martes, 12 de junio de 2018

La Odisea del recambio

 Nuevo Gobierno de Pedro Sánchez tras su toma de posesión (foto de El Periódico)

Me pongo a escribir, casi sin ganas y seguro sin lucidez porque la ocasión lo obliga. Si sois habituales a estas líneas habréis notado el vacío en los últimos meses, pero los cambios, cuando no son deseados y no se sabe como amortiguarlos, trastocan tanto las prioridades, los tiempos…
Sin embargo, aquí me hallo y necesito escribir unas líneas sobre el acontecimiento. Sobre el fin del corrupto e inmoral gobierno del PP, de un Mariano Rajoy a quien la primera sentencia de la Gürtel, ha supuesto su capitulación final.


El “Renacido” Pedro Sánchez hoy es Presidente del Gobierno tras una moción de censura (la segunda en la legislatura y la primera que triunfa en 40 años de ¿democracia?) presentada de urgencia, por pura vergüenza tras el varapalo judicial en el que la Audiencia Nacional condenaba al PP por lucrarse por la corrupción institucionalizada durante los años de Aznar y mantenida y alentada hasta casi anteayer. En esa sentencia se fijaba como “inverosímil y falto de credibilidad” que el Presidente Rajoy no conociera los entresijos de esa contabilidad en “B”.
Pedro Sánchez ha culminado su odisea política empezada en octubre de 2016 siendo hoy Presidente del Gobierno con tan sólo 84 diputados (el peor resultado electoral de la historia para el PSOE) pero con los votos, todos imprescindibles, de nacionalistas catalanes y vascos, así como de los diputados de Unidos Podemos, quienes celebraron la victoria al grito de “Si, se puede”.
Aunque es evidente que hemos pasado de un gobierno orgullosamente fascista y ultraliberal, corrupto e inmoral que ha dejado un ambiente político irrespirable y bochornoso, el cambio no ha sido tal, sino más bien recambio, con un PSOE al que ya conocemos y que con los nombramientos de ministros y ministras confirma el no salirse del renglón del sistema tradicional, monárquico, conservador y capitalista, en el que las clases trabajadoras seguirán viviendo oprimidas y explotadas.
Esto es importante recordarlo, porque más allá de la euforia por la salida del rancio y cutre gobierno del PP, hay que tener en cuenta que hace 7 años, y aunque los líderes de la indignación institucionalizada lo hayan olvidado, en las movilizaciones del 15M las protagonizábamos potenciales votantes del PSOE, cansados del neoliberalismo con el que Zapatero hacia pagar a las clases trabajadoras las pérdidas de las élites capitalistas.
Recordemos que PP y PSOE son la misma mierda y no parece que sin presencia en las calles, las aulas y los centros de trabajo se vayan a articular políticas de cambio real que modernicen este ajado país y que acaben con la desigualdad, el capitalismo de amiguetes y la explotación abusiva del patrimonio y el medio ambiente. Unidos Podemos se sumaba sin condiciones a una moción de censura, sin contenido político, para aupar a un personaje que ya les faltó a la palabra hace dos años y dar el gobierno a un partido en sus horas más bajas y cuyo aparato, también ha sido cómplice de la corrupción del PP, así de como de la suya propia.
Con Ciudadanos renovando la imagen de la derecha y Podemos institucionalizado renovando la imagen del PSOE (y la actual Izquierda Unida que gustosamente ha comprado asiento en este juego) tenemos en marcha la reacción del sistema para parar la acción revolucionaria que en su momento se apodero de las calles, las plazas y del discurso político en éste país y en Europa.
Y en ese escenario de renovado bipartidismo cambios tangibles que mejoren al vida de la gente y la dignidad el país no se van a producir. Ni renovación del status quo impuesto por la Dictadura y que conocemos como Constitución del 78 (monarquía, impunidad de los crímenes franquistas), ni tampoco de la corriente ultraliberal que asola el mundo (políticas de austeridad, privatizaciones, conciertos, reformas laborales, leyes represivas, OTAN, etc.)
Es una utopía que Unidos Podemos a través de la política institucionalizada, sin usar los elementos de conflicto y a través de pactos con el régimen que no afectarán a los intereses capitalistas, logre mejoras reales en la vida de la clase trabajadora. De hecho, lo conseguido es mejorar la situación y futuro electoral de un PSOE, que al igual que otros hermanos suyos europeos, agonizaba tras el fiasco de la socialdemocracia sometida a los intereses financieros.
Eso sí, es necesario considerar que para que Pedro Sánchez pueda renovar su mandato con una mejor mayoría dentro de un par de años, se hace imprescindible que tome una serie de medidas que también lo son de un gobierno democrático y anti-capitalista:
  • Derogación de la Ley Mordaza.
  • Derogación del Decreto sobre Auto-consumo eléctrico y apoyo de las Energías renovables.
  • Plan de eliminación de la energía nuclear del mix energético, así como paralización de los proyectos de minería y fracking en todo el territorio estatal.
  • Reducir el IVA cultural y de los productos de higiene femenina.
  • Renovación y regeneración de RTVE, volviendo y asegurando los estándares de calidad, imparcialidad y seguridad para sus trabajadores.
  • Concreción de medidas por la igualdad real entre sexos y del fin de la violencia machista y patriarcal.
  • Lucha contra la pobreza infantil, energética y contra la desigualdad imperante.
  • Apostar decididamente por la Ciencia, la innovación y el desarrollo.
  • Subida del SMI a estándares europeos.
  • Subida de las pensiones.
  • Lucha contra la precariedad laboral que ha provocado el aumento de los accidentes de trabajo, así como la lucha contra los fenómenos del capitalismo 2.0, ya sean falsos-autónomos, economías colaborativas radicadas en paraísos fiscales, etc.
  • Poner coto a las casas de apuestas online, tanto en su publicidad, como en la rendición de cuentas y su fiscalidad. Es imprescindible atajar antes de que se agrave un problema que atañe a las clases más desfavorecidas y a la gente joven.
  • Promover un nuevo pacto en financiación autonómica.
  • Apoyo claro a la Memoria Histórica y la reparación y justicia de las víctimas franquistas. Ilegalización de las fundaciones fascistas que recuerdan y ensalzan la dictadura.
  • Sentarse con la Generalitat de Catalunya para formalizar unas relaciones normalizadas.
Unas pocas medidas imprescindibles que no atañen otras igual de vitales pero de mayor calado económico (como la regla de gasto, recuperar las tasas de empleo público en todos los ámbitos pero especialmente en la Sanidad, la Educación, los cuerpos de inspección de Hacienda o funcionarios de Justicia; las derogaciones de las reformas laborales que tantos derechos nos han robado, frenar la especulación urbanística y gentrificación de los centros de las ciudades por la profusión de pisos turísticos, atacar la despoblación, supresión del Senado o cambios en la Ley Electoral) y que le permitirían casi de manera calculada ganar las próximas elecciones. Y es que la moción de censura de Sánchez ha resultado ser una jugada maestra para descabezar a un cada día más débil PP y para desnortar a Ciudadanos que se (auto)presentaban como la única candidatura fiable.
Pero viendo el gabinete tecnócrata con el que se ha rodeado, parece evidente que Pedro Sánchez trata de llegar a las futuras elecciones en pole position sin cambiar mucho el guión exigido por las élites capitalistas. Es cierto que se ha rodeado de alguna ministra con experiencia en eso de recuperar hospitales concertados (hospitales cuyas concesionarias no han querido continuar por ser incapaces de sacarles rendimiento) y de algún ministro ilusionante (el astronauta Pedro Duque tiene la misión de cambiar la economía de este país hacia un modelo de ciencia y alto valor añadido). Pero no es menos cierto que hay otros nombramientos muy peligrosos:
Como el de Grande Marlaska como Ministro de Interior, un juez conservador, garante de que permanezcan ocultas las cloacas del Estado; la nueva ministra de economía, de cuyo puño y letra llevan saliendo los presupuestos ultraliberales de la UE y con la que se mantendrá la sintonía con Bruselas, es decir, con Merkel para mantener la economía nacional como subsidiaria de los deseos de los bancos alemanes; o como la nueva ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático que no tuvo problemas en firmar la autorización del Proyecto Castor; o como la nueva ministra de Educación decidida defensora de los programas de educación bilingües que lastran a los alumnos con menos recursos; o como Maxim Huerta, fichado como ministro de Cultura y que es una voz siempre beligerante contra la Neutralidad de la Red así como la Cultura Libre.


Ante esta situación a quienes pensamos en un mundo distinto en el que la justicia social no sea mera retórica, no nos queda otra que volver a las barricadas y las asambleas, potenciar nuevamente la movilización obrera y social, construyendo una izquierda de y para los trabajadores y por definición contraria y beligerante frente a los partidos del régimen y las élites capitalistas.


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