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miércoles, 12 de julio de 2017

Must show go on?

Se que dando mi opinión sobre este tema voy a causar polémica y debate. También soy consciente que lo voy a escribir y voy a expresar se puede volver en mi contra en un futuro, con otro desgraciado accidente o atentado y ser yo y mis acompañantes, los que nos quedemos sin un concierto, un festival o un evento cualquiera. De hecho ya me ha ocurrido. Mi pareja y yo nos quedamos sin ver en 2015 a Foo Fighters en Barcelona, cuando estos suspendieron su gira tras el atentado en la sala Bataclan de Paris en noviembre de 2015 cuando tocaban los que iban a ser sus teloneros Eagles of the Death Metal.
Aquella vez tras lamentarnos y fastidiarnos, y porque no decirlo lanzar ciertas maldiciones, nuestra frustración se torno en cierta comprensión, debido a que entendíamos lo difícil que tiene que resultar seguir con tu trabajo, tu día a día o con el espectáculo cuando ocurren hechos tan desgraciados y lamentables.
La decisión de Foo Fighters creo fue pausada y con plazos suficientes para hacer efectivas devoluciones y cambios. Sin embargo, lo que ocurrió el viernes necesitaba de una respuesta directa y sin fisuras.


Se llamaba Pedro Aunión y era actor, bailarín y coreógrafo. Era artista. Era un trabajador. Era una persona. El viernes, durante una actuación en el festival MadCool, se precipitó al vacío desde una altura de 30 metros perdiendo la vida delante de miles de personas. Ante un suceso como este, ¿se puede decir eso de la vida sigue? ¿vale apelar al espectáculo debe continuar? O es necesario hacer un alto en el camino, en la agenda, parar la vorágine de nuestros días para reflexionar y rendir homenaje tranquilo, sincero y sentido a quien ha abandonado este mundo.
La realidad fue una vez más cruel, cuando Pedro Aunión, actuando, trabajando, se precipitaba al vacío y era atendido por los servicios de emergencia para al final fallecer delante de miles de espectadores. Pero esa realidad cruel se convirtió además en miserable cuando la dirección del festival decidió continuar como si nada hubiera pasado.
Para justificarse han lanzado un comunicado informando que fue la policía quien aconsejó ante la posible emergencia de disturbios y altercados que continuará la programación tras el fatal accidente. A su vez, Green Day quien era el grupo que a continuación actuó, ha lanzado su comunicado indicando que no fue informado de lo sucedido, y que de haberlo sabido, y por respeto al artista fallecido, habría cancelado su actuación.
Desde luego leyendo algunas de las reacciones en Twitter de algunos “anónimos” que tengo el criterio de no seguir cuando el nombre de Pedro Aunión o “Mad Cool” se convirtieron en trending topics, está más que justificada la posición expresada por la policía y las fuerzas de seguridad, ya que la sintonía general era el “Show must to go on”, o “yo he venido aquí a ver a Green Day”, o el resignado “que se la va hacer, la vida sigue”, algunos de ellos sin ni siquiera lamentarse de tal lamentable hecho luctuoso.


Así me pasa que cada vez me siento más fuera de esta sociedad. Más desubicado. Des contextualizado, me creo incluso, atemporal. Vivimos en un mundo y bajo un sistema en el que el goce y el disfrute máximo e individual es lo más importante por encima de cualquier otra consideración, sea ética o moral. Ese disfrute viene asociado a una sobre exposición y explotación en las redes sociales donde hoy en día se busca la aceptación y el inflado del ego, por las reacciones viscerales de quienes ni siquiera, en la mayoría de los casos, conocemos. Una suerte de prolongación de la adolescencia a través del ordenador y la pantalla del móvil en el que a través de esas redes sociales conseguimos un retrato muy amplio del sentir y del opinar de la mayoría de la sociedad o en escalado de un público determinado. Y a veces, esas opiniones o reacciones nos sorprenden, nos intimidan, atemorizan e incluso apesadumbran.
Es evidente que estamos desnaturalizados ante la muerte. No sabemos enfrentarnos a ella, y el proceso de insensibilización al que nos ha sometido la cultura pop no ayuda, ya que percibimos sin más la muerte y el sufrimiento ajenos (de alguien que no conocemos o no tratamos) sin tener ni la más mínima capacidad, ni el más nimio interés en empatizar, para poder así respetar y preservar la memoria de quien muere.
Si no lo hacemos cuando alguien delante de nuestros ojos cae desde 30 metros y fallece tras agonizar en el suelo en el que se ha estrellado, cómo hacerlo con los miles de millones que por azar de haber nacido en un lugar concreto, nuestro sistema consumista les otorga el papel de prescindibles.


Está claro que en el mundo del arte, del escenario, existe un mantra, una especie de subgestión colectiva que se expresa en ese “el espectáculo debe continuar”. No acabo de entender como alguien es capaz de salir a actuar después de que haya fallecido un ser querido o este en una situación penosa. Me parece que aquel que trabaje de cara a la audiencia desarrollando un evento artístico o cultural y por lo tanto intelectual, no está en sus mejores momentos para ofrecer todo lo que puede dar, pero sobretodo, se debe respeto a si mismo y a su luto e intimidad.
Aunque no comparto esta servidumbre que parece ya propia de la profesión y del hecho artístico, me parece repugnante e inmoral que se haya instalado en nuestra mente y por ende en la sociedad el “la vida sigue” como bálsamo y escape inmediato ante un accidente tan escalofriante, una tragedia tan pavorosa, un atentado o una catástrofe humanitaria.
En la vorágine informativa que se adhiere a nuestras rutinas diarias (trabajo y/o estudios, vida familiar, aficiones, descanso, etc.) pasamos con un mensaje de consternación y solidaridad en las redes sociales, y al menos yo, con algunos minutos reflexionando a las cifras de muertos, desaparecidos y víctimas que nos proponen los medios, o que si somos más avezados y concienciados buscamos nosotros mismos.
Un incendio forestal en Portugal; un fuego que devora una torre de viviendas en Londres; otro atentando en Europa; Guerra y violencia en Oriente Próximo; hambre y emergencia sanitaria en el Cuerno de África; inmigrantes ahogados en el Mediterráneo… son algunas de las tragedias que recientemente nos han asaltado y sobre las que ya no nos acordamos. Y cómo lo vamos a hacer si “somos” capaces de seguir bailando cuando una persona ha muerto delante de nuestras narices.
Nos, QUÉ DIGO, a algunos les parece bien que salga un tipo disfrazado de conejo a hacer el imbécil mientras alguien que estaba trabajando se debatía entre la vida y la muerte. Mientras otros luchaban por salvarle.
Escribo entre apesadumbrado e indignado. Incapaz de comprender como hay alguien capaz de poner la vida humana en un segundo lugar. Me da igual lo que pongamos en primer orden: el capital, la ideología, la fiesta, la seguridad, el negocio. Cuando la vida, y las condiciones de la misma, no están en el primer lugar de las preocupaciones y de el más básico concepto de dignidad, deberíamos replantearnos seriamente la sociedad que “estamos construyendo”.
Qué ética, qué moral estamos usando si somos incapaces de tener la más mínima empatía para con quien ha muerto trágicamente. Qué mundo es éste el que hemos construido, y por primera vez en la historia, y gracias al uso de la tecnología, también han participado los jóvenes dando Me Gustas y compartiendo opiniones.
Sólo decir que cada día me siento más fuera de este sistema y más convencido de que es la decisión correcta. Y por último trasladar mi más sentido pésame a la familia y seres queridos de Pedro Aunión, y a la de todas y todos aquellos, anónimos, que mueren y sufren accidentes mientras desarrollan su trabajo.


lunes, 28 de noviembre de 2016

Hasta siempre, Comandante

El viernes a las 22:30 hora de Cuba, fallecía Fidel Castro, líder revolucionario y mesíanico del comunismo y la libertad. Rápidamente, tras dar su hermano y actual Presidente de Cuba, Raúl Castro, la noticia, los medios transmitían la información para empezar sin dilación a tergiversar el perfil histórico, político y humano de Fidel. Los medios del capital titulaban “ha fallecido en su cama el Dictador Fidel Castro a los 90 años”.
No hay que rastrear mucho para contextualizar la imagen de quien, junto a una quincena, de jóvenes revolucionarios y utópicos se lanzó a la lucha por recuperar Cuba de las garras del capitalismo, el narcotráfico y la arrogancia de la potencia vecina que siempre la consideró su sórdido patio trasero de recreo.
Por ejemplo está el informe de la ONU donde dice que el “Dictador” Castro consiguió convertir a Cuba en uno de los pocos países de Latinoamérica con Alto Índice de Desarrollo Humano. Vaya, como habrá conseguido falsear los datos. Bueno, la ONU son una amalgama de "buen rollistas".
Resulta que ese "Dictador" hizo de Cuba el único país de Latinoamérica sin desnutrición infantil, según la UNICEF.
Es curioso, también, que ese “Dictador” llamado Fidel Castro, con su arcaica ideología y visión del mundo, construyera de la nada más absoluta y frente a dificultades tiránicas como el bloqueo, las injerencias exteriores o la fuga de capitales un sistema de salud pública, mundialmente reconocido, por su eficiencia y eficacia. Qué haya conseguido ser el primer país en donde desaparezca la transmisión del VIH de madre a hijo. Y que ante cualquier catástrofe natural o artificial, arranque la solidaridad organizada del pueblo y el gobierno cubano, siendo la envidia y a la vez la meta de todos los trabajadores voluntarios que asisten a zonas de conflicto o de catástrofe humanitaria por su organización, control y resultados.
Un "Dictador" que lejos de usar la educación como una fuente de pensamiento único, legó hace ya más de 30 años un sistema educativo gratuito y universal en todas sus fases y que ha recibido notables respaldos tanto en las pruebas de calificación de méritos, como en los parabienes de académicos y divulgativos. 
Es tremendamente aleccionador comprobar que ese “Dictador” convirtierá a Cuba, frente a la carestía impuesta por el rencoroso vecino del Norte, en una potencia mundial en Cooperación Internacional y Solidaridad con más de 60.000 expatriados y empleando en este fin el 2% del PIB nacional. No el publicitado 0'7 al que ni siquiera llegamos en Españistan.
Curioso resulta que quien presentan como un “Dictador” hiciera de Cuba el primer estado de todo el continente americano en aprobar el Derecho al Aborto Libre y Gratuito. Que incluyera la educación sexual como materia lectiva. Y que recibiera notables premios y menciones internacionales por labor del estado en la erradicación del machismo y en el desarrollo de la equidad de género. Cierto es, que se produjeron lamentables y reprobables persecuciones a homosexuales y transexuales. Pero también lo es, que además de pedir perdón, se haya elaborado en Cuba un programa pionero en todo el mundo para la integración de estos colectivos en aras de respeto y tolerancia.
Un “Dictador” que con su uniforme verde oliva o el chandal del equipo olímpico cubano se ha marchado siendo el anfitrión y principal impulsor del Proceso de Paz en Colombia. Un firme defensor de la causa Palestina y de la resolución del conflicto en Tierra Santa por medio de la negociación, el diálogo y la cesión por ambas partes. El primer aliado de Mandela en su lucha por erradicar el apartheid, cuando éste no era un mito, sino que era tratado de terrorista por Occidente.
Un "Dictador" que ha conseguido refrendos democráticos desde el año 62, en 46 ocasiones. Con participaciones electorales que oscilan entre el 80% y el 90% de quienes tienen derecho al voto.
Ese “Dictador” que a los tres años de llegar al poder errádico la libre circulación de armas de fuego. Mientras en Estados Unidos (principal beneficiario de aquel comercio) mueren cada 50 minutos una persona por un disparo de arma de fuego realizado por otro civil, en Cuba se cuentan 5 fallecimientos por la misma causa desde 2002.
Un “Dictador” que pese al bloqueo y el yugo impuesto por “los defensores de la democracia”, como gustan de llamarse los Estados Unidos, ha dejado a Cuba como el país que no pertenece a la OCDE que ha cumplido con más y mejores resultados la Agenda de los Objetivos del Milenio (2000-2015) como Desarrollo Humano.
Dictador” que ha posicionado a Cuba como envidia en el Desarrollo Sostenible con la menor huella ecológica por habitante y kilo de comida producida del mundo, según datos de WWF.
Dictador” que ha hecho de Cuba una potencia mundial del Deporte y también de la Cultura, no como fin económico en si mismo, sino como estrategia de integración social para la juventud.
Un "Dictador" que lejos de sumir a su país bien en el cierre diplomático o bien en la expansión belicista, se esforzó en exportar la Revolución y en tejer redes de colaboración, apoyo y solidaridad obrera e indígena con su entorno, Latinoamérica y el mundo, en especial las otras zonas y los otros pueblos oprimidos, avasallados y pisoteados.


Corría el año 1956, concretamente diciembre, cuando los guerrilleros a bordo del yate Gramma partían del exilio forzado en México hacía su casa, su isla, su patría para devolver la dignidad y la libertad a su pueblo, oprimido y castigado por un títere fascista como Fulgencio Batista cuyas cuerdas las movía el imperio yankee.
No voy a continuar con el relato de la formidable vida de Fidel Castro, cuya biogarfía está, como casí todo en la vida ya, en la wikipedia. Por supuesto hay otras más apócrifas e interesantes sin tanta medida de imparcialidad. Y desde luego, existen retratos del poder interesados en deslegitimar la vida y sobretodo el legado, la carga ideológica y política de Castro. Una dimensión que de trascender, harían rodar cabezas. Las suyas concretamente.
Evidentemente, sería iluso si no lo reconociera, ha habido errores en la gestión política de Fidel Castro en Cuba, durante todos estos años. Quizás hubiera sido necesario y saludable haber dado antes el paso atrás que dió hace 8 años al frente de la Revolución. Quizás y también saludable, hubiera sido articular el relevo al frente hace ya un tiempo, siempre y radicalmente, dentro de la Revolución, dentro de la ideología comunista. Esto hubiera ayudado a erradicar personalismos que son el combustible de quienes hoy enfangan el luto sobre el mito, quienes buscan contaminar cualquier trascendencia y los logros que 60 años de Revolución comunista han dado a Cuba, Latinoamérica y también el mundo.
Cuando en estos días los tertulianos y los medios del capital califican a Fidel Castro como “Dictador” yo no puedo más que pensar en cómo sería Cuba, si la Revolución hubiera fracasado. Si Batista se hubiera hecho perenne en el poder, adelante y atrás del país caribeño, rindiendo pleitesía y usurpando soberanía nacional al pueblo cubano para legárselo a la potencia imperialista yankee.
Considerar a Fidel Castro un dictador cuando sistemáticamente ha derruido (casi todos) los estándares dictatoriales habituales, y que en por ejemplo en España, tan bien y desgraciadamente conocemos, es una polución interesada por descalificar, faltar a la verdad y ahogar la vigencia y los éxitos que un puñado de soñadores tuvieron en 1956.
Al poder dominante no le conviene hacer un retrato veraz hacia Castro y la Revolución Cubana. Haría ver que sí se puede. Que hay que atreverse. Empoderarse, prepararse y asumir que se debe luchar y se puede morir. Que los ideales libertarios y comunistas permanecen. Que la educación y la cultura, la lectura, el saber, la investigación nos hacen más libres al desenmascarar las mentiras que nos cuentan.
Estoy seguro que con los años las nuevas generaciones colocarán a Fidel Castro en su lugar, como uno de los personajes históricos más influyentes del Siglo XX. Y como uno de los políticos más vigentes, visionarios y auténticos de la historia de la política y de la filosofía.

En dos días perdimos a dos hombres, a dos referentes. Marcos Ana y Fidel Castro. Dos emblemas de la lucha por mundo mejor, donde dignidad, justicia, igualdad y libertad no fueran lemas prostituidos.
Un par de día antes, había muerto Rita Barbera. Un emblema, sí. De la corrupción. Del desprestigio de la política. Del uso de las instituciones, los derechos y el legado democrático de occidente para el beneficio propio y del de sus amiguitos y amigotes. Dos maneras de ver la política, como vocación de servicio público, a los demás y progreso, y como vocación de servicio a uno mismo, pudriendo lo de los demás y anclando en el pasado y el fango la realidad.

Muere el hombre pero vive la Revolución por la dignidad y la libertad de los pueblos. En pie, por el comandante Fidel Castro.



jueves, 14 de julio de 2016

Carta a un asesino

 
Foto filtrada tras la corrida del día 9 de julio en Pamplona, en San Fermín

Estimado Sr. “El Juli”,

Me llamo Ángel Luis Domínguez de profesión soy informático y ahora estoy ejerciendo como concejal de Izquierda Unida – Los Verdes en el Ayuntamiento de Santa Marta de Tormes. En Salamanca. Tierra de toros. Y soy amante de la naturaleza, de los entornos y ecosistemas naturales, de las plantas y de los animales, y por supuesto, también de los toros. Acabo de leer sus declaraciones con atención y voy a escribirle unas palabras.

En primer lugar quiero que quede claro e inequívoco. Lamento profundamente la muerte de su compañero, Victor Barrio. Una muerte que jamás debería haberse producido. Como la de decenas de toreros y profesionales más. La de miles de aficionados que pierden la vida en un festejo popular sustentado en una arcaica lectura que justifica el maltrato animal por diversión; como la de millones de seres vivos, toros, cabras, pavos, gallinas, ocas, patos que murieron sufriendo por la diversión humana más irracional y bárbara.

Su nombre u apodo me sonaba. Prácticamente el único, junto al de José Tomás o Enrique Ponce, que me suenen del mundo de la tauromaquía, ya que no soy aficionado a estos eventos y huyo cuando se producen cerca y cambio de canal asqueado y abochornado cuando sale algo en televisión. Con respecto a mí, es posible que saque conclusiones y certezas sobre que soy un radical, un hippie y un comunista. Y no le faltará la razón. Me apasionan la lectura, la historia, la filosofía y si tengo que elegir donde esta mejor un toro “de lidia” sin duda tengo claro que en la dehesa, en el monte, nunca en una plaza de toros, repleta de afilados cuchillos y energúmenos violentos sin un mínimo de empatía y racionalidad. Y de esta idea y estas aficiones saco conclusiones y certezas que me hacen decirle que las declaraciones que acabo de leer está llena de despropósitos, falsedades y demagogia barata. Y sobre todo, de ignorancia. Me ha hecho usted pasar vergüenza ajena, y por eso estoy aquí, perdiendo mi mucho más valioso que el suyo, tiempo, escribiéndole.

Habla usted como “matador profesional”, que ya es en sí un disparate, y se queja de que la imagen de los toreros está hoy día vilipendiada, de que no hay libertad, de que existe una persecución política e ideológica, etcétera. Dice que Europa le maltrata (cuando buena cantidad de las subvenciones de la PAC en vez de ir a otras actividades productivas del campo español van a las ganaderías de lidia emparentadas con casas nobiliares y con personajes que entre el papel couché y la lista de defraudadores de hacienda se complementan). También dice que tiene usted derecho al trabajo, algo que, siguiendo su lógica, también podrían reclamar los mafiosos y los proxenetas. Este era un país libre, o algo así, añade con todo el resentimiento que le da (algo hasta cierto punto comprensible) ver cómo su siniestra profesión tiene los días contados.

Porque le diré que lo que se opone a todo lo que usted intenta torpemente defender se llama progreso moral y compasión. Usted no se va a poder jubilar como matador porque haya una revolución antitaurina que la hay, sino porque la sociedad avanza en su moral, en sus costumbres, y ustedes no lo hacen. Ese mismo avance a eliminado de su escenografía los Autos de fé, las luchas de gladiadores o las justas a muerte. Ya casi nadie puede ver cómo sufre un animal. Intoxica y miente cuando dice que el toreo es del pueblo, que no tiene ideología y que es de artistas y poetas. ¿Compara usted la literatura, la pintura y la música con la masacre de un noble animal porque a determinados artistas (Picasso, pone de ejemplo; un genio malvado y sádico) les gustase dicho espectáculo y los trataran en sus obras? ¿Un novelista que también retrate el crimen hace del asesinato cultura? Creía que no se había atrevido a tanto, pero vi que sí cuando nos amenaza con una ridícula imitación de Bertolt Brecht: ‘hoy van a por los toros, mañana será otra modalidad artística’. O Hemmingway, que vivía extasiado por el “valor” de los toreros, hace 70 años... O si me dice alguien actual, y de izquierdas, como Sabina, un hombre devorado por el personaje y que ya hace demasiado tiempo que nadie se toma en serio.

¿Y qué es eso de que el toreo no tiene ideología? ¿Pero cómo se atreve? La España más cutre y rancia es la que salta en procesión, y la que reverbera espumarajos por la boca cada vez que se pone en algún medio tradicional en tela de juicio la viabilidad de la tauromaquía, su sostenibilidad económica, su sentido estético y artístico o si es compatible con un estado moderno y democrático. Es la derecha antidemocrática, fascista, orgullosa de un pasado genocida la casi única promotora y defensora de la tauromaquía. Y la que la sostiene con indignantes e ingentes cantidades de dinero público.

Nos llama antiliberales a los que pedimos la abolición de la salvajada con la que usted se gana la vida. Pero, ¿qué sabe usted de liberalismo? ¿Es liberal no tener compasión por los seres vivos que sufren igual que yo? ¿Es liberal que yo mire para otro lado cuando están siendo descuartizados entre aplausos nobles rumiantes indefensos en cosos de mi país? Los liberales (desde el punto vista clásico del término, de la concepción del siglo XVIII) tenemos dos principios troncales que sustentan la libertad y el libre albeldrío del hombre (y la mujer), que son la tolerancia y la compasión, hacia los animales humanos y hacia los animales no humanos. Eso es más importante que toda la catarata de artículos de derecho que cita en su misiva de forma torticera.

Las corridas de toros, señor El Juli, son una brutalidad objetiva, un ejemplo agonizante del pueblo bárbaro que fuimos y por el que muchos, mujeres y hombres, luchamos por cambiar para legar un lugar mejor para vivir. Por lo menos uno que no de vergüenza ajena. No hay éticamente por donde defender nada con una mínima lógica, más allá de lo que siempre dice Sabina: "Al que no le gusten los toros que no venga". Se tortura y mata a un gran rumiante hasta la muerte. Punto. Ni arte ni milongas.

Muchos consideramos que el progreso hacia una sociedad más igualitaria y justa debe ir necesariamente ligado a un desarrollo moral hacia la defensa de los Derechos Animales. Debemos dejar atrás el antropocentrismo que sitúa al ser humano como animal superior y en torno al que gira el resto de la naturaleza, sin más fin que la de servir al egoísta y su rueda de progreso material quedando, la Naturaleza, el entorno y las especies animales y vegetales, como meros utensilios y desechos. Es imprescindible invertir la relación hombre-naturaleza situando al primero como perteneciente a la naturaleza en su condición de especie animal y no considerando a la naturaleza y las distintas especies de animales una posesión de la raza humana. La naturaleza no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la naturaleza.

Es fundamental considerar el respeto al Medio Ambiente y a las especies animales una cuestión de estado, para demostrar y demostrarnos como seres racionales que conocen su estatus en el orden de las cosas y garantes de que las generaciones venideras puedan disfrutar y así mismo responsabilizarse de la superveniencia de nuestro hogar común, el planeta Tierra y sus distintos habitantes.

Pero además es nuestro deber enriquecer el acervo moral y ético con el que transitamos, desarrollando bajo un debate sosegado una posición en el que el respeto hacia todos y todas sea identitario a un hombre moral y empático que se mueve con la razón como motor.
 
Además, también estamos hartos del empleo de dinero público para la sustentación de esta salvajada que no es más que la luctuosa y mediocre forma de ganarse la vida, y muy bien, de los rancios y caducos de siempre, que durante siglos han lastrado las posibilidades y el bienestar en el campo de Andalucia, Extremadura y esta Salamanca cutre y atrasada que sufro y me duele. Si tan rentables fueran las corridas y otros festejos taurinos populares como el lamentable de Tordesillas, como se encargan en decir, las empresas privadas, a las que están encantadas de regalarles nuestros derechos y servicios públicos se harían cargo de este esperpento. Pero la realidad es que la tauromaquia como es natural se muere; y sino lo hace de repente, sino lenta y ruidosamente, es porque esta sociedad española sigue con el germen del fascismo instalado en el hipotálamo, lo cual explica otras muchas cosas que no vienen al cabo, pero que si ha llegado usted aquí le invito a leer sin salir de esta bitácora usando el menú de la derecha.

El toro, por si usted no lo sabe, no es bravo, es un rumiante especializado en la huida. De no estar cerradas las puertas de la plaza, se marcharía lejos, a pastar con el resto de sus congéneres. Embiste, entre otras cosas, por miedo. Por terror y porque se le provoca con el tormento. Porque antes de salir a la plaza a los toros les untan los ojos con vaselina y prácticamente no ven, porque les golpean los riñones con sacos terreros, porque les afeitan los cuernos, porque se les clava una divisa que hacen que salgan desesperados de dolor a la arena. Porque salen adormecidos por un cóctel de opiáceos y anestésicos que desconexionan sus respuestas musculares, haciéndolo más lento, previsible, e incluso, como me comento un subalterno con el que tuve la desgracia de alternar, “hacer que su embestida sea más segura”. El resto, la escalofriante puya del picador, las banderillas, etcétera, ya lo conoce. Todo eso duele mucho. Muchísimo, igual que le dolería a usted, porque su sistema límbico (el sistema cerebral del dolor, busque en Wikipedia) es exactamente igual al tratarse de un mamífero grande. Señor El Juli, su combate es falso, y encima está amañado.

¿Le gusta la historia? Le contaré algo al respecto muy interesante. Usted es católico, imagino, como todos los matadores. Pues verá, el papa Pío V, en el siglo XVI, dijo esto en una bula: “Esos espectáculos donde se corren toros no tienen nada que ver con la piedad cristiana; por ser espectáculos cruentos y vergonzosos, propios no de hombres, sino del Demonio”. Emplean ustedes siempre un argumento lamentable también para esto: los toros son una tradición puramente española. Mentira. Ha habido corridas de toros en todos los países de Europa, sólo que las abolieron hace casi tres siglos (Inglaterra, por ejemplo). En España también se abolieron cuando hubo reyes más o menos ilustrados que vieron que semejante atrocidad nos alejaba de la Europa culta y refinada, como fueron Carlos III y su hijo, Carlos IV. Fue Fernando VII, el monarca más nefasto de la historia de España, el que volvió a introducir las corridas en España, junto con el absolutismo y la Santa Inquisición. El pack completo. El toreo actual a pie, el suyo, el amanerado de medias, luces y manoletinas, se lo debe a ese repugnante traidor y asesino monarca. Hoy día sólo hay corridas en España, el sur de Francia y en los países latinoamericanos con las élites más carcas e insolidarias, como las españolas de hace 50 o 60 años.

Por el respeto que de todos merecen los verdaderamente discriminados, no anime a la carcundia patria a salir de ningún armario, porque haría de nuevo el ridículo al ver que son cuatro gatos los aficionados a esa siniestra fiesta. Empleen el dinero de las subvenciones públicas en formación, en buscar un trabajo digno. No apelen más a la tradición (¿acaso no lo es la ablación del clítoris en Somalia?) ni al liberalismo. Ah, y no diga tampoco aquello del sufrimiento de los demás animales, las gallinas en las jaulas y todo eso, porque le adelanto que tampoco me gustan nada, y que compro huevos de gallinas del campo, que es donde deberían estar los toros.

Atentamente,

Viñeta de Forges, en EL PAÍS, del 17 de septiembre de 2013

lunes, 16 de enero de 2012

Muerte de un franquista


Es una pena que a los jueces argentinos o a Baltasar Garzón no le haya dado tiempo para juzgar a quien tanto hizo por la dictadura en España, casi nada por una democracía real y también su buena parte para enquistar España en el lamentable estado que ya he ido resumiendo por este blog. A mi, como a muchos nos hubiera gustado juzgarte por cómplice de genocidio. Por tus firmas en las sentencias de muerte durante el franquismo; por rapar a las mujeres de mineros en protesta o por la represión salvaje, violenta y abusiva contra las manifestaciones en Vitoria del año 77. Pero el hecho es que has muerto. Españoles, Fra... Fraga ha muerto y se ha marchado entre ruinas. Las de los tuyos propios y asimilados al fascismo. Las de la España que nos has regalado tu y el resto de herederdos de los golpistas del 36. Ruinas desde la derecha, incluso con mayoría absoluta. Una ruina que en 100 años, la historia eqiupará a tu vida. Recuerdo y memoria. Una memoria que muchos medimos en parámetros de democracia soñada, democracia Real Ya, no la que con tu gestión y chantaje la ponéis de ejemplo y modélismo. Otros te miden con reglas de dictadura. Y hoy día de obituarios, olvidadizos y falsos, te ven grande, imprescindible.

Hoy, a parte del ínfame ministro de turismo franquista que se baño en una playa a 60 km. de donde decía estar, para mantener pletesía al imperio aliado, también se mueren otras muchas personas. Y bastantes de ellas, hombres y mujeres, lo hacen anónimamente después de defender la libertad y la democracia o de no ver la ansiada justicia y reparación por todos aquellos que aún hoy yacen en las cunetas y tapias de los cementerios de este país. Esa reparación en gran parte no se ha llevado a cabo por este señor. Todo esto, y muchas cosas más, nos obligan a recordar quien eras de verdad. Y más con la pleitesía y alabanza continúa de prácticamente todo el espectro periodístico de este país. Auténtica hipocresía.¿A quién no le pesa tu apoyo decidido a la dictadura cuando valora tu persona? Te defienden asesinos con los que tienes un aire de familia (¿cuántas sentencias de muerte firmaste en los gobiernos de Franco?). O hijos de asesinos. Quizá también algún despistado. Imbéciles nunca han faltado. Aunque el grueso de tu recuerdo viene de tus comilitones de la guerra civil. Matasteis mucho. Como para olvidaros.

Fraga esta a la altura de su adorado Franco, de su respetado Pinochet (¡cómo te moviste para que Garzón no lo juzgara!), o de Videla. Lo peor del siglo XX, que ha condenado al mundo a ser un lugar peor para vivir, con menos libertad, menos justicia y más desigualdad, anclándolo en el siglo XIX. Me hubiera encantado verte acusado, juzgado y encarcelado y no con funerales de estado. Arrepentido no, porque siempre despreció la democracia. No lo oiréis, ni lo veréis, ni hoy ni los días siguientes. Espero leerlo dentro de muchos años, en libros de texto, en comentarios críticos, en ensayos históricos. Fraga no se arrepintió nunca de su pasado, y su ideología, tradicional, fascista, machista, xenófoba, anti-libertaria y antisocial. Era puro odio, y por eso hoy celebramos al muerte de este dinosaurio.

Ha sido la muerte de un convencido franquista y que jamás se ha arrepentido de sus delitos, muchos de sangre, lo que debería hacer reflexionar a este pseudo-país, para recordar que el franquismo sigue vivo, altivo, orgulloso y con total vigencia, marcando claramente las líneas de la idiosincrasía de un país desmemoriado, roído por la amnesia y con una justicia histórica ausente. Fraga no fue sino un político aferrado al poder, a la dominación ideológica y a su perseverancia de cualquier forma, incluso faltando a los derechos humanos. Entregado permanentemente a su propia causa y egoísmo, se perpetuó de manera continúa en el poder, constituyéndose bajo su impetú autoritario y vehemente como el defensor de la desmemoria y del vergonzoso perdón nacional. Fraga formó parte de una dictadura curel y sanguinaria, enormemente represiva, que puso en práctica las consignas que el general Mola concibe en el verano del 36 para perseguir y atemorizar a las izquierdas. Es decir, fue parte activa del atraso de este país; y no sólo eso, sino que encima colaboró una vez muerta la dictadura de forma personal, para mantener el estado oligárquico, retrógrado, recalcitrante católico, anclado en un pasado muy lejo y caciquil que tan bien le sentaba en las elecciones galegas.

Fraga: Tú eres de los que no se arrepienten. Tanto odiabas. A las mujeres a las que rapaste la cabeza por que siempre fuiste muy hombre, a los militantes a los que contribuiste a asesinar, a la gente honrada a la que insultaste incluso después de muertos. Tú justificaste el asesinato de Grimau. Todo un padre de la Constitución celebrando el asesinato extrajudicial de un tipo cuyo delito fue defender la democracia. Qué lástima que no haya vida después de la muerte para que te cobren tanta infamia. Aunque quitarais todos los recuerdos de la Dirección General de Seguridad de la Puerta del Sol la memoria es perseverante. Ahí mismo, en Sol, está la memoria de los que ayudaste a asesinar. Si nosotros pudieramos, como después del desmembramiento de la RDA (si del régimen comunista tan criticado) pudiésemos leer las actas judiciales y la documentación que los servicios secretos y de seguridad del estado franquista tenía sobre todos nosotros y nuestros padres, abuelos y bisabuelos, veríamos el nombre de Fraga firmando sentencias de muerte, seguimientos y castigos con la complicidad de los delatores e inquisidores eclesiásticos.

Fraga ha muerto, pero no olvidamos. Siempre estarás en nuestra memoria. Como cómplice de asesinos. Como franquista. Como arrogante. Dijistes que la calle era tuya. Nuestro es el desprecio. Dijiste que había que reprimir con mano dura en Vitoria. Y llenaste Vitoria de muertos. Cuánta muerte te ha acompañado siempre. Pero no creas que nos quitas sosiego. No vamos a pensarte mucho. Sólo hoy, que te querrán ensalzar, con hipocresía. Nosotros, hoy, en cambio y como todos los días, agradecemos a los que lucharon por la democracia. A los que tú asesinaste. A los que quisiste condenar al olvido. A los que encarcelaste, golpeaste, espiaste. En Alemania, cuando cayó el comunismo, todo el mundo pudo ver sus archivos policiales. Aquí no nos dejan hacerlo. Saldrías mucho en esos papeles. Persiguiendo demócratas. ¿Te tenemos que recordar como un padre de la patria?

Estas palabras son para que nadie se engañe. Hoy que los vengativos vencedores, herederos de los traidores y mercenarios del capitalismo depredador, de la derecha rancia y de la iglesia retrógrada te ensalcen, muchos, nosotros los verdaderos demócratas, las personas que soñamos con un mundo mejor, una verdadera democracia, nosotros dejamos claro todo nuestro desprecio y odio por todo el daño que hicistes, y sobretodo por dejarlo todo atado y tan bien atado. Aunque haya que recordarlo precisamente hoy, que te empeñas en marcharte haciendo ruido.

Toda muerte es una derrota. Incluso la tuya. No me alegro de que hayas muerto. Sobretodo porque te vas sin juntar tu nombre a la justicia. Pero no nos engañamos. Ha muerto un aprovechado cuyo principal interés fue él mismo, un autoritario, un arrogante, un fascista. Alguien al que le debemos buena parte de lo peor de la Constitución, lo que la hace menos democrática (el papel del ejército, la monarquía, el sistema electoral, el catolicismo, el apoyo a la escuela privada…). Y si por ti fuera, no hubiéramos tenido ni divorcio ni las mujeres derecho alguno.

Pese a todo lo que se dice hoy en los hipócritas y serviles medios, la democracia en este país no la trajo Fraga, sino que llego más bien pese a Fraga y gente como él.

Que tu dios te recoja y te pida cuentas. Por cada inocente que humillaste, por cada demócrata que mancillaste, por cada persona honrada que insultaste. Que te dure la eternidad el pago por tu vida haciendo daño.

Nos vamos a acordar de todo el dolor que causaste. ¿Que embridaste a la derecha? Es decir, tenemos que estaros agradecidos porque decidisteis seguir mandando también en la democracia.

Veo sonreír a las mujeres de los mineros a las que cortaste el pelo para humillarlas…Te tienen lástima. Incluso después de muerto.
Porque somos mucho mejores que vosotros.
Que la tierra te sea leve.
Mucho más de lo que nunca nos deseaste.
Y gracias por recordarnos que tenemos que seguir peleando.

¿Qué democracia vamos a tener mientras siga este relato de la Transición que confunde los papeles?
Nuestro recuerdo, sólo para los demócratas.

jueves, 22 de abril de 2010

Espíritu Olímpico




A la izquierda, Francisco Franco; a la derecha con uniforme fascista, Juan Antonio Samaranch.




A la derecha, Francisco Franco; a la izquierda, Juan Antonio Samaranch.





A la izquierda, ajadito, Francisco Franco; de rodillas y otra vez con uniforme fascista, Juan Antonio Samaranch.






Juan Antonio Samaranch en 1975, cuando era presidente de la Diputación de Barcelona, hablando de Francisco Franco, recién fallecido.


Ahora que Juan Antonio Samaranch ha fallecido y se están desenpolvando los habituales obituarios de EFE con toda clase de alabanzas y parabienes (Un hombre que tanto hizo por su ciudad y su país... Espíritu olímpico... Una vida dedicada al deporte... Compromiso con la sociedad..."). Como tocará aguantar la clásica hipocresía y cinismo como si hubiera que agradecerle eternamente el que Barcelona fuera sede de los Juegos del 92 o como cuando Madrid quiere no ser menos que la capital catalana... Ahora que tenemos un COI tan anacrónico, inaccesible y oscuro como lo puedan ser el Vaticano o el Club Bildenberg. Más alabanzas de los hijos del fascismo, de políticos supuestamente de izquierdas, deportistas con cuentas bancarias en el extranjero,...

Que sí, que sí. Un dinosaurio menos. Así la guinden todos esos del Tribunal Constitucional...

PD: Más información e imágenes repulsivas en Democracia y Dignidad en el Deporte.

martes, 3 de noviembre de 2009

A Francisco Ayala


En la muerte de Francisco Ayala, un homenaje:


"Yo pienso que todo esto no se corresponde con mi personalidad. Yo no soy vanidoso. Y esto es un regalo para los vanidosos, que se vuelven locos con los agasajos. Yo lo veo como desde fuera. Lo veo fríamente. Lo he pasado bien y lo estoy pasando bien. Pero soy el mismo. El mismo que se ríe hasta de sí mismo."

La literatura

"Yo digo que la literatura es lo esencial, lo básico. Todo lo que no sea literatura no existe. Porque, ¿dónde está la realidad? Un árbol lo es porque uno lo está nombrando. Y al nombrarlo está suscitando la imagen inventada que teníamos. Pero si no lo nombras el árbol no existe."

"Yo he escrito desde siempre; claro, primero serían pavadas, tonterías, pero siempre estuve escribiendo. El sentido de mi vida está en la literatura, esa es la verdad y creo que la literatura es la verdadera realidad. A la vejez última he descubierto que eso de literatura y realidad es una falsa contraposición, la realidad es la literatura. La realidad real, no es real, no existe."

La infancia

"La realidad básica es la de la infancia y la adolescencia, y el resto va acumulando cosas, pero son esos tiempos los que de modo tácito siguen en nosotros. Y uno puede sacar o no sacar de ese baúl."

El secreto de su longevidad

"Influyen la biología, la suerte y la fortaleza de ser sincero consigo mismo... La mala conciencia inquieta y no deja vivir. Si uno no ha obrado bien puede que viva atormentado. Y yo no tengo nada de lo que arrepentirme."

Ayala según Ayala

"Un novelista, en el sentido de creador... En la última fase de mi obra he roto las fronteras entre la imaginación y la experiencia. No hay fronteras."

Granada

"¿Que qué significa Granada para mí? La niñez y la adolescencia dejan una marca indeleble que configura a la persona. Mi marca, para siempre, es granadina, andaluza."

La muerte

"Casi desde que nací tuve conciencia de la muerte, esa fatalidad que tarde o temprano a todos nos afecta. Hay que aceptarla, guste o no guste. A veces he podido entender a los que se suicidan. Incluso les he podido respetar. Pero yo he aguantado todo lo que tenía que aguantar. Y no ha sido poco."

El exilio

"El exilio es un horror, nadie lo duda, es un sentimiento insoportable. Pero la realidad para mí fue otra, mucho menos dura. De entrada, la mayoría de los españoles que nos fuimos a América subimos de categoría profesional, los profesores de instituto eran catedráticos, éramos un exilio privilegiado. El obrero cambió el cocido por el bife argentino. Sí, detalles materiales, pero reales. Así que nada de llorar penas, nada de víctimas, nada de pobre exiliado."

"Yo quería integrarme en la nueva realidad y no enquistarme como tantos hicieron. No quería ser uno de esos republicanos de café, dando vueltas al pasado, pensando obsesivamente en un regreso que, cuando menos, parecía bastante incierto. Yo no quería pensar en volver a España en mucho tiempo, quizá nunca. Sabía que nunca podría regresar a la España que dejé, que volvería a otra España muy distinta a la que habíamos vivido. Me sorprendían muchos compatriotas que cada día soñaban con volver mañana, regresar a sus mismos puestos. Yo no quería que me pasara lo que a un antiguo amigo, a un conocido escritor, que después de haber hecho su carrera en América, volvió y se sintió desencantado porque aquello que vio ya no era lo que había dejado. ¡Pero qué se pensaba, ni al día siguiente hubiera sido lo mismo que dejamos!"

Inmortalidad

"No, no creo en la inmortalidad, ojalá. Creo en la literatura, que es lo mismo que la vida para mí. Viviré algo más en mis libros, durante algún tiempo, y ya está. Ésa es toda la inmortalidad a la que aspiro."

Felicidad

"¿Que si he sido feliz? Yo no tengo una escala para medir la importancia de las cosas en mi vida, o para decir fue mejor esto o lo otro. Pero sí puedo decir que este momento en el que estoy con ustedes es un momento de felicidad para mí; que haya tantas personas interesadas en lo que soy yo y en lo que ha sido y será mi vida, me emociona."

El Quijote

"Empecé a hablar con ese lenguaje, de pronto, para increpar a los supuestos enemigos, que podrían ser mis primos, mis hermanos; empleaba palabras gruesas, insultos que resultaban extemporáneos, no tenía ni idea del valor de aquellas palabras. Una vez me preguntó mi madre: de dónde has sacado esas palabras... de ese libro. Se sorprendió, no se imaginaba que estaba leyendo el Quijote. Yo tendría unos doce años."

El cine

"Para mí el cine es una de las más importantes expresiones que ha tenido la expresión de la cultura en el pasado siglo. El cine y mi vida han sido inseparables, lo fueron desde el comienzo y lo es hasta ahora. La primera vez que fui al cine la recuerdo, en un cine de la Gran Vía granadina. Al que fui con mi madre. La película era La bestia humana, basada en la novela de Zola. La actriz era la estrella italiana Francesca Bertini, que aparecía en la pantalla en un primer plano y jadeando, ah, ah, ah, y entonces yo le decía a mi madre: 'Mamá, esa es la bestia humana', y ella me decía: 'calla, tonto'. Los recuerdos infantiles son muy vivos, persisten, son misteriosos. Uno se puede olvidar de lo que comió ayer, pero recuerda una comida de hace noventa años."

Su recuerdo

"Que me recuerde cada uno como le dé la gana."

domingo, 18 de octubre de 2009

Hasta siempre Andrés


Hay múltiples factores que modulan una personalidad durante todos esos años de adolescencia y juventud en los que marcas tus ideales, metas, sueños y esa filosofía de vida que al final de todo te hará ser de una manera u de otra. También personas. Algunas de esas personas tenemos la suerte de tenerlas en directo, "in situ", respirando el mismo aire y marcando con cada palabra y gesto una reacción en nuestra conciencia, un ladrillo más para forjarnos.

Hay otras que te influyen desde fuera. Escritores, periodistas, filósofos, músicos, deportistas, artistas,... Y uno de los que más me han influido sin duda ha sido y es Andrés Montes.

Desde aquellas, frías y solitarias noches de invierno siguiendo la NBA. Haciendo pareja con otro grande e inmenso Antoni Daimiel, consiguiendo que partidos que acaban siendo aburridos o que transcurrían en la monotonía se hicieran entretenidos, divertidos y espirituales. Con una filosofía de la vida asombrosa, porque sí, "la vida puede ser maravillosa" y lo es. Primero aplicada al concepto trascendente, a la personalidad directa, al día a día. Después al deporte donde el espectáculo, el showtime, los "jugones" eran lo importante el hacer especial cada momento, no sólo esas intempestivas horas televisivas sino también cada momento vivido. Montes, era genial en todos y cada uno de sus comentarios. Con sus motes, frases hechas, su entonación característica que incluso con el volumen a cero, se hacían oir en la habitación de mis padres.

Un partido de basket NBA, o de la selección, o un partido de fútbol eran meras excusas para disertar sobre cualquier tema. Desde gastronomía, hasta cine o música, las relaciones de pareja y las bodas, o los centros comerciales. Sus extensos conocimientos cinéfilos y musicales (donde era un gran enamorado de la música negra) nos hacían relamer el paladar y esperar cualquier tipo de recomendación. El humor siempre ha sido su señal de vida y el legado más grande que nos ha dejado, siendo éste el pilar sobre el que cimentó su particular forma de narrar los partidos, desdramatizando las situaciones, persiguiendo el espectáculo, buscando la diversión por autonomasía, la del espectador, la de sus compañeros y la de él mismo. Compañeros enamorados de su forma de ser y ahora huérfanos del padre de un estilo que es legado viviente del bueno de Andrés.

Con el humor y la risa como acompañantes de lujo a sus gafas, su tez morena (o negra como diria él), pajarita y chaleco en ristre y cabeza afeitada un buen puñado de grandes comentarios y momentos inolvidables junto a personajes como Antoni Daimiel con quien formó a mi opinión, la mejor pareja de comentaristas en la historia de la Tv en España. Adoptando a hijos periodísticos y a ex futbolistas como Salinas, Kiko o Valdano. Y también a Epi o Iturriaga con quien desde que el de Bilbao era profesional mantuvo una relación entrañable, de plena amistad y confianza absoluta y que junto al "Indio" de la Cruz nos trajeron el Oro absoluto en el Mundobasket de Japón.

Con Daimiel los momentos sublimes, irreflexivos y surrealistas se sucedían, al igual que con Itu, quien recordo en una ocasión una anécdota de Montes cuando radiaba partidos de Euroliga del Real Madrid por el viejo continente. El hecho fue en Colonia, donde los blancos jugaban ante 4000 espectadores silenciosos y respetuosos con el juego, donde sólo se oían los continúos gritos y énfasis puesto por el periodista en la retransmisión del encuentro para la radio. Sólo se le oía a él y era tal la algarabía que montaba que en un saque de banda que iba a realizar Biriukov (posteriormente con los años fue su representante), le espetó un "pero Montes, quieres dejar de gritar ya, pesao". Éste es un ejemplo de la capacidad y la fortaleza que el a la postre maltrecho corazón de Montes, ponía en cada cosa que hacía, que no sólo le hacía divertir a él, sino a todos los que hemos compartido momentos con él, aunque fueran a través de la pequeña pantalla.

Aprovechando la llegada de los momentos más históricos de la selección nacional y del mejor jugador de la historia, Pau Gasol, con quien como con tantos otros entablo una relación de amistad y admiración mútua. Se ha ido el más grande, una de esas personas que te dejan un modelo, una actitud ante la vida en la que buscar la manera de disfrutar, el placer, el hedonismo, sean los fines, para los que poner los medios y siempre hacerlo con el humor, el respeto y la originalidad.

Aquí dejó algunos momentos impresionantes de para mi un ídolo. Hasta siempre, crack de cracks!!!











Y su despedida:

lunes, 18 de mayo de 2009

Murió Benedetti



Sin ti la poesía había fenecido,
Sin tu lucha la historia nos habría olvidado,
Pasados los años y los exilios,
Disfruto de tus versos,
porque ya son eternos...

Sin ti el coraje no habría tenido marco.
Sin ti una generación habría desonocido
como nombrar la belleza,
sujetar la certeza,
y amar con cabeza.

Tú nos regalastes versos,
de caliente juventud,
de amarga derrota y agridulce victoria.
Tú nos enseñastes a amar,
a la cercana mirada,
y la lejana ausencia.

No ha sido la mejor semana para la sensibilidad en el mundo. Dos de los grandes productores de la misma nos han dejado en menos de 7 días, y la muerte, la soledad o la injusticia que tantas veces clamaron en canciones y poemas, ahora se agiganta con la certeza de no vislumbrar ya más que epitafios sublimes, pero epitafios en definitiva. Mario Benedetti, el fantástico poeta e ideólogo uruguayo falleció anoche, víctima de fallos multiorgánicos, pero sobretodo de la soledad tras el amor, de la viudez sin su luz.

El poeta resistente, que vivió el exilio y la enfermedad (un asma pertinaz, obsesiva) le fueron rompiendo, pero él se mantuvo siempre "en defensa de la alegría". Finalmente, una agonía causada por un fallo intestinal, que hizo deprimentes sus últimos días, le rompieron del todo, y murió ayer a los 88 años, en su tierra, Montevideo. Nació en Paso de los Toros, pero esta urbe que parece un microcosmos literario fue el lugar al que volvió siempre, de todos los exilios. Era al final (y esta expresión la acuñó él) un desexiliado.

Su muerte se produjo semanas después de su última hospitalización por fallos multiorgánicos que al final le cegaron el humor y la vida; pero había empezado a morir mucho antes; hace tres años falleció su mujer, Luz, con la que vivió toda la vida, en la libertad y en el destierro; él creyó siempre que la enfermedad de Luz, que se olvidaba de apagar las luces de la casa, en Madrid, era una simple distracción, e incluso le compró artilugios con los que dominar las consecuencias de su sordera. El poeta del compromiso, del amor y de la alegría, sintió luego que, en efecto, esas ausencias eran debidas al alzhéimer que inundó la casa de desolación y de huida.

Se fue con ella, de nuevo, a Montevideo, y allí la cuidó hasta que le dejó del todo. Y le dejó malherido. Benedetti tuvo algunos momentos de alegría después, como cuando Hortensia Campanella, su biógrafa última, le entregó el manuscrito en el que se condensa la vida entera del escritor. Él ironizó ante tanto papel, y delante de Ariel, su fiel ayudante, dijo: "¿Tanto he hecho?".

Pero su alma estaba herida; seguía escribiendo, poemas, haikus, animado por su editor de poemas, Chus Visor; tenía la casa llena de literatura; en un tiempo fue política, sus poemas estaban al servicio de la rabia que le produjeron las dictaduras del sur, la suya, la uruguaya, que le persiguió a muerte, y la argentina, que también quiso matarle. Mató a un amigo suyo, el líder político Zelmar Michelini, y esta muerte fue un símbolo de las muertes que hubo antes y después en la vida acosada de hombres como él. Luz fue su bastón. Y Palma y Cuba y Lima sus lugares de exilio; a los tres les guardó siempre gratitud; fue un gran defensor de la Cuba de Fidel, por eso mismo, pero jamás utilizó esa afinidad para discutir, en los últimos tiempos sobre todo, lo que en esa revolución que él quiso se fue torciendo.

Era un hombre cordial, enteramente, pero era un tímido absoluto. Los que le conocieron en España le recuerdan, por ejemplo, en la Feria del Libro de Madrid, puntilloso, anotando con palotes los libros que firmaba; y le recuerdan rechazando el pescado con espinas y en general las tonterías; era un conversador tranquilo; llegaba a los sitios con su maletita marrón gastada, y dentro llevaba siempre poemas o cartas, en esos momentos en que cumplía compromisos parecía a la vez el escolar que fue y también el oficinista.

Su apariencia era la de un juez de paz, pero nunca hubo paz dentro de su alma, ni siquiera cuando se le vio feliz, con su mirada desvaída por las lentillas, con su bigote largo e invariable a lo largo de una vida en la que tantos se enamoraron con sus poemas o escuchaban las canciones que hicieron con sus versos su paisano Daniel Viglietti y Joan Manuel Serrat. Con Viglietti tiene una anécdota que se parece a algunas de las que le convertían también en un escolar huidizo al que le asustaba la fama, al tiempo que le agradaba que algunos, ante sus recitales multitudinarios, dijeran que parecía una estrella de rock.

Hubiera sido incapaz de cantar, pero un día se encontró con Viglietti en París, en un aeropuerto, y Daniel le dijo a Mario: "Estoy haciendo música para sus poemas". "Y yo estoy haciendo poemas". Entonces el poeta se quedó pensando, y añadió, riendo como reía, como para no molestar: "Tenemos que hacer algo con esta casualidad". De esa casualidad nacieron conciertos, libros; eran como dos en la carretera; cuando vimos a Viglietti en Montevideo, en el entierro de Idea Vilariño, a mediados de abril, la gran amiga generacional de Mario, el cantante nos dijo: "Y lo de Mario. Estamos tan mal, y vamos aún a lo peor".

Montevideo fue su último sitio, y fue casi el primero. Su largo recorrido por la vida conoció una interrupción terrible, cuando los médicos le detectaron tumores que aconsejaron operación, en el hospital 12 de Octubre de Madrid. Allí le atendió, entre otros, el doctor José Toledo, que le conocía, y todo el mundo se desvivió por él. Un día, poseído por el dramatismo al que a veces lo llevó su pesimismo, el que también está en su obra, Mario decidió abandonarse. Como hubiera dicho Idea, que le precedió en la muerte, empezó a decir para qué. Detrás de esa decisión de no seguir hay algunos versos, como éstos: "Me he ido quedando sin mis escogidos / los que me dieron vida / aliento / paso / de soledad con su llamita tenue / y el olfato para reconocer / cuánta poesía era de madera / y crecía en nosotros sin saberlo / Me he quedado sin Proust y sin Vallejo / sin Quiroga ni Onetti ni Pessoa / ni Pavese ni Walsh ni Paco Urondo / sin Eliseo Diego sin Alberti / sin Felisberto Hernández sin Neruda / se fueron despacito en fila india".

Con la enfermedad, Mario descuidó su aspecto, dejó de afeitarse, y alguien le dijo, una madrugada: "Así no puedes estar. Tú eres guapo, un hombre así parece enfermo. Ya no lo estás". Al día siguiente se rasuró del todo, se puso de limpio, y cuando este amigo le visitó y se hizo el distraído sobre su nuevo aspecto, el viejo poeta revivido le llamó la atención y le dijo:

-¿No te has fijado que hoy sí me afeité?

Era un hombre insobornable, el más comprometido de su tiempo. Su muerte deja en silencio mustio su época, su ejemplo y la raíz de sus versos. Pero los muchos que le cantan no lo dejarán, como él decía del verdadero amor, en lo oscuro.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.

es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.

Mario Benedetti, Una mujer desnuda y en lo oscuro

miércoles, 13 de mayo de 2009

D.E.P. Antonio Vega


Acaba de morir, oficialmente por una neumonía, Antonio Vega. Ha muerto en compañía de la soledad de las drogas, de sus sueños mortales, de sus espejismos. Toda una vida enganchado a esa muerte en dosis. En los huesos, con la mirada perdida, cos el deterioro de muchos años de enfermedad y, sin embargo, la mirada tímida de Antonio Vega tenía la esperanza que deben tener los condenados. Algo parecido a un milagro que le salvara en el último momento. Ha supervivido muchos años a su condena. Siguió subiendo a los escenarios, cantando sus letras de pequeñas derrotas, de ternuras y amores perdidos.

Con él, con su grupo Nacha Pop, creció de público y calidad el casi inexistente pop español. Ellos eran el lado suave, el lado de la ternura. Los hubo más irónicos, más duros, más pretenciosos, más divertidos, más líricos y más surrealistas. Fueron tiempos de una explosión de músicas, revistas películas, calles tomadas, alegres drogas, largas noches y humos de todas clases se llamó la "movida". Ya no eran los tiempos de la protesta política, los cantautores se quedaron desplazados, tuvieron que pasar años y reinvenciones para que volvieran otros. Había llegado el tiempo de relajarse, divertirse y colocarse. Debajo de la ternura, no estaba la playa, estaba el duro asfalto con sus drogas en vena. Muchos cayeron en el camino. Otros resistieron, se apartaron, se perdieron.

Antonio Vega seguía por sus caminos tiernamente salvajes, tocado, herido, doblado, solitario, pero todavía con destellos, con iluminaciones.

Hoy se ha terminado. Era el mejor de la tribu de los tiernos. Era el más doliente. El más resistente. El más dramático paisaje de un tiempo, un país, que no parecía tan duro, tan enfermo, tan derrotado. Ha dejado algunas canciones que nos acompañaran con suavidad, como un plácido viento de verano. Siempre habrá una chica de ayer.



Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...