacio de los Deportes de Madrid. Hay muchas razones técnicas y propias del juego para explicar la derrota, pero esas razones a su vez también heredan una carga en el tiempo de situaciones que desde hace ya varios años se vienen arrastrando, y que gran parte de los aficionados, de todo el año no sólo del torneo veraniego o de la selección, apasionados de verdad por este deporte, como servidor, hemos venido alertando y enumerando en blogs, webs y foros especializados y los timeline de redes sociales ante el silencio de los medios generalistas inbuidos en la burbuja del éxito y sin ninguna intención de ensombrecerlo.

Qué pasó el miércoles

Fundamentalmente que todo lo susceptible de salir mal, salió. Lo voy a enumerar en 3 grupos:
  • El rival. Sin ninguna duda si había un equipo con ganas y motivación para infligirnos un castigo así, ese era Francia. Ellos también tienen a su mejor generación en juego y ha coincidido con la española, que hasta el año pasado, el año de las ausencias, siempre, desde 2005, había sido doblegada por los nuestros. Y ahora en el marco de mayor simbolismo, y con las ausencias siendo propias (Parker, de Colo, Beabouis, Mickael Pietrus, Noah, Ajinça,...) se preparon a conciencia el choque de cuartos.
    Se suele decir que de un partido, saca más lecturas quien lo pierde que quien lo gana, y fue Francia quien cayó en primera fase, en el encuentro previo entre ambos, y quien a través de su entrenador Vicent Collet busco las respuestas y alternativas necesarias.
    Francia preparo el partido infinitimamente más que España, y supo aplicar un plan de partido a las armas (escasas en comparación) con las que disponía y así minimizar las notorias amenazas hispanas.
    Llevo el partido al barro y el trabajo donde la única ventaja gala que era el físico podría sobresalir. Y fue sobre el fisico y la máxima implicación de los jugadores franceses con lo ideado con su técnico como se articuló su victoria.
    Francia siempre (salvo 3 minutos en la reanudación) llevó el ritmo de partido y sus acciones, siempre colectivas, en defensa o en ataque, fueron ejecutadas para dificultar la vida al equipo español.
    El scouting, algo básico en el baloncesto moderno, fue magnífico y el trabajo de su lectura y extracción de conclusiones primoroso para ponerlo sobre la mesa e idear las situaciones (ayudas defensivas del alero del lado fuerte, traps a Navarro, siempre tres jugadores para intentar subir el ataque, "abrir el campo", situaciones de dos pivots abiertos y Batum o Gelabale al poste...)
    En definitiva, nos tenían ganas, se lo prepararon y lo ejecutaron con gran precisión.
  • Táctica. Siempre he dicho que en el baloncesto la función del entrenador en pista es "gestionar el día". Si en ataque el equipo esta enchufado, tocar lo menos posible; si en defensa el enchufado es el rival meter los cambios, tanto en jugadores como en estrategias para intentar pararlo; Y si no estamos de ninguna de las maneras en ataque, improvisar en rotaciones y jugadas para salvar el trámite.
    Salvado por el talento individual y el uno contra uno España llegó a cuartos. Allí llegó con los totem ya tocados fisicamente, merma a sumar a la menor capacidad atlética hispana en comparación con la gala. Si además, como al acabar dijo Navarro "no hemos preparado el partido", nos presentamos sin un plan para parar las amenazas del rival, tanto por lo que pudieran plantear en defensa, como diversas opciones ofensivas de las que hacen gala (impacto de Diaw ante todo) el intentar ganar se convierte en una quimera.
    España durante todo el torneo ha adolecido de trabajo previo de ataque, y constantemente el juego ofensivo ha consistido en si no se puede correr, en estático dar dos o tres pases, jugar el 1vs1 y a ver que sale, quedando como factor clave el acierto exterior que tenga Navarro, algo que los franceses sabían y trabajaron para que no apareciera. Tampoco en defensa, ha habido alternativas, y todo ha consistido en defensas al hombre, obviando Orenga, todo el trabajo táctico que si sus antecesores (tanto Scariolo, como sobretodo Aíto) si tenían.
    Sobre la inutilidad e incapacidad de Orenga se ha escrito mucho ya, pero no puedo dejar de alucinar viendo que en un partido tan nefasto a nivel de acierto e intensidad, el entrenador sólo pidiera un único tiempo muerto, y sólo metiera a 9 jugadores en campo, obviando entre ellos a Claver y sobretodo Felipe Reyes que deberían de haber aportado mucho más todo el torneo con una rotación y asignación de roles lógica e imprescindible, para en un día como éste conseguir sumar con su presencia. No hubo respuestas ni improvisación que suplieran lo que se debería de haber previsto, y sumado con lo anterior minimizaba en demasía el poderio del equipo español, absolutamente desaprovechado. Algo que si que Francia impuso cuando con la reacción tras el descanso España tocaba a arrebato.
    No hubo una jugada en ataque colectiva sino más bien reacciones individuales con el reloj de posesión atosigando, lo que llevo a la precipitación, los errores y el nefasto porcentaje (2/22 en triples, por ejemplo) .
    Sin prepración antes del torneo, sin trabajo para el partido clave que en todo torneo es el de cuartos, sin improvisación durante el mismo. Esto ha sido el bagaje táctico de Juan Antonio Orenga como entrenador de la selección nacional.
  • Intensidad. Este es el punto que más me cuesta escribir. Y me cuesta porque si de algo han ido sobrados los nuestros todos estos años ha sido de compromiso y actitud, por lo menos para igualar al contrario y así exponenciar las grandes aptitudes que se tenían. Pero el miércoles no hubo ningún atisbo de intensidad. Sobretodo se vió en algo tan visceral como la lucha del rebote. Francia sumó 50 rebotes por los 28 hispanos, destacando sobretodo en la parcela ofensiva donde llego a rebotear el 47% de los tiros fallados (por un 9% España). Gobert, Lauvergne y Diaw se zamparon a los Gasol e Ibaka, con algunos rebotes ya de carácter grotesco sobretodo en el infame último cuarto.
Sin rebote y sin capacidad, ni táctica, ni física como para defender distinto a Francia no hubo opción alguna de correr y la falta de concentración también apareció en ataque.

El arreón y orgullo de Navarro, o la actitud de un mermado Pau Gasol fueron las notas discordantes, pero sin todo lo demás, el valioso talento de ambos queda empequeñecido.

Lo evidente es que si desde hace mucho tiempo se lleva esa inercia hacia la mediocridad van a ir aumentando las posibilidades de que ocurra, lo que ocurrió en el partido ante Francia, que inexorablemente debe suponer un punto de inflexión, un giro copernicano, al baloncesto en España.

Cómo ha preparado España este Mundial

No hay que buscar en la prepración de este torneo ninguna diferencia con lo que ha venido haciendo la FEB durante la última década. Desde que la presión mediática, y con el seguimiento masivo, no sólo de aficionados y seguidores del baloncesto, sino de los victim fashion del sol que más calienta, se instaló en el grupo que salió Campeón del Mundo Junior en 1998, la FEB ha aprovechado lo que debía ser los partidos de preparación para encarar el torneo veraniego, en una gira al más puro estilo hollywoodiense, que llevo al combiando nacional año a año por toda la geografía nacional.

Se vendía como una manera de proyectar el baloncesto, mientras el equipo entraba en forma antes del primer partido oficial. Pero cada año se ha acentuado aún más lo que realmente ha pasado que es que la FEB ha llenado sus arcas (otra cosa es saber en que se lo ha gastado) maximizando el beneficio del espectáculo y la fiesta sin entrar a valorar si fisica o tácticamente al equipo le servía la ronda de partidos.

Jugar en casa, ante una muchedumbre cada vez, más futbolera (y con esto quiero decir más metida en el personaje que en el jugador, en la anécdota que en el juego), con cierta presión por ganar para no defraudar, con arbitrajes más que permisivos y ante rivales a los que les hacíamos afilar el diente fue haciendo que cada verano el equipo llegará peor al torneo en cuestión, a la par que la FEB subía el precio de las entradas, de las camisetas oficiales o de cualquier merchandasing. Lo que en Salamanca en 2003 fueron 5€ por entrar y 20€ la camiseta oficial de aquel Europeo, hace dos años pasó a ser 30€ y 60€ la camiseta, y este año por menos de 35€ no se podía ver el Argentina vs España, de Madrid a 5 días de comenzar el europeo.

Este hecho se lleva repitiendo desde 2001, donde se aprovecho el tirón mediático de los "NBA", pero fue a raíz del Oro en Japón, cuando al año siguiente se explotó de manera salvaje el evento, convirtiendo lo que debían ser etapas en la construcción de un equipo, en showtime de rutina, sin casi ningún tipo de trascendencia para el equipo a la hora de probar distintas cosas, ya que venían pactados con los ay-untamientos los minutos de Gasol en pista (por poner un ejemplo).

Para este año, si obviamos el viaje a Turquía que si fue positivo, el resto de partidos, hasta 9, no han sido más que fiestas preparadas, con árbitros y rivales que ya sabían a lo que se exponían (ser la comparsa en aquella fiesta), y en la que por no ver, no se han visto ni variantes defensivas u ofensivas por parte del entrenador (que ya hemos dicho que tiene lo suyo) y si en cambio simulacros de partido que como a quien escribe, hace ya varios años robó todo interés a estos "partidos".

El método FEB

Sin obviar que la gira ÑBA forma parte de esta política empresarial que ha llevado la FEB, no se puede obviar las responsabilidades de la dirección del basket patrio.

En un organismo dirigido de manera presidencialista por José Luis Sáez, con el apoyo técnico de Ángel Palmí, director deportivo, ambos han sabido hacerse protagonistas en todos los éxitos que la FEB ha conseguido en todos estos años. Desde las medallas y títulos tanto masculinos, como femeninos, tanto absolutos como en categorías de formación, hasta la adjudicación de la organización de este Mundial 2014, todo empezaba y terminaba en el Método FEB, o mejor dicho en Pepe Sáez.

Sin entrar a valorar el estado del baloncesto en el día a día, en España que es en sus clubes profesionales y lo que sé por algunas "canteras", cosa que haré en la próxima entrada, es innegable que la gestión del presidente deja mucho que desear. Las ligas de baloncesto en España están en claro retroceso desde que llegó la estafa llamada crisis a nuestras vidas, pero en el caso de la máxima categoría, la ACB el frenazo en seco viene de antes. Muchos de los jugadores que destacan en categorías inferiores no consiguen hacerse hueco en la máxima categoría y les toca deambular por las ligas FEB que suman inumerables problemas de gestión, impagos y denuncias entre los sindicatos de jugadores, entrenadores y árbitros.

Si los y las jugadores profesionales de LEB o Liga Femenina simplemente sobreviven, lógicamente la situación en las canteras ha de ser peor, y así lo es, teniendo cada vez más dificultades para mantener a sus jugadores ya que sufren las ofertas mayores de otros, a parte de que ofrecen un crecimiento limitado.

Pero no acaba ahí la gestión de Sáez. A los conocedores del basket femenino nos es familiar las listas de jugadoras para la selección femenina, con vetadas y con nombres que indiscutiblemente debían aparecer si o si.

Amparados en la autogestión (en la que entraremos a posterior), Saéz ha buscado siempre que nadie ensombreciera su presencia. Por lo menos nadie imprescindible. Así tras el Mundial 2006, con ambiente interno enrarrecido tuvo que salir el mejor entrenador que ha tenido este equipo, Pepu Hernández, porque era más llamado e interpelado por su excepcional talante y factor humano que represento el ex de Estudiantes.

Las decisiones posteriores han ido a minimizar la importancia del entrenador. La primera de todas fue la decisión de que un entrenador con contrato ACB o en España, no pudiera entrenar a la selección. Esto llevo al famoso affaire entre Unicaja, FEB y Aíto, y sobretodo nos pone en peores condiciones, puesto que nuestros rivales si que su entrenador compagina el cargo de seleccionador nacional con el entreno diario de una plantilla, normalmente de Euroliga. En un deporte, como el baloncesto, en el que la actitud, conocimiento e implicación de un entrenador tiene tanta influencia en el juego, no es baladí hablar del déficit que supone tener a un entrenador que no entrena.

Pero en cuanto a los nombres, José Luis Sáez, no pudo con Aíto que realmente sólo estuvo 3 meses en la dirección, pero encontro en Scariolo, un amigo personal, un aliado perfecto, y así lo aguanto hasta que acabó el ciclo olímpico 2012 pese a que las críticas al juego eran ya más llamativas. Y aquí es donde entra Orenga, un hombre FEB, un empleado de la Federación que ha dejado claro que le da igual ser entrenador del primer equipo que el que limpia los baños. Entrando a valorar su idoniedad, de la que ya hemos comentado carecía de un mínimo de experiencia (que menos que haber entrenado 3 años completo a un equipo profesional en máxima categoría, y si puede ser con participación europea) y de la que se puede aportar ahora algunos datos escalofriantes que prueban su nula capacidad: Los cinco partidos que España ha jugado con él de entrenador y han acabado con un más-menos de 10 puntos han sido derrotas; pero, Orenga no molestaba, ni a presidente, ni a jugadores, y el resultado es el que todos sabemos.

Como decía un poco más arriba esta personalización de la gestión de la FEB que ha llevado fundamentalmente Sáez y que ha sabido adjudicarse en cada momento de éxito, ahora cuando todo ha explotado en una de las mayores decepciones deportivas de la historia del país, también es pertinente que se lleve lo suyo. Si el personaje tuviera la suficiente decencia, dimitiría. Como no gasta de eso, lo más probable es que tire de mandato hasta que pueda subyagar otro éxito deportivo para hacerlo propio y poder posicionarse para su futuro post-FEB, tanto en el ámbito político, como en el empresarial.

Pero no todo es política y relaciones públicas en el método FEB. También hay una parte deportiva, un desarrollo del equipo durante estos 10 años que a mi modo de ver, quedo paralizado en 2008.

Del Mundial de Japón a los JJOO de Pekín, vimos un equipo, que con sus derrotas (sobretodo el final del Europeo 2007) había alcanzado su tope baloncestístico, y vino con el ocaso del último alero, sostenible, que ha tenido el equipo nacional. Con la marcha de Carlos Jiménez España perdió a un jugador básico en eso de hacer mejores a sus compañeros, y no ha sabido encontrar el alero tipo, el alero especialista para poder seguir compitiendo.

Ni el que ya estaba Álex Mumbrú, ni el que venía más rápidamente Carlos Suárez, ni el que mayores ilusiones por potencial atraía, Victor Claver, se han estabilizado en el roster del equipo nacional. Flagrante es el caso del valenciano, que lleva 6 campeonatos en la selección, y sólo el año pasado y ante la bateria de ausencias, jugó más de 3 minutos por partido.

Ante esta ausencia de un "3" nato, se ha producido un déficit "histórico" en cada campeonato, que en ocasiones no ha tenido incidencia notable sobre el resultado final pero que indudablemente nos ha hecho sufrir más. El salto en la rotación de Rudy Fernández a titular, a supuesto, en mi opinión cerrar las puertas del equipo a Claver, a parte de estropear uno de los mayores aciertos de Pepu Hernández (la famosa segunda unidad de Chacho-Rudy-Mumbrú-Felipe), así como dejar a Rudy sin el faro del protagonista que si era en esa segunda unidad, manteniendolo bajo el paraguas de Gasol y Navarro, lo que ha mermado notablemente su capacidad de juego, sobretodo en momentos importantes.

Desde la dirección deportiva ha faltado claridad al estipular una serie de necesidades básicas para el futuro de la selección nacional que van desde buscar esa mayor promoción de Claver y otros jóvenes, así como de fijar un entrenador experto que habría debido de apostar por una rotación clara (la mía era Calderon-Navarro-Claver-Pau-Marc; Chacho-Llull-Rudy-Felipe-Ibaka, con Ricky y Abrines de especialistas; y al final a jugar lo que más nos interese).

Ricky Rubio, Llull e Ibaka han entrado en la selección de manera importante y cubriendo los huecos de Cabezas/Raúl López, Berni y Garbajosa, pero no completamente al menos en el caso del ala-pivot de Torrejón con su papel de 4 abierto, tan de moda y tan necesario en el baloncesto actual.

Toca recomponerse y lamerse las heridas, pero no deben retardarse muchas decisiones importantes para el funcionamiento y saneamiento, del ya maltrecho antes del partido del miércoles, baloncesto en España. Si ahora, su principal valedor que es la selección absoluta masculina no consigue realizar una transición adecuada entre su mejor generación, y lo que venga, puede que infrinjamos una herida de muerte al basket en nuestro país, o cuando menos, un daño que haga cambiar completamente, la naturaleza de lo que tenemos ahora. Y ese cambio no tiene pinta de ser a mejor precisamente.

La Autogestión

Como el Barça de Rijkaard, o la selección de fútbol de Del Bosque, el equipo nacional de baloncesto, su núcleo duro de jugadores, año a año ha aumentado su independencia con respecto a las decisiones deportivas que les afectaban. Con cada cambio de entrenador se ha ido perdiendo en autoridad desde este puesto hacia sus jugadores y sin embargo se ha ampliado una sensación de interlocución directa entre la pista y la dirección de la FEB para mayor gloria de unos y otros.

Hubo polémcias con Aíto y con Scariolo, y Orenga no ha querido estropear la sonrisa de los jugadores. El clan de la pocha ha hecho y deshecho con cierto grado de autonomía, y todo hay que decirlo, mientras la pelotita naranja entraba, medios y aficionados estábamos contentos, y más cuando ponías algo en algún foro aduciendo este particular y te crujían a negativos.

Desde el paradigma de la autogestión, no tengo ninguna duda que se ha promocionado a Rudy para que fuera el 3, y Scariolo y Orenga, sin personalidad han tragado, perdiendo un gran escolta y una gran segunda unidad, para ganar un alero de mentira que encima ha entrado en la autocomplacencia bajo la sombra de los Gasol, Calderon o Navarro. También es evidente que ha tomado parte en la dicotomía de los nacionalizados por Ibaka. Aunque considero al congoleño mejor jugador y más comprometido que Mirotic, habría que saber si un entrenador con más autoridad, y acostumbrado a emplear ala-pivots abiertos (pienso en Joan Plaza, por ejemplo) habrían optado por el montenegrino.

Todos recordamos el Europeo 2009 en el que se pasó de unos partidos lastimosamente penosos, en los que casi Gran Bretaña nos manda a casa, a una serie de cuartos, semifinal y final, primorosas, salvajemente jugadas, dejando unos partidos soberbios a ambos lados y que dejaron una sensación evidente de compromiso y ganas por parte de los jugadores. Ganas que pusieron cuando quisieron, limitando el papel de Scariolo al de mero espectador.

Todos entendieron lo que pasaba y la autogestión apareció para no marcharse. El equipo trabajaba poco en ataque y algo más en defensa, hasta llegar a la situación actual con Orenga en la que el equipo en 7 partidos oficiales no ha expuesto, nada, absolutamente nada, que sonará a algo colectivo, no individual, que mostrará trabajo y entrenamiento, riqueza táctica.

Así con un baloncesto notoriamente inferior a la que la práctica totalidad (con las dos bajas importantes de Jimenez y Garbajosa) expuso para el Mundial 2006, España cayó en la autocomplacencia y en cierto grado de soberbia a la que también se agarró la prensa deportiva del país, notoriamente futbolera que llevan dos años vendiéndonos la moto de la final contra USA Basketball.

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