martes, 11 de diciembre de 2018

Tengo ya mi certificado de Apostasía



Esta semana pasada recibí mi certificado de Apostasía de la fe de la Iglesia Católica.
Tengo que decir lo primero de todo que fue más mi pereza (grave pecado capital) lo que ha hecho que me haya demorado tanto en llevar a cabo el acto de la apostasía y por lo tanto añadir coherencia a mi pensamiento y forma de ser. Me declaro ateo en materia espiritual. Y más allá de ello, me declaro beligerante con la Iglesia católica española. Con esta institución empeñada por los siglos de los siglos en anclar a la sociedad española en la más rancia, vulgar, clasista y opresora de las tradiciones.
Entrando en materia de cómo apostatar hay que decir que es un proceso claro y sencillo. Lo primero a hacer es entrar en apostatar.org donde te indican los pasos a seguir y que yo mismo voy a dejar puestos a continuación. Como buena “empresa” instalada en el capitalismo a la Iglesia católica no le interesa que te borres como “cliente. Necesitan que los captados por la tradición o la presión social mantengan su inscripción aunque no hayan decidido sobre ella, en sus bases de datos aunque sea en el régimen de “católicos no practicantes” para poder así sacar sus infladas estadísticas que le dan primacía en las cuestiones religiosas en el estado tardo franquista español.
Por lo tanto, la obligación moral de apostatar y hacer publicidad de ello y de lo fácil que es, prevalece a cualquier otra consideración como puedan ser las presiones de familia y conocidos o tradiciones y actos sociales que ya tienen consolidadas como no puede ser de otra manera, su aspecto civil, laico y garantista.
Estos son los pasos para apostatar:
  1. Pide una copia de tu partida de bautismo. En mi caso acudí a la parroquia en la que me bautizaron a los 4 meses de mi nacimiento. Oliéndome los posibles impedimentos mentí para obtener tal documento (dije que me iba a casar ¡y por la iglesia!), y después de pagar 6€ de gastos por expedición de documento -del que exigí y recibí factura-, conseguí mi partida bautismal.
  2. Haz una fotocopia del DNI y compúlsala. Puedes conseguir que te la compulsen en cualquier comisaría y no es necesario pedir cita previa.
  3. Descarga y rellena el formulario de apostatar.org. Es un documento tipo que explica los motivos con las últimas consideraciones legales derivadas de las sentencias en favor del derecho de apostasía.
  4. Presenta o envía la documentación. Por lo que he visto es mejor hacerlo en persona, así que intenta hacerlo de este modo. Busca la diócesis a la que pertenece la parroquia donde fuiste bautizado y acude a lo que normalmente llaman “Casa de la Iglesia”. Allí pregunta por el responsable de apostasías. La persona encargada, normalmente sacerdote, recogerá tus documentos y te dará escrito de entrada con la fecha de los documentos que has acreditado. Si no lo hace, es conveniente pedírselo. También es posible que te dé el sermón sobre que no debes abandonar la iglesia católica, como si fuera el departamento de retenciones de un operador telefónico.
  5. A los pocos días (en mi caso apenas una semana y eso que era otra provincia) te llegará por correo ordinario tu certificado de apostasía. Si no fuera así, los compañeros de apostatar.org te pueden asesorar para acelerar y lograr el propósito final, que no es más que ejercer tu derecho a vivir una religión de la manera que quieras, y también a pertenecer o no a los organismos e instituciones que te den la gana.
La religión, sea cual sea, es y debe ser reconocida como tal, una situación íntima y propia de la persona. Es en tu hogar donde en caso de ser creyente puedes vivir tu espiritualidad sin necesidad de sustentar a una institución arcaica e instalada en contra de todo progreso de la sociedad, en especial de los oprimidos y más aún de las mujeres.
Somos muchos, millones, los que estamos hartos de como se inmiscuye en la política y la sociedad la iglesia católica española. Como castiga desde sus púlpitos todo lo que huele a progresismo, igualdad y justicia social. Como calla y tapa sus vergüenzas con millones conseguidos de la beneficencia o de dios sabe qué, sus casos de pedrastía y abusos sexuales. Estamos hartos de una educación pública violada por la sacrosanta asignatura de religión que desmorona la filosofía y la ética. Hartos de procesiones y desfiles en los que se ensalza la muerte, la violencia y de paso la dictadura franquista, ensuciando las calles y espacios que debían de ser de todas y todos.
Por todo esto y mucho más, no se puede permanecer un minuto más en esta institución y presumir de ser de izquierdas, y más aún de ser buena persona. Apostatar es fácil, necesario y satisfactorio a nivel personal, ético y de coherencia.


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