Españoles buscando la maravillosa España que describió su majestad la pasada Nochebuena
La pasada Nochebuena,
como es habitual, el Rey, Jefe del Estado dio su tradicional
discurso navideño a la nación. Como viene siendo habitual en mi
caso los últimos años no vi tan magnánima puesta en escena y
reserve unos minutos el día de Navidad para leer la transcripción.
Lo primero a añadir es
que parece que no fui el único, puesto la emisión multi-cadena del
Mensaje de Su, de ellos, Majestad ha marcado un mínimo histórico en share, dejando bien claro y con datos en la
mano, que la crisis del Régimen del 78, el desmoronamiento
del tardo franquismo españistaní, y las ansías republicanas de la
ciudadanía ante tanta altanería, inmoralidad, corrupción y
estupidez borbónica no son sueños de una minoría, ni estados de
agitación, ni corrientes de opinión interesadas... Son realidades.
Son metas y objetivos alcanzables para hacer de este país un lugar
más digno donde vivir y construir una sociedad donde justicia y
libertad no fueran meras palabras con significado prostituido.
Después de todo el
proceso de renuncia del anterior monarca; entronización de éste;
campaña publicitaria de los medios del capital de exaltación de las
capacidades de “el preparao” y de la “maravillosa”
familia real, no era mi intención dedicar unas líneas (otra vez), y
el tiempo en juntarlas, a éste evento de infamia. Pero las mentiras
descaradas, las medias verdades interesadas, los lugares comunes y la
superficialidad sobre la que surfea el principito del estado de las
cosas en #Españistán, resulto tan vomitiva que me he puesto a la
tarea.
Y es que, el mensaje
del rey, no nos representa. El mensaje de la realeza, no refleja
la realidad. Una vez más el rey, como institución, sin importar el
nombre y el ordinal (aunque si el apellido) hizo un ejercicio de
militancia con los poderes fácticos del estado y sobretodo con la
Transacción, que no Transición a la democracia. Lo hace por
convencimiento y por conveniencia porque sabe de su supervivencia
como rey y la de su familia se basa en la imposición del atado y
bien atado.
Sólo ahí y sólo así
se concibe lo leído de su discurso que más me encabrono. “No
hay que reabrir viejas heridas […] por los riesgos que conlleva”.
Y se queda tan pancho. Y tan borbón. Es que esas heridas no se
han cerrado nunca. Esas heridas se han infectado y carcomen el
ruinoso edificio dictatorial y fascista que había en 1975 y que con
remaches de escayola y artificio habéis querido constituir en
democrático.
Hoy 80 años después del
estallido de la Guerra (in) Civil todavía hay más de 150.000
desaparecidos del bando republicano esparcidos por todo el territorio
nacional. Eres regente del estado con más fosas comunes y asesinados
bajo represión por sus ideas y creencias de occidente, sólo
superado a nivel mundial por Camboya. La Amnistía a los criminales
de guerra y represores de dictadura entró en el mismo paquete que la
corona que llevas puesta y hace que los asesinos fascistas hayan
llevado y lleven una vida de lo más normal. Miento, de lo más
normal, no. Fueron condecorados y mandamases recibieron cargos en el
cuerpo del estado y en consejos de administración de empresas, y
otros, los que golpeaban y torturaban y apretaban los gatillos,
pensiones máximas. Es decir, están forrados, premios por sus leales
servicios al fascismo.
Los monumentos y
reconocimientos que vanaglorian a los vencedores lustran todavía hoy
nuestras ciudades y paisajes, y siguen imponiendo una visión sesgada
de la realidad. Por lo tanto a la hora de hablar de “no reabrir
viejas heridas” hay que decir que primero habrá que cerrarlas
y para ello es necesario asumir la legalidad internacional contra
los crímenes de lesa humanidad y dar reconocimiento público de
quienes fueron las víctimas, que defendían la legalidad expresada
por el sufragio del pueblo, y quienes se levantaron contra esa
decisión, y quienes se lucraron masivamente manejando desde detrás
y anclando a éste país en la miseria y la indignidad durante 37
años de dictadura y una transición a la democracia que ya dura
demasiado.
A mi me daría vergüenza
reinar en un país donde la impunidad, la amnistía por amnesia y el
orgullo de los vencedores enfanga todo propósito de progreso. Y por
eso suscribo y apoyo la campaña de denuncia ante el Defensor del Pueblo interpuesta a raíz de tu mensaje, de quienes nos sentíamos
vilipendiados como defensores de la Memoria Histórica. Pero claro,
soy un radical de izquierda. Y a mucha honra.
Otra buena parte de la
legitimidad de su corona está en el actual modelo de Estado, tanto
desde el punto de vista formal institucional, como de la realidad de
una única España. Sin citar ni una sola vez a Cataluña, pero con
referencias deja claro que apoya la actitud y acciones del PP y los
artesonados del estado franquista (tribunales) para mantener a
Cataluña dentro de la nación, sin ningún tipo de cesión en un
proceso de negociación entre iguales, y mucho menos de escuchar la
opinión del pueblo.
Sin embargo, mucho más
ofensivos me resultaron los silencios del monarca en su discurso
navideño.
Volvió a caer en la
legitimidad de la política institucional y los partidos políticos
tradicionales, quienes por cierto lanzaron, PP, PSOE y Ciudadanos un
mensaje a una voz congratulándose “del gran rey que tenemos”.
Para el rey, al igual que para estos partidos no hay política más
allá de sus instituciones donde usurpan la voluntad popular. El
rey olvida premeditadamente que el 26J, el 67% de los votante no quería a Rajoy de presidente. Luego vino el golpe de estado en el PSOE y parece que todo volvía a funcionar para orgasmo del
capital, la troika, los bancos y los empresarios que podían
continuar exprimiendo y explotando a la clase trabajadora
inmisericorde mente, al tiempo que entre unos y otros esquilman los
derechos sociales (dependencia, sanidad, educación, etc.) haciendo
negocio con ellos. Aplican mordazas para acallar la protesta social y
así “España sigue siendo una gran nación”.
Sin embargo esto, para el
Rey no es política. Y no sucede. Para el Rey y quienes salen a
vitorear su mensaje el día después, el modelo político es
incuestionable y reviste salud. Para todos ellos las mareas y las
gentes que defienden la sanidad, los hospitales públicos, las
universidades públicas y la educación no existen o son esporádicos.
La PAH o las luchas de las organizaciones de consumidores. Quienes se
enfrentan ante los colapsos ecológicos y las agresiones a nuestro
medio ambiente por parte del capital. Las protestas contra la
tauromaquia. Las huelgas sectoriales, las Iniciativas Legislativas
Populares que son frenadas sin vergüenza en el Parlamento... los
libros, los blogs, las pancartas en los balcones... el pensamiento
critico. Todo esto, no existe en #Españistan. No es
política, y por lo tanto no requiere atención. El mensaje del Rey
es continué en su casa, en su sofá y ponga el fútbol. No hay nada
de que preocuparse. Lamentable.
Chirrió el silencio con
la corrupción, que sigue instalada en el funcionamiento
colectivo y nacional. Por supuesto, paso por alto la situación de su
hermana y cuñao. Y con ese bagaje moral de no reconocer lo que uno
tiene dentro de su casa, no iba a salir a leerles la cartilla a PSOE
y sobretodo PP que han robado a manos llenas de las arcas de cada
administración que han tenido la desgracia de gestionar. Y mucho
menos nos iba a decir a la ciudadanía que también tenemos que
cambiar nuestra mentalidad para ser más solidarios y a la vez
vigilantes y censores contra la corrupción. Cualquier tipo de
corrupción.
Pero si hubo un silencio
que me lanzo a escribir estas líneas fue sobre la situación de la mujer en España, donde el machismo campa a sus anchas. No ha
terminado 2016 pero en #Españistan han sido asesinadas dos mujeres
por sus parejas o ex parejas cada semana. Un terrorismo de sala de estar,
doméstico y acomodado al sentir español tradicional y ultra
católico que no ha sabido amoldarse al siglo XXI, y que sigue viendo
y lanzando ese mensaje, a la mujer como un apéndice del hombre, de
su propiedad, y cuya felicidad, la de la mujer, se tiene siempre que
supeditar a la familia y la satisfacción del hombre.
En las fiestas tradicionales de éste país se siguen produciendo violaciones y
actitudes hacia la mujer sexistas. La publicidad sigue usando el
cuerpo de la mujer como un instrumento de placer y elemento de
estatus del hombre. Hace falta un cambio de mentalidad y una
educación para que las generaciones venideras no tengan esta lacra
en sus vidas. Para que las que hoy son niñas puedan vivir su vida
adulta, tanto profesional, personal, afectiva y sexual con garantías
de igualdad con los que hoy son niños, y que estos reconozcan el
valor y la dignidad de quien tienen como compañera de estudios, de
trabajo, familiar, vecina, desconocida, amante, etc.
Pero al rey esto no le
preocupa o no le parece lo suficientemente importante para dedicarle
unas pocas palabras en los 15 minutos que al año tiene a bien, éste sujeto en dedicarnos a su plebe. Tampoco al florero de su mujer,
y una vez más, perdió la oportunidad de exigir una política de
cuestión de estado contra el machismo y por la igualdad entre sexos,
que además hubiera traído una mejora en la cuestión de la
tolerancia a quienes son, viven, piensan, sienten y aman distintos a
nosotros, a la ortodoxia católica.
En definitiva, por todo
ello, una vez más, me declaro ciudadano, no súbdito y mi
deseo para 2017 es que sea un año de cambio, revolución y
República.