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lunes, 23 de septiembre de 2019

Quién lo iba a decir



El pasado domingo 15 de septiembre y un par de semanas después de que se cumpliera el décimo tercer aniversario del primer título mundial, la Selección Masculina de Baloncesto se proclamaba Campeona del Mundo.
Lo hacia culminando con solvencia una competición al máximo de sus prestaciones. Y lo hacía para refrendar una de las mayores sorpresas en la historia del baloncesto, del deporte nacional y del deporte mundial.
La España de Scariolo llegaba sin mucha presión y con menos expectativas aún. El sorteo del calendario no había sido malo y cifraba en un hipotético partido en la segunda fase contra Italia el acceso a cuartos y la garantía del pre-olímpico. Esa era la exigencia real para el combinado nacional toda vez que las bajas eran prácticamente completas y que todos teníamos el deseo de ver a Pau Gasol en sus quintos Juegos Olímpicos y por qué no, luchando por el oro.
Pau era la primera de las notabilísimas bajas con las que iba a contar la selección. Sin competir desde mediados de marzo por una grave lesión y ante su última (o no) temporada en la NBA, el mayor de los Gasol fijaba el verano como recuperación y puesta a punto para un año que se prevé largo.
El siguiente en borrarse era el Chacho que ha aducido cansancio, una mudanza a otro nuevo país y pasar tiempo con la familia como causas a su baja. Sorprendente se sumaba a las bajas de los juniors de oro que como Navarro primero y luego ya Felipe o Calderón entre los más ilustres ya se bajaron del carro de la familia.
Pero no fueron menos sorprendentes las renuncias de Mirotic e Ibaka. Un culebrón de cada verano en el que había que decidir que extranjero, y con qué capacidades, se sumaba al equipo. Primero fue el hispano-congoleño cansado de ser segundo plato estos últimos años quien renunció. Un par de meses después, apenas a horas de darse la convocatoria, fue el hispano-montenegrino quien explico en un comunicado su cansancio para con el baloncesto, sobretodo la NBA y su necesidad de tener un verano más tranquilo. Tranquilidad alterada con su vuelta a Europa confirmada un par de días después y al acérrimo rival de su anterior equipo.
Contadas estas ausencias (más la de Abrines recuperándose de una depresión entre los ilustres) España presentaba un equipo de perfil bajo pero no exento de calidad y sobretodo de experiencia.
Scariolo había hecho un trabajo previo en las ventanas para con jugadores de rotación ACB con veteranos como Fran Vázquez, Oliver, Beiran o Colom y jóvenes como Brizuela clasificar al equipo a la Copa del Mundo.
No hemos sido pocos los que hemos demonizado el invento de las ventanas por parte de la FIBA en su particular cruzada contra la Euroliga, pero hay que decir que a España le han venido de perlas para articular una transición entre el equipo de los Juniors de Oro y las nuevas generaciones aún salvando el escollo de no pocos jóvenes valores que estaban enrolados en la NBA.
En esos partidos de clasificación se vio a una España solida en defensa, priorizando mucho el rebote defensivo (para poder correr), solidaria en las ayudas y en la que destacaba en el factor anotador Quino Colom.
A ellos se sumaban los hermanos Hernangomez desde la NBA, los Rudy, Llull, Ribas, Claver y Oriola desde la Euroliga. Marc Gasol que venía de ser Campeón de la NBA con Toronto Raptors (donde Scariolo era entrenador ayudante). Y Ricky Rubio que en su madurez ha engrandecido su precoz talento para con las experiencias de la vida dotar de calma su baloncesto.
En la previa de la Copa del Mundo España se sabía un equipo complicado. Con no muchos puntos entre las manos, pero los suficientes para dificultar la vida a cualquiera. Muy trabajado en defensa pero con dudas a la hora de anotar.
Esas dudas se exponenciaban al ver los equipos que se confirmaban en otras selecciones. Parecía que España sería incapaz de competir contra esas plantillas, y eso que había bajas en casi todos los equipos -la larguísima temporada de NBA y Euroliga masacran a los jugadores- pero nadie, absolutamente nadie, dudaba de la capacidad de Serbia, Australia, Grecia o Francia. Tampoco y mucho menos de Estados Unidos que pese a las renuncias de la super élite (Irving, Curry, Thompson, Harden, Lebron, Durant, Davis) presentaba un buen conjunto de jugadores NBA con puntos en las manos, físico y la sapiencia al banquillo de Popovich.
Había que llegar al día clave, el de cuartos, al 100% y por eso tanto la preparación como la primera fase ante las débiles Túnez, Puerto Rico e Irán fue una puesta a punto progresiva para que todo el mundo diera su mejor versión en el momento más importante.
España mejoro sus prestaciones ante la siempre anárquica Italia y llamo la atención de manera sobresaliente derrotando con solvencia a la gran favorita: Serbia.
En los cuartos en el cataclismo del baloncesto actual, España no tenía excesivos problemas para derrotar a una voluntariosa Polonia. Y en un auténtico partidazo Argentina eliminaba a Serbia con la misma receta con la que dio España: Incomodidad en el ataque serbio aprovechando el despilfarro de recursos (los pivots) de Serbia, apretar a sus bases a ambos lados de la pista y dominar el rebote.
En el otro lado del cuadro y en otro partidazo Francia se imponía a Estados Unidos y confirmaba algo que me parece evidente: Cuando Estados Unidos es batible, se viene un torneo espectacular porque todo el mundo les juega con todo para ganarles. Y aún así, Estados Unidos ganará en 9 de cada 10 ocasiones, pero sudarán y todos disfrutaremos muchísimo.
Australia se convertía en el cuarto semifinalista y en rival de España al ganar sin esfuerzo a una República Checa que aún limitada ha hecho uno de los baloncestos más interesantes de estas dos semanas.
Así teníamos otro partido brillante para las semifinales. Liderados por Patrick Mills, Australia trataba de desenmarañar las trampas defensivas del equipo español al que le costaba muchísimo anotar. El partido se mantenía bajo unos guarismos que no eran malos para España (sobre 40 puntos al descanso) cuando en el tercer cuarto aparecía Marc Gasol para empezar a anotar y dominar la zona, tanto en defensa como en ataque donde repartía juego. Así Marc acababa firmando su mejor partido con la camiseta nacional.
Se jugaban dos prórrogas donde los nervios y la agonía fueron los mejores aliados de la selección nacional, más bregada en este tipo de batallas en los últimos años donde supieron sobreponerse ante una cada vez más desquiciada Australia. La caja y uno sobre Mills (con varios defensores sobre él) agotaron al base de los Spurs y apagaron todas las luces de un equipo que hasta entonces se había mostrado una maquina de anotar.
España había sufrido como casi siempre en las semifinales y en la final le esperaba otra sorprendente Argentina que se había desecho de Francia.
Y una vez más siguiendo el guión de anteriores torneos la final resultaba más plácida teniendo en cuenta el sufrimiento de dos días antes. Argentina quedo prácticamente desactivada con una decisión de entrenador: Scariolo colocaba en el quinteto titular a Oriola para emparejarlo con Scola, reemplazando a Victor Claver. El perfil del ala-pivot catalán se acomodaba mejor a las condiciones de Scola, faro del juego argentino, y éste no sumo hasta que el partido ya estaba visto para sentencia.
No hay que desmerecer el torneo de Argentina porque utilizando las mismas armas que España se plantó en la final con un equipo más limitado de talento que el de la anterior generación, pero con muchísimo trabajo y aprovechando el dinamismo de sus bases.
Argentina como España plantearon en el torneo un ritmo de juego más lento, controlado. Impidiendo la velocidad en las transiciones del rival y volviendo al juego en la zona en tiempos del triple y los aprovechamientos de lanzamientos y posesiones. Un baloncesto más pausado, de un 5vs5 inclusivo. Con cortes y juego sin balón, dejando el uno contra uno como recurso y no como plan de juego. Y defensa. Mucha defensa. Habrá que ver si el éxito de este planteamiento de juego en éste Mundial, se convierte en una tendencia para batir a los equipos que con dinamismo y triples dominan en el baloncesto de clubes hoy en día.
Para España la conexión Ricky-Marc, como 1-5, desde el poste alto era la clave de inicio del juego para con bloqueo y abrirse del pivot o con la penetración del base encontrar los puntos. Sin un tirador fiable llegaron los triples (Rudy, Juancho o Llull) cuando el rival se cerraba, pero España ha marcado tendencia en este mundial recuperando el juego en la zona y la predominancia del tiro de dos. Canastas fáciles y posiciones cómodas de tiro que venían de la visión de juego de Marc y Ricky.
En defensa, España ha dado un manual de trabajo de ayudas, especialmente con Victor Claver que por fin ha dejado de ser el jugador 11 o 12 de la rotación para ser ese alero multiusos, bisagra entre el juego interior y exterior, y líder desde lo oscuro del juego para beneficio del colectivo. También nombres como los de Rudy, Oriola o Ribas han brillado atrás dejando claro en cada momento que hacerle puntos a esta España iba a costar sangre, sudor y lágrimas.
Es curioso pero Claver, Ricky o Scariolo que se han llevado todos estos años muchas de las criticas que han acompañado al juego -que no a los resultados- de la selección, se han convertido en claves del éxito. El primero siendo el mejor amigo de sus compañeros en defensa.
Ricky Rubio, después de momentos muy duros en lo personal y lo profesional (muerte de su madre por cáncer y falta de confianza de la NBA en él) se ha coronado como MVP dominando cada uno de los partidos desde el puesto de base, como hacía en categorías inferiores, con multitud de recursos en ataque, encontrando a sus compañeros y liderando la defensa.
Y Sergio Scariolo que toda vez que quedo claro que con las bajas la autogestión no podía ser el patrón del grupo, ha dado clases magistrales de scouting sobre el rival y de conocimientos tácticos notables para aprovechar lo que tenía, haciendo un equipo que cuando ha llegado la hora de la verdad ha jugado un muy buen baloncesto a ambos lados de la cancha.
Y ha sido, sin duda, el artífice de dotar de hambre e intensidad a un colectivo, una familia, que se mueve como un ente único. Con el ejemplo de volver a la selección cuando el ocaso de la generación dorada se hacía evidente, con el marrón de las ventanas de por medio y trabajando para la NBA su mensaje caló hondo en un vestuario que se ha ido remodelando en nombres pero no en confianza ciega en su entrenador.
Scariolo hoy es Campeón del Mundo y tiene un anillo de la NBA como entrenador asistente. Con la selección suma tres oros europeos (los tres únicos de la historia), y una plata y un bronce olímpicos. Ha sido absolutamente imprescindible en éste éxito minimizando los defectos propios y virtudes ajenas a la par que maximizando nuestras fortalezas y golpeando en los puntos débiles del rival.
Atrás queda el mayor fracaso de esta selección que fue el Mundial 2014 en casa, donde el monstruo de la autogestión devoró a Orenga y a todas las ilusiones del país.
El desastre agudizaba la idea del final de una era que podía volver a dejar el baloncesto en un lugar muy incómodo a nivel de seguimiento en España. Muchas de aquellas cosas no han mejorado pero España, de la mano de sus selecciones hoy es Campeona del Mundo masculino y Campeona de Europa en femenino. Y un montón de medallas más en este verano 2019. Disfrutémoslo.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Octavos de Final. Una bajada de tensión

 España 89-56 Senegal


La organización, en su búsqueda de la mediática final Anfitrión vs dominadora mundial del baloncesto, programo al detalle el calendario. Lo primero fue separar quirúrjicamente ambos favoritos, garantizando que cada lado del cuadro daría un finalista, algo que no se hace en los torneos internacionales desde hace un par de lustros. Después, una vez finalizado el sorteo de grupos, se comprobó que la dureza había caído sobremanera sobre el cuadro hispano, y entonces se dispuso tal calendario en el que además de configurar mayores descansos al equipo español, se enfocaría en modo a una pirámide en la que la exigencia fuera in crescendo.

Esta era la teoría, pero Senegal se la saltó al pasar a Puerto Rico en la fase de grupos y plantarse en octavos con sus armas, modestas y quizás en algunos casos como el táctico amateur, pero que se han demostrado más que válidas en este Mundial de España 2014 que ya esta en Madrid (y Barcelona) disputando su fase de eliminatorias directas.

Creciendo desde Pau


España trata de imponer su ritmo buscando y encontrado a Pau Gasol (12 ptos en el primer cuarto). Senegal responde superando en el rebote ofensivo a los pivots NBA hispanos y metiendo mucha velocidad a las transiciones.

Durante toda la primera mitad el juego se iguala, con la potencia fisica de unos y el talento de otros, pero se llega al descanso con ventaja español (+13) gracias al acierto en tiros de 2 (15/16) y a dos últimos minutos de conexión colectiva en defensa, que permite al equipo cerrar el rebote y poder correr.

Creciendo desde la defensa


En la segunda mitad el equipo trata de mantener el nivel defensivo y durante los primeros 10 minutos lo consigue para cerrar definitivamente el partido. De ahí hasta el final entran en escena los marginados de Orenga que dejan buenos minutos, y que sirven para encontrar definitivamente el punto de mira de Calderon (11 puntos, 3/4 en triples) que parece ser va a funcionar como escolta.

Al final 89-56 para España, ante una Senegal que ha dejado una muy buena impresión, con un baloncesto que trata de aprovechar la supremacía fisica de todos sus jugadores, y en el día de hoy la falta de tensión de una España que ha jugado con el fuego de un mechero sabiéndose superior a su rival. El martes contra Francia, usará un soplete.

Destacar a Senegal que con todas sus dificultades (organización, amateurismo) han realizado un gran mundial, sumándole hoy una dificultad más: El mal partido (bien anulado en defensa por los Gasol e Ibaka)  de su mejor jugador, Dieng, pero que han competido con muchisimo coraje y compromiso, explotando unas condiciones fisicas maravillosas que han valido para paliar la escasez en recursos tácticos y los problemas para anotar por talento. Jugadores como Ndoye, Badji, el base Almeida o Faye se han mostrado como más que válidos, y a poco que entren en dinámicas de baloncesto más profesionalizado en Europa o Estados Unidos pueden mejorar los resultados de este mundial.

MVP


Ricky Rubio. El base catalán de los Timberwolves esta completando su mejor torneo con la camiseta de España. El haberle dado la titularidad le ha dado confianza y crédito. Sale con la intención de alimentar al juego interior y en defensa ser un primer muro inexpugnable que con sus largos brazos dificulte la transición ofensiva del rival. Anoche ante los senegaleses en 20 minutos 7 puntos (2/4 de 2 y 3/4 en tiros libres), con 5 rebotes, 6 asistencias y 5 robos de balón. Sólo hace falta saber si ha sido positivo para ver una buena versión de Ricky había que minimizar las de Calderon o Sergio Rodríguez.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Partido 4. Cerrar el primer puesto

España 88-64 Francia


Intentar repetir lo de Brasil


Empezamos fuerte con Ricky Rubio sobreponiéndose a Heurtel, en ataque y sobretodo en defensa (3 robos en los primeros 4 ataques galos), para liderar la primera brecha. Tiempo muerto de Vincent Collet y Antoine Diot por Heurtel como base en cancha. Con este cambio Francia gana en seguridad, mientras que en ataque España intenta involucrar a Navarro y Rudy pero con mucho desacierto lo que hace que se ajuste el marcador, hasta el espectacular triple sobre la bocina de final de cuarto de Navarro (22-19).

Inventar el fuego


En ocasiones los entrenadores intentan "descubrir para la humanidad el fuego". En este caso Orenga, trata de con una rotación con Calde de escolta y Llull de alero cuadrar los recursos de los que dispone, lo que supone en la práctica minimizar el papel del extremeño, sobreexplotar las condiciones del balear, despreciar las posibilidades de Claver (al que se agarró el año pasado) y dejar la posibilidad de presentar en el segundo cuarto un juego exterior para segunda unidad, Chacho-Llull-Rudy, que sería demoledora para casi cualquier rival.

Sin embargo, con lo planteado por Orenga, siguen los problemas para España no ajustando en defensa sober Batum (defendido por Llull suma 7 ptos casi seguidos del total de 11 que hizo) y acabando el cuarto con mucho juego exterior y poco interior (15 lanzamientos de 3 por sólo 6 balones interiores en toda la primera mitad).

Aún así con unos pocos balones a Pau Gasol (15 ptos sin despeinarse) acabamos con +10 al descanso.

Una vuelta de tuerca de más


España a la vuelta de vestuarios entiende que es el momento de dar un giro más de tuerca para romper el partido y lo hace yendo fuerte a lineas de pase, robando balones, anotando al contraaque y evitando que Francia lanzará a canasta hasta el minuto 3 de cuarto.

De ese momento a final de partido intercambio más o menos rítmico de canastas en las que Llull desde fuera, Ibaka y Marc Gasol (espectacular y culminante su alley-oop a 6 minutos de final del partido) sumaron puntos por parte hispana y con Fournier arreglando sus estadísticas por parte gala.

Interesantes y reveladores minutos de Calderon jugando de base.

MVP


Marc Gasol. El pivot de los Grizzlies estuvo tremendo. Recibió pocos balones al poste bajo (al igual que su hermano o Ibaka; algo que debe de solventar el equipo) pero los que tuvo los distribuyo de cine o los culmino con autoridad. Además como viene siendo habitual, un bastión impenetrable en defensa. Al final, en 22 minutos, 17 puntos (5/7 de 2, 1/2 en triples, 4/4 en libres), 6 rebotes, 3 asistencias, 3 robos y un tapón.



Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...