lunes, 26 de septiembre de 2011

No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XI

Indispensable y altamente recomendable para entender la situación de este país, Hispanistán, el programa completo, repartido en 4 cortes, de ayer domingo 25 de septiembre de 2011 de Salvados, de Jordi Évole, alias "El Follonero" que funciona perfectamente a modo de resumén de por qué existe la desafección con la clase políticas y las instituciones, y sirve de repaso somero, a esa costumbre que tiene la política nacional de tomar a los ciudadanos por gilipollas. Por favor, vedlo:



Primer corte, con el periodista Daniel Montero, autor del libro "La Casta" donde se ejemplifican todos los desmanes de la clase política española:



Corte, con la entrevista en el Senado del senador por Orense adscrito al BNG Xose Manuel Bouza, en el que demuestra que el senado es algo así como un asilo o museo de vijeas glorias, que únicamente opera como un pozo sin fondo en el que tirar los dineros y recursos públicos de todos. Momento cumbre, al oír pedir a un senador, la disolución y desaparición de un senado, y como la Constitución no se puede cambiar para eliminar Senado o diputaciones, pero sí para satisfacer a los mercados, para que nos sigan jodiendo. Cumbre.



Primera parte, de la entrevista a Durán i Lleida donde entre otras perlas nos deja un "mis hijas van a vivir peor que yo"... sin dolerle la decencia lo más mínimo para dimitir al día siguiente al soltar semejante soflama que demuestra que no ha hecho su trabajo nada bien. También destacalbe o mejor dicho, desechable la aparición de Celia Villalobos, que no se sabe muy bien que hace ahí, a parte de seguir cobrando y chupando del bote.



Segunda parte de la sinvergonzeria democristiana, algo así como el islamismo moderado, de Durán i Lleida, que no lo olvidemos es algo así como el político mejor valorado en este país, lo cual habla muy mal de este país.




¿Salvar el Estado del bienestar?


Los portavoces de los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP, justificaron en las Cortes españolas la constitucionalidad de la medida que aprobaron (esa en la que se han saltado, precisamente la Constitución para dejar al pueblo sin voz, ni voto), que fuerza al Estado a tener un equilibrio presupuestario, con el argumento de que se “requería tal medida a fin de salvar el Estado del bienestar”. Según ellos, una medida que obligará a realizar recortes sustanciales del gasto público (del cual el gasto público social es el mayor componente) para eliminar el déficit del Estado es necesaria para salvar al escasamente financiado Estado del bienestar. Puesto que España es el país de la UE-15 (el grupo de países más ricos de la UE) que tiene el gasto público social por habitante más bajo, es difícil de entender cómo mayores recortes de tal gasto –que el equilibrio presupuestario exige– van a corregir el enorme déficit de gasto público social de España.

Una respuesta a esta contradicción podría ser la aportada por dirigentes conservadores de persuasión neoliberal, como dirigentes del Partido Popular, que han subrayado que el descenso del gasto público (incluyendo el social) estimulará la economía y con ello aumentará el crecimiento económico y, por lo tanto, los ingresos al Estado, incluyendo el gasto público social. Pero como bien han señalado Joseph Stiglitz, Paul Krugman, Dean Baker y toda una larga lista de economistas que poseen mayores conocimientos económicos que tales dirigentes políticos, las políticas de recortes de gasto público (incluyendo gasto público social) en este momento de recesión son contraproducentes, pues reducen todavía más la demanda de bienes y servicios, que está estancada como resultado de que la población está enormemente endeudada y, por lo tanto, tiene escasa capacidad de compra y consumo. Grecia, Irlanda y Portugal están mostrando que la reducción del gasto público les está abocando a una continua recesión. De ahí que el argumento de que recortando en momentos de recesión el gasto público se facilitará la recuperación económica es poco creíble. En realidad, la propia experiencia española demuestra el error de tal supuesto. Los recortes de gasto público están contribuyendo al estancamiento de la economía española.

Igualmente sorprendente es la argumentación, bastante extendida entre dirigentes del PSOE, que señala que los cambios supuestamente introducidos por su candidato, Alfredo Pérez Rubalcaba, salvan tal reforma porque garantizan la supervivencia e incluso refuerzan el Estado del bienestar. Así, Felipe González señaló recientemente (30-08-11) que, aun cuando la propuesta inicial del Partido Popular –que era exigir un déficit cero en los presupuestos venideros– era un “disparate”, saludó, sin embargo, la propuesta final aprobada, gracias a la intervención del candidato Rubalcaba, que permitirá un déficit de un 0,4% del PIB. Tal porcentaje es, a todas luces, excesivamente bajo. En realidad, en los últimos 20 años, tal como ha subrayado David Lizoain, ni la zona euro, ni la OCDE en su conjunto tuvieron un déficit estructural inferior al 0,4% ni un sólo año. Alemania lo consiguió sólo un año, EEUU, tres años, Reino Unido, cuatro, y España, también cuatro, a costa, por cierto, de tener el gasto público por habitante más bajo de la UE-15.

Se podría argumentar que los países escandinavos de tradición socialdemócrata, y muy en particular Suecia, han sido países con gran número de años con superávit en sus presupuestos nacionales. Ahora bien, su carga impositiva es mucho mayor que en España y los ingresos al Estado representan un porcentaje mucho mayor del PIB que España. Las cifras hablan por sí mismas. En España, tales ingresos representan sólo un 32% del PIB, mientras que en Suecia son un 52%. En realidad, si España tuviera la política fiscal de Suecia, su Estado ingresaría 200.000 millones de euros más, cantidad suficiente para eliminar el déficit del Estado y corregir el enorme déficit de gasto público social de España.

Es poco probable, sin embargo, que las fuerzas que están pactando el déficit del 0,4% favorezcan un incremento sustancial de los impuestos y de su progresividad (los ricos en España tributan sólo el 20% de lo que tributan los ricos en Suecia). En realidad, durante estos últimos 15 años, ambos partidos han estado reduciendo los impuestos, debilitando su progresividad.

El tipo efectivo del IRPF que abonan las rentas más altas se ha reducido en 18 puntos, la gran empresa tributa un 10% menos por sus beneficios y la banca se ha beneficiado de la enorme tolerancia, cuando no complicidad, de las autoridades públicas hacia el fraude fiscal.

De todo lo dicho es difícil concluir que las medidas propuestas salvarán el Estado del bienestar. En realidad, lo que estamos viendo ahora es la repetición de lo que ocurrió en el periodo 1993-2008. La reducción del déficit público, requerido por el criterio de Maastricht, se consiguió a costa, no de aumentar los impuestos (que en realidad bajaron, sobre todo en las rentas superiores, reduciéndose un 37% para las rentas de más de 300.000 euros, pero sólo un 1,7% para la mayoría de la población que tributa al Estado), sino de disminuir el gasto público y sobre todo el gasto público social.

Durante aquel periodo, la diferencia de gasto público social por habitante entre España y el promedio de la UE-15 aumentó considerablemente, de forma que en 2007, al inicio de la crisis, tal déficit de gasto público social de España con el promedio de la UE-15 era mayor que en el año 1993, cuando se iniciaron las políticas de austeridad. En España, los déficits públicos siempre se han reducido a costa de su Estado del bienestar. Creerse que ahora va a ser diferente es ignorar el temor del Estado español (tanto central, como autonómico) a enfrentarse con aquellos colectivos de mayores ingresos (que obtienen sus ingresos de las rentas del capital) y que no aportan al Estado lo que aportan sus homólogos en la UE-15. Así de claro.

El hecho distintivo es que no han querido un neoconservadora Constitución Europea. Desoyen las voces que claman un cambio en el sistema político del país, totalmente desactualizado y desfasado, en un país que no tiene nada que ver con lo que era la España posterior a la DICTADURA franquista. De eliminar el Senado o las diputaciones nada; de incluir la dación en pago, tampoco. Menos de fijar un precio por las casas. Y para colmo, se institucionaliza el despilfarro, la sodomía en las cuentas públicas y el fraude, desautorizando a Hacienda, y lavando la imagen pública frente a los paraísos fiscales, pero sin hacer nada, ni mucho menos acabar con la ingeniera fiscal en un momento en el que es plausible y real, el hecho de que no todos estamos ajustándonos el cinturón de la misma manera, y los culpables de esta situación, viven holgadamente.

Los recortes

Los gobiernos autonómicos de derecha (PP y CiU) que están impulsando recortes en la educación y la sanidad pública intentan convencer a los ciudadanos de que los ajustes son inevitables. No es cierto. Claro que hay que mejorar los desequilibrios presupuestarios, pero destruir plazas de profesores o cerrar hospitales es una decisión política, no una verdad revelada. Y nadie impide a dichos gobiernos subir impuestos o eliminar desgravaciones fiscales para recaudar el dinero que necesiten para garantizar la calidad de los servicios sociales básicos.


El ataque contra la educación y la sanidad pública responde al credo neoliberal. Cuando Esperanza Aguirre lanza su declaración de guerra contra los profesores, cree que es una operación que le ayudará doblemente en su objetivo de deteriorar la enseñanza pública: al reducir el número de profesores es evidente que empeora la calidad y, además, aprovecha las protestas para propagar una mala imagen de los centros públicos y extender así el miedo entre los padres, de forma que se planteen enviar a sus hijos a colegios concertados o privados.

Se trata, por supuesto, de convertir la educación en un negocio. Y por eso se plantea con descaro la posibilidad de ir eliminando la gratuidad de la enseñanza. Pero no sólo. La derecha sabe que para lograr esa hegemonía cultural que teorizó Gramsci es fundamental inculcar sus valores a los jóvenes. Y frente a la neutralidad de la educación pública, a nadie se le escapa cuál es la ideología de más del 90% de los colegios concertados o privados.

De entre las muchas pancartas vistas por tv, periódicos, o en las dos manifestaciones en Salamanca a las que tuve le placer de asistir, destaco en mi conciencia una por encima de todas. Decía así: Un profesor de menos hoy, son cuatro policías más mañana. Incuestionable.

Que profesores, padres anónimos y reconocibles, e incluso alumnos, se hayan postulado del lado de la escuela pública es una gran noticia. Es el momento de no callar más y reclamar lo que es justo y necesario para salir de esta gran estafa que llaman crisis, y cuya salida jamás podrá venir del recorte de gasto público, sanidad o educación, es decir, y con un poquito de historia, desautorizar el "New Deal" de Roosvelt de los años 30 y 40 del siglo pasado en Estados Unidos, y si fomentar un negocio denigrando los servicios sociales y la sanidad y educación. Yo no tengo muy claro, por qué tengo que pagar el colegio de los pijos, y por qué las clases pudientes que llevan a sus hijos a colegios del Opus donde los separan por razón de sexo, no son los que más aportan, porque pueden y a los que encima en Madrid, la derechona, les facilita desgravaciones fiscales de auténtica vergüenza mientras en los colegios públicos los niños se hacinan en números mayores a 30 en barracones, a la hucha, para facilitar que todos y todas, tengamos las mismas posibilidades.

Desmontar la sanidad y la educación públicas son una herramienta más para falsear la democracia, puesto que no hay democracia si no hay igualdad, y la igualdad viene de que todos puedan ser atendidos correcta y profesionalmente en un hospital, y que nuestros hijos e hijas, puedan en base a su esfuerzo y talento, y en ayuda de padres, profesores e instituciones, llegar a maximizar su crecimiento personal, moral y social. Las huelgas se producen y reproducen ante un ataque inaúdito a la figura del profesor, atacando su dignidad tanto personal, como profesional, mientras que los cabrones que hacen tales afirmaciones se dedican a robar, mentir y a despilfarrar en obras faraónicas el dinero de los contribuyentes.

Dinero formado en su inmensa mayor parte por los impuestos pagados por los trabajadores. Por lo que las manifestaciones se han sucedido, se suceden y seguirán haciéndolo hasta que todos podamos tener una educación en todas sus etapas gratuitas (por lo menos accesible, algo que tampoco el Plan Bolonia ayuda) y de calidad para dar a todos, niños y niñas y jóvenes, las mismas posibilidades.

Dinero que no encontrará en la Sanidad Pública tampoco su destino. Ajustes en las pagas. Recorte del número de camas; de ambulancias en zonas rurales. Hablan de copago en la visita sanitaria o en la farmacia, pero curiosamente callan el copago de tanto coche oficial. De tanto banquete. Cada vez más personas con escasos recursos tienen más díficil el acceso a la sanidad básica, y esto parece que no preocupa a ninguno de nuestros políticos, que no olviden, son nuestros REPRESENTANTES, lo que no quiere decir que seamos sus esclavos, y si más bien, que nosotros seamos sus jefes. Lo cierto es que nuestro sistema política quiere un sistema sanitario a la americana, y no lo digo precisamente, por la profesionalidad de los médicos que vemos en las series. Sino más bien, una sanidad recortada, en la que haya que contratar un seguro privado para tener una atención médica básica, o una receta que puede ir desde un antigripal común, a una medicina para una enfermedad crónica. Todo ello empeorará la calidad de la vida de millones de personas. No son esos los millones que les preocupan. Lo necesario es una subida de impuestos a los que más tienen.

Y aquí van argumentos para desmontar las falacias que han ido soltando en los últimos días: Por orden de aparición en cualquier debate de barra de bar –o de tertulia de la tele– sobre el recuperado impuesto de Patrimonio.

1. “No va a solucionar la crisis”. Tampoco va a curar el cáncer, ni evitará el cambio climático. Pero en el último año que estuvo en vigor, el impuesto de Patrimonio recaudó 2.121 millones de euros: son 600 millones más de lo que ahorró el Gobierno con la congelación de las pensiones. Incluso la versión descafeinada que planea recuperar el Gobierno –sólo para patrimonios de más de un millón de euros– supondrá una recaudación anual de mil millones: más de lo que cuesta al año la ayuda de 400 euros para los parados de larga duración.

2. “Los ricos de verdad no lo van a pagar”. ¿De dónde salía entonces el dinero que antes recaudaba este impuesto? Y aunque algunos ricos se escapen, ¿eso implica que no hay que intentarlo? ¿Acaso el hecho de que exista el fraude fiscal obliga a renunciar a los impuestos? ¿Por qué algunos aceptan este delito como algo tan inevitable que ni siquiera merece la pena combatirlo?

3. “Subir los impuestos crea paro”. Pues España es récord absoluto en paro, a pesar de las sucesivas rebajas de impuestos y de tener una de las presiones fiscales más bajas de Europa.

4. “Castiga a la clase media”. Con su anterior regulación, sólo pagaron este impuesto el 5% de los contribuyentes: algo menos de un millón de personas. Si se eleva el mínimo exento, sólo lo pagarán 90.000 grandes fortunas: el 0,2% de la población.

5. “Es electoralista”. Entonces estamos ante el primer caso de la historia donde subir los impuestos se usa para pedir el voto (lo verdaderamente electoralista fue suprimirlo en 2008 o no recuperarlo antes). ¿No suele ser al revés? ¿No es más populista prometer rebajas fiscales imposibles de cumplir?

Adiós a la lucha de la temporalidad

Entre las infinitas causas que describen el sistema productivo español, está su mayor lacra que es la temporalidad y precariedad en las contrataciones, lo que lastra todo el resto de la economía. Si a eso le sumamos el miedo al despido y el paro, y la mentalidad tan nuestra (y de nuestros empresarios) del dinero fácil, y la ausencia en consecuencia de inversión en I+D+i, tenemos como resultado el paisaje desolador que se fragua al hablar de economía en esta noble piel de toro.

Para acabar con la temporalidad, en 2006 se limitó el tiempo que un trabajador podía estar contratado temporalmente con una empresa, con independencia de que se tratase o no, de contratos legales, estableciéndose que si excedía de 24 meses en un periodo de 30, adquirirían la condición de fijos.

Sin embargo, el legislador parece haber cambiado sus prioridades, y medidas como la jornada laboral de 35 horas, han pasado al banquillo. La crisis económica y las desproporcionadas cifras de desempleo le han inclinado por dar la bienvenida a cualquier empleo. Cualquier contrato de trabajo que se firme es bueno; temporal o indefinido. Ya no se busca un empleo de calidad. El trabajo temporal o precario resulta igualmente aceptable. De ahí que ya no se persiga el encadenamiento de contratos. Recordemos que estamos ante contratos temporales legítimos, que responden a sus propias causas y cumplen el resto de requisitos exigidos por las normas. Lo que sancionaba el Estatuto de los Trabajadores era la "temporalidad excesiva", el "uso inmoderado de la contratación temporal". Pero ahora lo que importa es el mantenimiento del empleo.

Por ello el pasado mes de agosto el legislador decidió suspender la medida recogida por el artículo 15.5 del Estatuto de los Trabajadores durante dos años. ¿Qué significa esta suspensión? Básicamente que en ese periodo ningún trabajador podrá alcanzar la condición de fijo por la aplicación del artículo (acumular 24 meses en un periodo de 30 meses en virtud de más de un contrato temporal); lo que no debe confundirse con las restantes medidas que tratan de "controlar" la contratación temporal. Los límites temporales a los contratos eventual y de obra o servicio siguen siendo aplicables y convierten en indefinido a cualquier trabajador temporal que los sobrepase. Igualmente el contrato temporal "ilícito" transforma en indefinido al trabajador que lo firme.

La solución es una reforma laboral basada en un contrato abusivo sin indemnizaciones y que eterniza la precariedad, para hacer que la sobrecualificada juventud española, para tan estéril mercado laboral, alargue contratos y prácticas en empresa hasta la friolera de 30 años. Y se quedan tan panchos. Definitivamente nos toman por gilipollas, y sólo quieren que aminore el número de las listas del INEM, aunque eso traiga más explotación, esclavitud, e impida que el sector poblacional más consumista (no lo digo yo lo dicen aquí), baje considerablemente su poder adquisitivo. Otro muro para parar el motor de la pobre economía española: el consumo interior.

Las medidas son tan desastrosas que ya organismos internacionales las ponen como desastrosas y garantizan precariedad, recaídas y continúas recesiones. Es la misma receta de siempre. La que nos metió donde estamos y de la que son responsables otras organizaciones internacionales que sirven a interés mucho más oscuros y privados, como por ejemplo el FMI o el Banco Central Europeo.

Cuando la banca provocó un desastre global los bancos centrales y las autoridades de todo el mundo se volcaron en su ayuda y no hubo problemas para proporcionarles casi gratuitamente billones de dólares para salvarlos. Además de las inyecciones de liquidez oficiales, se ha sabido que la Reserva Federal proporcionó en secreto 16 billones de dólares a grandes bancos de todo el mundo. Cuando la crisis provocada por los bancos hizo un roto en las finanzas de los estados, las autoridades europeas y el Banco central Europeo los obligaron a financiarse en los mercados al interés que imponían los especuladores y la banca. En lugar de dedicar el dinero que recibían del Banco Central Europeo al 1% para financiar a empresas y consumidores, prestaron a los gobiernos a tipos mucho más altos, echando sobre las espaldas de sus pueblos una losa que terminó siendo insufrible. Solo España tiene previsto pagar, como poco, 27.000 millones de euros en 2011, si es que la factura no sube en los meses próximos.

 Así hundieron a países como Irlanda, Portugal o Grecia y ahora, cuando esa deuda estatal se hace tan pesada que es posible que algunos bancos no puedan cobrarla porque ya están en peligro Italia o España, los banqueros reclaman de nuevo ayuda. Y allí están otra vez sus todopoderosos salvadores: el Banco Central Europeo, la Reserva Federal de EE UU, el Banco de Inglaterra, el Banco de Suiza y el Banco de Japón acaban de anunciar que volverán a dar a la banca europea todo el dinero que necesite. Para que siga extorsionando a los gobiernos y arruinando a los pueblos.

Una muestra más de la infame y criminal discriminación de los poderosos que mueven los hilos del mundo a su antojo para favorecer siempre a los mismos.

Lo seguirán haciendo mientras las gentes de todo el planeta no salgan de una vez a las calles para poner fin a estas injusticias increíbles.

El hecho es que mientras las derechas empozoñan con la misma basura de siempre (entiendáseme bien, considero basura, la manera de utilizar los tradicionales recursos simbólicos y del terror para desviar la atención de lo realmente importante: EL DESMONTE DEL ESTADO DEL BIENESTAR. PAra ello tienen los toros o el terrorrismo, donde no tienen ningún tipo de vergüenza en utilizar la justicia en su beneficio propio. Lo peor de todo es que atizando estas llamas consiguen réditos para pasarnos la tijera a los servicios sociales de todos los demás...) la ciudadanía sigue cociéndose a fuego lento, tomando iniciativas, informándose cada vez más y por supuesto como medida directa indignándose.

Un hecho consustancial y que podía haber sido aislado, fue el intento por parte de la pinza PPSOE de acceder al sistema informático de elaboración de noticias y contenidos de los telediarios de RTVE. Tal desvergüenza no debería de salir gratis, y más con el clamor que provocó en las redes sociales, que ardieron ante tan zafio intento de manipulación y censura por parte de la derecha, con la incomprensible ayuda del mudo centro. Parece ser que en Ferraz, el único que creía en una televisión pública profesional, seria, con criterio propio, libre y ajena a los hilos de los partidos era Zapatero, y en la derecha más de lo mismo. Si ya Galicia, Valencia, Madrid, hasta Castilla La Mancha (qué gracia me hace ver a un tipo como Nacho Villa que en los debates de 59 segundos, defendía la tesis de lo inútil y prescindible que son las tv públicas, siendo ahora director de la tv de la autonomía manchega... hipócritas), ahora que ya se ven entrando en la Moncloa, no pueden dejar de salivar ante el hecho de volver a controlar todo el espectro audiovisual...

Por supuesto les salió mal. Obviamente lo volverán a intentar. No lo conseguirán. Este es otro ejemplo de que el movimiento 15M esta vivo, y pese a la retorcida y ya cansina, cantinela de "que los antisistema se han apropiado del 15M" para desvirtuarlo y despreciarlo utilizando la misma estrategia que Gadaffi o Saer al Saad en Siria, somos más fuertes que nunca, cogiendo más responsabilidad, con el mismo ánimo no, sino aumentado, viendo que nuestras reclamaciones son escuchadas por la población, por quien nos interesa, y aceptadas. La movilización continúa y el propósito es claro: Dar mayor libertad, igualdad y democracia a una sociedad que ha estado mucho tiempo adormecida, y a la que parece se han acostumbrado a ningunear y expropiar.

En este país, llevo diciéndolo mucho tiempo hacen falta guillotinas para que los individuos que acceden a las administraciones públicas, sepan y tengan conciencia que desmontar el estado del bienestar, despilfarrar en beneficio propio (tanto económico como en recocimiento), mentir a la ciudadanía y hacer naufragar el balance de las adminstraciones tiene un coste. De momento aspiramos a que tenga un coste electoral, algo que el último ejemplo con la corrupción no quedo muy claro, la verdad, pero gestiones políticas como las de Camps, Aguirre, Chaves, el tripartito, CIU, Feijoo o Zapatero no pueden ser gratis. Esperanza Aguirre arranca el curso despidiendo a más de tres mil docentes de la escuela pública madrileña. Es el 12% de los profesores de secundaria, uno de cada ocho. La Comunidad de Madrid calcula que ahorrará 80 millones de euros al año, un dinero que, dice Aguirre, “evitará recortes en otras partidas esenciales para la enseñanza”. Curiosa disculpa. ¿Acaso hay algo más esencial en la enseñanza que los profesores? Lo hay: las subvenciones a la escuela privada.

Algo de hemeroteca, que la memoria es el mejor antídoto contra la mentira. Hace menos de un año, la Comunidad de Madrid aumentó las deducciones fiscales para los colegios de pago. Hasta entonces, estas ayudas sólo iban a familias pobres que matriculasen a sus hijos en centros privados (si es que tal especie existe). Pero Aguirre modificó la ley para beneficiar a las familias con rentas más altas y ahora, por ejemplo, un matrimonio con dos niños que declare ganar menos de 120.000 euros al año se puede desgravar hasta 1.800 euros por el colegio privado. En total, este regalito cuesta 90 millones de euros anuales: diez millones más de lo que Aguirre dice que ahorrará con los despidos en la escuela pública.


Como el PP se ve tan ganador el 20N que ya ni se molesta en ocultar sus planes, el modelo madrileño está siendo transplantado al resto de sus autonomías, con De Cospedal –esa política austera que sigue cobrando un segundo sueldo como secretaria general del PP– como alumna aventajada. No hay dinero, dicen. Depende de para qué. La misma Aguirre que despide maestros quiere una policía autonómica en Madrid para combatir las protestas del 15M. Es el modelo “liberal” en su peor esencia: todo se privatiza, salvo los porrazos.

Pero incluso, pese a estar en Hispanistán, ¿por qué no aspirar a unas elecciones que dierán el varapalo que se merecen PPSOE y nacionalistas, y todas esas caras que estamos cansados de ver desde hace más de 20 años? Lo que los PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y ESpaña) necesitan lo han prometido en la Francia de Sarkozy o en Dinamarca. Y mira tu por donde la gente ha decidido que para salir de una situación en la que el neoconservadurismo nos ha metido, no se pueden echar más paladas de políticas neoliberales. Para salir de un agujero no se puede seguir cavando. Para salvar un bote de que se hunda, no se pueden ir haciendo más agujeros en su cubierta.

Las cifras y promesas electorales bailan de un lado al otro, y por lo menos los únicos que se han atrevido a vaticinar una promesa, pero con la cara oculta de una subida de impuestos ha sido IU. A mi, personalmente, me parecen una serie de medidas extraordinarias, para eso: para crear empleo, y no sólo un empleo de temporalidad y precariedad, que para eso el PP es genuino con su especulación y la creación de burbujas, sino también un empleo más o menos estable dentro de la vorágine y el descontrol que el capitalismo neoconservador ha instaurado.

Ahora bien, rebastes muy bien que todo ello tiene como contrapartida una posible subida de precios, siempre y cuando, claro esta, que de una vez por todas y con la presión de la ciudadanía, y de las administraciones, se empiecen a controlar las ganancias que los empresarios obtienen y por las que por cierto, no llegan a cotizar un 20% de lo que hacen sus homólogos suecos, por ejemplo (las grandes empresas) y ni un 50% las pymes.

Si a estas medidas, se les da alimentación con dinero público que debe de salir de la pertinente subida de impuestos, con progresividad y persecución del fraude, ya sea en el iva de las pymes o en los paraísos fiscales.

Por lo tanto, creo quizás con un punto de inocencia, que la subida de precios, no debería de ser tan soberana como planteas, siempre y cuando todos y digo TODOS asimilemos la carga de la salida de esta crisis, porque hasta el momento las grandes fortunas, empresarios y especuladores, no sólo la han provocado, sino que encima no se han apretado el cinturón ni una miaja, llevando toda la carga, la ciudadanía y el pueblo llano, ahogándonos a todos en una espiral de precariedad y pobreza. Mientras los que ya eran muy ricos han hecho en muchos casos negocios redondos, con la llamada crisis. Quizas si, las cifras sean optimistas, pero a ver si sólo va apoder tirarse a la piscina González-Pons. Y sin embargo, IU si que la partida ecónomica para tales gastos la ha especificado con la subida de impuestos progresiva y la lucha contra el fraude.

El 15 de Octubre nos vemos

13 de Noviembre 2010, en una cafetería de Túnez dos activistas sociales se lamentan de la situación política en su país. El paro es insoportable, la corrupción está extendida en todos los resortes del poder y el régimen lo controla absolutamente todo. Nadie se mueve, en un ambiente depresivo y ausente de esperanza. Dos meses después, el gobierno es derrocado por la población.

15 de Abril 2011, cualquier ciudad del estado español. Dos activistas se lamentan de la situación en su país: sindicatos domesticados firman recortes, millones de parados sin futuro, nadie se mueve, no hay capacidad de protesta desde la izquierda social, todo el mundo parece resignado. Un mes después, surge el 15M. En ambos casos, a escasas semanas de producirse un vuelco en la dinámica de la protesta social, éste parecía del todo improbable. Hoy podemos estar a las puertas de un nuevo salto, las causas que motivaron el 15M están siendo alimentadas por el sistema con gasolina.

El panorama actual en el estado español está muy lejos de estabilizarse, todo apunta a una profundización mayor de la Crisis, extensión del sufrimiento y nuevas medidas antisociales que retroalimentará el descontento social y sensación de nulas perspectivas de mejora.

La previsión meteorológica apunta a fuertes tormentas:
  • El Mundo camina hacia una segunda recesión, posible Gran Depresión, alimentada por la aplicación de medidas de austeridad sobre la economía real.
  • El 97% de los ciudadanos rechaza los recortes sociales.
  • La asesora de Artur Mas apunta a una inminente explosión social.
  • El 70% de los parados actuales en Catalunya se quedarán sin prestaciónentre Octubre y Marzo de 2012.
  • Se prevé incremento del Paro en España hasta, al menos, casi el 21%.
  • Las políticas de recortes y derechos sociales se incrementarán, lo cuál generará mayor profundización de la Crisis empujando a millones de ciudadanos a la desesperación.
  • Millones de jóvenes, el músculo de cualquier revuelta, saben que este sistema no les ofrece futuro, España es el estado con más paro juvenil más alto de Europa. Como mucho, picotearán precariedad.
Así pues, el caldo social que se materializó en el 15M va a subir mucho la temperatura.

Ese incremento del conflicto social difícilmente se canalizará en forma de estallido social desorganizado como en algunos barrios franceses o recientemente en Inglaterra. El descontento ha encontrado una forma, difusa, de organización y, por ello, es mucho más preocupante para el poder.

El incremento de la protesta en la calle ya no se limita a meras manifestaciones controladas por los agentes sociales del régimen. Las acciones multitudinarias son imaginativas, descaradas, masivas, lo que las hace increíblemente molestas para el sistema. De momento no se ha optado, inteligentemente, por una represión directa y total ya que las consecuencias de ello serían previsibles. Pero esperar que se diluya la protesta por si sola es extremadamente ingenuo. Más temprano que tarde se va a producir un fuerte incremento, paulatino o sorpresivo, y al sistema no le quedará otra opción que reaccionar con represión contra una población harta de agresiones sociales, sufrimiento e identificación de responsables privilegiados.

Como en Túnez, como aquí hace unos meses, nadie puede saber cuándo ni qué será la última gota que hará pasar las protestas a un nivel mucho mayor y con mucha mayor participación. Podemos estar a semanas o meses vista.

Pero pasará. El 15 de octubre nos vemos

 


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