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jueves, 20 de marzo de 2025

El poder del perro y la trilogía El cártel: Una saga contemporánea


 

Hay una saga de novelas que retrata con milimétrica perfección el mundo del narcotráfico a ambas fronteras del río Grande. Sus volúmenes sobrepasan las 700 páginas por título, llegando incluso a más de 1200, y sin embargo, ni se hacen pesadas, ni se vuelven densas. Al contrario, nos hacen viajar rápidos a través de vidas y muertes de quienes se ven involucrados en el tráfico de drogas con destino Estados Unidos. La violencia, la intriga, el terror, las mafias, la geopolítica, los intereses económicos y los recovecos culturales se entremezclan tras ser despedazados con acrítica eficacia. Las múltiples aristas del conflicto del narcotráfico y sus diversas y enrevesadas causas y consecuencias son expuestas con precisión histórica, y la narración se transforma en un informe detallado del estado de la cuestión. El lector es el encargado de extraer conclusiones y convertir, si así lo desea, investigando e informándose por su cuenta, la ficción en realidad. Esa trilogía tiene la firma de Don Winslow y se denomina El Cártel. La propia novela homónima es la segunda entrega (2015) y ha cerrado el conjunto, por el momento, La Frontera (2019). El poder del perro (2005) inició el camino tortuoso al infierno para una serie de personajes, mientras que los lectores nos montábamos a lomos de una narración vibrante, y al tiempo descriptiva y periodística, para llegar a un paraíso de la trascendencia y la calidad literaria.


Don Winslow nació en Nueva York en 1953. Su formación estuvo ligada al periodismo y la Historia de África, lo que le llevó a pasar parte de su vida en Sudáfrica. Allí comenzó una carrera como guionista y escritor, a la que sumaba sus propias experiencias como investigador, incluso llegando a trabajar como detective privado. Experiencias que le han permitido un extenso conocimiento sobre el crimen organizado y las motivaciones personales de los individuos y los grupos delictivos. Esto le llevo a ir desarrollando varios guiones televisivos y cinematográficos, que con más pena que gloria fueron apareciendo y desapareciendo, hasta que en 2005 conseguía publicar una auténtica Obra Maestra, El poder del perro.

En ella, Winslow pone el paisaje del narcotráfico que afecta a millones de personas tanto en América del Norte como América Latina. Da inicio a la acción en la década de los años 70, llegando en esta primera obra a los años 2000, en los albores de la Guerra contra el terror de la administración Bush Jr. tras los ataques del 11S. De hecho, como hilo conductor de las siguientes entregas, los pormenores de la política exterior estadounidense, contextualizados al nuevo escenario internacional, marcarán el devenir de los personajes y de la realidad del narcotráfico.

La dinámica del tráfico de drogas y la guerra contra el consumo y su comercialización se exponen siguiendo la línea de los acontecimientos reales e históricos, incluyendo las políticas y los personajes políticos, algunas veces de manera real y directa, y otras a través de inspiraciones más o menos veladas. De esta manera, el autor dopa de realismo, verosimilitud y urgencia el relato. La investigación exhaustiva de Winslow para construir su universo de drogadicción y violencia, es tan completa gracias a su inclusión tanto de las ambiciones y corrupciones de la alta política y las élites económicas, y en sus intereses concretos, como en la vida de dolor y penurias de las clases bajas. Y lo logra y lo traslada a ambos lados de la frontera.

La novela El poder del perro, escrita por Don Winslow, se sitúa en el cruce de caminos entre el narcotráfico, la violencia y la corrupción que asedia a México y Estados Unidos. A través de una narrativa intensa y compleja, Winslow nos ofrece un retrato desgarrador del fenómeno de las drogas y su inexorable conexión con las instituciones, la policía o el sistema judicial.

La trama de El poder del perro se desarrolla a lo largo de varias décadas, abarcando desde de 1970 hasta principios del siglo XXI. La historia es contada a través de diferentes personajes, entre los que destacan Art Keller, un agente de la DEA, y Adán Barerra, un poderoso narcotraficante mexicano. A medida que se desarrolla la narrativa, se exploran las vidas de estos hombres y el impacto que el narcotráfico tiene en la sociedad y en sus propias existencias.

La novela comienza con la entrada de Art Keller en el mundo de la lucha contra el tráfico de drogas. Desde el principio, queda claro que su misión no va a ser sencilla. Winslow presenta la DEA como un organismo plagado de conflictos internos, donde las decisiones son tomadas a menudo bajo presiones externas, debido a la complejidad del problema del narcotráfico. Keller, de este modo se convierte en un personaje trágico, imbuido en un desgaste físico y moral profundos, comprometido con su deber, pero constantemente enfrentado a una burocracia ineficaz y a la omnipresencia del dinero y el poder que proviene del negocio de las drogas.

Por otro lado, Adán Barerra representa la ambición desenfrenada y la brutalidad del mundo del narcotráfico. Su ascenso al poder es paralelo al debilitamiento de las instituciones que deberían detenerlo. A través de la figura de Barerra, Winslow pone de manifiesto cómo el narcotráfico se infiltra en todos los aspectos de la vida, desde las decisiones políticas hasta la vida cotidiana de los ciudadanos.

Uno de los elementos más destacados de la novela es el uso de la violencia y el miedo que genera como herramientas de control. La narrativa no escatima en detalles sobre la brutalidad que acompaña al narcotráfico, mostrando cómo las muertes, las traiciones y la manipulación son moneda corriente en este oscuro universo. A lo largo de las páginas, se observa una espiral descendente que afecta tanto a los traficantes como a aquellos que intentan detenerlos, creando un ciclo interminable de sufrimiento y destrucción.

Winslow también usa personajes secundarios para enriquecer la trama, dándole voz a los efectos colaterales del narcotráfico en la sociedad. Estos personajes reflejan la desesperanza, la adicción y la tragedia personal que resulta del consumo de drogas, así como sus repercusiones en el entorno familiar y social. Estas historias individuales se entrelazan con la narrativa principal, dando forma a una imagen nítida del complejo impacto del narcotráfico en la vida de muchas personas.

 

Si me centro en la forma de escribir de Don Winslow en El poder del perro, y en toda la saga, una de sus principales éxitos es la construcción del relato bajo una perspectiva múltiple. Siguiendo la línea del tiempo, salvo algunos pocos flashbacks, Winslow nos va presentando las vivencias y sensaciones de los distintos personajes, lo que consigue mostrar una visión completa de todo el ecosistema que rodea al narcotráfico en América. Desde agentes de la DEA, a narcotraficantes. De cultivadores a sicarios. De víctimas inocentes a drogodependientes.

Su prosa es directa, muy emotiva, y que no se corta en mostrarse honesta, hasta incluso la brutalidad o lo dantesco. Esto lleva al lector a hundirse de lleno en un mundo donde la moralidad es inexistente y todo se mide en base a la ambición, el dolor, la violencia y el miedo. Para ello ayuda el que Winslow no se frena en mostrar a los personajes tales y como son en diferentes situaciones, incluso llevándolos al terreno de la vulnerabilidad, para enseñar al lector las motivaciones más personales que impulsan las acciones. Describe la venganza, el deseo, la avaricia o el amor paterno-filial si sirve para discutir entre buenos, malos y muy malos.

Todo se completa con un estilo muy cinematográfico, ágil y generoso en la descripción tanto de ambientes como de estados mentales. Esto facilita de manera increíble la lectura voraz de los distintos libros. Lo siento amigos, pero cuando empieces con esta saga, no podrás parar hasta la última letra.

Y es que el tema, tan actual, apasionante y trascendente empuja la lectura hacia adelante. Este tema es, no puede ser de otra manera, el narcotráfico, así como las múltiples aristas de un problema social de amplísimo calado, con profundas raíces en la sociedad actual, tanto desde el punto de vista económico y moral, pero también político y cultural. Y a través del narcotráfico, Don Winslow aborda otro tema de amplio espectro: el desmoronamiento y ruptura del Sueño Americano.

La quiebra social y cultural que se está viviendo en Estados Unidos y en todo Occidente es ampliamente tratada, al ponerse en cuestión los distintos problemas interrelacionados que se generan en torno al tráfico y consumo de drogas, así como las profundas brechas sociales que se van abriendo debido a la corrupción, la violencia y el fracaso de respuestas políticas. Las incoherencias y contradicciones del modo de vida americano, así como las graves injerencias en la vida y política de millones de personas en el continente se muestran con toda la crudeza, invitando al lector a la reflexión, al tiempo, que le otorga la posibilidad de ampliar su conocimiento sobre los temas tratados en la saga El Cártel.

En esta línea se enmarca el contexto histórico sobre el que desarrolla toda la trilogía que empieza con El poder del perro. Don Winslow pone en cuestión el estado geopolítico en América, mostrando la fallida hegemonía estadounidense sobre el continente. Incapaz de frenar el flujo de drogas hacia sus ciudades, incluso planteando cómo se abren y cierran vías a conciencia, Estados Unidos fracasa al plantear soluciones drásticas (fumigación de cultivos, militarización, persecución e investigación policial o fiscal, presión diplomática, etc.) que además provocan severas disfunciones en los países afectados, en especial, y en primer lugar, en México donde los cárteles de la droga se convierten en entes cada vez más poderosos capaces de sustituir al débil estado mejicano allí donde éste no puede llegar.

Por si esto no fuera poco, las soluciones económicas y los tratados comerciales han abierto nuevas vías para que el tráfico de drogas se convierta en un sector económico de pleno derecho, con productores, comerciantes y distribuidores, altamente especializados, incluidos los grupos violentos en Guatemala o Nicaragua, o las columnas de abogados y financieros encargados de limpiar el dinero de la droga. En todo ello, el autor recoge el testigo de la monumental obra de Howard Zinn, La otra Historia de los Estados Unidos, para desentrañar los oscuros, ocultaciones y más profundas perversiones de la política estadounidense tanto dentro como fuera del país.

Las ramificaciones llegan a la selva colombiana, y las implicaciones políticas muestran lo errado del intervencionismo norteamericano en América Central y del Sur. Winslow muestra como bajo la lucha anti-comunista se favorecieron estructuras paramilitares y mafiosas que hoy dominan el comercio de droga en el hemisferio occidental, creando flujos de droga hacia el Norte y de dinero y armas hacia el Sur.

La globalización y la hegemonía neoliberal son abiertas y diseccionadas a lo largo de toda la trilogía, mostrando sus contradicciones, sus profundas taras y las brechas en las sociedades que parasita, tanto la propia estadounidense como otras. De hecho, personalmente llegué a El poder del perro gracias a la recomendación directa de Jaque a la Globalización, de la periodista Pepa Roma que ya en la reedición de 2008 de esta obra, la incluía una cita del trabajo de Winslow como muestra del negocio mil millonario de la droga y sus profundas insercciones en la vida y la sociedad de millones de personas.

Por lo tanto, este contexto histórico desarrollado por Don Winslow en toda la trilogía es fundamental para entender la crítica social que presenta su obra. Tanto a nivel de las implicaciones de los distintos estados, sus élites y las políticas, conscientes u ocultas que han llevado a cabo. Siguiendo el marcado de la geografía tal y como nos ha enseñado Robert D. Kaplan en La Venganza de la Geografía, Winslow muestra las causas y diversos efectos que el conflicto provoca en toda Latinoamérica. Además, señala los efectos devastadores de una guerra contra las drogas que deja víctimas por millones a ambos lados de la frontera sur. Y por último, traslada al lector la responsabilidad en la reflexión sobre la verdadera naturaleza de la lucha contra la droga, la obligación y necesidad de buscar soluciones más humanas y efectivas (el propio autor ha señalado en varias entrevistas la única vía útil para luchar contra este problema en la legalización de sustancias).


Sin duda, El poder del perro y toda la trilogía firmada por Don Winslow es una pieza clave sobre el narcotráfico. La relevancia del contexto presentado, el dinamismo de las situaciones narradas y la evolución de los personajes construidos componen un ejemplo válido y atrevido para afrontar el estudio de este problema tan grave. Además, componen unas novelas atractivas, que te revuelven al tiempo que consiguen que no pares de leer. La mezcla entre acción, violencia y sentimiento, y de entretenimiento con crítica social no solo supusieron una novedad, ya asentada, por no decir imitada, desde entonces, sino que consigue la implicación del publico en la reflexión y el dialogo sobre como la sociedad puede enfrentarse y superar problemas tan complejos.

El poder del perro y la saga El Cártel son un testimonio poderoso de la complejidad del narcotráfico. Una obra que merece ser leída y reflexionada por su profundidad, rigor y relevancia actual. Don Winslow logra crear una narrativa que invita a la empatía y la comprensión en un mundo donde la moralidad se desdibuja y la humanidad se enfrenta a sus peores instintos. Sin duda, es una lectura esencial para quienes buscan entender una de las problemáticas más acuciantes de nuestro tiempo, sin blanqueamientos, ni lugares comunes.


Por todo esto, amigas y amigos no puedo más que recomendaros El poder del perro, y toda la saga El Cártel de Don Winslow. Lo siento, os vais a enganchar y no vais a poder parar de devorar páginas hasta conocer qué ocurre con cada uno de los personajes Art Keller, Adam Barrera, su hermano Raúl, Nora Hayden, Sean Callan, … y tampoco vais a dejar de satisfacer ese ansía por conocer más y más sobre el mundo actual, y la tremenda problemática del narcotráfico y las graves implicaciones que tiene a nivel filosófico, económico, social, político y geopolítico, cultural y moral.

 

lunes, 27 de junio de 2022

No en mi nombre

 

El lunes 6 de febrero de 2014, 14 personas murieron ahogadas en la playa de El Tarajal, en Ceuta, sin recibir el auxilio de la Guardia Civil que a cambio las recibía a pelotazos y palos. Eran 14 inmigrantes que trataban de alcanzar la costa para salvar la vida, tras naufragar la precaria lancha hinchable con la que a su vez, procuraban conseguir un futuro mejor para ellos, ellas y sus familias. 90 personas ocupaban la zodiac y lucharon por su vida ante la crueldad de los números de la Guardia Civil allí presentes, el despotismo del infecto gobierno del Partido Popular y la, por lo general, indiferencia de la opinión pública española.

Unas pocas manifestaciones en las capitales de provincia que apenas reunían a medio centenar de personas, a parte de la mayoritaria concentración en la capital del centralismo español, por respuesta. Y muchos golpes en el pecho del PSOE, su líder y de la izquierda tratando de pescar en la indignación y la rabia de la parte más activa de la sociedad civil, ante el atropello a los derechos humanos perpetrado por los fascistas y neoliberales.

Algunos pensaban que con “el gobierno socio comunista más progresista de la Historia” estás vergüenzas terminarían. Pero estaban equivocados. Incapaces de derogar la propia Ley Mordaza que ampara legalmente en España crímenes de lesa humanidad como las devoluciones en caliente; o de revertir las tropelías a las clases trabajadoras con las reformas laborales; o intervenir el mercado de la vivienda y la energía; o de garantizar por ley los servicios públicos; o de salir de la OTAN, proclamar la República o nacionalizar sectores estratégicos… Absolutamente inútiles en mejorar las condiciones materiales de la gente, también lo son en tener un mínimo de coherencia y diferenciarse de los usos y abusos de la ultra derecha.

Los inmigrantes salvajemente asesinados, y digo si, asesinados por las fuerzas de opresión del Estado marroquí con la conveniencia y bajo la supervisión de las españolas, provenían de Sudán del Sur y de Chad, huyendo de una Guerra Civil y catástrofe humanitaria, de esas que no salen continuamente en los informativos. Si en los últimos meses España ha dado asilo a más de 124.000 ucranianos, víctimas de la salvaje invasión de su país por parte de Rusia (y también del fascismo con el que se mueve su propio gobierno), de los conflictos más alejados, en África o Asia, con personas de distinta raza no se tolera ni un mínimo de humanidad, ni una mísera cantidad de refugiados. Son aparcados ante la frontera por estados para-policiales subcontratados por esta Unión Europea del capital. Hacinados en campos de refugiados sin unas mínimas condiciones, solamente asistidos por las escuálidas ayudas de las ONGs (que también luchan contra la criminalización de su actividad a ojos de los que mandan) y cuando intentan entrar en Europa, apresados, apaleados, heridos, moribundos y dejados morir como perros, para después ser enterrados sin fecha y sin nombre, como el polvo que escondemos debajo de la alfombra.

A esta descripción, “nuestro presidente de izquierdas” respondió con un clarísimo “bien resuelto”. Ya sabemos que este personaje a parte de las toneladas de marketing político está hueco de la más mínima decencia socialista. Pedro Sánchez es un producto más del sistema ultraliberal y ni su acción ni dejación, hacen ver políticas que vengan a mejorar las condiciones materiales de la mayoría ni dar mayor empaque a la democracia. Él no está para eso, como tampoco lo está la dirección federal del PSOE, ni sus retrógradas baronías caciquiles. Por desgracia, tampoco lo están unas bases que han abandonado definitivamente las anclas ideológicas de la izquierda para abrazarse al sentimiento hooligan de defensa de “su” partido.

Todo entra dentro del vergonzoso acuerdo con la dictadura Marroquí que nos pone a los pies de un sátrapa que oprime a su propio pueblo, masacra a nuestros hermanos españoles del Sahara Occidental, nos chantajea con las vidas de los inmigrantes, alberga terroristas y fundamentalistas y erosiona toda convivencia en el Magreb.

Pero y la “verdadera izquierda” qué. Qué hace y qué va a hacer Unidas Podemos y Yolanda Díaz, tras esta matanza es clave. Sin embargo, viendo que tras arrancar unas pocas medidas que den opciones a las clases más desfavorecidas, no podremos esperar más que unos cuantos tuits muy indignados pero nada de forzar la situación a un año vista. Lo primero de todo porque queda mucho para que la nueva plataforma de la izquierda se construya. Lo segundo porque en este país, con un racismo y un patriarcado tan marcados, fruto de 40 años de dictadura nacional-católica fascista y una transición a la democracia que fue la garantía de superviviencia de aquellos valores (y de quienes se lucraron y mucho bajo su amparo), sería muy difícil explicar con éxito, por qué se deja atrás un gobierno por unos africanos muertos, cuando durante tres largos años se ha sido incapaz de acercar mayor dignidad a las clases trabajadoras españolas.

El tacticismo lo empaña todo. Incluso lo que debía ser la propia coherencia y las líneas rojas de uno mismo. Si se conservará coherencia más de uno y de una debería salir hoy de ese gobierno y luchar contra él con la misma fuerza que se hizo (o se aparentaba hacer) contra el gobierno del PP en 2014. Cómo van a explicar PSOE y Unidas Podemos, o lo que venga, a sus votantes una actuación tan represiva y en contra de los derechos humanos más básicos. Cómo pueden diferenciarse de lo que harían los fascistas del PP y Vox y cómo quieren seducir a los votantes trabajadores, si no son lo suficientemente valientes para desmarcarse y ofrecer y cumplir un programa de garantía de los derechos humanos, la igualdad y la fraternidad.

En un momento de crisis total, con el imperio desvaneciéndose ahogado por su propia inmundicia, con los derechos humanos cada vez más pisoteados, incluidos aquellos que parecían garantizados (hay que aprender la lección de que si no hay lucha, no hay garantía de nada) las buenas personas tenemos que mantener la propia coherencia y exigirla a nuestros representantes y gobernantes. El crimen de lesa humanidad cometido este fin de semana, se suma a todos los que se están cometiendo los últimos años, y quienes aspiramos a un mundo más digno y decente, no podemos perdonar ni olvidar los atentados que se cometen contra los más vulnerables. Sean mujeres, sean pobres, sean inmigrantes, sean africanos, negros, magrebíes, niños, ancianos, lo que sean. No en mi nombre.

 

jueves, 18 de febrero de 2021

Una semana de normalidad democrática en España


 

En la última semana, en la normalidad democrática de España, se ha procedido al despido de un periodista por un rótulo en una pieza de información de Televisión Española; se ha llevado a cabo la encarcelación de un rapero por sus letras de denuncia de la corrupción real y contra el sistema; dos policías nacionales fuera de servicio acosan a una chica de 14 años y le pegan una paliza a ella y a su padre quien salió en defensa de su hija; en las manifestaciones en contra de esta inviolabilidad policial, la policía carga con violencia llegando incluso a utilizar munición de postas causando dos heridos. Ante el fallecimiento de un ex-gal condenado por terrorismo se suceden panegíricos elogiando su vida sin que se atisbe la respuesta judicial por enaltecimiento del terrorismo. Se permite una manifestación nazi en el centro de Madrid en las que se lanzan soflamas contra “rojos”, “maricones”, “mujeres” y “judíos” destacando el discurso de una chica de 18 años (acompañada de varios sacerdotes) que pasa a recibir una atención mediática como “musa del falangismo”. Se llevan a cabo multitud de manifestaciones en favor de la libertad de expresión y por la excarcelación del rapero Pablo Hásel. La mayoría de ellas sin incidentes (aunque en casi todas hubo provocación de elementos de derecha y las fuerzas policiales), llegando a la violencia provocada por los antidisturbios en Madrid y Barcelona, que se salda con varios detenidos y heridos, entre ellos una joven que ha perdido un ojo en la ciudad condal. Por supuesto, la derecha política y mediática, saca la brocha gorda para imponer su relato, atacando a la izquierda y dando más valor a un contenedor quemado que a una mujer gravemente herida por la brutalidad policial. Todo esto en una semana de normalidad democrática en España. Donde gobierna, no lo olvidemos, una coalición de izquierdas.

No voy a cometer el error de no condenar la violencia. Condeno y lucho contra la violencia. Sobretodo condeno la violencia policial. Esas fuerzas “de seguridad del estado” que detentan el poder de la violencia institucional y que carecen de la más mínima ética y sometimiento a las normas cívicas y democráticas que en teoría nos hemos dado todos.

A estas horas y éste día seguimos esperando, y podemos esperar sentados, a una condena de las asociaciones profesionales de los colectivos de fuerzas de opresión del estado. También podemos sentarnos y esperar las explicaciones del ministerio de Interior. Y son improbables no sólo el cese de este señor que nunca debió ser nombrado Ministro, sino ni siquiera una triste reprobación por el Congreso. Marlaska es un juez que ocultó y legitimó las torturas en el País Vasco y con esos antecedentes jamás tendría que tener ordeno y mando sobre quienes se supone, nos tienen que proteger. Más si cabe cuando la preocupación de las policías de este estado está con los contenedores de basura y no con las personas; cuando su empeño es garantizar el sistema económico por encima de las libertades civiles de la población, como si un escaparate roto fuera más grave que una persona silenciada, oprimida y repudiada. Y donde además, estos elementos a los que damos placa, esposa, porra y pistola y un sueldo, todo ello pagados con nuestros impuestos en contra de otras cosas más elementales y necesarias, muestran una sintonía con la extrema derecha que indigna y avergüenza.

Allí y en esas ocasiones no vas a ver a la policía deteniendo, ahostiando, reventando ojos o ni siquiera, multando. Allí verás a agentes, cayetanos, pijos y fachas, compartir risas y fotos, desfilar con rojo y gualda y venerar mutuamente el tardo franquísmo españistaní que les permite a  unos y a otros, en conjunción, dedicarse a oprimir a la clase trabajadora y abusar de sus riñones como lacra parasitaria que ambos son.

Ni el PSOE ni Unidas Podemos, ni desde dentro del Gobierno (donde pasan semanas sin reparar tropelías y ganar en democracia derogando por ejemplo leyes lesivas como la Ley Mordaza) ni desde sus grupos parlamentarios son capaces de poner coto a la sucesión de acontecimientos que son consecuencias lógicas de la crispación que el contexto actual (pandemia, crisis económica sistémica de un capitalismo depredador y sin límites, crisis ecológica, crisis de valores democráticos, éticos y morales y crisis política de un estado fallido) provoca en la sociedad.

Si pensamos que sentados en casa, escribiendo en el blog y tuiteando, vamos a recobrar dignidad y avanzar en mayor democracia y en justicia social estamos muy equivocados. Nos equivocamos si evocamos con romanticismo las luchas del pasado, del siglo XIX y del siglo XX, donde la práctica totalidad de los deberes y derechos civiles se adquirieron a base de fuego y estopa. Porque no fue un camino de rosas y batucadas precisamente aquello. La libertad y el modelo de bienestar que no se extendió más que para un 20% de la población mundial se logró entre otras cosas por movimientos revolucionarios y contestatarios. Pero sobretodo las conquistas sociales y laborales se lograron a base de esfuerzo, de conciencia e identidad y de tener muy claro que había que revertir el orden institucional, para conseguir un mundo mejor para todas y todos. Bien organizados y dispuestos a asumir la respuesta a la acción violenta de cuerpos y fuerzas de seguridad del estado (del estado de las cosas) y fuerzas contrarrevolucionarias. Y también de unos medios de comunicación al servicio del poder oligarca y siempre dispuestos a construir un relato que legitime el estado de las cosas, con todo el dolor e indignidad que nos asola.

No se ganó en libertad, dignidad y justicia social con palmas, tambores y lemas cuquis. Fue con huelgas, con desobediencias civiles, asumiendo costes en dolor, prisiones y multas. Fue con violencia, incluso con atentados. La sociedad está harta por muchas cuestiones. Y este hartazgo crece a medida que se ven frustradas las expectativas de cambio y de mejora de la situación, primero individual, pero también colectiva.

Hace menos de un mes estuve viendo la serie Antidisturbios. Como he estado en desahucios, huelgas, piquetes y manifestaciones me he visto con ellos. Ya sé cómo funcionan y porque me producen asco y repulsión. La serie me sorprendió por la crudeza y verosimilitud con la que son retratados y además y de propina, y para que todos tengamos claro que no son más que herramientas del poder oligarca y corrupto, son empleados como matones a sueldo que favorecen los chanchullos de las élites.

Frente a la violencia y el discurso que legitima su opresión, nuestro convencimiento, repulsa y lucha. Como dicen los Chikos del Maíz, "Antes como mierda que defiendo vuestra ley"; "Antes pongo el culo en esquinas, que me hago madero".


jueves, 11 de febrero de 2021

Censura en Españistan


 

Entre hoy o mañana el rapero Pablo Hasel tiene que ingresar en prisión, siguiendo una condena puesta por un delito de opinión. En sus letras de contenido político, el músico catalán denuncia la corrupción del Rey emérito y la violencia del sistema y el estado de las cosas.

Te puede gustar o no Hasel. Ser aficionado o no a su estilo. Incluso puedes estar de acuerdo o no con su discurso. Pero si consideras que por una canción está justificado su ingreso en prisión, podemos valorarte como anti democrático y en consecuencia, fascista. Las muestras de solidaridad se suceden mientras se acaban los plazos legales para subvertir esta salvajada, una más en este lupanar para el fascismo que resulta Españistan.

Nunca hemos oído ni visto juicios o intervenciones policiales para impedir actuaciones de grupos de extrema derecha que cantan para oprimir a otros colectivos. No hay ni siquiera reproches a los provocadores que acuden a barrios obreros a lanzar soflamas clasistas plagadas de odio (xenofobia, homofobia, misoginia, etc.) en el contexto de una campaña electoral. Y sin embargo, presos políticos comunistas o anarquistas se pudren en las cárceles ante la indolencia de la población y sin la cobertura de los medios de comunicación burgueses como con otros casos más conocidos.

Unas leyes fascistas que beben de las fuentes del franquismo, y cuyos herederos no sólo las pusieron en marcha cuando tuvieron ocasión, y por supuesto, lo volverán a hacer, sino que valiéndose de todas las artimañas del sistema han bloqueado concienzudamente su derogación e incluso su modificación a normas más laxas. La ultra derecha de PP y Cs (y obviamente, encontraríamos a Vox en esta barricada) llevan desde 2017 con la derogación de la Ley Mordaza aprobada en las Cortes paralizada por sus mayorías y sus tejemanejes. Y ahora que tenemos una mayoría, compleja pero mayoría progresista, para proceder a derogarla, se suceden las semanas sin que haya atisbo de corregir este fallo multi-orgánico en nuestra democracia.

No es nuevo, ni tampoco propio de éste país que la derecha, se haya valido y se valga de la democracia para sus fines. Para enriquecerse enfangando el buen nombre de la política. Que también. Pero sobretodo, para mantener un estado de las cosas que favorezca la opresión del 1% sobre el resto. Tampoco lo son las traiciones del PSOE a la clase trabajadora y a los colectivos denigrados y oprimidos en el estado. Su cobardía y sumisión es tan lacerante como desesperante la lentitud de movimientos desde la izquierda para crear una ola que desde convencimiento, movilización y generosidad pueda superar este franquismo sociológico para hacer al estado avanzar y mejorar. Y es que la izquierda “guay” tampoco ha tenido problemas en emplear la brocha gorda cuando algo le incomoda.

La Ley Mordaza fue puesta en marcha con el único fin de "ser una respuesta del Gobierno y del poder legislativo a las numerosas manifestaciones que en los últimos años se han llevado a cabo en España". No lo digo sólo yo, ni multitud de personas y colectivos. Son palabras de la ONU en su informe sobre la calidad democrática en España y donde reclamaba la adopción de “todas las medidas necesarias para garantizar, en la legislación nacional, el ejercicio de los derechos fundamentales y las libertades públicas de conformidad con los estándares internacionales".

Los derechos a manifestarse pacíficamente y expresar colectivamente una opinión son fundamentales para la existencia de una sociedad libre y democrática” son palabras también del mismo informe de la ONU y vienen a respaldar los capítulos de libertades cívicas, individuales y colectivas, de la nuestra violada Constitución. Ese mamotreto que apenas nadie se ha leído y que está ubicada en la boca o en el culo de nuestra derecha dependiendo de si les sirve o no para su discurso de opresión y odio.

Derechos cercenados de libertad de expresión, de opinión, de reunión, de manifestación, al tiempo que crecen el número de multas, detenidos e identificados por la Policía, a la que se protege para que puedan seguir realizando su papel de esbirros del sistema. Todo ello haciendo que la libertad de prensa también se vea terriblemente deteriorada y que pongan a España como ejemplo del retroceso en la libertad de prensa en el mundo.

Ofende el que puede. Y puestos a la defensiva existen unos cuantos tarados dispuestos a emplear la maquinaria bien engrasada de medios de comunicación afines (aquí empleados como medios de coerción), policías como perros sarnosos siempre delicados con la mano del poderoso y jueces que bajo su batiburrillo de togas y tomos se convierten en legisladores de lo moral, lo correcto y hasta de lo útil. Así, hemos tenido por este país en los últimos años juicios por blasfemia, persecución de chistes, cantantes, articulistas, tuiteros, humoristas. De asociaciones vecinales o ecologistas a los que se les busca las vueltas para desactivarlos por su oposición exitosa a megalomanías de los de arriba. De tirititeros a los que les aplicaron la ley anti terrorista.

Si no fuera por algunos elementos que reaccionaron contra esta reacción de odio y víscera tendríamos las cárceles llenas de quienes denunciamos, de un modo u otro, la corrupción, el caciquismo, la cutrez, el autoritarismo y la avaricia de las élites de éste país. Y estos, podrían seguir ejerciendo sus corrupciones, cacicadas, cutreces, autoritarismos y avaricias varias.

Pero el éxito de la Ley Mordaza no viene en la medida del volumen y número de sanciones, detenidos, multas y presos. Su funcionamiento está ideado para restringir y coartar la libertad de la población. Para que antes de salir de casa a parar un desahucio en favor de un banco o un fondo buitre, te lo pienses. O para ir a una manifestación en defensa de la Sanidad pública, también te lo pienses. Que mientras te pones el palestino recapacites si te merece la pena. No vaya a ser que te caiga un palo o una multa porque te apliquen la desmesura de la violencia institucionalizada. 

La Ley Mordaza funciona muy bien cuanto te piensas un tuit, un chiste, o escribir un modesto artículo como eśte. Internet es el nuevo campo de batalla, donde las ideas y las corrientes de opinión pueden prender mechas que incendien los cimientos de un sistema que se pudre desde su cúspide por momentos. Por eso es tan importante el control de la red y su neutralidad. Y por eso en multitud de ocasiones desvían la atención con otro caso espectacular, para legislar con el ánimo de ponerle puertas al campo y limitar nuestra capacidad de comunicación, de activación, de aprendizaje y de subversión.

El dictador murió en la cama y los que ayer eran fascistas se despertaron al día siguiente como demócratas. O eso es lo que nos quieren hacer creer desde hace ya 45 años. La Ley de Amnistía fue la continuación de la dictadura que garantizó la supervivencia no sólo de los crímenes franquistas, empezando por el beneficio económico colosal de algunos mangantes aupados al poder oligarca bajo las condiciones de la victoria fascista, sino que además, permitió colocar una educación garantista para con el franquismo sociológico. No se discutieron, debatieron los crímenes, las causas y las consecuencias de la dictadura y procedió a perpetuarse una legitimidad del golpe del 36 y del terror fascista que es una inmoralidad y aberración histórica.

Rascas un poco la superficie social y enseguida salta ese discurso misógino, paternalista, racista, ultra-nacionalista, intolerante, violento, fascista en definitiva, y anti democrático en esencia. Nada puede sonar discordante de un discurso oficial de talante continuista con la dictadura pese a que ya hemos crecido en el estado varias generaciones nacidas y educadas en democracia. En teórica democracia.

En frente multitud de asociaciones por la Memoria Histórica a los que no les mueve el revanchismo como vomitan desde sus altavoces los poderes fácticos. Sino que su afán es el de la reparación, la justicia y la verdad. Su éxito es la mayor garantía democrática que podemos recibir por lo que el apoyo a esta causa tiene que ser intenso de todo aquel que se auto denomine demócrata.

La caverna plagada de hinchas furibundos y bestias irracionales ha salido en tropel a cargar contra el vicepresidente del gobierno por decir que "No hay una situación de plena normalidad política y democrática en España". Pablo Iglesias hacía estas declaraciones en el contexto de la campaña electoral para las catalanas del próximo domingo, con el ánimo de enervar a sus huestes ante el presumible descalabro electoral de la coalición Unidas Podemos. Alentar el voto remarcando la excepcionalidad social y política en el estado español con una desigualdad lacerante, una falta de democracia y memoria insultante y con problemas territoriales y de identidad convertidos en trinchera desde la que incendiar la colaboración, el diálogo y la normalidad. Todo ello, por una persona y un partido político que han sufrido y sufren la persecución del sistema por tierra, aire y mar; es decir, por los medios, por jueces, por otros partidos políticos y por las cloacas.

Como una profecía autocumplida Iglesias tiene razón. Cuando sus mensajes y acciones, iniciativas y denuncias causan tanto pavor y tanto escozor. Cuando movilizan en contra y a favor al mismo número es fundamentalmente porque lo que dice es verdad. Porque nos caerá mejor o peor Iglesias o estaremos a favor o en contra de su formación. Pero lo que nadie debe olvidar es que el ensañamiento que sufren va a la par del desprestigio del sistema que denuncian y de las pocas medidas que consiguen arrancar al mismo sistema, empezando por sus elitistas compañeros de gobierno.

¿Es democrático encarcelar a un rapero porque no nos gustan sus letras? ¿Es democrático que el sistema bajo el sistema, las cloacas, se dediquen a lanzar bulos y perseguir a los opositores a éste siniestro régimen? ¿Es democrático que despidan a quienes escriben un titular incómodo ante la última salida de tono elitista de la casa real? ¿Es democrático desahuciar a una anciana a 10 minutos de la llegada del toque de queda? ¿Es democrático que se quede sin casa y con la deuda? ¿Es democrático que de media un español o española dedique el 55% de su renta anual al pago de un lugar donde vivir? ¿Es democrático desmontar los servicios públicos? ¿Es democrático que aún existan más de 150.000 desaparecidos por la represión franquista? ¿Es democrático que te sienten en un banquillo porque un grupo de gilipollas se ofenden cuando te cagas en dios y en la virgen? ¿Es democrático que la princesa se vaya a un colegio a Gales a 76.000€ anuales al tiempo que miles de sus compatriotas mueren de frío o calor en barrancones? ¿Es democrático que la sanidad pública haya sido derruída en favor de la privada por unos políticos elegidos en teoría para su administración? ¿Es democrático el volumen de corrupción que destila este estado fallido?


Podía seguir así preguntas y líneas hasta el infinito porque es infinita la indignidad que asola este país. Porque la censura, la persecución, la violencia son demostraciones diarias de la anti democracia en España, donde se han juntado el hambre y las ganas de comer, donde se han juntado el fascismo y el ultraliberalismo. Por todo esto se hace vital y urgente la derogación de la Ley Mordaza (así como la derogaciones de las reformas laborales y otra multitud de legislaciones en favor de la dignidad y bienestar de las clases trabajadoras). Unirnos como izquierda democrática y consciente de las dificultades se hace necesario. Es el momento de transitar ya de una vez por todas y pese a las agresiones de los que temen perder sus esclavistas privilegios, de la dictadura a la democracia.


lunes, 12 de octubre de 2020

No es mi fiesta


Hoy es 12 de octubre, Día de la Hispanidad, fiesta nacional de España. Y no es mi fiesta. Porque éste día que ya durante la transacción se llego al acuerdo de mantenerlo como fiesta nacional no ha cumplido su objetivo. Porque en el camino de institucionalizarla para que sea vivida con respeto y orgullo, dentro de la pluralidad que tiene el estado, sistemáticamente se convierte en una fiesta exclusiva. Carece de ese sentido inclusivo para que todas y todos nos sintamos un mínimo cómodos, y sobretodo y más importante, nos reconozcamos como iguales y convencidos de vivir en un estado que nos garantiza nuestros derechos y dignidad.

Se celebra en Madrid (enfangado en su ciénaga propia y en estado de alarma) ahondando en el centralismo autoritario del estado español. La inclusión de las regiones y sentimientos de pertenencia regionalista o nacionalista quedan excluidos. Las banderas de las Comunidades Autónomas ni aparecen. Se impone una visión de España que no se corresponde en absoluto con la realidad y que hace que muchos la vean y al sentimiento patriótico español como una opresión y una limitación de su libertad e identidad.

Desfilan el ejército, la Guardia Civil y la policía nacional y la bandera con el Rey saludando como jefe del estado y coronel de los tres ejércitos. Los jueces y fiscales también tiene su espacio. Los cientos de miles de trabajadores del estado, ya sean médicos, profesores, bomberos o administrativos no cuentan. El resto de clase trabajadora es ignorada. Sólo tienen el privilegio de "desfilar" unos cuantos limpiadores que limpian las deposiciones de los caballos del regimiento de caballería y de la cabra de la legión. Las autoridades políticas, representantes de la soberanía popular permanecen en segundo grado.

Sólo destacan las de la izquierda que reciben los abucheos e insultos de los espectadores que acuden en masa al clamor patriotérico para hacernos ver a todos y sobre todo a ellos mismos, que esa es su fiesta, que es su día y que España es su cortijo. Nosotros no pintamos nada y a lo único que aspiramos es a servirles sin rechistar o a ser abono en las cunetas.

Esta falta de respeto y sentido democrático lo es a todos los españoles que lo somos tanto, y seguramente más si nos guiamos por la aportación tributaria de unos y otros, que ellos. Las protestas son parte de la democracia, pero no el insulto, la mentira y la humillación sistemática de los otros.

En estos últimos años se ha procedido a un blanqueamiento del fascismo y del franquismo que tiene su consecuencia en el auge de Vox, una ultraderecha sin complejos que azuza los vientos de odio y que tenemos que parar entre toda la clase trabajadora. La han aupado los medios y la derecha oficial del estado, en el PP, absolutamente desnortada y arrasada por la corrupción y su inoperancia en la recuperación de la crisis económica que sólo ha traído recortes y mayores desgracias para el grueso de la población. Y que ahora en la crisis del coronavirus no sólo se muestran incapaces de gestionar sus responsabilidades, sino que se niegan a dar una imagen de unidad y consenso frente a un enemigo externo. Son asi de miserables.

Sin embargo, el 12 de octubre sistemáticamente los mayores insultos se los lleva la izquierda, más si está en el gobierno, porque al fin y al cabo son las gruppies del franquismo las que glosan este día (y también el 20 de noviembre) recuperando una visión distorsionada de la historia con un relato que legitima el estado de las cosas entre ellas la violencia, la corrupción, la falta de democracia y de dignidad para millones de personas.

La bandera no es sólo de ellos, pero si que lo es una visión rancia, caduca y deformada de lo que es nuestro país y cuando se apropian de un trozo de tela, es inevitable que quienes pensamos, deseamos y creemos en un país mejor con futuro y cabida para todas y todos denostemos esa bandera y este día.

Aquí no se trata de adoctrinar, sino de impedir que nos adoctrinen. No se trata de erigirse como poseedor de una única verdad, pero si de manifestar que una democracia moderna está, tiene que estar, abierta a la crítica y la sátira. Cuando un humorista se suena los mocos con la bandera o cuando una afición de un equipo abuchea el himno, nos podemos quedar en lo simbólico o entrar en lo que se está expresando: Ni más ni menos que el hartazgo con un modelo de país y unas actitudes cainitas, corruptas y soberbias que nos lastran y nos impiden avanzar.

En esta edición esta democracia con dos reyes va a tener a uno huido de la justicia en un país que sistemáticamente incumple los derechos humanos y funciona como una monarquía totalitaria medieval. Entre los sátrapas saudíes el ciudadano Juan Carlos se siente como en casa. El otro muestra una afinidad indisimulada y bochornosa con la extrema derecha y con esta visión de la España única, rancia y retrógrada. Le molesta mucho cuando una bandera no se despliega al aire correctamente pero no se muestra incómodo ante los deshaucios, los expedientes de regulación de empleo, el drama de la España vaciada, los asesinatos machistas, la pobreza o las muertes en las residencias de ancianos, todos ellos sus conciudadanos antes que súbditos. Ambos representan una familia trufada de corrupción, mentira e inmoralidad. Y estos valores se trasladan al trono, a la institución de todos los españoles, que representan y que nos presentan ante los demás. Un trono sustentado por el dinero del franquismo, pero también de dictaduras extranjeras como los príncipes de los Emiratos o el sha de Persia y con la injerencia de la CIA interesada en un mundo a su medida de estados vasallos que le deban sumisión. Esta es la legitimidad de la monarquía y no es para sentirse orgulloso si se es patriota.

La Ley Mordaza sigue vigente y oprime y castiga a la población civil que disiente del estado de las cosas y que nos avergonzamos en este país corrupto, hipócrita y sin futuro. La policía golpea en los barrios humildes y trabajadores, mientras aplaude las banderas franquistas en las manifestaciones de las clases pudientes. Y hoy se supone que tenemos que celebrar con ellos.

Las víctimas de la pandemia tendrán su momento de recuerdo como también las han tenido las víctimas del execrable terrorismo etarra. ¿Y las víctimas del 11M o del atentado de Barcelona?. ¿Y las víctimas del terrorismo fascista o de la violencia policial?. ¿Y las víctimas de los accidentes de tren, avión o el de Metro de Valencia?. ¿Y las víctimas de violencia machista?. ¿Y las víctimas que han muerto o quedado heridas en el trabajo en accidentes laborales y enfermedades profesionales?. Si fuéramos un país a celebrar hoy también tendrían su espacio.

Sin embargo tendremos el ruido y la furia de una visión de país que no me representa, ni a mi ni a millones, la mayoría de la población que vivimos en España y que legalmente somos españoles. Y esa es la verdadera tragedia de España. La carencia de memoria, historia, dignidad, humildad y de futuro que tenemos. De conocernos a nosotros mismos y en nuestra diversidad. Con empatía y con ánimo de aprender y compartir. Y los que nos sentimos mal por este estado de las cosas no sólo no estamos representados en la parafernalia retransmitida por los medios. Es que estamos expulsados y los símbolos identitarios del estado como bandera, himno, fiesta o jefatura del estado se usan como armas hacia el que no piensa igual.

Por eso duele España y por eso es imposible sentirse hoy de fiesta por más que deseemos un país mejor para todas y todos.


martes, 9 de abril de 2019

Los videoclips de Rammstein



Si existe un grupo de rock, de metal, que convive, con sumo gusto y naturalidad con la polémica, la censura y la critica ese es Rammstein. La ya veterana banda alemana de metal industrial ha puesto en solfa con cada una de sus interpretaciones y contribuciones artísticas el estado de las cosas, con especial interés en las contradicciones del sistema psico social de cada uno. Las convenciones sociales, culturales y emocionales de todos son puestas en duda por Rammstein, siempre fieles a su estilo, con la clara intención de provocar, de hacer crecer la conciencia critica en sus espectadores, sean fervientes admiradores o radicales detractores.
Escribiendo en alemán (casi siempre) su líder y voz Till Lindemmann tiene claro el poder de su lengua natal a la hora de armonizar con el metal industrial, generado un clima duro y asfixiante, pero también decadente y sórdido, empleando con maravillosa destreza e imaginación el poder visual de su música.
La escenografía de Rammstein y su vestuario y sentido del espectáculo son señas de identidad auténticas y reconocibles, parte fundamental de su mensaje provocador. Así desarrollan uno de los espectáculos en vivo más estimulantes y avasalladores del panorama del metal actual, donde la pirotecnia y el fuego son más que tramoya en el setlist: Son también intérpretes del concierto.
Pero es con sus videos donde Rammstein ha ganado su poderosa fama. Apoyados desde el primer momento por una gran discográfica como Universal, que dió a Lindemmann y sus huestes absoluta libertad creativa, los reyes del metal industrial desarrollan auténticos cortometrajes con una producción, guión y efectos apabullantes. Casi siempre protagonizados por los propios miembros de la banda, la videografía de Rammstein es un golpe a la mandíbula al sistema, que tiene como único recurso acusarles de filo nazis y radicales, poniendo en liza el llamado Efecto Streissand.
Siempre al filo de la navaja Rammstein sacude con cada novedad, no sólo la apacible rutina del heavy metal y el rock duro, sino que sobretodo asaltan la actualidad política y social del momento, especialmente en su Alemania natal, tan puntillosa siempre sobre su historia y su terriblemente violento pasado.
Y con una propuesta como la de “Deutschland”, primera canción, y primer video, filtrado del nuevo disco de la banda germana, titulado homónimante Rammstein y que saldrá a la venta el próximo 17 de mayo, han vuelto a salir las noticias de polémicas, censuras y el rasgado de vestiduras del Gobierno, los partidos políticos y los medios de comunicación alemanes.


Deutschland, es un repaso a la historia de Alemania desde el punto de vista de unos extraterrestres que son espectadores de los principales, y más trascendentales hitos de la historia teutona y que forjaron la identidad nacional alemana. Esta identidad es representada constantemente durante todo el metraje por una actriz negra, provocando con ello al dogma que asocia la identidad nacional con la pureza de raza y sangre aria.
Quiero amarte y Quiero condenarte -Will dich lieben, Und verdammen- dice la canción mientras se suceden imágenes que representan la Batalla de Teutoburgo, principal derrota del Imperio Romano y que cerró la expansión de Roma al Norte del Rhin. Un hito de la historia de Europa y de la identidad de los pueblos bárbaros, en el que se reconoce el origen violento en defensa de una tierra y un modo de vida arcanos, frente al progreso traído por el invasor.
Se suceden escenas que representan los clubes de lucha de los felices años 20 o las batallas de las Guerras de los Cruzados. Aparece el accidente del Hildenburg (1936) que constata la no siempre bien entendida superioridad tecnológica alemana.
Distintos versos de la canción, como “Du Hast” o elementos de la escenografía, como el lanzallamas, o la nave con la forma del ataúd de Blancanieves en “Sonne”, o el ángel de “Engel, hacen referencia a otras canciones y videos del repertorio de la banda que sobrevivieron a pesar de la polémica, lo que parece querer referenciar a la Alemania actual tan quisquillosa con su historia y su propia identidad.
Otro momento importante es la representación de la Alemania de la RDA, con una escena en la que se ve una alta distinción del politburo en el que se celebra con champán, mientras sabemos que el pueblo vivía notables penurias. Se termina con una referencia explícita al famoso beso entre el premier Breznev y el canciller Honecker.
Se sigue desarrollando el metraje exponiendo otros hitos de la historia de Alemania hasta llegar al momento más polémico del video en el que mientras se dispara un cohete V2, en un campo de concentración se procede a ahorcar a varios presos, interpretados por los propios miembros de la banda. Un judío, un comunista, un homosexual y un gitano son ejecutados por un ofical nazi -también representado por otro miembro de la banda- mientras suenan estrofas “Überheblich, überlegen; Übernehmen, übergeben; Überraschen, überfallen; Deutschland, Deutschland; Über allen!” (“Arrogante, superior; Poderosa, sometida; Atacada por sorpresa; Alemania, Alemania; ¡Sobre todos!”) que hacen referencia al propio himno de la Alemania nazi.
Para la sociedad alemana el nazismo es una vergüenza nacional y como tal se la toman y educan sobre ello (¡cuánto tenemos que aprender!). Además son especialmente beligerantes con la representación de la Alemania nacional socialista, si interpretan que se hace para ganar dinero o notoriedad, por lo que esta parte especialmente ha abierto todas las criticas y acusaciones hacia Rammstein.
El momento culmen del video y que para mí da sentido a todo el video es cuando la actriz negra, aparece embarazada, dando a luz a cinco pastores alemanes, cinco cachorros, una nueva generación condenada a repetir los mismos errores que sus antecesores. Estas escenas muestran la visión de Rammstein sobre la propia identidad alemana y su propia historia, obviamente no exenta de violencia -como la de ningún país- y basada en la opresión ejercida por los poderosos frente a los oprimidos, siempre despistados con la bandera y el patriotismo.

Rammstein siempre se ha definido en una ideología de izquierdas patriótica y desde que se hicieron evidentes los ataques de la prensa bajo un maniqueísmo de izquierdas y derechas ha denunciado ese simplismo.
Por ello es oportuno aprovechar el lanzamiento de Deutschland, para hacer un repaso a los siempre estimulantes y espectaculares videos de Rammstein. Ahí van:

Du riechst so gut

Existen dos versiones oficiales. La primera de 1995 en la que con fondo blanco, los miembros del grupo ataviados con estética sadomaso interactúan con un doberman. Y la de 1998, en la que influenciados por la estética El Perfume de Patrick Suskind, los miembros de Rammstein son hombres lobo que persiguen a una joven.


Engel
Inspirada en la famosa escena del baile de Salma Hayek en Abierto hasta el Amanecer, aquí varios miembros de la banda contemplan el baile de la stripper, para acabar, al igual que en la película, desatando la violencia y el fuego.


Du hast

El primer gran éxito de Rammstein y su letra y melodía más icónicas. El video inspirado en Reservoir Dogs, muestra a los músicos como mafiosos, que quedan para saldar cuentas. El fuego y las explosiones vuelven a ser importantes partes de la trama.


Stripped
Esta versión de Depeche Mode ocasionó la primera gran polémica para Rammstein quienes fueron acusados de nazis, al emplear para el videoclip imágenes de los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, grabadas por Leni Riefensthal directora de documentales propagandísticos agregada al ministerio de propagada dirigido por Goebbles.

Sonne

Mi canción favorita y mi video preferido. De una originalidad apabullante, los integrantes de Rammstein son “enanitos” que trabajan a destajo en una mina para extraer oro para su dueña, una tiránica Blancanieves, adicta al polvo de oro. Las escenas se suceden reinterpretando el cuento de Disney, con altas cargas de erotismo y la belleza de la actriz rusa Julia Stepanova. Al final del video, Blancanieves muere por sobredosis, y los enanitos, desconsolados ante un futuro sin objetivo, lloran su muerte. O no…

 

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Una rareza dentro de la filmografía de Rammstein ya que los miembros de la banda no son los protagonistas del video. La ficción se centra en la defensa que una colonia de hormigas -que representa a la clase trabajadora-, frente al ataque de unos escarabajos -a su vez representan a los poderosos-. Las hormigas vencen por su ventaja numérica y organización y el símbolo del poder opresor, una mano derecha, cae inerte.

 

Ich will

Uno de sus videos más icónicos. Rammstein son una banda de atracadores y terroristas que asaltan un banco y son rodeados por la policía y miles de curiosos. Se alternan flash forwards en los que se ve lo que sucede tras el atraco, entre otras cosas las aclamaciones públicas y los premios que reciben. En Ich will, Rammstein critica la falta de escrúpulos de los medios de comunicación capaces de encumbrar a cualquier delincuente o inmoral con tal de vender cualquier historia.

 

Mutter

Tim Leindemmann es el protagonista absoluto del video. Se lanza una velada critica al aborto, donde el no nato, llama a su madre (“mutter”) en repetidas ocasiones, pero no como un lamento, sino como un grito por lo sola que se encontró y la falta de oportunidades.

Mein Teil

La polémica está servida. La canción hace referencia a Armin Meiwes, el caníbal de Rotemburgo, quien se hizo celebre al asesinar a un hombre, como parte de un ritual sexual por el que fue condenado a cadena perpetua, pese a que la defensa trato de hacer valer el contrato en forma de eutanasia que víctima y asesino pactaron. Los miembros de la banda representan distintos momentos de la vida de Meiwes, así como de quienes convivieron con él (especialmente su madre), para al final del video, salir de una boca de metro atados con correas como si fueran perros.

Amerika
Critica feroz al sistema de valores de los Estados Unidos de América, en especial al afán que tienen por “forzar” a otros países “a ser libres”. Rammstein quiso enmarcar la canción como una oposición a la política neo conservadora de George W. Bush pero escenas como la de la tribu africana enfrente del televisor comiendo pizza también dejan entrever la disconformidad con el modelo social occidental.

Ohne dich

Los miembros de Rammstein aparecen ataviados como escaladores en los años 20. Fue rodado en el Tirol austríaco. Durante el ascenso Till Lindemmann cae al vacío, resultando gravemente herido. La canción se detiene y durante un minuto solo se ve a los músicos sentados en el interior de una tienda de campaña, pasando el frío glacial, intentando curar el pie gangrenado de Lindemmann, mientras éste mira ausente la cima de la montaña. La música se reanuda y el grupo continúa escalando la montaña con el herido a hombros. Cuando alcanzan la cima, Lindemmann mira a su alrededor y muere con una sonrisa de satisfacción en los labios. 

Keine Lust

Sin duda una de sus propuestas más alucinantes, puesto que Rammstein interpreta la canción, caracterizados como obesos mórbidos, que parece se vuelven a juntar tras muchos años sin verse, como demuestran los instrumentos llenos de polvo. Un temazo para todos los headbanger.

Rosenrot

El video muestra a los integrantes de Rammstein como monjes de diversas confesiones que se reúnen en un apartado convento. Allí, Lindemmann es seducido por una joven menor de edad, tiene relaciones sexuales con ella, y esta le induce al asesinato de sus padres y marido. Es delatado por la propia joven por lo que al ser descubierto es torturado y ajusticiado por la muchedumbre del pueblo.

Mann gegen Mann

Los músicos aparecen totalmente desnudos tapándose únicamente con sus instrumentos, mientras se intercalan escenas de culturistas, embadurnados en aceite. La canción relata en primera persona y de forma metafórica, con amplias referencias culturales y dobles sentidos, la vida de un atormentado homosexual.

Haifisch

Uno de los videos más divertidos que recrea el funeral de Lindemmann mientras se intercalan los intentos de asesinato por parte de los otros miembros del grupo en diversos videos anteriores de la banda. Al final, desatada la bronca, descubren un ataúd vacío, al tiempo que Lindemmann desde una paradisíaca playa les envía una postal.

Pussy
La única canción de Rammstein en inglés (en realidad se alternan las estrofas en alemán e inglés) que ha tenido video propio y que más polémica levantó en su momento. Tuvo que ser estrenado en un portal de contenido para adultos, por sus escenas de sexo explícito entre los integrantes de la banda y actrices porno que interpretaban distintos personajes, así como roles propios de las relaciones sexuales (dominación, sado, sumisión,…) y que acaba con la eyaculación de los músicos. La interpretación nunca aclarada de manera oficial, podría venir en una critica a la doble moral entre una sexualidad explícita para con la mujer, cuyo cuerpo es representado como un objeto, y el tabú sobre la educación sexual. También se han abierto líneas que pondrían en solfa el turismo sexual, la dificultad que tienen las nuevas generaciones para tener sexo y las propias perversiones tanto individuales como colectivas.
 


Estos son unos cuantos de los vídeos de Rammstein. Hay material para pasarse una tarde reflexionado y disfrutando del mejor metal industrial, con una banda poderosa y sin límites tanto en lo creativo como en lo propositivo.





Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

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