Doce
días después de escribir esto hemos tenido la misma climatología,
salvo un día de lluvia. Once días anticiclónicos, con variedades
térmicas de más de 15º entre la noche y el día llegando a máximas
por encima de los 20º. Prácticamente no llueve, menos nieva, y la
situación empieza a trasladarse a los hospitales donde la gente ya
está un mes antes en las consultas de alergología y atención
primaria.
Los
incendios forestales vuelven a asolar las resecas montañas
asturianas y cántabras en pleno invierno. Mientras
en Estados Unidos han sufrido una sucesión de borrascas alimentadas
por frío artíco que ha desplomado las temperaturas a sus índices
más bajos desde que hay registros. Los tifones e inundaciones se
suceden por el sudeste asíatico y en Australia sufren las
temperaturas más altas de la historia, superándose semana a semana.
Estas
noticias del tiempo ponen negro sobre blanco y una vez más, la
evidencia palmaria del cambio climático como proceso derivado del
calentamiento global y el efecto invernadero provocados por el hombre
y su actividad económica y productiva. Es el uso de hidrocarburos
para alimentar el comercio global de transportes de personas y
mercancías
el
principal causante del calentamiento global, con las decisiones
políticas en
clara línea para mantener su supremacía en el sistema económico
que tampoco se discute en términos de sostenibilidad ambiental. Las
ganancias de comisionistas, especuladores, lobbistas, sátrapas e
inmorales de todo pelaje y condición están por encima del bienestar
de las personas y del entorno en el que vivimos.
El
uso y abuso de pesticidas y fertilizantes de procedencia química e
industrial. Los procesos de deforestación para generar pastos,
macro granjas y explotaciones mineras. El predominio de plástico como material de referencia
en las relaciones humanas que acaba en los ecosistemas y hábitats,
especialmente en el marino. Hábitos de consumo masificados e irracionales. Políticas nulas, entregadas a las empresas privadas,
en materia de reciclaje y reutilización. Individualismo exacerbado.
Desfilparro del agua dulce… todas ellas son hechos que también
degradan el medio ambiente, terminando con incontables especies
vegetales y animales en las últimas décadas y poniendo en grave
peligro a otras muchas actualmente.
La ONU ha advertido de que la situación se está volviendo irreversible
por momentos, que urge ya tomar medidas drásticas para tratar de
revertirla y ha aportado datos tanto científicos como sociológicos
del impacto que la contaminación provoca en nuestras vidas y en
nuestro bienestar, cifrando en más de 800.000 muertes las producidas
en España por la contaminación desde el año 1990. 9 millones cada año en todo el mundo.
Por
eso, desde hace un tiempo está creciendo la indignación ante no
sólo la falta de acción política y empeño en llevar a cabo la
Agenda 2030 de la ONU de lucha contra el cambio climático (entre
otros muchos temas que vendrían a mejorar la convivencia en nuestro
mundo), sino también hacia los pasos atrás de negacionistas,
imbéciles como Trump y especuladores con claros intereses económicos
que reniegan del cambio climático, doblan apuesta por la quema de
hidrocarburos en vez de marcar una agenda de energía verde y además
lanzan multitud de mensajes para convencer a la población de que no
existe tal emergencia.
En
este blog ya he hablado en alguna que otra ocasión de la desazón
que me produce ver a la juventud parada, ausente en las disputas y
luchas que como clase trabajadora y como colectivo social debemos
emprender para mejorar la situación y garantizar un futuro próspero
donde la justicia social no sea sólo retórica. Huérfana de
liderazgo tras el 15M y los movimientos Occupy del año 2011 hasta
que una joven sueca de 16 años llamada Greta Thumberg ha levantado la voz para con aplomo, conciencia y coherencia llamar la
atención sobre la problemática del cambio climático y la necesidad
de como sociedad, exigir acción política y económica para
revertirlo y paliar sus efectos.
El
movimiento Fridays
for future,
nace con un único mandato político, exigir la actuación de las
autoridades contra el cambio climático. Pero
a su vez en estas semanas a su primera gran movilización global,
éste viernes 15 de marzo, ya ha conseguido dos hitos que anticipan
el que será su gran e inmediato éxito: Poner el tema medioambiental
y la lucha contra el cambio climático en la agenda de los partidos,
los medios y las administraciones políticas.
Esos
dos hitos a los que me refería son dejar en evidencia a la derecha
capitalista negacionista y también a las nuevas posiciones “verdes”
dentro del capitalismo como ya han hecho los chalecos amarillos en
Francia con Macron y su revisionismo liberal.
Científicos,
sociedades y las propias administraciones están demostrando como la
mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero (hasta un
63%) las hacen 90 multinacionales por todo el mundo, llegando en
Europa hasta un 60% por sólo 5 de ellas. Así se hace
incomprensible, además de inmoral, querer hacer que sean las clases
trabajadoras a base de impuestos las que paguen la transición
ecológica de los emporios empresariales y financieros que se
benefician de actividades económicas, efectuadas sin ninguna
responsabilidad medioambiental, ni ética.
Por
eso es una gran noticia que la juventud se haya levantado con
conciencia y sentido de pertenencia por la lucha contra el cambio
climático. Esta toma de responsabilidad, éste empoderamiento, es
vital para que todos juntos, nos sumemos sin distinciones de bandera
a un gran movimiento que a través de la exigencia de políticas
contra el cambio climático, conseguir mejorar y dar mayor empaque
democrático y de justicia social a las sociedades en las que
vivimos.
Con
una plataforma como es Fridays
for future
se puede y se debe lanzar ideas como la nacionalización de la red de
transportes, la exigencia de la transición hacia energías verdes,
renovables, un mayor reparto equitativo de la tierra, mejorar hábitos
de consumo con una educación que favorezca tanto el autoconsumo,
como el consumo de cercanía. La reducción de los plásticos. La
eliminación y persecución de las prácticas capitalistas de
obsolescencia programada. Un urbanismo más racional. Perseguir el
abuso del uso del coche privado cuando existen medios de transporte
colectivos garantizados por la administración…
Son
tantas las medidas y tan necesarias que es una emocionante y
magnífica noticia que la juventud se haya erigido en vanguardia por
su lucha. Ya vemos como el poder, la oligarquía, no va a hacer nada
si no le ponemos en su sitio y se lo exigimos. De hecho, no tienen
problemas en negar la palabra a una joven de 16 años en el Europarlamento como pasaba el otro día. Ningunean la convocatoria en
sus medios de comunicación. Y siguen cuidándose de lanzar proclamas
en clave negacionista o de que ya se están haciendo cosas en la
materia.
Frente
al conglomerado capitalista que se beneficia de un sistema económico
desigual, irracional, hiper financiado y contaminante está la
sociedad civil ya en marcha por su futuro y por la sostenibilidad y
la salud del planeta. No podemos más que sumarnos y participar
activamente, de una vez por todas y conseguir que la lucha contra el
cambio climático se convierta en el principal problema que tenemos,
porque si no lo paramos ya, millones de personas seguirán muriendo,
el dolor y el sufrimiento también llegará a donde nunca había
llegado, y el futuro que dejemos a las siguientes generaciones, no
será tal porque nos habremos cargado nuestro hogar.
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