miércoles, 24 de agosto de 2016

Juegos Olímpicos de Río 2016: Analicemos la situación del deporte olímpico en #Españistan

Imagen extraída de el-nacional.com.

Acabados los Juegos Olímpicos de Río 2016 es el momento de dejar escrito algunas de las sensaciones que durante estos 15 días, sentado en el sofá, alimentado a base de ganchitos y bebiendo cerveza frente a la televisión pública y con el twitter de la mano he ido experimentando.
Unos Juegos que venían con un amplío halo de polémica y dificultades, por el lugar elegido por la empresa COI S.A., donde los fiascos en la preparación, los abusos sobre los voluntarios y la situación política de un país inmerso en una grave crisis económica, en la que no han ayudado los fastos de este evento y el Mundial de fútbol 2014 , social porque se ha ampliado la brecha en el bienestar de la sociedad brasileña donde cada vez la minoría del 1% (blanca) tiene más recursos frente a las mayorías (mulata e indígena) lo cual ha traído severos epísodios de inseguridad ciudadana. Y por último una crisis política, donde la tradicional derecha de ese 1% y aupada, una vez más, por Estados Unidos y Europa ha conquistado el poder tras un nuevo Golpe de Estado, cambiando las manos del pueblo brasileño por las garras financieras de Occidente en los recursos energéticos del país.
Centrándonos en lo más puro de los JJOO, los que ya me conocéis sabéis que soy un aficionado al deporte total, tanto en la práctica como en el seguimiento, durante toda la Olimpiada y que siempre contemplo mi agenda ajustándola para el visionado. Baloncesto, rugby, balonmano, atletismo, ciclismo, gimnasia artística, natación, badminton, remo, piragüismo y los más alejados para mi judo, taekwondo, waterpolo, hockey, halterofilia, la rítmica, sincronizada, saltos...
Seguimiento de los deportistas españoles y de las disciplinas donde tenía un gran interés, siempre a través de RTVE quien ha llevado, parece ser por última vez, la experiencia de difusión y transmisión del acontecimiento olímpico, ya que es probable que las cadenas de pago adquieran los paquetes de producción para España de los siguientes Juegos Olímpicos.
Una vez más serán los Juegos Olímpicos de Bolt (tri-campeón olímpico del 100, 200 y 4x100 con el relevo jamaicano). Pero también lo serán de Michael Phelps que llegó hasta las 28 medallas olímpicas en su carrera deportiva completando un ciclo de retiro y redención. También van a ser los JJOO de Simone Biles y del equipo femenino de gimnasia artística americano que dominó la competición.
Uchimura renovó su titulo olímpico en el concurso individual por aparatos. Los Browlee dominaron con mano de hierro el triatlon masculino. La selección de USA Basketball mantuvo el cetro de poder en ambas categorías, y por fin Francia, cedió el suyo en el balonmano masculino. No así lo hizo Andy Murray que revalidó el Oro en tenis de Londres y compartió galardón con Monica Puig que dando sorpresa tras sorpresa ganó el Oro en el cuadro femenino otorgando al deporte femenino puertorriqueño la primera medalla de su historia.
Podía seguir así relatando párrafo tras párrafo los resultados y sensaciones deportivas que me han dejado estos 15 días de competición, pero aquí dejo un enlace a todos los resultados deportivos de los Juegos Olímpicos Río 2016.
También tenemos relatos sobre como han sido los Juegos en general, y en el caso de la actuación española, en particular, para gusto del consumidor. O virados hacia la opinión de los jerifaltes del COE o el Ministerio de que esto ha sido un éxito (alucinante e impresentable el Ministro en su alocución en la tv pública) o más criticos desde un punto de vista deportivo. Sin embargo, lo que me apetece hacer en este momento es valorar los resultados de la representación española, y como los recortes neoliberales del gobierno del PP que siguieron a la estafa bancaria, han mediatizado su rendimiento.
También voy a tocar el tema del periodismo deportivo, que realmente me apasiona, justo en un momento y un lugar, España, en el que los medios tradicionales llevan enfrascados en la infoxicación continúa del fútbol profesional, sobretodo de Real Madrid y Barcelona, robando espacios de expresión, interés y seguimiento no sólo a otros clubes, sino también a otras disciplinas deportivas.
Máxima exigencia y total presión durante 15 días cada 4 años
Éste es el lema que como público generalista mediatizado por la labor de los medios de comunicación tradicionales (prensa deportiva escrita, televisión y radio) vive los Juegos Olímpicos.
Es decir, durante poco más de 15 días, y más concretamente “el día de competición”, “los minutos de la prueba”, o “los segundos de la carrera y/o concurso”, todo el peso de la atención deportiva y mediática de España recae sobre los atletas, hombres y mujeres, que han convivido durante 4 años en el más absoluto silencio, sin ningún tipo de cobertura a sus pruebas, entrenos y situaciones y que sin embargo, en el momento culmen de su preparación afrontan la competición, no sólo con el ánimo íntimo y personal de ganar y mejorar, o la presión de la rivalidad competitiva contra participantes de otras naciones, sino que encima de sus hombros recae todo el peso del foco mediático concentrado en ese momento. Y en el que además, se suma la exacerbada pasión latina por ganar. Una suerte de decir, “ya que están en los Juegos que ganen medalla. La de oro concretamente”. Y eso otorga a todo lo anterior descrito el propio peso del deporte, de la disciplina deportiva en cuestión, casi siempre minoritaria, con un escuálido número de fichas federativas y de recursos, y que buscan y necesitan el impacto mediático de los Juegos Olímpicos para que más gente se anime a su práctica, disfrute y seguimiento.
Y esto, lógicamente se ve en el puesto final en el medallero y en los objetivos individuales que nuestros deportistas, tanto masculillos, como en mayor desigualdad si cabe, femeninas, tienen y se comparan con los de sus rivales. Y en el caso del medallero, de España, como país desarrollado en la Europa occidental, con los países con los que deberíamos medirnos, del mismo entorno geográfico y socio-económico y político, sobretodo teniendo en cuenta al número de habitantes: Francia, Alemania y sobretodo Italia.
Mientras que la delegación española ha sacado 17 medallas, repartidas en 7 oros, 4 platas y 6 bronces, Italia se ha subido hasta las 28 (con 8 oros). Desde luego cualquier ranking comparativo entre países en un medallero olímpico debe de cogerse con pinzas y ser muy escrupuloso a la hora de sacar conclusiones. Existen rankings de medallas en relación al PIB o al número de habitantes, y jugando con ellos yo exijo a mis autoridades y administraciones deportivas (también por lo que toca educativas y sanitarias) un rendimiento similar o más cercano al de Italia. Aún existiendo diferencias en cultura deportiva, que ofrece a ambos países posiciones dominantes en unos deportes y en otros no (por ejemplo Italia es una potencia mundial en voleibol donde España no consigue llegar a un nivel intermedio, y por el contrario somos una potencia mundial en balonmano y sin embargo en Italia no pasa de ser un deporte residual...) nuestro lugar tiene que estar próximo al de la república mediterránea. Ambos países tenemos una población similar. Un PIB y una renta pér cápita muy parecidas (con desigualdades tanto entre territorios como de capas sociales idénticas), e incluso un clima muy parecido.
Sin embargo, esto no sucede y no ocurre por una explicación que tiene que ver con la disposición de recursos, de dinero, para las federaciones y sobretodo para los deportistas y sus entornos de trabajo (clubs, entrenadores, médicos, fisios, etc.).
Como ha sucedido con el resto de aspectos que han tenido para administrar, el deporte español ha sufrido los recortes del gobierno del PP (como la sanidad, la educación, la justicia, el medio ambiente, la cultura... y así con todos menos el rescate bancario). Las becas ADO que permitían simplemente la manutención de los deportistas en los períodos de Olimpiadas y que se repartían en base a los resultados deportivos a través del Comité Olímpico Español (COE), han visto reducidas su cuantía, por lo que han llegado a menos deportistas y en menor cantidad. Las federaciones también han visto reducidas considerablemente sus subvenciones anuales que se otorgan a través del Consejo Superior de Deportes (CSD) con lo que entrenadores, equipamientos, instalaciones o certámenes competitivos también se han reducido. Y como en este país nadie hace su trabajo debidamente, nos encontramos con las directivas de las distintas federaciones, lamentándose, unas más que otras, por los recortes sufridos, pero casi ninguna con un trabajo para conseguir patrocinadores y esponsorización para paliar, aunque fuera en parte, las pérdidas. Total, “ellos” (y sus familias, amigotes y demás) ya estaban “clasificados para Río.
El resultado final se ha visto en estos Juegos Olímpicos, pero se pueden observar en cualquier certamen internacional al que nuestros atletas, hombres y mujeres acuden a competir, y donde lo hacen en peores condiciones que sus rivales, de entornos geográficos y políticos-sociales comunes, como puedan ser italianos, holandeses, belgas o escandinavos.
Por supuesto que franceses, alemanes, británicos,... estadounidenses, rusos, chinos, japoneses, australianos...
Siempre cuento la misma anécdota. Tuve una compañera de trabajo belga que fue atleta profesional. Formaba parte de la selección de Atletismo de Bélgica y durante 4 años, antes de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 recibió una beca por parte del gobierno belga de más de 2.000€ al mes. Además su federación gracias a una política efectiva y activa en la búsqueda de patrocinadores, que tenían un buen retorno debido a una cultura polideportiva en los medios, tenía los recursos suficientes para costear entrenadores, fisioterapeutas, médicos deportivos, también psicólogos, instalaciones y el pago de viajes para poder competir. Al final unos meses antes de la cita olímpica de 2012 se lesionó y no pudo acudir, sin que eso supusiera ninguna devolución, ni censura o critica abierta por parte de las autoridades del deporte o el atletismo belga. Desde luego muchos aspiramos a lo mismo para nuestros deportistas.
A todo esto se le suma el hecho de que en España carecemos de cultura polideportiva. “Somos” obscenamente futboleros, tanto en la práctica temprana como en el seguimiento, y eso hace junto a la inutilidad perpetúa de los distintos dirigentes educativos, sanitarios y deportivos que hemos sufrido, que no exista una presión natural para incluir en las escuelas la práctica deportiva de deportes minoritarios (salvo en Cataluña). Por lo que podemos decir, abiertamente que en España no se enseña deporte (y se de lo que hablo porque tengo formación en la materia y me he encontrado con casos paradigmáticos). Así ni gimnasía, ni natación, ni rugby, casi ni atletismo, muy poco balonmano, algo más de baloncesto y por descontado absolutamente nada de deportes de contacto (lucha y artes marciales) o deportes sin tradición (y casi si me apuráis ni los deportes alternativos o juegos tradicionales).
En definitiva si tuviésemos un gobierno que en algún momento dejase su presidente de leer el Marca (y tras hacer multitud de tareas también necesarias), y le diera por articular una política de estado en materia de deporte tanto para la formación y educación en la práctica deportiva, como método de salud y que abarcase los siguientes escalones, hasta el deporte profesional, o lo que conocemos aquí de deportistas que gestionan su tiempo, junto a otras responsabilidades, como estudios o en la mayoría de los casos un trabajo para poder subsistir, lograríamos con tiempo y paciencia unos resultados mucho más acordes a la situación y potencial del país. Una política deportiva similar a la empleada por Italia, Francia, Reino Unido u Holanda.
Si “nuestros” presidentes y directivos de las federaciones decidieran salir de su despacho y patearse por empresas para conseguir vender “su producto”, su deporte, se lograrían muchos mayores y mejores recursos que mejorarían la salud del deporte en cuestión, consiguiendo mejores resultados internacionales, y como fin último, postulando ese mismo deporte, como parte del acervo cultural y ocioso de la población redundando en un círculo en el que mejoraría la salud y el bienestar general de la gente y casi automáticamente la calidad en la élite (ya sabéis, de la cantidad, surge la calidad).
Y si las televisiones públicas decidieran boicotear el fútbol, del que no tienen derechos de retransmisión olvidando y eliminando las tertulias “salvamizadas” de fútbol para en su lugar retransmitir eventos en directo y programas de producción propia sobre las distintas disciplinas deportivas nos encontraríamos con un mayor conocimiento general sobre un deporte particular (sus reglas, historia, contexto, participantes, etc.), se ganaría mayor inversión para ese deporte, y de paso, se evitarían los lamentables errores por desconocimiento y falta de preparación que se han tenido que sufrir con la retransmisión de RTVE de estos últimos Juegos.

España, ¿potencia mundial del deporte?
Y aún con todo se puede ser moderadamente optimista y levantarse al paso a aplaudir, agradecer y animar a nuestros deportistas. Hombres y mujeres que en la mayoría de los casos, tienen que gestionar sus carreras con trabajos para sobrevivir y mendigando subvenciones y pagando de su bolsillo médicos, viajes, competiciones o entrenadores. Llamadme loco o visionario. O iluso. Pero para tener éxitos en deportes, en los Juegos Olímpicos, hay que apoyar y gastarse dinero en esos deportistas, hombres y mujeres, que van a representar al país.
Deportistas que como describía unos párrafos más arriba se presentan en las competiciones internacionales en peores condiciones a las que optar al éxito deportivo frente a sus oponentes. Deportistas, todos ellos y ellas que están en la élite en sus respectivas disciplinas. Si, en la élite. Aunque no hayan rascado medalla en este evento. Aunque se tengan que conformar con un diploma olímpico (curioso como la prensa afín al estado de las cosas en #Españistan usa los diplomas a conveniencia) o sin ello. Prácticamente en cada disciplina y prueba olímpica tenemos a un españolito o españolita entre los 10 mejores del mundo, y seguro entre los 5 mejores europeos.
Quijotes enfundados en ropajes técnicos, que luchan contra sus rivales y contra los molinos gigantes de los impedimentos, de las zancadillas y de la desidia. De un país que les exige y les ningunea a partes iguales y que les priva de mejores condiciones de vida, entrenamiento y competición. Son Mireia Belmonte, Carolina Marin, Lydia Valentin, Maiane Chourraut, Ruth Beitia, las chicas de la gimnasia rítmica, el equipo femenino de baloncesto (muy bien entrenadas como siempre, por Lucas Mondelo). Y los Nadal, Pau Gasol o Bruno Hortelano. Y muchoas más. Milagros en forma de bronce, plata u oro, porque sólo así se puede calificar el éxito de estos pioneros y referentes que consiguen competir y ganar frente a rivales que les duplican o triplican en recursos. Generaciones de deportistas brillantes que con un afán por competir y en muchas ocasiones dar a conocer el maravilloso mundo de su deporte, capitalizan y encabezan la práctica y el arraigo de esa disciplina.
Por esto último, yo considero a España, una potencia en el mundo del deporte. Sólo de imaginar lo que se podría conseguir si se fomentará con unos mínimos la práctica deportiva, desde la educación básica hasta la profesionalización o la edad senior, ya es un dulce sueño y anhelo.
Se espera de un gobierno, o tal y como van las cosas, lo que deben de promover los partidos que quieran optar a gobernar, es un plan de acción. Una política educativa que tenga una rama en educación deportiva que permita que nuestros niños y niñas conozcan y amen el deporte, y puedan expresarse, mejorar y vivir con su pasión con unas garantías, para ya, en la edad adulta estructurar un plan deportivo para acudir a los eventos con las mejores garantías de éxito. Un I+D+i en Marca España deportiva para conseguir ponernos a altura de los países de nuestro entorno geográfico y político-social.
Y también, y mucho más importante, como fin último, conseguir mejorar la salud y el bienestar de la población en general otorgando a todos y todas oportunidades para la practica deportiva.

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