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lunes, 5 de febrero de 2024

Política ficción: La Independencia de León

 

Imagen de la manifestación convocada el pasado domingo 21 de enero de 2024.

 

Hace un año y medio ya escribí sobre la Región Leonesa y la necesidad y conveniencia de que se constituyera en la décimo-octava autonomía para dar algo de dignidad, futuro e identidad a las tres provincias del Oeste castellano-leones. Pues bien, hoy, con la legislatura ya funcionando y con la agenda de oposición mediática de la derecha fascista y ultraliberal puesta en marcha se han reactivado las cuestiones que discriminan a estos territorios. Por lo tanto, me he animado a juntar unas letras en un hipotético paso más allá: el de una propuesta de independencia y nacionalismo leonés que crearán una nueva nación-estado en la península Ibérica.

A estas propuestas reivindicativas que estos días han sido noticia, mediática en sus lugares, apenas un breve a nivel nacional, se suman las élites políticas y económicas de los territorios, como en el caso de Salamanca con su alcalde y su cueva de ladrones del PP. Por supuesto, lo hacen ahora para hacer ruido y oposición, cuando ha quedado claro que no van a tener en su poder los artefactos del gobierno central. No olvidamos que buena parte de los desvarios y despropósitos que sufrimos vienen por sus administraciones corruptas, inmorales e inútiles. A los que, ya seamos organizaciones, colectivos o personas individuales, nos encontramos desde hace muchos lustros reclamando oportunidades para estas tierras nos congratula poder sumar a las élites políticas y económicas de los terruños a las mismas, y sólo pedimos que respeten la identidad propia de estas reivindicaciones, que no las instrumentalicen burdamente por intereses particulares, y sobretodo, que si son coherentes se queden aquí cuando en la rueda turnista del poder representativo de las democracias liberales les toque gestionar lo de todos.

Pasado el mega-ciclo electoral de 2023, se han vuelto a animar los movimientos y plataformas de defensa y denuncia, las manifestaciones o propuestas en pro de la sanidad y la educación públicas, que sufren la desigualdad inherente del estado centralista españistaní, y la horrenda gestión autonómica del PP, ahora con los neofascistas. Pero fundamentalmente está resonando la reclamación por la restitución, cuando no creación directamente, de un servicio ferroviario digno para Salamanca, y también para todas las provincias del Oeste peninsular, vertebradas por aquel invento de la Ruta de la Plata.

Salamanca fue la primera ciudad y provincia de Castilla y León que perdió sus conexiones ferroviarias que no tuvieran destino a Madrid. Durante un tiempo incluso fue imposible ir en tren a Valladolid. Pero lo más importante es que perdió las conexiones a Norte y Sur con las provincias limítrofes. Para colmo, nunca estuvo sobre el papel la salida al Oeste hacia Oporto en un tren que por su sólo planteamiento salta a la vista ya sería rentable. Sin embargo, la falta de rentabilidad fue la excusa para que hace ya muchos años se eliminasen las líneas provinciales que conectaban la raya y las comarcas con la capital provincial. Hoy son vestigios de un pasado que ya no volvera, y las infraestructuras como el espectacular tren minero de las Arribes y la Fregeneda, o la línea Alba de Tormes-Salamanca son meras atracciones turísticas (El Tren del Hierro en el caso del primero, una vía-verde en el segundo).

De este modo Salamanca se sumó a otro buen número de ciudades y provincias maltratadas en la construcción del sistema ferroviario nacional como Cáceres y Badajoz, Asturias en sus comunicaciones con la Meseta, la región "Mudéjar" (Sur de Zaragoza, Teruel, Soria, Guadalajara, Cuenca e interior de las provincias de Castellón o Valencia).Y es que en España, tenemos un problema muy serio cuando con el dinero de todos se construyen y mantienen infraestructuras que solo sirven para que los habitantes de la capital central se muevan por el país a su antojo y el resto tengamos que jodernos, y o pasar por allí, o funcionar con el vehículo privado. Y no olvidemos que no hace tantos años, en realidad a penas unos viente, que las comunicaciones viales por carretera mejoraron en muchas de estas provincias, y en Salamanca en particular, al llegar la construcción de autovías (otras ciudades todavía no han tenido esa suerte).

Por lo tanto, no hay nadie con dos dedos de frente que sepa leer y contar que pueda defender mínimamente el estado actual de las cosas a menos que tenga intereses pecuniarios en la cuestión. “Tenemos” un país a dos, o más velocidades, con regiones (y sus poblaciones en muy diversas y desiguales escalas de oportunidades y aprovechamientos) acaparando todo el poder económico y el dinamismo social. Y en cambio, quedan otras, depauperadas, empobreciéndose, quedando como destinos turísticos pintorescos o de fiesta barata, cuya principal materia de exportación es el talento de sus jóvenes.

Solo con echar un vistazo a las estadísticas demográficas y económicas comparativas entre provincias y regiones para constatar empíricamente lo que está sucediendo y la necesidad y justicia de los planteamientos que reclaman estas infraestructuras.



Por poner en antecedentes las reclamaciones que desde Salamanca se están haciendo van desde la restitución del cuarto y quinto tren diario a Madrid (suprimidos con la excusa de la Covid-19) y mejora de la puntualidad de estos servicios. La re-apertura de la Vía de la Plata, es decir, el tren Gijón-Sevilla que de Norte a Sur recorría la zona Oeste del país, en una reclamación a la que se han sumado todas las provincias que han visto perdida esta conexión. También, y gracias en buena medida al impulso puesto por Portugal y por la UE de la creación de un tren entre Oporto y Salamanca (con extensión hacia Madrid). Y por último, también debido al interés del gobierno portugués y de la Comisión Europea de la puesta en marcha del Corredor Atlántico una infraestructura que busca generar un dinamismo comercial e industrial en el Sur del continente que equilibre el peso del eje del Mar del Norte, y que al igual que el Corredor Mediterráneo tienen que ponerse en marcha sin tener que pasar por el agujero negro del estado españistaní: Madrid.

El caso es que llegados a este punto yo me he puesto a reflexionar y a volver a calibrar sobre la idea de un movimiento nacionalista, instrumentalizado en forma de partido político, es decir, de fuerza electoral, sin marcar una agenda de izquierdas o de derechas. Este ejercicio de política ficción era una conversación habitual en mis tiempos de bachiller cuando con otras personas lúcidas y atentas nos conformábamos nuestra manera de pensar y observar el mundo. Quizás influenciados por el ejemplo de la burguesía catalana consiguiendo beneficios del gobierno central del mequetrefe de Aznar y su banda de ladrones y secuaces. Pero ahora también lo ha motivado la bastante desencantadora gestión del nuevo ministro de transportes, el ex alcalde de Valladolid, Óscar Puente. De momento mucho más centrado en su papel de azote de la oposición y de tuitero mayor del gobierno, Puente ha minusvalorado la trascendencia de las manifestaciones y reclamaciones expresadas, incluso teniendo en cuenta que sus compañeros de partido dentro del PSOE de Castilla y León las están respaldando.

Entre zasca y zasca le ha dado tiempo a anunciar una nueva mega inversión para ampliar el aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez con una infraestructura que corresponde más a los intereses de las élites financieras y constructoras, de aquí y de más lejos, que a las necesidades de transporte.

Otra inversión que se cuenta por cientos de miles de millones para la capital cuando con "apenas" unos 400 millones las infraestructuras demandas por el Oeste del estado español se podrían poner en marcha. No sé qué indigna, cuando no encabrona más: El seguir perdurando un modelo de estado centralista que deconstruye España y que, por cierto, ha ido fatal para las propias aspiraciones del PSOE y de la izquierda; el que se siga apostando por un modelo de transporte absolutamente fallido, sobredimensionado, irracional e insultante en un contexto de cambio climático de origen antropocéntrico; o que estas medidas las haga un político salido de Castilla y León. Y me da bastante igual que sea una medida que anuncia y ha trabajado su antecesor.

Lo cierto, es que en buena parte de la opinión pública de Salamanca y de León este anuncio ha provocado indignación. Sobretodo en quienes como digo, llevamos años en organizaciones que claman por algo de inversión y dignidad para estas tierras y que vemos, que indistintamente quien gobierne se sigue dando una preponderancia a Madrid que va a seguir chupando juventud y riqueza de lo que tiene alrededor. Es que ya no es el coste de oportunidad perdido. Es que se afianza un modelo que si que de verdad rompe España.

En este sentido, hay que recordar que si ahora se han sumado el PP a reclamar trenes y líneas para León es más fruto de su estrategia de oposición ante los pactos del gobierno central con el independentismo catalán. Por lo tanto, poca o ninguna colaboración vamos a encontrar ahí, ni con unos ni con otros, lo que me lleva de manera inevitable a cobrar ejemplo y plantear, por qué no, una independencia de León.

Si el antiguo reino de León, con Zamora y Salamanca se lanzará una campaña que buscará una independencia para constituidos como nación-estado soberano poder tener más dignidad y oportunidades para sus gentes qué pasaría.

Imaginamos por un momento que estas reclamaciones encuentran acomodo en las regiones a Norte y Sur. Asturias y Extremadura. Comparten con nosotros algunos aspectos identitarios y culturales que han salvado montañas y valles, pero sobretodo compartimos ser parte de una España Maltratada, ignorada y pitorreada.

Sería un nacionalismo de la zona más pobre del país, a diferencia de los nacionalismos independentistas catalanes y vascos, planteados por las burguesías industriales de las regiones más ricas del país, punta de lanza en cuanto a dinamismo social y avance científico y técnico.

Renta por habitante año

 

Aquí quienes queremos ser un país somos los más pobres de España. Y a lo mejor queremos ser un país, o a lo mejor queremos integrarnos en Portugal, por qué no. La constitución actual de la península Ibérica bebe y mucho de las apetencias de una adolescente como era la infanta Isabel, la posterior católica, que en aquel momento no estaba destinada a ser reina de Castilla y que desecho casarse con el príncipe portugués, su primo segundo de parte materna, y si con el príncipe aragonés, también con el mismo parentesco. Quiero decir con esta anécdota histórica que muchas de las instituciones y realidades que hoy se dan por sentadas, tienen su origen en cuestiones bastante, cuando menos, azarosas.

Pero volviendo a la cuestión imaginada, qué pasaría si León pidiese la independencia (León, entendido como reino medieval casi mítico, junto a Zamora y Salamanca). De entre los factores que favorecerían la creación de este artilugio y consenso político podrían emplazarse dos: Uno, a nivel institucional, con la remembranza de las Cortes medievales de León, las primeras asambleas de carácter legislativo y participativo de la Historia europea, y que ya en tiempo, decidieron aspectos que tenían que ver con estas provincias, por lo que compartimos un pasado común. Y en segundo lugar, el sentimiento compartido de sentirse discriminados por Madrid y por Valladolid, por lo que se hace necesario un repliegue identitario entre quienes sufren las consecuencias de tales discriminaciones. Nos faltarían algunas cuestiones básicas a la hora de construir estados-nación, como una lengua propia y compartida, y a la vez, superar estos casi 50 años de colocación castellano-leonesa. Pero todo sería posible.

Pues sólo se me ocurre un caso moderno con el que comparar, el de un territorio más pobre que pide la independencia de otro más rico. Normalmente, insisto, son las naciones más ricas las que piden independizarse (Euskadi, Catalunya, Roselló, Córcega, Flandes en Bélgica, etc., quizás el ejemplo más disonante sea el escocés con respecto a Reino Unido).

El único caso similar fue lo que sucedió en los años 90 en Checoslovaquia a la caída del Muro de Berlín y del Comunismo. Poco más de un año después la clase política eslovaca atendía ciertas presiones populares para solicitar su independencia de Chequia. Había diferencias culturales y sobretodo económicas. Checoslovaquía había sido fruto de los acuerdos de Versalles tras la Primera Guerra Mundial y el acuerdo de Trianon en 1920 que desmembraba el antiguo Imperio Austro-Hungaro tras su derrota en la contienda. Todo el imperio se fracturó en diversos estados pequeños, con cierta cohesión interna a través del idioma, lo que condujo a la creación del estado de Checoslovaquia que aglutinaba no sólo a Chequia y Eslovaquia, sino también a Moravia y Bohemia (incluidos los condados alemanes de las montañas de los Sudetes que serían objetivo de Hitler en el Tercer Reich).

La nueva nación de Checoslovaquía deambuló sin coherencia interna antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Hasta 1939 la amenaza desde Alemania y desde Hungría marcó al país que al mismo tiempo se dividía entre comunistas en Eslovaquia y anticomunistas en Chequia, liderados por el sacerdote colaboracionista nazi, Tiso. En 1939, ante el avance nazi, Eslovaquia se constituyó en estado independiente comunista, pero su estatus sólo duro hasta 1945, cuando en la Europa salida de la Guerra se decidió consagrar Checoslovaquia que pasó a formar parte del bloque del Este regido por el partido comunista checoslovaco. Como digo el período comunista no funcionó a la hora de dotar de cohesión y fraternidad (a través de la clase trabajadora y la ideología socialista) al conjunto del estado, y se mantuvieron las aspiraciones de las dos naciones que estallaban cuando desde Praga se pedía democracia y libertad.

La caída del muro provocó que se fueran marcando las diferencias entre Chequia y Eslovaquia. La Revolución de Terciopelo en 1989 provocó la caída del régimen comunista colaborador con la URSS. Bajo un estado, Checoslovaquia, convivían dos repúblicas federales con claras diferencias económicas y sociales. El más dinámico, industrial, urbano y occidental Chequia y la más rural y agraria Eslovaquia. El resultado fue que las aspiraciones soberanistas de Eslovaquia fueron creciendo a medida que se plasmaban las mayores diferencias ante la apertura de mercados y la aplicación de liberalismo económico. De este modo, en julio de 1992 Eslovaquía se declaró como estado soberano.

Esto no provocó ningún conflicto con Praga que aceptó la situación y pasó a negociar abiertamente la independencia de las dos naciones en lo que se conoce como el Divorcio de Terciopelo. Finalmente se anunció para el último día de ese mismo año. A 1 de enero de 1993, República Checa y Eslovaquia eran dos naciones distintas y soberanas que se fueron incorporando a su ritmo, pero al mismo tiempo, a las instituciones internacionales como el Consejo de Europa, la OTAN o la Unión Europea. Por poner en comparación, basta el ejemplo coetáneo de Eslovenia y Croacia, las dos naciones más ricas dentro de la antigua Yugoslavia que proclamaron su independencia al mismo tiempo. Todos sabemos y recordamos lo que pasó.

Por este motivo, me parece tan significativo el ejemplo de Eslovaquia para una hipotética independencia del Reino de León (León, Zamora y Salamanca), ampliado a Asturias y Extremadura. No tengo ninguna duda de que las élites del estado españístaní aceptarían aliviados sin más un planteamiento así y se abriría el proceso de negociación. Evidentemente, todo tendría que hacerse con un buen respaldo popular, porque aunque los movimientos se planteen desde arriba, estos tienden a beber de las inquietudes y sentimientos de abajo.

Otra cosa es que desde Madrid una independencia de León, Zamora y Salamanca no se pudiera aceptar para no dar ejemplo a Euskadi y Catalunya, absolutamente fundamentales para mantener este chiringuito que es Madrid, digo España. Por lo tanto, quizás sería lógico pensar pese al loable ejemplo eslovaco, en caso leonés también hubiera hondanadas de hostias.

En todo caso, y valga como conclusión, me lo he pasado muy bien estas dos horas largas preparando y escribiendo estos párrafos, y espero sirva, para quien lo lea en pensar en lo que podría pasar, y fundamentalmente, en la necesidad ya imperiosa, de otorgar dignidad y futuro a las gentes y los territorios del Oeste peninsular. Lo necesitamos, lo queremos y lo reclamamos.


 


domingo, 17 de mayo de 2020

Julio Anguita. Que la tierra te sea leve maestro

Julio Anguita, imagen de RTVE

Ayer, 16 de mayo, fallecía Julio Anguita. Lo hizo como todo en su vida, luchando. Haciendo frente por tercera vez a un ataque al corazón sobrevenido hace una semana y del que finalmente no ha podido recuperarse.
Son incontables los pequeños y anónimos homenajes. Éste es uno más de ellos. Son inagotables los videos, entrevistas y artículos en los que Julio Anguita durante toda su vida nos ha dejado muestras de su compromiso por la verdad, la igualdad y los derechos humanos. Y es en nuestro recuerdo donde guardamos el tesoro de su ejemplo por su constancia en la lucha con coherencia, inasequible al desaliento y siempre dando voz a los sin voz.
Julio Anguita fue la nota discordante de la alta política en España. Un hombre humilde y honesto. Paradigma del trabajador que con esfuerzo primero consigue con brillantez su formación, tanto política, como licenciado en Historia y maestro de educación secundaria. Después como miembro del Partido Comunista en Andalucía, en su Córdoba natal, de la que llego a ser alcalde en la transacción que como le gustaba a él llamar los años tras la muerte del dictador. Allí se ganó el apodo del Califa y el cariño y aprecio de miles de sus convecinos que vieron en primera persona que otra manera de hacer política, de construir una sociedad para todas y todos, libre y sobretodo libertaria, sin dejar a nadie detrás, no solo era recomendable. Era y es posible.
De ahí al saltó a la dirección nacional del Partido Comunista y bajo el necesario No a la OTAN la creación de Izquierda Unida como coalición política de la izquierda alternativa de éste país. Anguita ya sabía que la OTAN lo que traía era la militarización del estado para gusto de los generales franquistas y la subordinación de España (y de toda Europa) al imperio militarista yankee.
Julio Anguita también estuvo fino en su profecía sobre Maastricht y lo que la austeridad mal entendida nos ha traído estos últimos años. El Califa Rojo de Córdoba ahora era el Quijote caricaturizado por los guiñoles y por sus rivales políticos que querían mostrarlo como un loco que veía fantasmas en la modernidad europea.
Pero no podía tener más razón don Julio, como también se demostró cuando como Prometeo anunció la llegada de la movilización social que fue el 15M. El capitalismo desaforado, capaz de convertir todo, desde los derechos más básicos, el medio ambiente, el patrimonio en un negocio de unos pocos, no podía aguantarse más. No puede hacerlo. Y como antes, ya es el momento de no cejar el empeño y de demostrar que las palabras además de necesarias, son verdaderas. Que la dignidad, es el mínimo a defender.
Julio Anguita es un maestro y un padre para todas y todos aquellos que buscamos mejorar la vida de la gente a través de la política. Usando la verdad, explicándola, acercándola a los iguales que quedan tras los intereses de los medios de comunicación de masas. Es el ejemplo del hombre que pudo haberse ido con una pensión máxima por sus años de Diputado, pero prefirió su modesta pensión de maestro. Él estaba orgulloso de ser un trabajador y siempre transmitió ese orgullo, esa pertenencia, como algo digno y necesario.
Julio Anguita es el padre de varias generaciones de militantes de la izquierda de éste país. Desde los 80 ha compuesto una carrera política y mediática donde la coherencia ha sido la nota predominante y el convencimiento el denominador común. Su voz y su pluma han sido capaces de cautivar y soliviantar, pero sobretodo de hacernos pensar. 
Su corazón era a la vez un órgano débil pero un músculo poderoso que alimentaba su ansía por desenmascarar el teatro que tenemos delante.
Siempre que escuchabas a Anguita o leías algo suyo le seguía un momento de reflexión. Y así me siento ahora que he pasado toda la tarde, leyendo, escuchando, aprendiendo...
Ayer lloraba por la marcha de un hombre bueno. Un maestro que siempre será ejemplo de conducta y de activación política y social. Hace 5 años en Ciudad Rodrigo a la salida de un acto en el que volvió a sorprender mostrando su coherencia y como él mismo decía, “las verdades del barquero”, me dijo que no abandonará jamás la lucha. Y con y por él, como guía y ejemplo. Pero por todos los demás también, para luchar y conseguir mejorar nuestra vida.
Julio Anguita se reunió ayer con su hijo, brillante periodista de guerra fallecido durante la guerra de Irak en 2003. Que la tierra te sea leve, compañero y maestro.

martes, 11 de diciembre de 2018

Tengo ya mi certificado de Apostasía



Esta semana pasada recibí mi certificado de Apostasía de la fe de la Iglesia Católica.
Tengo que decir lo primero de todo que fue más mi pereza (grave pecado capital) lo que ha hecho que me haya demorado tanto en llevar a cabo el acto de la apostasía y por lo tanto añadir coherencia a mi pensamiento y forma de ser. Me declaro ateo en materia espiritual. Y más allá de ello, me declaro beligerante con la Iglesia católica española. Con esta institución empeñada por los siglos de los siglos en anclar a la sociedad española en la más rancia, vulgar, clasista y opresora de las tradiciones.
Entrando en materia de cómo apostatar hay que decir que es un proceso claro y sencillo. Lo primero a hacer es entrar en apostatar.org donde te indican los pasos a seguir y que yo mismo voy a dejar puestos a continuación. Como buena “empresa” instalada en el capitalismo a la Iglesia católica no le interesa que te borres como “cliente. Necesitan que los captados por la tradición o la presión social mantengan su inscripción aunque no hayan decidido sobre ella, en sus bases de datos aunque sea en el régimen de “católicos no practicantes” para poder así sacar sus infladas estadísticas que le dan primacía en las cuestiones religiosas en el estado tardo franquista español.
Por lo tanto, la obligación moral de apostatar y hacer publicidad de ello y de lo fácil que es, prevalece a cualquier otra consideración como puedan ser las presiones de familia y conocidos o tradiciones y actos sociales que ya tienen consolidadas como no puede ser de otra manera, su aspecto civil, laico y garantista.
Estos son los pasos para apostatar:
  1. Pide una copia de tu partida de bautismo. En mi caso acudí a la parroquia en la que me bautizaron a los 4 meses de mi nacimiento. Oliéndome los posibles impedimentos mentí para obtener tal documento (dije que me iba a casar ¡y por la iglesia!), y después de pagar 6€ de gastos por expedición de documento -del que exigí y recibí factura-, conseguí mi partida bautismal.
  2. Haz una fotocopia del DNI y compúlsala. Puedes conseguir que te la compulsen en cualquier comisaría y no es necesario pedir cita previa.
  3. Descarga y rellena el formulario de apostatar.org. Es un documento tipo que explica los motivos con las últimas consideraciones legales derivadas de las sentencias en favor del derecho de apostasía.
  4. Presenta o envía la documentación. Por lo que he visto es mejor hacerlo en persona, así que intenta hacerlo de este modo. Busca la diócesis a la que pertenece la parroquia donde fuiste bautizado y acude a lo que normalmente llaman “Casa de la Iglesia”. Allí pregunta por el responsable de apostasías. La persona encargada, normalmente sacerdote, recogerá tus documentos y te dará escrito de entrada con la fecha de los documentos que has acreditado. Si no lo hace, es conveniente pedírselo. También es posible que te dé el sermón sobre que no debes abandonar la iglesia católica, como si fuera el departamento de retenciones de un operador telefónico.
  5. A los pocos días (en mi caso apenas una semana y eso que era otra provincia) te llegará por correo ordinario tu certificado de apostasía. Si no fuera así, los compañeros de apostatar.org te pueden asesorar para acelerar y lograr el propósito final, que no es más que ejercer tu derecho a vivir una religión de la manera que quieras, y también a pertenecer o no a los organismos e instituciones que te den la gana.
La religión, sea cual sea, es y debe ser reconocida como tal, una situación íntima y propia de la persona. Es en tu hogar donde en caso de ser creyente puedes vivir tu espiritualidad sin necesidad de sustentar a una institución arcaica e instalada en contra de todo progreso de la sociedad, en especial de los oprimidos y más aún de las mujeres.
Somos muchos, millones, los que estamos hartos de como se inmiscuye en la política y la sociedad la iglesia católica española. Como castiga desde sus púlpitos todo lo que huele a progresismo, igualdad y justicia social. Como calla y tapa sus vergüenzas con millones conseguidos de la beneficencia o de dios sabe qué, sus casos de pedrastía y abusos sexuales. Estamos hartos de una educación pública violada por la sacrosanta asignatura de religión que desmorona la filosofía y la ética. Hartos de procesiones y desfiles en los que se ensalza la muerte, la violencia y de paso la dictadura franquista, ensuciando las calles y espacios que debían de ser de todas y todos.
Por todo esto y mucho más, no se puede permanecer un minuto más en esta institución y presumir de ser de izquierdas, y más aún de ser buena persona. Apostatar es fácil, necesario y satisfactorio a nivel personal, ético y de coherencia.


sábado, 5 de noviembre de 2016

Ya no soy concejal

Ayer por la mañana, 4 de noviembre de 2016, acudí al Ayuntamiento a hacer efectiva mi renuncia, mi cese como concejal en Santa Marta de Tormes, en el Grupo Municipal de Izquierda Unida – Los Verdes. Lo he hecho, devolviendo mi acta a Izquierda Unida Castilla y León, partido al que pertenezco, con conciencia y honor, y a quien considero pertenece el acta de cargo público, más allá de meros formalismos administrativos.
Hay varios motivos, y tras este párrafo algunos de ellos los desarrollaré algo más. Pero el principal motivo de esta renuncia a la responsabilidad y la ilusión por trabajar, luchar y construir algo bueno para este municipio, es el hartazgo.
Aparte de este hartazgo, sensación psíquica y emocional, existe también una razón física, y no es otra que la necesidad perentoria de “buscarme las habichuelas”. Quiero trabajar y quiero hacerlo también lejos de este municipio y de una provincia, Salamanca, que se va al sumidero a vertiginosa velocidad.
Durante los últimos meses he estado en esa búsqueda, pero prefijándola a mi entorno más habitual con un empeño mayor, como si quisiera hacerlo compatible con la labor a la que me comprometí en marzo de 2015.
Pero eso ya acabó fruto de un hartazgo que estoy seguro se nota en mi rostro, en mis nuevas canas y en mis viejos modales, al no sentirme satisfecho y darme por dolido ante la batería de situaciones que han hecho, que me hacen imposible continuar.
Una buena parte de ellas es encontrarme con la tozuda realidad salmantina que hace casi imposible querer aspirar a un empleo para ganarse la vida y mantener la dignidad. Con excusas de lo más variopinto se han sucedido las ofertas y las semanas, las visitas a empresas y explotadores, ignorantes ellos y ellas que trazando ese camino destrozan el poco porvenir que queda por estas tierras.
Para mí, casi se ha hecho ya imposible continuar con mi vida en Santa Marta. Sin un sueldo, sin la rutina del trabajo. Con la escasa retribución por la función de representante político, claramente insuficiente.
Insuficiente porque hasta que no llegas a entrar en el Ayuntamiento y comienzas a trabajar para tratar de conseguir tus objetivos políticos por el bien común, no comprendes la tarea enorme que es, debido al tamaño del Ayuntamiento mismo, con multitud de servicios y funciones despojadas del interés general, en empresas y concesiones privadas, que hay que rastrear y perseguir, frente a otros grupos, concejales, funcionarios y empresas, empeñadas en dificultar tu labor. Deberías dedicarte a tiempo completo ante asuntos como urbanismo, empleo, economía, función pública, todas ellas de tamaño colosal y llenas de polémica por esa forma de gobernar y gestionar “lo de todos para unos pocos, y sin el pueblo”, y que de momento, no os guste o no, y a mi particularmente me asquea, es la opción preferida por la plebe.
Así se confirma algo que sospechaba. Y es que para un trabajador, un asalariado, un ciudadano o ciudadana normal, sin padrinos, ni madrinas. Sin herencias. Sin pensiones o plazas fijas de la administración se hace imposible compatibilizar el trabajo, y el derecho, de representante municipal con una vida normal. Algo que sólo, con unos pocos meses de experiencia en la gestión de esas tres agendas, personal, política y laboral, he podido constatar.
Lo cierto, es que desde la izquierda en numerosas ocasiones hemos oído y hemos criticado a los “políticos profesionales”. No falta razón, porque sin transparencia, sin limitación de cargos y sin una ley que persiga y castigue las corrupciones, nepotismos y prevaricaciones estos profesionales de la política han favorecido el estado de las cosas de este país que se desangra.
Pero por otro lado, están los “políticos por hobby”, aquellos y aquellas que van a pasearse al Ayuntamiento a cumplir como autómatas su función y escurrir el bulto en cuanto se puede. A pasar la mañana. Y después a percibir automáticamente la asignación que se considere. Tan doloroso es lo primero, como lacerante lo segundo. En cualquiera de los dos casos, me sentiría miserable porque ni quiero pertenecer a una casta endogámica, ni tampoco pervertir la función democrática y la representación.
Que no le quepa duda a nadie, que podía, perfectamente, desde mi nuevo destino y gracias a Internet gestionar todo lo que haga referencia a mi partido y el Ayuntamiento. Los compañeros de Izquierda Unida y algunos funcionarios me facilitarían mi labor. Pero ese no es mi estilo. Ni tampoco mi objetivo.
Eso se lo dejo a los tránsfugas, los cuneros, a los sindicalistas de derechas y los bocineros de púlpito. A quienes adoran las medallas y las fotografías. Quienes detestan el pueblo llano y ansían volver a la época de los estamentos.
Desde el primer momento he tenido claro que me verían por las calles. Y así, hasta ahora lo he hecho, con mayor o menor éxito y con más y con menos ganas y apetencias. Porque el hartazgo apareció, y lejos de marcharse, aumentó.
Pero ahora, como digo, necesito escapar de esta realidad, de un entorno opresivo y de funciones que lejos de darme felicidad, me la roban a dentelladas.
Y es que, como digo, estoy harto:
  • Harto, de luchar por una quimera. Por una utopía que los años de la política de tierra quemada del PP van a legar a este municipio. Un pueblo que tiene su futuro comprometido y oscurecido por la administración interesada del PP y de quienes han necesitado para su lesiva para el interés general, gestión.
  • Harto de trabajar por la gente, pero sin la gente. Cansado de proponer encuentros, charlas y debates entre concejales y ciudadanos y/o asociaciones. De plantear situaciones que empoderen y promuevan la participación ciudadana. Y encontrarse continuamente frente a sillas vacías.
  • Harto de una asamblea, cuya militancia ni está, ni se le espera. De nada sirve todo el trabajo, si los tuyos propios no te apoyan aunque sea de forma simbólica. He dedicado muchas horas a facilitar toda la información a la gente que pertenece a nuestra agrupación y nos hemos encontrado las más de las veces solos. Cuando más tenia y podía la militancia que aportar y descargarnos de tareas. Ahora que podíamos trabajar también en enseñar y acompañar a los militantes, es cuando menos respuesta propia obtenemos. Es descorazonador. Esto quita el sentido y las ganas a cualquier empeño en la lucha.
  • Harto de esta democracia por delegación, de quienes te interpelan sólo para que les resuelvan su problema individual. Y que después “si te he visto no me acuerdo”. Un ombliguismo. Un individualismo contra el que no estamos sabiendo luchar.
  • Harto de tener que luchar para mantener la lealtad. A personas. A grupos de ellas. A asambleas. A un partido. Interpretando las segundas intenciones de cada contendiente. Y yo en medio de todos los charcos.
  • Harto de un compromiso artificial, que no me satisface. Que me enfada y me enfanga. Que se ha empeñado en frenar mi vida y lastrar mis necesidades.
Para rematar, mi partido, Izquierda Unida, se difumina y diluye. Siendo los militantes de base, aunque representemos pequeños cargos políticos, mercancía en la mesa de negociación de las élites que buscan el empotramiento en Podemos, sin importar siquiera el legado de todos estos años; dejando de lado una ideología que dolorosamente se muestra y demuestra como necesaria, certera y única herramienta de cambio revolucionario para recuperar dignidad, bienestar y libertad para la totalidad de la población.
Por todas estas razones decidí en su momento dimitir, y en las dos últimas semanas se ha precipitado la decisión, lo primero de todo, porque necesito, otra vez en mi vida, retomar las riendas de la misma y dirigirla a un destino en el que me sienta feliz, identificado, útil y valorado.
Pero aquí, desde luego, no terminará mi participación política, mi activación social. Son inherentes a mi persona, y donde vaya estaré en vanguardia luchando por un mundo mejor. Un país con futuro. Una sociedad con dignidad.
Perteneceré y seguiré promoviendo movimientos. Desde el sindicalismo, el ecologismo, el asociacionismo y la defensa de los servicios públicos y derechos humanos y especialmente en nuestro rol de consumidores.
Mi ideología está clara. Y pertenece a un tablero en el que con los movimientos tectónicos continuarán agrandándose tratando de dar respuesta y sostén a las legítimas necesidades e ilusiones de los desfavorecidos. De la clase trabajadora, verdadero motor histórico de cambio y progreso.
Siempre Republicano, Ateo, Anti capitalista, Anti belicista, Anti fascista, y pro humano.


lunes, 27 de junio de 2016

Para vencer hay que convencer

(éste texto fue escrito el pasado lunes 23 de mayo. Lo publico ahora porque necesito expresar lo que siento y dejar claro mi posición ante lo sucedido a nivel individual)

(Lo publico ahora porque no he querido que torpedeará o mediará la candidatura de Unidos Podemos en Salamanca)

(la foto es de la mañana del 8 de junio, donde Jorge Lago tomaba el café en una terraza del centro de Salamanca)

Tengo que ponerme a escribir enrabietado, desilusionado, engañado y francamente defraudado. Tengo que ponerme a escribir primero para ordenar las ideas que se agolpan en mi mente. Después para explicarme porque desde hace un año no soy un ciudadano, de izquierdas, más. Y también y sobretodo, porque debo de ser coherente con mi forma de pensar, respetuoso con el fondo de las formas y generoso con las explicaciones a la ciudadanía sobre la situación que en nuestra provincia, las gentes de izquierda, estamos viviendo en estos momentos.
Ayer a mediodía, estaba ilusionado, con muchas ganas de empezar a trabajar con las gentes de Podemos Santa Marta para generar una campaña electoral que sea rica, resulte atractiva y acerque una candidatura de confluencia por ganar el país, y más concretamente esta depauperada y acomplejada provincia.
Hace menos de un mes, cuando se empezó a discutir la posibilidad de la confluencia entre Izquierda Unida y Podemos, dejaba aquí mis reflexiones. Entre ellas destacaba, con el número 4 Por escrito y firmado, donde decía “Es necesario, circunscripción electoral por circunscripción, componer las mejores listas electorales posibles, con el compromiso claro de ganar todos los escaños en juego, pero sabiendo disponer las piezas para tener la representatividad que merecemos."
Evidentemente, y así lo decía en mi escrito de hace un mes, es posible que un proceso de primarias, que debería de ser a lo que aspira y defienda cualquier candidatura de izquierdas moderna y responsable, se viera solapado e imposibilitado por la premura de los tiempos ante la convocatoria de elecciones al 26 de junio. Es casi seguro que las garantías democráticas y del sentido común se verían muy comprometidas con tan poca base temporal. Pero eso es una cosa y otra es trolear y saltarse los estatutos. Los propios y los ajenos.
Tampoco, y quiero que quede claro, comulgo con la irrespetuosa actitud de la dirección provincial de Izquierda Unida Salamanca para con sus propios Estatutos que han violado sin ningún remilgo para colocar a personas afines a la sintonía política de la nueva dirección, en la papeleta de la candidatura.
Vuelvo a decir algo que ya he dicho en varias ocasiones: Si mi partido, Izquierda Unida, decide una confluencia o una persona para una representación, siempre que tal decisión se haga con respeto y valía a los estatutos que entre todos hemos decidido, aunque pueda existir el disenso y la discrepancia, yo defenderé lo que las mayorías han decidido. Y si ese es mi mensaje para con mi partido, lo mismo exijo para los demás con los que hemos confluido o se pretende.
Pues bien, ahora tengo con la rabia de la desilusión y el hartazgo de la mezquindad escribir aquí para dar a conocer que ha cambiado.
Podemos, mejor dicho el círculo de la Complutense trasladado ya al Congreso ha decidido colocar a un "cunero" (como se conoce en el argot a aquellos que se presentan por una circunscripción electoral con la que no tienen nada que ver) como cabeza de lista para el Congreso por Salamanca. El dedo mesiánico de Pablo Iglesias ha hablado y ha adjudicado a un tal Jorge Lago, la responsabilidad y el honor. Una vez más, no voy a entrar más que lo justo para calificar lo que hace otro partido político, pero qué autonomía, qué soberanía, qué legitimidad le queda a la asamblea o el círculo de Podemos Salamanca, toda vez que en la decisión más importante son desautorizados y ven como les imponen desde Madrid a "su" candidato. Yo lo tendría claro. De hecho lo tengo claro.
¿Necesita Salamanca esto? ¿está decisión? ¿un posible representante político sin nada que ver con la provincia y sus gentes? Desde luego que no. La situación de esta provincia es calamitosa y deleznable. Siempre olvidada, lastrada y moneda de cambio. Con su lamentable actitud servil y acomplejada lleva años sufriendo el peor de los desgobiernos. El del déspota, el de los corruptos insensibles seguros de seguir mangoneando en tierras y sobre gentes dóciles que mantienen un espíritu desinteresado de la política y en perenne critica y competencia con el vecino. Todo esto se ve y se siente sobre una capital de provincia, Salamanca, desvencijada, terreno de lucro incesante para los mismos caciques de toda la vida o para los nuevos que la ven como una zona sin más ley que la del poderoso caballero don dinero. Un área metropolitana, dividida, des cohesionada y sin pertenecía de ningún tipo. Y un mundo rural arruinado y abandonado a su suerte, por Diputación, cortes regionales y mucho más por gobiernos centrales.
Salamanca necesita un candidato al Congreso, mejor dicho 4 candidatos al Congreso y 3 al Senado que conozcan y comprendan la política, la economía y la sociedad de la provincia y sus distintas realidades. La realidad y los retos de la Universidad. El inexistente tejido industrial de la provincia. El envejecimiento. El problema de vivienda en Salamanca ciudad. La situación de los mataderos de Guijuelo o la zona fabril de Béjar. El futuro de Ciudad Rodrigo y las comarcas trasnfronterizas. El dilema en las Arribes, el del Campo Charro o en Aliste. Qué pasa en el alfoz salmantino. Cómo es su transporte, sus relaciones. Cuál es la situación medioambiental de la provincia. Y estos son sólo unos pocos de los muchísimos temas.
A nivel interno y local, en Izquierda Unida Santa Marta de Tormes, en nuestra Asamblea Ordinaria de Mayo decidíamos, el viernes 20 de mayo, por unanimidad iniciar en cuanto el Consejo Político Provincial de IU diera el visto bueno, los contactos con Podemos Santa Marta, para desarrollar el trabajo de organizar una campaña electoral. Una noche de pegada de carteles conjunta, un acto central de campaña, repartos en la calle... Incluso el buzoneo de un boletín propio IUnforma, donde a la información local del trabajo del partido y la situación de Santa Marta le añadiríamos la petición del voto a la Confluencia Unidos Podemos. A un candidato, en nuestra provincia, que no es de nuestro partido.
Pero todo, al menos para mi, ha cambiado. Considero más importante que cualquier otra cosa, mi propia coherencia.
Y las actitudes caciquiles, despóticas como los dedazos, los cuneros y los transfuguismos no quiero que se asocien jamás a mi persona. Por lo tanto a expensas de lo que decida nuestra asamblea que ha sido convocada de manera extraordinaria, desembarcó del compromiso de ese trabajo militante con la confluencia Unidos Podemos. Para ello ceso del comité de campaña elegido en la Asamblea previa, y dando paso a otros compañeros y compañeras militantes que quieran y se vean con fuerzas para participar en la campaña de Unidos Podemos.
No nos jugamos las próximas elecciones. NO. Nos jugamos los próximos 30 años, y sin embargo Podemos, su élite directiva, han decidido a más de un mes de la jornada electoral, perder, o mejor dicho, no competir por un diputado en liza en Salamanca, cediendo tal puesto a otras fuerzas que no tienen ningún miedo a que las cosas sigan como están.
No sé cuáles van a ser las listas en el resto del estado español, pero con ejemplos como éste, me arrepiento profundamente de haber hecho campaña interna en IU por la confluencia con Podemos. Me arrepiento, no porque haya perdido vigencia o considere ilusorio o fracasado el modelo de estado que deseaba y deseo. En absoluto. Es vital y necesario que las fuerzas progresistas, políticas y sociales, de este país, se empoderen y cambien el dantesco espectáculo que es la realidad de España. Pero como todo en la vida, el debate entre las formas y el fondo, lo es todo, y no se puede pretender o intentar convencer a la ciudadanía de regeneración, cambio o revolución democrática, si para llegar a la casilla de salida, se cargan las alforjas con las mismas técnicas, triquiñuelas y caciquismos de los que se han considerado casta.
De hecho aquí estoy enfadado, con mi voto indeciso y mi renuncia a participar en esta pantomima, viendo como los que se dicen que venían a regenerar la política y eran herederos del 15M, perpetran otra traición más al espíritu (idealizado) del 15M y usan las mismas formas que el PP más rancio y el PSOE más caduco.
Por todo ello y ante la situación que nos han impuesto, pido vuestro apoyo para recuperar la autonomía que las distintas fuerzas de izquierda de Salamanca, jamás debieron perder, así como para ganar la dignidad que nuestra provincia y sus gentes merecen.



Ángel Luis Domínguez, concejal de Izquierda Unida – Los Verdes en el Ayuntamiento de Santa Marta de Tormes
Santa Marta de Tormes, lunes 23 de mayo

lunes, 19 de diciembre de 2011

Anvil. Una historia de rock


Anvil es una banda canadiense surgida a finales de la década de los 70 y que en la primera mitad de la década de los 80 tuvo gran repercusión y seguimiento tanto de críticas como de público. Su estilo desenfadado, agresivo, fiestero, netamente metalero sentaron las bases de lo que debía ser el siguiente paso en la evolución del metal como género. Deudores y seguidores del metal británico de Black Sabbath, Judas Priest, Motörhead o Iron Maiden funcionaron como el eje sobre el que entro esta ola de rock británico (NWOBHM) en América. El heavy puro y genuino que surgió en el Reino Unido se adapto al estilo de los Anvil, formándose así una de las primeras bandas de Speed Metal de la historia, e incluso creando un nuevo género, el Trash Metal, del que el Big Four, grupos como Metallica, Megadeth, Antrax y Slayer, reconocen la influencia e inspiración que los canadienses les supusieron.




En su máximo apogeo en esos primeros 80, Anvil llenaba estadios y causaba furor (sobretodo en Japón). Compartían cartel con grupos como Scorpions, Whitesnake o unos bisoños Bon Jovi. Firmaron con una importante discográfica y pese al gran éxito de Metal on Metal en 1981, no llegaron a vender tantos discos ni mucho menos conseguir los mismos números que sus herederos naturales. Fue su final. No consiguieron volver a brillar de igual manera, pasando de los grandes festivales a tocar en los tugurios cercanos a sus casas. Lo sorprendente del caso no es que el grupo no se disolviera tras esta jibarización de su popularidad sino que sus fundadores, Steve ‘Lips’ Kudlow (voz y guitarra) y Robb Reiner (batería), mantuvieran intacta la ilusión por su proyecto. Pese a ganarse la vida con trabajos diametralmente opuestos a la ética del rock’n’roll, pese a que el mundo no paraba de mandarles señales disuasorias, su fe en las posibilidades de éxito de la banda se mantenía inamovible, a prueba de bombas.


Lo increíble de todo ello es que Lips y Reiner, siguen tocando. Siguen luchando. Siguen con la ilusión intacta para salir del reparto de comida en los colegios o de demoliciones para coger las baquetas y la guitarra irse a un local cercano y tocar en directo para sus incondiciales; o para ensayar; para escribir y crear... para vivir. Y bajo esta historia, real, conmovedora y auténtica se crea "Anvil: El sueño de una banda de Rock".

Este documental, rodado, escrito e ideado por un fan de la banda, como el ya guionista de éxito Sasha Gervasi, se adentra en el día a día de los dos fundadores y únicos integrantes originales de la banda, y en la última oportunidad de logar su sueño, reverdecer viejos laureles, y de seguir en la carretera. Situaciones cotidianas, rutinarias y comunes en sus puestos de trabajo, sus hogares, con sus familias. Y también y especial entre ellos, en los ensayos y ya en los viajes y en una gira europea que raya lo esperpéntico y que pone a los protagonistas al límite de su capacidad emocional y que construye maravillosamente bien un retrato genial de la vida, muerte y resurrección de un sueño, y de todos los que tienen que ver con él.

La pelí­cula se centra especialmente en los dos miembros que quedan de la formación original, Steve “Lips” Kudlow y Robb Reiner, amigos de toda la vida. El primero, vocalista lí­der del grupo, el segundo, baterí­a y contrapeso sensato, que además se llama casi igual que Rob Reiner, el director que en su dí­a hiciese el falso documental This Is Spinal Tap, también sobre una banda de heavy metal. Cosas de la vida. El caso es que esa amistad es lo que mantiene unido al grupo y lo que le ha permitido sobrevivir a los innumerables varapalos en los casi 30 años de trayectoria del grupo. Varapalos que han convertido a Lips en repartidor de comida en comedores escolares y a Reiner en una empresa de demoliciones, aunque siempre dejando tiempo para tocar en pequeños locales de su ciudad. Ambos son el núcleo de un documental que enamora por su brutal sencillez y humildad.

Durante hora y media compartimos las aventuras de dos bellísimas personas, y no logramos entender cómo se les ha negado de forma tan cruel el sitio de honor que tanto merecen en el Valhalla del heavy metal. Queda claro que de talento musical y espiritu van sobrados y eso se demuestra en un documental emocionante y sorprendente con una gran capacidad de cautivar gracias a la esencia humana que emana, a la pureza de sus protagonistas, al profundo repaso que da a las motivaciones, contexto y aspiraciones de la banda, y al fin y al cabo "Anvil: El Sueño de una Banda de Rock" habla de la vida, de cómo afrontar tus desafíos y metas y del espíritu para encauzar tus anhelos y ambiciones de la forma más honesta posible. Y habla además de un valor en constante deterioro y postergado al espacio del último de los valores del ser humano y su moralidad, muerta esta en la vorágine, incertidumbre y maximizar beneficios del primero. Ese valor es la coherencia, y Lips y Reiner, ambos son coherentes. Con ellos mismos, con como se sienten y quieren hacerlo, con su inseperable amigo; con sus familias, y con su legado. Con el musical. Sus 13 discos, giras, actuaciones, este documental y lo que a través de su arte han transmitido a todos los hijos del metal. Y también y por supuesto más importante, su legado vital: El de no rendirse jamás y buscar su meta siendo auténtico, siendo uno mismo.

Se demuestra el egoísmo intrínseco de un artista, que se excluye voluntariamente del mundo y arrastra (secuestra) en su arrebato a las personas que le aman. Anvil podría leerse de una forma parecida, con el muy significativo matiz de que sus protagonistas son, en esencia, “buena gente”; niños grandes que se niegan a despertar de su sueño. Y que en su lucha y camino, les ponen en situaciones reales, que no lo parecen y que constantemente pone a prueba su amistad.

Una amistad forjada a base de años y sufrimiento sirve de excusa para mostrarnos una de las historias —de ficción o no— más intensas que se han podido ver en pantalla grande, una película documental que debería considerarse de obligado visionado pues aunque no sea ninguna obra maestra es toda una oda a la perseverancia y la amistad como se han visto pocas. Lo que pudo ser y no fue, el destino y la mala fortuna, son elementos en los que el documental te hace reparar e invita a la reflexión, te obliga a plantearte si realmente solo los mejores llegan al podio o solo los más afortunados. En cualquier caso siempre queda el camino recorrido, el esfuerzo invertido, el amor y la pasión empleados, y en definitiva el legado que dejan 'Lips' y Robb es mayor que sus doce o trece álbumes, su legado es un concepto que no envejece ni relega al olvido y jamás muere: la mayor de las recompensas y el mejor de los tributos es tener a alguien con quien compartir tus pasiones, tus penas, tus glorias.

Es, para acabar y trascender, "Anvil. El sueño de una banda de rock", una película con un mensaje grandioso, prodigioso y sugerente. Por encima de todo es un alegato a la coherencia y el espíritu, a sentirse vivo y mantenerse fuerte y seguro de la opción y de la búsqueda que uno decide hacer con su vida, más allá de todos los golpes que recibas en el camino de consecución de ese sueño, o en el desarrollo mismo de la vida. Y es también una obra que habla y engrandece la amistad. La de dos hombres que se conocen desde hace más de 40 años... distintos e iguales; que comparten una ilusión y un espíritu, pero también un camino turtuoso por la montaña rusa de la vida, en la que vivieron un fugaz camino al estrellato y una rápida vuelta a la oscuridad y las penumbras de las que constantemente y por más impetu que ponen no consiguen salir.






Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...