martes, 21 de junio de 2016

Black Metal

Hoy es el #DíaDeLaMúsica y también el primer día del verano y no se me ocurre mejor forma de celebrar el primer evento y paliar los sofocos del segundo que escuchar y escribir un poco sobre Black Metal.
No es a priori el estilo, la vertiente del Heavy Metal que más escucho, pero es innegable que grupos y temas icónicos grabado a fuego sobre iglesias de madera aparecen en mis dispositivos y estantería.
Surgido a mediados de los 80 en Europa, el Black Metal combina por un lado las letras paganas y anti-cristianas llevadas con voces guturales y sonidos rápidos y contundentes producto de guitarras muy distorsionadas, baterías veloces y la creación de atmósferas oscuras y cargadas, donde la escenografía es parte fundamental, de una representación conceptual, donde el satanismo es el leiv motiv recurrente tanto como en las letras con temas asociados al odio, la misantropia, la violencia y la sabiduría tradicional pan-europea, profundamente antimonoteísta y marcado por fuertes dosis de ocultismo.
Aunque comunmente se recurre a la explosión de bandas de Black Metal en Noruega a mediados de los 90 como origen del género, es importante hacer una pequeña cronología del mismo, yéndonos a 1979, y al álbum Black Metal de los británicos Venom. Tal título, que dio bautismo al estilo, adentro a la Nueva Ola de Metal Británico (NWOBHM) en el terreno agresivo paralelo pero independiente, sobretodo por razones geográficas, del Trash Metal que surgía en ambas costas de Estados Unidos.
Poco tiempo después en Europa surgían bandas como los italianos Death SS o los daneses Mercyfull Fate, y sobretodo quienes se convirtieron en emblema del género, en la primera mitad de los 80, los suizos Celtic Frost.
La calidad de estos así como una brutal puesta en escena fueron “popularizando” dentro de los círculos del metal el género, con lo que aparecieron numerosas bandas por todo el centro y norte de Europa que encontraron en el Black Metal su forma de expresión. Hablamos de Burzum, Darkthorne, Emperor, Sodom, Bathory, Behemont o Graveland quienes ya a finales de la década habían construido la parafernalia asociada a la música y convertido sus actuaciones en vivo, en auténticas obras teatrales, donde lo tétrico, satánico y la violencia envolvían todo bajo pario de cultos paganos y la escenificación indisimulada de los antiguos ritos de las culturas barbaras del norte y el centro de Europa, tales como recreaciones de batallas, de sacrificios, incluso humanos a imagen de los vikingos en el templo de Uppsala, o de relatos de las Sagas o las Leyendas de los Nibelungos.
Dentro de esta escenificación muy importante era la imagen de los propios integrantes de las bandas, que unían a la tramoya de casquería, sangre y vísceras (incuso reales), y las representaciones de bosques y templos mitológicos, su propio cuerpo como lienzo, con la única finalidad de imponer su visión, componiendo un retrato homogéneo e integro de las influencias e historias de las que se alimentaban.
Así, tomados de la iconografía de Kiss, llegaron para quedarse las muñequeras de pinchos, cada vez más extremos, las botas y sobretodo la pintura facial, componiendo el espectro que hoy conocemos como gótico. Llegaron los cinturones de cuero, los de municiones y los complementos normalmente de plata como anillos, colgantes, cruces invertidas con alusiones a la simbología y la idolatría a la que se admira. Todo ello con el negro como denominador común en las vestimentas. También se quedaron en el olvido los nombres propios y comunes de los músicos, siendo sustituidos por apodos de claras referencias satánicas o extraídos del acervo cultural nórdico.
En estas estamos cuando llegamos a los 90 y concretamente a Noruega, donde, junto a la explosión del género desde el punto de vista musical, al Black Metal se le añade un movimiento cultural y social, que sobrepasa los círculos musicales y artísticos hasta llegar al fenómeno sociológico.
Una serie de pequeñas bandas formadas por jóvenes músicos que se conocían entre sí y que compartían unos ideales y gustos tanto musicales, como casi reverenciales por la historia y el ocultismo, forman lo que se dio en llamar el Inner Circle, (Círculo Interno) donde aparte de desarrollar su música, iniciaron un camino que derivo en una ola de criminalidad, poniendo en jaque, la hasta ese momento, pacífica vida de los noruegos.
Lo que empezó como profanaciones de cementerios y hurtos en templos y alguna amenaza a sacerdotes, pronto paso a ser palizas a detractores o policías y más allá el hecho que más trascendió sus propias fronteras y las de la historia: La quema de Iglesias Cristianas.
52 templos ardieron, incluidos algunos de un valor histórico incalculable como las iglesias de madera de Fortun y Stavkirke del siglo XII e intentos de incendio como el de la Catedral de Nidaros tras un concierto de Mayhem.
Pero más allá fue la ola criminal que acabo con dos asesinatos y el suicidio de Per Yngve Ohlin, alias Dead, vocalista y alma mater de Mayhem, y del que después hablaré.
Y es que todo empezó en un pequeño negocio familiar en Oslo, donde Øystein Aarseth, (alias Euronymous) guitarrista de Mayhem, añadió a la librería de su padre un espacio de compra venta de discos de Black Metal y una productora con estudio de grabación incluido en el sótano. Así se fueron acercando jóvenes noruegos con las mismas inquietudes artísticas, culturales y sin no tantas perspectivas de futuro (eran los años de la Crisis Financiera Escandinava de los 90, en la que el paro en Noruega subió a un “insoportable” 12%, con un 15% de paro de menores de 30 años).
Lo cierto es que estos jóvenes añoraban el ideal histórico-cultural de Escandinavia tanto la vikinga, como la nacionalista del Siglo XIX considerando tanto la cristianización, como las invasiones tanto culturales o militares de británicos o nazis en el siglo XX, como invasiones extranjeras esforzadas en eliminar la auténtica cultura nórdica y sustituirla por costumbres ajenas e inferiores. En ese ideal de cultura toma fuerza el Vikingo, el ideal guerrero, como lectura interesada e interpretación de las Sagas (sabemos sobradamente que mucho más que guerreros, los vikingos eran campesinos y comerciantes), con la guerra y la violencia como estatus empoderador de los hombres y a la antigua religión politeista vikinga, como vástagos de Odín.
Con éste, espero que animado relato las vicisitudes del Black Metal, nos ponemos en situación para escuchar música. Diez canciones de diez grupos icónicos del Black Metal. Disfrutarlo.
10. Enslaved
Naturales de Bergen, Noruega, su nombre viene de otro tema icónico, el Enslaved in Riot de Inmortal. Su música es un retrato actualizado del Black Metal con teclados y mayor armonía en las composiciones para revestir letras de temática vikinga y ensalzamiento de los usos y costumbres de los antiguos moradores de Escandinavia.


9. Marduk
El nombre de esta banda sueca formada en 1990 salio de un antiguo dios babilónico “Marduk”. Los temas musicales de la banda incluyen lo religioso y lo filosófico del satanismo, anti-cristianismo y una mirada oscura en el pasado, incluyendo recuerdos brutales de la Segunda Guerra Mundial y las atrocidades cometidas por el Tercer Reich.
Una demostración temprana y blasfema de la banda fueron las representaciones de una monja usando un crucifijo al masturbarse, por la que fueron denunciados, aunque curiosamente nunca se les censuro en su país de origen.
Algunos títulos incluyen: “Jesus Christ Sodomized”, “Death Sex Ejaculation”, “Burn My Coffin”, “Blessed Unholy”, “With Satan” y “Victorious Weapons”. Debido al tema prominente de la Segunda Guerra Mundial, muchos han acusado al grupo de ser racista, antisemita e incluso social-nacionalista, pero los miembros de la banda han insistido que Marduk no tiene ninguna agenda política, sino que utiliza la historia de la Alemania fascista con fines artísticos y sólo música.


8. Behemont
Provenientes de Polonia, Behemoth formado en 1991 se ganó a un público local, como una banda de Black Metal tradicional, con temas tempranos de paganismo nórdico y el ocultismo. Está liderado por el cantante y guitarrista Nergal. La fusión de la mística y la imagen del Black Metal Satánico, la precisión y la brutalidad del Death Metal, la banda se mantuvo fiel a su contenido lírico que explora temas anti-cristiano, así como otras filosofías satánicas. Álbumes clave de revisar son: Satanica (1999), Thelma6 (2000) y The Apostasy (2007).
La banda casi se disolvió cuando Nergal fue diagnosticado con leucemia en el 2010. Sin embargo después de una larga recuperación, la banda volvió a plena vigencia y la música no se ha hecho menos sino que revivió su esencia de maldad. Uno de sus últimos discos se denomina The Satanist.


7. Satyricon
Esta banda de Black Metal noruega esta obsesionada con la historia medieval desde su creación en los años 90. Con los primeros álbumes se centra en los bosques y castillos de la edad media, la banda desarrolló un sonido que es hoy en día tan siniestro como el Black Metal pero aún lo suficientemente accesible para ser popular.
El arsenal secreto detrás de la furia de Satyricon es el baterista Frost, una leyenda del Black Metal con un ritmo parecido a una perforadora y la velocidad inhumana.
Liderados por el vocalista y letrista Satyr, la banda toma un enfoque moderno de black metal en bruto como Darkthrone, Bathory y Burzum, y la música inspirada por la Madre Tierra, antiguo paganismo, el ocultismo y la naturaleza del mal. Imposible no escuchar el mejor arsenal de la banda: Nemesis Divina (1996), Rebel Extravaganza (1999) Volcano (2002) y Now, Diabolical (2006).


6. Bathory
El grupo sueco formado en Estocolmo en 1983 y que se disolvió en 2004 con la muerte a consecuencia de un ataque al corazón de su vocalista y alma mater Quorthon, es sin duda el más influyente y a la vez desconocido, fuera de los círculos del Metal, grupo de Balck Metal.
Muchos grupos de este u otros géneros citan a Bathory como fuente de inspiración. No obstante fue uno de los primeros en asimilar la estética propia e identitaria del Black Metal.
Pero no sólo de lo visual beben quienes dicen tener a Bathory entre sus influencias. Musicalmente aporto muchísima densidad a la puesta en escena y a todo lo que rodeaba a la creación artística. Un disco ya es un viaje a un espacio oscuro y asfixiante donde la atmósfera pagana lo envuelve todo, desde letras originales donde se conjugan la lectura de las sagas vikingas (fueron los pioneros en ello) hasta los relatos fantásticos y tenebrosos de los siglos XVIII y XIX tanto de la literatura nórdica, británica o germana.
Sin duda, no pueden faltar en cualquier repositorio y selección de Black Metal.


5. Dimmu Borgir
 Quizás estos noruegos sean la banda más conocida del género en la actualidad. No cabe duda de que aún manteniendo la iconoclastía propia del Black Metal, el estilo y las letras, son los que de forma más sencilla consiguen encontrar hueco en festivales y espacios del heavy metal por todo el mundo. Aparecieron en 1993 y desde el primer momento dotaron de mayor raigambre al Black Metal no teniendo miedo (faltaría más) en añadirle teclados y sintetizadores, así como grabaciones con orquestas fil armónicas y órganos con el objetivo indisimulado de sumar sonoridad y construir un edificio musical capaz de aguantar sus letras con toda su carga de anticlericalismo, anti-cristianismo, profundamente paganas y huérfanas de un pasado medieval glorioso.

Como curiosidad, decir que Dimmuborgir (no el nombre de la banda) es un lugar en el norte de Islandia, donde las leyendas cuentan que es una entrada o la puerta hacia el infierno, "Dimmu" significa oscuridad, y "Borgir" podría significar ciudad, pueblo, castillo o vivienda.
 


4. Dark Funeral
Al salir de Suecia en los años 90, Dark Funeral está en la misma liga que los contemporáneos Gorgoroth y Marduk. La banda se convirtió en realidad justo en el pico de la explosión del Black Metal noruego, en una época en que la música sombría igualó un estilo de vida masoquista y violento de los artistas del Black Metal: asesinatos, quema de iglesias, el satanismo, la auto-mutilación, el suicidio, las drogas y su abuso e incluso en algunos casos, la homofobia y el racismo.
La música de Dark Funeral se centra más en las representaciones literales de los bajos fondos, el infierno y el Fin de los Tiempos en sus álbumes, que incluyen muchos himnos de Black Metal sinfónico, nocturnos, y melódicos dedicados hacia el odio, la misantropía, la adoración al diablo y las artes negras. El sonido de Dark Funeral es angustioso aún melódico, hermoso pero destructivo; y es aún mejor experimentado en el entorno vivo, sus espectáculos a menudo consisten en pinturas de cadáveres, sangre, fuego, pentagramas, muerte y pinchos.


3. Deicide
Lejos, muy lejos del frío de Escandinavia, apareció esta banda de Black Metal estadounidense formada en 1987. Los de Tampa, Florida, realizan un completo homenaje musical a Satanás, en confrontación abiertamente contra el cristianismo, con cada álbum y concierto. El nombre del grupo significa literalmente la muerte de Dios. Su miembro fundador, bajista y vocalista es Glen Benton, es consistentemente un profundo y demoníaco satanista, mientras que sus letras son consideradas blasfemia. No es ninguna sorpresa que la banda suscita controversia entre muchos grupos fundamentalistas cristianos con álbumes como Once Upon the Cross (1995), Serpents of the Light (1997), In Torment In Hell (2001), y To Hell With God (2011).
Benton incluso se tatuó una cruz invertida en la frente, para probar su lealtad al Señor Oscuro, aunque los ex compañeros de banda han puesto en duda su sinceridad en los últimos años. A pesar de numerosos cambios en la alineación, Deicide actualmente cuenta con el baterista/miembro fundador Steve Asheim, y los guitarristas Jack Owen y Kevin Quirion.
Al principio de la carrera de la banda, Deicide fue perseguido por las protestas de la Iglesia, los grupos de derechos de los animales que denunciaron la tortura de animales, e incluso varios pleitos que alegan la música influenciando al suicidio, crimen, e incluso asesinato.
Deicide está entre las tres primeras bandas de metal más altas de venta de todos los tiempos (junto con Cannibal Corpse y Morbid Angel).

2. Gorgoroth
No existe una banda con un show en vivo, un concierto y una escenografía tan auténtica y tan propia del Black Metal, como la de esta banda fundada en 1992 por el guitarrista Infernus, el vocalista Hat y el batería Goat Pervertor en la ciudad de Bergen (Noruega).
A un estilo especialmente denso y endemoniadamente vertiginoso le suman una puesta en escena en la que no les ha importado contar con artistas del sadomaso y fakires para representar crucificiones y martirios, así como sacrificios satánicos.
Las cabezas de cordero y las vísceras tienen su espacio en el escenario como los amplis y las guitarras. Incluso durante unos años, sólo tocaban en salas con un sistema de incendios de riego por aspersión. El motivo era que en vez de llenar los depósitos con agua, los llenaban con sangre de carnero y durante el tema final en la gira del Incipt Satán, When Love Rages Wild in My Heart, los accionaban para llenar a toda la platea de sangre.
Las demandas se sucedieron, y primero tuvieron que “avisar” a la entrada, para luego regalar un chubasquero con un pentáculo, y después, tras paso por Estados Unidos a solamente tocar en salas que tuvieran riego por aspersión con varios depósitos independientes. Se cuenta que llegaron a rociar a la gente con 4.000 litros de sangre.
Hoy en día, siguen siendo una de las bandas de culto, con una legión de seguidores en todo el mundo. Sus espectáculos matienen la raya de la polémica, mientras su música, su voz gutural y sus letras de ensalzado de la violencia y el paganismo no aflojan


1. Mayhem
Formado en 1984 en Noruega, Mayhem es un sonido infernal y un estilo de vida violento como epítome de verdadero Black Metal noruego. La banda ha pasado por innumerables cambios en su formación desde su inicio. Inspirados inicialmente por la talla de Slayer, Celtic Frost, Venom, Judas Priest y Motörhead. Pero a medida que pasaba el tiempo la música se hizo más rápida, más oscura, más violenta y sombría, con temas y letras deprimentes, macabras e incluso satánicas se centraron en la muerte y el ocultismo. El cantante original de la banda, “Dead” se suicidó al volarse los sesos con una escopeta en 1991 (imágenes tomadas por el guitarrista de la banda de Euronymous están en el álbum de contrabando en vivo Dawn of the Black Hearts), pero incluso la muerte de Dead no ralentizó a la banda.
Poco después de esto, más violencia se produjo alrededor de la banda, incluyendo al bajista original de Varg Vikernes (Burzum) que cometió una juerga de incendios provocados en iglesias, para proclamar su odio por el cristianismo; y el eventual asesinato de Euronymous, por Vikernes en 1993, justo antes del lanzamiento del álbum quintaesencia de Mayhem, “De Mysteriis Dom Sathanas”, una frase en latín que significa ritos secretos misteriosos del Señor Satanás.
El disco salió en 1994, cuando Vikernes fue condenado por el asesinato de Euronymous. El álbum también contiene inquietantes letras escritas por Dead antes de su suicidio, y las últimas canciones grabadas por Euronymous antes de ser asesinado. Casi 20 años después del caos literal, Mayhem la banda ha sobrevivido a la primera década del siglo XXI, y actualmente cuenta con sus miembros originales, el baterista Hellhammer, y el bajista Necrobutcher, junto con el cantante clásico Atilla Csihar y guitarrista Teloch.
Actuaciones de la banda en el pasado incluyen sangre, cuchillos e incluso cabezas de cerdo en pinchos de metal. Con siete álbumes de larga duración en su haber no hay luz que podrían frenar a estos veteranos impíos del Black Metal

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