martes, 27 de marzo de 2012

No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XVIII


"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los garbanzos, del pan, de la harina, del vestido, de los zapatos y de las medicinas, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales".

Bertolt Bretch

El poder aspira a perpetuarse y detesta los cambios. Forma parte de su propia naturaleza, es una cualidad intrínseca de los que mandan: no ceder ninguna de las prerrogativas de su status. Para seguir moviendo los hilos, las cosas deben continuar como están. Ante cualquier tentativa por transformar la sociedad, tradicionalmente el poder ha reaccionado con violencia. La historia ha sido testigo de múltiples represiones y revoluciones sanguinarias: 1789, 1830, 1848, 1917… Pero la brutalidad ha sido estigmatizada y ya no es un método tolerable. El poder no puede justificarse con la fuerza bruta y necesita otros procedimientos más refinados para conseguir su objetivo de perpetuación. Frente a los indignados, políticos y medios de comunicación han puesto en funcionamiento una alternativa más suave a la violencia.

Hace aproximadamente un año, surgió el movimiento del 15-M por acción de las redes sociales e improvisadas convocatorias en plazas públicas. Este despliegue humano tuvo eco en los medios de comunicación, que le imprimieron connotaciones románticas, con guiños al 68. Algunos políticos, de los que se autollaman de izquierdas, expresaron afinidades con el movimiento (pero respetando las distancias,). Las reuniones fructificaron en una serie de reclamaciones, que se colgaron en las plazas o circularon por Internet. La mayoría de puntos tratados eran de índole político (eliminar el senado, suprimir las pensiones vitalicias que los políticos obtienen tras ocho años ocupando el cargo, un sistema electoral más abierto, eliminar las injerencias del gobierno en la justicia, mayor transparencia en la gestión pública), pero también había sociales (mantener el estado del bienestar), culturales (medios de comunicación verdaderamente abiertos que reflejen todos los puntos de vista) y económicas (una de muy importante: conocer el montante de dinero que los poderes públicos han entregado a los bancos y revelar cuál es la escandalosa diferencia entre el bajo tipo de interés con el que se les ha beneficiado y el más alto que sufren los Estados para cubrir su deuda soberana).

Si las multitudinarias reuniones del 15-M tuvieron eco en los medios de comunicación, no sucedió lo mismo con las cuestiones de fondo.

Un año más tarde, podemos afirmar que TODAS las peticiones de los indignados han caído en pozo vacío. El problema es grave, porque no es que se haya cambiado nada (que no se ha cambiado nada), es que ni tan siquiera los políticos han dado respuestas, ni tienen la intención de hacerlo. Ellos, que son servidores pagados por la población (y para ello viajan en mercedes o en primera clase), no han dedicado ni un segundo a estas peticiones. Quizás no seamos mayoría, pero merecemos, al menos, un mínimo de atención. ¿Alguien ha escuchado al presidente Mas, que tanto se enfureció cuando una muchedumbre le asedió en la puerta del Parlament, referirse de la pensión vitalicia que cobran? ¿Ha explicado el “dúo de los interéses creados” (ministros economía y hacienda) cuanto dinero han entregado a los bancos, a qué tipo de interés y cuándo éstos lo devolverán? ¿Por qué no culpan a las entidades financieras de la crisis de la deuda soberana, cuando el principal motivo de que los Estados estén empeñados hasta las cejas es a causa del dinero que tuvieron que entregar a los bancos? ¿Hay alguna intención de eliminar el senado, una institución cuya única función es la de entorpecer el desarrollo legislativo? ¿Van a crear una estructura judicial verdaderamente independiente, cuando la envejecida Constitución permite que los políticos designen a los miembros del Constitucional o del CGPJ? Ellos no van a responder a ninguna de estas preguntas. No lo dudéis. No lo van hacer porque abordar estas cuestiones significaría afrontar cambios profundos. Ellos son el poder y su misión más importante es conservarlo. Bloquearán cualquier protesta y se escudarán tras un obsesivo mensaje: estamos en crisis y para enfrentarnos a ella hay que llevar a cabo recortes (amplios para el gobierno, menores para la oposición). Todo, absolutamente todo, se justifica dentro de las leyes del ciclo económico.

Nunca había habido tantos periódicos y canales de TDT y nunca la versión de la realidad política había sido tan monótona e insulsa. Pero tenemos un Periodismo de anestesia que funciona con los tradicionales opios, el cinismo y la ignorancia y falta de tensión mediática y social por la información de los ciudadanos como herramientas. Los indignados, arrinconados como disidentes clandestinos, se enfrentan a un diálogo injusto, pues sus oponentes disponen de un apabullante despliegue de mass media. Eso sí, nosotros conocemos y controlamos los tiempos de las redes sociales, y si algo está seguro es que tanto los medios tradicionales, como las redes sociales, su uso, aprovechamiento y dominio no cambiará. Ambas partes pretenden o aparentan conversar, se dirigen una a la otra, pero lo hacen de forma unívoca, sin feed-back, es como relacionarse con una pared. Una pared de políticos y entidades unidos por la misma argamasa: el dinero. Porque detrás del poder, no lo olviden, está el dinero. Este dinero que fluye por la economía como las sangre en nuestras venas y que siempre pasa por el mismo corazón: los bancos. Sindicatos, partidos políticos, empresas, medios de comunicación, todos van a morir al mismo destino: los préstamos bancarios. Nunca muerdas a la mano que te da de comer. Pero los indignados no tienen ninguna mano que les de de comer. Y lo que es aún más digno, la mayoría no la quieren. De lo que piden, puede resumirse en tres conceptos clave: democracia real, transparencia y justicia. Democracia real, porque la democracia sigue en crisis. Una verdadera democracia debería permitir el cambio, cuando éste sea necesario, con un gobierno abierto a las nuevas exigencias de la realidad y no obstinado en mantenerse a toda costa. Pero seguimos dirigidos por una institución arcaica, rígida y refractaria.

El poder pretende anestesiar el movimiento. Desalojan las plazas con la excusa de la suciedad, nos exigen que seamos pacíficos y a la mínima sueltan sus perros guardianes, sin ofrecer nada a cambio. Saben que el tiempo juega a su favor, es cuestión de esperar la llegada del analgésico más potente: el elixir del crecimiento económico, que reducirá el paro e insuflará de dinero nuestros bolsillos. Con el respaldo de esa gran mentira que son las estadísticas, podrán mantener su status.

Todo esto no sería posible sin la colaboración de una parte de la población: la que calla a cambio de futbol o chismorreo televisivo, que contempla el mundo desde el sofá, que vota cada cuatro años al candidato de la oposición para echar al que gobierna, que cree que marcar una equis cada cuatro años es ejercer la democracia, que piensa que los rabiosos indignados son una camarilla minoritaria de delincuentes, que compró tamiflu, que aplaudió a Bush cuando bombardeó Bagdad, que votó a Gil y a Camps. Esta parte flotante de la sociedad es la materia oscura de los físicos, aquellos que Delacroix olvidó mientras pintaba La libertad guiando al pueblo, en definitiva, un gigantesco agujero negro que engulle Historia.

Y el movimiento indignado, en una verdadera encrucijada, consciente de que ha expirado el plazo para dialogar. Sólo quedan dos caminos: sofá o cóctel. Resignación o rabia. El tercero, la justicia, ha sido sepultado una y otra vez, impunemente, por magistrados decrépitos elegidos a dedo. Con jueces vendidos queda completado el círculo del poder.  

Las crisis implican cambios. El poder sólo tiene una forma de mantenerse intacto: modificándonos a nosotros. Su supervivencia pasa por reducir prestaciones sociales, derechos laborales, salarios de trabajadores públicos, sanidad y educación públicas… Ellos mantendrán su status si nosotros lo perdemos.

Ayer hubo elecciones autonómicas en Andalucia y Asturias. El resultado es igual. Ganó una vez más la abstención. En España ya sea el fútbol, la F1, que haga sol, que llueva, siempre encontramos mejores cosas que hacer antes que ir a votar. Pero lo peor de todo es aguantar la hipocresía de los que valientemente y jaleados por la multitud de la barra del bar, soflaman que no entienden de política, pero que cuando tocan elecciones depositan, religiosamente, su voto cambiando del PP al PSOE, y viceversa, con la inercia y la ola del ganador o para echar del poder al otro, con la misma facilidad con la que se cambian de calzoncillos. Por eso queda bien de vez en cuando recuperar alguna cita, como la del encabezado del post de Bertolt Bretch... Hace ya muchas décadas que Bretch nos dejó, pero su mensaje esta de vigente como si fuera su primer día. Ahora a los empresarios se les llaman emprendedores y la explotación laboral flexibilidad o competitividad. Quizás en la huelga General del jueves 29 sea el momento de demostarle a mucha gente que no somos unos papanatas que tragamos con todo y que además nos gusta. Nuestros derechos, como individuo y como sociedad, estan por encima de todo rédito económico de las élites. Para garantizarlo hay que demostrárselo en las calles.


No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros:

No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros I
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros II
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros III
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros IV
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros V
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VI
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VIII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros IX
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros X
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XI
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XIII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XIV
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XV
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XVI
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XVII



miércoles, 21 de marzo de 2012

Fromheadtotoe: La herencia española de The Cranberries





Tengo en casa un par de cd's desde hace muchos años. Son de un grupo casi desconocido, cantan en inglés, y beben de la mejor herencia del rock indie y alternativo que se hacía a finales del siglo pasado en las islas británicas. Estos discos desentonan, con mi habitual vitrina de discos. Uno de ellos la portada una trapa metálica de comercio de cualquier tienda en cualquier barrio, en cualquier ciudad... Iluminada focalmente, el resto a negro. El nombre del grupo es Fromheadtotoe.


Fui a ver al cine Nadie conoce a Nadie, gran thriller psicológico made in Spain y que demuestra que de vez en cuando en este país, se puede hacer cine de calidad, con originalidad y sin copiar continuamente el mismo patrón. De la buena película de Mateo Gil ambientada en una Semana Santa Sevillana cualquiera, me llamaron la atención muchas cosas: hablar sin paliativos de la violencia en el entorno familiar, del extremismo y fanatismo de las opciones religiosas, de la intolerancia; una Natalia Verbeke desnuda y prometedora, y una banda sonora sublime que a la música sacrosanta le contrarestaba y superaba tremendos ápices de hard rock con letras en inglés.


Fromheadtotoe, I'm the Fuel. Video de la canción con imágenes de Nadie conoce a Nadie

No sabía que grupo era y me informe. Pensé que eran The Cranberries grupazo el irlandés liderado por Dolores O'Riordan pero cual fue mi sorpresa al ver que el grupo autor de canciones se llaman Fromheadtotoe, y son de Barcelona. Formados a finales de 1995 después de que Rafael Molina (guitarra) y Raquel Pascual (voz y guitarra) dejaran un grupo hardcore de la zona de Barcelona, llamado Childhood. Luchando por hacerse un nombre fueron acumulando experiencia tocando por la siempre abierta y atenta nocturnidad barcelonesa, haciéndose hueco en los locales y con un nutrido grupo de fanes y amigos que disfrutaban enormemente en los conciertos, que siempre eran plenos de sinceridad, honestidad ante el público, máxima intensidad y sintonia mutua. Tal fue su nivel que en 1998 llegaron a ganar el festival de Bilbao para música en directo, y consiguieron dentro de las discográficas underground, como Subtefuge, llegar a poder editar su música y hacerse algo más accesible, para lo que fue una gran ayuda su participación en la película protagonida por Eduardo Noriega y Jordi Mollá.

Siguieron siendo elegidos y premiados como uno de los mejores directos lo que les dió acceso a grabar para la BBC británica en 1999 y participar en festivales por Europa. Consiguieron grabar dos discos y junto a sus maquetas previas reunieron un buen material para desengranar en sus cacareados conciertos. La rudeza de la voz de Raquel, que jugaba entre la ruptura y la contención daba pasión a un cuerpo rítmico ajustado bebido de fuentes que iban desde el jazz, hasta el metal que dos guitarras, un bajo y una bateria simple podían dar, pero siempre, bajo el traje del rock alternativo. Con letras que clamaban dolor y redención, en las pequeñas victorias y derrotas de la vida, plenas de una fortaleza propia que les hacía únicos en cada show en vivo y que le daba magnetismo a sus trabajos.


Lamentablemente, Fromheadtotoe, nunca consiguió en un país tan zafio y díficil para lo que se sale de lo convencional, como es España, hacerse con un gran hueco, lo cual es doloroso y sorprendente a partes iguales, puesto que si lo hicieron otros, en el mismo estilo, cantando en inglés y con menos talento... Pero claro, supongo que no les acompañaba una empresa de refrescos.

Han tenido un par de intentos de vuelta, siempre en forma de conciertos, y aunque ahora parece alejado ese momento para una nueva gira o para nuevo material, somos bastantes los que guardamos un buen recuerdo de una banda española, plenamente underground, y que se mantuvo fiel y coherente a sus ideas, sabiendo y haciéndose disfrutar con su sentimiento y sentido original. Sería genial volverlos a ver en concierto.



lunes, 19 de marzo de 2012

El miedo como método de venta


No veo mucho la televisión. Y muchísimo menos la publicidad. Pero esta tarde entre sueños y reposiciones de La que se avecina, me desbelé con el anuncio de Securitas Direct.

La televisión más allá de con espectáculos deportivos, el Salvados, Días de cine, el descubrimiento Top Gear o algún que otro espacio de humor, como medio de comunicación hace ya un tiempo que no me ofrece nada salvo espacios de información de la tv pública o La2Noticias. Teniendo en cuenta esto, llego a la conclusión que el 85% de la programación televisva en este país, me indigna, me insulta y me estomaga. A la publicidad nunca le he hecho demasiado caso, más allá de las kaatxondas de los anuncios de especial K, pero lo de hoy me ha parecido bochornoso.

El anuncio de Securitas Direct, presentando por un tipo al que respeto(-aba) por su profesionalidad periodística, como es Mario Picazo, me parece de una bajeza moral, de una vileza rastrera descomunal, puesto que no se limita a utilizar el miedo como arma de persuasión en el objetivo de la venta del sistema de seguridad que ofrece la compañía; sino que además en una suerte de empatía con el televidente le advierte, le amenaza y le exhorta a evitar poner a su familia en peligro con la adquisición de la "maravillosa" alarma de Securitas. Más allá de incluso violar la privacidad de una familia montando un "Gran Hermano" que funciona bajo el botón de una empresa, el recurso del miedo, del terrorrismo, como fusil de marketing es una práctica que a mi, personalmente, me parece vomitiva, por mucho que ya tengamos experiencia en tragar con ella y con los gobiernos como ejecutores (recordemos un momento alegatos con el terrorrismo etarra, o de cualqueir signo, la Gripe A, etc.).

Mario Picazo aparece sobre un fondo que es un salón desordenado de un hogar de periferia amueblado en IKEA, mientras va narrando como entraron los ladrones cuando los dueños no estaban en la casa y que perdieron todo lo de valor que tenían en ella. A continuación, aparece una foto en un marco (creo haber visto marco y foto unidos en la exposición de marcos del leclerq) que según la narración de Picazo no tuvo tanta suerte y se encontraba en la vivienda cuando esta fue asaltada por los ladrones, insinunando de esta manera, el fatal desenlace de una manera cruenta y barbara. Todo ello por no tener contratada una alarma de Securitas Direct.

No es nuevo, ni mucho menos, el uso del miedo como una de las armas más poderosas de sugestión, atacando los impulsos más primarios de la condición humana de una manera fiable y con amplios resultados en la historia. No hace falta más recordad como por parte de diversos colectivos de ultraderecha se usa el miedo contra el diferente para buscar apoyos y coaliciones en favor de la xenofobia y el racismo. El miedo es usado como un elemento de persuasión que nos obligue a consumir y a obedecer. A través de él, es fácil reconocer como desde que el consumismo y el capitalismo dirigen nuestras vidas se nos crean una serie de necesidades, irreales, que alimentan una sensación de pánico que obliga cada vez más a los ciudadanos a recluirse en sus casas. Sólo se puede salir para consumir. Las necesidades creadas por poseer grandes casas nos crean miedos, miedo por mantener a salvo esas propiedades e inseguridades por permanecer en ella, consumiendo cada vez más y más productos que nos mantengan a salvo dentro de las propiedades y alejándonos de la vida social, sumergiéndonos en un bucle agorafóbico que nos separe del resto de semejantes mediante el binomio miedo y seguridad.

Este anuncio funciona a la perfección con los pretextos que el neoliberalismo y las élites oligárquicas utlizan desde los años 80 para controlar la voluntad y la vida de los ciudadanos, como tan bien mostró Naomi Klein en la Doctrina del Shock. El miedo y su uso en medios de comunicación y publicidad, es un fantástico elemento de persuasión a la movilidad social, la investigación y la acción popular. Me parece lamentable que las autoridades audiovisuales, AutoControl o algún responsable si es que los hay que no solo estén para cobrar del erario público, hayan dado visto valido a un spot que se salta toda la deontológica publicitaria y literalmente miciona sobre los libros de buena praxis de marketing y publicidad. Nuestro funcionamiento como ciudadanos, que no sólo somos memos consumidores, es denunciarlo y utlizar la capacidad crítica, la inteligencia y la denuncia para desterrar el apeló más rastrero y nauseabundo a los sentimientos e instintos más básicos para aumentar la cuenta de resultados de esta o aquella empresa.

Esta tarde se me han revuelto las tripas al ver el dichoso anuncio del video. Yo nunca tendré una alarma de esta empresa, y no sé si de alguna otra. Pero lo que tengo claro es que jamás podrán borrar la voluntad popular, que es nuestra voz, con un uso tan abusivo, escatológico y brutal del miedo, porque los que tienen que tener miedo son ellos, porque nosotros somos más y mejores.

domingo, 18 de marzo de 2012

Nos hemos vueltos locos ya


Existe un episodio de Los Simpsons que resulta en estos momentos, como siempre con todas sus reposiciones, especialmente recurrente. Perdida toda la familia en el desierto, Homer advierte que lo más seguro es que terminen todos locos e inician un viaje sin rumbo en el que los niños no hacen otra cosa que preguntar “¿nos hemos vuelto locos ya?, ¿nos hemos vuelto locos ya?, ¿nos hemos vuelto locos ya?", a semejanza del repetido “¿Hemos llegado ya?” que suele ser frecuente en todos los viajes con niños. Pues bien, ese “¿nos hemos vuelto locos ya?” me asalta reiteradamente en estos ya largos meses con cada medida que se anuncia o cada vuelta de tuerca que nos aprietan. Porque ninguna de las medidas anunciadas tiene como resultado el objetivo que pretenden o anuncian, incluso no tienen reparo en decirlo, y como en una mala película “¿nos hemos vuelto locos ya?” resulta ser un mantra que expresa mi (y no sé si debo decir nuestra) sorpresa creciente ante el despropósito y a la vez nuestra esperanza de que alguien de puro repetida y de puro desatino se dé cuenta y rectifique.

Resulta sorprendente que ya todos hayamos asumido que el sistema público de pensiones es insostenible, que es necesario aumentar la edad de jubilación y que la enorme riqueza acumulada no pueda traducirse ya en un retiro merecido, deseado y digno. Y en cambio siguen aumentando las aportaciones a planes privados de pensiones con desgravación fiscal.

Produce no menos asombro que se implante el “céntimo sanitario” que no pretende en modo alguno mejorar el sistema público de salud, que también resulta insostenible, porque ya sabemos que están aplazados hasta el día del juicio las obras del hospital y los nuevos centros de salud aquí en Salamanca, y se anuncian recortes severos en atención y recursos, que “obliguen” a poner sobre la mesa eso que llaman “copago”, mientras se recomienda y, a veces, se obliga a contratar servicios privados o se derivan a centros privados pruebas o servicios rentables.

Lo mismo ocurre con la educación, objetivo prioritario para todos los políticos en campaña, pero que ahora los recortes dificultan atender al abastecimiento de luz, calefacción, etc. por no hablar de las necesidades educativas, mientras se siguen concertando centros privados.

Así que, en esta nueva locura, se admite como necesario una reforma laboral que debilita los derechos (que no privilegios) de los trabajadores (que no de los sindicalistas, sobretodo de su cúspide), precariza el empleo, abarata el despido, desactiva la negociación colectiva y deja inermes a los trabajadores ante las decisiones de los empresarios (empleadores, emprendedores como quiera llamárseles ahora) y que ya han advertido que no va a crear empleo hasta que la economía no se recupere, y no se recuperará porque entrará en recesión como consecuencia de los recortes necesarios para reducir el sacrosanto déficit. Así que, ¡ya me dirán si eso es un horizonte esperanzador para los 5 millones de parados y los que aun conservan su empleo!

Y el problema de todo esto no es que rompa el equilibrio de fuerzas, ni modifique el marco de las relaciones laborales. Entendida en su contexto, esta reforma laboral es otro de los recortes salariales y de derechos, que rebasa la línea roja de la concertación y abre a un horizonte de conflictividad laboral.

Tomados de uno en uno estos recortes constituyen un retroceso peligroso, pero en su conjunto, representan la ruptura no sólo del consenso democrático y constitucional, sino del previo y preliminar consenso político y social. Si resulta que el estado no garantiza ni las pensiones, ni la sanidad, ni la educación, ni los servicios sociales, ni el trabajo, y no lo garantiza para todos, porque una minoría quiere preservarlo para ellos y negarle los derechos a la mayoría, los principios de la convivencia social están rotos y hay que revisarlos empezando desde el principio.

Cuando no confiamos en que quienes supuestamente nos representan en las instituciones defiendan los derechos de la mayoría, la solución no está sólo en el parlamento. La reforma laboral es la gota que colma el vaso de unas políticas de recorte insolidarias e injustas. De nosotros depende el 29 de marzo cambiar el rumbo de la política económica y llevarla a la senda del consenso, la democracia y la justicia. La respuesta está en la calle.

miércoles, 14 de marzo de 2012

¡Comprometeos!





El autor intelectual del célebre movimiento mundial de indignación juvenil, el nonagenario Stéphane Hessel, cree que es el momento de pasar de la indignación al compromiso. Del movimiento de los indignados, al movimiento de los comprometidos. Ha llegado ya la hora para una vez adquirida la confianza y el valor para transformar futuro y mundo, asumir un cuerpo reivindicativo, justo, solidario y social para a través de la lucha pacífica y la resistencia, con las armas adquiridas durante toda la historia de la lucha obrera (y si, hablo de las huelgas; y si, no de un día, sino de varios y muchos...) para obligar a la oligarquía a dar el mínimo exigible para mejorar la vida de todos os seres humanos hasta un punto de dignidad, suficiente para llevar una vida digna bajo un civismo inteligente, un pacto social de verdadera libertad y naturaleza humana, que tenga como paso inexorable el destierro del egoísmo más repugnante y con él del capitalismo más recalcitrante en aras de conseguir un mundo mejor, más sostenible, igualitario y libre.


Tiene razón. Y es el momento de que todos aquellos que pensamos igual, del 15M, Democracia Real YA y todos los demás movimientos sociales y ciudadanos nacidos bajo el calor del Indignaos y ya hoy adoslescentes cercanos a la madurez, hagamos lo posible para ese sueño: Ese mundo mejor.

Para empezar no estaría mal, y aunque sólo fuera por salud pública, ridiculizar, clamar y desenmascarar la farsa grotesca y el esperpento que son las cumbres y reuniones "de máximo nivel" de dignatarios europeos que siguén reuniéndose de forma continúa y a gastos pagados para convencernos sin el más mínimo éxito de la necesidad de la austeridad brutal, el error de que es inviable una Europa con el déficit permisivo y por lo tanto hay que reducirlo a limites inhumanos que pasan por denigrar la igualdad y con ella a millones de seres humanos, para cuando le de la gana a la banca, se puedan crear algún que otro puesto de trabajo de perfil bajo y escasa productividad, y en ese momento dejar de ser pobres, para ser algo menos pobres, pero pobres a fin de cuentas. Tampoco estaría mal decirle a Rajoy y su tropa de acólitos que se cuadran ante cualquier banderola española, que su nacionalismo no vale nada, porque esta falseado por su avaricia, su asidero al cargo y su esquilme de los recursos públicos, y que además queda ridiculizado hasta la mofa cuando toda la soberanía española, la UE de sus "colegas" neoliberales y populares se la pasaron por el forro del Euro. Y por supuesto decirle clarito las cosas con las que no se juegan. La sanidad, la educación, los derechos sociales, públicos y libres, para todos, sin tener en cuenta ni su capacidad económica, ni tampoco su ideología. Rajoy no ha demostrado que los recortes, tal y como dice son justos, necesarios y equilibrados. Eso a parte de decirlo hay que demostrarlo, y como no puede, y encima no le da la gana, es el momento de empezar a acortar esta legislatura de cara-dura en la que no tienen intención de "sacarnos de la crisis" sino de perpetuar un modelo obsoleto e injusto, de adelgazar el sector público, en vez de hacer todo lo contrario, fortalecerlo a base de pactos sociales que nos conviertan a todos y a todas en iguales, paso previo, claro e inevitable, por la política fiscal progresiva y necesaria, la lucha contra la corrupción y el fraude fiscal, y no menos importante la audiotira continúa, clara y abierta a consulta de cada euro, céntimo recaudado y gastado.

Quizás el posicionamiento ante las elecciones andaluzas y asturianas de dentro de unos días, sobra porque ya es conocido, pero no esta de más desenmascarar también al "Señorito andaluz" de Arenas, cobarde por negarse a debatir en Tv. y dejar claro a andaluces, y también a asturianos con los neoliberales socialistas, peperos o de cascos, si tendrán en cuenta todas las mentiras, todas las promesas incumplidas y todos los derechos usurpados al pueblo y entregados al costumbrismo, el capital y las oligarquías, en vez de dejarse engañar por la falsa alternancia, los corruptos, los ladrones, los inútiles, que eso sí, y como es costumbre, estarán acompañados de su continuo futbol para evitar que se solivianten las voluntades. Es también el momento de posicionarse y UNIRSE a la huelga general. Y esa unión no puede ser con fisuras y diatribas ideológicas, porque eso nos debilita. Somos izquierda, somos progresismo, y también son bienvenidos ideologías conservadoras... Porque los une, y no debe de ser serparado jamás por debates, es que somos trabajadores, y en este caso, trabajadores atacados y tomados por gilipollas. La Reforma Laboral es un atentado a la dignidad del trabajador, a su estado de bienestar, una vuelta de tuerca más a la estafa diaria y corrupta del neoliberalimo y el capitalismo, y no puede quedar impune. Y para ello, es vital y dará un éxito más rápido, fuerte e irreversible si todos los que estamos en contra y queremos vivir en un estado con un contrato social y laboral de valor, salimos a la calle a gritar las mismas consginas de manera conjunta, aunque nos refugien pancartas de diferentes colores. La huelga general del día 29 es un buen momento para la unión de toda la izquierda de este país. La política fragmentada en parlamentos bajo banderas y regiones medievales; la sindical y obrera que tiene a sus bases y demás masa laboral cabreada con sus direcciones; la del 15M que ya salió a la calle, sin estructura, pero con increíbles y ilusionantes resultados. Y la de todos aquellos que todavía no se han despertado, pese a que estan siendo ninguneados, robados y dominados en una dictadura latente, cada día, a cada titular de periódico y telediario. Este es el momento del compromiso, sin dejar los ideales, con las alianzas y coaliciones necesarias y positivas para mejorar nuestro mundo, nuestro país, ciudad, nuestra realidad. Dejar atrás la indefinición, armarse con el civismo inteligente con el que Hessel nos ilumina el camino.

Es el momento de hacer frente a los poderes fácticos como los mercados, las grandes corporaciones transnacoinales y sus políticos defensores de los intereses de unos pocos frente al interés general. Para ello es fundamental la regeneración de lo que existe a través de la decisión "realmente" democrática del pueblo. La recuperación del concepto democrático de soberanía, tan en desuso en el mundo globalizado, y que no es el fundamento del Estado, sino el instrumento de la sociedad frente al Estado: Lo creamos, lo controlamos y lo tenemos a nuestra disposición. Para ello es inevitable que se den algunos factores como una crisis de legimitidad del poder constituido, una repolitización de la sociedad, pasando por la concienciación de cual es el papel histórico y el momento en el que se vive y de cómo su participación (y activación) influirá de forma decisiva en la emancipación colectiva y en una mejora de las condiciones políticas, como previo paso para las mejoras económicas y sociales de la población. Y el conocimiento de la teoría democrática, sus condiciones, y la información necesaria sobre qué es lo que esta pasando, con la utilidad de voces autorizadas, la experiencia de procesos pasados y registrados. Ahora reflexinad y que alguién me diga si eso no está pasando ya, por ejemplo en hispanistán.

Hace un año por estas fechas escribía que este mundo es una mierda (y II) y casi nada ha cambiado, y si lo ha hecho es a peor. Pero si que ha habido un cambio. Ha habido un despertar y ese despertar aunque eminentemente juvenil, lo es de toda la sociedad, porque se ha demostrado que todas las capas sociales, ideologías, edades, situaciones, profesiones, trabajos, relaciones, personalidades estan representadas; se sienten identificadas. Es nuestro momento. El momento del compromiso por y para una sociedad mejor.

martes, 13 de marzo de 2012

Santander. Estimulante y relajante


Hacía mucho que no salía de la provincia de Salamanca. Mucho que no veía el mar. Muchísimo que no cogía el "saxito" y hacía un viaje, de mucha carretera, de estepa castellana y noche estrellada por faros de coches... Recordad aquellos días, volver a pensar, todas y cada una de las cosas que me suceden; esa reflexión pausada de pos y contras mientras conduces a 120 km/h como velocidad de crucero. Un modesto viaje que a la vez es grande e intenso; puro conocimiento de uno mismo en la soledad del vehículo, con la música, mi música, como acompañante y estimulante. Sordos dejaríamos juntos con tanto himno, tanta vehemencia.

Y el destino era Santander. La capital cantabra que albergaba desde hacía una semana a mi hermanito en un curso intensivo de inglés en la Universidad Menéndez Pelayo y en el que se alojaba en el albergue junto al Palacio de Magdalena, conjunto histórico, palaciego y residencia veraniega de AlfonsoXIII, y que enclavado en una península da abrigo a la bahía de Santander y a toda la ciudad.

Desde las 7 de la mañana que inicie viaje rumbo Norte atravesando Valladolid y Palencia, para ya en Cantabria, nada más cruzar un incipiente Ebro, mientras, casualidades de la vida, los hijos pródigos La Fuga resonaban en el interior de mi coche, parar en Reinosa, bello pueblo de montaña cantabra, cuya salida daba comienzo a un itinerario espectacular y asombroso de verdes valles, escarpadas cimas y continuidad de pueblos y localidades de puro estilo montañero.

Y así llegar hasta Santander, primero a recoger a mi hermano en el Palacio de Magdalena, para luego llegar al hotel San Glorio, ya en el centro de la ciudad, que nos ha acogido estos dos días, dado de desayunar y hotel que recomiendo vivamente, tanto por su situación, instalaciones, como también por el trato personal, especialmente de el recepcionista que nos dió validez a la reserva y registró, y que no sólo nos dió consejos sobre como aparcar por la zona y que salía más o menos económico sino que se ofreció a dejarnos su plaza una vez acabará su turno. Un crack.

Aunque era evidente que en tan sólo un par de días conocer la ciudad, con toda su oferta (cultural, monumental, gastronómica, paisajística y turística y de descanso) que ofrecía era imposible cada paseo, cada mirada ha confirmado mis prevías sensaciones de tierra bella, acogedora y especial.

Con un centro histórico de edificios limpios, que respiran en torno al puerto y paseo marítimo que limita toda la bahía hasta la península de la Magdalena, donde ya comienzan arenosas y luminosas playas, las calles (y cuestas) se van sucediendo, con detalles que no deben de escapar en cada fachada, ácera y jardín.

Pero sin duda si algo tiene Santander y Cantabria que ofrecer y es ya conocido es su gastronomía. Dejo para la siguiente ocasión una sentada en torno a un buen Rioja y un gran cocido montañés. Pero nuestras rutinas culinarias que han sido seguir la filosfía del tapeo y el ir de pintxos han dado excelentes resultados, desde unos pimientos rellenos hechos al instante de pedirlos, recientes, jugosos y sabrosos, caldos, croquetas caseras, pintxos elaborados con el mar como protagonista y la anchoa como estrella (vestida de quesos) o tabla de quesucos de Liébana, .... todo regado con buenas cervezas y profesional simpatía que hacen muy recomendable estos paseos (siempre con la guía de turno, y en eso mi hermano es un hacha) aunque a priori un vistazo a las pizarras y cartas, pueda parecer algo caro. Pero la manida relación calidad-precio es más que justificable y las sensaciones vividas en un bar de pintxos y una buena conversación no tienen desperdicio. Dentro de los cinco o seis tascas que visitamos, altamente recomendables el Fuentedé (C/ Peña Herbosa; donde degustamos los pimientos rellenos y en un local con mucha solera y apuntado que ha quedado para degustar el cocido montañés...) y también el Rampalay (c/ Daóz y Velarde) con una exquisita, ingente, variada y sugerente barra de pinchos. Ha habido más y todos ellos, tanto bares, restaurantes, como locales de copas, pubs y cervecerías tienen su encanto y no desentonan en absoluto con la ciudad.




Y si había algo que me alimentaba y esperaba era volver a ver al mar, bañarse, o simplemente caminar por la orilla de una playa como la de El Sardinero; cuidada, brillante y magnífica a la que sólo le falto un punto menos de viento y oleaje. Y es que es díficil encontrar algo en este mundo que a la vez pueda resultar tan estimulante y relajante, en el mismo momento y tiempo, como una playa; el crepitar del mar, la salinidad que cubre la respiración, las diferentes sensaciones, texturas que cubren la piel; esa paz interior y exterior que reina cuando fijas la mirada al horizonte, cuando se es consciente de que en ese traje de arena y mar de vivir un momento inigualable. Y cuando todo eso lo vives en un lugar como Santander la sensación se incrementa y dispara; la insignificancia que sientes no importa ante lo imponente del paisaje; playa y bahía rodeada de monte. Paseos marítimos de blancas balaustradas que fronterizan con casas y edificios señoriales, y todo ello abrazando el dorado de playas de marea intensa o escarpados acantilados y que al final se funden en el verde de la tierra y el azul del mar.


Especial mención, por supuesto, a mi hermanito, gran cicerone, acompañante, soldadito marinero y persona vital y tipo genial que es. Y a sus "canarios" amigos, Jenifer y David. Otros dos grandes a los que también se les va a deber una visita y que esperamos también quieran cobrársela con un poco de piedra de Villamayor.

Conocer, en estos dos días, toda la ciudad era tarea complicada (contra más los alrededores y provincia) y dado lo satisfecho que ha quedado uno, lo accesible del destino y lo realmente bueno que queda por conocer, no cabe duda de que volveré y pronto a poner rumbo a Cantabria para pasar unos buenos días de desconexión de la rutina mesetaria salmantina.

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