sábado, 23 de diciembre de 2017

Banderas de nuestros enemigos


No puedo negar que en los últimos meses tratando de preservar mi salud mental, me he desconectado de las noticias y la actualidad, tanto si venía de los medios convencionales pro sistema y pro capital, como también de los medios alternativos. No me apetecía, y sigue sin hacerlo, intoxicarme con la continúa “última hora” del procès. Estaba agotado de la sucesión de irresponsabilidad y la esperpéntica bajeza moral y catadura política tanto de la derecha liberal españolista, como de la derecha liberal catalana o “soberanista”. Y tampoco me parecía, ni me parece, agradable observar como la izquierda, acomodada (PSOE-PSC) o nueva (Podemos-En Comú Podem) o alternativa (IU y también la CUP) perdían la perspectiva, el liderazgo del discurso y la exposición de defensa de las clases trabajadoras mientras se inundaban las calles de banderas.
Pero con todo, no puedo pasar la necesidad de dejar plasmada unas pocas ideas generales de lo acontecido los últimos meses y minutos antes del Madrid vs Barça de las 8 de la tarde, hora de China (#OdioEternoAlFútbolModerno).
Después de que el PP por mero electoralismo sacará lo que era un debate político como el Estatut para meterlo en el judicial. Tras el referéndum “ilegal” y sin garantías del 1 de Octubre. Las amenazas y represión policial que coronaban más de 2 años de perpetúo inmovilismo de Moncloa y el PP. Tras más amenazas de la jefatura del Estado. Tras la Declaración Unilateral de Independencia que duró 7 segundos. Tras el encarcelamiento de los líderes de la Sociedad Civil Catalana, la huida del Presidente de la Generalitat y el encarcelamiento de un montón de cargos del Parlamento y Gobern catalán (me preguntó donde queda la inmunidad parlamentaria a la que se agarran tantos cuando se trata de corrupción). Tras la intervención vía 155, único artículo de la Constitución que realmente importa. Y por último, penúltimo episodio de este serial, las elecciones del pasado jueves 21 de diciembre.
Con una participación histórica por encima del 80% y en día laborable, la sociedad catalana no sólo no soluciono el problema político entre Catalunya y España, sino que además entrego una mayoría absolutísima a quienes pactan recortes, privatizaciones de los servicios públicos, ayudas a la banca privada y las grandes constructoras, a quienes deslegitiman la lucha obrera y la dignidad de los servicios y derechos sociales. A quienes se tapan la misma corrupción. A quienes oprimen al pueblo en base a represión y leyes mordaza. En Catalunya, en España y en Europa.
Ciudadanos venció en número de votos y diputados, pero le será imposible formar gobierno, ante la suma de PdeCat (antigua Convergencia) más ERC, más previsiblemente a CUP. El PSC sobrevive mal que bien en su propia deriva a la destrucción, mientras el PP se hunde sin importarle porque aventura grandes resultados en un futuro no muy lejano en las Castillas, y sobretodo en Madrid, que es donde esta la pasta. En Comú Podem (Podemos) se estrella de forma inapelable incapaz de poner en juego un discurso de diálogo y de defensa de la vida de la gente, de sus derechos, de la educación y sanidad públicas, y de una clase trabajadora que no sea pisoteada y humillada.
Se viene otro buen número de meses de portadas y ultimísimas horas sobre el tema catalán que taparan las toneladas de corrupción, ignominia y desastrosa gestión del PP de los derechos de todas y todos. M. Rajoy y la organización corrupta que dirige y se anquilosa en el gobierno saben que pueden mantenerse y seguir oprimiendo al pueblo y deshaciendo lo poco que le queda a la clase trabajadora. Separados en procesos horizontales como el nacionalismo, ahondan mucho más en las brechas sociales de carácter vertical como son los de clase social. Nadie va a hablar de corrupción, de socialización de las perdidas de las grandes empresas, pero tampoco de pobreza energética, de nefasta gestión de los suelos y del agua, del cambio climático, de la criminal y sin vergüenza gestión de refugiados e inmigrantes, de una ciencia ignorada y laminada, de suministros vitales por las nubes y de alimentación por la estratosfera. La derecha catalana y la derecha española las más corruptas de la Europa Occidental siguen su alianza, su huida hacía adelante para escapar de su propia responsabilidad, sortear a la depauperada justicia y timar y estafar a la sociedad civil.
En definitiva, el pueblo catalán, dividido, no ha resuelto nada, y sin embargo nos vamos a encontrar con un Parlament, que pasado el momento de negociación y reacción para establecer un Govern, no tendrá ningún problema para imponer más recortes y privatizaciones, más conciertos en la sanidad y en la educación públicas y desmontar el sistema público de pensiones en favor de planes elitistas privados. Efectivamente y como expreso el maestro Bakunin, con el juego de las banderitas han dividido a la sociedad, mientras ellos, los poderosos y sus representantes podrán imponer el destino de la única bandera y el único color que les interesa y preocupa: el del dinero y sus oligarcas intereses.
Así que aquí, desorientados y divididos nos vemos quienes creemos en otro sistema que no condene al 98% de la población a la indignidad y al sufrimiento. El capitalismo y el fascismo siguen imparables su marcha y no podemos más que recapacitar y plantear estrategias que empoderen a la ciudadanía para luchar contra dos fenómenos que se retroalimentan por interés y porque en definitiva, vienen a mejorar y perpetuar un estado de las cosas que conviene al establishment y a los privilegiados.

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