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martes, 11 de diciembre de 2018

Tengo ya mi certificado de Apostasía



Esta semana pasada recibí mi certificado de Apostasía de la fe de la Iglesia Católica.
Tengo que decir lo primero de todo que fue más mi pereza (grave pecado capital) lo que ha hecho que me haya demorado tanto en llevar a cabo el acto de la apostasía y por lo tanto añadir coherencia a mi pensamiento y forma de ser. Me declaro ateo en materia espiritual. Y más allá de ello, me declaro beligerante con la Iglesia católica española. Con esta institución empeñada por los siglos de los siglos en anclar a la sociedad española en la más rancia, vulgar, clasista y opresora de las tradiciones.
Entrando en materia de cómo apostatar hay que decir que es un proceso claro y sencillo. Lo primero a hacer es entrar en apostatar.org donde te indican los pasos a seguir y que yo mismo voy a dejar puestos a continuación. Como buena “empresa” instalada en el capitalismo a la Iglesia católica no le interesa que te borres como “cliente. Necesitan que los captados por la tradición o la presión social mantengan su inscripción aunque no hayan decidido sobre ella, en sus bases de datos aunque sea en el régimen de “católicos no practicantes” para poder así sacar sus infladas estadísticas que le dan primacía en las cuestiones religiosas en el estado tardo franquista español.
Por lo tanto, la obligación moral de apostatar y hacer publicidad de ello y de lo fácil que es, prevalece a cualquier otra consideración como puedan ser las presiones de familia y conocidos o tradiciones y actos sociales que ya tienen consolidadas como no puede ser de otra manera, su aspecto civil, laico y garantista.
Estos son los pasos para apostatar:
  1. Pide una copia de tu partida de bautismo. En mi caso acudí a la parroquia en la que me bautizaron a los 4 meses de mi nacimiento. Oliéndome los posibles impedimentos mentí para obtener tal documento (dije que me iba a casar ¡y por la iglesia!), y después de pagar 6€ de gastos por expedición de documento -del que exigí y recibí factura-, conseguí mi partida bautismal.
  2. Haz una fotocopia del DNI y compúlsala. Puedes conseguir que te la compulsen en cualquier comisaría y no es necesario pedir cita previa.
  3. Descarga y rellena el formulario de apostatar.org. Es un documento tipo que explica los motivos con las últimas consideraciones legales derivadas de las sentencias en favor del derecho de apostasía.
  4. Presenta o envía la documentación. Por lo que he visto es mejor hacerlo en persona, así que intenta hacerlo de este modo. Busca la diócesis a la que pertenece la parroquia donde fuiste bautizado y acude a lo que normalmente llaman “Casa de la Iglesia”. Allí pregunta por el responsable de apostasías. La persona encargada, normalmente sacerdote, recogerá tus documentos y te dará escrito de entrada con la fecha de los documentos que has acreditado. Si no lo hace, es conveniente pedírselo. También es posible que te dé el sermón sobre que no debes abandonar la iglesia católica, como si fuera el departamento de retenciones de un operador telefónico.
  5. A los pocos días (en mi caso apenas una semana y eso que era otra provincia) te llegará por correo ordinario tu certificado de apostasía. Si no fuera así, los compañeros de apostatar.org te pueden asesorar para acelerar y lograr el propósito final, que no es más que ejercer tu derecho a vivir una religión de la manera que quieras, y también a pertenecer o no a los organismos e instituciones que te den la gana.
La religión, sea cual sea, es y debe ser reconocida como tal, una situación íntima y propia de la persona. Es en tu hogar donde en caso de ser creyente puedes vivir tu espiritualidad sin necesidad de sustentar a una institución arcaica e instalada en contra de todo progreso de la sociedad, en especial de los oprimidos y más aún de las mujeres.
Somos muchos, millones, los que estamos hartos de como se inmiscuye en la política y la sociedad la iglesia católica española. Como castiga desde sus púlpitos todo lo que huele a progresismo, igualdad y justicia social. Como calla y tapa sus vergüenzas con millones conseguidos de la beneficencia o de dios sabe qué, sus casos de pedrastía y abusos sexuales. Estamos hartos de una educación pública violada por la sacrosanta asignatura de religión que desmorona la filosofía y la ética. Hartos de procesiones y desfiles en los que se ensalza la muerte, la violencia y de paso la dictadura franquista, ensuciando las calles y espacios que debían de ser de todas y todos.
Por todo esto y mucho más, no se puede permanecer un minuto más en esta institución y presumir de ser de izquierdas, y más aún de ser buena persona. Apostatar es fácil, necesario y satisfactorio a nivel personal, ético y de coherencia.


viernes, 29 de abril de 2011

La historia más absurda jamás contada


Soy un ateo convencido. No agnóstico, sino ateo. Niego la existencia de dios. Qué barbaridad, ¿cómo puedes negar la existencia de dios? Demuéstramelo. Parafraseando al gran Richard Dawkins en su legendaria charla de TED de 2002, respondo: no me corresponde a mí demostrar la no-existencia de dios. Sois vosotros, los creyentes, los que tenéis que probar que dios efectivamente existe. Personalmente, yo también niego la existencia de los unicornios, de los centauros y de los concejales de urbanismo honrados. Dios es simplemente una cosa más en la que no creo. Por qué no, yo podría defender la existencia de una cafetera orbitando alrededor de Marte, fundar una religión en torno a eso, acusar de hereje a todo aquél que lo niegue, y además pedirle que justifique esa no creencia con algún tipo de prueba so pena de quemarle en la hoguera. Es curioso que lo de la cafetera sideral le resulte un despropósito a cualquiera con dos dedos de frente, y lo de la religión no. Conozco a unos cuantos eminentes científicos e ingenieros que además son profundamente religiosos. Gente que sabe de la eficiencia del método científico y que le confían a ese método la construcción de aviones, barcos y puentes de los que dependen vidas humanas. Y nunca les falla. Lo sorprendente es que esa misma gente luego trague con las inmensas ruedas de molinos de los dogmas religiosos. Si yo le digo a un físico teórico que he construido una máquina que contradice cualquiera de los principios de la termodinámica, me dirá que es imposible, me lo demostrará en un papel, y ni siquiera me dará la oportunidad de enseñarle mi diseño. Sin embargo si ese físico teórico es además católico en algún momento habrá tenido que tragar y asumir como ciertas cosas como que Jesús de Nazaret nació de una virgen, que hizo milagros que contradecían a la vez varios principios de la termodinámica y que resucitó y ascendió a los cielos, entre otras perlas. Me sorprende tanto rigor para unas cosas y tan poco para otras. Tan meticulosos en unas cosas y tan relajados y permisivos en otras. Sobre todo cuando unas cosas y otras son contradictorias, porque la multiplicación de los panes y los peces y la ley de conservación de la masa no parecen, así a primera vista, demasiado compatibles. Al principio pensaba que estos científicos creyentes eran capaces de distinguir entre mito y realidad, pero me temo que estaba profundamente equivocado. Un creyente no piensa que su religión es un mito. Yo sí que pienso que su religión es un mito, pero ellos no, porque creen en ella. Creo que es muy importante poder distinguir entre mito, parábola y realidad. Poder discernir entre hecho histórico contrastado, ley física probada empíricamente y personaje mitológico más o menos inventado con el objetivo de contar una historieta con moraleja. Se pueden extraer buenos hábitos y buenas enseñanzas de las religiones, incluso sin ser creyente. También se pueden extraer buenas enseñanzas de la trilogía de El Señor de los Anillos, y sin embargo saber que lo que se cuenta ahí realmente no sucedió. Si esto se toma demasiado en serio, se corre el peligro de que alguien llegue a creer de verdad que Gandalf fue un personaje histórico, que Sam, el hobbit, derrotó heroicamente a una araña gigante en la legendaria batalla de Torech Ungol durante su peregrinación anual a Módor, y acabar vendiendo estampitas conmemorando los triunfos de Sam, el hobbit, frente al reino de los artrópodos.

Hace no mucho que regresé de un viaje por Siria y Líbano, los dos países que me quedaban por conocer de Oriente Medio. Hay algo de esa zona del mundo que me atrae enormemente. Posiblemente el mar de contradicciones en el que viven todos y cada uno de sus habitantes. Unas contradicciones que resultarían muy divertidas de no ser por las demoledoras consecuencias políticas y sociales que están teniendo en la zona.

Hay 2 tipos de musulmanes en este mundo: los suníes, que representan al 90% del Islam y los chiíes que son el otro 10%. La principal diferencia entre ambos radica en un sobrino de Mahoma llamado Alí. Los chiíes creían que Alí era el sucesor legítimo de Mahoma, y los suníes no. ¿Ah, no? Pues me escindo. Y ya no te adjunto en Facebook. Desde el año 632 en el que sucedió esto hasta la fecha, no sólo no se han puesto de acuerdo, sino que se han ido distanciando cada vez más hasta el punto de haber provocado guerras por un “quítame de aquí a este sobrino”. Muy parecido a la rivalidad entre el Frente Judáico Popular y el Frente Popular de Judea de La Vida de Brian, pero en macabro. En 1948, la ONU metió con calzador al estado de Israel en lo que los británicos conocían como Palestina. En una especie de Principio de Arquímedes religioso, la entrada de los judíos desplazó a los palestinos (musulmanes suníes en su totalidad) fuera de su recipiente, y muchos de ellos fueron a caer a la cacerola del Líbano. Allí se encontraron con unos simpáticos falangistas cristianos y se lió la de dios es cristo (nunca mejor dicho) desencadenando la guerra civil del Líbano (1975-1990). Moros contra cristianos. Sólo hacía falta soltar una vaquilla por el pueblo. Y esa vaquilla se llamó Israel, que aprovechó la confusión para meter unos pocos tanques en su país vecino con la excusa de ayudar a los cristianos. No es que los judíos se hayan llevado históricamente bien con los cristianos (fueron los judíos los que condenaron a Jesucristo a la cruz e hicieron rico a Mel Gibson), pero entre cristianos y palestinos, la verdad, no parecía haber mucho color. ¿Y los chiíes? Pues ahí está lo sorprendente: en lugar de tomar partido por los suníes (musulmanes como ellos, al fin y al cabo), salieron a la calle a jalear la entrada de los tanques Israelíes, simplemente porque iban a apoyar a los cristianos que iban en contra de los suníes. Están locos estos asirios. Estos mismos chiíes son los que en la actualidad forman Hezbolá, una ONG de carácter ecologista que recoge escombros del Líbano, los mete en un cohete y se los lanza al país vecino para que los recicle. Y vive dios que los reciclan. Los reciclan y los devuelven multiplicados por mil.

Hay una mezquita impresionante en la ciudad vieja de Damasco, la mezquita omeya (los omeyas fueron precisamente los que se cargaron a aquel famoso sobrino de Mahoma, Alí, al que siguen los chiíes). Al lado de esa mezquita hay varios carteles en los que sale Bashar Al-Assad (el cacique local Sirio y posiblemente el tipo más fotografiado del planeta) abrazando a Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbolah, chií de pro, y por lo tanto seguidor acérrimo de Alí, al que, repito, se cargaron precisamente los omeyas. Es como si en la plaza de San Pedro hubiese una foto del Papa jugando al parchís con Lutero. Hemos perdido el norte.

Y no se puede decir que al otro lado del río Jordán estén mucho mejor de la cabeza. Es probable que no sea un hecho demasiado conocido, pero cuando David Ben Gurión fundó el estado de Israel en 1948 con el beneplácito de la ONU, encontró sus más rebeldes opositores en…los judíos ortodoxos. ¿Por qué? Siéntense que ésta es de traca. Según la versión de El Señor de los Anillos de los judíos, el estado de Israel se debe refundar sólo después de la llegada del mesías. ¿Y cómo nos enteraremos de la llegada del mesías? Pues muy sencillo: cuando llegue el mesías, se levantarán los muertos que hay enterrados en el Monte de los Olivos (actualmente un cementerio judío), que tras lavarse los dientes entrarán en Jerusalén por la Puerta Dorada, arrasarán la ciudad y, junto con el mesías, reconstruirán el Templo de David donde ahora mismo hay una mezquita refundando así el estado de Israel. Y no ahora, Ben Gurión, que no te enteras. Manda huevos. Con lo sencillo que sería que el mesías se apareciese en Twitter anunciando su buena nueva. Lo cachondo es que los árabes se han tomado en serio esta majadería y, no se lo pierdan, han tapiado la Puerta Dorada de Jerusalén, porque oye, con el jet-lag que van a tener los muertos cuando se levanten, no creo que se pongan a trepar muros. Eso y construir un cementerio árabe al lado del Monte de los Olivos, que muy mal se nos tiene que dar para que llegue el salvador, despierte a los muertos judíos y deje a los árabes durmiendo. Desde luego, cuando llegue el mesías en cuestión, se va a montar la de Puerto Hurraco. En versión zombi. Esto y sólo esto (su oposición a la formación del estado de Israel en el 48) es la razón por la que los ortodoxos son los únicos judíos Israelíes que están exentos de hacer la mili, y que, además, reciben una subvención del estado por pasarse la vida golpeándose la cabeza contra un muro. Hay un estado que paga a sus ciudadanos para que se den cabezazos contra un muro mientras esperan la rebelión de los zombis. Muy fuerte.

Estos chiflados, que resultarían entrañables encerrados en cualquier manicomio, son los responsables de decenas de miles de muertos que se ha cobrado conflicto de Israel con Palestina y que dura ya más de 60 años. Estos tipos se llevan pegando tanto tiempo básicamente por culpa de una piedra. Una piedra que, según El Señor de los Anillos judío, fue donde Abraham intentó sacrificar a su único hijo Isaac como prueba de fe hacia dios, y donde un arcángel sin identificar (sospecho del Juez Garzón) le paró la mano y le puso un cordero donde antes estaba Isaac, porque oye, el caso era matar algo, y es de muy mala educación dejar a Abraham con el hacha en la mano. Encima de esa piedra Salomón construyó su templo, Nabuconodosor lo destruyó y David lo recalificó para que finalmente fueran los romanos los que pusiesen fin a tanta locura especulatoria. Ya es mala suerte que esa misma piedra figure en El Señor de los Anillos islámico como el sitio en el que Mahoma ascendió a los cielos. La misma piedra, no la de al lado. Así que los árabes aprovecharon su paso por la zona para construir una templo islámico encima de la piedra en cuestión y lo rodearon de la famosa esplanada de las mezquitas, de forma que en la actualidad los musulmanes rezan justo encima de donde los judíos se golpean la cabeza. Y todo eso con el beneplácito de la comunidad internacional. Yo personalmente soy partidario de poner esa piedra en órbita y mandarlos a todos a pegarse por ella a la Estación Espacial Internacional.

La religión es una herramienta inventada por el hombre, y que en su día servía para morir más tranquilos, explicar lo inexplicable y dotarnos de cierta transcendencia. La humanidad ha ido evolucionando y la religión no. Su papel se ha ido reduciendo gracias al avance de la ciencia y aunque sigue siendo una herramienta útil para mucha gente hay que saber acotarla para que no se convierta en un boomerang y te acabe partiendo una ceja. Hay que educar muy bien a la gente en las artes profanas y tener mucho cuidado con lo que se cuenta sobre las religiones, porque es muy fácil mezclar a Jesucristo con los elfos, pensar que Gandalf es tan real como Sócrates o Julio César y estropear una sociedad entera cuya única obsesión será encontrar el anillo de poder y llevarlo a Mórdor para destruirlo.

La religión intocable

Joder con la Iglesia Católica. Y con los curas. Y con sus secuaces… Pero no. En realidad lo que está pasando no es culpa ni de la Iglesia, ni de los curas ni de sus secuaces. Es culpa de una sociedad que consiente un Código penal medieval y un modelo de justicia que permite que cuatro locos y un juez sectario te metan un paquete por vía criminal a la mínima que se pongan a ello mientras tú te quedas con cara de tonto. Y es que ya lo hemos dicho en este blog una y mil veces. Que tanto reírnos de la intransigencia de la morisma con las viñetas de Mahoma, pero aquí tenemos un Código penal donde abundan delitos absurdos para proteger a las religiones (y especialmente a la única y verdadera, claro). No vale la excusa de que estos delitos nunca se emplean. No. Porque no es verdad, en primer lugar, a la vista está. Porque el mero hecho de que estén ahí es impresentable y resulta que provoca un enorme riesgo para la libertad de todos. Porque estando ahí, pues se acaban usando, ya sea para vetar tetas, ya para castigar procesiones ateas, dando armas a la represión más impresentable a poco que alguien tenga ganas.

Recapitulemos. Una asociación de gente a quien no conozco pero que tiene toda mi simpatía, aunque sea sólo porque se llamen a sí mismos Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores y alguien con ese nombre no puede sino ser un grupo de buena gente, decide convocar una manifestación-marcha-procesión para el próximo jueves para hacer profesión pública, colectiva y festiva de ateísmo y de su compromiso con la razón, el empirismo y la convicción de que brujas, príncipes, hadas y Dioses pues para los cuentos, pero no para la vida real y mucho menos para condicionar cómo vivimos la vida todos en sociedad a partir de dogmas revelados de origen místico. Obviamente, se trata de una acción protegida constitucionalmente por el art. 21 CE, que permite a los ciudadanos que nos reunamos en público para lo que nos dé la gana y como mejor nos parezca siempre que los objetivos de la reunión no sean ilícitos. Las reuniones en España y en cualquier país con un Estado de Derecho digno de ese nombre, como es sabido, ni siquiera requieren de autorización para realizarse, aunque si son en la vía pública sí habrán de notificarse a la autoridad competente (militar, por sup…. ah, no perdón, esto no iba aquí). Y una manifestación notificada sólo puede ser no autorizada si se evalúa con un mínimo de rigor que puede constituir un problema de orden público. Pues bien, los convocantes de tan higiénica marcha por Madrid no sólo han visto cómo se les negaba la autorización de la procesión atea sino que han acabado imputados por varios delitos. Como esto no es Arabia Saudí aunque cada vez lo parezca más, vamos a tratar de explicarlo:

1. La delirante negativa de la Delegación del Gobierno a que se realice la marcha

Una primera parte del asunto, absolutamente vergonzosa y contraria a Derecho (como deducirá cualquier lector mínimamente sagaz a partir del régimen vigente expuesto arriba de modo sucinto), ha sido la negativa del Gobierno a autorizar la manifestación alegando que es Jueves Santo y que eso puede “ofender a los católicos”. Tocarles las pelotas, vamos. Por lo visto el Gobierno progresista y comprometido con los derechos civiles y las libertades que tenemos no se ha enterado todavía de que tocar las pelotas al prójimo, siempre y cuando sea moderadamente y sin violencia ni nada, es un derecho de la gente. Por concretar, con lo que me fastidian a mí las procesiones que pasan cada dos por tres por debajo de mi casa, tanto en lo referido a su contenido como a las molestias que ocasionan, ¿acaso piensa alguien que se podría consentir que los pesados de los católicos salieran de marcha por ahí si el límite constitucional a la libertad se fijara en no herir la sensibilidad ideológica o religiosa de los demás? ¿O en no tocarles las pelotas con sus procesiones insoportables?

Si nos vamos a poner exquisitos pues vamos a serlo con todo Dios, ¿o no? Por cierto, empezando por la anomalía de que las procesiones religiosas de Semana Santa o en cualquier otra fecha del año se realicen violando la ley vigente, ya que a pesar de ser en la vía pública no comunican su realización a las autoridades en tiempo y forma. ¡Que las disuelvan por alterar el orden público sin haberlo notificado previamente! ¿O acaso alguien piensa que una manifestación pública de proselitismo de ese grupo social que son los católicos ha de tener, vete tú a saber por qué razones, un trato diferente al de cualquier otro colectivo con sus creencias e ideología?

Por lo demás, el delirio de la Delegación de Gobierno no da para mucho más. Cabrea mucho, pero a la vista de lo que ha venido después hay que reconocer que se queda en una broma ridícula y patética. Aunque no debemos olvidar que muy probablemente es en parte la actitud lamentable, decimonónica y antirracionalista del Gobierno el que ha dado alas a los siguientes desmanes. Lo que no quita para que toda la explicación dada por la Delegación de Madrid para prohibir la manifestación tenga un indudable valor cómico, por lo que transcribimos las 11 razones que han justificado una cercenación tan brutal del derecho fundamental del art. 21 CE y así al menos nos echamos unas risas:

- El lugar de la procesión “curiosamente” presenta nombres relacionados con la simbología católica. Más allá de que no se entienda el problema que pueda generar a nadie que un ateo vaya por calles con nombres religiosos (o que una procesión vaya por la calle Giner de los Ríos, por poner un caso) para cualquier persona que no tenga algún tipo de carencia grave, resulta evidente que no estamos ante una justificación de peso que permita limitar un derecho fundamental. Si se entendiera que la contradicción es insalvable, como parece creer la Delegación del Gobierno, lo que habría que realizar es una acción que primara el derecho fundamental y cambiar el nombre a todas las calles problemáticas.

- El día elegido: Jueves Santo. Por algún motivo la Constitución no contiene referencia alguna a la prohibición de manifestaciones en los 3 Jueves que relucen más que el Sol y otras fiestas de guardar. Sin duda, habrá que reformar cuanto antes la Constitución para meter esta limitación, pero mientras tanto, lamentablemente, no podemos introducir restricciones a un derecho fundamental sin base constitucional sólida.

- La hora coincide con las procesiones católicas. De nuevo, la Constitución no prohíbe manifestarse a determinadas horas. Tampoco se justifica la razón por la que la coincidencia sería tan dramática. ¿No se pueden manifestar los taurinos a las 5 de la tarde? Esta majadería, ¿qué es? ¿Para evitar desmayos entre los concienzados suficientemente asilvestrados como para pensar que las horas del día son suyas o qué?

- La denominación de los pasos de la marcha. Por lo visto el haber puesto unos nombres cachondos a diferentes pasos procesionales ateos es algo que altera el orden público o así, a saber por qué. La Constitución nada dice de que uno no se pueda burlar de ciertas cosas. Es más, la jurisprudencia del TC dice que el animus iocandi amplía el margen de libertad en cualquier manifestación expresiva. Habrá que revisar esa doctrina, sin duda, cuanto antes no vayamos a quedar todos excomulgados por tener un ordenamiento jurídico peligrosamente librepensador. Pero lamentablemente, mientras tanto, habría que permitir la procesión todavía con más motivo si la cosa tiene un contenido humorístico y burlesco, pues se supone que eso ha de ofender menos, no más, que un ataque despiadado y ayuno de sentido del humor.

- Discurre por una zona con múltiples parroquias. Esto es más de lo mismo. Si las parroquias en esa localización generan tales problemas de orden público que impiden que la gente pueda ejercer sus derechos habría que trasladarlas a lugares menos conflictivos, tales como polígonos industriales, por ejemplo, al lado de burdeles de tronío para que puedan despachar confesiones express, ya que estamos. ¡Todo son ventajas! Acercaríamos los santos lugares a las zonas donde son más necesarios y de paso liberaríamos mucho suelo público ilegal o anómalamente cedido a la Iglesia en el pasado.

- La convocatoria, carteles y declaraciones de los organizadores. La Delegación de Gobierno de Madrid aquí lo borda. Ya saben de cara el futuro los organizadores de manifestaciones. No convoquen, no haga carteles, no hagan declaraciones… porque eso va contra el art. 23 CE. O, al menos, es un fuerte indicio de que algo chungo pueda haber. Por si las moscas, en el futuro, absténganse.Y si eso convierte el derecho fundamental en de imposible ejercicio, mala suerte. ¡Haberlo pensado antes!

- Coincide con procesiones católicas de recorridos “conocidos desde hace años”. Tras este argumento uno escucha la voz de Manuel Fraga bramando…. “la calle es mía”. Allí por donde paso procesional haya hollado tierra alguna vez no podrá haber nunca una manifestación atea, ni judía, ni cristiana… En esas calles también se prohibirán las minifaldas, los besos en público y sólo se consentirán juegos como la canasta mientras tomamos chocolate con picatostes.

- Presencia de grupos antagónicos y radicales. Vayamos prohibiendo la final de la Copa del Rey, con esos grupos antagónicos de seguidores del Madrid y del Barça. Respecto de los radicales, ahí sí, coincidimos con la Delegación del Gobierno. No por la gente de AMAL, que parecen unos corderitos de nuestro Señor, sino por esos tíos que salen en las procesiones de Semana Santa autolesionándose y en comitivas de estética rara, sin duda agresiva, quizás con concomitancias racistas, todos ellos preñados de un poderoso imaginario violento, rancio y machista. Es verdad. Son radicales. Suponemos que los prohibirán.

- Gran afluencia de público y necesidad de proteger la imagen turística de Madrid. La Delegación del Gobierno piensa que, sin duda, la representación en vivo de Autos de Fe con la Inquisición personificada en el Delegado del Gobierno son un excelente reclamo turístico para Madrid y desea potenciarlo. Nos parece una buena idea. Para este año no da tiempo, y además las víctimas se las ha pedido antes una juez, pero para el año que viene a ver si montamos una buena quema de herejes y ya nos salimos, con todos los tour operadores del planeta fletando vuelos charter. Spain is different!!! Allí todavía”ser mucho católicos”. Pueblo español “orgulloso y noble, cristiano, decente”.

- Enclave de alto valor histórico-artístico. Pues nada, ya se sabe. Oído cocina, no más manifestaciones por ahí. Suponemos que las procesiones religiosas recibirán igual trato y las harán desfilar, con cabra de la legión incluida, por la Castellana.

- Policía, Ayuntamiento, Abogacía del Estado y Delegación coinciden en que no debe llevarse a cabo. Pido a mis amables lectores que vayan enlazando los informes de Policía, Ayuntamiento y Abogacía del Estado, a ser posible con los nombres de los pollos que los han realizado, y así nos echamos unas risas. Prometen ser tan psicodélicos como las razones apuntadas hasta aquí.

2. Los convocantes de la manifestación, imputados por varios delitos por una juez de esta peculiares que tenemos en España

Sin duda enardecidos por los éxitos logrados en la represión administrativa de una manifestación tan peligrosa como la que pretendían hacer los ateos porqueriosos estos, varios colectivos habituales en todo sarao de hostigamiento a la razón y a la libertad de pensamiento que se precie se pusieron las pilas y dejaron la impresentable actuación de la Delegación del Gobierno en anécdota grotesca. Aprovechando el triste Código penal español que nos legaron los que prepararon en 1995 el llamado “Código penal de la democracia”, completado desde entonces con varias reformas a cual más represiva, del mismo modo que han hecho en el caso de la capilla de la Complutense o con Leo Bassi y varias autoridades académicas de la Universidad de Valladolid (estos pollos que festejan el éxito son los mismos, y las mismas personas, que también están persiguiendo a esta buena gente), pues han hecho una querella contra los organizadores. Con un tino de estos que sólo se les supone a la policía (que suele saber, por ejemplo, a qué juez de la Audiencia Nacional hay que esperar a que le toque guardia para presentar las cosas) va y resulta que han acertado de pleno y han logrado, por pericia o por suerte, que la cosa caiga en manos de una juez, de nombre María Coro, que se ha cubierto de gloria. Nunca mejor dicho, claro.

La imputación por los distintos delitos daría mucha risa si no diera miedo ver hacia dónde va el país. Porque la acumulación de tipos que se gastan en su querella es un despropósito (aquí tienen el enlace a la querella por si quieren meterse drogra dura en vena y ver la calidad de los pseudo-argumentos jurídicos que se gasta esta gente). Lo más grave, sin embargo, no es que una serie de radicales liberticidas peligrosísimos en medio de sus delirios jurídicos pretendan ir metiendo a la gente en la cárcel. Lo que da mucho miedo es que la juez… ¡se lo admite a trámite! Y todo por cosas que sólo de leerlas darían risa si viviéramos en un país normal. Que si un delito de manifestación ilegal (¡señora juez, a ver si se entera, que la manifestación no se ha hecho porque se ha prohibido y ese delito no contempla el castigo de los actos preparatorios!), que si otro para aliñar el tema y que quede más bonito y con un lazo el proceso penal iniciado por escarnio a los sentimientos religiosos (de nuevo, lo mismo, ¡si el hipotético escarnio ni siquiera ha llegado a darse!… si en esta país ya ni te dejan cagarte a gusto en Dios y preventivamente te tapan la boca, ¿cómo va a ser posible blasfemar? … como no sea que la juez interpreta que, al igual que pecar, también se puede delinquir de pensamiento….), que si un tercero de incitación al odio (así, a lo bruto, total, para qué vamos a ponernos tontos y a especificar conductas concretas… ¡que son ateos!, ¡¡que son el demonio!) para completar la función con un delito de genocidio, a fin de que quede claro que aquí estamos ante una reacción ponderada y prudente de los querellantes, ante un uso del Derecho impecable (los de la asociación ultra están sobre todo muy orgullosos de los del genocidio como se puede ver en este titular) y, sobre todo, ante una juez de esas que uno tendría miedo de encontrarse incluso en un entorno tan pacífico como una sacristía, no vaya a ser que te obligue a comulgar, hacer donativos a la Iglesia, convertirte en un ser pío, bueno y benéfico y, lo que es peor, a amenzarte con llamar al Abogado del Estado, a la Policía, al Ayuntamiento e incluso a la mismísima Esperanza Aguirre para obligarte a santiguarte con agua bendita, con lo que escuece y arde en la piel pecadora de los rojazos ateos.

Un país serio no consiente que pasen estas cosas y pediría la inmediata dimisión del Delegado del Gobierno, clamaría por la autorización de la manifestación y protestaría por el encausamiento de los promotores de la marcha. En un Estado liberal de Derecho, civilizado y democrático, donde las libertades estuvieran debidamente valoradas, además de todo eso pediríamos responsabilidades a la juez que permite estos episodios de matonismo jurídico. Pero esto es un país de pandereta. O lo que es peor, de homilía y sacristía.

Así que todo mi apoyo a los convocantes de la manifestación. Es obvio que la única salida a este esperpento debiera ser el inmediato archivo de la causa. Cada hora que pasa agrava más el perfil carpetovetónico de todo este asunto. Y si a partir de ahora cualquier tontería dicha o escrita contra la religión católica en este país va a ser motivo de que te metan en la cárcel o te empuren penalmente pediría a los inquisidores de turno que revisen este blog porque se van a divertir. Porque volvemos a los tiempos en que ser perseguido por según qué cosas y según quienes comienza a ser timbre de honor antes que motivo de preocupación o descrédito.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...