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martes, 12 de diciembre de 2017

Hipócrita y precaria Navidad



Un año más ya está aquí la Navidad. No en las fechas, digamos más tradicionales, sino en el previo que marca los encendidos de alumbrado en sus -antes nuestras- ciudades y en la retahíla de perfumes y juguetes que inundan los prime time televisivos.
De la noche a la mañana “volvemos” a correr como pollos sin cabeza en busca de los langostinos, el cochinillo, los turrones, las loterías, los cotillones, la hiper elegante colonia de moda, el juguete del año y el dron o cualquier soplapollez que se les haya ocurrido y que ya no podemos vivir sin ella. Una vez más el consumismo esta aquí.
No es que el resto del año hubiera desaparecido, ni que existiera en nuestra conciencia a modo social, la presencia de la pobreza, la injusticia social o el escarnio de los desfavorecidos. Pero ahora es en mi caso, doble y triplemente lacerante. Porque mientras aplaudimos y capturamos con el móvil de última generación las luces navideñas, hay millones de personas que no pueden calentar su casa. Incluso que no tienen energía para poder calentarse una lata que es a lo que el capitalismo ultra liberal les concede.
Millones de euros que nuestros ay-untamientos, endeudados o no, van a tirar a la basura para “ilusionar con la Navidad”, si, pero también para dar gusto a los lobbies del comercio y la hostelería ávidos por seguir sacándonos las cuatro precarias perras que conseguimos la mayoría de la población. Y por supuesto para pagar esos adornos usando la electricidad más cara y menos sostenible de Europa, lucrando a los estafadores de las eléctricas -hace no tanto tiempo empresas públicas- y asegurando el movimiento en las puertas giratorias por lo que pudiera pasar.
Este año las luces navideñas van a combinarse en los paisajes urbanos con la retahíla de banderas que inundan los balcones. El procès va a ser el tema estrella de las comilonas de empresa, amigos y familia durante estas fiestas y no estará de más, que junto a los fármacos digestivos, nos aprovisionáramos de buenas dosis de drogas duras para contrarrestar los efectos de la demagogia barata, la desinformación plausible y las patrañas cotidianas de los cuñaos indignadísimos de uno y otro lado por todo lo que ha acontecido estos últimos meses.
Tendremos el discurso del Rey y su retahíla de frases hechas, lugares comunes y eslóganes carcas que nos hablarán del Espíritu de la Transición y una Constitución que nos dimos en nuestras horas más oscuras y que si no es para dar gusto al capital extranjero no se puede ni reformar, y en la que no se cumplen ni uno sólo de sus principios básicos en justicia social. No recordará a las mujeres maltratadas y humilladas constantemente. Tampoco a los colectivos despreciados. Pasará olímpicamente de los dependientes. Ni la sarta de injusticias que la doble moral católico reaccionaria del PP ha ido imponiendo estos años. No tendrá ni palabras para quienes no pueden calentar su casa o sufren los rigores de la pobreza y la precariedad.
En definitiva, la rueda consumista y el individualismo extremo aceleran a finales de año para con una sarta de tradiciones absurdas vaciar de contenido simbólico y humanizante las fiestas y todas nuestras relaciones sociales, para convertirlas en ganancias.
Particularmente, desde hace varios años limito mis regalos a mis seres queridos en un detalle que trato de buscar sea de su agrado y utilidad y redoblo mis aportaciones mensuales a varias ONG’s. También, en las últimas navidades hemos instalado una tradición familiar de donar ropa (entre ellas 3 ó 4 mantas que compramos con ese objetivo) a entidades sociales que las reparten cuidándose de evitar el escarnio y la estigmatización social.
Lo que quiero expresar con estas líneas que incluyen esta revelación personal es que reflexionemos. Que paremos la rueda de la cotidianidad individualista y depredadora para reconocer lo que esta pasando en el mundo y lo que nos está pasando a nosotros. Que empaticemos. Que recobremos la solidaridad y recuperemos la cordura. Que seamos más felices compartiendo que compitiendo. Que tengamos siempre en mente que a nuestro alrededor, a veces pared con pared, tenemos el sufrimiento y el dolor. La pobreza y la indignidad.
Si no lo veis así y por adelantado: Feliz e hipócrita Navidad. Feliz consumismo y próspero Año precario.
Si por el contrario os hecho espabilar, indignaros e incluso despertad de éste Matrix, disfrutad de unas grandes fiestas con vuestros seres queridos y que tengamos todas y todos un nuevo año intenso en la lucha, solidario y convencido y pleno en la victoria por la justicia social y los derechos humanos como cimientos incuestionables para un país, y un mundo mejor.


lunes, 16 de enero de 2012

Muerte de un franquista


Es una pena que a los jueces argentinos o a Baltasar Garzón no le haya dado tiempo para juzgar a quien tanto hizo por la dictadura en España, casi nada por una democracía real y también su buena parte para enquistar España en el lamentable estado que ya he ido resumiendo por este blog. A mi, como a muchos nos hubiera gustado juzgarte por cómplice de genocidio. Por tus firmas en las sentencias de muerte durante el franquismo; por rapar a las mujeres de mineros en protesta o por la represión salvaje, violenta y abusiva contra las manifestaciones en Vitoria del año 77. Pero el hecho es que has muerto. Españoles, Fra... Fraga ha muerto y se ha marchado entre ruinas. Las de los tuyos propios y asimilados al fascismo. Las de la España que nos has regalado tu y el resto de herederdos de los golpistas del 36. Ruinas desde la derecha, incluso con mayoría absoluta. Una ruina que en 100 años, la historia eqiupará a tu vida. Recuerdo y memoria. Una memoria que muchos medimos en parámetros de democracia soñada, democracia Real Ya, no la que con tu gestión y chantaje la ponéis de ejemplo y modélismo. Otros te miden con reglas de dictadura. Y hoy día de obituarios, olvidadizos y falsos, te ven grande, imprescindible.

Hoy, a parte del ínfame ministro de turismo franquista que se baño en una playa a 60 km. de donde decía estar, para mantener pletesía al imperio aliado, también se mueren otras muchas personas. Y bastantes de ellas, hombres y mujeres, lo hacen anónimamente después de defender la libertad y la democracia o de no ver la ansiada justicia y reparación por todos aquellos que aún hoy yacen en las cunetas y tapias de los cementerios de este país. Esa reparación en gran parte no se ha llevado a cabo por este señor. Todo esto, y muchas cosas más, nos obligan a recordar quien eras de verdad. Y más con la pleitesía y alabanza continúa de prácticamente todo el espectro periodístico de este país. Auténtica hipocresía.¿A quién no le pesa tu apoyo decidido a la dictadura cuando valora tu persona? Te defienden asesinos con los que tienes un aire de familia (¿cuántas sentencias de muerte firmaste en los gobiernos de Franco?). O hijos de asesinos. Quizá también algún despistado. Imbéciles nunca han faltado. Aunque el grueso de tu recuerdo viene de tus comilitones de la guerra civil. Matasteis mucho. Como para olvidaros.

Fraga esta a la altura de su adorado Franco, de su respetado Pinochet (¡cómo te moviste para que Garzón no lo juzgara!), o de Videla. Lo peor del siglo XX, que ha condenado al mundo a ser un lugar peor para vivir, con menos libertad, menos justicia y más desigualdad, anclándolo en el siglo XIX. Me hubiera encantado verte acusado, juzgado y encarcelado y no con funerales de estado. Arrepentido no, porque siempre despreció la democracia. No lo oiréis, ni lo veréis, ni hoy ni los días siguientes. Espero leerlo dentro de muchos años, en libros de texto, en comentarios críticos, en ensayos históricos. Fraga no se arrepintió nunca de su pasado, y su ideología, tradicional, fascista, machista, xenófoba, anti-libertaria y antisocial. Era puro odio, y por eso hoy celebramos al muerte de este dinosaurio.

Ha sido la muerte de un convencido franquista y que jamás se ha arrepentido de sus delitos, muchos de sangre, lo que debería hacer reflexionar a este pseudo-país, para recordar que el franquismo sigue vivo, altivo, orgulloso y con total vigencia, marcando claramente las líneas de la idiosincrasía de un país desmemoriado, roído por la amnesia y con una justicia histórica ausente. Fraga no fue sino un político aferrado al poder, a la dominación ideológica y a su perseverancia de cualquier forma, incluso faltando a los derechos humanos. Entregado permanentemente a su propia causa y egoísmo, se perpetuó de manera continúa en el poder, constituyéndose bajo su impetú autoritario y vehemente como el defensor de la desmemoria y del vergonzoso perdón nacional. Fraga formó parte de una dictadura curel y sanguinaria, enormemente represiva, que puso en práctica las consignas que el general Mola concibe en el verano del 36 para perseguir y atemorizar a las izquierdas. Es decir, fue parte activa del atraso de este país; y no sólo eso, sino que encima colaboró una vez muerta la dictadura de forma personal, para mantener el estado oligárquico, retrógrado, recalcitrante católico, anclado en un pasado muy lejo y caciquil que tan bien le sentaba en las elecciones galegas.

Fraga: Tú eres de los que no se arrepienten. Tanto odiabas. A las mujeres a las que rapaste la cabeza por que siempre fuiste muy hombre, a los militantes a los que contribuiste a asesinar, a la gente honrada a la que insultaste incluso después de muertos. Tú justificaste el asesinato de Grimau. Todo un padre de la Constitución celebrando el asesinato extrajudicial de un tipo cuyo delito fue defender la democracia. Qué lástima que no haya vida después de la muerte para que te cobren tanta infamia. Aunque quitarais todos los recuerdos de la Dirección General de Seguridad de la Puerta del Sol la memoria es perseverante. Ahí mismo, en Sol, está la memoria de los que ayudaste a asesinar. Si nosotros pudieramos, como después del desmembramiento de la RDA (si del régimen comunista tan criticado) pudiésemos leer las actas judiciales y la documentación que los servicios secretos y de seguridad del estado franquista tenía sobre todos nosotros y nuestros padres, abuelos y bisabuelos, veríamos el nombre de Fraga firmando sentencias de muerte, seguimientos y castigos con la complicidad de los delatores e inquisidores eclesiásticos.

Fraga ha muerto, pero no olvidamos. Siempre estarás en nuestra memoria. Como cómplice de asesinos. Como franquista. Como arrogante. Dijistes que la calle era tuya. Nuestro es el desprecio. Dijiste que había que reprimir con mano dura en Vitoria. Y llenaste Vitoria de muertos. Cuánta muerte te ha acompañado siempre. Pero no creas que nos quitas sosiego. No vamos a pensarte mucho. Sólo hoy, que te querrán ensalzar, con hipocresía. Nosotros, hoy, en cambio y como todos los días, agradecemos a los que lucharon por la democracia. A los que tú asesinaste. A los que quisiste condenar al olvido. A los que encarcelaste, golpeaste, espiaste. En Alemania, cuando cayó el comunismo, todo el mundo pudo ver sus archivos policiales. Aquí no nos dejan hacerlo. Saldrías mucho en esos papeles. Persiguiendo demócratas. ¿Te tenemos que recordar como un padre de la patria?

Estas palabras son para que nadie se engañe. Hoy que los vengativos vencedores, herederos de los traidores y mercenarios del capitalismo depredador, de la derecha rancia y de la iglesia retrógrada te ensalcen, muchos, nosotros los verdaderos demócratas, las personas que soñamos con un mundo mejor, una verdadera democracia, nosotros dejamos claro todo nuestro desprecio y odio por todo el daño que hicistes, y sobretodo por dejarlo todo atado y tan bien atado. Aunque haya que recordarlo precisamente hoy, que te empeñas en marcharte haciendo ruido.

Toda muerte es una derrota. Incluso la tuya. No me alegro de que hayas muerto. Sobretodo porque te vas sin juntar tu nombre a la justicia. Pero no nos engañamos. Ha muerto un aprovechado cuyo principal interés fue él mismo, un autoritario, un arrogante, un fascista. Alguien al que le debemos buena parte de lo peor de la Constitución, lo que la hace menos democrática (el papel del ejército, la monarquía, el sistema electoral, el catolicismo, el apoyo a la escuela privada…). Y si por ti fuera, no hubiéramos tenido ni divorcio ni las mujeres derecho alguno.

Pese a todo lo que se dice hoy en los hipócritas y serviles medios, la democracia en este país no la trajo Fraga, sino que llego más bien pese a Fraga y gente como él.

Que tu dios te recoja y te pida cuentas. Por cada inocente que humillaste, por cada demócrata que mancillaste, por cada persona honrada que insultaste. Que te dure la eternidad el pago por tu vida haciendo daño.

Nos vamos a acordar de todo el dolor que causaste. ¿Que embridaste a la derecha? Es decir, tenemos que estaros agradecidos porque decidisteis seguir mandando también en la democracia.

Veo sonreír a las mujeres de los mineros a las que cortaste el pelo para humillarlas…Te tienen lástima. Incluso después de muerto.
Porque somos mucho mejores que vosotros.
Que la tierra te sea leve.
Mucho más de lo que nunca nos deseaste.
Y gracias por recordarnos que tenemos que seguir peleando.

¿Qué democracia vamos a tener mientras siga este relato de la Transición que confunde los papeles?
Nuestro recuerdo, sólo para los demócratas.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Apología del Fascismo

La historia, la memoria histórica de este país es un terreno pantanoso, peligroso y lleno de alambradas de espino. España, al contrario que los países de su entorno (Portugal, Grecia, Alemania, Italia, incluso hasta las repúblicas de la ex-Yugoslavia o Rumania) no ha sido capaz de cerrar su transición a la democracia, ni siquiera en los libros de texto, de elevar un pacto de reconciliación histórica y política, entre las dos facciones que se enfrentaron en los años 30, izquierda y derecha, de la que basta con ver un debate del parlamento, para paladear la revancha, violencia y falta de respeto de una, y la resignación, orgullo y gallardía de la otra.

Evidentemente, con ese primer parrafo véis ya mi orientación, y porque me siento mal, y como yo tantos otros. La realidad es que hace casi 36 años que falleció el dictador, y unos 33 de una constitución que se articula como un ejercicio de equilibrismo por el fino alambre marcado por el fascismo para una posible reconciliación, y que cualquiera avezado en la historia política europea la reconoce como una constitución de transición con una vida útil de no más de 25 años, y que tenía que haber sido el guión para marcar una democracia real, participativa, igualitaria y que terminará, como no puede ser de otra manera, con la voz del pueblo expresada en forma de referendums para dictaminar bajo consenso y consulta popular las formas del estado, sus caminos de participación, su articulación tanto geográfica, social como económica y un sinfin de materias que de solo plantearlas en la justicia social y obrera provocan picores en la revanchista, y eso que salió vencedora, derecha de toda la vida. Esa derecha de ejército, clero y nobleza que impide a este país salir hacia adelante.

Lo cierto es la generación de la guerra civil y la postguerra está falleciendo, y uno de los últimos ejemplos, no anónimos, fue Jorge Semprún. No quiero pensar que se dirá de España, y de los españolitos de ahora, de su pueblo y de sus líderes políticos, en un futuro, en 100 años por ejemplo, cuando se estudien en los colegios e institutos y universidades de todo el mundo, el por qué y cómo en España se decidió dar sepultura a la verdad, la libertad, la justicia y el derecho, y a la vez dar pábulo a la mentira, la injusticia, los liberticidas y asesinos que rompieron con las bombas el sueño de un país mejor para todos y todas con el único argumento que siempre han manejado: las bombas.

Lo que ya no puedo ni tan siquiera imaginar, es como puede ser el estertor de la muerte de uno de sus niños o niñas de la postguerra, ya ancianos, que en su lecho de muerte, caen sin vida sin saber todavía, qué pasó con sus padres, madres, hermanos mayores, familiares, etc. y sin la reparación de la justicia (partidista, y por lo tanto fascista y de derechas) que merecen, como individuos y también las instituciones y la República, ese sueño de progreso, libertad e igualdad para todos, que se rompió por la violencia. Pero es que aún hay más.

Hace unos meses, la Real Academia de la Historia presentó el estudio que montó para acabar con el vacío historiográfico de los grandes nombres de este país. Había que amarrar la memoria de las vidas y obras de los excelentes con una inversión de 5,8 millones de euros. El pasado tiene su precio. Una semana después, el hueco se  multiplico y magnifico hasta convertirse en un maloliente asidero por el que se ha permitido que algunos hayan vomitado las mentiras, las ficciones y los delirios de la propaganda franquista. Con las páginas de estos 25 volúmenes entre las manos, todos ellos han sido acusados de no haber respetado las pautas científicas ni el rigor moral de una ciencia a la que maltrataron con ideología. La realidad es que poco se podía esperar de un país que no llama dictador a Franco, pero esta visto que los impresentables, te llegan a sorprender.

Y es que ha funcionado a la inversa y el diccionario de la Real Academia de Historia ha dejado de lado la ciencia y la verdad y ha utilizado única y exclusivamente dinero público para ensalzar, una vez más, las figuras, acontecimientos, hechos y definiciones que atañen el franquismo y la dictadura, y por el contrario ha minimizado (como si ya lo anterior, no valiera para denigrar la memoria republicana), y en muchos casos criminalizado y ninguneado a los perdedores, que llevaban la bandera de la libertad y la igualdad.

La estrategia de recuperación de la memoria histórica ha sido un rotundo fracaso justo por lo contrario que sostienen sus detractores: no porque el pasado esté muerto, sino porque está demasiado vivo. Y está demasiado vivo porque fue demasiado injusto. El fracaso de la iniciativa de Zapatero demuestra que había que intentarlo, al igual que el hecho de que la derecha interpretara esa iniciativa como una agresión demuestra que las cuentas con la historia no están saldadas y que el pasado sigue vivo.
Tan vivo que, por ejemplo, se cuela con toda naturalidad en un aséptico diccionario impulsado por una venerable institución como la Academia de Historia cuyo cometido último es precisamente saldar de manera respetuosa y científica las cuentas del pasado, no engordarlas incorporando nuevas infamias o legitimando las antiguas, dejando de lado cualquier aspecto del historicismo,el sentido crítico, la verdad o el aspecto técnico y ciéntifico por el que ya han sido criticados y repudidados por las instituciones universitarias.

Como las mentiras manchan en papel mucho más que en la punta de la lengua, ha llegado la hora de la verdad. El momento en el que la Academia, después de reconocer su mala praxis, debe retirar esos mil ejemplares que andan sueltos por la calle. Cuando me hablan de peligro público, pienso en ellos, en los tomos; cuando me dicen que el futuro se ha estropeado, que ahora es sucio y degradado, este diccionario es parte de la montaña de basura que contamina la respiración de los antepasados. La memoria es una especie amenazada que sobrevive a sus doctores.

Hay que ser muy sin vergüenzas para utilizar dinero público con el fin NO de crear una obra de referencia en materia de historia, sino para emplear esa misma obra como un modo de exaltación del fascismo y la dictadura. Lo hizo el PP, cuyo gabinete planteo en su momento la creación de este diccionario, y lo hace el PSOE que después de una buena teoría con la Ley de Memoria Histórica nunca tuvo las gonadas suficientes para evitar la pinza parlamentaria (tan bien utilizada, y expresión máxima de lo falsa que es esta democracia), y darle práctica a esa teoría con los fondos suficientes para rastrear en archivos, en bosques, en cementerios y en cunetas y asi dar JUSTICIA y reparación a todas las víctimas de ambos bandos, pero dejando claro, la verdad: La República era la forma del estado de España en 1936 y tras las elecciones de junio de ese año, era la izquierda comunista los llamados a formar legítimo gobierno, porque así lo quiso la mayoría de la población. La República y todas las gentes y asociaciones que agarraron un fusil o un lápiz y lucharon por ella, son las víctimas, y deben de ser los homenajeados y consagrados en la libertad, la justicia y la igualdad, han de tener la reparación y el homenaje ahora, que hay una (supuesta) democracia; y no los liberticidas, asesinos y traidores, que son los que tienen homenajes en las fachadas, estatuas y en lo que es peor, en las leyes que en teoría votamos todos, porque quien voto al PSOE, entre otras cosas, seguro que buscaba y necesitaba esa reparación justa y necesaria.

No puedo dejar de plasmar el excelente artículo de Vincenç Navarro, a colacción de tan sádicos acontecimientos:

La dictadura terrorista y totalitaria
A la vuelta de un largo exilio, uno de los hechos que más me sorprendieron de la vida política española fue la percepción –ampliamente aceptada por el establishment político, y promovida por los medios de mayor difusión– de que la Transición de la dictadura a la democracia había sido modélica, creando una democracia que era homologable a las existentes en la Europa occidental. La realidad, sin embargo, mostraba con toda su crudeza una democracia muy incompleta y un bienestar muy insuficiente, realidad que continúa hoy, 33 años después.

España continúa teniendo el gasto público social (que financia al Estado del bienestar) per cápita más bajo de la UE-15. Y políticamente acabamos de ver cómo las fuerzas conservadoras han intentado prohibir la participación en el proceso democrático de un partido político, Bildu, debido a su origen, enraizado en una fuerza terrorista, ETA, y ello a pesar de que tal partido se ha distanciado de la violencia y ha aceptado las reglas del proceso democrático. Pero esto parece no ser suficiente para el Partido Popular, que desea que este partido condene tal pasado terrorista, intentando llevar a la cárcel a todos aquellos que todavía hoy defienden a ETA.

Este comportamiento sancionador del terrorismo contrasta, sin embargo, con el comportamiento del propio Partido Popular, que nunca ha condenado explícitamente y por su nombre a la mayor fuerza terrorista que existió en España durante el siglo XX, responsable del mayor número de asesinatos políticos que haya ocurrido en la historia del país. Ningún otro régimen ha asesinado a tantos españoles como la dictadura iniciada por un golpe militar, liderado por el general Franco, en contra de un sistema democrático, la II República. Fue un régimen basado en el terror, con asesinatos políticos (por cada asesinato político que cometió Mussolini, Franco cometió 10.000), torturas (sistemáticamente realizadas en sus cárceles), campos de concentración y exilio. Aquel golpe fue realizado por los que falsamente se autodefinieron como los nacionales (la mayoría de sus tropas de ataque eran mercenarios y extranjeros, y su victoria se debió única y exclusivamente al apoyo extranjero de Hitler y Mussolini) que estaban en una “cruzada” (cuyas tropas de choque, paradójicamente, eran musulmanas) y que supuestamente defendían a la patria (imprimiendo un enorme retraso económico, político, cultural y social al país). En realidad, era una minoría en contra de la mayoría de las clases populares de los distintos pueblos y naciones de España, lo cual requería el terror para su propia supervivencia. El terror fue sustancial en la existencia de aquel régimen hasta su último día.

Sin pretender establecer categorías, el número de víctimas de aquel terror (asesinatos políticos) fue de casi 200.000, una cifra mucho mayor que la realizada por ETA (839). Las víctimas de aquel régimen terrorista continúan ignoradas durante el periodo democrático, sin que el Estado las haya homenajeado como se merecen. El contraste entre el comportamiento del Estado hacia las víctimas de ETA y las víctimas de la dictadura es vergonzoso e ilustra no sólo la diferente vara de medir el terrorismo, sino la baja calidad del estado democrático, cuyo Tribunal Supremo, por cierto, está enjuiciando al único juez que ha intentado en España que el Estado se responsabilizara de encontrar a los desaparecidos en aquella dictadura y de enjuiciar a los responsables de tanto dolor y terror.

La entrada dedicada a Franco del Diccionario Biográfico Español –publicado por la Real Academia de la Historia, e iniciado y financiado por el Gobierno del PP dirigido por José María Aznar– es una alabanza y una apología del responsable del mayor terror que haya existido en España. A pesar de ello, un dirigente del PP alabó la biografía de tal terrorista, presentándola como obra ejemplar. Utilizando el mismo criterio que tal partido aplica a ETA, el autor de tal biografía debiera estar en la cárcel y la Real Academia de la Historia tendría que haberse cerrado. Y, al propio portavoz del PP que hizo tal alabanza, se le hubiera tenido que llevar a los tribunales.

El hecho de que todo esto no ocurra muestra el enorme poder de las fuerzas conservadoras que hegemonizaron el proceso de la Transición y el periodo democrático. ¿Cómo, si no, puede explicarse que incluso hoy, en los libros de texto de la asignatura obligatoria de cultura cívica se sostengan posturas dignas de la ultraderecha del Tea Party de EEUU, tales como definir al feto como ser humano, considerar el aborto voluntario como un asesinato, o definir al darwinismo como una doctrina sospechosa? ¿Y, cómo, si no, pueden explicarse la visión tan sesgada y negativa que se da de la II República y el silencio sobre el terror del régimen que la derrocó que están presentes en los libros de texto de las escuelas públicas?

Pero la represión de aquel régimen fue también psicológica e ideológica, precisamente debido al carácter totalitario del mismo. La ideología que imponía era el nacionalcatolicismo, mezcla de un nacionalismo españolista extremo e imperialista, con características racistas (el día nacional se llamaba el Día de la Raza, y la película que realizó el dictador se llamó Raza) y de un catolicismo reaccionario en extremo que, junto con su caudillismo, un machismo muy acentuado y una hostilidad al mundo obrero y sindical, constituyó una ideología totalizante, pues quería cambiar “al hombre”, penetrando en las áreas más íntimas de las personas, desde el sexo hasta la lengua, todo ello normatizado. Tal régimen tuvo pleno control de los medios y de las instituciones. Considerar aquel régimen como meramente autoritario es ignorar la asfixia intelectual, política, económica y cultural que la mayoría de las clases populares sufrieron para mantener la “placidez” de aquellos que se beneficiaron de tal terror.  

Vicenç Navarro es catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universitat Pompeu Fabra

jueves, 8 de abril de 2010

De locos



Resulta hilarante y desconcertante que en España, esa supuesta gran nación que defienden los de derechas se juzgue a un juez por realizar su trabajo. Por tomar una demanda y denuncia, de gran calado social, pero al fin y al cabo una petición de justicia, o cuando menos de investigación. Levantar una causa judicial contra la maquinaria dictatorial que ensangrentó y tracionó a un país es su delito. Hacer lo mismo que otros jueces, o él mismo en Chile o Argentina, es algo que no ha gustado a la rancia derechona.

A Garzón se le juzga por ponerse de lado de las víctimas, por abrir diligencias contra el franquismo. Por una primera amenaza de exhumar los restos del puto enano gallego para ver si realmente esta muerto. Por tratar de meter mano en archivos diocésanos, registros civiles o documentación privada de personas y asociaciones ligadas al Movimiento y por un intento de poner dignidad, reconocimiento y justicia a todas aquellas personas y asociaciones que llevan 35 años buscando sus muertos en tapias sin numerar de cementerios, en cunetas y fosas comunes.

El Tribunal Supremo en lugar de resolver los recursos y cuestiones de competencia pendientes en relación a la causa contra los crímenes del franquismo, que tienen una evidente trascendencia histórica, social y jurídica ha admitido querellas interpuestas por grupos ultraderechistas alegando una presunta prevaricación del Juez Garzón, en su investigación sobre los crímenes del franquismo, consistentes en el plan sistemático y preconcebido de eliminación o exterminio de oponentes políticos, muchos de ellos por su condición de sindicalistas.

Las querellas interpuestas ante el Tribunal Supremo persiguen injustamente al Juez Garzón también por otras actuaciones judiciales, como la instrucción de los graves delitos de corrupción política del caso Gürtel.

Por otra parte en las actuaciones del órgano de gobierno de los jueces respecto al juez Garzón parecen estar pesando razones extrajudiciales.

Considerar que un Juez comete delito de prevaricación porque se disiente de su criterio jurídico, que está motivado y fundado, compromete gravemente el Estado de Derecho y la independencia del poder judicial; y la persecución del Juez Garzón cuestiona la consideración de la Justicia en la sociedad española, y también en el ámbito internacional.

Los impedimentos jurídicos que se sostienen por algunos para hacer inviable la causa de los crímenes contra la Humanidad del franquismo, hubieran hecho imposible también el Proceso de Nüremberg contra los criminales nazis.

Nadie puede pretender erigirse en garante de la legalidad del Estado social y democrático de Derecho en el que vivimos, amparando vulneraciones de la memoria histórica y favoreciendo la impunidad de la corrupción política.

La actuación del Juez Garzón en la instrucción de la histórica causa contra los crímenes de lesa humanidad cometidos por el franquismo a raíz del golpe de Estado contra la legalidad constitucional republicana en julio de 1936 y la guerra civil y la posguerra, perseguía buscar a las personas desaparecidas y recuperar los restos mortales de las personas asesinadas y verificar los hechos y la revelación pública y completa de la verdad, procurando una declaración oficial o decisión judicial que restableciera ante tales crímenes, la dignidad de las víctimas, de sus familiares y de la sociedad en su conjunto; compatibilizando la actuación judicial penal con la Ley de la Memoria Histórica, en interés siempre de las víctimas.

Es un escándalo que estén a punto de sentar en el banquillo de los acusados a un juez por intentar investigar los crímenes del franquismo. Parece que en lo que muchos entendemos o creemos que debiera ser, un país con un sistema democrático, político, social, judicial, ético y moral maduro camino de contextualizarse con los sistemas de sus países vecinos de la Vieja Europa es una utopía.

Creo que ya esta bien. Qué con 35 años de "transición" nos vale para recuperarnos en todos los niveles de la ceguera y el oscurantismo que nos metió la dictadura. Pero no. La derecha aún siente revancha y ansías de imposición y victoria y no es más capaz que emponzoñar las instituciones, los debates, que sesgar la realidad bajo un prisma de intolerancia e intransigencia. Todo esto en la cobertura, porque en el sustrato se dedican a continuar lo que su añorado régimen comenzó: Robar a los españoles.

Parafraseando al New York Times "Aunque al juez "le atraen los casos notorios y algunas veces se extralimita", "su objetivo constante ha sido negar la impunidad a los poderosos y extender el ámbito de las leyes internacionales sobre derechos humanos", afirma el diario. Por eso, "se debería permitir a Garzón volver a ese trabajo lo antes posible".

viernes, 26 de febrero de 2010

Trombonazo


La desfachatez se ha convertido en una moneda de cambio habitual en estos tiempos en los que la crisis, más que económica, se ha cebado en la moral de las personas. Sería inacabable tratar de realizar un relato de los múltiples casos de actuaciones poco ajustadas a un comportamiento digno pero la noticia conocida esta semana sobre los emolumentos que ingresa y que ingresará una vez jubilado el presidente de la Sociedad General de Autores Españoles (SGAE), Teddy Bautista, se encarama a los primeros puestos del sonrojo.

Bautista, azote de todos aquellos que no pagan el impuesto revolucionario acordado por la SGAE, olvidará su vida laboral con un rinconcito mensual de 24.500 euros, lo que equivale al 90 por ciento del salario que ha estado percibiendo hasta la fecha. Da una cierta envidia comprobar como hay personas que pueden cobrar ese dineral mensualmente pero esa sensación discurre hacia la indignación cuando dichos emolumentos emanan de una actividad difícilmente comprensible. Como ustedes saben la SGAE se encarga de velar por los intereses de los autores y peina sin piedad cualquier escenario que le permita ingresar buenas cantidades de euros, aunque eso sea costa de la música de fondo que se oye en las peluquerías o en el soniquete que emiten las radios que son media vida en los casals de jubilados.

La SGAE ha cometido graves errores en los últimos tiempos, como por ejemplo, no saber medir entre la lícita defensa de los intereses de los autores intelectuales y la política del abuso. Más allá de la anécdota, inadmisible, de un salario estratosférico cincelado a base de impuesto desalmado, la sociedad debería preguntarse si organismos como la SGAE tienen sentido. Especialmente porque cuando uno esquilma en una sociedad democrática tiene que servir para beneficiar a los usuarios finales, es decir, a los artistas, y no parecen los creadores estar demasiado felices con las cifras que reciben.

Es posible que el reparto no sea muy generoso porque la entidad tenga otros compromisos prioritarios como cubrir los presupuestos de obras de nuevas sedes y cumplir con la base salarial de su cúpula directiva. Pero está claro que después de conocer un poco más lo que se esconde en la cocina de la SGAE espero que ayuntamientos, peluquerías, asociaciones de jubilados y demás damnificados por la guadaña de los derechos de autor se rebelen de una vez por todas. No se trata de llamar a la desobediencia civil sino simplemente al deseo de poner las cosas en su sitio. Pocas veces existe de una manera tan clamorosa la sensación de hacer justicia como en este caso.

Da miedo pensar qué puede haber en la trastienda de los fondos que maneja la SGAE, pero ya es hora de que la sociedad se entere y obligue a rectificar ese comportamiento. Es el momento de que nos olvidemos del fino violín y apostemos por un decidido trombonazo.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Putos Galácticos


Las cuentas no andan bien y debido a semejante desbarajuste el Gobierno se exprime los sesos para tratar de equilibrar la balanza de gastos e ingresos, tras un paro salvaje que destroza vidas, proyectos y esquilma las cuentas de la Seguridad Social. ¡Qué bueno hubiera sido intervenir el precio de la vivienda y reducirlo a un 33% (por lo menos) lo que nos habría dado la oportunidad a muchos de emanciparlos, teniendo todos casa, los constructores e inmobiliarias algo menos ricos, pero sin pisos sin sacar del stock y con el consumo funcionando a pleno rendimiento!. Pero claro yo no soy el presidente del gobierno (os jodéis).

Entre las muchas de las injusticias reinantes una de las más insolidarias, recalcitrantes y ley a medida echa es la llamada "Ley Beckham", ordenamiento basado en las disminución del tipo impositivo sobre la renta (hasta 24% por el 43 en circunstancias normales) para aquellos extranjeros de élite que trabajen en el país y ganen más de 600.000 euros. El supuesto de la ley era atraer a trabajadores de alto nivel, ingenieros, catedráticos, innovadores para tratar de dar un impulso al I+D+i. La idea es que el desierto académico e innovador mudará a un frondoso bosque de empleo de élite, altos ingresos y que pusiera a España en la vanguardia de las nuevas tecnologías y de la investigación y desarrollo científico e industrial.

La ley no tenía mala pinta si se le hubiera puesto un límite (3 años por ejemplo) y si sólo hubieran sido ellos los beneficiados. Porqué de 70 personas que se acogen en este momento a este régimen fiscal, 56 son futbolistas, mientras que sólo tenemos 6 catedráticos y 8 ejecutivos. Y es que los clubes punteros del fútbol español y la Liga profesional con el beneplácito de las autoridades, la federación nacional y el sindicato de jugadores profesionales (aquí hay mucha gente que se lo ha llevado) aprovecharon la laguna jurisdiccional para inflar los contratos y crear la manida Liga de las Estrellas.

Llegados a este momento el PSOE ha planteado su recesión y el fútbol profesional se alarma, escandaliza y amenaza con la huelga, bueno mejor dicho, un cierre patronal, porque ellos son los patronos y es que no tienen ni puta idea de vocabulario. El tema es que amenazan con el cese del "pan et circens", del fútbol, de toda la vanalización de los problemas cotidianos como si el pueblo español soberano y creo que cansado ya de tanta injusticia nos fuéramos a poner de su parte.

Pues oíga no, joder!. Basta ya de cacicadas, asaltos y desvergüenzas varías. Se acabó ya por fin el bochorno de los astronómicos fichajes y el mercadeo. De las "estrellitas" porque los mejores, son españoles (Xavi, Iniesta, Cesc, Casillas, Torres, Villa, Silva, Mata, Negredo,...). Si creen que voy a salir a protestar porque estos poligoneros y chulos no van a cobrar tanto y seguir su vida entre las discotecas y salir corriendo a "defender a su país" lo tienen claro. También me importa una mierda si se hunden los clubes. Me da igual Mandril, barça, atleti o Salamanca. Son empresas capitalistas expuestas a los malos balances, las deudas, los cierres, los EREs y las malas gestiones. Estoy en contra de que ayuntamientos y diputaciones "rescaten" clubes cuando sus directivos han hipotecado sus recursos y generado deudas, después de llevarse pingües beneficios y que tengamos todos los contribuyentes pagar esos desmanes. Por qué un club de fútbol, y no una empresa de Tele-marketing.

Me preguntó qué hemos hecho en vidas pasadas para vivir bajo el chantaje de empresarios y mafiosos de medio pelo, periodistas subnormales y borregos engominados que gracias a un balón se han librado de morir de inaiación dentro de la vorágine del capitalismo depredador y competidor en el que vivimos. Odio eso de que por un partido de fútbol lo vean 12 millones de personas, digan que el país se paró o que todo el mundo estaba frente al televisor. Pues no, joder. Resulta que todavía hay otros 32 millones de personas que dedicaron esa hora y media a otra cosa (espero que fueran 16 millones de cópulas). A colacción, no me hacen ninguna gracia ninguno de esos "patriotas" deportistas que ante cualquier éxito se enfundan en la bandera y llevan los colores patrios en cascos o muñequeras, para luego cotizar en el paraíso fiscal cualquiera. Eso si es solidaridad, verdad. Yo no les dejaba representar a España. A lo mejor no ganábamos una mierda (demostrado sólo nos quedaría el fútbol, el basket, el ciclismo y el deporte amateur que vive de las subvenciones y becas públicas) pero sería otra victoria de la sinceridad y la claridad.

Con fútbol o sin él, quizás con más tranquilidad y reposo, me levantaré por las mañanas y seguiré yendo al trabajo. Después al gimnasio o a correr. Leeré, escucharé música, tocaré la guitarra y amaré a mi novia. Saldremos los amigos a divertirnos y a protestar. Estare informado o desinformado, pero mi vida continúa porque el fútbol es un espectáculo más dentro de la oferta de ocio que tenemos; si no tenerlo provoca disturbios, ansiedad o depresión, este hecho es inversamente proporcional al borreguismo instalado en el país de la pandereta.

jueves, 20 de diciembre de 2007

La NocheVieja Universitaria y la hipocresía del alcalde-cacique


Hoy hace 7 días que se celebro La NocheVieja Universitaria. No se sabe muy bien cuando empezó esta celebración. Se dice que hace unos 10 ó 12 años un minúsculo grupo de estudiantes de la USAL, no salmantinos y que venían de distintas provincias, decidieron que debían festejar el fin de año en su lugar de residencia invernal (8 meses llegan a pasar los estudiantes en Salamanca al año) y que mejor fecha que hacerlo el último jueves del curso en el año saliente. Personalmente yo me uní a esta celebración hace 5 años, cuando después de haber visto, mientras quitaba la terraza en aquella explotadora cafetería en la que curraba por aquel entonces, a como mucho, 400 ó 500 personas enfrente del reloj, saltando y brindando con champagne tras las campanadas; después salí de fiesta por esos bares de lustroso nombre, estética hortera, música horrenda y timo seguro, donde coincidí con los “fiesteros” y me explicaron en qué consistía aquella original propuesta. Al año siguiente ya estudiando, junto a mis compañeros y amigos, celebramos plenamente la Nochevieja Universitaria, que había aumentado en número exponencial (yo diría que aquella vez en la plaza estaríamos unas 2000 o 2500 personas) pero mantenía su espíritu libre. Un año más duro aquella dicha, y tal fue su magnitud, que ya esa mafia que gobierna en la sombra Salamanca, ese cartel de estafadores, timadores, violentos y sesudos capitalistas llamada Asociación de Empresarios de Hostelería se apropiaron de ella. Lo hicieron con el beneplácito del Ay-Untamiento, que vio la manera perfecta de evitar “sanos” botellones y de cobrar por impuestos la idea de un grupo de estudiantes no salmantinos.

Y en qué consiste la Nochevieja Universitaria. Pues allá va: Celebración de las campanadas en una abarrotada Plaza Mayor (previo control de No-inclusión de bebidas alcohólicas en el ágora), regalo de las manidas bolsas de cotillón (inútiles, pesadas y no-reciclables), y lo que más le interesa a ese Sindicato del Crimen: Procesión desde la plaza a los bares asociados, para escuchar ese horror musical, en locales atestados y apestados, previa ingestión –nada económica- de adulteradas copas (su lema es ¡¡¡Viva el Garrafón!!!), como manera de enriquecimiento, auspiciado por el Ay-Untamiento liderado por el “cacique-cola”, y que encuentra de esa manera una manera perfecta de recaudación (una más) intoxicando a la juventud, de manera no ideológica pero si líquida.

Así tenemos pasados 3 años (según los promotores esta es la Tercera Edición) una festividad, que por lo menos este año han tratado de darle un tinte social (esperemos que lo recaudado vaya a ONG´s y sea bien utilizado) y más diurno (buena idea lo de la Ginkana por el centro histórico, porque de verdad, que los jóvenes no sólo queremos beber).

Y digo yo: ¿Se podía haber boicoteado la celebración del jueves día 13, para haberla hecho otro día? La respuesta es SI. Cada uno es libre de hacer, acudir y dejarse hacer lo que quiera (o desconozca). Por supuesto que todos debemos pasárnoslo bien y disfrutar (yo mismo adoro al hedonismo) pero también tenemos que tener algo de conciencia política y social que nos permita ver más allá de lo que nos enseñan. En unos momentos en los que esta ciudad se juega el pasar a ser la élite en la recaudación del país, sin haber salido del subsuelo en renta per-cápita no es lo que mejor le viene que entremos por el aro, y tod@s tengamos que divertirnos como nos dicen. No voy a caer en decir yo lo que hay que hacer. Ni mucho menos. Pero debemos ser mucho más responsables de nuestros actos ya que nuestros dirigentes locales, ni por asomo, lo son.

El evento tiene cosas positivas: Se ha logrado dar a conocer la ciudad, , sus estudiantes y las ganas de pasárselo bien, sin organizar un macro-botellón en las calles, y por supuesto (menos mal) sin peleas. Se consigue vender el único producto que tenemos en la provincia (a parte del jamón de Guijuelo) como es Universidad y su ambiente, y por primera vez en mucho tiempo, se puede asociar el nombre de Salamanca como una ciudad libre, viva y de amplio sentir progresista, frente a la ya sesgada imagen rancia y trasnochada de anteriores manifestaciones como las del Archivo. Pero claro; que le supone esto económicamente al Ayuntamiento de Salamanca (es decir, a sus ciudadanos), porque este evento se organiza por una asociación privada, que obtiene los mayores réditos sin prácticamente rascarse el bolsillo. El que haya gente que pretende estar borratxa todo el día (cada uno hace con su dinero y su cuerpo lo que quiere) le da el pretexto perfecto para canjear nuestro ocio por su riqueza. La policía, los servicios de limpieza o los sanitarios. Todos ellos pagados por el Ayuntamiento, tras una noche y un día de trabajo por la actividad de una asociación privada. Esa es la realidad. Pero en fin; fue un día de fiesta, bueno para Salamanca, sus gentes y sus visitantes. Es una manera de divertirse con cierto aire a alternativa que ya ha calado y se ha convertido en una tradición (manipulada en sus últimas ediciones) y que por el resultado general, se puede decir que estuvo bien preparada (existe la duda si por el civismo de los jóvenes participantes o por el azar).

Ahora bien. Hablemos de hipocresía (¡¡¡cojones ya!!!). Resulta que ante las manifestaciones por el tarifazo, el señor Lanzarote, actuó con tal cinismo que ni el mismismo Diógenes. Ante la negativa a dejar el balcón del Ayuntamiento de la Plaza Mayor (de todos los salmantinos) a FEVESA, ahora no ha dejado lugar a dudas para que el ágora quede a disposición de una Asociación claramente afín.

Más hipocresía aún, si tenemos en cuenta que la prohibición de beber en la calle (polémica ordenanza), con una especie de “huelga de bolis caídos” en los que no se irían a imponer las multas por consumo de alcohol en la calle durante la noche del día 13. Y claro no hay quien se explique (yo no soy bueno en matemáticas) qué: si según los periódicos del NO-DO salmantino y el concejil y sus aliados es imposible que un recinto como la Plaza Mayor albergue a más de 20000 personas. Cómo se explica que los empresarios quieran, y de hecho consigan, que la noche del día 13 se llegaran a los más de 30000 personas, contando arbolito de Navidad, escenario y policía.

Y todo esto justo un día después de que otra vez Salamanca fuera noticia por su alcalde facha y sus modales. Resulta que desde FEVESA y las distintas asociaciones vecinales se pusieron en contacto con Caiga Quien Caiga para, a través de su sección “Proteste Ya”, hacer eso, protestar por una subida de impuestos brutal, represiva y que tiene como fin recuperar lo perdido por la corrupción instalada en la alcaldía. Y el hecho es que, el bueno de Gonzo vino a Salamanca. Se entrevisto y tomo de primera mano las opiniones de los convocantes, pero también de viandantes (jubilados en la Plaza Mayor), y después de dejarnos perlas como “Si lo llego ha saber en mayo, no le voto” o “Desinjusticia” ¿?, emprendió la carrera por oír la voz de los dirigentes. Primero el responsable de seguridad y transportes, abucheado huía de las preguntas del intrépido con micrófono, escondiéndose en una cafetería. Momento que aprovechaba el alcalde para salir por la puerta de atrás del consistorio. Dos avispados salmantinos comunicaron a Gonzo la noticia y este emprendió la carrera para en la plaza Santa Eulalía, abordar al alcalde que camino de su vivienda (Calle Azafranal, hacer ruido toca) nos brindo una de las más geniales interpretaciones humorísticas vistas. Qué si no te oigo, que si en León,… Ni Tip&Coll, ni Gila (¿Es ahí el enemigo?), ni Cruz y Raya. Cacique-cola o lo que es lo mismo Lanzarote. Obviando la persecución a un alcalde que nos lleva 12 años mostrando sus modales retrógrados, fascistas y déspotas, lo más curioso es ver como se les esta poniendo el culo (con perdón) a los jerifaltes de Madrid o Valladolid al ver como su lacayo en terreno proclive al PP (buscan el 5º diputado) anuncia subidas de impuestos cuando ellos publican a luz y taquígrafos su intención de bajar los impuestos si ascienden al poder en marzo (será el de propiedades).

En definitiva, que no esta la cosa para fiestas por estos lares, por muchas ganas que tengamos todos de salir. Nos falta organización para plantar cara a una Asociación que vive íntegramente de la Universidad (para los de biología, la Asociación de Hostelería es como un parásito de la USAL) y encima nos envena. Así como para intentar plantar cara al cacique, que encima se ríe desmintiendo la subida del bus. Mi propuesta para solventar esto es sencilla: Huelga General (que pocas ganas tengo de trabajar, la verdad) en Salamanca ciudad y provincia, hasta que este impresentable dimita.

Por cierto, atiende al video del CQC: Sin Verguenza

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...