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martes, 29 de diciembre de 2020

Un All Star Game de hace 20 años

Allen Iverson entrando a canasta entre las torres del Oeste en el All Star Game 2001 (nba Imagen)

 

La tarde del día de Navidad, en el que empezaba la nueva y extraña por el coronavirus temporada NBA, mi hermano y yo revivíamos del pasado. Recordábamos y sobretodo, disfrutábamos en el encuentro en torno al baloncesto, armazón de fraternidad que nos construimos en su momento y con el que pasamos la vida como excusa para conocernos y pasión que paladear.

Y no. No nos sentamos enfrente de la televisión para ver un partido en directo. Ni siquiera en diferido de esta temporada. O de la pasada. Nos entregamos con devoción a la tarea de disfrutar del NBA All Star Game de 2001 celebrado en Washington, un partido que en poco más de mes y medio cumplirá 20 años.

Hablé en su momento de la evocación del pasado como comercialización de la nostalgia. Es indiscutible que cada generación en su madurez recupera e idealiza su adolescencia y juventud. Se recuperan imágenes y recuerdos del pasado que se muestran bajo la lupa de la memoria, ciertamente tergiversada y tendente a edulcorar lo que vivimos para hacernos mejores en el momento actual. Cualquier aspecto de nuestra vida, de nuestro camino, está sujeto a evocarse e instalarlo en los altares de lo trascendente, puro e incorruptible, aunque la realidad distase mucho de ser ese sueño dulce y maravilloso.

Pero con el baloncesto no puedo dejar de pensar que tiempos pasados fueron mejores. Hoy, veo (y cuando los veo, porque con el maremagnum de horarios, televisiones, plataformas se hace realmente imposible) partidos infumables. Donde el físico ha devorado la táctica (por lo menos siempre nos quedará el baloncesto femenino). Donde se ha dejado pista abierta para que los highlights sean la única noticia de basket. Probablemente no haya habido una época en la que hubiera tanto talento técnico y físico y tan poco ba-lon-ces-to en los cerebros de los jugadores. Todo son triples y mates cada cual más estratosférico que el anterior como si no valieran el resto de canastas. Y de todo ello, de todo esto, nada, absolutamente nada me transmite algo. Es la absoluta mercantilización y el espectáculo por las audiencias sin el más mínimo interés, y ni mucho menos transmisión de valores.

Un baloncesto que me resulta aburrido, monótono e intrascendente. Y protagonizado por unos jugadores que salvo por un par o tres jugadores, no me provoca ninguna emoción, identificación o admiración. Peor incluso cuando piensas en equipos porque salvo apelos al romanticismo de la memoria y la emotividad (¡ahí mi Estu!) tampoco se guardarán ni en mi cabeza ni en mi disco duro (Aquellos Sacramento Kings).

Un baloncesto insustancial, alejado, no sólo porque hoy no haya público en las gradas, sino porque de tanto alimentar una burbuja mediática de estrellas y galaxias ha acabado por desconectar a la afición, evitando la identificación entre jugadores, equipos y sentimientos. Todo ello por un juego más burdo, entregado al big data del aprovechamiento de las posesiones y balanceado hacia la exhibición personal por encima de la colectiva. Por todo esto, la victoria de España en el último Mundial y como la consiguió resulta tan estimulante.

Pero volviendo al sofá junto a mi hermano están los partidos que guardamos en nuestra memoria. Algunos los tenemos almacenados en discos duros y pueden ser recuperados. Otros simplemente son evocaciones de recuerdos. Empiezan por un "¿te acuerdas de aquel día...?" y terminan con más anécdotas, con otros partidos. Hablando de una peli o de un libro. Y aquel All Star de 2001... Es que aquel Partido de las Estrellas... opino que no ha habido ninguno igual.

Por la retransmisión de Montes y Daimiel con lo cual ya garantizas el éxito en divertir y trascender. Pichichi Robinson, Melodía de seducción Spreewell o Hilo de seda Houston. Menuda guasa que tenía el hispano-cubano y cuánto lo échamos de memos.

Por aquella NBA de cambio de siglo y cambio de época tras la dictadura de Air Jordan. La NBA de las estrellas emergentes que rascaban los contratos de patrocinio de su Majestad y luchaban por ganar su dominio en la liga y su espacio en el Olimpo. Kobe Bryant. Allen Iverson. Vince Carter. Kevin Garnett. Shaq O'Neal. Tim Duncan. Ray Allen. Antes de la segunda vuelta de el Mesías. Era la NBA de la disputa ideológica baloncestística: Por un lado en el Este, entrenadores con una visión más cartesiana basada en el control del juego y en la predominancia de la defensa. En el Oeste sumas de talento que venían a alimentar las ganas por ganar anotando de otro tipo de entrenadores que poblaban los banquillos. Ambas visiones fuertemente enfrentadas e identificadas. Nosotros recuerdo, más en la línea del espectáculo. Ahora miras el palmares y no ha habido tanta diferencia entre Este y Oeste, entre el resultado por una u otra concepción.

Lo que hace especial a aquel partido y que luego salvo en un par de ocasiones más no ha vuelto a igualar, fue la competitividad. Ambos equipos con todos sus jugadores involucrados en sumar la victoria. Y así bajo esa presión fue subiendo el nivel de juego por ambos lados para ir pasando de las acciones festivas y recreativas (que provocaron no pocas pérdidas en ambos equipos) a un partido en serio.

Larry Brown como entrenador del Este apuntaló su libreto frente al más libertario de Rick Adelman cerrando la zona con Dikembe Mutombo. El pivot zaireño se hizo dueño de su canasta ante la batería de talento que mostraba el Oeste atrapando 22 rebotes y bajando con su presencia los porcentajes rivales. Fue decisivo para el resultado final.

Allen Iverson resulto el MVP. El antihéroe gangsta representaba todo lo opuesto a Michael Jordan (y alguno de sus legítimos herederos como Kobe Bryant) y en su tierra lidero la ofensiva del Este encontrando en Marbury, Carter o Ray Allen sus mejores aliados. Por contra, en el Oeste Bryant, Duncan y Garnett hacían de las suyas.

Con el paso de los minutos, los cuartos y los parciales el partido fue ganando en intensidad hasta un último cuarto espectacular. En él el acierto no fue esquivo sino más incisivo aún dejándonos momentos de pasmosa anotación y brillantez en el juego ofensivo que tenía que lidiar con un vigor defensivo máximo.

Y todo ello protagonizado por jugadores reconocibles y con carisma que hoy por hoy no veo en la NBA. No sólo eran buenos (buenísimos) sino que los veías y congeniabas con ellos. Sus orígenes y recorridos vitales pueden que sean los mismos pero la forma en la que aquellos jugadores transmitían no aparece ni por asomo en los grandes totem de la liga hoy en día.

Quizás no sé, estábamos muy melancólicos y nostálgicos como parece propicio el período navideño. Pero frente a sentarme a ver un partido actual me llama la atención, me motiva mucho más, indagar en la memoria y recuperar aquellos maravillosos años donde los jugadores, aún inalcanzables, eran de carne y hueso. Y el baloncesto, aún insuperable, era un deporte por encima del espectáculo, el dinero y la fama. Un juego del que disfrutar botando en la pista, en la consola y disfrutando de la competición.

 

sábado, 3 de septiembre de 2011

2006, el año de oro del baloncesto español

No había caído en qué dia es hoy. Mucho menos el que representa para mí. Un modesto aficionado y apasionado del baloncesto. Aturdido por las últimas canciones que suenan en mi cabeza después de la fiesta de anoche. No he podido quitarme el Rock n Roll all night! de los Kiss, y con la almohada pegada a la cara, aliento cervecero, y casi a gatas busque el baño, para mojarme la cara, despertarme y llegar a la primera conclusion: Es sábado.Marcaban las 12:13 en el reloj, y mientras hacía la cama, decidí marchar al gimnasio, en ayunas, y hacer la rutina semanal que me quedaba, piernas, hombro y antebrazo, y lo hice con más música, empezando con Dunedain, y un montón de grupos que tenía ensartados en la tarjeta del móvil, así he entrenado esta mañana, hasta las 2 y media, cuando he llegado a casa, me he duchado, he decidido no afeitarme y mantener este "look" informal que tan buen éxito me dió anoche, y me puse a devorar con avidez las lentejas y un buen filete de hígado de cerdo. Como podéis ver soy un chico que se ciuda.

Vislumbraba con ahínco y pasión a la vez, el Finlandia - Bosnia del Europeo 2011 en Lituania, donde los fineses a base de trabajo, compañerismo, entrega, talento y ese concepto tan denostado llamado "extra pass" han dado cuenta de la selección balcánica, para conseguir así su primera victoria en un europeo desde 1977. Ahí es nada. Me ha tocado fregar los platos y cacharros, me he tomado un capuccino y he visto el final de la etapa de la vuelta a España 2011. Y apunto de quedarme dormido, me he levantado, he encendido el ordenador, y me he conectado al blog del Palomero, como hago casi siempre. Las andanzas literarias, periodísticas y todos los comentarios, de los ya reconocidos visitantes del refugio palomeril, donde ya formamos una gran familia, en la que extrañamente (de momento) se puede opinar, se mantiene la cordura, el respeto, la diversidad de opiniones, de todos los aspectos de la vida. No sólo baloncestísticos. Y ahí al ver la nueva entrada, calentita de hoy: 3 de septiembre 2011. 3 de septiembre de 2006. Hoy hace 5 años que España ganó el mundo basket de Japón.

Desde la distancia (mucho menor, gracias al despliegue de la Sexta y a Andrés Montes (eres mi ídolo)) el primer oro en un mundial absoluto de la selección masculina española de baloncesto. De la mano de un cuerpo directivo y técnico excelente que desde hace unos años lleva la federación. Con la enorme sabiduría de ese gran Pepu Hernández, y con el talento de un equipo de amigos, España ha conseguido el mayor éxito del deporte español, en un deporte de equipo, solo equiparable a los éxitos individuales de nuestros ciclistas, tenistas, gimnastas o atletas, y a la de selecciones como la de balonmano, hockey hierba o waterpolo. Gracias a todos por hacernos participes, y gracias a todos vosotros por tener esta puerta abierta
ESPAÑA: EL CAMINO HACIA EL ORO
Partido 1

España 86-70 Nueva Zelanda

Primer Partido, misma tónica

España entra en el partido como viene de la preparación: Arrollando. No hay problemas de anotación pese a porcentajes ligeramente más bajos y defensivamente el equipo mantiene el nivel de lo demostrado hasta ahora.

Dureza esperada y bienvenida

Nueva Zelanda fiel a su estilo de equipo anárquico y duro mantiene el tipo durante los dos primeros cuartos, valiéndose de la dureza atrás y la carga del rebote ofensivo que le otorga varias segundas oportunidades.

Al final, sombra aquí, sombra allá

El partido acaba con ventaja española inferior a la real, por un último cuarto que no valió para sacar conclusiones. Lo mejor; Nueva Zelanda fue un buen test para preparar los siguientes envites con rivales más fuertes y arbitrajes de tipo FIBA; no hay pasos y dureza. Lo más reseñable el rendimiento de Marc Gasol, ante la ausencia de Reyes, infravalorado y tratado de manera injusta por Ivanovic demostró al mundo, que no solo es el hermano de Pau (8 puntos en 12 minutos, 2 rebotes y 2 asistencias).

El Gigante

Alex Mumbrú. Dentro del buen nivel de todo el equipo español, destacamos al alero catalán, por su acierto desde el 6,25 y sus positivos minutos supliendo a Jiménez. 12 puntos (3/3 en triples), 1 rebote y 3 asistencias.
Partido 2

Panamá 57-101 España

Talento individual, desidia colectiva

Panamá es un equipo repleto de buenos jugadores de equipo, que juntos no tienen esa mentalidad. Reunidos para la ocasión y sin la preparación apropiada, los buenos jugadores panameños (Garcés, Cota, Douglas, Hitchs,…) dan más impresión de banda que de equipo en un mundial.

Primer cuarto, partido ganado

Con un Gasol inmenso (esperando a Nowitzky), Garbajosa y Navarro el primer cuarto vio como se solventaba el partido (2-9 en 2 minutos, 23-10 al final). En el segundo, el nivel mantenido por España aumentaba la diferencia gracias la segunda línea (Sergio Rodríguez, Rudy, Berni y Mumbrú).

Segunda Parte, lucimiento personal

Tras el descanso no cambio la decoración; España dominaba todos los aspectos del juego, y con una participación activa de todos, se llego a la centena y casi a doblar al equipo centroamericano.
Aunque estos dos primeros partidos no han puesto en excesivas dificultades al equipo español, podemos desvelar los puntos a favor y en contra de la candidatura al oro española: ritmo e intensidad ofensiva y defensiva excepcional, 12 JUGADORES (ni siquiera USA mantiene el nivel cuando se marcha la primera línea), múltiples opciones de anotación, juego vibrante, la mejor defensa zonal del campeonato. Por el contrario, España debe cuidar aspectos como el rebote defensivo y los tiros libres.

El Gigante

Berni Rodríguez. Y no solo por hoy, sino por toda la temporada excepcional del andaluz. En 18 minutos, 15 puntos (5/5 de 2, y 1/2 de 3), 4 rebotes (1 ofensivo), 4 asistencias y 2 robos. Y sobre todo una de intangibles colosal, incrementando el buen nivel e intensidad defensiva y convirtiéndose por momentos en el termómetro del equipo.
Partido 3

Alemania 71-92 España

Primer rival serio, primeros problemas

España comienza el choque imponiendo el ritmo anotador gracias a Calderón (pentraciones) y Navarro (tiro exterior). Sin embargo Alemania mantiene el tipo gracias a Nowitzki (5 puntos rápidos) y los triples de Greene, y sobretodo a la dos faltas consecutivas de Pau Gasol (minuto 3, 11-15).
Este equipo tiene múltiples soluciones
Eso es lo que se desprende de la primera mitad sin la participación de Gasol, pero con la presencia inestimable de Calderón asumiendo tareas anotadoras (13 puntos, con 4/4 de dos, 1/1de 3 y 2/2 en tiros libres). También aparece Garbajosa, Jiménez y Mumbrú. Destacado papel del pivot de Torrejón en la defensa [impecable] sobre Nowitzki (lo dejo en 14 puntos, permitiéndole “sólo” 9 tiros para un 55%). Aún así, Alemania sobrevive por los triples contra zona de los actores secundarios (Roller, Garret, Hamann). 41-48 al descanso.
Gran confianza
Es la que mantiene España en sus posibilidades. Una mejora en la defensa zonal (se acaban los triples desde la esquina alemanes de la primera mitad), y la habitual presión anotadora, provocan un primer despegue, confirmado a 5 minutos del final 62-84. Al final, en el primer partido clave y ante un rival de mayor entidad, España mejora en el rebote (21-23, concediendo sólo 5 ofensivos) y en los tiros libres (25/34, al final, pero durante el partido con el marcador ajustado se mantuvo un 16/18).
El Gigante
José Manuel Calderón. El base extremeño es un ejemplo de base moderno, representando el espíritu del equipo y la visión de Pepu sobre la cancha. Siempre intenso, activo en defensa y eficaz en ataque, hoy añadió gran acierto anotador (20 puntos, con 5/5 de dos, 2/3de 3 y 2/2 en tiros libres), 1 rebote, 6 asistencias y 2 balones robados.
Partido 4

Angola 83-93 España

Buscando la primera plaza

España sale convencida de lo que se juega en el envite (no cruzarse con USA hasta la final) y empieza marcando diferencias anotadoras gracias a penetraciones de Navarro y Calderón y triples de Garbajosa. Angola se atasca buscando el juego interior. 25-12 al final del primer cuarto.
Comienzan los problemas
Empiezan las rotaciones y con ellas un ligero atasco ofensivo aunque Rudy Fernández (16 puntos al final) y un triple de Mumbru mantienen al equipo. En la reanudación Angola sube su intensidad defensiva y aparece en ataque con mayor clarividencia, debido a que encuentran un agujero en el triple frontal (de sus 11 triples 9 son convertidos desde hay en la segunda mitad). Además ganan en el rebote ofensivo y jugadores como Lutonda (18 puntos), Gomes (24 puntos, 11 rebotes al final) y Carvalho aprietan el partido.
Ajuste en el tanteador
Al comenzar el último cuarto parcial 5-0 para Angola, respondido con un 10-0 de España. Pero desde entonces una serie de malas decisiones ofensivas (2 faltas en ataque de Pau, pérdidas, mala selección), vuelven a ajustar el marcador (74-70 a 6 minutos). Vuelta a pista de Navarro y Calderón para activar al equipo, y facilitando la aparición de Gasol (14 puntos en ese cuarto, para 28 totales, 11/16 de 2, 6/9 de 1, 5 rebotes y 4 asistencias).
El Gigante
Joaquim Gomes. El poderoso alero angoleño mantuvo a su equipo en el partido, pese a sus problemas de faltas (2 en los primeros 3 minutos). Al final 24 puntos (8/14 de 2, 2/5 de 3, 2/4 de 1), 11 rebotes y 1 asistencia.
Partido 5

Japón 55-104 España

Buena actitud

Mero tramite para España. Sin embargo, el conjunto español se tomo el partido como debía de tomarse: con intensidad y talento, sin perderle ni un solo momento el respeto al equipo nipón, muy limitado física, técnica y también, tácticamente.
Los titulares, lo demuestran
Calderón, Navarro, Jiménez, Gasol y Garbajosa, comienzan anotando e intensificando el ritmo del partido, tomándose así las primeras ventajas (8-18, minuto 6). Comienzan las rotaciones pero el equipo no se detiene y aumenta la ventaja (14-27 al final del primer cuarto). Entran en cancha todos los jugadores destacando Marc Gasol, Mumbrú y Sergio Rodríguez. El tanteo se mantiene en la segunda parte, por los esfuerzos titánicos del escolta Orimo y el alero Animo.
Parcial 0-19
En 7 minutos del tercer cuarto el quinteto inicial, anota con pasmosa facilidad y aumenta el nivel defensivo con una zona que se atraganta al equipo japonés (2 tiempos muertos para solventar el entuerto). El partido se rompe aún más y la diferencia pasa al final del tercer cuarto de los 20 o 25 puntos a más de 50 (se llego a situar en 56). Minutos para todos, con aprovechamiento desigual. La nota más positiva volvió Felipe Reyes tras su lesión y aunque con molestias, cumplió (5 puntos 3 rebotes en 5 minutos).
El Gigante
Alex Mumbrú. Sobresaliente actuación del alero catalán en este partido y en toda la primera fase. Jugando de 3 y muchos minutos de 4, se ha convertido en el especialista tirador del equipo (7/15 de 3 en la primera fase). En total 13 puntos (4/5 de 2, 1/3 de 3, 2/4 de 1, 4 rebotes).
Partido 6. Octavos de Final. Saitama

España 87-75 Serbia

A todo o nada

Empieza la fase decisiva del torneo. España de la mano de un genial Calderón (el mejor base del campeonato) y con un Gasol autoritario (2 tapones en las dos primeras acciones de Milicic), y el desastroso porcentaje balcánico, impone una primera renta. 20-10 al final del primer cuarto.
Novatos pero serbios
Aunque este es el primer campeonato para 10 de los 12 jugadores, rápidamente vuelven al partido, amparándose en las artimañas de toda la vida: protestas, juego duro y falta técnica que cambia el signo arbitral del choque. Pero todo esto no inquieta a España; en el último minuto canasta de 2 de Calderón, tapón de Pau, alley-up de Calderón con Pau, robo de Calde tira de tres y tres tiros libres. Al final 43-31.
Se acabo el partido
A la vuelta del descanso España finiquita el partido con dos minutos impresionantes de Navarro (sus 8 puntos) y con el horrendo porcentaje serbio. La entrada de la segunda unidad no baja el pistón y aparece Rudy culminando un alley-up espectacular a pase de Sergio Rodríguez. Hasta el final ventajas en torno a los 20 puntos y el cada vez más habitual, mal perder serbio.
El Gigante
Rudy Fernández. Esta en un estado de forma increíble. Es el 6º hombre en rotación y el 3º en media de puntos. Hoy 17 puntos con 3/6 en tiros de 3, 1/2 en tiros de 2 y 7/8 en tiros libres. Además 3 rebotes, 2 asistencias y 1 robo. Y encima, aporta atrás muchísimo siendo el estilete de la magnífica defensa zonal hispana.
Partido 7. Cuartos de final. Saitama

España 89-67 Lituania

Dejar las cosas claras

Primer cuarto que deja el partido resuelto. La intensidad defensiva española (defensa en zona “extendida”) provoca múltiples pérdidas lituanas que unidas al acierto exterior (4/4 de 3 en el primer cuarto) provoca la ruptura parcial y definitiva del partido (28-11).

Ganador y ganado

Mientras Macijauskas no anoto (0/2 en 21 minutos), Navarro se encargo de la anotación española desde 6’25 y en penetraciones. Kleiza y Songaila provocaron una tímida reacción lituana (se pusieron a 10 puntos), pero un Gasol excepcional (25 puntos ,8/14 en 2, 0/2 en 3, y 9/12 en tiros libres, 9 rebotes y 2 asistencias), y una segunda línea de infarto (espectacular y ya típico alley-up de Sergio a Rudy), volvieron la situación a su cauce antes de llegar al descanso (47-30).

El mejor baloncesto del Mundial

En defensa y en ataque. España con todos sus hombres en pista (en ataque no apareció un desacertado Garbajosa con 0/9), marcaba las pautas en ambos lados de la pista y dejaba ver un baloncesto sublime, intenso y espectacular; puro showtime, puro arte hecho basket y verdadera intensidad y competitividad. Al final del partido 2 datos: Lituania 28 pérdidas (por 11 hispanas), España 26 asistencias y 21 faltas provocadas (Lituania solo provoco 16).

El Gigante

Juan Carlos Navarro. El mejor escolta FIBA, y uno de los 5 mejores mundiales. Si no tiene el día cumple con su trabajo. Pero si sí lo tiene es letal por necesidad. La teoría de la supervivencia hecha baloncesto. 22 puntos en 21 minutos (3/6 de 2, 4/9 de 3, 4/6 de 1), 2 rebotes (1 ofensivo), 5 asistencias y 2 robos. El socio-amigo-hermano de Pau, con especial mención a sus triples tras pasito hacia atrás.
Partido 8. Semifinal. 1 de septiembre de 2006

España 75-74 Argentina

De amistoso nada

España había ganado 2 veces con solvencia a Argentina durante la preparación. Pero esto es otra cosa. Argentina sale al partido enchufadísima, con el ritmo en ataque y en defensa, marcando un nivel de dureza altísima, y consigue la mayor ventaja del encuentro (10-21).
Segunda línea de primer orden
Los Rudy, Sergio, Mumbrú y Felipe Reyes, voltean el marcador. La velocidad del backourt español (19 años ambos), vuelve loca a la albiceleste que pierde varios balones que acaban en puntos al contraataque. De ahí al final igualdad y más dureza.
Último cuarto de infarto
España aumenta ventajas gracias a Garbajosa (19 puntos) y Jiménez (9 rebotes) (como luchan, y como les gustan estos partidos), Sergio Rodríguez, y Pau Gasol. A 6 minutos del final, a España le aparece la oportunidad de ruptura, pero cuatro ataques seguidos sin anotar y Pepe Sánchez (13 puntos con 3/4 en triples) esfuman la posibilidad. España decide que debe morir en el partido con el quinteto titular, pese al partidazo de Sergio, lo cual es un poco dudoso. Argentina se agarra al partido con todo lo que tiene y Manu Ginobili comienza a asumir las responsabilidades (21 puntos (14 en el último cuarto)). Además la lesión de Pau a 2 minutos del final deja todo a punto de infarto.
Se suceden las faltas, los ataques deslavazados de ambos lados y Argentina empata a 74 tras 2 tiros libres de Scola. Falta a Calderón que solo puede convertir uno de sus tiros. Y en la última jugada tras una penetración de Ginobili en la que comete pasos y falta en ataque (no señalada) dobla el balón a la esquina a Nocioni que sólo marra el triple que podía haber dado la victoria a Argentina.
Por una vez España tuvo suerte en un partido duro (mucho más de lo que se esperaba), trabado (mucho más de lo que queríamos) y emocionante (mucho más de lo que nuestros médicos quieren). Esta generación y estos jugadores españoles se lo merecen todo. GRACIAS.
El Gigante
Sergio Rodríguez. El genial y espectacular base gran-canario, volteo con su entrada el partido que empezaba a tornar de claro color argentino. 14 puntos en 15 minutos (2/3 de 2, 3/3 de 3, 1/2 de 1), 2 rebotes, 4 asistencias. No se explica porque no jugo los 5 últimos minutos.
La dureza de la semifinal ante Argentina dejo un damnificado. Pau Gasol se perdía la final por una fractura del quinto metatarsiano del pie derecho (la misma lesión que en 2005 le obligó a perderse 23 partidos de temporada regular con los Grizzlies) en un encontronazo con Oberto a dos minutos del final del partido. Lo que parecía una tragedia, lo que esfumaba las esperanzas y toda posibilidad, se convertía casi al momento en un sentimiento de pena por Pau, porque todos los especialistas estábamos convencidos de que esta España tiene potencial para ganar a cualquiera sin Pau, pero lo que sentíamos eran como propias las lágrimas de Pau al perderse la final, al perderse su partido. Un partido que Gasol esperaba desde la eliminación en Atenas 2004 y con el que cada mañana se levantaba.
Partido 9. Final. 3 de septiembre de 2006

Grecia 47-70 España

Guión huido

La baja de Pau, la importancia máxima del choque, y el estilo y competitividad griego hacían presagiar un partido intenso, ajustado y emocionante hasta el límite. Pero en una primera parte para enmarcar, plena de competitividad, motivación, aplicación de un scouting a la realidad de un partido y una defensa espectacular (la mejor defensa jamás vista), España finiquitaba el partido (la anotación griega es la segunda más baja de todo el campeonato).
Somos los que estamos y tenemos hambre
España consigue ventajas gracias al trabajo de Felipe Reyes (10 puntos (5/6 de 2, 0/1 de 1), 3 rebotes) y Marc Gasol (2 puntos y 7 rebotes, 2 de ellos ofensivos) supliendo la baja de Pau. La defensa plena en intensidad, provoca el atasco griego (18 pérdidas y 32% de tiros de campo, provocando el sonido de la bocina de final de posesión ya en el primer cuarto). Grecia busca soluciones y entran Papaloukas, Spanoulis y Schorsinaitis, pero el resultado es baldío.
12 JUGADORAZOS
Entran en cancha Berni y Cabezas. El escolta encargándose en defensa de Papaloukas minimiza el efecto de este en el partido, y Cabezas distribuye bien el juego para acabar el segundo cuarto con un triple de Berni tras asistencia suya (23-43).
En la reanudación, se mantiene la tónica. Espectáculo defensivo español. Aunque ahora la precipitación aparece en el cuadro hispano, que baja sus porcentajes.
Ya en el último cuarto la fiesta es latente. España anota con facilidad. Navarro (20 puntos (3/5 de 2, 4/9 de 3, 2/4 de 1), 4 rebotes, 3 asistencias, 2 robos), y un triple a 7 minutos de Jorge Garbajosa (20 puntos) sentencia el partido. De halagar es el trabajo del capitán Jiménez, aportando lo suyo y ayudando en el rebote (11 capturas). Al final, victoria justa y merecida para España, ya no solo por hoy, por este torneo, sino por un bagaje de la federación española y unas carreras de estos jugadores, plenas de profesionalidad, éxitos y alegría en su manera de vivir el baloncesto y sentir la vida. Gracias por hacernos tan felices.
El Gigante
Jorge Garbajosa. El ala-pivot de Torrejón de Ardoz, completa un año mágico. 20 puntos (1/7 de 2, 6/11 en triples), 10 rebotes (5 ofensivos), 4 asistencias, 2 robos y 1 tapón. Además de infinidad de tiros punteados, de ayudas realizadas, de constante compromiso en defensa, que en el día de hoy ayudo a ganar a España. Se lo merece.
EL MVP
Pau Gasol
El ala-pivot catalán de los Memphis Grizzlies, fue sin participar en la final, el justo y alabado MVP del MundoBasket Japón 2006. Determinante en el juego, pieza básica de los esquemas del equipo español, y lo más importante: uno más en la dinámica del grupo de amigos ganador del mundial, con una actitud sobresaliente en lo personal y en lo deportivo. Todo un líder. En la cancha, con un compromiso defensivo pleno, del que son testigo los tiros que su sola presencia modifico al rival y en ayudas de sus compañeros, que ya le valen el apelativo de héroe. Pero además en ataque siempre apareció cuando a sus compañeros les hizo falta. Sus promedios finales dan miedo: 21’3 puntos de media, 9,4 rebotes (2,6 ofensivos), 2,2 asistencias y 2,40 tapones por partido.
Theodoros Papaloukas, Juan Carlos Navarro, Carmelo Anthony, Jorge Garbajosa y Pau Gasol
Estos formaron el quinteto de este mundial



domingo, 18 de octubre de 2009

Hasta siempre Andrés


Hay múltiples factores que modulan una personalidad durante todos esos años de adolescencia y juventud en los que marcas tus ideales, metas, sueños y esa filosofía de vida que al final de todo te hará ser de una manera u de otra. También personas. Algunas de esas personas tenemos la suerte de tenerlas en directo, "in situ", respirando el mismo aire y marcando con cada palabra y gesto una reacción en nuestra conciencia, un ladrillo más para forjarnos.

Hay otras que te influyen desde fuera. Escritores, periodistas, filósofos, músicos, deportistas, artistas,... Y uno de los que más me han influido sin duda ha sido y es Andrés Montes.

Desde aquellas, frías y solitarias noches de invierno siguiendo la NBA. Haciendo pareja con otro grande e inmenso Antoni Daimiel, consiguiendo que partidos que acaban siendo aburridos o que transcurrían en la monotonía se hicieran entretenidos, divertidos y espirituales. Con una filosofía de la vida asombrosa, porque sí, "la vida puede ser maravillosa" y lo es. Primero aplicada al concepto trascendente, a la personalidad directa, al día a día. Después al deporte donde el espectáculo, el showtime, los "jugones" eran lo importante el hacer especial cada momento, no sólo esas intempestivas horas televisivas sino también cada momento vivido. Montes, era genial en todos y cada uno de sus comentarios. Con sus motes, frases hechas, su entonación característica que incluso con el volumen a cero, se hacían oir en la habitación de mis padres.

Un partido de basket NBA, o de la selección, o un partido de fútbol eran meras excusas para disertar sobre cualquier tema. Desde gastronomía, hasta cine o música, las relaciones de pareja y las bodas, o los centros comerciales. Sus extensos conocimientos cinéfilos y musicales (donde era un gran enamorado de la música negra) nos hacían relamer el paladar y esperar cualquier tipo de recomendación. El humor siempre ha sido su señal de vida y el legado más grande que nos ha dejado, siendo éste el pilar sobre el que cimentó su particular forma de narrar los partidos, desdramatizando las situaciones, persiguiendo el espectáculo, buscando la diversión por autonomasía, la del espectador, la de sus compañeros y la de él mismo. Compañeros enamorados de su forma de ser y ahora huérfanos del padre de un estilo que es legado viviente del bueno de Andrés.

Con el humor y la risa como acompañantes de lujo a sus gafas, su tez morena (o negra como diria él), pajarita y chaleco en ristre y cabeza afeitada un buen puñado de grandes comentarios y momentos inolvidables junto a personajes como Antoni Daimiel con quien formó a mi opinión, la mejor pareja de comentaristas en la historia de la Tv en España. Adoptando a hijos periodísticos y a ex futbolistas como Salinas, Kiko o Valdano. Y también a Epi o Iturriaga con quien desde que el de Bilbao era profesional mantuvo una relación entrañable, de plena amistad y confianza absoluta y que junto al "Indio" de la Cruz nos trajeron el Oro absoluto en el Mundobasket de Japón.

Con Daimiel los momentos sublimes, irreflexivos y surrealistas se sucedían, al igual que con Itu, quien recordo en una ocasión una anécdota de Montes cuando radiaba partidos de Euroliga del Real Madrid por el viejo continente. El hecho fue en Colonia, donde los blancos jugaban ante 4000 espectadores silenciosos y respetuosos con el juego, donde sólo se oían los continúos gritos y énfasis puesto por el periodista en la retransmisión del encuentro para la radio. Sólo se le oía a él y era tal la algarabía que montaba que en un saque de banda que iba a realizar Biriukov (posteriormente con los años fue su representante), le espetó un "pero Montes, quieres dejar de gritar ya, pesao". Éste es un ejemplo de la capacidad y la fortaleza que el a la postre maltrecho corazón de Montes, ponía en cada cosa que hacía, que no sólo le hacía divertir a él, sino a todos los que hemos compartido momentos con él, aunque fueran a través de la pequeña pantalla.

Aprovechando la llegada de los momentos más históricos de la selección nacional y del mejor jugador de la historia, Pau Gasol, con quien como con tantos otros entablo una relación de amistad y admiración mútua. Se ha ido el más grande, una de esas personas que te dejan un modelo, una actitud ante la vida en la que buscar la manera de disfrutar, el placer, el hedonismo, sean los fines, para los que poner los medios y siempre hacerlo con el humor, el respeto y la originalidad.

Aquí dejó algunos momentos impresionantes de para mi un ídolo. Hasta siempre, crack de cracks!!!











Y su despedida:

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...