lunes, 16 de marzo de 2020

Día 2 de confinamiento: Borbónica patada adelante


  No les llega el aire a los pulmones a los Borbones. Vía eldiario.es.

Es costumbre real el robar, pero los Borbones exageran”
La cita anterior es de Charles Maurice Talleyrand y podía tomar por costumbre el ir pasando los días de confinamiento y empezar las entradas recuperando citas de franceses célebres. No descarto hacerlo.
Pero si hoy celebro las palabras del que fuera Primer Ministro de Francia durante los tiempos del Congreso de Viena es porque relataba con suma precisión lo que es una monarquía en general, y el uso particular que los Borbones han hecho siempre de ella.
Anoche, minutos antes de que la ciudadanía saliera a los balcones a rendir homenaje a los trabajadores de la Sanidad Pública -y a todos los que están empleándose duramente estos días para que todo funcione-, la Casa Real emitía un comunicado desde el palacio donde el Rey titular renegaba de la herencia millonaria y corrupta de su padre, el Rey emérito, rompiendo -a priori- relaciones con él y negándole su manutención con cargo a los presupuestos generales del estado.
No se habían cumplido ni 24 horas del confinamiento decretado por el Estado de Alarma y la monarquía nos daba entretenimiento aprovechando de tapadillo la excepcionalidad para pegar otra patada adelante y tratar de salvaguardar la institución, el apellido y con ello su vidorra sin pegar palo al agua.
El 3 de octubre de 2017, apenas un par de días después de el Referéndum, el Rey Felipe VI se dirigía a la población para desaprobar a Catalunya y a una mayoría de su población que quiere votar. Todavía hoy no ha hecho ninguna aparición pública ante la situación de crisis. No estaría mal que ahora determinará toda esa pasta corrupta de su familia dedicarla a la Sanidad Pública de todas y todos. Tampoco antes le leyó a nadie la cartilla para defender los servicios sociales como parte fundamental del estado, más allá de banderitas y procesos de privatización de lo de todas y todos.
Sólo sabemos su negativo a las pruebas del coronavirus y el comunicado citado hace un par de párrafos en el que admite que su padre, el anterior Jefe del Estado, poseé una fortuna fuera de nuestras fronteras, en paraísos fiscales, de origen desconocido, pero en esencia corrupta e inmoral ya que la propia y manoseada Constitución regula que el Jefe del Estado no puede tener otro ingreso económico que no venga de la asignación presupuestaria.
La prensa internacional ha puesto negro sobre blanco el origen de tales fortunas, y no es la primera vez, vinculándolas a una actividad lobbysta de máximo nivel por parte de Juan Carlos I y su cohorte de cortesanas y cortesanos procedente de comisiones pagadas con gusto, parece ser, por el amigo árabe, la execrable dictadura feudal que los reyes y príncipes wahabies perpetran en Arabia Saudí.
Parece que al calor del dinero atrás queda el amor a España y la vocación de servicio público, epítetos constantes en la defensa de la Monarquía como garantía, no debemos olvidarlo, del estado de las cosas impuesto en la Transición desde la dictadura franquista.
Relato impuesto desde arriba con aquiescencia de los partidos políticos mayoritarios y de los medios de comunicación de masas silenciados en sus pesquisas sobre las aventuras con elefantes, coristas, condensas y comisiones de el campechano. En ese relato también se introduce una valoración subjetiva de la labor de Juan Carlos I en la Transición, como hacedor de la Democracia, un valor conocido como juancarlismo que no es ni mucho menos un sujeto de herencia a su vástago, como lo es el hecho que en casi 6 años de reinado de Felipe VI sólo una vez se ha preguntado sobre su aceptación como rey.
Como decía hace unas líneas, no es la primera vez que la Casa Real hace del patapún pa arriba su estrategia. Los casos de corrupción y abuso de poder son marca intrínseca a la institución y a la familia que se consagra en ella y ante una opinión pública cada vez más desafectada para con la causa monárquica el último recurso parece ser enviar patada hacia adelante tratando de que la opinión pública -única capaz y legitimada para acabar con tanta indignidad- se olvide o le asalte otra nueva dificultad.
En junio de 2014 cuando pillamos al monarca pegando polvos y echando tiros en Botswana con elefantes y amantes el Régimen del 78 vio necesario sacrificar al Rey. El cambio mediado del partido de Rey titular por Rey sustituto no ha borrado los nubarrones que se ciernen sobre la anacrónica institución por mucha preparación que atesore Felipe VI y muy idílica y perfecta que se presente su unidad familiar.
Aquella sustitución se hizo salvaguardando la inmunidad de Juan Carlos I creando una forma de Estado con dos Reyes, uno regente y con papel de Jefe del Estado, y otro emérito y al servicio de sus asuntos.
Pero con todo el pozo de podredumbre y el hedor a mierda es tan nauseabundo que ahora Felipe VI tiene que hacer una defensa pública de su puesto rompiendo -aparentemente- relaciones con su padre y tratando de mantener un estatus de dignidad que el propio comunicado emitido desde palacio no puede sustentar.
Si como afirma Felipe VI hace ya un año sabía de la existencia de esas sociedades offshore con cuentas millonarias proveniente de comisiones en Arabia Saudí, ¿por qué no emitió entonces el comunicado de ayer? ¿y por qué no acudió a Hacienda y al Estado para denunciarlo? Y no me vale que sea su padre el perpetrador de tales tropelías, puesto que en el caso de la Monarquía hoy en día, sólo le puede salvar, la más absoluta de las transparencias y colaboración con las instancias del Estado. Porque más allá de discursos vacíos es con actos con los que pueden salvaguardar su imagen de cara a una opinión pública cada vez más harta de los entramados de dinero, amantes, lujos y amistades peligrosas de la Casa Real. Renunciar a herencias sólo se puede hacer en el momento de cobrarlas, por lo que habrá que ver qué ocurre con esto, cuando su padre fallezca.
Si Felipe VI ahora admite y anuncia tales medidas no es por un afán en la sociedad española sino más bien porque los medios extranjeros han visto suficiente basura en la moralidad borbónica para hacer caja. Lo que me hace suponer que de no haber saltado la noticia, el Preparao, hubiera mantenido silencio y seguido como beneficiario de las herencias millonarias de su padre.
Y parece hacerlo ahora cuando bajo el Estado de Alarma por la crisis del coronavirus la población está confinada en sus hogares con impedimento de salir a la calle, que en este caso, más que justificado, digno y necesario sería para reclamar ya de una vez, República, Memoria y una Constitución que además garantizaría por ley suprema, la Sanidad Pública, la educación pública y los servicios sociales, poniendo la inversión en las personas por encima de intereses de terceros.
Los suntuosos regalos a sus amantes por parte de Juan Carlos I y sus relaciones con personas turbias y emparentadas con terroristas no pueden cerrarse con la negativa de PSOE, PP y Vox a una comisión de investigación en el Congreso planteada por Unidas Podemos. Tras lo sucedido ayer Felipe VI desprestigió el voto de defensa que los partidos del régimen habían ejecutado en su favor. Se debe volver a incidir en ello y se debe abrir esa comisión para descubrir que se ha perdido en el pueblo español y ha ido a parar entre las piernas de las amantes de Juan Carlos I.
No me cabe duda de que estamos cada vez más cerca de abrir la Constitución del 78 y todo lo que supone y en parte viene el modelo de estado. Como republicano, como ciudadano y no como súbdito exijo dignidad, transparencia y honestidad a las instituciones de mi estado, así como empatía y solución a los problemas. Harto ya de corrupción y de la inmoralidad que parece perenne a mi país, se acaba ya el tiempo de la Monarquía, y llega el momento de ser ciudadanos de un país digno, moderno y social.

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