En
la última semana, en la normalidad democrática de España, se ha
procedido al despido de un periodista por un rótulo en una pieza de
información de Televisión Española; se ha llevado a cabo la
encarcelación de un rapero por sus letras de denuncia de la
corrupción real y contra el sistema; dos policías nacionales fuera
de servicio acosan a una chica de 14 años y le pegan una paliza a
ella y a su padre quien salió en defensa de su hija; en las
manifestaciones en contra de esta inviolabilidad policial, la policía
carga con violencia llegando incluso a utilizar munición de postas
causando dos heridos. Ante el fallecimiento de un ex-gal condenado por terrorismo se suceden panegíricos elogiando su vida sin que se atisbe la respuesta judicial por enaltecimiento del terrorismo. Se permite una manifestación nazi en el centro
de Madrid en las que se lanzan soflamas contra “rojos”,
“maricones”, “mujeres” y “judíos” destacando el discurso
de una chica de 18 años (acompañada de varios sacerdotes) que
pasa a recibir una atención mediática como “musa
del falangismo”.
Se llevan a cabo multitud de manifestaciones en favor de la libertad de
expresión y por la excarcelación del rapero Pablo Hásel. La
mayoría de ellas sin incidentes (aunque en casi todas hubo
provocación de elementos de derecha y las fuerzas policiales),
llegando a la violencia provocada por los antidisturbios en Madrid y
Barcelona, que se salda con varios detenidos y heridos, entre ellos
una joven que ha perdido un ojo en la ciudad condal. Por supuesto, la
derecha política y mediática, saca la brocha gorda para imponer su
relato, atacando a la izquierda y dando más valor a un contenedor
quemado que a una mujer gravemente herida por la brutalidad policial.
Todo esto en una semana de normalidad democrática en España. Donde
gobierna, no lo olvidemos, una coalición de izquierdas.
No
voy a cometer el error de no condenar la violencia. Condeno y lucho
contra la violencia. Sobretodo condeno la violencia policial. Esas fuerzas “de seguridad del
estado” que detentan el poder de la violencia institucional y que
carecen de la más mínima ética y sometimiento a las normas cívicas
y democráticas que en teoría nos hemos dado todos.
A
estas horas y éste día seguimos esperando, y podemos esperar
sentados, a una condena de las asociaciones profesionales de los
colectivos de fuerzas de opresión del estado. También podemos
sentarnos y esperar las explicaciones del ministerio de Interior. Y
son improbables no sólo el cese de este señor que nunca debió ser
nombrado Ministro, sino ni siquiera una triste reprobación por el
Congreso. Marlaska es un juez que ocultó y legitimó las torturas en
el País Vasco y con esos antecedentes jamás tendría que tener
ordeno y mando sobre quienes se supone, nos tienen que proteger. Más
si cabe cuando la preocupación de las policías de este estado está
con los contenedores de basura y no con las personas; cuando su
empeño es garantizar el sistema económico por encima de las
libertades civiles de la población, como si un escaparate roto fuera
más grave que una persona silenciada, oprimida y repudiada. Y donde
además, estos elementos a los que damos placa, esposa, porra y
pistola y un sueldo, todo ello pagados con nuestros impuestos en
contra de otras cosas más elementales y necesarias, muestran una sintonía con la extrema derecha que indigna y avergüenza.
Allí y en esas ocasiones no vas a ver a la policía deteniendo, ahostiando, reventando ojos o ni siquiera, multando. Allí verás a agentes, cayetanos, pijos y fachas, compartir risas y fotos, desfilar con rojo y gualda y venerar mutuamente el tardo franquísmo españistaní que les permite a unos y a otros, en conjunción, dedicarse a oprimir a la clase trabajadora y abusar de sus riñones como lacra parasitaria que ambos son.
Ni
el PSOE ni Unidas Podemos, ni desde dentro del Gobierno (donde pasan
semanas sin reparar tropelías y ganar en democracia derogando por
ejemplo leyes lesivas como la Ley Mordaza) ni desde sus grupos
parlamentarios son capaces de poner coto a la sucesión de
acontecimientos que son consecuencias lógicas de la crispación que
el contexto actual (pandemia, crisis económica sistémica de un
capitalismo depredador y sin límites, crisis ecológica, crisis de valores democráticos, éticos y morales y
crisis política de un estado fallido) provoca en la sociedad.
Si
pensamos que sentados en casa, escribiendo en el blog y tuiteando,
vamos a recobrar dignidad y avanzar en mayor democracia y en justicia
social estamos muy equivocados. Nos equivocamos si evocamos con
romanticismo las luchas del pasado, del siglo XIX y del siglo XX,
donde la práctica totalidad de los deberes y derechos civiles se
adquirieron a base de fuego y estopa. Porque no fue un camino de rosas y batucadas
precisamente aquello. La libertad y el modelo de bienestar que no se
extendió más que para un 20% de la población mundial se logró
entre otras cosas por movimientos revolucionarios y contestatarios. Pero sobretodo las conquistas sociales y laborales se lograron a base de esfuerzo, de conciencia e identidad y de tener muy claro que había que revertir el orden institucional, para conseguir un mundo mejor para todas y todos.
Bien organizados y dispuestos a asumir la respuesta a la acción
violenta de cuerpos y fuerzas de seguridad del estado (del estado de las cosas) y fuerzas contrarrevolucionarias. Y también
de unos medios de comunicación al servicio del poder oligarca y
siempre dispuestos a construir un relato que legitime el estado de
las cosas, con todo el dolor e indignidad que nos asola.
No
se ganó en libertad, dignidad y justicia social con palmas, tambores
y lemas cuquis. Fue con huelgas, con desobediencias civiles,
asumiendo costes en dolor, prisiones y multas. Fue con violencia,
incluso con atentados. La sociedad está harta por muchas cuestiones.
Y este hartazgo crece a medida que se ven frustradas las expectativas
de cambio y de mejora de la situación, primero individual, pero
también colectiva.
Hace menos de un mes estuve viendo la serie Antidisturbios. Como he estado en desahucios, huelgas, piquetes y manifestaciones me he visto con ellos. Ya sé cómo funcionan y porque me producen asco y repulsión. La serie me sorprendió por la crudeza y verosimilitud con la que son retratados y además y de propina, y para que todos tengamos claro que no son más que herramientas del poder oligarca y corrupto, son empleados como matones a sueldo que favorecen los chanchullos de las élites.
Frente a la violencia y el discurso que legitima su opresión, nuestro convencimiento, repulsa y lucha. Como dicen los Chikos del Maíz, "Antes como mierda que defiendo vuestra ley"; "Antes pongo el culo en esquinas, que me hago madero".
Doce
días después de escribir esto hemos tenido la misma climatología,
salvo un día de lluvia. Once días anticiclónicos, con variedades
térmicas de más de 15º entre la noche y el día llegando a máximas
por encima de los 20º. Prácticamente no llueve, menos nieva, y la
situación empieza a trasladarse a los hospitales donde la gente ya
está un mes antes en las consultas de alergología y atención
primaria.
Los
incendios forestales vuelven a asolar las resecas montañas
asturianas y cántabras en pleno invierno. Mientras
en Estados Unidos han sufrido una sucesión de borrascas alimentadas
por frío artíco que ha desplomado las temperaturas a sus índices
más bajos desde que hay registros. Los tifones e inundaciones se
suceden por el sudeste asíatico y en Australia sufren las
temperaturas más altas de la historia, superándose semana a semana.
Estas
noticias del tiempo ponen negro sobre blanco y una vez más, la
evidencia palmaria del cambio climático como proceso derivado del
calentamiento global y el efecto invernadero provocados por el hombre
y su actividad económica y productiva. Es el uso de hidrocarburos
para alimentar el comercio global de transportesde personas y
mercancíasel
principal causante del calentamiento global, con las decisiones
políticas en
clara línea para mantener su supremacía en el sistema económico
que tampoco se discute en términos de sostenibilidad ambiental. Las
ganancias de comisionistas, especuladores, lobbistas, sátrapas e
inmorales de todo pelaje y condición están por encima del bienestar
de las personas y del entorno en el que vivimos.
El
uso y abuso de pesticidas y fertilizantes de procedencia química e
industrial. Los procesos de deforestación para generar pastos,
macro granjas y explotaciones mineras. El predominio de plástico como material de referencia
en las relaciones humanas que acaba en los ecosistemas y hábitats,
especialmente en el marino. Hábitos de consumo masificados e irracionales. Políticas nulas, entregadas a las empresas privadas,
en materia de reciclaje y reutilización. Individualismo exacerbado.
Desfilparro del agua dulce… todas ellas son hechos que también
degradan el medio ambiente, terminando con incontables especies
vegetales y animales en las últimas décadas y poniendo en grave
peligro a otras muchas actualmente.
La ONU ha advertido de que la situación se está volviendo irreversible
por momentos, que urge ya tomar medidas drásticas para tratar de
revertirla y ha aportado datos tanto científicos como sociológicos
del impacto que la contaminación provoca en nuestras vidas y en
nuestro bienestar, cifrando en más de 800.000 muertes las producidas
en España por la contaminación desde el año 1990. 9 millones cada año en todo el mundo.
Por
eso, desde hace un tiempo está creciendo la indignación ante no
sólo la falta de acción política y empeño en llevar a cabo la
Agenda 2030 de la ONU de lucha contra el cambio climático (entre
otros muchos temas que vendrían a mejorar la convivencia en nuestro
mundo), sino también hacia los pasos atrás de negacionistas,
imbéciles como Trump y especuladores con claros intereses económicos
que reniegan del cambio climático, doblan apuesta por la quema de
hidrocarburos en vez de marcar una agenda de energía verde y además
lanzan multitud de mensajes para convencer a la población de que no
existe tal emergencia.
En
este blog ya he hablado en alguna que otra ocasión de la desazón
que me produce ver a la juventud parada, ausente en las disputas y
luchas que como clase trabajadora y como colectivo social debemos
emprender para mejorar la situación y garantizar un futuro próspero
donde la justicia social no sea sólo retórica. Huérfana de
liderazgo tras el 15M y los movimientos Occupy del año 2011 hasta
que una joven sueca de 16 años llamada Greta Thumbergha levantado la voz para con aplomo, conciencia y coherencia llamar la
atención sobre la problemática del cambio climático y la necesidad
de como sociedad, exigir acción política y económica para
revertirlo y paliar sus efectos.
El
movimiento Fridays
for future,
nace con un único mandato político, exigir la actuación de las
autoridades contra el cambio climático. Pero
a su vez en estas semanas a su primera gran movilización global,
éste viernes 15 de marzo, ya ha conseguido dos hitos que anticipan
el que será su gran e inmediato éxito: Poner el tema medioambiental
y la lucha contra el cambio climático en la agenda de los partidos,
los medios y las administraciones políticas.
Esos
dos hitos a los que me refería son dejar en evidencia a la derecha
capitalista negacionista y también a las nuevas posiciones “verdes”
dentro del capitalismo como ya han hecho los chalecos amarillos en
Francia con Macron y su revisionismo liberal.
Científicos,
sociedades y las propias administraciones están demostrando como la
mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero (hasta un
63%) las hacen 90 multinacionales por todo el mundo, llegando en
Europa hasta un 60% por sólo 5 de ellas. Así se hace
incomprensible, además de inmoral, querer hacer que sean las clases
trabajadoras a base de impuestos las que paguen la transición
ecológica de los emporios empresariales y financieros que se
benefician de actividades económicas, efectuadas sin ninguna
responsabilidad medioambiental, ni ética.
Por
eso es una gran noticia que la juventud se haya levantado con
conciencia y sentido de pertenencia por la lucha contra el cambio
climático. Esta toma de responsabilidad, éste empoderamiento, es
vital para que todos juntos, nos sumemos sin distinciones de bandera
a un gran movimiento que a través de la exigencia de políticas
contra el cambio climático, conseguir mejorar y dar mayor empaque
democrático y de justicia social a las sociedades en las que
vivimos.
Con
una plataforma como es Fridays
for future
se puede y se debe lanzar ideas como la nacionalización de la red de
transportes, la exigencia de la transición hacia energías verdes,
renovables, un mayor reparto equitativo de la tierra, mejorar hábitos
de consumo con una educación que favorezca tanto el autoconsumo,
como el consumo de cercanía. La reducción de los plásticos. La
eliminación y persecución de las prácticas capitalistas de
obsolescencia programada. Un urbanismo más racional. Perseguir el
abuso del uso del coche privado cuando existen medios de transporte
colectivos garantizados por la administración…
Son
tantas las medidas y tan necesarias que es una emocionante y
magnífica noticia que la juventud se haya erigido en vanguardia por
su lucha. Ya vemos como el poder, la oligarquía, no va a hacer nada
si no le ponemos en su sitio y se lo exigimos. De hecho, no tienen
problemas en negar la palabra a una joven de 16 años en el Europarlamento como pasaba el otro día. Ningunean la convocatoria en
sus medios de comunicación. Y siguen cuidándose de lanzar proclamas
en clave negacionista o de que ya se están haciendo cosas en la
materia.
Frente
al conglomerado capitalista que se beneficia de un sistema económico
desigual, irracional, hiper financiado y contaminante está la
sociedad civil ya en marcha por su futuro y por la sostenibilidad y
la salud del planeta. No podemos más que sumarnos y participar
activamente, de una vez por todas y conseguir que la lucha contra el
cambio climático se convierta en el principal problema que tenemos,
porque si no lo paramos ya, millones de personas seguirán muriendo,
el dolor y el sufrimiento también llegará a donde nunca había
llegado, y el futuro que dejemos a las siguientes generaciones, no
será tal porque nos habremos cargado nuestro hogar.
Un gran sábado. Un gran 15 de octubre. Un gran día para la ética y la moral; la filosofía y la política. Un gran día para la humanidad. La ilusión sigue viva, incluso más fuerte, hasta más homogénea. La revolución ha tornado el camino de lo inevitable y necesario y se hará con los ciudadanos, atentos, abiertos e informados como garantes para construir un mundo mucho más humano, ético, sostenible y saludable.
La situación actual de un mundo deprimido económicamente ha encontrado una respuesta unánime y firme de gran parte de la ciudadanía, desde los jóvenes y las generaciones más preparadas de la historia, hasta ya personas jubiladas con su impagable bagaje y experiencia. El pasado sábado, 15 de octubre, se puso a nivel planetario la manifestación por vías pacíficas (salvo en la unitaria de toda Italia, en Roma, donde entre infiltrados policiales y antisistema reventaron la convocatoria) de toda la indignación, cabreo y propuestas de solución que el pueblo tiene y siente que puede ofrecer para que las élites dirigentes y gobernantes, se enteren de que un nuevo orden esta en marcha. Y su construcción será la mejor noticia para el planeta.
Si se pensaban que ya se había acabado equivocados estaban. El movimiento 15M, la indignación española, se ha convertido en un fenómeno y realidad mundial. La situación actual de crisis, recortes en derechos y libertades; la mentira del capitalismo salvador con sus cómplices de corrupción y especulación ya no se sostienen y el sábado en las calles del mundo se demostró. El que millones de personas en todo el planeta salieramos a las calles, en más de 80 países, 1000 ciudades, en todos los husos horarios, en todas las latitudes y continentes a expresar nuestra indignación y repulsa al capitalismo exacerbado y liberticida, desde Nueva Zelanda, hasta Nueva York, pasando por Tokio, Bruselas, Paris, Madrid, Salamanca, Lisboa, Dakar, Rabat, Santiago de Chile, ... no deben de sorprender a nadie. Es más es una gran noticia, la noticia de que el la gente de este mundo esta despierta, movilizada, informada y dispuesta al cambio. La construcción de un mundo mejor es la tarea.
El innegable éxito de la movilización del 15O es un hecho. Estaban claras y no sorprenden los ataques y las mentiras de la ultraderecha y la derecha neoliberal, desde las instituciones que gobiernan con usurpación de las libertades, el raciocinio, como también de sus ignomiosos medios. La ausencia de cifras oficiales, los ataques conservadores no van a frenar nuestro impetú por hacer una sociedad y un sistema económico y social, en el que se prime el trabajo y a las personas, en vez de la sinvergonzería, la cara más dura y la especulación y corrupción. Siempre las libertades, derechos y deberes están y estarán por encima de la especulación, la mentira y el robo sistemático que tan sólo son capaces de producir. Ya esta bien, ya se acabó, que la única salida a la crisis, comteplada por los dirigentes, tanto de los países como de los principales organismos económicos internacionales, sean más oleadas de neoliberalismo económico.
Recortar en sanidad, educación y pensiones no es la solución, es intolerable y se lo vamos a impedir. No podemos escuchar más las voces de los inútiles y chorizos que nos han metido en esta situación que deprime al 99% de la población mundial para usufructo del restante 1%. Y la realidad, pase lo que pase va a cambiar. Es previsible la victoria de la derecha en España, de los mismos responsables que se han lucrado y propiciado este clima de crisis, o mejor dicho estafa, desmantelado, privatizado y concertado servicios públicos. Lo harán por omisión de una parte importante de la ciudadanía que se mantiene adormecida y aborregada, en una falsa sensación de comodidad y entretenimiento falaz y absurdo, pegados a la televisión o comprando los mismos pantalones en distintas tiendas, del mismo grupo empresarial. Su actitud es la que es, y se lucha por cambiarla, por informar y educar cívicamente a toda la sociedad, para ser consciente de que no se pueden dejar atropellar por las mentiras, el falso terror identitario, y las falsas sonrisas de chorizos de cuello blanco que ya se llenaron los bolsillos en la época de Aznar, lo están haciendo en las Autonomías con sus despilfarros y robos a cara descubierta, y ansían continuar el esquilme y la imposición de su intolerable visión medieval y gregaria.
No es mucho mejor el otro lado de la pinza bipartidista. El PSOE ha obviado su ideología y programa; ha despilfarrado el crédito de sus avances sociales y de la casi materializada derrota del terrorrismo vasco, sin dar la pena que dieron algunos en el pasado. Pero abrazaron el dogma liberal y los recortes y son cómplices de consagrar, nuestra antaño inviolable Constitución, al dictado de los mercados. No me gusta el muelle burgues catalán y vasco. Xenófobos, retrógrados y codiciosos aprietan las costuras al traje parlamentario español y rapiñan las migajas que caen. Incluso en concubinato, con nocturnidad y alevosía, tratan de soslayar la herramienta de representatividad del estado español, con su ya favorable ley electoral, para minimizar el número de diputados amparándose en los ahorros y la austeridad, pero que sirve sobretodo para borrar el rastro de las voces discordantes. Así son sus mentiras. Eliminar el Senado o cuando menos dejarlo como un espacio de diálogo, debate, foro y legislación al servicio de las CCAA en el que participasen sus gabinentes (ya elegidos y pagados) no les interesa.
Sin embargo nació el 15M, y su indignación, sentido crítico, espíritu informativo y regenerador, vocación de servicio público, y planetamiento para crear un nuevo sistema político, económico y social que ponga a España en el siglo XXI y cambiar el mundo con todo lo que supone, sigue vivo, vigente y aún más poderoso. No somos ni una pataleta de acomodados, ni un canto al sol de la rabia juvenil. Somos un movimiento ciudadano, aglutinador y con unos objetivos y señas de identidad bien claras. No nos valen los partidos y sindicatos tradicionales (aunque en alguno de estos haya signos para la regeneración). Ni la capitalista, esclavista y egoísta derecha; ni un PSOE en ruinas; ni una izquierda alejada de la realidad, enfangada en sus continúas diferencias. Ni tampoco territorialismos. Esto es un movimiento sin fronteras, ni banderas. Porque los Indignados buscamos lo que nos une e ignoramos lo que nos separa, algo que no identifica a los partidos representativos del siglo pasado. Somos desesperados, disconformes, indignados, honestos, cabreados, olvidados, ninguneados, timados, defraudados. Y a la vez ilusionados, activos, informados, voluntarios, involucrados en la construcción de algo mejor. En más justicia social.
Después de la constatación y alegria de que el movimiento ciudadano sigue vivo y vigente. No hay tiempo para dormirse. La estrategia a de ser clara y todos podemos y debemos participar de ella. También incluso para hablar y evitar los errores, como las okupaciones en Madrid o Barcelona aunque hayan tenido el gran gesto de cederlo para familias de deshauciados, o por ejemplo en Salamanca, la sempiterna manía de tener que acabar si o si en la Plaza Mayor. No podemos permitir que nuestras diferencias les den la partida a la maldad y la codicia de los agentes tradicionales PPSOE con todos sus medios afínes y la ceguera provocada en las trincheras a muchos ciudadanos. La indignación y el hartazgo de la sociedad es nuestro arma y motor, la razón por lo que todo esto ha surgido y va a continuar y en esa reflexión del Movimiento 15M es donde hay que hacer hincapie para ir escuchando a todos los ciudadanos que en los barrios de ciudades y en los pueblos nos hagan llegar cualquier voz y relato de las víctimas de una situación que no hemos provocado, y que encima quieren que paguemos, para que se puedan llevar sus cuantiosos bonus e indemnizaciones. Pero pronto nos van a indemnizar a nosotros por su avaracia, su mentira enquistada llamada capitalismo.
Este sistema esta claro que no funciona, y es el deber de la ciudadanía mostrar su hartazgo y cansancio. Plantear alternativas y regenerar la sociedad, es el reto, para un nuevo mundo más humano, moral, cercano, y en el que con todo el esfuerzo y el potencial poder ir dejando la injusticia y el sufrimiento a un lado.
Unas cuantas fotos de la manifestación en Salamanca:
Anteriores No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros:
Jordi Évole, el Follonero, el hombre que se atreve a hacer en un medio como la Tv, las preguntas que todos tenemos y que son necesarias para una saludable democracia.
Cuando eramos ricos: El despilfarro de las administraciones en este país llamado España, compuesto por 50 regionalismos y provincialismos que sumado a un pueblo sumiso y cuasi analfabeto y unos gobernanes mediocres e idiotas, tiene 50 aereopuertos. Alemania, 18.
Por qué el 15 de Octubre hay que salir a las calles, ¿Qué nos jugamos?
La fractura social sigue su curso. La recesión global es inminente, cuando de la primera todavía no se ha salido. En Occidente, el 95% de la población está viendo sus derechos recortados, su estado de bienestar segado. La calidad democrática, si es que alguna vez la hubo, brilla por su ausencia, y las libertades corren el riesgo de quedar como un bello epitafio de las luchas sociales y obreras del siglo XIX y XX. En los últimos 30 años, la oligarquía goberntante del planeta, el pensamiento único (neoconservador) ha trabajado plenamente, con oscurantismo y secretismo para generar las condiciones necesarias para postergar a la humanidad a una nueva Edad Media. Con teles de plasma eso sí. Han promovido una falta de educación y valores en el mundo alarmante durante todos estos años, y ahora que la gente se ha empezado a mover incluso antojan volver al estado de guerra. A su profesor de menos hoy, le seguirán 4 policias mañana. Pero nuestra propuesta y manifestación es justa, verdadera y mucho más efectiva. Porque la verdad, la justicia y la sociedad es nuestra predisposición. No tenemos egoísmos, pese a que luchamos por lo nuestro; por lo que nos dejaron nuestros antecesores con su sangre, sudor y sus manos y mentes y espíritus desde el primer momento de lucha colectiva. Nos jugamos nuestra libertad, y el partido va a acabar con la victoria de la calle, la victoria del pueblo.
Si en Occidente la situación es precaria; no podemos imaginar en África o el resto de zonas depauperadas del planeta. Es denigrante, indignante el sistema de funcionamiento de este planeta, y ya es el momento de cambiarlo. Cambiarlo a nuestro antojo y necesidad, volver a poner las personas y el entorno natural en primera línea de la acción política. Necesitamos respuestas para la mayoria de la sociedad y de los habitantes, y una falaz cortina de supuesta democracia, que sólo sirve para los intereses de unos pocos, ávaros y eternos, manipuladores de la realidad, que carecen de la humanidad necesaria y por supuesto de la legitimidad para decidir con su egoísmo y egocentrismo como primera medida, el destino, vida y muerte, salud y sufrimiento de la inmensa mayoría del planeta. Queremos un sistema para las personas y por las personas. Se va a acabar la dictadura del capital y su supremacía en el gobierno de las cosas de este mundo. Fin de la especulación, la mentira y la corrupción. Mañana en las calles de todo el mundo, movilizados todos los indignados del planeta, gracias a internet. Londres, Neoyorkinos en Wall Street a las puertas del símbolo del mercado y de las agencias de rating que deciden mandar a la bancarrota a todo un país, joder, a todo un país; en Chile, Grecia, Francia, Brasil, Mexico, Berlin, el Magreb, Siria (aunque con otras visicitudes regionales) o hasta en China.
Evidentemente la inestabilidad social no la genera el #15o sino los hechos.
El malestar erupciona por numerosos puntos del mundo, es ya un estallido global,
no puede ser casualidad. Lo asombroso es que todavía una gran parte de la
sociedad permanezca impasible. Atados por el miedo, la manipulación o la ceguera
todavía creen que la crisis se resolverá. ¿Por los métodos aplicados hasta
ahora? Cualquier ser racional asocia. ¿No ven el vía crucis de los portugueses?
¿No se preguntan por qué cuántos más ajustes se practican más dinero debe Grecia
por ejemplo? ¿Cómo pueden aceptar que se entreguen 200.000 millones de euros de
dinero público a los bancos, mientras se crucifica a los griegos por 8.000? ¿No
miran el monto global de lo aportado al sistema financiero y a los países? ¿Y
los requisitos para unos y otros?
Una respuesta global a un problema global es más que razonable, diría
incluso que deseable. A pesar del patético intento de la derecha española de
atribuir el problema al actual gobierno y postularse como salvadores, lo cierto
es que ni el gobierno es la causa (independientemente de que sus respuestas
hallan sido o no las mejores en cada momento) ni ellos tienen capacidad de
solucionar nada. El problema surge del derrumbamiento de un sistema económico y
financiero mundial insostenible y del intento de los que controlan ese sistema y
se benefician de él (especuladores) de mantenerlo en pie a costa de paises y
ciudadanos. Los gobiernos indivuduales ( de izquierdas o de derechas) tienen
poca o nula capacidad de respuesta si quieren mantenerse en el actual sistema
económico internacional, y no dudan en sacrificar a sus ciudadanos en aras de
calmar a unos mercados insaciables en una autodestructiva huida hacia adelante.
Sólo una respuesta política global puede cambiar las cosas, pero la clase
política, anclada en sus privilegios, sus miedos y sus servidumbres no es capaz
por si sola de cambiar nada.
Lo que estamos viviendo probablemente sea una de las primeras
manifestaciones de democracia global. La sociedad civil de múltiples Estados
está logrando coordinarse para expresar su descontento generalizado con un orden
politico y económico que, más allá de las idiosincracias locales, está
fracasando por no hacer de la persona y del disfrute y garantía de sus derechos
más básicos, su verdadera razón de ser. Los indignados de todo el mundo están
exigiéndole a las clases dirigentes que dejen de ser casta y tengan el valor de
echarle el pulso a la avariciosa mano invisible y que renueven su compromiso con
la igualdad política, eje de la democracia moderna. Los indignados del mundo
están logrando coordinarse. ¿Serán los políticos capaces de estar a la altura de
las circunstancias y coordinarse, también ellos, a escala global, para regular
el mercado, ponerle límites a la plutocracia económica y garantizar así la
posibilidad de la justicia resdistributiva?
La intensificación de las políticas neoliberales como respuesta a la
presente crisis no hace sino aumentar el listado de motivos para salir a la
calle este 15 de octubre. La crisis económica ha desembocada en una profunda
crisis social y, actualmente, un 20% de la población en el Estado español vive
por debajo del umbral de la pobreza. Lo que significa más malestar e
indignación. Hoy, la emergencia de un nuevo ciclo de movilizaciones a escala
global testimonia el rechazo social creciente a las políticas en curso. El
movimiento de l@s indignad@s y las políticas promovidas por gobiernes y elites
económicas apuntan a dos lógicas antagónicas de salida a la crisis. Y este
renacimiento de la contestación popular significa la base para reconstruir un
nuevo proyecto de transformación de la sociedad.
Es el momento de unir pancartas, gritos, consignas, camisetas e ilusiones. Mañana habla la gente, habla el ciudadano, el pueblo, la sociedad. No, nos representan; ni los mercados, ni sus secuaces y títeres; no, no queremos más conservadurismo moral, económico y social. Se acabó. Queremos libertad, bienestar y lo vamos a conseguir. La lucha comenzó hace 5 meses y mañana salta de Sol, de Plaza Catalunya, de las plazas de los pueblos y ciudades de toda España, a todos los países, a toda la civilización occidental.
Camisetas verdes frente a mochilas JMJ
Parece ser que el PP de Madrid, no sabiendo cómo contraargumentar las
protestas por sus infames recortes en educación, ha puesto a sus
sabuesos jurídicos (lógico que los ricos tengan los mejores sabuesos de
caza) a buscar alguna trampa legal por la que atacar a la marea verde de
profesores, alumnos, padres y ciudadanos que se oponen a que cuatro
espabilados hagan el agosto privatizando la educación. Y han encontrado
un argumento plenamente filosófico, moral y político: El PP de Madrid denunciará por fraude a los que distribuyen las camisetas verdes.
Al parecer está mal subvencionar los gastos de la clase trabajadora,
pero regalar tickets comida, camisetas, abonos transporte, calles,
plazas, colegios, aeropuertos y televisiones a la Iglesia Católica para
que insulte al gobierno y ciudadanos españoles, es megachupidecente.
Por eso El PP formaliza hoy su denuncia contra la ‘marea verde’.
Porque los que se están enriqueciendo en esta crisis no son los bancos,
sus siervos de la derecha y toda esa jalea de políticos corruptos que
están comprando pisos, edificios, urbanizaciones y paraísos fiscales con
sus jugosos sobornos. No, los verdaderos corruptos, los culpables de
esta crisis son los manifestantes contra esa oligarquía que ya se frotan
las manos ante la orgía neoliberal que se nos viene encima. Y como
tienen comprados a los jueces, a los tribunales y a toda la maquinaria
que se supone debería defendernos, pues al insulto le añaden cinismo: Aguirre acusa a Izquierda Unida de hacer negocio con las camisetas verdes.
Se nota hasta un cierto tono de envidia por que no hayan podido meter
mano en el supuesto negocio ellos (porque ellos saben ver un negocio
donde otros sólo ven lucha social). Y llama la atención que, aceptando
que las camisas verdes que lucen los manifestantes son un negocio,
implícitamente reconozcan que el número de manifestantes es monumental.
¿No deberían prestar atención entonces al clamor unánime de los y las
madrileñas?
Como ciudadano de a pie que sufre las oscuras estrategias del Partido
Popular para amordazar nuestra libertad, arrastrarnos al pasado (por
orden de la Iglesia) y, sobre todo, ampliar la brecha entre clases,
podría decir mucho más sobre un grupo que ha permitido, promovido y
disfrutado de los mayores excesos económicos, desde la infame Ley de
suelos con la que Aznar abrió la veda especulativa
y de creación de esa burbuja del ladrillo que nos ha arrastrado
especialmente hasta el fondo de esta crisis mundial, hasta el
desmantelamiento de la sanidad y educación públicas que las hordas
neoliberales están perpetrando, pero creo que nadie expresa mejor lo
que muchas y muchos sentimos que la nota
de prensa de la Federación de la Comunidad de Madrid de la Asociación
de Padres y Madres del Alumnado “Francisco Giner de los Ríos” sobre las
camisetas verdes. Vale toda la pena del mundo que le dediquéis cinco minutos. Exuda honestidad, dignidad y generosidad.
Finalmente, una propuesta para la señora Esperanza Aguirre, gran
promotora de esta peculiar manera de hacer política que es el cinismo
caciquil (qué risa me da el populacho, exuda cuando pasea entre lo que
ella cree “sus súbditos”). ¿Por qué no le ofrecéis a las empresas
desgravar un 90% de cualquier donación a la Marea Verde? Veréis qué
rápido las camisetas se regalan en lugar de venderse. Como hicisteis
vosotros con vuestras mochilas JMJ 2011 que durante varias
semanas los niñatos nos metieron por las narices a golpe de brinquito
lobotomizado “equis-uve-palito”. De hecho, tengo una serie de propuestas
para varias empresas entusiastas de las JMJ:
Cervezas Mahou para las cogorzas en plazas públicas en las que se
podrá orinar en sus fuentes mientras la policía mira para el otro lado
presentando el talonario “Mahou Verde”
Vuelos gratis para todo el que quiera venir a manifestarse para
salvar la educación pública, laica y libre presentando tu talonario
“Iberia Marea Verde”
Seguro gratis para toda tu familia si te apoya a estudiar presentando tu “Talón Mutua Madrileña Verde”
Electricidad gratuita para todas las labores educativas de por vida presentando tu vale “Endesa Verde”
Y desde la Comunidad sugiero que se ponga a disposición de los
alumnos, profesores y amigos de la educación… ¡Los colegios! Eso sí que
sería revolucionario para esta administración pepera que parece ver en
la escuela todo tipo de negocios menos el de enseñar.
¿Vamos a dejar que nos conviertan en personas diezmadas?
Documentos TV - ¿Generación perdida? . La primera generación de jóvenes españoles nacida en
democracia está sufriendo que la crisis económica acaba con sus sueños y
sus, hasta hace poco, altas expectativas de vida. Son los jóvenes con
más formación académica de toda la historia de España, aunque también
fueron muchos los que dejaron los estudios en busca de unos ingresos
inmediatos. Ahora, gran parte de éstos viven con trabajos cada vez más
precarios o sufren un desempleo, que duplica la media de Europa.
España, el país del pillaje, de los egos provincianos que exigen aereopuertos a cada esquina, estaciones de AVE hasta en el último pueblo, cuando ni siquieran cubren las necesidades más básicas y elementales, como salud, educación y servicios sociales. Donde el despilfarro y la corrupción y especulación son el pan (poco) de cada día y en el que amenazan con el hambre para mañana, si en ese mañana los que facilitaron todo el tinglado, quieren volver 8 años después a hacer lo mismo que nos ha metido en esta. Después de 8 años, en los que no ha habido oposición o debate. La misma mierda estaba en ambas bancadas del congreso, separada por la basura burguesa catalana y vasca, minimizando a los únicos con ideas y que han hecho oposición.
Un lugar al final de Europa, en un extremo del Mediterráneo, donde es fácil tener engañada a la plebe. Un poquito de terrorismo, de fractura identitaria, problemas de lenguas cooficiales, la mierda de la religión católica que en pleno siglo XXI sigue matando la mucho más necesaria ética y filosofia, mucho fútbol, mucho corazón o ese fascismo muy fino. Y la gente aborregada, controlada por medios afines y publicos carentes de verdad y deontologia periodistica. Todo ello para poder seguir robando. Pero ahora NO. La generación más preparada, capacitada, inteligente de este país, estamos dispuestos a coger los cuernos de la piel de toro, para recuperar la soberanía, depositarla en el pueblo, y construir un nuevo mundo mejor, más equitativo, justo y social.
El europarlamentario francés de izquierdas Daniel Cohn Bendit, dando muestras del funcionamiento neocon en la cámara europea y de la desfachatez de gente como Durao Barroso
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Domingo 15 de mayo, Plaza Mayor de Salamanca. Nos vemos!!!
Todo está yendo muy deprisa. En la cumbre de jefes de Estado y primeros ministros de la Unión Europea, bautizada como “Cumbre del Euro”, José Luis Rodríguez Zapatero llevó la propuesta de ligar los salarios a la productividad. Sólo un día después, el 25 de marzo, comunicaba ésta y otras políticas de recortes sociales a representantes de 44 grandes empresas y bancos españoles, en un encuentro que el periodista Ignacio Escolar comparó satíricamente con la Cámara de los Lores. Telefónica, una de las compañías invitadas, tardó apenas tres semanas en llevar a la práctica la receta de Zapatero al anunciar el 14 de abril su pretensión de que los salarios de toda su plantilla dejen de subir con los precios.
Con parecida rapidez, quienes suspiraban por una respuesta en las calles a las políticas de gestión de la crisis tienen una fecha de referencia: el 15 de mayo. Al cierre de esta edición (tres semanas antes de la cita) el evento de Democracia Real Ya contaba con 32 convocatorias en otras tantas ciudades españolas, 25 apariciones en prensa, incluidos tres de los siete diarios generalistas de tirada nacional, y más de 12.000 seguidores en Facebook.
Para quien cuestione la trascendencia de este tipo de datos, quizá valga la pena recordar que hasta el 7 de marzo no existía ningún logo ni lema común para lo que era, desde diciembre de 2010, un difuso afán de protesta expresado en torno a diferentes identidades y causas. Entre las identidades, la del ciudadano indignado y el joven sin futuro, resumidas en las etiquetas de #nolesvotes y la inicial de juventudenaccion. Entre las causas, la aprobación de la ley Sinde destapó la indignación, y a partir de ahí polémicas como la de los eurodiputados que votaron en contra de rebajar la clase de sus billetes de avión se convirtieron en difusoras de las diferentes etiquetas de la convocatoria.
Desde el bautizo de la protesta, la marca ‘democracia real ya’ se ha demostrado lo suficientemente abierta como para interactuar de manera virtuosa con esas diferentes expresiones de malestar. La irrupción de la convocatoria de Juventud Sin Futuro el 7 de abril –otra protestamarca surgida en Madrid del ámbito del asociacionismo universitario de izquierdas– significó el primer refuerzo masivo para la llamada a tomar las calles el 15 de mayo, quizá porque en los medios convencionales la protesta del 7 de abril se presentó como una iniciativa ‘vírica’ más y no como una propuesta de un grupo político ya definido. Democracia Real Ya llegó a emitir un comunicado de prensa para desvincular ambos logos, en un gesto que pasaba por alto el carácter no forzado con el que los dos convivían en el medio que los vio nacer, las redes sociales.
La calle está en la red
La gente que se iba acercando a curiosear por la octava performance del grupo Estado del Malestar, en Madrid, la tarde del viernes 15 de abril había ido plasmando sus propios malestares en el papel continuo desplegado en el suelo de la Puerta del Sol: como en un memorial de luchas algo dispares, sobre el fondo blanco se garabateaban las referencias a la estafa de PSV, la inmobiliaria vinculada a UGT, al “qué pasa que no tenemos casa” de las sentadas por la vivienda digna de 2006, y –atención– al logo del movimiento para que se amplíe el límite de velocidad.
Pedro, un informático de 43 años graba la performance de esa tarde con su cámara digital. Se enteró de Estado del Malestar por haber participado en otra convocatoria similar frente al Ayuntamiento, “en contra de los políticos”. También de la llamada a manifestarse el 15 de mayo, “contra el recorte de derechos”, dice, con el que “algunos empresarios viven a nuestra costa”. Detrás de él, una de las participantes en la performance se coloca el cartel de ministro de Injusticia para arbitrar un partido –amañado, por supuesto– entre los dos principales grupos políticos.
Poco a poco, este tipo de expresiones de hartazgo saltan de las pantallas a las calles. Frente a quienes aventuran un divorcio entre lo real y lo virtual, ejemplos como las Rumba Raves que han asaltado algunas oficinas bancarias a ritmo de flamenco, muestran que la protesta presencial contra la crisis se piensa en las redes, salta a la calle y se vuelve a volcar en la red para multiplicar su efecto.