No
puedo negar que en los últimos meses tratando de preservar mi salud
mental, me he desconectado de las noticias y la actualidad, tanto si
venía de los medios convencionales pro sistema y pro capital, como
también de los medios alternativos. No me apetecía, y sigue sin
hacerlo, intoxicarme con la continúa “última hora” del procès.
Estaba agotado de la sucesión de irresponsabilidad y la esperpéntica
bajeza moral y catadura política tanto de la derecha
liberal españolista,
como de la derecha
liberal catalana
o “soberanista”. Y tampoco me parecía, ni me parece, agradable
observar como la izquierda, acomodada (PSOE-PSC) o nueva (Podemos-En
Comú Podem) o alternativa (IU y también la CUP) perdían la
perspectiva, el liderazgo del discurso y la exposición de defensa de
las clases trabajadoras mientras se
inundaban las calles de banderas.
Pero
con todo, no puedo pasar la necesidad de dejar plasmada unas pocas
ideas generales de lo acontecido los últimos meses y minutos antes
del Madrid vs Barça de las 8 de la tarde, hora de China
(#OdioEternoAlFútbolModerno).
Después
de que el PP por mero electoralismo sacará lo que era un debate
político como el Estatut
para meterlo en el judicial. Tras el referéndum
“ilegal” y sin garantías del 1 de Octubre.
Las amenazas y represión policial que coronaban más de 2 años de
perpetúo inmovilismo de Moncloa y el PP. Tras más amenazas de la jefatura del Estado. Tras la Declaración
Unilateral de Independencia que duró 7 segundos.
Tras el encarcelamiento de los líderes de la Sociedad
Civil Catalana,
la
huida del Presidente de la Generalitat
y el encarcelamiento
de un montón de cargos del Parlamento y Gobern catalán
(me preguntó donde queda la inmunidad parlamentaria a la que se
agarran tantos cuando se trata de corrupción).
Tras la intervención vía 155,
único artículo de la Constitución que realmente importa. Y por
último, penúltimo episodio de este serial, las elecciones
del pasado jueves 21 de diciembre.
Con
una participación histórica por encima del 80% y en día laborable,
la sociedad catalana no sólo no soluciono el problema
político entre Catalunya y España,
sino que además entrego una mayoría absolutísima a quienes pactan
recortes, privatizaciones de los servicios públicos, ayudas a la
banca privada y las grandes constructoras, a quienes deslegitiman la
lucha obrera y la dignidad de los servicios y derechos sociales. A
quienes se tapan la misma corrupción.
A quienes oprimen al pueblo en base a represión y leyes mordaza. En
Catalunya, en España y en Europa.
Ciudadanos
venció en número de votos y diputados, pero le será imposible
formar gobierno, ante la suma de PdeCat (antigua Convergencia) más
ERC, más previsiblemente a CUP. El PSC sobrevive mal que bien en su
propia deriva a la destrucción, mientras el PP se hunde sin
importarle porque aventura grandes resultados en un futuro no muy
lejano en las Castillas, y sobretodo en Madrid, que es donde esta la
pasta. En Comú
Podem
(Podemos) se estrella de forma inapelable incapaz de poner en juego
un discurso de diálogo y de defensa de la vida de la gente, de sus
derechos, de la educación y sanidad públicas, y de una clase
trabajadora que no sea pisoteada y humillada.
Se
viene otro buen número de meses de portadas y ultimísimas horas
sobre el tema catalán que taparan las toneladas de corrupción,
ignominia y desastrosa gestión del PP de los derechos de todas y
todos. M. Rajoy
y la organización corrupta que dirige y se anquilosa en el gobierno
saben que pueden mantenerse y seguir oprimiendo
al pueblo
y deshaciendo lo poco que le queda a la clase trabajadora. Separados
en procesos horizontales como el nacionalismo, ahondan mucho más en
las brechas sociales de carácter vertical como son los de clase
social. Nadie va a hablar de corrupción, de socialización de las perdidas de las grandes empresas, pero tampoco de pobreza energética,
de nefasta gestión de los suelos y del agua, del cambio climático,
de la criminal y sin vergüenza gestión de refugiados e inmigrantes,
de una ciencia ignorada y laminada, de suministros vitales por las nubes y de alimentación por la estratosfera.
La derecha catalana y la derecha española las más corruptas de la Europa Occidental siguen su alianza,
su huida hacía adelante para escapar de su propia responsabilidad,
sortear a la depauperada justicia y timar y estafar a la sociedad
civil.
En
definitiva, el pueblo catalán, dividido, no ha resuelto nada, y sin
embargo nos vamos a encontrar con un Parlament,
que pasado el momento de negociación y reacción para establecer un
Govern,
no tendrá ningún problema para imponer
más recortes y privatizaciones,
más conciertos en la sanidad y en la educación públicas y
desmontar el sistema público de pensiones en favor de planes
elitistas privados. Efectivamente y como expreso el maestro Bakunin,
con el juego de las banderitas
han dividido a la sociedad, mientras ellos, los poderosos y sus
representantes podrán imponer el destino de la única bandera y el
único color que les interesa y preocupa: el del dinero y sus
oligarcas intereses.
Así
que aquí, desorientados y divididos nos vemos quienes creemos en
otro sistema que no condene al 98% de la población a la indignidad y
al sufrimiento. El capitalismo y el fascismo siguen imparables su
marcha y no podemos más que recapacitar y plantear estrategias que
empoderen a la ciudadanía para luchar contra dos fenómenos que se
retroalimentan por interés y porque en definitiva, vienen a mejorar
y perpetuar un estado de las cosas que conviene al establishment
y a los privilegiados.
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