Comento
y valoro a mi juicio, al igual que hice en diciembre las elecciones
generales de ayer domingo, 26 de junio.
- 1.189.364 votos menos. Aumentó la abstención y no es de extrañar. Se ha repetido, o mejor dicho continuado, una campaña electoral visceral hasta la extenuación del electorado. Seguimos con un escenario en el que nunca antes había habido tantas horas dedicadas a la política, con tantos “debates” (que no dejan de ser sino batallas de gritos en el que gana no quien más razón tiene y mejores argumentos expresa, sino quien más interrumpe al contrincante) y en el que, sigue sin aparecer propuestas que saquen al país del caos social que es, de la indignidad perpetúa de una corrupción sistémica e intrínseca ni aporte soluciones que garanticen la supervivencia de los servicios públicos y de la democracia de todos y todas.
¿Alguien sabía antes de
votar qué políticas fiscales y económicas va a aplicar Podemos o
Ciudadanos para paliar el castigo que Europa nos va a infringir el
próximo miércoles cuando nos digan que “hemos” incumplido en
déficit en un 6%? ¿Alguien tenía alguna noticia de cuál era la
política del PSOE ante la situación territorial? ¿Quién conocía
las medidas del PP para paliar la fuga de cerebros (si es que de
verdad querían evitarlo)? ¿o si iban a seguir mandando a ciudadanos
a la sanidad privada o premiando la enseñanza concertada?
Con una campaña basada
en las emociones y alejada de las razones ha aumentado la desafección
de la política en un país, España, donde la democracia
carece de raigambre mientras la situación de emergencia social se ha
enquistado, quien sabe, independientemente de quien gobierne o de que
haya nuevas elecciones, si ya definitivamente.
- Trolear al encuestador, deporte nacional. Las encuestas siguen fallando de manera inmisericorde. Ni las privadas de los periódicos, ni las del CIS, ni la de a pie de urna de TVE ayer. Ninguna ha acertado, con los resultados, dando siempre menores números a los polos del bipartidismo y sobre dimensionando los resultados de Unidos Podemos y Ciudadanos.
Quizás sea que como
torear, la siesta o la tortilla, mentir al encuestador sea un bonita
costumbre vespertina, o bien pueda ser que “avergüence” decir en
voz alta que se vota a ciertas opciones, pero lo cierto es que lejos de
predecir resultados, funcionan como generadoras de corriente,
absolutamente erradas cuando entra a jugar el voto útil en
campaña.
- El puro de Rajoy. El que se fumó anoche al comprobar una realidad que no se le había aparecido ni en sus sueños húmedos. Y el que nos ha metido, una vez más, a todo quien deseé un país que no dé vergüenza ajena. Hay que reconocerle a éste señor su pachorra en la gestión del país y la confianza en si mismo y en un electorado fiel que le perdona de todo: La explosión del partido en Valencia por la corrupción (ojo que han ganado en las tres provincias y en la Comunidad Autónoma tras todo el escándalo de la Operación Taula). El uso partidista de las instituciones por su ministro del Interior para eliminar adversarios políticos. El aumento del déficit por el que Europa nos va a multar; su negativa ante el mandato del Rey de formar gobierno en la anterior ocasión; su incomprensible forma de expresarse... nada importa. Rajoy sabe que sentado y entretenido entre el Marca y el fútbol las crisis, externas o internas, se siguen sucediendo y él sigue ahí tan pancho que hasta se puede decir que se ha callado el debate de la sucesión en el PP.
La feligresía del PP ayer votó en masa, recupero a los hijos pródigos que avergonzados
por la corrupción acabaron con Ciudadanos y que han vuelto
escaldados por el pacto de estos con el PSOE y mantiene bajo raya y
pese a banderazos y marchas, el voto ultra. Mientras en
toda Europa el auge del fascismo sobrepasa a los partidos de derecha
tradicionales (democristianos y demás), aquí en #Españistan,
el PP gestiona y disfruta un voto de extrema derecha que conjuga con
el de derecha y el de centro sin que pase absolutamente nada.
- Las bolas de partido de Pedro Sánchez. Las que está salvando frente a la amenaza exterior y el cainismo interno. El PSOE sigue marcando mínimos históricos tanto en número de votos, como de diputados, y se mantiene, como segunda fuerza política del país y como primera fuerza de la “izquierda”.
Mantienen la llave de
gobierno, y en su disputa interna estará la llave a unas nuevas
elecciones. Si Sánchez consigue mantener el control, habrá
terceras elecciones (no es una broma); si no, el PSOE bien con la
abstención, bien con la “Gran Coalición” facilitará el
gobierno del PP.
La pelea estará
dispuesta y a mi juicio tiene resultado incierto, ya que el PP ha
arrebatado en estas elecciones, de carácter general no lo olvidemos,
la supremacía del PSOE en Andalucía, lo que ha debilitado
las posiciones de Susana Diaz y la vieja guardia del partido en su
asalto a la sede de Ferraz.
- El Bipartidismo resurge. Cuando ya nadie contaba con él; cuando parecía el advenimiento de un nuevo orden, la llamada al voto útil y la situación de miedo provocado por el #Brexit, ha permitido a PP y PSOE mantener el liderazgo a ambos lados del tablero ideológico.
- Y Podemos ya sabe lo que es perder unas elecciones. Perdió la izquierda. Toda la izquierda y con ella Izquierda Unida, pero quien no quiera hacer auto crítica no entenderá jamás el por qué en estos últimos 50 años la izquierda ha ido perdiendo su capacidad de respuesta ante las agresiones que la clase trabajadora ha ido sufriendo y que han traído por un lado la degradación de las condiciones de vida y trabajo instalándonos en la precariedad, el empeoramiento de los derechos y servicios sociales gracias a su mercadeo, y la más absoluta desmovilización de la masa trabajadora de este país, fenómeno para nada exclusivo nuestro, pero que en este país es una losa terrible al sumársele 40 años de dictadura fascista que eliminó cualquier expresión socialista en los años “buenos” de la socialdemocracia.
La derrota de ayer, como
digo es de toda la izquierda, pero es Podemos, y lógicamente su
líder mesiánico Pablo Iglesias y su dirección centralizada que
todo lo ha controlado y decidido, los grandes perdedores.
Del posible sorpasso
se ha pasado al mismo número exacto de diputados para la confluencia
Unidos Podemos el 26J que la suma de Podemos (y Confluencias) más
Izquierda Unida el 20D, por lo que el axioma de que “la
Unión hace la fuerza” o “sumar para multiplicar” se
ha puesto seriamente en entredicho.
Y ese entredicho no lo es
tanto por la mera operación matemática como por las formas. Y es
que para la izquierda las formas son muy importantes, casi vitales,
porque se trata de convencer a los votantes. A los ajenos, pero
también a los propios que añaden un sentido critico que nos impide
comulgar con ruedas de molino.
No han ayudado hacer
actos de campaña para vanagloriar la figura de Santa Teresa de
Jesús, el boicoteo al símbolo de todo aquel que se defina de
izquierdas, como es la bandera republicana, o el tabú hacia todo
lo que haga referencia a lo obrero, sindical o la lucha de clases.
En España, desde los
tiempos de la Segunda República, para que la Izquierda Radical
ganará unas elecciones es condición necesaria una movilización
social plena y activa, donde en los puestos de trabajo, las calles,
los bares, las comidas de familia se hable de política desde el
punto de vista de la lucha de clases, de la conflictividad laboral y
social como respuesta ante las agresiones que las clases populares
vienen sufriendo por parte de las oligarquías: Económica,
eclesiástica y fáctica.
Espero como digo la
autocrítica de todas las fuerzas de izquierda, de nosotros mismos
como votantes, pero sobretodo, por su deber y responsabilidad de la
dirección de Podemos que se ha alejado paulatinamente ya no sólo
del espectro ideológico de la izquierda y de la herencia
(idealizada) del 15M, sino además, de las formas y el respeto al
juego democrático y a la coherencia en estos 6 meses en el escenario
que ha sido el Congreso de los Diputados.
Durante las sesiones de
investidura se vio una actitud chulesca y bronca que sorprendió y
mucho por ejemplo a los cronistas extranjeros en Madrid (no está de
más desenroscarse la boina y leer prensa extranjera que para eso
está también google translate) y que hizo imposible desde la
propia noche del 20 de diciembre cualquier ilusión de gobierno de
izquierdas.
A mi, particularmente, no
deja de chocarme que gente “tan preparada y que sabe tanto”
como Iglesias, Errejón o Monedero, no comprendan que es imposible el
cambio hacia el progresismo y la dignidad que este país necesita,
sino se cuenta con las bases electorales del PSOE. Porque
evidentemente las cúpulas dirigentes del PSOE están instaladas en
la mansedumbre de cargos e intereses y corrupciones privadas, pero es
en las bases electorales y militantes donde radica el verdadero poder
de los partidos de izquierdas. Es ahí, donde se enriquecen los
discursos y se ganan los debates. Y es nuestra responsabilidad, como
miembros de partidos de izquierdas, de hacerles ver que la mejor
manera de defender sus ideales y su modelo de sociedad por el que han
luchado tantos años bajo el PSOE es votándonos a nosotros para
despojar de toda la morralla corrupta, vendida y apesadumbrada que
dirige su partido. Será su forma de recuperar el control desde la
izquierda.
Sin embargo, con los
insultos y el desprecio lo que se ha ganado es el agrupamiento de las
filas socialistas y su bloqueo hacia, quiero creer, únicamente hacia los candidatos de
Podemos.
La confluencia de Unidos
Podemos sólo podía ganar votos en las filas socialistas. O es que
pensaban en ganarle votos al PP, o a Cs. O a Bildu. O a Esquerra
Republicana. Y sin embargo con las actitudes descritas anteriormente,
se ha acabado de perder una oportunidad histórica.
Se necesita y espera la
reflexión seria, sosegada y el aprendizaje de los errores de Pablo
Iglesias. Sino se comvertirá en una rémora para los impulsos
renovadores del país y para quienes quieran asaltar el trono de la
fuerza que se quiere presentar como alternativa de izquierdas. En esa
batalla aparecen ya dos espadas. La de Iñigo Errejón y la de
Alberto Garzón.
- Izquierda Unida sigue en su encrucijada. Alberto Garzón que ha asumido de facto el liderazgo del partido tras la XI Asamblea Federal ha sido el principal impulsor de la confluencia para mejorar los pobres resultados electorales del 20D, tanto por el impulso de Podemos, como por el reparto a través de circunscripciones franquistas de carácter provincial (me niego a echar la culpa a Ley D'Hont que no es más que una forma de repartir escaños cuando es la circunscripción provincial lo que hace un voto no valga igual en un sitio y en su provincia limítrofe). Como ya he dicho, parecía buena idea y yo mismo la defendí en estas mismas líneas e hice campaña en una Asamblea no particularmente proclive a la misma.
Una vez que se certifico,
todas las encuestas multiplicaban como mínimo por 5 el resultado del
20D, lo que daría mayor margen de maniobrabilidad económica a
Izquierda Unida. Sin embargo nos hemos quedado en solamente 4
diputados, como también es lógico por el castigo a las formas de
Podemos que comentaba anteriormente.
Desde luego ha sido
imposible a buena parte del electorado de Izquierda Unida hacerle ver
las bondades de la confluencia, y hablo por experiencia propia, y
pese haber sido claros en cada una de las intervenciones de Garzón y
el resto de personas de IU, de que el objetivo no era el “sorpasso
al PSOE” sino ganar las elecciones. Y como ya he dicho
también ha sido imposible ganar a votantes desencantados con el PSOE
a la causa de Unidos Podemos.
¿Y ahora qué? El penar de Izquierda Unida va a continuar. Con su deuda bancaria.
Con un silencio mediático desde los medios tradicionales abrumador.
Y con una situación interna en el que el PCE ha conquistado por
participación los órganos de dirección e impuesto un discurso
hegemónico.
Desde luego, soy de los
que piensan, y más teniendo en cuenta la deriva al centro de Podemos
que existe un espacio ideológico de la izquierda, donde Izquierda
Unida tiene su hueco, quizás pequeño electoralmente pero inmenso en
la lucha obrera, la dignidad, la justicia social y la revolución
democrática que España y Europa necesitan, proponiendo un modelo de
sociedad frente al neoliberalismo y el fascismo que de la mano van
ganando.
Ahora bien. Habrá que
saber y posicionarse ante la deriva que el partido pueda ir tomando.
Hay rumores que hablan del desligo del Partido Comunista
(electoralmente ya lo ha hecho ante las autonómicas del País Vasco
en octubre). Se habla de la posibilidad de crear una nueva Izquierda
Unida, bajo el epígrafe Unidad Popular con las adaptaciones
necesarias para modernizar lo que ahora tenemos pero sin perder de
vista la ideología que llevamos. Otros apuntan al empotramiento en
Podemos. Estos hace un mes los veía como cantos de aguareros, pero
en las últimas semanas se encuentran variaciones en el discurso de
Garzón que invitan a pensar lo peor.
En cualquiera de los
casos y por supuesto con la supervivencia de Izquierda Unida tal cual
la conocemos, a mi, me encontraréis desde una ideología de
izquierdas clara e irrenunciable, con coherencia y sentido crítico, defendiendo a la clase trabajadora y
a los y las desfavorecidXs, su dignidad y libertad, así como la
justicia social y el establecimiento de un orden económico que haga
de los pobres menos pobres, junto con la defensa de la democracia y
la sostenibilidad del planeta.
- Perder las elecciones a un mes vista. Eso es lo que decidió el círculo de la complutense trasladado al Congreso al imponer a un cunero como nº1 a la lista al Congreso por Salamanca. Y los datos están ahí. Votos de Unidos Podemos ayer, 25,023; Votos de Podemos el 20D, 25,463. Votos de Izquierda Unida el 20D, 6.972. Es decir, más de 7.300 votos de diferencia por el menudeo de coleguillas por las provincias.
El ganar un diputado de
izquierdas para Salamanca iba a costar, pero desde luego con está
decisión (más el silencio cómplice de las direcciones provinciales
de los partidos) se tiraron al traste toda oportunidad.
Lo que algunos parecen no
comprender, o no querer enterarse, es que poco o nada tiene que ver
las campañas electorales, cuando se habla de tu electorado.
Quienes comulgan con tu ideología van a votarte si o sí en caso de
la derecha; pero desde la izquierda para garantizar ese voto, es
necesaria la coherencia. Es fundamental convencer para vencer, y no
hay mejor manera que haciendo praxis ejemplarizante de unos valores
democráticos que son intrínsecos e históricos para la izquierda, y
que no son meras palabras. Son símbolos de lucha, objetivos que
conseguir y herramientas para llegar a la victoria. Nunca son
mochilas de las que deshacerse.
Como esta actitud y empeño no ha sido puntual en Salamanca sino una constante por las
provincias, se hacen mucho más comprensibles los resultados. Quizás
dentro de Podemos no exista la critica y la intolerancia hacia la
violabilidad de sus estatuos, pero en el resto de fuerzas
participantes, o al menos en Izquierda Unida, si. Y más en
provincias donde estamos agotados de luchar contra los mismos
fantasmas, de denunciar las mismas prácticas. La gente de izquierdas
no puede votar a algo que no le convence y quien quiera debatirlo
conmigo, le puedo indicar más de 100 personas que directa o
indirectamente me han comentado tal cual, “que estas no son las
formas”, “que no les gusta el candidato impuesto”, o que "directamente no pueden ni ver a Pablo Iglesias", etc., etc.
Por eso, recalco una vez
más, la necesaria critica y el cambio de actitud.
- El globo naranja se deshincha. Albert Rivera el día que firmó el pacto con el PSOE debía saber que eso traería consecuencias en forma de perder todos los votantes que arrancó en diciembre al PP. Votantes de ida y vuelta que ahora le han dejado con un tercio menos de los diputados que tenía entonces, y la pérdida efectiva de poder de decisión dentro del juego político así como de alternativa al PP en la derecha. No le han valido ni las visitas a Venezuela, ni hacer campaña con el fútbol, ni llenar las listas de famosos, y está ante un tiempo nuevo en el que va a tener que cuidarse más de no acabar como UPYD que postularse como candidato de gobierno.
- Cataluña y Euskadi. Ejemplo engañoso de lo que pudo ser. La dirección central de Podemos y su mesías prefirieron dar libertad a las direcciones regionales y provinciales de su partido en estas regiones para construir sus listas y el resultado es un sueño de una noche de verano de lo que podía haber sido si se hubiera tratado con respeto, legitimidad y sensatez el resto de territorios.
Tanto en Cataluña, como
en Euskadi Podemos (En Comú Podem en Cataluña) ha ganado las
elecciones “regionales” y a menos de 5 meses se presenta como
favorito para desembarcar en Ajuria Enea y como alternativa
ante unas, posibles, nuevas elecciones en Cataluña.
Pero no es morado todo lo
que reluce y hay que entender que hay factores propios que han
llevado a ese resultado, sin tener tanto que ver la acción (o
inacción) de Podemos.
- En Cataluña el sólido liderazgo de Ada Colau y la situación del bloque nacionalista y las CUP han ayudado y mucho al aumento de Podemos, y aunque se hace difícil vaticinar una victoria morada en unas supuestas elecciones catalanas si se puede vislumbrar un aumento en su presencia en un nuevo Parlament y seguramente con la llave de gobierno vía pactos con el PSC o con ERC ya desligada del experimento de septiembre.
- En Euskadi, tenemos la incógnita de la respuesta del pueblo vasco ante unas elecciones autonómicas con Podemos como litigante, pero parte con una posición ventajosa toda vez que frente al silencio del PP, la inoperancia del Partido Socialista Vasco y un PNV con las manos atadas, ellos mantienen una posición centrista y dialogante ante el escenario de la paz en el proceso independentista vasco.
- El Maltrato Animal ya tiene que estar en la agenda pública. Ya como pasó en diciembre el PACMA ha aumentado sus votos (283.845 votos, un 36% más que el 20D. No tendrá escaño por las circunscripciones electorales, pese a que ha sacado casi tantos votos como PNV, que tendrá 5 diputados) y todo ello con el rubicón que ha supuesto el decreto de la Junta de Castilla y León prohibiendo la muerte y tortura del Toro de la Vega de Tordesillas (donde también han aumentado sus votos). Vuelvo a repetirme, y aunque no se haya hablado en campaña electoral (bueno, en realidad de los problemas de la gente y del país, no se ha hablado nada) cada vez más personas reclaman un debate serio y sosegado sobre el maltrato animal en este país donde se subvenciona y aplaude el maltrato animal.
- El Asilo de parásitos. Lógicamente, con todo lo expuesto el #PartidoPutrefacto ha aumentado su ya insultante mayoría absoluta en el Senado, por lo que me repito, en que toda reforma política que no pase por la supresión de esta cámara será una estafa. Desgraciadamente no será en un tiempo a medio plazo.
- ¿Qué pasará?. Pues ya lo he dicho. Realmente hay tres alternativas y ambas pasan por el PSOE. O permite el gobierno de Rajoy, con su abstención, lo que traería multitud de Decretos Ley para paliar el rapapolvo que día si y día también se llevaría el gallego en el Congreso. O se suma a una Gran Coalición neoliberal y españolista. Ambas supondrían el descalabro del PSOE, siempre y cuando desde Podemos demuestren que tienen la cabeza para algo más que para llevar sombrero.
Sino entra en ese juego,
estamos abocados a unas nuevas elecciones, porque es necesario
recordar que nuestra democracia, es parlamentaria. No bipartidista,
de segundas vueltas, ni tampoco mayoritaria. Parlamentaria. Es
decir, es en el Parlamento, con negociación y debate como se
consiguen las mayorías.
Desde luego con políticos y líderes de altura no habría hecho falta votar ayer, pero sólo
basta recordar como han sido estos últimos 6 meses (y varios años
atrás ya) para comprobar que el ombliguismo, el tacticismo, el
clientelismo y el chiste fácil y el Trending Topic dominan el
lugar donde se debería de decidir y articular la vida de las
personas.
Si hay elecciones en
diciembre, no barrunto cambios en los líderes salvo en el PSOE donde Susana Díaz saltará Despeñaperros con ganas de deglutir a Pedro
Sánchez y cuyo único resultado seguro, sería una abstención
insoportable, porque la ciudadanía ya está harta de que le tomen
el pelo, mientras el país se va por el sumidero.
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