Pequeño resumén de la historia económica y social de este país, sin entrar en muchos detalles pero haciendo hincapie en el asunto de fondo: La idea intrínseca, arraigada y muy "española" de aparentar y creerse (creernos) más ricos de lo que realmente somos. Consiste en propagar una soflama de manera continúa, repetitiva y autocomplaciente hasta que cala en la población de que España es un país rico que, debido a una serie de circunstancias, ha estado viviendo por encima de sus posibilidades. Sin embargo, como España tiene muchos resortes, podrá soportar sin problemas los descensos que se van a producir en su renta a fin de sanear los problemas que España ha ido acumulando. Será un poco duro, sí, aunque no demasiado y, en cualquier caso, superable, de forma que en muy pocos años ‘España volverá a ir bien’. Este mensaje, curiosamente, no solo están propagando políticos, sino expertos, y utilizan cualquier tipo de foro que posibilite la extensión del mensaje, incluidos medios de difusión media o, incluso, reducida. La idea esta clara, y ahora en el apogeo del sistema neoliberal muy definida: Como esto de las crisis trae muchas y rentables ventajas, provoquemos una estafa y llamémosla crisis. Serán el pueblo quien pague y quien rescate. Nadie acabará con sus huesos en la cárcel y de paso derogamos todos los avances en democracia y derechos civiles y laborales de los últimos 100 años.
Ahora bien, la realidad, es absolutamente diferente. España tuvo su oportunidad en el siglo XVI y la desaprovechó, la desaprovechó porque desde el siglo XIII las partes que después compondrían España habían estado haciendo cosas incorrectas y, además, de forma incorrecta, y cuando a finales del XV se formó España, España continuó haciendo cosas parecidas de forma muy semejante.
Cuando llegó el siglo XIX España estaba totalmente descapitalizada y gobernada por una oligarquía terrateniente que utilizaba idénticos instrumentos que sus antepasados; la escasísima industria que había estaba fragmentada, anticuada, no innovaba y existía gracias al proteccionismo; y la banca que empezaba a despuntar se hallaba más preocupada de negociar con el Estado que con una burguesía raquítica y caciquil. ¿La población española?, mísera, como todas las europeas, pero más por el estado en que se hallaba la educación y de la cultura.
El siglo XX un período que para España pasa en blanco hasta su última década. La burguesía de pequeñas zonas (las mismas que antes) serpentean, tras la independencia de Cuba y con el comercio del mineral de hierro con Inglaterra como trasfondo, entre el tráfico de la Gran Guerra y la postguerra civil, con un pie en la capital y otro en su comarca, el resto “-polvo, sudor y hierro- el Cid cabalga” (Manuel Machado). Después de eso, la emigración de los 50 y 60, la interior y la exterior, el boom del ladrillo de los 60 y los bochinches financieros: ¿alguien se acuerda de Sofico, de Matesa, de Redondela?, las horas extras, el 600, las suecas en bikini, los mantecados de vainilla: ‘España va bien’, pero detrás sólo había eso.
A España empezaron a dejarle ser algo en los 80: España había alcanzado una masa crítica tal que posibilitaba la realización de negocios -en España- a gran escala, es decir, España ya estaba madura para ir introduciéndola en el circuito de financiero-productivo internacional. Tras la deriva hacia un enfoque monetarista: España fue pionera: el Sr. Abril Martorell, la ‘reconversión industrial’ -¿la recuerdan?-: 3 B de pelas de entonces, la introducción del IVA -sin transición-, la reforma laboral, … la entrada en Europa, y a partir de aquí la Expo, las Olimpiadas, la inversión extranjera, el boom del ladrillo, el crédito, la segunda reconversión, el new boom del ladrillo, el hiperendeudamiento, cinco millones de inmigrantes, el ‘España va más que bien’, el Mundial de Sudáfrica.
Ahora resten los fondos europeos recibidos, toda la deuda contraída: TO-DA, la inversión especulativa recibida, … ¿qué queda?, pues lo cierto es que muy poco en el haber y mucho en el debe. Y esto que queda nos dicen que corresponde a un país rico. Bueno, si comparamos a España con Albania, o con Malawi, o con Birmania, o con Surinam, pues si: España es un país rico, y las españolas y los españoles deben estar satisfechísimas/os, pero, ¿son esos los espejos en los que debemos mirarnos?.
¿Cómo va a ser rico un país en el que su región más rica tiene una tasa de paro que aún siendo la menor de España es más del doble de la del país europeo que la tiene más reducida?, ¿cómo va a ser rico un país en el que el desempleo en algunas de sus regiones supera el 30%?, ¿cómo va a ser rico un país en el que su modelo de protección social se halla a una distancia sideral del país europeo que lo tiene mejor?, ¿cómo va a ser rico un país en el que se da por sentado que la solución se halla en la exportación ya que el consumo interno estará liquidado durante muchos años?, ¿cómo va a ser rico un país en el que su renta no llega al 90% de la media de los países más cotidianos del área económica a la que pertenece?, ¿cómo va ser rico un país que ha basado el boom que ha vivido en hacer pisos baratos vendidos a precios astronómicos, en atender a turistas de bajo poder adquisitivo y en ensamblar automóviles de bajo valor en empresas que no eran de aquí y que eran exportados en su mayor parte?, ¿cómo va ser rico un país que ha hecho todo lo que ha hecho a base de crédito y contrayendo una deuda total que es una de las más elevadas del planeta?.
España es un país pobre, lo ha sido desde que entró la primera libra de plata en la Casa de Contratación de Sevilla, sin embargo se quiere hacer creer a su población que el país es rico y que ellos: el pueblo, van a poder soportar sin problemas los recortes que inevitablemente van a tener que abordarse debido a que hay que pagar la fiesta de estos años pasados, un ajuste que, se dice, será poco más que un día de dieta y tomarse un Alka-Seltzer.
¿Qué me lleva a pensar esa pretensión?, pues que lo que viene va a ser dantesco, que tras el 22 M se desatará el infierno sobre España, que el saneamiento al que se enfrenta la economía española será monstruoso: recortes de gasto inimaginables hoy acompañados de aumentos de figuras fiscales y de precios de servicios. Todo ello con el objetivo de intentar devolver la deuda pública que España debe y de sostener la mayor cantidad posible de la deuda de las entidades financieras. Las empresas y las familias que se las compongan como buenamente puedan para pagar lo que deben.
España es un país pobre que se va a empobrecer más. España seguirá exportando lo que ahora exporta si sus costes de producción son lo suficientemente bajos como para que lo que vende fuera sea competitivo, pero como lo que España fabrica es de bajo valor será a través de salarios reducidos, impuestos reducidos, despidos baratos y flexibilidad flexible como España logrará mantener su competitividad. España seguirá recibiendo turistas, pero como las capacidades de gasto de la mayoría de gentes que a España vienen van a menos, España necesitará abaratar más y más lo que España ofrece para que esos turistas cada vez más pobres continúen viniendo. Y, ¿qué más exportará España?, algún bien y servicio de muy alto valor elaborado en los escasísimos clusters tecnológicos que en España hay, y poco más, y con eso España va tener que crecer para pagar lo que debe, alimentar y cuidar a su ciudadanía, y hacer hucha para el futuro. Como que no, ¿verdad?.
Agárrense a la silla porque vienen curvas: ríanse de las del Col de Turini. Cuanto más oigan que España es un país rico, peor será; cuanto más se repita que las rentas medias españolas van a poder afrontar sin problemas los ajustes que vienen, más terrible será. Agárrense a la silla porque lo que viene es fuerte, y lo peor: es inevitable, por lo que aquello de que ‘Virgencita: que me quede como estoy’, es imposible. Amén.
Bien. Hasta aquí claro y quizás simplista para explicar por qué ahora la juventud ya no solo estamos indignada sino que estamos movilizándonos. El caso es que en este momento, en plena campaña electoral para las municipales y autonómicas, lo que parecía palpable, una falta de tejido asociativo y juvenil escandalosa ha sido sustituido por un sentimiento de revolución, conciencia de grupo y de clase de los jóvenes y con ellos gran parte de la sociedad, como reacción ante los abusos, desmanes, robos y cara dura de las clases política y económica, principalmente atacando tanto el bipartidismo, la corrupción, y la salida neoliberal al cuadrado que se le esta dando a esta crisis, perdón estafa, que ellos mismos (los neoliberales) han creado y de la que se han beneficiado.
El momento es el oportuno pero no queda en esta semana. Es el mejor momento para golpear en toda la nariz a la clase dirigente de este país y demostrarle que esto va a cambiar, que estamos hartos de estar hartos, y que a muchos, no nos vale con las consolas. No vamos a tragar más, porque es injusto en lo que se está convirtiendo el mundo, sin evitar que cada vez más gente caiga tras el umbral de la pobreza y que una generación entera, en el primer mundo, por primera vez en la historia vaya a vivir en peores condiciones que sus progenitores.
Y más aquí, en España con un paro juvenil del 42% (y los que trabajan por supuesto en regimenes de precariedad), con la emancipación más tardía de toda la OCDE y donde la familia mantiene la dignidad social de los jóvenes, y que aunque ciertamente ha mantenido a estos despreocupados, ha llegado un momento en el que la desesperanza ha colapsado, dando lugar a la indignación, la reacción y la revolución. Qué el desencanto y desencuentro de los jóvenes con la política española es real y viene de largo es tan cierto, como el hecho de que las castas políticas, tradicionales y sin aires de regeneración (hablamos de Ley Electoral, listas cerradas, partidos sin primarias, amparo de la corrupción,...) han ido traicionando a la sociedad española, y a la juventud de manera más que particular. Los programas electorales de los grandes partidos (incluyo en el binomino PP-PSOE a los nacionalistas, otro cáncer del espectro político español) no tienen y no han tenido jamás en cuenta a los jóvenes es otro hecho incontestable, puesto que más valioso ha resultado siempre prometer y prometer a otros sectores poblacionales con mayor peso electoral y que encima saben apreciar lo especial que resulta el hecho de votar, puesto que antes no lo hacían.
Si además la participación cívica escasa y falta de estímulo por parte de las administraciones ha tenido continuamente desprecios a sus propuestas y a las personas que forman parte de ellas (por ejemplo, recordad como se trato en Salamanca a las asociaciones de vecinos tras el tarifazo, que ahora tan conveniente es de olvidar...), es evidente que un malestar y un sustancioso caldo de cultivo para la indignación se ha ido generando. O si no echar un vistazo a este blog...
Y si ya para rematar como solución a la crisis la única solución aportada es que seamos los de siempre los que paguemos, porque tenemos unos políticos vendidos a los mercados y que no nos escuchan porque unilateralmente, han decidido un sistema en el que los mercados y el capital estén por encima de las personas. Y aunque es cierto que mucho ha avanzado la vergonzosa deriva social a la derecha y el neoliberalismo, porque ha tardado mucho esta movilización, a mi modo de ver, y esto a hecho creer a los políticos con el poder absoluto ya que no se han visto machacados por la sociedad (en España, incluso corruptos, presuntos y condenados, no han tenido castigo electoral, algo delirante).
Pero ahora y gracias a Internet el tejido asociativo ha calado, nacido, crecido e incluso está ya maduro. Es la estructura sobre la que desarrollar y forzar una nueva democracia, un punto de inflexión a esta eterna transición, o mejor dicho: Hacer de una vez por todas una transición verdadera y absoluta a una democracia real, participativa y de las personas, no de los mercados.
Y si estas manifestaciones en toda España, que el Consejero de Presidencia, Interior y Justicia de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, señala que con ellas esta gente perturba la convivencia, ¿fueran, aunque con distintas causas sociológicas, como el principio de las desarrolladas en los países árabes durante los últimos meses? Las cosas son exageradas hasta que dejan de serlo.
Todo se radicaliza, especialmente cuando se usa la porra contra ciudadanos aún no airados. ¿No estarán Rubalcaba, Granados y demás representantes de Comunidades Autónomas incitándolos? Ya es tópico, pero ¿cómo empezó Mayo del 68? La primera norma del orden es no invitar al desorden. ¿No recuerdan Rubalcaba, Granados y demás a los grises de Franco a caballo? ¿No recuerdan a los violentos antisistema que rompen papeleras y escaparates cuando se reúnen los capitostes del mundo?
Y sobre todo, ¿no recuerdan que estos muchachos tienen razón porque están jodidos con su presente y su futuro, que estos líderes políticos son incapaces de al menos amortiguar de incertidumbres? La porra no es la solución, ni la prohibición tampoco. Y menos y más vergonzante, querer aprovecharse política y electoralmente de rebeldías cabreadas. No quieren nada de nada con ustedes.
Los biempensantes están tranquilos, aún, contemplándolos desde la distancia del televisor. Por fortuna sus hijos no están. Pero, ¿quién les garantiza que no estarán? Pueden convertirse en llamitas incendiarias, porque saben que el sistema no les sirve. Los hijos de sus padres.
No les doren la píldora, arreglen sus angustias. Ustedes, nosotros, todos, somos los responsables. ¿O ciertamente es que tienen razón cuando claman que esto no es una Democracia Real y exigen que YA lo sea? Al menos escúchenlos sin porras. No les obliguen a dejar de ser jóvenes.
Porque, además, sepan que, aunque las concentraciones cesen, en sus corazones habrá quedado instalado el rencor. Viene el Papa y ustedes paralizan Barcelona, Valencia o Madrid varios días. Tenemos 6 partidos del siglo al año y los que acampan para comprar las entradas pueden hacerlo. También una revolución hormonal se agolpa varias noches antes de un concierto de un niñato de la disney y no pasa nada. Estos chicos acampan pacíficamente en la Puerta del Sol y ustedes les mandan los antidisturbios (sin cerebrlo al lado del que les ha robado parte de su sueldo, en vez de alinearse del lado de los que exigen una salida justa y social a la crisis).
Y mientras tanto, Rajoy dice sobre el Movimiento 15-M de estos jóvenes: “Lo fácil es descalificar la política y a los políticos”. Estaba rodeado de imputados.
Primero en las redes sociales, o con nuestros amigos, familiares y compañeros de trabajo y vecinos, nos dimos cuenta de que no estábamos solos. Qué muchos más piensan como yo, que esto es injusto, inmoral, ilegal, antisocial... Qué no puede seguir esto así y quiero manifestar el hartazgo por la dictadura de los bancos, el terrorismo financiero y la actuación de los gobiernos temerosa y claudicante tanto ante los poderes económicos, como contra los planes de “ajuste, austeridad y contención del gasto público”; es decir, los proyectos y los hechos reales para hacer pagar la crisis a las clases populares en beneficio de los poderes financieros, que les facilitan un sistema bipartidista excluyente y a través de sus financiados y controlados medios de comunicación que nos exigen volvera nuestras casas (en este caso facebooks). Es tan indignante que politicuchos de tres al cuarto se atrevan a llamarnos perturbadores o que una Junta Electoral niegue una concentración ciudadana, y de clara demostración apolítica...
En lugar de rescatar a la gente, a las familias, se está rescatando a los bancos y rebajando o eliminando los impuestos que pagan los ricos, en la falsa creencia de que hay que salvar como sea el sistema financiero para de esta forma volver a crear empleo y crear riqueza apoyando a los poseedores. Falacia esta que está fracasando estrepitosamente, lo que aún cabréa más. Porque pensemos un momento. Hoy ha hecho una semana del desgraciado terremoto en Lorca; hace un año se rescato multimillonariamente a los bancos que han provocado la crisis, con sus malas acciones, sus decisiones equivocadas, sus errores y su avaricia con el dinero de todos. De momento no he oído a nadie, y no por falta de orejas, que un banco vaya a perdonar la hipoteca de alguién a quien su vivienda de mierda y con un precio explotado se le ha venido abajo. ¿Es justo? ¿Es social? ¿Es ético o moral?. Evidentemente NO.
Por eso ha surgido este movimiento. Por eso estoy aquí, cada vez más convencido de que la lucha, que ya había comenzado hace tiempo, atacando a la población por parte de banqueros y políticos, tiene ahora la respuesta de la ciudadanía. Ha sido un movimiento que, aún sin saberlo claramente sus promotores, engancha con la tradición del pensamiento regeneracionista y republicano español. Con lo mejor del legado de la República social, de trabajadores de todas las clases, en pos de denunciar tanto a la oligarquía bancaria y rentista que sufrimos, como a las claudicaciones políticas frente a ella y el neo-caciquismo que nos invade.
El desarrollo de todo el movimiento no va a acabar aquí o el 22 de mayo. Las manifestaciones y acampadas tiene esa fecha, pero el movimiento y la revolución ya son imparables. No podemos dejar escapar la oportunidad de seguir despertando las mentes y los corazones de todos los que viven en este país, y por ende en Europa. Las revueltas que empezaron en el Magreb y Oriente Medio, aparentemente poco tienen que ver con lo que está pasando en España, pero este país es inevitable para dar el salto a toda Europa y poder conseguir así un mundo mejor. Quizás sea muy optimista. Pero en el Magreb y aquí empezaron por los jovenes y con las redes sociales e internet como herramientas. Y aunque aparentemente pueda parecer o quieren hacernos creer, los medios de comunicación de masas y tradicionales, que nada tienen que ver, que aquí hay democracia y en Egipto, Túnez o Libia no, y nos silencien a nosotros como Mubarak, Ben Ali o Gadaffi hacían con sus manifestaciones, esa no es la realidad. La verdad es que la juventud del siglo XXI ha estado dormida y domesticada, y se han aprovechado para pisar todos los derechos, civismo y moralidad que el hombre tan sacrificadamente ha ido ganando a lo largo de los siglos para sus iguales.
La voz del pueblo se ha aclarado la garganta y ya canta lo que quiere: Más Democracia, igualdad, justicia, derechos y deberes y por supuesto participación. Vivienda digna, trabajo digno y riqueza compartida; solidaridad y laicidad. Educación, sanidad y servicios sociales asentados, menos guerras y menos violencia. Y ante todo libertad y menos capital y más personas.
Un ejemplo más de lo que es la lucha, de lo que sentimos y lo que no vamos a tolerar. Por ejemplo que periodistas de mierda nos vendan y nos traten como si fueramos basura. Somos lo que necesita este país.
Muchas gracias, Cristina de Burgos, y a ti Juan Miguel del video de arriba. Estamos con vosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario