Es
fascinante. Tengo que admitirlo. Con rabia y desesperación, con un
dolor en el ánimo y en las ganas de luchar. Pero lo han hecho. Lo
han vuelto a hacer. Han conseguido, una vez más, que su corrupta,
inepta y vergonzosa actuación pase desapercibida. No les cueste ni
un misero voto, y ni mucho menos nadie va a dimitir o va a comparecer
ante los medios o ante el Parlamento a explicar qué cojones sucedió.
40.000
millones. Cifra redondeada de los 40.078 millones que el actual
Gobernador del Banco de España explicó el pasado viernes en sede
parlamentaria se dan por perdidos del rescate bancario. Es decir, de
los 54.353 millones de euros en ayudas concedidas entre 2009 y 2016 a
favor de la “re-estructuración” bancaria, sólo van a recuperar
un 26'2% del total. 14.275 millones de nada. Los grandes gestores. Y
esa recuperación es en un “escenario optimista”. Con dos
cojones.
Sería
todo ello de risa si desde 2008 con el estallido de la burbuja
inmobiliaria para reunir ese quimérica cantidad de dinero para un
ciudadano de a pie, no hubieran tenido que laminar la sanidad pública
de todos, la educación de todos, los servicios sociales de todos a
base de inmisericordes recortes. Soportar impuestos abusivos al
consumo, tasas surrealistas sobre cualquier relación con la
administración. Y por supuesto destrozar el mundo del trabajo,
dejándonos a todos (y aún más a todas) aspirando a puestos
mediocres, precarios, mal pagados, sin ninguna seguridad. En
definitiva, no hubieran podido hacerlo sin el esfuerzo a escote de
todos. De todos nuestros cojones (y ovarios).
Y
se quemaron sólo los nuestros, tanto esfuerzos como cojones, porque
los que ya venían de casa agraciados, los que nos metieron en la
vorágine crediticia, en la estulticia de la burbuja del ladrillo,
los que se lucraron salvajemente y lo sacaron todo y más a paraísos
fiscales, no han tenido que poner un (puto) duro. A ellos les
favorecieron las amnistías fiscales (tócate los cojones si eso no
es destrozar una sociedad y una “Constitución”), y no contentos
con ellos saquearon las arcas públicas con nuestros derechos
(sanidad, educación, pensiones, servicios sociales, cultura, etc.)
que tanto trabajo nos había costado durante generaciones para
“re-estructurar” el sector bancario. Mis cojones.
Y
es que lo que llaman “re-estructurar” el sector bancario fue en
realidad pagar por la cara de todo el país las pérdidas que en el
mercado financiero acarrearon quienes ya se habían lucrado
suficientemente cuando la cosa pintaba bien, y no había dios obrero
con cojones de pagarse un mini piso en éste país, que todo se nos
olvida. Pagamos las deudas, y ni olimos los beneficios. Luego nos
mintieron diciendo que esto era necesario, para que el colapso no
fuera mayor, para después mentirnos aún más a la cara, para contar
milongas sobre una supuesta recuperación económica, que se estaba
creando empleo, y encima empleo de calidad. Y mientras en esas
páginas de color sepia de los diarios de economía que nadie lee, se veía
como se devolvían saneaditas,
sin el personal echado a la calle casi gratis, con clientes y casi beneficios los bancos
y cajas a sus antiguos dueños o a otros más generosos en el reparto
de sobres. Qué puta cara y qué cojones tienen.
Pero
los verdaderos cojones, los cojonazos, son los de la gente de éste
país. De acuerdo que “se rompe España” y Catalunya (gracias,
entre otras cosas a los cojonacos de Rajoy fumando puros y leyendo el
Marca) va a ser un estado independiente. De acuerdo que si Venezuela,
que si los atentados, que si el deporte, que si Eurovisión y lo que
tu quieras, pero si nos han robado en la puta cara, no es por los
cuatro mataos que hemos intentado durante años que despertéis,
despeguéis los cojones del sofá, y salgamos a las calles a luchar
por lo que es justo, es necesario, y es de todos (y de todas).
Todos
conocemos casos de empresas que por faltar 20€ de la caja han
despedido como procedente, con posterior aval judicial incluido, a
trabajadores. Y aquí han volado el presupuesto anual de Educación,
o la mitad del de Sanidad, o la tercera parte de lo que se paga en
pensiones en un año y no pasa nada. Absolutamente nada. Lo han
vuelto a conseguir, una vez más, que “no os metéis en política”.
Dejamos que nos hayan hecho la del birlibirloque, y mientras nos
agitan la bandera, nos han robado la cartera. La de hoy, la de mañana
y la de pasao.
Pero también la de vuestros hijos, incluso la de vuestros nietos.
Tenéis
los cojones muy grandes y muy negros por permitir lo que está
pasando. Esta estafa, éste descalabro colosal, fruto de años de
latrocinio, corrupción, sinvergoncería y canalladas ya no es sólo
responsabilidad de Rajoy, Aguirre, Aznar, Felipe, de los Borbones, o
de otro montón de fachas. Esto ya es responsabilidad “vuestra”,
por aceptar éste robo a cara descubierta, y con tonos jocosos y
cachondeito.
España
tiene muchos problemas. El primero de ellos una población
cojonudamente ignorante del poder que tiene. Con los cojones, y la
preparación necesaria para empoderarse y exigir, ya de verdad, sin
quechuas, ni batucadas, dignidad y justicia social.
¿A
qué cojones esperáis para empezar la revolución que necesitáis?
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