Viñeta El Roto
Junto a ella encuentras apellidos como
idílica, consenso, reconciliación, estabilidad, democrática,
futuro o progreso. Pero no tuvo nada de aquello. Y encima ya está en
las últimas, dando los postreros coletazos, resistiéndose como gato
panza arriba al despertar del pueblo.
Es la transición. Ese período del dejarlo todo atado y bien atado con el que supuestamente se dió por terminada la dictadura fascista (con la muerte del dictador en la cama), para promover un sistema legalista, al modo de El Gatopardo de Lampedussa: "Cambiamos todo, para no cambiar nada".
Cualquier conocedor de historia política y con perspectiva, lo daría por terminado en 1992 con la apertura interncional del país plasmada en los acontecimientos de aquel año. Sin embargo 20 años después ha seguido siendo el escenario sobre el que la vida pública española se ha desarrollado. Un escenario que es verdad, fue votado, pero puesto como única opción por parte del régimen saliente bajo la amenaza de otra rebelión por parte de las fuerzas armadas (el famoso "ruido de sables") y que planteaba el olvido de toda justicia para con el pueblo, lo que permitiría mantener toda la orquestación franquista, con sus ventajas económicas y sociales para quienes se lucraron bajo el regímen a costa de la sangre y sudor del pueblo.
Pero como digo ahí tenemos a la transición, con su sistema político, convertido en casta, aferrándose a la supervivencia en sentido marxista. Y dentro de esa lógica, el siguiente palo de la mesa era el más deteriorado a imagén pública: la monarquía. Y por eso, el rey Juan Carlos abdicó en su hijo Felipe, tratando de aprovechar que medio país tenía en vena la catársis futbolística con exacerbación patriótica, para con la inestimable ayuda de esa casta, representada en el bipartidismo (y ojo, que yo considero bipartidismo también a los nacionalistas conservadores vascos y catalanes, que han mantenido el cotarro) y a toda prisa aprovechar el momento para proclamar al nuevo rey y así salvar la monarquía, y con ella España. Y lo que no dicen: el nepotismo, la corrupción sistémica y la falta acuciante de democracia que el pueblo exige.
Hoy se ha producido en Madrid el proceso y festín de proclamación del nuevo rey, con su Rolls Royce comprado por Franco, sus banderitas repartidas por el ay-untamiento de la capital, sus antidisturbios, sus francotiradores y su buena represión a toda protesta de índole Republicana que no sólo pedía República como modelo de estado, lo cual, cualquier conato de censura ya es un ataque directo a las libertades de expresión y opinión, sino también y esto es mucho más grave, un cierre de las instituciones, supuestamente elegidas por todos, a la reclamación pública y masiva de mayor democracia y participación del pueblo, en este caso vía referendúm. Es una vez más, el cierre por parte de la casta y el sistema oligárquico franquista que gobierna #Españistan de las puertas de "su democracia", de "su legalidad ", a un proceso de empoderamiento por parte de la ciudadanía.
De entre esas herramientas con las que se vale el régimen de la transición esta la prensa de más o menos carácter oficial, cuyo propietario es el capital neoliberal, que bien sea a través de los canales de televisión generalistas, las radios tradicionales y los periódicos nos han vendido un proceso de abdicación y entronación del nuevo rey sin fisuras, con pleno apoyo del pueblo, como algo novedoso, vitalizante, en una suerte de alabanzas sin criticas ni final hacia la familia real, tanto en la loca cabeza de familia, con el pusilánime del vastago. Lástima que no encontraron la colaboración de la selección de fútbol, que ayer y en 6 días de mundial ya quedo eliminada, como parte natural de un ciclo deportivo. Hubiera resultado orgásmico.
Pero todo esto no es más que una farsa. No hay apoyo del pueblo a la causa monárquica. De hecho dudo poderosamente de que ese apoyo llegase a un 50%. Tampoco creo que el apoyo a un sistema republicano llegue a un 50%. Sino que situó a ambos en torno a un 30% ó 35%, con el resto de la población absolutamente indiferente al tema, porque el problema grave de #Españistan es la educación. Sobretodo la falta de espíritu crítico, apertura de miras y la autogestión tanto en el consumo de información como en su análisis.
Y es posible, o casi seguro, que gran parte del desapego a la monarquía, como institución, y a las personas que la llevan, por los últimos escándalos que han aflorado en la familia real, con matrimonio real muerto y de postureo, yerno con sus negocios, infanta cómplice, y familia heredera repelente y distante.
Pero también viene por la terrible situación del país. Vivimos en #Españistan en estos momentos una crisis económica, fruto de la desregularización de los mercados por parte de los gobiernos neo-liberales que convirtió la economía mundial en una suerte de casino en el que siempre ganan los mismos, incluso cuando hay pérdidas, puesto que directamente socializaron las pérdidas desde las instituciones financieras que controlaba el ala de Friedman (Unión Europea, Reserva Federal, Banco Mundial, OMC,...) o los gobiernos nacionales.
Toda esa actuación de los representantes, supuestamente, elegidos por nosotros para que nos representasen, ha traído en todo el mundo, un proceso de abrir interrogantes sobre las puertas traseras que el capitalismo diseñó en las democracias occidentales, y de como funcionan esos canales para que tanto economía, como democracia funcionen muy bien para unos pocos y lastimosamente mal para la inmensa mayoria del planeta (con gradualidades).
Pues bien a esa falta de democracia en el gobierno del mundo, se une la especial condición de España, con esa transición cómoda para los vencedores de la barbarie llamada Guerra Civil, con su ausencia de justicia y su exceso de comodidades para unos pocos (grandes capitales e iglesia). La deslegitimización de la democracia en España es en estos momentos brutal, fruto del gobierno de la Casta, en forma de bipartidismo del #PartidoPutrefacto y #PPSOE, llena de corrupción y escasa de la voz del pueblo.
Los que se han encargado de modificar la Consitución, que tanto se llenan la boca en defender, con el artículo 135 que antepone el pago de la deuda ilegítima a las necesidades sociales. Los que han defendido los recortes en sanidad y educación, en servicios sociales. Son los vendepatrias que permiten día tras día más deshaucios y han vendido paquetes de viviendas de protección oficial a fondos buitres extranjeros que exprimen su función social para expropiar su rentabilidad. Han legislado a favor de las empresas y grandes capitales de manera abusiva llevando a los trabajadores a subsistir en condiciones de cuasi esclavitud, con una bajada de las rentas del trabajo y su capacidad adquisitiva inversamente proporcional a los rendimientos conseguidos por las rentas del capital y del patrimonio heredado. Son los mismos que han ordeando a sus perros guardianes apalear a la ciudadanía en las calles, cuando está se ha dignado, o se le han hinchado los cojones lo suficiente, para salir a las calles a reclamar lo que es de todos. Son los que indultan a violadores y corruptos, dejan libres a fascistas, traficantes de droga por imposición de las potencias exteriores, dejando en la indefesión a propios compatriotas, cuando no generando presos políticos por apoyar una huelga o por pensar diferente.
Este es el caldo de cultivo en el que la sociedad española esta cogiendo la temperatura suficente como para agarrar con sus propias manos e ideas, su destino, empoderarse y ser capaz de desarrollarse como sociedad plena, adulta, democrática, progresista y libertaria. Pero también es el caldo de cultivo sobre el que ni el rey saliente (cazador, putero, amigo de intransigentes religiosos que consideran a la mujer un apéndice molesto), ni el entrante se han pronunciado nunca. No han defendido ni una sóla vez al pueblo que esta sufriendo la falta de democracia y la desvergüenza de un sistema económico que nos condena a ser carne de cañón, para gusto de Alemania, la estabilidad, los mercados o lo más plausible, las oligarquías que mandaron con Franco y siguen mandando tras morir este en la cama hace 40 años.
Hoy, el 67% de la población no voto la Constitución del 78. Ni siquiera la modificación del artículo 135 (lo que la convierte a todas luces en ilegal y antidemocrática). Las calles y redes se han llenado de llamamientos al referendum, a la consulta al pueblo, que no sólo trae la dicotomía Monarquía o República, sino también un nuevo modelo de estado más social, democrático, representativo, libertario y en el que los poderes públicos sean de verdad representantes del pueblo y cuiden de él, con las garantías necesarias y en el que los excesos del capital sean controlados por el poder político público que ayude a mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos, sin excepciones.
Hasta Felipe de Borbón, aún siendo principe, a la pregunta de una ciudadana
para que promoviese un referendum sobre el modelo de estado, le espeto
con un "ya has conseguido tu minuto de fama". Esta es la legitimdiad del sistema. De la transición democrática españistani; la que no quiere que el pueblo se pronuncie y exprese.
Por lo tanto, como ninguna persona es más ni menos que otra persona, ¡Abajo la Monarquía!, ¡Viva La República!
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