martes, 21 de enero de 2020
Guerra abierta contra las casas de apuestas
lunes, 29 de mayo de 2017
Una vuelta filosófica a la necesaria Reducción de la Jornada Laboral
miércoles, 21 de diciembre de 2016
El ataque de los clones
lunes, 19 de marzo de 2012
El miedo como método de venta
No veo mucho la televisión. Y muchísimo menos la publicidad. Pero esta tarde entre sueños y reposiciones de La que se avecina, me desbelé con el anuncio de Securitas Direct.
La televisión más allá de con espectáculos deportivos, el Salvados, Días de cine, el descubrimiento Top Gear o algún que otro espacio de humor, como medio de comunicación hace ya un tiempo que no me ofrece nada salvo espacios de información de la tv pública o La2Noticias. Teniendo en cuenta esto, llego a la conclusión que el 85% de la programación televisva en este país, me indigna, me insulta y me estomaga. A la publicidad nunca le he hecho demasiado caso, más allá de las kaatxondas de los anuncios de especial K, pero lo de hoy me ha parecido bochornoso.
El anuncio de Securitas Direct, presentando por un tipo al que respeto(-aba) por su profesionalidad periodística, como es Mario Picazo, me parece de una bajeza moral, de una vileza rastrera descomunal, puesto que no se limita a utilizar el miedo como arma de persuasión en el objetivo de la venta del sistema de seguridad que ofrece la compañía; sino que además en una suerte de empatía con el televidente le advierte, le amenaza y le exhorta a evitar poner a su familia en peligro con la adquisición de la "maravillosa" alarma de Securitas. Más allá de incluso violar la privacidad de una familia montando un "Gran Hermano" que funciona bajo el botón de una empresa, el recurso del miedo, del terrorrismo, como fusil de marketing es una práctica que a mi, personalmente, me parece vomitiva, por mucho que ya tengamos experiencia en tragar con ella y con los gobiernos como ejecutores (recordemos un momento alegatos con el terrorrismo etarra, o de cualqueir signo, la Gripe A, etc.).
Mario Picazo aparece sobre un fondo que es un salón desordenado de un hogar de periferia amueblado en IKEA, mientras va narrando como entraron los ladrones cuando los dueños no estaban en la casa y que perdieron todo lo de valor que tenían en ella. A continuación, aparece una foto en un marco (creo haber visto marco y foto unidos en la exposición de marcos del leclerq) que según la narración de Picazo no tuvo tanta suerte y se encontraba en la vivienda cuando esta fue asaltada por los ladrones, insinunando de esta manera, el fatal desenlace de una manera cruenta y barbara. Todo ello por no tener contratada una alarma de Securitas Direct.
No es nuevo, ni mucho menos, el uso del miedo como una de las armas más poderosas de sugestión, atacando los impulsos más primarios de la condición humana de una manera fiable y con amplios resultados en la historia. No hace falta más recordad como por parte de diversos colectivos de ultraderecha se usa el miedo contra el diferente para buscar apoyos y coaliciones en favor de la xenofobia y el racismo. El miedo es usado como un elemento de persuasión que nos obligue a consumir y a obedecer. A través de él, es fácil reconocer como desde que el consumismo y el capitalismo dirigen nuestras vidas se nos crean una serie de necesidades, irreales, que alimentan una sensación de pánico que obliga cada vez más a los ciudadanos a recluirse en sus casas. Sólo se puede salir para consumir. Las necesidades creadas por poseer grandes casas nos crean miedos, miedo por mantener a salvo esas propiedades e inseguridades por permanecer en ella, consumiendo cada vez más y más productos que nos mantengan a salvo dentro de las propiedades y alejándonos de la vida social, sumergiéndonos en un bucle agorafóbico que nos separe del resto de semejantes mediante el binomio miedo y seguridad.
Este anuncio funciona a la perfección con los pretextos que el neoliberalismo y las élites oligárquicas utlizan desde los años 80 para controlar la voluntad y la vida de los ciudadanos, como tan bien mostró Naomi Klein en la Doctrina del Shock. El miedo y su uso en medios de comunicación y publicidad, es un fantástico elemento de persuasión a la movilidad social, la investigación y la acción popular. Me parece lamentable que las autoridades audiovisuales, AutoControl o algún responsable si es que los hay que no solo estén para cobrar del erario público, hayan dado visto valido a un spot que se salta toda la deontológica publicitaria y literalmente miciona sobre los libros de buena praxis de marketing y publicidad. Nuestro funcionamiento como ciudadanos, que no sólo somos memos consumidores, es denunciarlo y utlizar la capacidad crítica, la inteligencia y la denuncia para desterrar el apeló más rastrero y nauseabundo a los sentimientos e instintos más básicos para aumentar la cuenta de resultados de esta o aquella empresa.
Esta tarde se me han revuelto las tripas al ver el dichoso anuncio del video. Yo nunca tendré una alarma de esta empresa, y no sé si de alguna otra. Pero lo que tengo claro es que jamás podrán borrar la voluntad popular, que es nuestra voz, con un uso tan abusivo, escatológico y brutal del miedo, porque los que tienen que tener miedo son ellos, porque nosotros somos más y mejores.
lunes, 13 de septiembre de 2010
Religiones, esas armas de destrucción masiva

Esto es lo que ha intentado demostrar el tipo que ustedes ven en la foto. Se llama Terry Jones, es pastor -no de ovejas, sino de borregos- y tiene 58 años; vamos, que ya no es ningún chiquillo. Se dedica, cada domingo, a decir a sus feligreses (apenas 50 familias) lo malo que es el Islam, porque según él promueve la violencia y el odio; lo más curioso del tema es que lo dice un tipo que se pasea por su iglesia con un revólver en la cintura.
Por eso, para demostrar que se pueden organizar verdaderas masacres sin disponer de grandes presupuestos, a este hombre de bien no se le ha ocurrido otra cosa que celebrar el aniversario del 11-s quemando coranes. Dice que “Jesús se lo pediría, pues aunque era una persona amorosa, también hizo cosas revolucionarias”.
El tipo ha sido capaz de conseguir un arma de destrucción masiva, y lo que es mejor, la tiene aparcada en su propio jardín. Ustedes pueden ver el remolque lleno de leña en el que indica claramente a qué hora comenzará la quema: de seis a nueve de la noche. Ya ven, Bush lleva años intentando encontrarlas en Irak y resulta que las tiene aquí, en su propia casa.
Finalmente, como era de esperar, no se ha quemado ningún libro, pero Jones ha obtenido lo que quería: publicidad. Y es que este tipo es más listo de lo que uno se piensa, de ser un pastor para un puñado de seguidores ha pasado a estar en las portadas de las noticias de todo el mundo, y ahora vendrán las entrevistas, las promociones, los libros…
Por eso, si usted se ha quedado en paro y quiere ganarse unos euros, sólo necesita buscar un libro (el Señor de los Anillos podría servir) e inventarse una religión basada en los personajes. Después busque a unos cuantos seguidores -si consigue muchos igual le permiten tener hasta una casilla en la declaración de la renta-, y prométales que Frodo en realidad existió y que les vigila desde arriba.
Ah, y un detalle muy importante, en esa nueva religión que acaba de fundar excluya a las mujeres de cualquier responsabilidad importante, de lo contrario, ¿qué clase de religión sería? Ya verá como en apenas unos meses tendrá unos cuantos incondicionales capaces de hacer cualquier cosa por su dios: donar dinero, comprar libros o estampitas, encender velas con un euro, llenar el cestillo… y sobre todo atacar al resto de religiones.
P.D.: Cuando uno piensa en la cantidad de religiones que existen, se imagina un cielo superpoblado de dioses. Evidentemente, como esta imagen no contenta a nadie, la solución es despreciar a las religiones restantes y defender a muerte -nunca mejor dicho- la propia, argumentando que es la única y verdadera. Pero lo más extraño de todo, es que tengan que ser los seguidores los que defiendan a su dios y no al contrario.
En definitva, ya esta bien. Cualquier religion no son mas que dictaduras del alma. Intermediarios humanos entre uno mismo y su dios, ya sea el de la religión musulmana, cristiana, judía, o los diarios deportivos porque todos tienen igual fin. Todos tratan de rentabilizar la fé y extraer el sórdido y habitual beneficio económico. El integrismo y las llamas del odio al diferente ya sea en su condición, sexo, raza o religión no son más que retazos de la época más oscura de la historia del hombre, que ya suponíamos sobrepasada, pero que ahora parace pervivir. La amenaza continúa, mantiene en vilo a la sociedad, simplemente porque a unos desgraciados se les ocurre tratar como bueyes a las mujeres en algún lugar del desierto, o porque a unos tipos, muy dignos ellos en sus casas de madera, se les ocurre seguir temiendo al distinto.Señores se acabo. Ya esta bien de tanto odio, de tantos gritos sin escuchar al del frente, a ese que cree en algo muy similar a lo tuyo, que por el bien del negocio atizo ciertas diferencias en favor del buen vivir ya sean de papas, califas o rabinos. Siempre y en todo tiempo y lugar los derechos civiles estarán por encima de los derechos de las religiones. La libertad individual, como por ejemplo la libertad de expresión estará siempre por delante de la libertad de religión, porque el hombre es el que ha traído el progreso. No ningún Dios.
Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal
Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...