jueves, 20 de diciembre de 2007

La NocheVieja Universitaria y la hipocresía del alcalde-cacique


Hoy hace 7 días que se celebro La NocheVieja Universitaria. No se sabe muy bien cuando empezó esta celebración. Se dice que hace unos 10 ó 12 años un minúsculo grupo de estudiantes de la USAL, no salmantinos y que venían de distintas provincias, decidieron que debían festejar el fin de año en su lugar de residencia invernal (8 meses llegan a pasar los estudiantes en Salamanca al año) y que mejor fecha que hacerlo el último jueves del curso en el año saliente. Personalmente yo me uní a esta celebración hace 5 años, cuando después de haber visto, mientras quitaba la terraza en aquella explotadora cafetería en la que curraba por aquel entonces, a como mucho, 400 ó 500 personas enfrente del reloj, saltando y brindando con champagne tras las campanadas; después salí de fiesta por esos bares de lustroso nombre, estética hortera, música horrenda y timo seguro, donde coincidí con los “fiesteros” y me explicaron en qué consistía aquella original propuesta. Al año siguiente ya estudiando, junto a mis compañeros y amigos, celebramos plenamente la Nochevieja Universitaria, que había aumentado en número exponencial (yo diría que aquella vez en la plaza estaríamos unas 2000 o 2500 personas) pero mantenía su espíritu libre. Un año más duro aquella dicha, y tal fue su magnitud, que ya esa mafia que gobierna en la sombra Salamanca, ese cartel de estafadores, timadores, violentos y sesudos capitalistas llamada Asociación de Empresarios de Hostelería se apropiaron de ella. Lo hicieron con el beneplácito del Ay-Untamiento, que vio la manera perfecta de evitar “sanos” botellones y de cobrar por impuestos la idea de un grupo de estudiantes no salmantinos.

Y en qué consiste la Nochevieja Universitaria. Pues allá va: Celebración de las campanadas en una abarrotada Plaza Mayor (previo control de No-inclusión de bebidas alcohólicas en el ágora), regalo de las manidas bolsas de cotillón (inútiles, pesadas y no-reciclables), y lo que más le interesa a ese Sindicato del Crimen: Procesión desde la plaza a los bares asociados, para escuchar ese horror musical, en locales atestados y apestados, previa ingestión –nada económica- de adulteradas copas (su lema es ¡¡¡Viva el Garrafón!!!), como manera de enriquecimiento, auspiciado por el Ay-Untamiento liderado por el “cacique-cola”, y que encuentra de esa manera una manera perfecta de recaudación (una más) intoxicando a la juventud, de manera no ideológica pero si líquida.

Así tenemos pasados 3 años (según los promotores esta es la Tercera Edición) una festividad, que por lo menos este año han tratado de darle un tinte social (esperemos que lo recaudado vaya a ONG´s y sea bien utilizado) y más diurno (buena idea lo de la Ginkana por el centro histórico, porque de verdad, que los jóvenes no sólo queremos beber).

Y digo yo: ¿Se podía haber boicoteado la celebración del jueves día 13, para haberla hecho otro día? La respuesta es SI. Cada uno es libre de hacer, acudir y dejarse hacer lo que quiera (o desconozca). Por supuesto que todos debemos pasárnoslo bien y disfrutar (yo mismo adoro al hedonismo) pero también tenemos que tener algo de conciencia política y social que nos permita ver más allá de lo que nos enseñan. En unos momentos en los que esta ciudad se juega el pasar a ser la élite en la recaudación del país, sin haber salido del subsuelo en renta per-cápita no es lo que mejor le viene que entremos por el aro, y tod@s tengamos que divertirnos como nos dicen. No voy a caer en decir yo lo que hay que hacer. Ni mucho menos. Pero debemos ser mucho más responsables de nuestros actos ya que nuestros dirigentes locales, ni por asomo, lo son.

El evento tiene cosas positivas: Se ha logrado dar a conocer la ciudad, , sus estudiantes y las ganas de pasárselo bien, sin organizar un macro-botellón en las calles, y por supuesto (menos mal) sin peleas. Se consigue vender el único producto que tenemos en la provincia (a parte del jamón de Guijuelo) como es Universidad y su ambiente, y por primera vez en mucho tiempo, se puede asociar el nombre de Salamanca como una ciudad libre, viva y de amplio sentir progresista, frente a la ya sesgada imagen rancia y trasnochada de anteriores manifestaciones como las del Archivo. Pero claro; que le supone esto económicamente al Ayuntamiento de Salamanca (es decir, a sus ciudadanos), porque este evento se organiza por una asociación privada, que obtiene los mayores réditos sin prácticamente rascarse el bolsillo. El que haya gente que pretende estar borratxa todo el día (cada uno hace con su dinero y su cuerpo lo que quiere) le da el pretexto perfecto para canjear nuestro ocio por su riqueza. La policía, los servicios de limpieza o los sanitarios. Todos ellos pagados por el Ayuntamiento, tras una noche y un día de trabajo por la actividad de una asociación privada. Esa es la realidad. Pero en fin; fue un día de fiesta, bueno para Salamanca, sus gentes y sus visitantes. Es una manera de divertirse con cierto aire a alternativa que ya ha calado y se ha convertido en una tradición (manipulada en sus últimas ediciones) y que por el resultado general, se puede decir que estuvo bien preparada (existe la duda si por el civismo de los jóvenes participantes o por el azar).

Ahora bien. Hablemos de hipocresía (¡¡¡cojones ya!!!). Resulta que ante las manifestaciones por el tarifazo, el señor Lanzarote, actuó con tal cinismo que ni el mismismo Diógenes. Ante la negativa a dejar el balcón del Ayuntamiento de la Plaza Mayor (de todos los salmantinos) a FEVESA, ahora no ha dejado lugar a dudas para que el ágora quede a disposición de una Asociación claramente afín.

Más hipocresía aún, si tenemos en cuenta que la prohibición de beber en la calle (polémica ordenanza), con una especie de “huelga de bolis caídos” en los que no se irían a imponer las multas por consumo de alcohol en la calle durante la noche del día 13. Y claro no hay quien se explique (yo no soy bueno en matemáticas) qué: si según los periódicos del NO-DO salmantino y el concejil y sus aliados es imposible que un recinto como la Plaza Mayor albergue a más de 20000 personas. Cómo se explica que los empresarios quieran, y de hecho consigan, que la noche del día 13 se llegaran a los más de 30000 personas, contando arbolito de Navidad, escenario y policía.

Y todo esto justo un día después de que otra vez Salamanca fuera noticia por su alcalde facha y sus modales. Resulta que desde FEVESA y las distintas asociaciones vecinales se pusieron en contacto con Caiga Quien Caiga para, a través de su sección “Proteste Ya”, hacer eso, protestar por una subida de impuestos brutal, represiva y que tiene como fin recuperar lo perdido por la corrupción instalada en la alcaldía. Y el hecho es que, el bueno de Gonzo vino a Salamanca. Se entrevisto y tomo de primera mano las opiniones de los convocantes, pero también de viandantes (jubilados en la Plaza Mayor), y después de dejarnos perlas como “Si lo llego ha saber en mayo, no le voto” o “Desinjusticia” ¿?, emprendió la carrera por oír la voz de los dirigentes. Primero el responsable de seguridad y transportes, abucheado huía de las preguntas del intrépido con micrófono, escondiéndose en una cafetería. Momento que aprovechaba el alcalde para salir por la puerta de atrás del consistorio. Dos avispados salmantinos comunicaron a Gonzo la noticia y este emprendió la carrera para en la plaza Santa Eulalía, abordar al alcalde que camino de su vivienda (Calle Azafranal, hacer ruido toca) nos brindo una de las más geniales interpretaciones humorísticas vistas. Qué si no te oigo, que si en León,… Ni Tip&Coll, ni Gila (¿Es ahí el enemigo?), ni Cruz y Raya. Cacique-cola o lo que es lo mismo Lanzarote. Obviando la persecución a un alcalde que nos lleva 12 años mostrando sus modales retrógrados, fascistas y déspotas, lo más curioso es ver como se les esta poniendo el culo (con perdón) a los jerifaltes de Madrid o Valladolid al ver como su lacayo en terreno proclive al PP (buscan el 5º diputado) anuncia subidas de impuestos cuando ellos publican a luz y taquígrafos su intención de bajar los impuestos si ascienden al poder en marzo (será el de propiedades).

En definitiva, que no esta la cosa para fiestas por estos lares, por muchas ganas que tengamos todos de salir. Nos falta organización para plantar cara a una Asociación que vive íntegramente de la Universidad (para los de biología, la Asociación de Hostelería es como un parásito de la USAL) y encima nos envena. Así como para intentar plantar cara al cacique, que encima se ríe desmintiendo la subida del bus. Mi propuesta para solventar esto es sencilla: Huelga General (que pocas ganas tengo de trabajar, la verdad) en Salamanca ciudad y provincia, hasta que este impresentable dimita.

Por cierto, atiende al video del CQC: Sin Verguenza

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