martes, 13 de marzo de 2012

Santander. Estimulante y relajante


Hacía mucho que no salía de la provincia de Salamanca. Mucho que no veía el mar. Muchísimo que no cogía el "saxito" y hacía un viaje, de mucha carretera, de estepa castellana y noche estrellada por faros de coches... Recordad aquellos días, volver a pensar, todas y cada una de las cosas que me suceden; esa reflexión pausada de pos y contras mientras conduces a 120 km/h como velocidad de crucero. Un modesto viaje que a la vez es grande e intenso; puro conocimiento de uno mismo en la soledad del vehículo, con la música, mi música, como acompañante y estimulante. Sordos dejaríamos juntos con tanto himno, tanta vehemencia.

Y el destino era Santander. La capital cantabra que albergaba desde hacía una semana a mi hermanito en un curso intensivo de inglés en la Universidad Menéndez Pelayo y en el que se alojaba en el albergue junto al Palacio de Magdalena, conjunto histórico, palaciego y residencia veraniega de AlfonsoXIII, y que enclavado en una península da abrigo a la bahía de Santander y a toda la ciudad.

Desde las 7 de la mañana que inicie viaje rumbo Norte atravesando Valladolid y Palencia, para ya en Cantabria, nada más cruzar un incipiente Ebro, mientras, casualidades de la vida, los hijos pródigos La Fuga resonaban en el interior de mi coche, parar en Reinosa, bello pueblo de montaña cantabra, cuya salida daba comienzo a un itinerario espectacular y asombroso de verdes valles, escarpadas cimas y continuidad de pueblos y localidades de puro estilo montañero.

Y así llegar hasta Santander, primero a recoger a mi hermano en el Palacio de Magdalena, para luego llegar al hotel San Glorio, ya en el centro de la ciudad, que nos ha acogido estos dos días, dado de desayunar y hotel que recomiendo vivamente, tanto por su situación, instalaciones, como también por el trato personal, especialmente de el recepcionista que nos dió validez a la reserva y registró, y que no sólo nos dió consejos sobre como aparcar por la zona y que salía más o menos económico sino que se ofreció a dejarnos su plaza una vez acabará su turno. Un crack.

Aunque era evidente que en tan sólo un par de días conocer la ciudad, con toda su oferta (cultural, monumental, gastronómica, paisajística y turística y de descanso) que ofrecía era imposible cada paseo, cada mirada ha confirmado mis prevías sensaciones de tierra bella, acogedora y especial.

Con un centro histórico de edificios limpios, que respiran en torno al puerto y paseo marítimo que limita toda la bahía hasta la península de la Magdalena, donde ya comienzan arenosas y luminosas playas, las calles (y cuestas) se van sucediendo, con detalles que no deben de escapar en cada fachada, ácera y jardín.

Pero sin duda si algo tiene Santander y Cantabria que ofrecer y es ya conocido es su gastronomía. Dejo para la siguiente ocasión una sentada en torno a un buen Rioja y un gran cocido montañés. Pero nuestras rutinas culinarias que han sido seguir la filosfía del tapeo y el ir de pintxos han dado excelentes resultados, desde unos pimientos rellenos hechos al instante de pedirlos, recientes, jugosos y sabrosos, caldos, croquetas caseras, pintxos elaborados con el mar como protagonista y la anchoa como estrella (vestida de quesos) o tabla de quesucos de Liébana, .... todo regado con buenas cervezas y profesional simpatía que hacen muy recomendable estos paseos (siempre con la guía de turno, y en eso mi hermano es un hacha) aunque a priori un vistazo a las pizarras y cartas, pueda parecer algo caro. Pero la manida relación calidad-precio es más que justificable y las sensaciones vividas en un bar de pintxos y una buena conversación no tienen desperdicio. Dentro de los cinco o seis tascas que visitamos, altamente recomendables el Fuentedé (C/ Peña Herbosa; donde degustamos los pimientos rellenos y en un local con mucha solera y apuntado que ha quedado para degustar el cocido montañés...) y también el Rampalay (c/ Daóz y Velarde) con una exquisita, ingente, variada y sugerente barra de pinchos. Ha habido más y todos ellos, tanto bares, restaurantes, como locales de copas, pubs y cervecerías tienen su encanto y no desentonan en absoluto con la ciudad.




Y si había algo que me alimentaba y esperaba era volver a ver al mar, bañarse, o simplemente caminar por la orilla de una playa como la de El Sardinero; cuidada, brillante y magnífica a la que sólo le falto un punto menos de viento y oleaje. Y es que es díficil encontrar algo en este mundo que a la vez pueda resultar tan estimulante y relajante, en el mismo momento y tiempo, como una playa; el crepitar del mar, la salinidad que cubre la respiración, las diferentes sensaciones, texturas que cubren la piel; esa paz interior y exterior que reina cuando fijas la mirada al horizonte, cuando se es consciente de que en ese traje de arena y mar de vivir un momento inigualable. Y cuando todo eso lo vives en un lugar como Santander la sensación se incrementa y dispara; la insignificancia que sientes no importa ante lo imponente del paisaje; playa y bahía rodeada de monte. Paseos marítimos de blancas balaustradas que fronterizan con casas y edificios señoriales, y todo ello abrazando el dorado de playas de marea intensa o escarpados acantilados y que al final se funden en el verde de la tierra y el azul del mar.


Especial mención, por supuesto, a mi hermanito, gran cicerone, acompañante, soldadito marinero y persona vital y tipo genial que es. Y a sus "canarios" amigos, Jenifer y David. Otros dos grandes a los que también se les va a deber una visita y que esperamos también quieran cobrársela con un poco de piedra de Villamayor.

Conocer, en estos dos días, toda la ciudad era tarea complicada (contra más los alrededores y provincia) y dado lo satisfecho que ha quedado uno, lo accesible del destino y lo realmente bueno que queda por conocer, no cabe duda de que volveré y pronto a poner rumbo a Cantabria para pasar unos buenos días de desconexión de la rutina mesetaria salmantina.

jueves, 1 de marzo de 2012

Visita al Museo de Automoción de Salamanca




Pegaso Z-102


Vistas desde el museo a la Casa Lis y la Catedral

Llevo ya más de 3 años currando en el mismo sitio. ¡Y encantado eh! -y qué dure-. Lindando la oficina con el Museo de Historia de la Automoción de Salamanca y hasta ayer, que no lo he visitado por primera vez desde su inauguración allá por septiembre de 2002. Este museo, único de España, de carácter público y dedicado al motor cuenta con un fondo de más de 240 vehículos, y que muestran en el museo con carácter periódico en una exposición permanente de 100 vehículos, a los que añadir los que comprenden exposiciones temporales, pertenecientes a fondos de otros museos o a colecciones privadas.

Junto al Río Tormes y entre el Puente Romano y el Puente Enrique Estevan (de estilo modernista) se encuentra el edificio del museo rehabilitado de su primer diseño, en el que desempeño funciones de tenería de pieles y posteriormente como la primera estación eléctrica de la ciudad (fue conocido como la Fábrica de la Luz). Esta rehabilitación comprende las dos naves y chimenea de ladrillo de finales de siglo XIX, más la nave (tras estas dos naves que componen la fachada) de reciente construcción y que todo junto compone un espacio de más de 5.500 metros cuadrados que deja lugar para una zona de exposiciones (artículada en tres plantas), el archivo, oficinas y recibidor; así como de un espacio para la celebración de conferencias e incluso conciertos, sala de estudio, biblioteca, talleres deportivos y zona para exhibiciones deportivas, todo ello con el afán de ofrecer la cultura del automóvil al espectador en un diálogo con la cultura universal que tan bien representan los sillares, las calles medievales, la muralla, Casa Lis y Catedral Nueva de Salamanca.


Ferrari y Chevrolet

El fondo de armario del Museo de Automoción de Salamanca se compone por piezas pertenecientes a la Colección Gómez–Planche, más vehículos donados por la Dirección General de Tráfico, el Centro Histórico Iveco-Pegaso y otros de particulares y administraciones,  lo que permite la rotación entre piezas mostradas sin que se pierda la exencia del museo.

Hispano-Suiza

El Museo se articula a través de un recorrido por las distintas plantas y salas de exposiciones en el que primeramente accedes a un espacio en el que se comparten aspectos de la biografía del "mecenas" Demetrio Gómez-Planche quien con la ayuda de su familia consiguió reunir la colección expuesta durante más de 40 años, tanto consiguiendo coches en buen estado, como vehículos que tuvo que remodelar y restaurar, en ocasiones, incluso desde piezas de desguace y sobre chasis oxidados; junto a una visión general de la industria (y a la vez fenómeno cultural y social) del automóvil asi como una retrospectiva sobre los intentos anteriores a finales del siglo XVIII, con ideas de humanistas como Fontana, Leonardo Da Vinci, con sus planos y reproduciones a tamaño real. Es la sala de la Prehistoria. Continuaremos el recorrido por la ProtoHistoria (finales del S.XVIII y principios del XIX) donde hace hueco al triciclo de Benz que fue el primer automóvil con motor de explosión, y que deja como curiosidad el relato del primer viaje en un vehículo de motor de explosión, realizado en Alemania, a través de 125 km en torno a la zona de lo que hoy es el circuito de Hockenheim realizado con un prototipo de Benz y a cuyos mandos iba la esposa de Benz.

Chrysler Imperial Serie 80 del año 19

Pasando a la sala de Alta transición donde se abarcan las primeras 4 décadas del Siglo XX lo que supone la mayor evolución de lo que entendemos como automóvil. Comprende vehículos como Rolls Royce, Amílcar o las joyas de la corona (quien lo iba a decir pero en aquella época el empuje de lujo, clase y tecnología automovílistica era una empresa española): los Hispano-Suiza. Entre las curiosidades llama la atención una exposición de un antiguo taller de la época, cuyas herramientas se disponen a través de una rudimentaria cadena de montaje, alimentada por un motor de vapor y que transmitía la motricidad a través de un sistema de poleas montado en el techo. La siguiente sala (Baja transición) comprende hasta el año 1960 con coches cada vez más evolucionados, en los que se puede apreciar como la comodidad, la potencia, la velocidad van en aumento, al mismo tiempo que llega a cada vez más usuarios, por el abaratamiento de costes y la mejora en las condiciones de vida de clases bajas y medias.

Prototipo de Hispano-Suiza presentando en Salón Internacional de Ginebra 2002

Por último llegamos a la quinta sala, que alberga desde los años 60 hasta la actualidad, mostrando coches espectaculares, más reconocibles, y juntándonos en el mismo espacio con prototipos de la nueva Hispano-Suiza, un vehículo solar o con el aspecto más competitivo de la automoción, donde a parte de monos y cascos de pilotos, fotografías, motores de competición, podemos disfrutar de vehículos de rallies o los fórmula 1 de Fernando Alonso (Renault R29 del aó 2009) o el Bennetton-Renault de 1995 con el que Michael Schumacher consiguió su segundo titulo del mundo.


Renault R29 2009. Fernando Alonso. Fórmula 1

Además en la composición actual, con coches míticos anteriores, como el ford T o el Muntz-Jet 52-M tan propio de las películas como Rebelde Sin Causa o American Graffitti, o el Chrysler Imperial Serie 80 del año 1927. Un espectáculo vamos.

Como digo absolutamente genial la visita, muy recomendable. El precio, es lo de menos y por 3'50 € (a marzo de 2012) más un euro para poder sacar fotografías (aunque luego realmente nadie parece comprobarlo, pero aún así esta muy bien invertido) está más que justificado el acercarse a este espacio. Un museo distinto a lo convencional y que sin ninguna duda complementa la tradicional oferta turística y de tiempo libre de Salamanca, a veces tan monótona y tediosa para los que pasan más de un finde en ella, y que en ocasiones guarda auténticos lujos, quizás no tan evidentes, pero si que apasionantes, enriquecedores y distintos y teniendo en cuenta la periocidad de las exposiciones temporales o los cuantiosos fondos del museo el Museo de Historia de la Automoción de Salamanca se merece cada cierto tiempo una visita.

Y más si se tiene la suerte de compartir la visita, con tio tan cojonudo, como mi hermano, mejor que mejor... Si le sumamos a la ecuación un buen café, y un paseo por el centro viendo ciervas... genial!!


Los dos zagales sobre el Benneton-Renault de Michael Schumacher de Fórmula 1 año 1995

domingo, 26 de febrero de 2012

El peor error de la historia de la humanidad




Hace unos días a través de menéame llegue a un artículo de euribor.com titulado El peor error de la historia en el que hacían referencia a un ensayo de 1987 de Jared Diamond (The Worst mistake in the History of the Human Race) en el que estudiando las condiciones de vida de los omínidos de hace 10.000 años llegaba a la conclusión de que en aquella época prehistórica, cuando el ser humano, o mejor dicho los homínidos antecesores, vivían como nómadas dedicándose a la caza y la recolección disfrutaban de más horas de tiempo libre, puesto que únicamente dedican entre 12 y 19 horas a la semana para tales menesteres.

Evidentemente, no tenían ni twitter, ni televisión, ni fútbol para perder el tiempo, y parece ser que su tiempo de ocio era totalmente dedicado al uso y disfrute del cuerpo humano. Es decir, al sexo. No cabe duda de que en aquella época, con los códigos de comunicación y sin situación social, puesto que no existía una sociedad en su versión moderna, se follaba mucho más.

Pero lo más destacable del ensayo de Jared Diamond es lo que él titulaba como "El mayor error en la historia de la humanidad". Y ese error fue la agricultura. El hecho de que hace 10.000 años los humanos comenzaran a utilizar herramientas y su inteligencia y observación para la producción de alimentos supuso un terrible atraso. La gente se establecía en un lugar para mantener sus cultivos, lo que además le llevaba a emplear más horas en el tajo, incluyendo el cuidado de las tierras ante posibles hurtos e inclemencias climatológicas. Esto, pese a que pueda parecer lo contrario fue malo para su salud ya que les llevó a una dieta menos variada (la estatura media disminuyó casi 20cm, y cayó la esperanza de vida de unos 65 años a apenas 40), trajo enfermedades epidémicas y lo que es peor, creó una división de clases ya que a diferencia de la caza, la agricultura permitía conservar los alimentos por mucho tiempo, o lo que es lo mismo, pemitió el ahorro o lo que es lo mismo, ricos y pobres. En pocas palabras, Diamond postula, que convertirse en especies basadas en la agricultura fue «el peor error de la historia de la humanidad» que con diversos altibajos en la historia nos ha llevado a trabajar cada vez más.

Y luego la historia de la economía y la sociedad mundial ya la conocemos. Hoy en día la gente, en occidente, trabaja entorno a 40 horas semanales, y la realidad es que todos acabamos inmersos en un circulo vicioso de trabajo y consumismo. Viven para trabajar, trabajan para ganar dinero y ganan dinero para comprar cosas. En esa ecuación falta un hecho importante que los investigadores han descubierto acerca de la mayoría del consumo material de las sociedades ricas: la mayor parte del placer y satisfacción que obtenemos al comprar es temporal, efímera y principalmente solo relativa a aquellos que nos rodean (que se esfuerzan por consumir aún más en una espiral sin fin).

Todo ello lejos de la profecía de John Maynard Keynes quien en los años 30 auguraba que para estos momentos los ciudadanos trabajarían unas 3 horas diarias, y tendrían el resto de la jornada para vivir y autorealizarse, generando una sociedad mucho más rica, culta y perfecta que tendería inequívocamente a ir finiquitando las injusticias y desigualdades sociales. Por distintos avatares, y en última y rabiosa estancia la crisis, lo cierto es que no sólo ha habido una disminución en las horas semanales de trabajo a menos de 30 semanales, sino que hoy en día, ajusticiados por la teoría del miedo (Doctrina del Kaos) la población permite el aumento de horas de trabajo a cambio de sueldos más bajos y peores condiciones de vida.

Reflexionándo con lógica, cualquiera es capaz de considerar la semana de 21 horas esencial para ello por dos razones: redistribuiría el trabajo remunerado, ofreciendo la esperanza de una sociedad más equitativa (ahora hay demasiados con exceso de trabajo o desempleados) y al mismo tiempo, nos permitiría disponer de tiempo para aquellas cosas importantes para nosotros pero para las que rara vez contamos con tiempo para hacerlas bien, como cuidar de nuestra familia, viajar, leer o seguir aprendiendo. Por supuesto, manteniendo salarios y condiciones de vida y laborales previas al desmembramiento del bienestar social que está llevando a cabo el neoliberalismo con la excusa de la salida de la crisis.

Incluso cabría decir que esta reducción de la jornada laboral, en todo el mundo, sería la condición más justa y necesaria para evitar el descalabro social, sin cargarse el planeta, puesto que tal objetivo implicaría aumentar 6 veces el PIB mundial, lo que llevado a cabo con los actuales modelos productivos, basados en la injusticia y la especulación, no sólo aumentarían las desigualdades sociales, sino que además acabarían con todos los recursos del planeta.

Evidentemente, la profecía de Keynes ha sido errónea (se han ocupado, muy bien de aquí así lo fuera), más en el propio hecho, que en el sentido del planteamiento, puesto que la evolución de la sociedad pasa inexorablemente por una mejor utilización de los recursos, entre ellos el tiempo, y su uso para mejorar el mundo en el que vivimos, sin pretensiones económicas, pero con trascendencia.

Seguramente no hacía falta una reforma laboral. Sino más bien, una reforma mental. Un cambio en la manera de pensar de una sociedad consumista, anquilosada en la apariencia y la zafiedad y que teje hoy en día, sus relaciones con sus iguales en base al interés, la avaricia y una demostración impúdica y perversa de superioridad económica ante la falta de moral.

miércoles, 22 de febrero de 2012

No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XVII





Describir la vergüenza que siento al ver las imágenes de la represión el pasado lunes contra los alumnos del IES Lluis Vives en Valencia, es tarea muy dolorosa. La poca ingenuidad que queda en mi cuerpo ciudadano muere lapidada por el sentimiento de odio hacia las fuerzas de seguridad del estado, que una vez ni protegieron ni cumplen la ley (para no variar volvieron a aparecer sin sus identificaciones personales, tapados con máscara y armados con porras, botas de ácero y escudos) y que en esta ocasión tuvieron a bien cargar contra una manifestación mayoritariamente de adolescentes que reclamaban poder ejercer su derecho a la educación pública en unas condiciones de salubridad y decencia mínimas, como puede suponerse el acudir a un centro con recursos suficientes para pagar la calefacción, y que sus alumnos no se congelen.


Siento una impotencia tremenda, al comprobar una vez más que los que se suponen nos protegen y sirven se dedica a pegar a menores, que únicamente utilizan el recurso a la pataleta, la protesta para conseguir la calefacción en sus aulas. Estos son nuestros policias, ataviados y preparados para el combate, contra los enémigos, como incluso se atreven a llamarnos. Mi experiencia ya ha probado muchas veces que con los malos de verdad, y no me refiero a políticos y ladrones de guante blanco, no tienen tantos cojones.

Pero ahí no acaba la indecencia. Me duele en el alma que haya algunos que se les ocurra vitorear las cargas. Por fortuna son pocos, digamos que con los que he hablado en proporción 50%, Pero choca. ¿En qué mundo viven? ¿Qué valores y de qué clase rigen su voluntad para no ver, criticar y rechazar la violencia del pasado lunes en las calles de Valencia, y sin embargo aplaudirlas como justas y necesarias? O es que soy yo y los que no nos atamos al pensamiento único, los enfermos. Cómo es posible es que apaleados no sólo alumnos, padres, profesores y viandantes que nada tenían que ver con la protesta, sino también periodistas, haya medios de comunicación, de la ultraderecha, que traten de malmeter, desinformar y tergiversar la realidad de lo que aconteció en las calles del centro de Valencia. Por qué permitimos que medios públicos funcionen al servicio del poder dominante. ¿Alguno habéis visto en algún telediario de hoy información sobre el padre de familia parado y sin recursos que se ha quemado a lo bonzo a las puertas de una comisaria en Girona?

No véis que este mundo se va a la mierda. Sólo os preocupa vuestro mini mundo de fútbol, corazón, tv y verbenas, infravivienda y minijobs. No véis la realidad. Esto que ha empezado ya en España, en Valencia, y que ya lleva años en Grecia, o en las calles de los suburbios franceses es la realidad, es el mundo que merece la pena. El de personas, ciudadanos con mayúsculas que sueñan, quieren y luchan por un mundo mejor, en el que usan su libertad, sobretodo para pensar y reaccionar y que por ello son represaliados, ajados y golpeados. Os quejáis de las (supuestas) dictaduras de Cuba o Venezuela, y allí cierto es que no eligen a sus mandatarios. Pero aquí tenemos la ilusión de elegirlos, y en verdad, sufrimos una represión mucho más dura y silenciosa en forma de distracciones. Pero cuando queremos levantar nuestra voz no les importa hacer ruido para mantener su status. Eso es la modélica transición demócrata española, o la europa de los pactos, la moneda única y el neoliberalismo y conservadurismo como religión.

#PrimaveraValenciana lo llaman. Es treding topic mundial. En Valencia hubo un tiempo en el que había dinero para visitas papales, F1, regatas de vela, aeropuertos sin aviones, esculturas, obras faraónicas del tio ese que le pone a todos pinchos, pabellones en cada pueblo, centro de convencciones, AVE en cada pueblo, trajes, bolsos,... robar. Y luego ya para lo que necesitaba el ciudadano. Sus derechos básicos (vivienda, educación, sanidad, servicios sociales, pensiones, ayudas a la dependencia,...) esto era lo último. Ahora sólo queda dinero para robar; y lo siguen haciendo. Y de lo demás pues a recortar. Y allí ha empezado la respuesta violenta por los perros de presa de la clase dominante y al servicio del capital.

Desde que empezó la campaña electoral, no he visto un telediario. Ni escuchado un boletín de la radio. Pero me informo cada vez más y más por canales alternativos, meneame, diagonal, Público,... y cada noticia que leo, cada titular que me asalta me revuelve el estómago, me enfurece y a la vez me entristece. Las aberraciones a la moral y la ética son el pan nuestro de cada día y no contentos con robarnos, mentirnos, estafarnos además quieren que no protesten que nos callemos, geruflexionemos, acatemos y nos distraigamos con otro partido de fútbol.

Y si se te ocurre ejercer de ciudadano real, pensante, y reclamas tus derechos, ejercitas tu libertad, expresas tu deseo de justicia social y un mundo mejor, viene un policia y te pega. Va un policia y pega a unos chavales que sólo han querido calefacción y unas condiciones dignas para poder seguir estudiando en la siempre recortable en dinero y también en progresismo, educación pública. Lo peor es que haya gente, a la que eso no le parezca una aberración.

La constitución dice que la policía debe: "Proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la Seguridad Ciudadana"; soy el único que piensa que las cargas del otro día son anticonstitucionales.

Nunca he esperado que en el cerebro de alguien que acaba siendo policia pase algo digno de mención. Pero es posible que ninguno de los que estaban cargando, entendiera que eso que estaban haciendo, aunque fuera por órdenes, era contravenir su fin como garante de derechos y libertades. Que el uso de la fuerza era totalmente desproporcionado. ¿Y si fueran vuestros hijos, o los de vuestros amigos y familiares?

Y vosotros, ciudadanos, pensad y si queréis dejar un comentario, pero, ¿Este es el país que quiero? ¿Estoy contento/a con esa idea? ¿Me parece bien que la policia pegue a quien defiende sus derechos? ¿Me representa un país con una justicia absolutamente politizada? ¿Por qué el verbo dimitir no se conjuga en este país?

Yo también soy del IES Lluis Vives, solidaridad y compañía, voy a estar en todas las concentraciones que pueda. Gracias Valencia. Gracias alumnos y jóvenes que le han echado bastantes más huevos que 5 millones de parados. Es el momento de tomar partido. La lucha esta planteada. La victoria será de la libertad y la justicia.


Tomado de @eddiedean. Vía @Alexdelaiglesia.

No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros:

No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros I
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros II
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros III
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros IV
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros V
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VI
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VIII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros IX
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros X
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XI
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XIII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XIV
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XV
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XVI


lunes, 20 de febrero de 2012

No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XVI


Han dicho en su congreso donde se han afilado los sables en base a un ejercicio sin igual de peloteo y doramiento de la píldora que la crisis es culpa de todos. ¡Hombre! dicho así, pues sí, es culpa de todos. Lo único que pasa, es que hay algunos “todos” que son más culpables que otros todos. Hay unos “todos” que nos han metido una sociedad insostenible más que nada, porque no hay recursos para TODOS, y si unos se llevan mucho, otros necesariamente se han de llevar menos. Y claro eso “todos” lo saben muy bien, pero para que ellos tengan mucho, necesitan que todos, consumamos mucho, sobre todo muchas cosas que no necesitamos.

Así que “todos” diseñan una sociedad que nos meten por los ojos (medios de comunicación), que cuentan con que el ser humano es avaricioso casi por naturaleza, sobre todo cuando te están vendiendo también la moto (si ya te compras la casa, por poco más te compras un coche y además te metemos en el mismo crédito el coste de amueblarla)… eso no está escrito, claro, no, eso te lo han dicho los empleados con quien negociabas la hipoteca. Eran lo que te ofrecían. Y por ná… si te ponías a leerte la letra pequeña, no había manera. Con el gasto que era, ¿para qué consultar con un abogado? además, no habría servido de nada, si no es con esas condiciones tampoco tenías hipoteca. Así que… ¡oh, wait! qué resulta que ahora no sólo pierdes la casa, sino que tienes que seguir pagando la hipoteca, porque ahora la casa, no la cubre… y claro es que el banco no quiere casas, pero bueno, igual, si se queda la casa y además sigue cobrando… la pérdida no es tanta, ¿o si?

Pero claro, ya hemos dicho que TODOS somos culpables. Estoy de acuerdo. Por gilipollas. Por creer que por vivir “medianamente bien”, ya no teníamos que seguir luchando por un mundo mejor, por creer que nuestros representantes políticos nos protegían en lugar de venderse al capital.  Por creer en los cuentos de hadas, que el bueno es bueno y el malo es malo y es algo que sabemos casi desde el prinicipio.

Si, somos culpables porque nos han puesto la miel en los labios y luego nos han dicho que está dulce y que no nos va a costar casi nada. Somos culpables por no montar un pollo cuando comprobamos las condiciones a la hora de contrar un seguro y comprobar que luego es más estafa que otra cosa. Por no montar un pollo, cuando comprobamos que la electricidad que estamos pagando es al precio más caro, cuando ésta tiene varios precios y que en lugar de hacer un prorrateo, directamente hace los números de lo que les debemos, con el más alto… por no montar un pollo por tener el adsl de menor calidad y más caro de toda Europa,... y así sucesivamente, y con multitud de situaciones que he ido recopilando en el blog a lo largo de estos años.

Y si, podría seguir, pero creo que con estos ejemplos queda claro a dónde quiero ir a parar. Si de algo somos todos culpables es de haber sido confiados, de habernos despreocupado. Y sobre todo de haber dejado de pensar por nosotros mismos. De haber dejado de mirar por “nuestras cosas”, no sólo pensando en que es “nuestra cosa”, sino que un poco de nuestra cosa, con otro poco de la cosa del vecino, igual resultaba que lo que nos estaban vendiendo “todos” pues no era realmente lo que todos creíamos…

Y tan metido tenemos que esa es la sociedad que nos gusta, nuestro “cuento de hadas” que cuando de repente nos encontramos con que no tenemos suelo bajo nuestros pies, nuestra respuesta es volvernos hacia nuestros representantes, y confiar en que ellos van a saber arreglarlo. A veces porque nos dicen que es cuestión de “responsabilidad”, otras porque nos dicen que está claro que los empresarios saben mejor gestionar “los negocios”, porque no podemos vivir si un banco se va a la mierda, tampoco si se va una fábrica de coches, luego no podemos vivir sin Europa, así que hay que hacer lo que nos dicen, por más que veamos que las medidas que han puesto en otro países, más que arreglarlos, ha ayudado a hundirlos…. y no vemos salida. Y luego resulta que España gana un mundial, ¡joé qué alegría, qué subidón, qué efecto placebo, oe, oe oe!… nos meten una reforma laboral en plenas vacaciones, porque saben que la respuesta ahí va a ser mejor dado que “estamos felices”… o luego nos meten otra reforma laboral brutal y lo más importante es que los franceses se meten con nuestros deportistas… a esto en psicología y en todas partes, se le llama no querer afrontar la realidad.

Así que sí, la culpa es de TODOS, aunque no “todos” lo están pasando tan mal como todos.

Pero este es el momento de reaccionar, y al ataque neoliberal cada ddía que pasa, cada acción que sucede, se añaden más y más reacciones. El ciudadano español sigue en su bavia aletargado, votando al pp para que estos a su vez les boten, devaluando al ciudadano, al trabajador ya que no tienen potestad ni moneda que devaluar.

La reforma laboral que nos han presentado es un ataque a la línea de flotación del estado del bienestar y sólo sirve para garantizar la barra libre del despido y enquistar la crisis en un círculo vicioso de desarraigo social, desigualdad, marginalidad para la mayoria, y de corrupción, riqueza, beneficios para una minoría. Este ataque rompe la paz social y hace evidente el fracaso del bipartidismo español, de las políticas neoliberales y de la dirección que la unión monetaria europea ha llevado hasta ahora.

Si creen que con esta reforma laboral la salida de la crisis es la inversa a las políticas actuales.Están muy equivocados; pero más lo estaríamos nosotros si les seguimos dejando, y les seguimos dando confianza para continuar esquilmando los derechos por los que ha luchado el movimiento obrero durante más de dos siglos. Nuestros bisabuelos, abuelos y padres, que soñaron un mundo mejor de justicia social y libertad, y que nosotros mismos hemos puesto en peligro cediendo en demasiadas ocasiones a los lobos el control del gallinero, tan preocupados como hemos estado saboreando insípidos opiáceos consumistas, que nos han distraido de lo importante. Que nos han alejado entre nosotros, separado y construido un miedo infame e injustificable, que ahora debemos doblegar para unirnos todos y todas, por un futuro mejor, sin las desigualdades sociales que su religión, su trasnochado y retrogrado pensamiento, su política, su economía, su liberalismo han provocado.

A pesar de la propaganda, de las mentiras sobre los sueldos de los liberados y del ataque permanente contra los sindicatos, las masivas manifestaciones de ayer fueron un éxito: cientos de miles de personas dejaron claro en la calle que no van a rendirse sin más, que no van a permitir en silencio que el Gobierno de Rajoy pisotee sus derechos. Desde el Partido Popular y sus medios afines ya están restando importancia a la protesta del domingo. Se equivocan. Si la primera gran movilización ciudadana contra el decretazo le parece al PP y a sus mariachis pequeña, irrelevante, irresponsable, rencorosa o trasnochada, que esperen unos cuantos meses. Bastará con que los verdaderos efectos de la reforma laboral se hagan patentes –más paro, despidos de oferta y sueldos aún más baratos– para que las protestas que vengan después hagan que el 19-F parezca una simple broma.

Se equivoca también el Gobierno y su coro mediático con esa evidente campaña de desprestigio contra los sindicatos, esas organizaciones que quieren aparcar como obsoletas los mismos que defienden la vuelta al siglo XIX como única solución contra el paro. Les pueden pasar dos cosas: que se les vaya la mano y su propio prestigio quede tocado –qué hipócrita resulta ver al PP criticar la falta de transparencia de los sindicatos cuando ellos mismos no aclaran los sobresueldos que pagan desde Génova, un dinero que también es público–. O que esta campaña sea un éxito y, muertos los sindicatos, tengan enfrente a un rival mucho más peligroso para la estabilidad social de España: a una protesta amorfa e incontrolable, sin líderes ni interlocutores claros, a unas movilizaciones a la griega, a un nuevo 15-M desbocado.

Y aunque la policia fascista agreda impunemente siguiendo los dictados de sus amos y anhelando tiempos franquistas, incluso a niños y jóvenes de un instituto valenciano, la lucha en la calle seguirá. Porque es el resultado del despertar ciudadano por un mundo social de igualdad y libertad,por una salida a la coyuntura económica que llaman crisis, y que es una estafa, con justicia y que nos traiga una sociedad en la que la corrupción y la bajeza moral esten penadas y castigadas. En definitiva, que el pueblo depositario de la soberanía y utilizando su libertad y su pensamiento crítico sea capaz de coger las riendas de su destino para construir su futuro, y decidir por y para todos un lugar mejor donde vivir. Un lugar, como por ejemplo Islandia.

Rajoy dice que la reforma es justa, buena y necesaria. Rajoy quiere que creeamos lo que no vemos. Y no se ve, porque no es. Ya se sabe: "Si el paro baja sera por la reforma laboral; si no lo hace, por la herencia socialista". El presidente del gobierno ha hablado también de “sacrificio” ¿a qué estamos jugando? Es demasiado grave nuestro problema para confiarlo a la fe o al “como dios manda”.

Se estudia si su decreto ley incumple 8 preceptos constitucionales… cuya resolución se extendería no menos de 5 años. Ya hay ejemplos de su aplicación: un taller de coches de Gijón propone aumentar 5 horas la jornada y reducir salarios en un 15%. O estos otros, víctimas de la barra libre del despido. Así, dice Rajoy, nos ponemos “a nivel europeo”. No es cierto, pero sería en el despido en todo caso, no en los sueldos que duplican y triplican los nuestros y permiten afrontar cualquier eventualidad. Tampoco en las prestaciones sociales que se sitúan para los españoles entre las más bajas de la tabla. Y toda la plana mayor del PP sigue a Cospedal, cuando se quita la mantilla española y el rosario, para decir: ha sido la “herencia“.

Es mentira. Un editorial del New York Times se lleva las manos a la cabeza por el Curso erróneo de Europa que pagamos en particular, griegos, portugueses y españoles. Es la austeridad, las políticas neoliberales -que también aplicó Zapatero- lo que aumentará la recesión y el paro. De Guindos –que me parece un curioso personaje- lo dice también bien claro: La economía española va a empeorar y las cifras del desempleo también. Pero no las finanzas de los aliados del neoliberalismo. De los ricos que se lucran de él, no de los incautos (por no decir algo que podrían considerar más ofensivo) que lo sustentan aceptando el “sacrificio” y los autos de fe. Incluso los recortes que ponen en peligro hasta nuestra vida. En tanto otros ganan a nuestra costa cantidades obscenas.

No somos todos, centenares de miles de personas hemos salido a la calle en toda España, en 57 ciudades, para decir no a esta reforma laboral. A tanta mentira. A tanta injusticia. Rajoy dice que respeta las manifestaciones, pero le traspasan de una oreja hasta la otra en un segundo. La cuarta parte de los españoles le ha votado lo que curiosamente le da una mayoría aplastante de gobierno, no hay más que hablar. Ya veremos. Ostentar la representación de la soberanía popular, obliga a escuchar a la sociedad, y a gobernar para ella, no solo para empresarios varios. Son ellos los que han acabado con el diálogo, los que han provocado la ruptura de la paz social.

No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros:

No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros I
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros II
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros III
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros IV
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros V
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VI
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VIII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros IX
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros X
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XI
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XIII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XIV
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XV


lunes, 13 de febrero de 2012

No somos mercancía en manos de políticos y banqueros XV


Este resumen y los pdfs, me los han pasado de CCOO, y si, sé que algunos pensáis que en los sindicatos nos comemos los niños crudos, y aunque yo mismo soy muy beligerante con la dirección que los dos mayoritarios han tenido los últimos 8 años riéndole las gracietas a ZP incluso cuando no cumplía sus promesas (reforma del mercado de la vivienda, ley del suelo, inversión en I+D+i,...) y también cuando este abrazo el dogma neoliberal sin rechistar, pasándose entre otras cosas la democracia española, la sagrada constitución, la separación de poderes y la decisión legítima de los ciudadanos españoles por la entrepierna de merkel y sarkozy...

Pero aquí tenemos delante, y a partir de hoy y con RETROACTIVIDAD, la reforma laboral pepera. Supongo que alguno, alguna, habrá votado a la derecha. Muy bien.
No me entra en la cabeza lo de votar a los patronos, pero para que sepáis lo que nos quieren hacer, por favor, leerlo y reflexionar.
Con votos cargados de costumbrismo, odio, religión, intolerancia, revanchismo lo que tenemos hoy es la degradación de las condiciones de vida del 90% de la población española. Si, incluido jubilados.
Con el pretexto del alto paro, nos quieren colar, y nos han colado, una vuelta al esclavismo y la servidumbre más rastrera, falaz y retrógrada. Nos dicen que busca facilitar la contratación, y yo digo los cojones. Cómo va a servir para bajar el paro una reforma que en vez de fomentar la contratación, sirve pàra simplificar, ampliar el espectro y disminuir el gasto de un despido. En qué cabeza entra.

O como se explica sino es con ánimo de convertir la vida de los asalariados en un infierno, con consecuencias deleznables en el consumo interno (motor económico de este país) y en la sociedad en general, la ruptura unilateral por parte de lo que se supondría agente conciliador y árbitro, que debería ser el gobierno, en el diálogo entre patronal y sindicatos¿?
Valorar las consecuencias sobre el descuelgue de convenios, o simplemente leeros con atención el convenio vigente al que estáis adscritos en vuestra empresa, vuestra profesión o en los estudios que estáis desarrollando (en este enlace, va el mio) y valorar en qué grado de beneficio, salubridad y calidad de vida se mueve el ambiente en vuestro entorno de trabajo, y las consecuencias sobre él que ha tenido el diálogo social y la firma de convenios con las partes implicadas. Y ahora pensar, como pueden cambiar las condiciones de vida, simplemente cuando un empresario, unilateralmente, adscribiéndose a la reforma laboral vigente cierre el marco jurídico sobre el que desarrolla su actividad y relaciones laborales, y pueda hacer, hablando pronto y mal, lo qué le salga de los cojones.

Por no hablar, de qué si te ausentas del trabajo 9 días, con baja médica en regla y firmada, en 2 meses te puedan despedir.
Lo que quieren es seguir maximizando sus beneficios; cobrar sus subvenciones y dinero público y que seamos los trabajadores y la clase baja (olvidaros eso de que hay clase media, y empezar a pensar en Grecia, como país, coyuntura y también como posición sexual) los que paguemos la factura.
Y ahora como no tienen peseta que devaluar, ni cojones, para plantarle cara al eje franco-alemán, lo que quieren devaluar es la calidad de vida y la vida en si misma de los ciudadanos.
Con recortes sobre educación, sanidad, derechos y deberes sociales, y ahora con una reforma laboral que unido a su programa electoral nos coloca como un estado medieval, con el integrismo religioso exhacerbado y descocado, y en materia de relaciones laborales, en el siglo XIX.

Pues bien, lo dicho: gracias por aguantarme el tostonazo; pero es muy importante leer, pensar, reflexionar y después actuar. No se puede permitir que nos quieran llevar al pasado, para que ellos puedan seguir llevando su tren de vida, y sus corruptelas. Esta Crisis no la pagamos; y de aquí y ahora, se sale con un mundo mejor, más social, justo, igualitario y ético.

Primera valoración del Real Decreto de la reforma laboral.
  1. El Gobierno, pese a sus declaraciones, ha despreciado el diálogo y la concertación social y lo ha hecho tanto por no convocar a las organizaciones sindicales y empresariales para negociar los contenidos de la futura reforma como por instrumentalizar interesadamente el contenido del segundo acuerdo para el empleo y la negociación colectiva suscrito entre los agentes sociales el pasado 25 de enero.
  2. El Gobierno abarata y facilita el despido:
    • Reduce la indemnización de 45 días por año con un limite de 42 mensualidades en el despido improcedente,  a 33 días con un limite de 24 mensualidades en todos los contratos indefinidos.
    • Se modifican las causas de despido para evitar el control judicial.
    • Elimina la autorización administrativa en los despidos colectivos, lo que va a afectar gravemente a las posibilidades de alcanzar acuerdo con indemnizaciones superiores a los veinte días por año.
    • Facilita el despido por absentismo (entre el que se encuentra el debido a enfermedad), al desvincular el del trabajador del nivel del resto de la plantilla.
  3. El Gobierno no reduce las modalidades de contratación indefinida; al contrario crea un nuevo contrato:
    • Contrato indefinido que podrán utilizar el 95% de las empresas españolas. Este contrato podrá extinguirse durante su primer año sin indemnización alguna por la simple voluntad del empresario.
    • Además se empeoran las condiciones de otras dos modalidades de contratación:
    • Contrato para la formación y el aprendizaje. Se desvincula de la formación del trabajador.
    • El contrato a tiempo parcial se modifica para permitir la realización de horas extraordinarias, lo que anima al fraude en la concertación de  sus condiciones y tiene efectos en las cotizaciones y prestaciones sociales.
  4. El Real Decreto afecta gravemente a la negociación colectiva  conduciendo a los trabajadores a la negociación individual de sus condiciones de trabajo:
    • Contempla la inaplicación de los convenios a través del arbitraje obligatorio,  pone fin a la ultraactividad de los convenios colectivos a los dos años de la terminación de su vigencia inicial; individualizando las condiciones laborales de los trabajadores.
    • El convenio de empresa, sea cual sea el número de sus trabajadores, se sitúa sin excepción como preferente respecto al convenio sectorial.
  5. El Gobierno a través de las medidas de flexibilidad interna pretende corregir la dualidad del mercado de trabajo colocando a todos los trabajadores en una situación más desprotegida frente al poder discrecional del empresario:
    • Amplía las posibilidades de movilidad geográfica,
    • Facilita al empresario la posibilidad de modificar unilateralmente jornada, horario y sistema de rendimiento, entre otras condiciones sustanciales de trabajo,
    • Permite, sin autorización administrativa suspender o reducir temporalmente la jornada de trabajo.
  6. Incide en la calidad de los servicios públicos y se facilita el despido de los trabajadores de las Administraciones Públicas:
    • Puestos de trabajo hasta ahora ocupados con contratos laborales podrán ser ocupados por desempleados perceptores de la prestación por desempleo.
    • Se contemplan para los empleados con contrato de trabajo de las Administraciones Públicas las mismas las causas de despido que las establecidas para las empresas privadas.
  7. Introduce diferencias en las posibilidades de empleo de los parados colocando en mejor situación a quienes perciben prestaciones respecto de aquéllos que ya han agotado las mismas. Se hace posible compatibilizar la percepción de desempleo con trabajo y se contemplan incentivos fiscales por la contratación de perceptores de desempleo.
  8. Crea las condiciones para condenar definitivamente a los jóvenes al desempleo y al infraempleo a través de “infrajobs” por la vía de la contratación a tiempo parcial y de un nuevo contrato de aprendizaje desvinculado realmente de la formación.
En conclusión, es una nueva reforma que no sólo no va a crear empleo sino que va a favorecer su destrucción. Una reforma que desprotege todavía más a los trabajadores y trabajadoras y favorece un mayor poder discrecional de los empresarios; que va a condenar definitivamente a los jóvenes al desempleo o a la infracontratación, que penaliza a los desempleados sin prestaciones de desempleo en sus posibilidades de contratación.


No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros:

No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros I
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros II
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros III
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros IV
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros V
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VI
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No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VIII
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No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XIII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XIV

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...