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lunes, 11 de noviembre de 2019

11 valoraciones a las Elecciones Generales del 10 de noviembre




Seis meses después toca hacer una nueva valoración de los resultados tras las Elecciones Generales de ayer domingo 10 de noviembre. Las segundas del año, las cuartas en cuatro años. Un período de inestabilidad que no se cierra con el reciente escrutinio y que vuelve a poner el grito en el cielo de una mayoría ciudadana que exige e implora a sus políticos acuerdos, pactos y reformas tanto económicas como políticas que permitan mayor justicia social y que agranden nuestra democracia y libertad. En frente un bloque caínita que no es nuevo pero que ahora se muestra sin tapujos ni máscaras como violento, clasista y fascista.
  1. Pedro Sánchez ha ganado las elecciones. Si. Pero ha perdido la oportunidad que la reacción de la reacción de las mujeres le otorgó en abril. En aquel momento podía haber derribado a su rival en el bipartidismo, el PP, pero decidió y calculó que era mejor para el régimen del 78 y para los que mandan, intentar mandar a la lona definitivamente a Unidas Podemos y salvar la situación que se le presentaba al PP. Como contrapartida ha provocado el aumento de la fuerza en el Congreso de la ultraderecha, totalmente desligada ya del PP tanto en la pureza del discurso como opción de voto. La traición de Pedro Sánchez y la nueva traición de la oligarquía del PSOE no debe quedar impune.
  2. Como era previsible aumentó la abstención. Casi dos millones menos de votos que el 28 de abril que se reparten a partes iguales en el bloque de las derechas como en el de las izquierdas. La desafección con la política, el asco y la falta de confianza en la democracia es otra consecuencia del tacticismo y la lucha por la supervivencia política de Sánchez y el régimen que tampoco deberíamos de olvidar.
  3. Pedro Sánchez y su politólogo de cabeza Ivan Redondo, no dormían con gente de Unidas Podemos en el gobierno. Veremos si lo hacen ahora con más de 50 escaños en posesión de la ultraderecha. Las tradicionales apelación y especulación al voto útil no han servido esta vez porque ya no se engaña a nadie. El espectáculo dado no mejoró ni con el maquillaje de la exhumación de la momia de Franco que debía de haber salido con nocturnidad y sin homenajes. Pero el error ya es colosal cuando se han celebrado estos comicios tras la sentencia del Procès que ha roto definitivamente los pocos puentes a la convivencia que quedaban con Catalunya y que no se van a poder recuperar con meras promesas de auto-gobierno y federalismo y además legitimado la mano dura y violenta que propugna la ultraderecha.
  4. El PP de Pablo Casado sube 22 escaños su resultado de abril y podrá navegar en calma lo que podía haber sido una travesía al abismo con ataques internos y externos, mientras se despedazaría por luchas de poder y dinero desde dentro y su corrupción intrínseca que seguirá apareciendo en los “casos esporádicos”. Seguro que en el juego de puertas giratorias le agradecerán a Sánchez éste magnífico cabo echado a tiempo.
    Con una ultra derecha tan fuerte al PP le va a costar gobernar. Primero porque Vox arrastra a las bases electorales que ven o veían en el PP la continuidad con el régimen franquista. Segundo porque será tal la deriva a un discurso de odio y fascismo que será imposible que el PP consiga apoyos como hacía antes con PNV o CiU.
  5. Hace un año Vox era una fuerza ridícula y extra parlamentaria. Hoy, primero con el blanqueamiento de los medios y después con la oportunidad que le ha dado Sánchez, es la tercera fuerza del Parlamento y aspira a seguir creciendo, devorando los restos franquistas que se alojaban en el PP y articulando un discurso de odio para todo el que no cumple con los mantras de la dictadura y la España cutre y rancia.
  6. El auge de Vox viene ligado al cataclismo de Ciudadanos. Albert Rivera dimite y abandona la política tras pasar en poco más de 6 meses de ser una fuerza emergente y renovadora del centro derecha a un partido residual en el juego de pactos, aunque bien, con la nueva dirección pueda ayudar a una coalición de cordón sanitario sobre la ultraderecha (vamos como se hace en toda Europa).
    Rivera tuvo la oportunidad de ayudar al derribo del PP en mayo pero prefirió pactar con ellos aunque fueran segundas o terceras fuerzas (en Madrid, ciudad y ay-untaminento, Murcia, Zaragoza o en Castilla y León donde ahora han perdido la totalidad de sus 8 diputados conseguidos en abril). Con aquella falta de coherencia sustentó al PP y su corrupción en el gobierno y dio altavoz a Vox para que derivará aún más el discurso hacia la extrema derecha.
    Lejos de proponer soluciones Rivera y su dirección de hombres y mujeres cercanos lanzaron más odio y soflamas incendiarias en Catalunya lo que le quitó todo el foco de posición centrista y ahora el de opción electoral. Su futuro se presenta nada halagüeño, pasando a ser de fuerza aspirante a liderar el centro derecha a ser la nueva UpyD.
  7. Otro tope mínimo de Unidas Podemos. Desde 2016 que aparecieron como coalición las huestes de Pablo Iglesias han ido marcando mínimo tras mínimo. Lejos quedan los 71 diputados por separado y total de 6 millones de votos de diciembre de 2015. Ahora un 12% de votos (3 millones de votos) para 35 diputados. 
    La aparición de un nuevo partido “de izquierdas” como Mas País ha arrancado votos y sobretodo diputados a Unidas Podemos y esos escaños han acabado en casi todos los casos en Vox. La irrupción en el panorama nacional de Errejón ha ocasionado el mismo perjuicio que ya causo en mayo en Madrid para la causa de la izquierda. El marcado personalismo de la campaña (papeleta, carpeta, carteles y cartulinas llevaban la cara de Iñigo al estilo de Pablo en 2014) ha servido únicamente para debilitar las posiciones de Unidas Podemos en la próxima negociación y sobretodo para ayudar a apuntalar el franquismo desatado. Tampoco debemos olvidar.
    A cambio fuerzas tan necesarias en eso de hacer progresar el país como Equo o Compromís que apostaron fuerte por la candidatura de Errejón se quedan sin representación aumentando la sensación de cisma en la izquierda española.
    Más País se presentaba en las provincias donde Unidas Podemos consiguió representación en Abril y ha sido factor decisivo en la bajada de estos ahora en noviembre. Aún con la excusa ya escrita se hace necesaria, una vez más, la auto crítica y crítica constructivas para desde la divergencia conseguir de una vez por todas candidaturas, un Frente Popular que auné una salida democrática y libertaria y una respuesta en favor de los servicios públicos y la justicia social para tanto fascismo y tanto neoliberalismo. Hacerlo además recuperando antes y después la movilización ciudadana y la lucha desde las calles, las aulas, los claustros y los centros de trabajo es ya decisivo.
  8. ERC consigue 13 diputados y se convierte en la quinta fuerza en el hemiciclo. Domina ampliamente el tablero político en Catalunya pese al aumento de la antigua CIU y la entrada por primera vez de la CUP en el Congreso. Ante unas futuras, y necesarias, elecciones en Catalunya puede que abran un nuevo período en el que la justicia social cobre importancia en la propuesta de Independencia, frente a un bloque constitucionalista que cada vez pierde más apoyos pese a su continúa radicalización.
  9. En Euskadi las tres derechas nacionales vuelven a no sacar representación, como en Abril. PNV mantiene su hegemonía ganando el discurso antifascista en el estado español (así están las cosas); mientras que Bildu logrará por primera vez grupo propio en el Congreso. El tiempo de la calma tensa en Euskadi se va terminando y llega el momento de construir soluciones duraderas que favorezcan la convivencia y el futuro. Con el nivel que hay en Madrid, pintan bastos.
  10. La única buena noticia de la jornada de ayer es la entrada en el parlamento (también consiguen dos senadores) de Teruel Existe, la plataforma ciudadana creada en el Bajo Aragón para reclamar y dar voz a una de las tierras olvidadas de nuestro país. Teruel punta de lanza de la España vaciada ganó las elecciones en su circunscripción por delante de PSOE y PP que tantos años han utilizado esos asientos para vivir muy bien y orquestar mayorías que controlasen Madrid aunque fuese al precio de despojar de futuro y dignidad a sus propios territorios. Qué una plataforma ciudadana en su primer intento de pugnar por unas elecciones consiga tan magníficos resultados demuestra que con trabajo y honestidad el éxito es posible, y que además, es necesario ante la situación de abandono que provincias como Teruel (y Cuenca, y Soria, y Huesca, y Palencia, y Burgos, y Guadalajara, y Zamora,... y Salamanca…) viven y padecen. Debemos aprender.
  11. Por supuesto, Pedro Sánchez pierde la mayoría conseguida en el Senado hace medio año y con ella la llave para articular los cambios constitucionales necesarios para mejorar la expresión territorial del país. Otra traición más, otra irresponsabilidad, que por supuesto tampoco olvidaremos.


¿Qué va a pasar?
La incertidumbre sigue siendo altísima. Pedro Sánchez ha ganado unas elecciones con peor resultado del que esperaba y que nunca debieron convocarse por lo que a él, como único responsable en su convocatoria, se le ha de tachar como gran derrotado. Prefirió explorar un territorio poco conocido como unas nuevas elecciones a transitar por uno totalmente desconocido como un gobierno de coalición, sobretodo si lo hace con alguien más a la izquierda. Aún con todo tiene la responsabilidad y la última oportunidad de tratar de formar gobierno
La ciudadanía se ha expresado una vez más como polarizada y ávida de pactos que superen el bipartidismo y el turnismo político dejando dos opciones:
  • Su socio predilecto tiene que ser Unidas Podemos por lo que volvemos a la casilla de salida pero con un desgaste y un fantasma fascista que no eran necesarios. Deben de ponerse de acuerdo sobre posiciones ambas debilitadas y el PSOE va a tener que tragar con ministros de Unidas Podemos y con unas cuantas normas de dignidad que van en el programa de los morados (derogación reforma laboral PP, derogación Ley Mordaza, etc.) También las posiciones iniciales de Unidas Podemos tienen que ser menos exigentes y quizás renunciar de entrada a que nombres como los de Iglesias o Garzón entren en gabinete.
    Aún con todo tras éste acuerdo se hace necesaria sumar una mayoría más amplia en la que PNV se hace imprescindible, más posiblemente Cs entroncando un cordón sanitario sobre Vox, pero también sobre el independentismo catalán.
  • La segunda opción es la gran coalición PSOE-PP altamente improbable porque podría suponer la fagocitación de éste último por parte de la ultraderecha.
Seguir jugando al despiste y desgastando la paciencia de la ciudadanía abrirá las puertas a la derecha y la extrema derecha, porque más allá de ensoñaciones de la izquierda, sin lucha y debate en las calles, ni pedagogía el fantasma del franquismo sigue persistente en no pocos millones de ciudadanos.
El 10N ya se ha cobrado su primera víctima. La siguiente debería ser Iglesias (y Alberto Garzón) quienes han de abrir sus partidos y con ellos la coalición a nuevas ejecutivas que fortalezcan esa coalición y permitan la suma de más agentes y no como hasta ahora la continúa dispersión. Como ya nos conocemos con cada renovación de viejas guardias, en la izquierda suelen salir los que no consiguen poder pero por una vez más, esperemos que la conciencia y el interés general prevalezcan en la izquierda por encima de filias, fobias e intereses personales.
Aunque parece que los partidos renovadores de la política española que surgieron tras el 15M han fallado, tampoco Sánchez ni Casado (ni ambas ejecutivas del bipartidismo) deben dormirse porque el patio interno seguro que ha quedado lo suficiente removido para que sus debilitados liderazgos no queden aún más expuestos. Es lo que tiene cuando en unas elecciones democráticas, paradójicamente, el gran vencedor es el fascismo.



martes, 4 de diciembre de 2018

Elecciones Andaluzas: La hecatombe de la izquierda




Veía las elecciones al Parlamento Andaluz del pasado domingo, 2 de diciembre, como una apuesta personalista de Susana Díaz en sus ansías en convertirse en Presidenta del Gobierno de España. Preveía la lideresa una victoria rutinaria en Andalucía con la que obtener la pole position ante el escenario que se va a abrir en 2019, haya elecciones generales o no.
Buscaba además aprovechar el supuesto momento de incertidumbre del Partido Popular, y renovando su mandato en Andalucía Díaz, podría volver a reclamar en un año o dos, el liderazgo del PSOE, si las balas del afortunado Pedro Sánchez seguían menguando.
En un escenario nacional abierto, pendiente de una negociación presupuestaria, que impida el adelanto electoral (al que se le haya ocurrido lanzar el mensaje de un “súper domingo electoral” con generales, autonómicas, municipales y europeas, es un mentecato), transitamos en una etapa rara. Cambiante y mutante en el que los apoyos y liderazgos se vuelven líquidos ante la batería de las primicias y las últimas horas. Mientras, lo más importante -en realidad lo único que importa- la vida de las personas se deteriora tras los orgasmos del capital.
Por todo ello, entono el mea culpa, matizado en que nadie, absolutamente nadie, preveía lo que pasó, y que ha supuesto un giro hacia la derecha, concretamente, hacia la extrema, justo en un momento en el que tras la moción de censura de junio se abría una ventana para empezar a reparar la dignidad de las buenas gentes de este país.
En estos meses Pedro Sánchez ha ido haciendo promesas y más promesas que contentan a las mayorías sociales, pero sin hechos concretos que las favorecieran. La cuestión catalana sigue en su enquiste. El PP se ha renovado con un peligroso fascista “viejoven” y ha aparecido como un partido a contar, Vox y su extrema derecha, recibiendo la atención mediática, que nunca recibieron UpyD o Izquierda Unida.
Pero aquí pasada la resaca y las lamentaciones unas pocas valoraciones desde la distancia y el cariño a Andalucía y sus gentes.
1. Bajísima participación. En torno a un 53% de personas con derecho a voto se quedaron en casa y no lo ejercieron.
Partiendo de experiencias previas parece evidente que tal abstención o desidia favoreció el ascenso de la derecha en su conjunto, y cuyo electorado, ya sabemos que vota en bloque -aunque en esta ocasión en tres opciones-.
Explicar las razones de tan baja actividad en los colegios electorales y que fuera protagonizada por tradicionales votantes de la izquierda (sobretodo del PSOE) es pensar, una vez más, en el hartazgo con las políticas liberales con las que se está gobernando desde la supuesta izquierda, y en la falta de proyecto y alternativa al sistema económica capitalista neoliberal que estamos sufriendo y nos está arruinando.
No podemos tampoco obviar que buena parte de esa abstención la tuvo la confluencia de Podemos e IU que tampoco consiguió, pese a las buenas expectativas, generar la movilización y activación de la clase trabajadora que se siente cada vez más huérfana de representación, y que al final, y dependiendo de connotaciones culturales, opta por quedarse en casa o apostar -estos fueron los menos- por quienes les dicen lo que quieren o necesitan oír: la ultra derecha.


2. Una vez más los centros de estadísticas políticas fallaron, y de manera estrepitosa, en todas sus predicciones y proyecciones de voto. O bien da mucha vergüenza contar a un desconocido por teléfono o en la calle, que votamos a semejantes personajes, o bien fallan los métodos de acceso, muestreo, recopilación y análisis de datos. Ya no es que no sean capaces de acertar, es que tampoco sirven como herramientas de manipulación para generar tendencias. La gente los ha sobrepasado.


3. La gran derrotada es Susana Díaz que pierde la presidencia de la Junta de Andalucía y sus opciones de alternativa a Pedro Sánchez en el PSOE. Deja un cadáver político, heredado del hedor corrupto de Chaves y Griñán y que tiene como gran "mérito" entre otros darle el gobierno a Rajoy en 2016. No supo ver, ni atajar, el deterioro que casi 40 años de gobierno socialista habían dejado en la imagen de su partido. Y pecó de optimismo y tacticismo al convocar unas elecciones y optar por un perfil bajo de campaña que no consiguió movilizar a los suyos, ni a sus votantes, ya cansados del estado de las cosas en Andalucía. Una región trabajadora y preciosa, que muere debido a una estratificación social basada más en castas que en clases, y aupadas no pocas veces por la delincuencia. Incapacitada y soberbia ha degradado la imagen de su región y la fuerza de su partido a nivel nacional.
Su salida de la vida política debería de ser inminente, para que el socialismo andaluz se reconstruyera y pudiera hacer una oposición efectiva que volviera a ponerla como favorita en unas futuras elecciones autonómicas.
Aprovecho su caída, para comentar una vez más, la terrible endogamia que se ven en los partidos, especialmente en los tradicionales, donde se aúpan a puestos de responsabilidad en las administraciones a personas, hombres y mujeres, que jamás han salido de las faldas de la estructura oligárquica de poder. La ristra de nombres es colosal, y es propia de éste país, comparado con los de su entorno, donde salvo casos excepcionales (Macron, Salvini, Putin) todo el mundo llega con un trabajo fuera de la política.


4. El fracaso de Adelante Andalucía. Nueva derrota electoral de la estrategia de la izquierda, de Podemos e Izquierda Unida. Pasan los meses y los años y ni la confluencia, ni el dedo mesiánico de Iglesias, ni la autonomía ganada por las federaciones (en Andalucía liderada por Anticapitalistas) se consigue no sólo entrar a gobernar, sino mejorar los resultados y mucho menos “sorpassar” al PSOE. El liderazgo de Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo no ha sido capaz de movilizar al que fue su electorado (han perdido un tercio de sus apoyos), ni tampoco al electorado descontento con el PSOE andaluz. Y enfangados en cuestiones semánticas y atomizando los discursos en parcelas temáticas han obviado a la clase trabajadora que ha acabado o no votando o votando a la derecha.
Desde el techo que supuso las elecciones de diciembre de 2015, después del gran hito que fueron las municipales de ese mismo año- Podemos ha ido cosechando derrotas y viendo como sus apoyos y sus votos menguan. Tampoco Izquierda Unida suma el total de su base, muy descontenta ante como se ha empotrado la organización en Podemos. Y así, ni se logran sumar más partidos a una confluencia (en estas elecciones Equo ha ido por libre, al igual que PACMA o el Partido Comunista Andaluz) ni mostrar un discurso sólido que empodere a los desfavorecidos (especialmente las mujeres) y que haga entender a la clase trabajadora, que es la izquierda quien los representa defendiendo su trabajo, su sanidad, su educación, sus servicios sociales, su medio ambiente, su patrimonio, sus derechos y deberes, y en definitiva su vida para mejorar y prosperar.
Quizás haya hecho daño la disputa abierta entre las direcciones de Podemos Andalucia y Podemos “federal”, que durante el verano se disputaron el liderazgo y autonomía. Luchas soterradas por mantener la independencia y el apego a la supuesta transversalidad y horizontalidad esgrimida, frente a la táctica y verticalidad impuesta por el “círculo de la Complutense”.
Pero el verdadero problema es que tras el 15M y lo que se movió hasta febrero de 2014 (nacimiento de Podemos) la conflictividad social, la lucha en las calles con la exposición abierta y pública de los problemas que la crisis como estafa económica han dejado, se paró. No hay presencia en los conflictos, y lógicamente las gentes se sienten desemparadas, solas y sin representación efectiva. Para colmo se siguen menospreciando e ignorando de donde debían de salir los votantes: las bases socialistas. Sin ellas es imposible aunar mayorías progresistas en éste país, y hasta que no se entienda, se repare y se trabaje para acercarlas al proyecto poco se puede hacer en materia electoral.
Vamos a ver como se resuelve internamente esta situación porque puede devenir en grandes cambios en la confluencia para el año que viene. Iglesias puede usar estos resultados para volver a tratar de llevar atada a Podemos Andalucía; puede imponer su criterio al resto de federaciones. O bien abrir la puerta a que estas decidan en virtud de sus propios estatutos.
La situación para Izquierda Unida es similar, y cada vez suenan más los descontentos y los posibles proyectos de alternativa.
Si el domingo hubo ausencia de votantes para la izquierda, de momento, tenemos la ausencia, una vez más de autocrítica en las organizaciones para reconocer qué está fallando y ponerle solución.


5. Ganó la derecha. Especialmente Ciudadanos que puede jugar sus cartas en clave nacional, como ha hecho siempre, proponiendo a su candidato “corre partidos” para presidir la Junta a cambio de presionar o no a Pedro Sánchez en Madrid. Los naranjas, duplican su presencia en el Parlamento Andaluz, y aunque tampoco han logrado superar al PP como “primera fuerza del centro-derecha” adquieren la llave de gobierno y la legitimidad para decidir.
Con una ideología y unas posiciones tan cambiantes por el propio interés como nos tiene acostumbrados Rivera, todo puede precipitarse a una convocatoria de elecciones generales, extremo éste que Pedro Sánchez quiere evitar, pero que puede ser bien aprovechado por Ciudadanos.
A cambio debe de cuidarse muy bien con quién pacta y qué pacta, porque se juega un grueso importante de sus votantes, convencidos de momento por la presencia naranja “moderada” y “centrista”. Un supuesto pacto con Vox o con un PP que sigue igual de corrupto y caínita de siempre, pero con más desvergüenza puede mosquear a quienes han venido depositando su confianza en Ciudadanos, y cuando queda medio año para las elecciones municipales y autonómicas (Madrid, que es donde está la pasta, principalmente) puede ser contraproducente.
Todo hace indicar que gobernará la derecha en Andalucía, y no habrá repetición electoral, pero hay que contar con el tacticismo de Albert Rivera y sus secuaces. Un apoyo a los presupuestos de Sánchez e Iglesias por parte de los nacionalistas catalanes, como respuesta al auge de Vox y al pacto de gobierno en Andalucía, demorarían las elecciones generales y volverían a colocar con el pie cambiado a Ciudadanos.
Para la izquierda perder Andalucía es una trágica hecatombe que agudiza una crisis de representatividad, de discurso y de posicionamiento que adquiere ya tintes dramáticos. Andalucía ha sido un bastión al que aferrarse y un campo probado y exitoso de propuestas y prácticas que llevar a otros territorios. Sin embargo, ahora se abre un período de oposición en el que por encima de todo se ha de trabajar para defender a la mujer y el hombre, a los y las trabajadores, al campo y a la ciudad, devolviendo a Andalucía a su ser progresista y justo.


6. En el primer envite electoral con Pablo Casado a la cabeza, el PP sobrevive y celebra una victoria pírrica que sin embargo les va a dar la posibilidad de gobernar Andalucía por primera vez en la historia. Parece que el PP, al igual que el PSOE, como polos del bipartidismo ya comienza a ver su retroceso, hasta la formación de ese nuevo bipartidismo 2.0, que tarda en llegar. Al igual que en los socialistas dependerá de la permeabilidad y capacidad política de su líder, en este caso, Pablo Casado para ir sobreviviendo.
Mal hacemos en tomar a pitorreo las ocurrencias del niño pijo de Ávila que está exagerando los discursos como única tabla de salvación.
No nos engañemos, no es nuevo. Al PP nunca le ha importado mentir, pasarse por el forro el sentido de estado e incumplir promesas electorales para seguir mandando y delinquiendo, pero hay un matiz importante: Hasta ahora había guardado las formas, pero ahora está llevando la situación al extremo, con el asunto de Catalunya por bandera, para exacerbar pasiones que nada tienen que ver con el día a día y el futuro de la población. Pero que en cambio, les da grandes beneficios electorales.


7. Vox entra en las instituciones. Cuidado. No nos engañemos tampoco. La ultra derecha lleva en las instituciones desde siempre. Ha estado camuflada en las hordas del PP, y es reconocible en personajes como Fraga, Posada, Celia Villalobos, Esperanza Aguirre, Jorge Fernández y muchos más, porque nunca hubo una transición a la democracia y si un acomodamiento de los fascistas en un teatro que simulaba democracia.
Lo que ha pasado es inevitable cuando principalmente los medios de comunicación del capital han empezado a blanquear discursos fascistas, dándole una pátina de normalidad, que tampoco los políticos han sabido contrarrestar. Cuando Susana Díaz sacó a Vox a colación en el debate televisado buscando fraccionar a la derecha, le dio su primer escaño y además un altavoz para lanzar sus soflamas contra el feminismo o la inmigración.
Cuando las calles se inundan de banderas y se permite que se ponga el foco de la situación general en los ya marginados y degradados, como son los inmigrantes se está haciendo flaco favor a la democracia y la justicia social. Es justo lo que el capitalismo quiere: Que pasemos de las cuestiones de clase para hablar de otras cosas que no enturbien las cuentas de ganancias. No es la primera vez que las élites oligarcas utilizan el fascismo para mantener el estado de las cosas.
Vox un partido turbio, lleno de vividores de la cosa pública, ha entendido su juego de extrema derecha, y ha vendido que la culpa es de todos menos de ellos y que hay que ir contra todos.
Un fenómeno muy importante a destacar es que fue en uno de los municipios con mayor renta pér capita y mayor nivel cultural, El Ejido, donde Vox ganó claramente. Resulta curioso que un pueblo que es rico gracias al trabajo, en condiciones durísimas, de los inmigrantes vote a un partido racista y anti inmigración. Pero sería un error considerar que es esta clase social quienes han acabado depositando su voto en la formación de extrema derecha.
Dolorosamente, han sido personas en graves situaciones de desamparo y carentes de un discurso de clase por parte de quienes tradicionalmente debían proporcionárselo -la izquierda- quienes se han creído las promesas de la extrema derecha.
Ahora, llegan las lamentaciones, se echa la culpa a la abstención, hay manifestaciones y grandes declaraciones de lucha antifascista y cordones sanitarios. Pero es en la calle, pegados al conflicto y haciendo pedagogía en los barrios y centros de trabajo donde se tiene que recuperar y convencer a la ciudadanía que es la izquierda la que promulga un modelo social más justo y mejor, donde la gestión económica de la administración es efectiva, garantista, transparente y firme en defensa de los derechos de todas y todos. Es con política, pero de la de verdad, no de la de redes sociales, con lo que se tiene que recuperar la dignidad de la gente.
Lo ha sido así siempre, aunque algunos lo hayan olvidado, y es con lucha y contestación en las calles ante las agresiones del capital y la presencia del fascismo con lo que vamos a trabajar por un futuro mejor. Para todas y todos. Para Andalucía. Para España y para Europa.


8. Qué va a pasar. Salvo un nuevo imprevisto, la derecha gobernará, previsiblemente en la persona de Juanma Moreno, el candidato del PP, con apoyo de Vox y Ciudadanos, que han de medir que imagen muestra a menos de seis meses para la nueva convocatoria electoral.
El PSO Andaluz ya trabaja (o debería) en construir una nueva dirección, con un nuevo o nueva líder y un programa de oposición frontal a la derecha.
Para Podemos e Izquierda Unida vienen meses de zozobra que pueden llevar a una hecatombe en mayo, seguida de unos meses de batalla abierta externa e interna en la confluencia y en ambos partidos. En el caso de Adelante Andalucía, no parece que los liderazgos de Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo se discutan, pero desde luego, el replanteamiento de la acción política, más allá de las instituciones, para convencer y unirse a la clase trabajadora es inevitable y urgente.


jueves, 17 de febrero de 2011

No les votes

Ayer día 15 de febrero de 2010 se aprobó en el Congreso de los Diputados la denominada Ley Sinde, que aunque los medios hayan incidido en que se trata de una norma para evitar las webs de descargas, es una norma que somete Internet a una legislación excepcional, con grave merma de los derechos a la libertad de expresión e información y a la tutela judicial efectiva, posibilitando un mayor control político de la red.

Un día antes, el día 14, un grupo de blogeros escribieron conjuntamente el texto de http://nolesvotes.com a cuyo contenido me remito. De lo que se trata ahora es de desarrollar la acción política subsiguiente, esto es, de cristalizar en el territorio físico utilizando Internet lo que podamos pensar entre todos.

El proyecto que se propone consiste en desarrollar iniciativas ciudadanas mediante la autoorganización de células territoriales independientes, replicables, sin ánimo de lucro y sin exclusividad territorial cuya labor sea la de propagar las ideas del texto de nolesvotes.com y realizar acciones territoriales concretas.

El sistema de organización previsto tendrá un continente y un contenido:

  • Como continente utilizaremos todos los medios gratuitos y lo más libres posibles que nos ofrece la Red: Google Groups y Flickr, por ejemplo. Personalmente no utilizaría Facebook por causa de sus términos legales, pero si la coordinación de una célula (por ejemplo: Potes, Cantabria) quiere hacerlo, no existe ningún inconveniente (cada grupo se autoorganiza).
  • En lo que respecta al contenido, dos son las cuestiones básicas: Dotar a las células de un argumentario que prepararemos quienes hemos estudiado a fondo la Ley Sinde y preparar un plan de acción de incidencia en el territorio. Serán objetivos, entre otros, las mesas redondas y campañas electorales de los tres partidos políticos PP, PSOE y CIU que han aprobado la Ley Sinde.

Dentro del continente y mediante los flujos de información que se generen entre todos y cada una de las células, iremos aprendiendo. Como es natural en el mundo de las redes, nadie representará a nadie sino sólo a sí mismo. La existencia de Internet hace innecesaria la representación tradicional: un ciudadano ya puede representarse a sí mismo sin necesidad de utilizar una voz ajena.

La medición del éxito del proyecto no se medirá en resultado electoral, sino en el aprendizaje que obtengamos del uso ciudadano de las redes. En definitiva, se trata de ir afilando ya una herramienta esencial para paliar el gravísimo déficit democrático que caracteriza a la sociedad española. En palabras de Eben Moglen: “We win”.


Eso si: La abstención no es la solución

A lo largo del día he visto como muchos blogs han ido lanzando una iniciativa para no votar a los partidos que apoyan Ley Sinde, de la cual también se han hecho eco varios medios. No entraré en mucho detalle sobre lo que trata la ley en sí, porque ya hay de sobra sitios en la web donde podéis consultar la ley en sí, y las razones por las que los internautas parte de la población se opone a ella.

Imagen tomada de Media Vida

Esto me ha llevado a reflexionar. ¿De verdad que no había razones suficientes para no votar a estos partidos, que es necesaria la aprobación de esta polémica ley para que surjan este tipo de iniciativas?

En los últimos años, no digo décadas porque podríamos no terminar nunca, ambos partidos han mostrado como corruptos y ladrones, han mirado únicamente por sus propios intereses, han dejado que se crease una burbuja inmobiliaria y han dejado que reviente sin intentar acolchar el golpe para el pueblo llano.

Los grandes partidos, PP y PSOE, han actuado mal, tanto estando en el gobierno como estando en la oposición. Puede que en algunos aspectos un partido lo haya hecho menos mal que el otro, pero eso es indiferente cuando estamos hablando de un nivel que rebaja la política de nuestro país a un nivel en el que hace sentir vergüenza de ser español.

Los malos dirigentes son elegidos por buenos ciudadanos que no votan.
- George Jean Nathan

Una vez dicho eso, aunque sea gracias a la Ley Sinde, me alegra comprobar que hay españoles que buscan el cambio y salir del bipartidismo no votando a los partidos mayoritarios. ¿Pero a quién van a votar? Me da igual, pero tal y como decía Bertolt Brecht en el Analfabeto Político, lo importante es votar.

Si no votamos, el pretendido castigo se quedará simplemente en un descenso de la participación en las elecciones, de la que posiblemente se hable unos días después de las mismas, pero esos números quedarán totalmente olvidados durante los cuatro años que dure la legislatura del partido político que haya ganado.

Tanto PP como PSOE se han mantenido firmes a la hora de no actualizar la obsoleta ley electoral. Les favorece claramente dado el bipartidismo que la gran parte de la población tiene prácticamente asumido… pero sorpresa: España puede no ser bipartidista.

Ninguno de estos dos partidos (ni tampoco los partidos regionalistas) votará a favor de que esa ley electoral cambie, pero está en nuestras manos hacer que crezcan los partidos que quieren que esto cambie. Para eso, tenemos que hacer algo muy simple: ir a votar, porque la abstención nunca será una solución.

Nota: Me consta que este movimiento "popular" y bloguero habla únicamente de no votar a PP y PSOE, sólo quiero hacer hincapié en el hecho de que la abstención tampoco soluciona nada.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...