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jueves, 16 de junio de 2022

La anormalidad democrática en Españistan

 

En una democracia, ¿qué es la normalidad para los demócratas? El respeto a los Derechos Humanos en el marco de la diversidad de todas las personas. No hay un ser humano igual que otro, pero todos y todas tenemos los mismos derechos y deben ser garantizadas las mismas oportunidades independientemente de esa diversidad, independientemente de su lugar de origen, de sus creencias, de su orientación sexual, de su sexo, de su lengua, de su ideología... Un demócrata, de izquierdas o de derechas o de “centro”, cree, o al menos debería creer, en esa igualdad y respeta la diversidad humana en todas sus manifestaciones; cree en el Estado de derecho y en el Estado social para garantizar la justa aplicación de la igualdad de derechos y libertades.

El debate político no debería de estar en este mínimo común compartido por todo demócrata. Estaría en las formas de gestionar el estado y los servicios públicos, como garantías de esa igualdad de oportunidades entre los ciudadanos, que constituye los cimientos de la democracia, como sistema político, que en principio, nos hemos dado entre todos. Se hablaría así, de aplicar medidas socialistas o liberales en esa gestión, con las consecuencias que ocasionarían y también, con los límites que socialismo y liberalismo deberían de marcar inexorablemente en una democracia. Cualquier desviación hacia al extremo en ambos lados provocarían el desmoronamiento democrático. Sobretodo en el caso del liberalismo, donde ya vemos, como el ultraliberalismo ha procedido a una voladura de los sistemas democráticos liberales de la segunda mitad del siglo XX al haber acabado con la igualdad efectiva de derechos y oportunidades.

¿Pero qué ocurre en Españistan? En Españistan se consiguió la democracia sin lucha, pasando de una dictadura fascista, militar y clerical que dejo una economía autárquica, un sistema social esquelético y un modelo de estado centralista y criminal para con el resto de nacionalidades del estado español y con el mundo rural. Un corpus político atrofiado y privilegiado con profundas raíces en el partido único y en la convivencia con un alto empresariado que lleva casi un siglo beneficiándose de continuo de los recursos del país y de sus gentes. Con estos mimbres y en un contexto de crisis decisiva y definitiva de un capitalismo que hace aguas y arrastra en su acometida a la democracia liberal, el fascismo vuelve a caminar sin máscaras ni disfraces y desplegando su batería de odio y atraso.

Con la esperada y a la vez torpe cesión del PP de CyL, de Mañueco y de su nuevo líder, Feijoo a la ultraderecha se pretende normalizar la nauseabunda forma de hacer política de Vox que tiene su emblema en el gilipollas que han puesto de vicepresidente que sin asumir responsabilidades políticas, pasa a cobrar un pastizal para únicamente enturbiar el clima político y disparar odio y víscera a todo aquel que no cumple con sus mantras cutres y trasnochados: hombres blancos, el ultracatolicismo, el machismo, la misoginía, la negación a las otras realidades culturales y nacionalistas, anteponer una suerte de derechos individuales dopados por la capacidad extractiva económica de las élites a los derechos colectivos, al bienestar y al bien común. Discutir el cambio climático y las medidas urgentes ya a tomar para paliarlo. Ignorancia cientifica, sexual, política, democrática,…

Vox es una gangrena de este sistema político españistaní que ya estaba enfermo y presentaba síntomas de agotamiento desde hace mucho. Es a la vez causa y consecuencia de los errores del pasado que no limpiaron las instituciones (ejército, fuerzas de seguridad, universidades y judicatura) de fascistas; del uso político, electoral y mediático de su ideario y sus seguidores para afianzar mayorías durante 40 años que no discutieron ni construyeron la defensa de la memoria y la democracia.

Extirpar el miembro mohoso, ennegrecido, rancio y tóxico es ya urgente pero el enfermo no se va a curar sin más. La podredumbre ya ha roído los huesos y el esqueleto se tambalea. Los órganos de la democracia en España también están podridos y si ya era urgente extirpar el fascismo de ellos hace 40 años ahora se convierte en trascendental. Se trata de justicia, de memoria y de coherencia. Y se trata de no olvidar los que con su dejación de funciones pero sobretodo con sus intereses personales y privados han favorecido el estado de las cosas de un país que se hunde en la miseria, sin convivencia, sin igualdad y siempre dependiente de los intereses de Estados Unidos.

La corrupción y el fascismo son las dos caras de la misma moneda que lastimosamente ancla en el atraso a España y a sus buenas gentes. Que haya mayorías que voten ultraderecha -ya sea pura y novedosa como Vox o disfrazada y antigua como el PP-, se debe al nulo proceso de redención política y democrática que se hizo con la transacción -cómo añoramos a don Julio Anguita-. También es parte clave de este insidioso tinglado la élite de un partido socialista profundamente clasista y herramienta de desposesión de los trabajadores al servicio de los poderosos. Así, los problemas se enquistan y no se solucionan, y las clases trabajadoras parecemos ajenas y sin defensa ante este estado de las cosas.

Pese a tener una parte del gobierno que está trabajando bien en mejorar, o al menos mantener, las condiciones de vida de las trabajadoras y trabajadores, estos avances pasan de soslayo sin atención mediática -los grandes emporios mediáticos que dominan este país pertenecen a oligarcas patrios empeñados en impedir que quienes estábamos hace 10 años en las calles y plazas lleguemos a gestionar- y sin ser reconocidos por la población como medidas que ahondan en su beneficio. En este contexto, disputar desde la izquierda la sempiterna campaña electoral que es la alta política de este país es una quimera y a la vez algo digno de estudio y agradecimiento.

Con episodios concretos como las elecciones autonómicas del próximo domingo en Andalucía, la necesidad de crear una candidatura fuerte de izquierdas que luche por la dignidad de la clase trabajadora es cada vez más urgente y al mismo tiempo, un camino inevitable.

El reto es hacer que la buena gente no se quede en su casa y vaya a votar. Y que vote a quienes les defiendan. Y que estos, antes, hayan dejado atrás las diferencias personales -casi siempre enfocadas en los curriculums que cada uno quiere hacerse- para articular candidaturas donde el programa político venga no sólo a defender la tibia democracia que padecemos y mantener mal que bien una igualdad simulada. Sino a venir a abrir las puertas y las ventanas de este edificio carcomido, erradicar el fascismo, denunciarlo y combatirlo, y ejercitar un programa que amplié la igualdad entre todas y todos para poder ampliar nuestro futuro.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Esta noche es nochebuena y toca homilía real

 


El discurso del Rey, además de una película estupenda con unas interpretaciones brillantes, es en España, un género periodístico más. Es por supuesto, un momento culmen de la vida política patria. La única ocasión en la que el Jefe de Estado se digna a dirigirse a sus conciudadanos (nos llaman súbditos) y hacer un repaso somero a lo más destacado del año acorde con una visión concreta y muletillas y frases hechas que ya de tanto repetirse, no sólo es que hayan perdido su significado, sobretodo con el deterioro del significante, sino que ya emborrona la dignidad de quien escucha.

En las redacciones periodísticas de este país sobretodo de los medios pro-régimen es imprescindible seguir un guión para edulcorar la figura y sus palabras, mostrar a tono unísono la avalancha de parabienes que lanzan los dirigentes pro-sistema y callar. Callar las voces, cada vez más, de quienes estamos hartos de tanta inmoralidad. Y callar la corrupción y la hipocresía de la casa real.

A mi, a veces me parece que el discurso del Rey es el telonero de la cena familiar de nochebuena. Mejor aún. Como si la sarta de soflamas y lugares comunes del monarca fuera el breefing de los temas a tratar mientras pelamos langostinos y con disimulo profanamos el diseño modernista de las tablas de quesos y embutidos.

Y el de este año promete. Porque esta mierda de año 2020 que ha reventado las costuras de los convencionalismos sociales que teníamos han quedado claras tres cosas: la importancia capital de los servicios públicos como garantes de la democracia (sanidad, educación y servicios sociales) empezando por recuperar de la economía más salvaje todo lo que tiene que ver con el cuidado de las personas, especialmente nuestros ancianos.; la importancia crucial de la ciencia como motor de avance del ser humano; la necesidad urgente de articular una economía social que proteja el medio ambiente y pare la degradación actual y luche contra el cambio climático.

El coronavirus ha tapado las bocas con mascarillas higiénicas pero no oculta un clamor ante la avalancha de noticias que demuestran la falsa moralidad de la monarquía. Mientras el país, y todo el mundo, está pasando una crisis que debería replantearnos la prevalencia del dinero por encima de todo, incluida la vida, la Casa Real emitía comunicados y escondía la cabeza bajo el barro cuando salían a la luz (gracias a ese periodismo que actúa como tal y no como un vasallo, y sobretodo extranjero) todas las corrupciones, comisiones y líos de faldas del Emérito (todavía hay silencio en torno a la parece ser no envidiable vida personal de los titulares en trono).

No tiene que ser fácil ponerte a escribir o casi mejor repetir lo que te han escrito, cuando vives una vida que no tiene nada que ver con la de esos millones, algunos fusilables, a los que te diriges. Porque vives rodeado de abraza-farolas, pesebrederos y compiyoguis que desconocen como se conjuga el verbo trabajar. Porque defiendes un estado de las cosas inamovible que es la única forma de mantener la vidorra que llevas, tú, tu familia y el resto de vividores. Y porque hablas a un público cautivo al que no conoces, porque te lo presentan detrás de cordones de seguridad y lejos de palacio. Si lo conocieras aunque fuera un poquito, entenderías que en esta sociedad, para convencer hay que ejemplificar, no sólo con la palabra, sino sobretodo, con los hechos.


La figura del Rey y la persona de Felipe de Borbón, no valen para presentarse ahora como un mediador o un árbitro que ponga paz y construya puentes. El 3 de octubre de 2017 dinamitó su propia versión apolítica al entrometerse en el fango del independentismo catalán para favorecer la causa centrista. Y el 15 de marzo de este año al día siguiente de que nos viéramos en un Estado de alarma, la monarquía salía por la tangente para separar al actual inquilino de la Zarzuela de las tropelías de su padre. Como si éste no las hiciera siendo Rey, y como si esa herencia envenenada no forme también parte del paquete de corona y palacio.

Por lo tanto, no hay ejemplaridad en la conducta de la familia real, y el Rey no tiene empaque para promover una serie de pactos y actuar como un “destensionador” de la situación política que se encrespa por momentos. Pero hagamos un momento un ejercicio de imaginación y pongámoslo con su traje caro, su nacimiento napolitano de colección y sus fotos familiares delante de la pantalla.

Podría hablar del modelo de estado. No con la imposición de una visión del país que no tiene nada que ver con la verdad de esa España única e indisoluble. Sino con el país que tiene hasta 4 lenguas co oficiales además del castellano. Que tiene más dialectos y realidades culturales significativas que enriquecen todo lo que somos. En definitiva, frente a la opresión a la que ya demostró fidelidad, sitemos con la libertad y con el sentido público de solucionar problemas antes que crearlos y en dejar una solución para los próximos 20 años.

Felipe VI podría dejar de llenarse la boca con la Constitución del 78 y comenzar a ejercerla para hacer una defensa pública sobre los derechos y libertades de todas y todos. Artículos hay que defienden la vivienda digna, el trabajo digno, la igualdad efectiva entre géneros o la aconfesionalidad del estado. Promover con urgencia pactos: contra la violencia machista, por la situación de la vivienda en este país; por la ciencia; por la lucha contra el cambio climático y la defensa del medio ambiente; contra la corrupción y el nepotismo. Por limpiar las instituciones de fascistas sobretodo ejército, fuerzas de seguridad y judicatura.

Podía intentar acercarse a los jóvenes por ejemplo. A universidades o a donde se reúnen los riders. Podía ir a un centro de atención de inmigrantes. O escuchar por videoconferencia a sus compatriotas emigrados por la falta de oportunidades. Podía ir a escuchar las reclamaciones de los jubilados, los parados de larga duración, los agricultores, ganaderos, pescadores, apicultores. Qué les sucede a quienes viven en el entorno rural. Ir e interesarse por la situación en un centro de ayuda a mujeres maltratadas. Le pitarán, abuchearán y alguien le contará a la cara la sinvergoncería de su familia y su institución. Pero eso, también va en el cargo y en la asignación millonaria que recibe cada año.

 

Pero no lo hará. ¿Sabéis por qué? Porque el deleznable estado de las cosas son causas y consecuencias del Régimen del 78, y en él está su figura, su corona y sus privilegios como una dotación presupuestaria creciente y una inviolabilidad judicial, extensible a toda la familia y como hemos ido viendo, a parte de componer un derecho medieval totalmente anacrónico es un insulto a la inteligencia y dignidad del país.


Una institución poderosamente heteropatriarcal se nos dirige esta noche con un paternalismo vomitivo, mientras que no tenemos datos filedignos del respaldo o repudia de su figura y de un modelo de estado donde no sólo se nos impide expresarnos, sino donde ni siquiera nos preguntan sobre la aceptación de la monarquía. Las pocas encuestas privadas marcan un desgaste colosal y la preferencia por un modelo republicano, mientras la oficial, la del CIS, la que pagamos todos, se niega sistemáticamente a preguntar sobre le modelo de estado no vaya a ser que apuntale el declive innegable.

Usados hasta lo pornográfico palabras como convivencia, transición o consenso no son más que epítetos que tratan de reforzar un relato. El de su propia supervivencia como monarca cimentado en una historia que es real porque le puso una corona, pero no es la realidad. No es la verdadera.

Y es que trono y corona son dos regalos envenenados más que nos colaron bajo el ruido de sables en una Transacción que dejó impune una dictadura fascista, el franquismo, que enraizó algunas de sus costumbres más execrables como la corrupción, el autoritarismo, el machismo, la xenofobia y la versión de una España que no ha sido nunca así y que no lo será. El golpismo, el revanchismo y las ínfulas de grandeza de militares trasnochados que vemos hoy en día ganaron músculo en la dictadura pero son lacras propias de la política españistaní.

La monarquía es la clave de bóveda de todo lo que supone el atado y bien atado franquista: el Régimen del 78. Si cae la familia real también caerán los privilegios de la iglesia católica. Se investigarán a todos los próceres del régimen, prohombres de la economía patria que se lucraron con trabajo esclavo y las corrupciones propias de la dictadura. Se caerá la vergüenza nacional que supone la Ley de Amnistía que blinda a los criminales de la dictadura y se podrán ya limpiar instituciones plagadas de fascistas como las fuerzas de seguridad, el ejército y los juzgados.


Esta noche durante la reunión familiar, en persona o como desgraciadamente será más habitual, por videoconferencia o teléfono, el Rey se dirige a la nación. Cuando recordamos a los seres queridos que todos hemos perdido durante esos doce meses, el monarca largará su discurso habitual de palabras huecas y contenidos vacíos. Cuando al acabar la cena, brindemos con vino o un digestivo estaremos viviendo en fraternidad con quienes más nos importa. Nos alejaremos de la crispación y el dolor que causan quienes defienden y veneran tanta indignidad, tanta inmoralidad. Muchos millones de españoles huímos de esta parafernalia, de esta homilía rodeada de fascismo. No hay mayor desprecio que no dedicar, no perder, un minuto en ellos. Mañana habrá que seguir luchando para recuperla. 

 

Feliz noche a todas y todos.

viernes, 22 de junio de 2018

Una Sentencia que me viola



C., es la víctima de la violación perpetrada por “La Manada” en los San Fermínes de 2016. También es la víctima de una justicia patriarcal y retorcida, que ya sabíamos proclive a defender al rico y el poderoso, pero que ahora se ha demostrado sin ambages, en machista, insensible y evidentemente, injusta.
Las mujeres (todas las mujeres, incluidas madres, hermanas, esposas, novias e hijas de estos perturbados) son víctimas de una sentencia cobarde y mediocre que las ha mantenido en el puesto de sumisión y objeto que han sido durante toda la historia, por más lucha y empeño, que las heroínas de nuestra vida han puesto para cambiar una situación que no se comprende en la realidad de nuestras vidas, día a día.
Hoy toda la sociedad, clama al cielo, indignada y cabreada. Esto no va de unas “feminazis” que atacan a todo lo fálico. Esto va de toda mujer queda a disposición de los deseos y apetitos del hombre, y de una justicia que ha funcionado como garante de los acosos, las violaciones y los abusos que la única prepotencia de la fuerza física o el número pueda dominar la dignidad, la libertad y la conciencia de una mujer cuya palabra queda en entredicho.
La decisión de dejar en libertad provisional a los cinco violadores condenados a 9 años de prisión por abuso -que no violación según la sentencia- hasta que sea considerada firme tras pronunciarse el Supremo, hay que acatarla. Sin embargo, esto no impide que no se pueda atacar. Porque esa sentencia refleja unas dinámicas internas que de ser habituales rompen con lo que debería ser una justicia, como pilar de una sociedad democrática: Una justicia segura, lógica, explicable, comprensible, que en definitiva sea justa.
Hay que decir que en este país en la mayoría de los casos, la prisión provisional hasta sentencia firme es lo habitual, pero nunca con casos de la extrema gravedad como el que nos atañe, donde lo común es que el plazo de prisión provisional hasta juicio de dos años, se amplia hasta 4 y medio, en caso de que estén pendiente de recursos a instancias superiores.
Sólo basta con pensar que hace un par de semanas, también en Navarra, pero a través de la Audiencia Nacional, la Guardia Civil (si, esa Guardia Civil, que clama con que les suban el sueldo como a otros cuerpos de opresión del Estado, que pide que se es Guardia Civil todo el tiempo, y que no se ha desmarcado en ningún momento de que uno de los miembros de la Manada, sea eso, Guardia CivilI) recogía a los chavales condenados por la pelea de Bar en Alsasua para llevarlos a la cárcel el día después de que saliera el auto y encima en el inmoral e ilegal régimen FIES.
Sin embargo, ahora estos 5 sujetos de una calaña moral miserable y vomitiva quedan libres a espera de las decisiones finales de este caso y del juicio por otra violación en Pozoblanco. Ha quedado desde el primer momento el modus operandi de esta gentuza, de cómo se preparaban para salir a cazar, a drogarse (que jamás debería ser atenuante, sino agravante), a atrapar mujeres, y violarlas, grabándolo con el móvil y compartirlo por redes sociales, donde se jaleaban, se jactaban y celebraban sus fechorías. Ahora en el grupo de Whatsapp podrán incluir a los tres jueces que han rebajado sus actos a los de chiquillada.
Es la víctima la que queda encerrada en Madrid, donde no podrán entrar estos sujetos. Son todas las mujeres las que van a tener que cuidarse de que estos violadores u otros -aquí no se habla de efecto llamada o efecto impunidad- las violen, y si se resistan las maten. Y es la sociedad, si realmente es democrática e igualitaria, quien violentada por esta sentencia tiene que hacer cumplir la pena a estos salvajes y a todos los acosadores, violadores y machistas, aislándolos, haciéndoles sentir el asco que nos provocan; la repugnancia que nos merecen.
Que la Justicia en este país tiene un grave problema ya lo hemos hablado muchos, muchas veces. Sólo basta con citar algunas sentencias y actuaciones de las últimas semanas como las condiciones de presidio que va a “sufrir” Iñaki Urdangarín, el cuñao del Rey -aquí con conveniencia de las estructuras penitenciarias y de la alta política-: el desamparo, abuso y desproporción con los chavales de Alsasua; la situación de denuncias contra periodistas por destapar la corrupción; o las absoluciones de poderosos por alentar esa misma corrupción, como pueda ser Florentino Pérez o Rodrigo Rato.
Esta Justicia, inmoral, es heredera de los artesonados franquistas que nunca se repudiaron, ni repararon. Es imprescindible articular ya de una vez una limpieza en los nombres, los hombres y los códigos que permiten las tropelías de quienes interpretan las leyes de todos, en un sentido u otro, dependiendo de las relaciones de poder previo de acusados y víctimas.
Pero hoy, lo imprescindible, es que como sociedad, volvamos a las calles a clamar por justicia. Porque #YoSiTeCreo, porque te creemos y acompaños, C.; porque todas las mujeres están llamadas a defender su dignidad, seguridad y libertad; porque todos los hombres, buenos o que al menos luchamos por serlo, tenemos que ir a acompañarlas y a castigar la violencia y la falsa superioridad de los machistas, con nuestra lucha y apoyo a ellas. A las mujeres.

miércoles, 7 de marzo de 2018

8 de marzo: Huelga Feminista



Nada volverá a ser igual a partir de este 8 de Marzo. Quién pretenda medir el éxito de la Huelga General convocada para mañana con los viejos parámetros, no habrá entendido nada. No es una huelga al uso porque el sujeto somos las mujeres, porque el ámbito en el que se convoca no es solo el laboral, aunque también. Y es que el foco se pone también en ámbitos que por no estar monetizados y estar protagonizados por las mujeres, han permanecido en la penumbra de la Historia, pese a resultar claves, fundamentales en el devenir social y en la bonanza económica. Invisibilizado y desvalorizado el trabajo de cuidados y su papel en la reproducción social del capitalismo. Invisibilizadas las espaldas y vidas sobre las que recae este trabajo sin el que el sistema se desplomaría.
La Huelga feminista surge tras el éxito que reivindicaciones similares han tenido en países como Islandia -del Norte de Europa lógicamente- donde tras años de luchas similares se han conseguido avances en materia de igualdad, conciliación y sobretodo en el cambio ideológico y ético para considerar a la mujer una ciudadana del mismo orden y nivel que le hombre. Con los mismos y efectivos derechos y deberes, y con el apoyo en el reparto de las tareas dentro y fuera del hogar, así como con la consideración del papel decisivo de la mujer en el curso de la Historia y en el futuro devenir.
La potencia de la Huelga feminista reside en la radicalidad de su discurso, en la transversalidad y diversidad de las formas y espacios de lucha en los que se despliega y en la osadía de las mujeres, de recuperar la huelga como herramienta política en tiempos en los que el derecho efectivo a huelga está en entredicho. Hemos criticado en multitud de ocasiones la hegemonía del feminismo liberal y hemos construido desde la práctica concreta una propuesta que sobrepase los muros capitalistas de clase social, de sector profesional, de fronteras políticas y económicas o de techos de cristal y paredes enrejadas que reconoce y nombra las opresiones que nos atraviesan. Pues bien, aquella hegemonía ha empezado a resquebrajarse. El mensaje en torno al que se están movilizando y organizando millones de mujeres cuestiona el capitalismo y el patriarcado, sitúa con radicalidad que este modelo económico y social que nos mata, agrede, cosifica, explota, precariza y oprime, es insostenible con la reproducción de una vida digna de ser vivida.
En el argumentario de la convocatoria de Huelga, emanado del Encuentro Estatal del Movimiento Feminista celebrado en Zaragoza, se señala: "Nosotras ponemos la vida en el centro, por eso defendemos vidas dignas donde todas las personas, en las distintas partes del mundo, podamos acceder a los recursos necesarios para cubrir nuestras necesidades en condiciones de igualdad y de sostenibilidad ambiental. El patriarcado y el capitalismo con su lógica del beneficio y de la acumulación capitalista, van en contra de lo que proponemos, generan fuertes desigualdades, relaciones de poder y destrucción de los recursos y las condiciones necesarias para una vida digna".
La sostenibilidad de la vida como propuesta no solo cuestiona el papel atribuido a las mujeres o su situación desigual respecto a los hombres (que no es poco). No se trata de que pasado el 8 de marzo exploten a las mujeres igual que a los hombres. Propone una alternativa de ruptura con el contrato social y el contrato sexual: una nueva forma de organizar las relaciones económicas, políticas, sociales y entre sexos, que parte del hecho comprobado de que nuestra explotación, nuestra opresión es estructural y hunde sus raíces más profundas en el capitalismo patriarcal. Ahí reside su potencia transformadora. Por ello las tildan de peligrosas o endemoniadas, porque hace tambalear los cimientos de su sistema. Porque señala los beneficios que el sistema extrae del trabajo desempeñado en el hogar o fuera de él y porque señala la naturaleza de las violencias que se ejercen sobre las mujeres. Y porque no duelen prendas a la hora de señalar los privilegios que han obtenido los hombres del mismo durante siglos.


La Huelga ya es un éxito incontestable. Que las élites se sientan interpeladas y hayan tenido que sacar su artillería para generar ruido y odio, intentar infructuosamente fragmentar al movimiento y distanciarlo de la mayoría social, acusándolo de ideologizado y peligroso, evidencia el éxito de la huelga y los miedos que esta genera. PP y Cs han corrido presurosos a confrontar con la huelga por cuestionar el capitalismo, el PSOE también ha confirmado que no la secunda. Los sindicatos mayoritarios CC.OO y UGT no respaldan el paro de 24 horas. No esperábamos menos. Habrá intentos de criminalizar y descafeinar sus demandas, de cuestionar la centralidad de nuestra lucha, de cuestionar el sujeto protagonista de la misma, pero la Huelga ya lo ha removido todo. Está haciendo que emerjan los discursos más misóginos y reaccionarios, pero también la sororidad más movilizada. Nada volverá a ser igual después del 8M, hemos emprendido un camino sin retorno y tenemos el ejemplo de millones de mujeres referentes, anónimas muchas de ellas, que nos han precedido en la lucha. Amenazamos con empezar a pensar desde ya en el 9M, en la necesidad de seguir fortaleciendo los espacios feministas unitarios, en la centralidad que ha de ocupar el feminismo en los procesos de construcción de unidad popular y en el impulso de un nuevo ciclo movilizador que continúe abriendo las grietas del sistema. ¡A la huelga, compañera!


Mañana 8 de marzo hay Huelga Feminista. Os animo a todas a ir y luchar por la igualdad y por la emancipación de este sistema que nos denigra a todos, pero que a vosotras, mujeres, compañeras, os maltrata, cosifica y os humilla.
Mañana hay huelga y os pido a todos, a nosotros, que acudamos a nuestro puesto de trabajo y que allí constatemos y comprendamos la vital importancia que el trabajo desarrollado por mujeres tiene en el devenir de nuestros puestos. Que dejemos el protagonismo de las reivindicaciones a ellas. Que simple, pero seguro, las apoyemos, con respeto y convencimiento.
Mañana esta huelga no acaba al finalizar la hora de los turnos o en la manifestación convocada. Esta huelga empieza cuando suena el despertador, con el desayuno, haciendo la cama. Y termina cuando nos acostemos tras haber hecho las comidas, fregado los platos, la cocina, el baño, barrido el salón. Cuidado a nuestros enfermos. Mañana la huelga es en nuestras vidas personales, para comprender todo lo que la mujer, individual y en colectivo, hace por el devenir de nuestras vidas. Como su empeño, en el papel de madres, abuelas, cuidadoras, parejas, amigas y compañeras, sirve para facilitarnos la vida a nosotros. Para que funcione la sociedad. Y en esta labor están casi siempre solas, sin agradecimiento, sin apoyo y reparto de trabajos. Sin retribución. Sin justicia social.
Mañana es el día de decirle al mundo que se acabó el patriarcado. Que el machismo, muchas veces institucional y otras tantas inconsciente, no nos representa como hombres. Que se acabaron las violaciones y los maltratos; la propiedad del hombre por encima de los deseos y necesidades, de la dignidad de la mujer. Que ha llegado el momento de construir una sociedad plenamente igualitaria, tanto la asignación de roles, como en la ejecución de tareas, personales o profesionales, y en su recompensa sin ningún tipo de discriminación.
Mañana 8 de marzo, hay huelga feminista y va a suponer, supone ya, un cambio en el modo de pensar. Mañana es la hora de ellas, de su revolución legítima y necesaria que acabe con el machismo y hunda el capitalismo basado en la depredación del supuesto sexo débil.
Mañana luchemos todas juntas, solidarias, confiadas y convencidas: Vamos a cambiar todo.





miércoles, 8 de marzo de 2017

8 de marzo: Día de la Mujer Trabajadora. Reivindicativo y festivo para acabar con la desigualdad, la violencia y la precaridad



Desigualdad, precariedad, discriminación y violencia son las palabras que definan la situación de la mujer en este 8 de marzo, un año más, Día Internacional de la Mujer, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Desigualdad con respecto a los hombres, precariedad en el trabajo -el desempleo, el empleo temporal y a tiempo parcial y la precariedad laboral le afecta más que a los hombres- discriminación para acceder a puestos de responsabilidad y la violencia de genero que en este comienzo de año esta alcanzando cotas inimaginables.
Algunos datos ejemplificares de la brecha y la desigualdad laboral de las mujeres:
  • 11 puntos en la tasa de actividad, el 53,41% para las mujeres frente al 64,50% de los hombres.
  • 3 puntos en la tasa de paro, 20,36% mujeres 17,34% hombres.
  • 11 puntos en la tasa de empleo femenina, el 42,59% frente 53,63% de los hombres.
  • El 72,60% de las personas con contrato a tiempo parcial; es decir, 7 de cada 10 son mujeres.
  • 30% de brecha salarial: el salario medio anual de las mujeres tendría que aumentar un 30% para equipararse al masculino. (Encuesta Estructura Salarial 2014).
  • Se incumple el porcentaje de paridad 40/60 establecido en la Ley de Igualdad de 2007 en el acceso de las mujeres a la toma de decisiones; en las empresas del IBEX las consejeras tienen una escasa presencia del 19%.
  • Del total de personas desempleadas, 2.218.273 son mujeres, lo que cons tuye el 53,44% del paro registrado.
  • 10,6% en la tasa de cobertura de la prestación por desempleo (49,5% mujeres frente al 60,1% hombres), con menor cuantía de la prestación (un 19% menos para las mujeres al depender del tiempo y salario cotizado).
  • La pensión media de las mujeres está en 767 euros, frente a los 1.219 euros de los hombres.
  • Además, con la crisis, perdón estafa, que desde 2008 venimos sufriendo las clases trabajadoras, la mujer ha tenido que ampliar su papel de cuidadora y ama de casa, algunas veces expulsada de los “mercados” laborales y otras tomando esa decisión para cuidar y sostener a sus progenitores y/o los de su pareja, o a parientes con enfermedades y discapacidades. Cifras estimadas, porque no hay una estadística oficial, indican que sólo en España y desde 2010, 450.000 mujeres han dejado su trabajo a tiempo completo fuera del hogar, para desempeñar labores de cuidadoras, teniendo a consecuencia una disminución de los ingresos en las economías familiares del hasta 35% en algunos casos, sin contar con la disminución en las cotizaciones y en los seguros públicos de jubilación de estas mujeres.
Es decir, la contrarreforma laboral del Partido Popular y los recortes en Sanidad y servicios sociales (también en Educación que junto a un modelo aupado en la LOMCE, olvida la educación inclusiva en igualdad y respeto) se ha cebado más con las mujeres, lo que une en una sola norma la más absurda ideología neoliberal, con la no menos lacerante y abusiva ideología heteropatriarcal, machista y conservadora de la que los “populares” hacen gala día si y día también.


Por otro lado, la lacra de la violencia de genero, lejos de frenarse o atenuarse, parece que este año pretende batir un siniestro récord. Si durante 2016, 53 mujeres murieron a mano desus parejas o ex parejas, durante los meses de enero y febrero de 2017 fueron asesinadas 15 mujeres, dejando además un terrible reguero de decenas de niños/as huérfanos y huérfanas.
Ante esta situación el gobierno del PP se muestra ineficaz en las políticas públicas para combatir la violencia estructural contra las mujeres. Yendo de la palabrería vana a la más completa desidia. Por eso es comprensible y necesario el Paro Internacional de Mujeres para denunciar el nulo compromiso político de los Gobiernos para erradicar la violencia contra las mujeres, así como la desigualdad y discriminación que padecen en el ámbito laboral.
Y no puedo dejar de recordar la situación de mujeres que no tendrán su 8 de marzo y por las que es necesario movilizarse aún mucho más, por sufrir una mayor discriminación por el hecho de ser mujer. Mujeres, de todas las edades y estratos, en sociedades fundamentalistas, retrógradas y de corte fascista, que proliferan en todo el mundo, uniendo a la desigualdad por ser pobre, desheredada, víctima de una guerra o un exilio, de la prostitución y la trata, del hambre y la enfermedad, y también, desgraciadamente cómo no, por ser mujer.
El 8 de marzo hay que levantar la voz por los derechos laborales, la eliminación de las desigualdades de las mujeres y contra la lacra de la violencia de genero. Por la falta de respeto a los derechos humanos y civiles de todas las mujeres en el mundo.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Los silencios del Rey

Españoles buscando la maravillosa España que describió su majestad la pasada Nochebuena

La pasada Nochebuena, como es habitual, el Rey, Jefe del Estado dio su tradicional discurso navideño a la nación. Como viene siendo habitual en mi caso los últimos años no vi tan magnánima puesta en escena y reserve unos minutos el día de Navidad para leer la transcripción.
Lo primero a añadir es que parece que no fui el único, puesto la emisión multi-cadena del Mensaje de Su, de ellos, Majestad ha marcado un mínimo histórico en share, dejando bien claro y con datos en la mano, que la crisis del Régimen del 78, el desmoronamiento del tardo franquismo españistaní, y las ansías republicanas de la ciudadanía ante tanta altanería, inmoralidad, corrupción y estupidez borbónica no son sueños de una minoría, ni estados de agitación, ni corrientes de opinión interesadas... Son realidades. Son metas y objetivos alcanzables para hacer de este país un lugar más digno donde vivir y construir una sociedad donde justicia y libertad no fueran meras palabras con significado prostituido.
Después de todo el proceso de renuncia del anterior monarca; entronización de éste; campaña publicitaria de los medios del capital de exaltación de las capacidades de “el preparao” y de la “maravillosa” familia real, no era mi intención dedicar unas líneas (otra vez), y el tiempo en juntarlas, a éste evento de infamia. Pero las mentiras descaradas, las medias verdades interesadas, los lugares comunes y la superficialidad sobre la que surfea el principito del estado de las cosas en #Españistán, resulto tan vomitiva que me he puesto a la tarea.
Y es que, el mensaje del rey, no nos representa. El mensaje de la realeza, no refleja la realidad. Una vez más el rey, como institución, sin importar el nombre y el ordinal (aunque si el apellido) hizo un ejercicio de militancia con los poderes fácticos del estado y sobretodo con la Transacción, que no Transición a la democracia. Lo hace por convencimiento y por conveniencia porque sabe de su supervivencia como rey y la de su familia se basa en la imposición del atado y bien atado.
Sólo ahí y sólo así se concibe lo leído de su discurso que más me encabrono. “No hay que reabrir viejas heridas […] por los riesgos que conlleva”. Y se queda tan pancho. Y tan borbón. Es que esas heridas no se han cerrado nunca. Esas heridas se han infectado y carcomen el ruinoso edificio dictatorial y fascista que había en 1975 y que con remaches de escayola y artificio habéis querido constituir en democrático.
Hoy 80 años después del estallido de la Guerra (in) Civil todavía hay más de 150.000 desaparecidos del bando republicano esparcidos por todo el territorio nacional. Eres regente del estado con más fosas comunes y asesinados bajo represión por sus ideas y creencias de occidente, sólo superado a nivel mundial por Camboya. La Amnistía a los criminales de guerra y represores de dictadura entró en el mismo paquete que la corona que llevas puesta y hace que los asesinos fascistas hayan llevado y lleven una vida de lo más normal. Miento, de lo más normal, no. Fueron condecorados y mandamases recibieron cargos en el cuerpo del estado y en consejos de administración de empresas, y otros, los que golpeaban y torturaban y apretaban los gatillos, pensiones máximas. Es decir, están forrados, premios por sus leales servicios al fascismo.
Los monumentos y reconocimientos que vanaglorian a los vencedores lustran todavía hoy nuestras ciudades y paisajes, y siguen imponiendo una visión sesgada de la realidad. Por lo tanto a la hora de hablar de “no reabrir viejas heridas” hay que decir que primero habrá que cerrarlas y para ello es necesario asumir la legalidad internacional contra los crímenes de lesa humanidad y dar reconocimiento público de quienes fueron las víctimas, que defendían la legalidad expresada por el sufragio del pueblo, y quienes se levantaron contra esa decisión, y quienes se lucraron masivamente manejando desde detrás y anclando a éste país en la miseria y la indignidad durante 37 años de dictadura y una transición a la democracia que ya dura demasiado.
A mi me daría vergüenza reinar en un país donde la impunidad, la amnistía por amnesia y el orgullo de los vencedores enfanga todo propósito de progreso. Y por eso suscribo y apoyo la campaña de denuncia ante el Defensor del Pueblo interpuesta a raíz de tu mensaje, de quienes nos sentíamos vilipendiados como defensores de la Memoria Histórica. Pero claro, soy un radical de izquierda. Y a mucha honra.
Otra buena parte de la legitimidad de su corona está en el actual modelo de Estado, tanto desde el punto de vista formal institucional, como de la realidad de una única España. Sin citar ni una sola vez a Cataluña, pero con referencias deja claro que apoya la actitud y acciones del PP y los artesonados del estado franquista (tribunales) para mantener a Cataluña dentro de la nación, sin ningún tipo de cesión en un proceso de negociación entre iguales, y mucho menos de escuchar la opinión del pueblo.


Sin embargo, mucho más ofensivos me resultaron los silencios del monarca en su discurso navideño.
Volvió a caer en la legitimidad de la política institucional y los partidos políticos tradicionales, quienes por cierto lanzaron, PP, PSOE y Ciudadanos un mensaje a una voz congratulándose “del gran rey que tenemos”. Para el rey, al igual que para estos partidos no hay política más allá de sus instituciones donde usurpan la voluntad popular. El rey olvida premeditadamente que el 26J, el 67% de los votante no quería a Rajoy de presidente. Luego vino el golpe de estado en el PSOE y parece que todo volvía a funcionar para orgasmo del capital, la troika, los bancos y los empresarios que podían continuar exprimiendo y explotando a la clase trabajadora inmisericorde mente, al tiempo que entre unos y otros esquilman los derechos sociales (dependencia, sanidad, educación, etc.) haciendo negocio con ellos. Aplican mordazas para acallar la protesta social y así “España sigue siendo una gran nación”.
Sin embargo esto, para el Rey no es política. Y no sucede. Para el Rey y quienes salen a vitorear su mensaje el día después, el modelo político es incuestionable y reviste salud. Para todos ellos las mareas y las gentes que defienden la sanidad, los hospitales públicos, las universidades públicas y la educación no existen o son esporádicos. La PAH o las luchas de las organizaciones de consumidores. Quienes se enfrentan ante los colapsos ecológicos y las agresiones a nuestro medio ambiente por parte del capital. Las protestas contra la tauromaquia. Las huelgas sectoriales, las Iniciativas Legislativas Populares que son frenadas sin vergüenza en el Parlamento... los libros, los blogs, las pancartas en los balcones... el pensamiento critico. Todo esto, no existe en #Españistan. No es política, y por lo tanto no requiere atención. El mensaje del Rey es continué en su casa, en su sofá y ponga el fútbol. No hay nada de que preocuparse. Lamentable.
Chirrió el silencio con la corrupción, que sigue instalada en el funcionamiento colectivo y nacional. Por supuesto, paso por alto la situación de su hermana y cuñao. Y con ese bagaje moral de no reconocer lo que uno tiene dentro de su casa, no iba a salir a leerles la cartilla a PSOE y sobretodo PP que han robado a manos llenas de las arcas de cada administración que han tenido la desgracia de gestionar. Y mucho menos nos iba a decir a la ciudadanía que también tenemos que cambiar nuestra mentalidad para ser más solidarios y a la vez vigilantes y censores contra la corrupción. Cualquier tipo de corrupción.
Pero si hubo un silencio que me lanzo a escribir estas líneas fue sobre la situación de la mujer en España, donde el machismo campa a sus anchas. No ha terminado 2016 pero en #Españistan han sido asesinadas dos mujeres por sus parejas o ex parejas cada semana. Un terrorismo de sala de estar, doméstico y acomodado al sentir español tradicional y ultra católico que no ha sabido amoldarse al siglo XXI, y que sigue viendo y lanzando ese mensaje, a la mujer como un apéndice del hombre, de su propiedad, y cuya felicidad, la de la mujer, se tiene siempre que supeditar a la familia y la satisfacción del hombre.
En las fiestas tradicionales de éste país se siguen produciendo violaciones y actitudes hacia la mujer sexistas. La publicidad sigue usando el cuerpo de la mujer como un instrumento de placer y elemento de estatus del hombre. Hace falta un cambio de mentalidad y una educación para que las generaciones venideras no tengan esta lacra en sus vidas. Para que las que hoy son niñas puedan vivir su vida adulta, tanto profesional, personal, afectiva y sexual con garantías de igualdad con los que hoy son niños, y que estos reconozcan el valor y la dignidad de quien tienen como compañera de estudios, de trabajo, familiar, vecina, desconocida, amante, etc.
Pero al rey esto no le preocupa o no le parece lo suficientemente importante para dedicarle unas pocas palabras en los 15 minutos que al año tiene a bien, éste sujeto en dedicarnos a su plebe. Tampoco al florero de su mujer, y una vez más, perdió la oportunidad de exigir una política de cuestión de estado contra el machismo y por la igualdad entre sexos, que además hubiera traído una mejora en la cuestión de la tolerancia a quienes son, viven, piensan, sienten y aman distintos a nosotros, a la ortodoxia católica.


En definitiva, por todo ello, una vez más, me declaro ciudadano, no súbdito y mi deseo para 2017 es que sea un año de cambio, revolución y República.


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