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lunes, 27 de junio de 2016

13 valoraciones de las Elecciones Generales del 26 de Junio de 2016


 Comento y valoro a mi juicio, al igual que hice en diciembre las elecciones generales de ayer domingo, 26 de junio.

  1. 1.189.364 votos menos. Aumentó la abstención y no es de extrañar. Se ha repetido, o mejor dicho continuado, una campaña electoral visceral hasta la extenuación del electorado. Seguimos con un escenario en el que nunca antes había habido tantas horas dedicadas a la política, con tantos “debates” (que no dejan de ser sino batallas de gritos en el que gana no quien más razón tiene y mejores argumentos expresa, sino quien más interrumpe al contrincante) y en el que, sigue sin aparecer propuestas que saquen al país del caos social que es, de la indignidad perpetúa de una corrupción sistémica e intrínseca ni aporte soluciones que garanticen la supervivencia de los servicios públicos y de la democracia de todos y todas.
¿Alguien sabía antes de votar qué políticas fiscales y económicas va a aplicar Podemos o Ciudadanos para paliar el castigo que Europa nos va a infringir el próximo miércoles cuando nos digan que “hemos” incumplido en déficit en un 6%? ¿Alguien tenía alguna noticia de cuál era la política del PSOE ante la situación territorial? ¿Quién conocía las medidas del PP para paliar la fuga de cerebros (si es que de verdad querían evitarlo)? ¿o si iban a seguir mandando a ciudadanos a la sanidad privada o premiando la enseñanza concertada?
Con una campaña basada en las emociones y alejada de las razones ha aumentado la desafección de la política en un país, España, donde la democracia carece de raigambre mientras la situación de emergencia social se ha enquistado, quien sabe, independientemente de quien gobierne o de que haya nuevas elecciones, si ya definitivamente.
  1. Trolear al encuestador, deporte nacional. Las encuestas siguen fallando de manera inmisericorde. Ni las privadas de los periódicos, ni las del CIS, ni la de a pie de urna de TVE ayer. Ninguna ha acertado, con los resultados, dando siempre menores números a los polos del bipartidismo y sobre dimensionando los resultados de Unidos Podemos y Ciudadanos.
Quizás sea que como torear, la siesta o la tortilla, mentir al encuestador sea un bonita costumbre vespertina, o bien pueda ser que “avergüence” decir en voz alta que se vota a ciertas opciones, pero lo cierto es que lejos de predecir resultados, funcionan como generadoras de corriente, absolutamente erradas cuando entra a jugar el voto útil en campaña.
  1. El puro de Rajoy. El que se fumó anoche al comprobar una realidad que no se le había aparecido ni en sus sueños húmedos. Y el que nos ha metido, una vez más, a todo quien deseé un país que no dé vergüenza ajena. Hay que reconocerle a éste señor su pachorra en la gestión del país y la confianza en si mismo y en un electorado fiel que le perdona de todo: La explosión del partido en Valencia por la corrupción (ojo que han ganado en las tres provincias y en la Comunidad Autónoma tras todo el escándalo de la Operación Taula). El uso partidista de las instituciones por su ministro del Interior para eliminar adversarios políticos. El aumento del déficit por el que Europa nos va a multar; su negativa ante el mandato del Rey de formar gobierno en la anterior ocasión; su incomprensible forma de expresarse... nada importa. Rajoy sabe que sentado y entretenido entre el Marca y el fútbol las crisis, externas o internas, se siguen sucediendo y él sigue ahí tan pancho que hasta se puede decir que se ha callado el debate de la sucesión en el PP.
La feligresía del PP ayer votó en masa, recupero a los hijos pródigos que avergonzados por la corrupción acabaron con Ciudadanos y que han vuelto escaldados por el pacto de estos con el PSOE y mantiene bajo raya y pese a banderazos y marchas, el voto ultra. Mientras en toda Europa el auge del fascismo sobrepasa a los partidos de derecha tradicionales (democristianos y demás), aquí en #Españistan, el PP gestiona y disfruta un voto de extrema derecha que conjuga con el de derecha y el de centro sin que pase absolutamente nada.
  1. Las bolas de partido de Pedro Sánchez. Las que está salvando frente a la amenaza exterior y el cainismo interno. El PSOE sigue marcando mínimos históricos tanto en número de votos, como de diputados, y se mantiene, como segunda fuerza política del país y como primera fuerza de la “izquierda”.
Mantienen la llave de gobierno, y en su disputa interna estará la llave a unas nuevas elecciones. Si Sánchez consigue mantener el control, habrá terceras elecciones (no es una broma); si no, el PSOE bien con la abstención, bien con la “Gran Coalición” facilitará el gobierno del PP.
La pelea estará dispuesta y a mi juicio tiene resultado incierto, ya que el PP ha arrebatado en estas elecciones, de carácter general no lo olvidemos, la supremacía del PSOE en Andalucía, lo que ha debilitado las posiciones de Susana Diaz y la vieja guardia del partido en su asalto a la sede de Ferraz.
  1. El Bipartidismo resurge. Cuando ya nadie contaba con él; cuando parecía el advenimiento de un nuevo orden, la llamada al voto útil y la situación de miedo provocado por el #Brexit, ha permitido a PP y PSOE mantener el liderazgo a ambos lados del tablero ideológico.
  2. Y Podemos ya sabe lo que es perder unas elecciones. Perdió la izquierda. Toda la izquierda y con ella Izquierda Unida, pero quien no quiera hacer auto crítica no entenderá jamás el por qué en estos últimos 50 años la izquierda ha ido perdiendo su capacidad de respuesta ante las agresiones que la clase trabajadora ha ido sufriendo y que han traído por un lado la degradación de las condiciones de vida y trabajo instalándonos en la precariedad, el empeoramiento de los derechos y servicios sociales gracias a su mercadeo, y la más absoluta desmovilización de la masa trabajadora de este país, fenómeno para nada exclusivo nuestro, pero que en este país es una losa terrible al sumársele 40 años de dictadura fascista que eliminó cualquier expresión socialista en los años “buenos” de la socialdemocracia.
La derrota de ayer, como digo es de toda la izquierda, pero es Podemos, y lógicamente su líder mesiánico Pablo Iglesias y su dirección centralizada que todo lo ha controlado y decidido, los grandes perdedores.
Del posible sorpasso se ha pasado al mismo número exacto de diputados para la confluencia Unidos Podemos el 26J que la suma de Podemos (y Confluencias) más Izquierda Unida el 20D, por lo que el axioma de que “la Unión hace la fuerza” o “sumar para multiplicar” se ha puesto seriamente en entredicho.
Y ese entredicho no lo es tanto por la mera operación matemática como por las formas. Y es que para la izquierda las formas son muy importantes, casi vitales, porque se trata de convencer a los votantes. A los ajenos, pero también a los propios que añaden un sentido critico que nos impide comulgar con ruedas de molino.
No han ayudado hacer actos de campaña para vanagloriar la figura de Santa Teresa de Jesús, el boicoteo al símbolo de todo aquel que se defina de izquierdas, como es la bandera republicana, o el tabú hacia todo lo que haga referencia a lo obrero, sindical o la lucha de clases.
En España, desde los tiempos de la Segunda República, para que la Izquierda Radical ganará unas elecciones es condición necesaria una movilización social plena y activa, donde en los puestos de trabajo, las calles, los bares, las comidas de familia se hable de política desde el punto de vista de la lucha de clases, de la conflictividad laboral y social como respuesta ante las agresiones que las clases populares vienen sufriendo por parte de las oligarquías: Económica, eclesiástica y fáctica.
Espero como digo la autocrítica de todas las fuerzas de izquierda, de nosotros mismos como votantes, pero sobretodo, por su deber y responsabilidad de la dirección de Podemos que se ha alejado paulatinamente ya no sólo del espectro ideológico de la izquierda y de la herencia (idealizada) del 15M, sino además, de las formas y el respeto al juego democrático y a la coherencia en estos 6 meses en el escenario que ha sido el Congreso de los Diputados.
Durante las sesiones de investidura se vio una actitud chulesca y bronca que sorprendió y mucho por ejemplo a los cronistas extranjeros en Madrid (no está de más desenroscarse la boina y leer prensa extranjera que para eso está también google translate) y que hizo imposible desde la propia noche del 20 de diciembre cualquier ilusión de gobierno de izquierdas.
A mi, particularmente, no deja de chocarme que gente “tan preparada y que sabe tanto” como Iglesias, Errejón o Monedero, no comprendan que es imposible el cambio hacia el progresismo y la dignidad que este país necesita, sino se cuenta con las bases electorales del PSOE. Porque evidentemente las cúpulas dirigentes del PSOE están instaladas en la mansedumbre de cargos e intereses y corrupciones privadas, pero es en las bases electorales y militantes donde radica el verdadero poder de los partidos de izquierdas. Es ahí, donde se enriquecen los discursos y se ganan los debates. Y es nuestra responsabilidad, como miembros de partidos de izquierdas, de hacerles ver que la mejor manera de defender sus ideales y su modelo de sociedad por el que han luchado tantos años bajo el PSOE es votándonos a nosotros para despojar de toda la morralla corrupta, vendida y apesadumbrada que dirige su partido. Será su forma de recuperar el control desde la izquierda.
Sin embargo, con los insultos y el desprecio lo que se ha ganado es el agrupamiento de las filas socialistas y su bloqueo hacia, quiero creer, únicamente hacia los candidatos de Podemos.
La confluencia de Unidos Podemos sólo podía ganar votos en las filas socialistas. O es que pensaban en ganarle votos al PP, o a Cs. O a Bildu. O a Esquerra Republicana. Y sin embargo con las actitudes descritas anteriormente, se ha acabado de perder una oportunidad histórica.
Se necesita y espera la reflexión seria, sosegada y el aprendizaje de los errores de Pablo Iglesias. Sino se comvertirá en una rémora para los impulsos renovadores del país y para quienes quieran asaltar el trono de la fuerza que se quiere presentar como alternativa de izquierdas. En esa batalla aparecen ya dos espadas. La de Iñigo Errejón y la de Alberto Garzón.
  1. Izquierda Unida sigue en su encrucijada. Alberto Garzón que ha asumido de facto el liderazgo del partido tras la XI Asamblea Federal ha sido el principal impulsor de la confluencia para mejorar los pobres resultados electorales del 20D, tanto por el impulso de Podemos, como por el reparto a través de circunscripciones franquistas de carácter provincial (me niego a echar la culpa a Ley D'Hont que no es más que una forma de repartir escaños cuando es la circunscripción provincial lo que hace un voto no valga igual en un sitio y en su provincia limítrofe). Como ya he dicho, parecía buena idea y yo mismo la defendí en estas mismas líneas e hice campaña en una Asamblea no particularmente proclive a la misma.
Una vez que se certifico, todas las encuestas multiplicaban como mínimo por 5 el resultado del 20D, lo que daría mayor margen de maniobrabilidad económica a Izquierda Unida. Sin embargo nos hemos quedado en solamente 4 diputados, como también es lógico por el castigo a las formas de Podemos que comentaba anteriormente.
Desde luego ha sido imposible a buena parte del electorado de Izquierda Unida hacerle ver las bondades de la confluencia, y hablo por experiencia propia, y pese haber sido claros en cada una de las intervenciones de Garzón y el resto de personas de IU, de que el objetivo no era el “sorpasso al PSOE” sino ganar las elecciones. Y como ya he dicho también ha sido imposible ganar a votantes desencantados con el PSOE a la causa de Unidos Podemos.
¿Y ahora qué? El penar de Izquierda Unida va a continuar. Con su deuda bancaria. Con un silencio mediático desde los medios tradicionales abrumador. Y con una situación interna en el que el PCE ha conquistado por participación los órganos de dirección e impuesto un discurso hegemónico.
Desde luego, soy de los que piensan, y más teniendo en cuenta la deriva al centro de Podemos que existe un espacio ideológico de la izquierda, donde Izquierda Unida tiene su hueco, quizás pequeño electoralmente pero inmenso en la lucha obrera, la dignidad, la justicia social y la revolución democrática que España y Europa necesitan, proponiendo un modelo de sociedad frente al neoliberalismo y el fascismo que de la mano van ganando.
Ahora bien. Habrá que saber y posicionarse ante la deriva que el partido pueda ir tomando. Hay rumores que hablan del desligo del Partido Comunista (electoralmente ya lo ha hecho ante las autonómicas del País Vasco en octubre). Se habla de la posibilidad de crear una nueva Izquierda Unida, bajo el epígrafe Unidad Popular con las adaptaciones necesarias para modernizar lo que ahora tenemos pero sin perder de vista la ideología que llevamos. Otros apuntan al empotramiento en Podemos. Estos hace un mes los veía como cantos de aguareros, pero en las últimas semanas se encuentran variaciones en el discurso de Garzón que invitan a pensar lo peor.
En cualquiera de los casos y por supuesto con la supervivencia de Izquierda Unida tal cual la conocemos, a mi, me encontraréis desde una ideología de izquierdas clara e irrenunciable, con coherencia y sentido crítico, defendiendo a la clase trabajadora y a los y las desfavorecidXs, su dignidad y libertad, así como la justicia social y el establecimiento de un orden económico que haga de los pobres menos pobres, junto con la defensa de la democracia y la sostenibilidad del planeta.
  1. Perder las elecciones a un mes vista. Eso es lo que decidió el círculo de la complutense trasladado al Congreso al imponer a un cunero como nº1 a la lista al Congreso por Salamanca. Y los datos están ahí. Votos de Unidos Podemos ayer, 25,023; Votos de Podemos el 20D, 25,463. Votos de Izquierda Unida el 20D, 6.972. Es decir, más de 7.300 votos de diferencia por el menudeo de coleguillas por las provincias.
El ganar un diputado de izquierdas para Salamanca iba a costar, pero desde luego con está decisión (más el silencio cómplice de las direcciones provinciales de los partidos) se tiraron al traste toda oportunidad.
Lo que algunos parecen no comprender, o no querer enterarse, es que poco o nada tiene que ver las campañas electorales, cuando se habla de tu electorado. Quienes comulgan con tu ideología van a votarte si o sí en caso de la derecha; pero desde la izquierda para garantizar ese voto, es necesaria la coherencia. Es fundamental convencer para vencer, y no hay mejor manera que haciendo praxis ejemplarizante de unos valores democráticos que son intrínsecos e históricos para la izquierda, y que no son meras palabras. Son símbolos de lucha, objetivos que conseguir y herramientas para llegar a la victoria. Nunca son mochilas de las que deshacerse.
Como esta actitud y empeño no ha sido puntual en Salamanca sino una constante por las provincias, se hacen mucho más comprensibles los resultados. Quizás dentro de Podemos no exista la critica y la intolerancia hacia la violabilidad de sus estatuos, pero en el resto de fuerzas participantes, o al menos en Izquierda Unida, si. Y más en provincias donde estamos agotados de luchar contra los mismos fantasmas, de denunciar las mismas prácticas. La gente de izquierdas no puede votar a algo que no le convence y quien quiera debatirlo conmigo, le puedo indicar más de 100 personas que directa o indirectamente me han comentado tal cual, “que estas no son las formas”, “que no les gusta el candidato impuesto”, o que "directamente no pueden ni ver a Pablo Iglesias", etc., etc.
Por eso, recalco una vez más, la necesaria critica y el cambio de actitud.
  1. El globo naranja se deshincha. Albert Rivera el día que firmó el pacto con el PSOE debía saber que eso traería consecuencias en forma de perder todos los votantes que arrancó en diciembre al PP. Votantes de ida y vuelta que ahora le han dejado con un tercio menos de los diputados que tenía entonces, y la pérdida efectiva de poder de decisión dentro del juego político así como de alternativa al PP en la derecha. No le han valido ni las visitas a Venezuela, ni hacer campaña con el fútbol, ni llenar las listas de famosos, y está ante un tiempo nuevo en el que va a tener que cuidarse más de no acabar como UPYD que postularse como candidato de gobierno.
  2. Cataluña y Euskadi. Ejemplo engañoso de lo que pudo ser. La dirección central de Podemos y su mesías prefirieron dar libertad a las direcciones regionales y provinciales de su partido en estas regiones para construir sus listas y el resultado es un sueño de una noche de verano de lo que podía haber sido si se hubiera tratado con respeto, legitimidad y sensatez el resto de territorios.
Tanto en Cataluña, como en Euskadi Podemos (En Comú Podem en Cataluña) ha ganado las elecciones “regionales” y a menos de 5 meses se presenta como favorito para desembarcar en Ajuria Enea y como alternativa ante unas, posibles, nuevas elecciones en Cataluña.
Pero no es morado todo lo que reluce y hay que entender que hay factores propios que han llevado a ese resultado, sin tener tanto que ver la acción (o inacción) de Podemos.
  • En Cataluña el sólido liderazgo de Ada Colau y la situación del bloque nacionalista y las CUP han ayudado y mucho al aumento de Podemos, y aunque se hace difícil vaticinar una victoria morada en unas supuestas elecciones catalanas si se puede vislumbrar un aumento en su presencia en un nuevo Parlament y seguramente con la llave de gobierno vía pactos con el PSC o con ERC ya desligada del experimento de septiembre.
  • En Euskadi, tenemos la incógnita de la respuesta del pueblo vasco ante unas elecciones autonómicas con Podemos como litigante, pero parte con una posición ventajosa toda vez que frente al silencio del PP, la inoperancia del Partido Socialista Vasco y un PNV con las manos atadas, ellos mantienen una posición centrista y dialogante ante el escenario de la paz en el proceso independentista vasco.
  1. El Maltrato Animal ya tiene que estar en la agenda pública. Ya como pasó en diciembre el PACMA ha aumentado sus votos (283.845 votos, un 36% más que el 20D. No tendrá escaño por las circunscripciones electorales, pese a que ha sacado casi tantos votos como PNV, que tendrá 5 diputados) y todo ello con el rubicón que ha supuesto el decreto de la Junta de Castilla y León prohibiendo la muerte y tortura del Toro de la Vega de Tordesillas (donde también han aumentado sus votos). Vuelvo a repetirme, y aunque no se haya hablado en campaña electoral (bueno, en realidad de los problemas de la gente y del país, no se ha hablado nada) cada vez más personas reclaman un debate serio y sosegado sobre el maltrato animal en este país donde se subvenciona y aplaude el maltrato animal.
  2. El Asilo de parásitos. Lógicamente, con todo lo expuesto el #PartidoPutrefacto ha aumentado su ya insultante mayoría absoluta en el Senado, por lo que me repito, en que toda reforma política que no pase por la supresión de esta cámara será una estafa. Desgraciadamente no será en un tiempo a medio plazo.
  3. ¿Qué pasará?. Pues ya lo he dicho. Realmente hay tres alternativas y ambas pasan por el PSOE. O permite el gobierno de Rajoy, con su abstención, lo que traería multitud de Decretos Ley para paliar el rapapolvo que día si y día también se llevaría el gallego en el Congreso. O se suma a una Gran Coalición neoliberal y españolista. Ambas supondrían el descalabro del PSOE, siempre y cuando desde Podemos demuestren que tienen la cabeza para algo más que para llevar sombrero.
Sino entra en ese juego, estamos abocados a unas nuevas elecciones, porque es necesario recordar que nuestra democracia, es parlamentaria. No bipartidista, de segundas vueltas, ni tampoco mayoritaria. Parlamentaria. Es decir, es en el Parlamento, con negociación y debate como se consiguen las mayorías.
Desde luego con políticos y líderes de altura no habría hecho falta votar ayer, pero sólo basta recordar como han sido estos últimos 6 meses (y varios años atrás ya) para comprobar que el ombliguismo, el tacticismo, el clientelismo y el chiste fácil y el Trending Topic dominan el lugar donde se debería de decidir y articular la vida de las personas.
Si hay elecciones en diciembre, no barrunto cambios en los líderes salvo en el PSOE donde Susana Díaz saltará Despeñaperros con ganas de deglutir a Pedro Sánchez y cuyo único resultado seguro, sería una abstención insoportable, porque la ciudadanía ya está harta de que le tomen el pelo, mientras el país se va por el sumidero.

miércoles, 6 de abril de 2016

Ciento diez días


Llevamos 110 días desde las Elecciones Generales del 20 de diciembre. 110 días sin gobierno tras aquellos comicios. 110 días de teatrillo en las tertulias políticas televisivas y radiofónicas, y también, mucho más grave, en el Parlamento, donde se ha instalado por un lado el tacticismo político de una precampaña electoral indisimulada, aunque la disfracen de sesiones de investidura y una banalización del debate político, dejándolo para el selfie, el hagstag y el eslogán. 110 días de infoxicación informativa, con miles de artículos, horas en tv y en la radio, entrevistas, presencia mediática total de los candidatos a presidente de los 4 partidos implicados, … 110 días con unos partidos políticos encantados en su Día de la Marmota particular, con campañas, pre-campañas, elecciones, rondas con el Rey, debates de investidura mientras que los problemas de la gente siguen ahí. Se enquistan aún más.
Y 110 días más en los que la maltrecha democracia españistaní se sigue yendo por el sumidero, y en el que las víctimas de esta estafa llamada crisis siguen sufriendo desahucios, un empleo escuálido y precario, la mayor desigualdad en los países de la OCDE, unos servicios sociales, sanidad y educación con inasumibles recortes y una política fiscal esquizofrénica que merman la calidad de la democracia, la igualdad definitiva de derechos y sobretodo a las clases populares. Situaciones en definitiva, de emergencia social y también a nivel individual, totalmente límite, tras cuatro años de gobierno de derechas que ha degradado el estado del país a los años 80.
Y todo ello suponiendo de propina, una aún mayor desidia con respecto a la política, a las decisiones, que se supone deberíamos tomar entre todos y todas (con unos mínimos de información de calidad, disponible, para construir opiniones y argumentos coherentes y racionales). Estamos cada vez más cansados, hartos, cabreados por la parálisis institucional y por el deleznable espectáculo al que estamos asistiendo, con los repartos de sillones, los canibalismos varios o el mallado de líneas rojas. Esta desilusión es cada vez más patente, y cada vez más complicado encontrar a personas con ímpetu por cambiar las cosas desde la participación y la implicación.
Como consecuencia tenemos 110 días más de Gobierno del #PartidoPutrefacto, un PP sumido en la corrupción sistémica de una organización creada durante y al final de la dictadura franquista, con el único objetivo para beneficiar a las clases pudientes que se privilegiaron con la mal llamada Guerra Civil, que fue en realidad un golpe de estado, violento y genocida para anclar a este país en el medievo y sobretodo para ampliar las ganancias económicas de los de siempre.
Pero aquí estamos, 110 días después con un gobierno en funciones, con un presidente que es incapaz de entender su propia letra manuscrita, encerrado tras un plasma y partícipe por omisión y por beneficio de la trama corrupta que es en sí el Partido Popular. Un gobierno que se niega a acudir ante el parlamento, como es su obligación, porque este parlamento no es el que ha sustentado con una mayoría absolutista abusiva y fascista 4 años de políticas ultra liberales, reaccionarias y clericales. Y un presidente y gabinete en funciones que han soslayado su supervivencia política (y también judicial) a eso mismo, manoseando las instituciones para negarse a presentarse a investidura como era su deber, propuesto por el ciudadano Felipe de Borbón y por haber sido el partido más votado. Una estafa (una más en el PP) democrática; una burla al sistema que tanto se vanaglorian en defender; un cachondeo al elector (el suyo y el de otros partidos). En definitiva un bochorno más a apuntar al curriculum de los horrendos Rajoy y su consejo de gobierno.
A sujetos netamente fascistas y amorales como el ministro del Interior, Fernández Díaz, o el de industria, energía y turismo, Manuel Soria, poco les importa la avergonzante actuación de la UE con los Refugiados Sirios, o que te hayan pillado veraneando por 70€ noche en temporada alta en el Caribe en el hotel de un empresario amigo.
Y todo ello con la explosión entre medias de estos 110 días de la trama corrupta, total y absoluta, del PP valenciano (Operación Taula), demostrando lo que ya (casi) todos sabíamos que ha traído como resultado la desintegración del grupo municipal popular en el tercer Ayuntamiento del país, dejando una recua de concejales investigados, por una gestión para su lucro e interés privado y dejando la ciudad y el bienestar de sus habitantes en un pozo.
En definitiva, un partido que realmente es una mafia, y que no tiene ningún problema en valerse a través de su posición dominante en el escenario político españistaní para ir lastrando la justicia en todo lo que le compete. Como es bien sabido, cuando al Partido Popular un juicio le va mal, no cambia de abogado como haríamos todos, sino que cambia de juez, cuando no directamente, las leyes.
110 días en los que PSOE, Podemos y Ciudadanos han acelerado su invariable camino al centro del espacio electoral sin importarles caer en serios desvarios ideológicos para orgía de la hemeroteca y el donde dije, digo.
De la gran coalición que busca Rajoy y el PP, junto a PSOE y Ciudadanos, y que no ve con malos ojos la troika y el resto de secuestradores de la democracia de la UE (ya reformaron juntos el Art. 135 y en el Parlamento UE votan el 75% de las resoluciones exactamente igual), pasamos al pacto a izquierda y derecha para excluir a PP que Pedro Sánchez está promoviendo, fundamentalmente para contentar las baronías territoriales de su partido y a la detestable Susana Díaz. Pero tal triángulo amoroso de momento y hasta que las encuestas no lo precipiten parece imposible por la animadversión Ciudadanos-Podemos + Confluencias + Compromis e IU. Desde luego supone un pacto contra natura, toda vez que Ciudadanos se ha posicionado claramente como un partido neo liberal que lo fía todo al mercado sin importar lo que éste pueda infligir a los trabajadores.
La firma del pacto PSOE – Ciudadanos es a mi juicio inasumible para las bases del partido socialista y ha dejado de forma palpable el espectro ideológico de la izquierda a Podemos e Izquierda Unida. Sin embargo, lanzados en esta barca (en la que se subieron ya 50 días después de las elecciones del 20D) han surcado los rápidos del cainismo del PSOE y las contradicciones programáticas mientras se van filtrando por los medios encuestas con intención de voto e intereses ciudadanos donde todo parece quedarse como esta, salvo por las tendencias interesadas.
Por contra, la firma de este pacto, supuso la ruptura del posible Gobierno de Izquierdas (PSOE+Podemos+Confluencias+Compromis+Izquierda Unida, más la abstención de ERC y DiL) por el veto de todos estos a Ciudadanos y sus políticas iguales a las que el PP ha venido realizando estos nefastos últimos 4 años.
Pero estos 110 días no es más que la perversión de la democracia, cuando no su eliminación efectiva. No hay ejecutivo, y tampoco legislativo (unos pequeños conatos para Aumentar la Protección del Lobo Ibérico, y la presión de la anémica sociedad civil para Derogar la LOMCE o la Ley Mordaza).
En estos 110 días no hemos tenido nada más que pre campaña electoral burda y nauseabunda. Sigue sin haber propuestas reales que mejoren las condiciones de vida de los ciudadanXs y seamos capaces de paliar la desigualdad y empezar a ejercitar la justicia social. Y ahora ya la situación ha cambiado. No se ha producido el sorpasso que algunos querían, pero ya están en las instituciones y su obligación no es liderar el ranking de gracietas y Trending Topics, sino más bien cumplir con el mandato que han recibido, que en este momento, sobretodo en el caso de Sánchez, Iglesias y Rivera sentarse a una mesa y ser capaz de articular acuerdos sostenibles que cambien este país. Mandato ciudadano y electoral si, pero que parece claramente, entrar en conflicto con lo que la oligarquía, los mercados, los poderosos desean.
Desde luego esto último, es difícil, sobretodo teniendo en cuenta algunos de los personajes introducidos en la ecuación, pero existe un riesgo muy importante de deslegitimización de la democracia debido a la irresponsabilidad y el tacticismo de los líderes y las directivas de los distintos partidos políticos, que llevan 110 días preparando unas nuevas elecciones (detesto por perverso que se diga repetición de elecciones) mientras en este país, la situación social es absolutamente catastrófica.
No es baladí esto último que apunto. Las consecuencias de la deslegitimización de la democracia como mejor método de gobierno y puesta en común y consenso de la solución de los problemas de todos y todas, no son desconocidas. Y si al fascismo que organismos como la UE, el FMI o el Banco Mundial, de las élites le añadimos el respaldo de una sociedad ignorada, ávida de interés y proclive a aceptar los populismos, podemos encontrarnos con un escenario horriblemente peligroso.
Pero así estamos tras 110 días y a 26 días del 2 de mayo fecha límite para cerrar la investidura sino hay un gobierno constituido, lo que llevaría a la convocatoria de nuevas elecciones en #Españistan para el 26 de junio.

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lunes, 21 de diciembre de 2015

12 valoraciones de las Elecciones Generales del 20 de Diciembre de 2015


Comento y valoro a mi juicio las elecciones generales de ayer domingo, 20 de diciembre:
  1. Hemos tenido la campaña electoral con más partidos con opciones de gobierno y sin embargo hemos tenido a la vez, la campaña electoral con menos propuestas, menos promesas de acción de gobierno, de la democracia. Se han impuesto la emotividad de las ilusiones y el ataque furibundo rayando lo personal en vez de la confrontación de ideas, espacios y proyectos.
  2. La táctica del avestruz. Esconder la cabeza bajo tierra o tras el plasma. Dejar que se sucedan las crisis y los sensacionalismos informativos. Esperar fumando un puro, leyendo el “Marca” y viendo el fútbol a que pasen los problemas y se solucionen por si mismos, se transformen en otros o se olviden porque aparecen nuevos. Así es como Mariano Rajoy y el Partido Popular han usado estos cuatro años de mayoría absolutista, sin atajar ni uno sólo de los problemas endémicos del país, sino más bien agravándolos y dejando que se enquisten, para luego a golpe de Decreto Ley aplicar mayor desigualdad, represión o injusticia social (rescate bancario, Ley Mordaza, LOMCE, recortes en sanidad, educación, dependencia, servicios sociales, aumento del paro, precarización del empleo, “tarifazos” eléctricos,...) Todo ello adornado por una corrupción que se demuestra intrínseca al Partido Popular y a una forma de hacer política para el lucro incesante.
Pues bien, dejando pasar los problemas y apelando a una supuesta recuperación económica, engordada por los medios del capital con sus llamamientos al consumismo, continúan siendo el partido político más votado de este país. Pierden la mayoría absoluta, si, pero no conseguimos despojarlos de la máscara y descubrirlos ante la clase trabajadora (que ya sean jóvenes, jubilados o estén en edad laboral, de campo o de ciudad, hombres o mujeres) que les votan sin cesar como enemigos de las clases populares, vende patrias que sólo buscan su propio interés a costa de sangrar el interés general.
  1. Y es que cuatro años después del 15M para una parte importante de la población no ha calado el “No nos mires; Únete”, sino más bien el axioma franquista de ”haga usted como yo, y no se meta en política”. Sigue existiendo una masa de personas desideologizadas, sin sentido crítico hacia la cosa pública, la política, y donde las cuestiones y coyunturas económicas y sociales no se analizan y discurren bajo paradigmas propios cultivados por una educación democrática. Sin embargo, se dejan de lado, lo que nos da por un lado, el alto número de abstentes (35%, el más alto en las últimas elecciones generales de los países de la UE de los 25, sólo por detrás de Hungría y Polonia), y por el otro, el de ciudadanXs que sin reflexionar su voto se acogen a la opción cómoda y tradicional del bipartidismo.
  2. Ese bipartidismo, sigue su caída libre. Veremos si su final será transformarse en un nuevo bipartidismo o si por el contrario alumbrará un nuevo tiempo político donde más actores e ideologías enriquecerán los debates y las propuestas que las distintas situaciones requieran.
  3. Y si el bipartidismo sigue cayendo, pero el PP mantiene, mejor de lo esperado, su condición de partido más votado, es el PSOE, quien pierde más votos. De hecho podemos decir que es el gran derrotado de las Elecciones del 20D, ya que está vez a la nefasta labor de gobierno de su némesis en el paradigma del bipartidismo y ni apelando al manido “voto útil” han conseguido postularse como una opción seria.
Cierto es que siguen pagando la tibieza de su anterior gobierno (Zapatero) a la hora de atajar la burbuja inmobiliaria y el paro endémico, pero no es menos cierto que buena parte del cuerpo legislativo en materia de derechos sociales vino con ellos, por lo que también es importante hacer resaltar la falta de liderazgo del proyecto de Pedro Sánchez, que mantiene una batalla por el control interno del partido con Susana Díez y la trascendente federación andaluza.
Allí tampoco es que los resultados hayan sido espectaculares, por lo que deberán unos y otros aguardar disputa para otros momentos, y ahora velar por reconstruir un partido tocado, a punto de perder el faro del progresismo en España, pero que todavía hoy con sus bases son imprescindibles para construir un país mejor.
  1. Si Pedro Sánchez y el PSOE son los grandes perdedores de la noche, son Pablo Iglesias y Podemos los grandes triunfadores. Han conseguido un resultado espectacular, pero no todo lo que esperaban, y sobretodo no todo lo que la clase trabajadora necesitaba. Desde que surgieron en enero de 2014 hasta hoy han recorrido un largo camino en el tiempo y también en el espectro ideológico, tratando de aterrizar en el “centro”. Para ello ya habían renunciado a ciertas consignas y líneas programáticas de la izquierda, y para ganar en operatividad también abandonaron la horizontalidad para gestionarlo todo con una pequeña dirección centralizada en Madrid. Se dejaron atrás las primarias (que por ejemplo Izquierda Unida, en Unidad Popular han mantenido en las 52 circunscripciones, aunque sea de aquella manera) y se impusieron los dedazos y listas planchas con cuneros y con fichajes mediáticos. Esto lógicamente ataca a la línea de flotabilidad del proyecto en cuanto a su condición de articulación política del Movimiento 15M y es posible que haya restado algunos votos, pero lo cierto es que siguen creciendo y con respecto a las locales y autonómicas de Mayo ya han sobrepasado en varias autonomías al PSOE como segunda fuerza. Nunca antes un partido llegó tan lejos en tan poco tiempo. Pablo Iglesias roza el cielo y alcanza alguno de sus objetivos como dinamitar la mayoría absoluta de Rajoy así como el sistema de alternancia entre los dos grandes partidos.
  2. Pero sin duda queda un espacio para la duda. Y también a la ilusión. Aunque ha habido éxitos incontestables (Euskadi o Madrid) para la dirección de Podemos y para todXs quien ansiamos un cambio queda la política ficción de una confluencia en todo el estado español. El éxito de las Mareas Gallegas o las confluencias de Barcelona o Valencia de mayo se ha visto ampliado en estas elecciones del 20D, donde por ejemplo en Galicia se ha convertido en segunda fuerza en votos y con opciones de asaltar al gobernabilidad e la Comunidad Autónoma el año próximo.
Lo cierto es que ya se hace inevitable la deseada confluencia de izquierdas que pueda plantar cara al paradigma del bipartidismo y con su agente naranja de renovación. La duda es saber si ante este resultado electoral Podemos sigue yendo a la mesa a negociar con un aire de superioridad, alegando que probablemente IU necesite más a Podemos que viceversa. En cualquiera de los casos debemos ser conscientes de que nos jugamos la supervivencia de Izquierda Unida y de su compromiso político e ideología en defensa y en favor de la clase trabajadora.
  1. Alberto Garzón buscó personalmente la confluencia con Podemos, llevando a un nuevo cisma interno el partido, entre la parte que se cierra no sólo ya a la citada candidatura unitaria sino sobretodo a la renovación de personas muchas veces tan necesaria. Y ante la imposibilidad de lograr la ansiada confluencia, Garzón propuso una candidatura de Izquierda Unida, bajo el nombre de Unidad Popular buscando atraer a todo el descontento de Podemos que vio como se perdía el espíritu del 15M en aras de mejorar la elegibilidad del partido para el votante medio impuesta por el “Círculo de la Complutense”. Pues bien, aunque no cabe duda de que en parte se consiguió, se pudo construir una original campaña a última hora ante el silencio de los medios, en Izquierda Unida no hemos conseguido nuestro objetivo: Mantener el Grupo Parlamentario.
Desde luego que la situación interna no ha ayudado, con federaciones regionales pegando portazos, y distintos líderes de mayor o menor enjundía anteponiendo rencillas e intereses personales al interés general y del partido.
Ante el auge de Podemos y el colapso que este ha provocado en nuestro espacio electoral (que no ideológico), primero Izquierda Unida tuvo lentitud (candidatura de Willy Meyer a las Europeas), “ombliguismo” y tremendismo (pese a todo, los resultados en aquellas Europeas no fueron tan malos, y se deberían de haber buscado sinergias), después actuó con desesperación buscando una confluencia ante un pretendiente que se alejaba, quien sabe si definitivamente, de los axiomas ideológicos de la izquierda, para la final a la carrera tratar de construir una alternativa a Podemos, difícil de vender como atractiva, si hasta anteayer alardeabas de las similitudes para ir juntos.
Y seguimos sufriendo una Ley Electoral donde habiendo perdido más de 700.000 votos, quedándonos en más de 900.000 sólo conseguimos dos diputados. Mientras al PP un diputado le cuesta 58.000 votos, a Izquierda Unida-Unidad Popular le ha costado la friolera de 460.000 votos.
Y ahora llega el momento de hacer mucha auto crítica. Primero para dejar internamente las diferencias y construir partido y movimiento social, que en la calle y en el partido nos hagan recuperar al credibilidad en la lucha obrera. Después ejecutar los procesos de renovación necesarios, sin excluir a nadie y salvaguardando nuestra mochila de lucha inter-generacional, mucha de ella contra el fascismo y en la clandestinidad, en esta época de en la que la amenaza del fascismo no se ha ido, de neoliberalismo económico y capitalismo de amiguetes y luchas en las sombra. Posteriormente para por qué no buscar esa confluencia siempre reconociendo con respeto a los interlocutores pero teniendo claro que Izquierda Unida no renuncia a sus principios ni a su programa. Y es que pase lo que pase, seguiremos en la lucha fieles a nuestra ideología y en la vanguardia de la lucha obrera.
Y ahí, en ese plan, en mi pueblo, ciudad y provincia. Como concejal, afiliado, simpatizante y militante me van a encontrar. Y con la ilusión de lograrlo encontrar cómplices que nos ayuden a sobrepasar los obstáculos.
  1. Albert Rivera y Ciudadanos han demostrado dos cosas: La primera, que las encuestas más que aportar predicciones del comportamiento de los votantes, funcionan como agentes de pensamiento que buscan crear tendencia, algunas veces con más éxito que en otras. Y segundo, que se trata de un partido artificial, marca blanca del PP, con la misma ideología que estos pero sin la carga de corrupción que llevan los otros. Y si algo ha caracterizado al votante españistan medio todos estos años de pseudo-democracia, es que puestos a elegir a igual precio, y de momento votar es gratis, prefieren al producto auténtico antes que al sucedáneo. Y si encima el sucedáneo comete torpezas indiscriminadas durante toda la campaña sus resultados van a ir bajando.
Aún así es justo decir que si a Rivera y a sus clones les dicen hace un año que iban a sacar 40 diputados todavía estaba saltando en la Plaza de Catalunya desnudo y envuelto en gelatina verde. Tienen llave para dar gobierno, pero a diferencia del Ayuntamiento de Santa Marta de Tormes, no para bloquear la acción de la oposición y sacar adelante lo que decida el hermano mayor, y esta grieta es la que la izquierda tiene que aprovechar para laminar de una vez por todas este estado tardo-franquista que es España.
Lo que si que ha supuesto la irrupción de Ciudadanos como partido que disputa el espacio electoral del centro-derecha al PP, es imposibilitar en buena media el trasvase de votos entre los polos del bipartidismo, tan clásico de los sistemas políticos binarios, además de desterrar hasta una situación muy comprometida a UPyD que todo hay que decirlo, nunca en su historia, recibió la atención mediática y de opinión a favor que si que ha recibido Ciudadanos.
  1. El bipartidismo había encontrado buenos cómplices en los nacionalistas, sobretodo de derechas, tanto catalanes como vascos, como en los regionalistas canarios. Pero ante la llegada de nuevos actores, aún sin perder toda su representatividad van a venir a jugar un papel testimonial, donde deberán centrar su acción en conseguir hechos tangibles para sus regiones-estado si quieren conseguir o mantener el poder en los mismos.
    El PNV en Euskadi mantiene su representación, pero ante el avance de Podemos empieza a peligrar su posición centrista en el tablero electoral del País Vasco. Con la terrible situación de impass en la que el detestable Gobierno de Rajoy ha metido la cuestión del desarme y proceso de paz, continuamos, y aunque no aparezca en los medios, viviendo unos momentos extraordinarios para todo el pueblo vasco, y las próximas elecciones en 2017 serán decisivas.
En Catalunya el Ahora en Común de Ada Colau ya es la primera fuerza política, y tras las elecciones autonómicas de septiembre, el órdago soberanista y toda la corrupción institucionalizada de Convergencia desde Pujol hasta Mas, deja un panorama ante las próximas elecciones donde la propia Ada y la marca de Podemos en Catalunya junto a ERC (5 diputados tras desligarse del Junts Per Si Autonómico con Convergencia) y las CUP (no se han presentado a las Generales) parten con clara ventaja ante un Ciudadanos que viene a ocupar el puesto de un PP que sigue usando las cuestiones nacionalistas como estiletes para arramblar con votos en las dos Castillas o Madrid.
  1. En números absolutos, el partido que más ha subido en número de votos con respecto a las pasadas elecciones (no cuento lógicamente a los que no se presentaron) es el PACMA (Partido Animalista Contra el Maltrato Animal). Esto supone que más pronto que tarde en España, país de los toros y festejos populares donde se maltrata, subvenciona y aplaude, el maltrato animal, este tema entrará en la agenda política. No podemos considerarnos un país civilizado y una sociedad plena si toleramos esas actitudes y comportamientos lesivos contra los animales y que son vergonzosos para buena parte de la población. Decir que en unas elecciones con circunscripción única hubieran conseguido 3 diputados.
  2. El PP mantiene una mayoría absoluta en el Senado, lo que demuestra lo alejado que esta cámara, no sólo del interés general, sino de la propia realidad de la nación de naciones y del convulso momento político que tiene el país. Todo lo que no pase por la supresión de esta cámara será una estafa.
El escenario más plausible en mi opinión, será la celebración en 4 meses de unas nuevas Elecciones Generales, donde la Izquierda deberá de ir ya en una candidatura de confluencia ante un PP (y su paraguas de Ciudadanos) en el que probablemente la hasta ahora vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaria acudirá como candidata. Todo ello con el otro gran actor del bipartidismo, un PSOE donde en su interior se estarán afilando los cuchillos ante el cainismo de las distintas facciones.
Lo único cierto es que continuamos en una época trepidante y apasionante en la que nuestro país y sociedad deberán atacar la disyuntiva entre continuar languideciendo con un recambio que mantenga los artesonados franquistas o por un cambio que nos construya como una democracia plena coetánea y cohesionada con el entorno geográfico y social en el que nos encontramos y donde los ciudadanXs seamos realmente libres y dignos.

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