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jueves, 30 de abril de 2015
1 de mayo: Feliz Día del Precario
Mañana se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, que es como dedicarle un día al lince ibérico, una especie en extinción. No sólo porque cada vez haya más parados sino porque también hay menos trabajadores, o sea, personas que tienen un trabajo. Ahora con suerte tienen varios y así completan un medio sueldo. Pero trabajadores de los de antes, con un único salario que les dé para vivir, unos derechos, unos convenios, un estatuto, una estabilidad laboral, una seguridad y prevención en riesgos laborales y enfermedades profesionales y un paro decente, de eso apenas queda.
Ahora lo que hay son curritos, currantes, explotados, becarios, mal pagados, impagados, temporales, contratados en prácticas, a media jornada, por horas, esporádicos, autónomos, mileuristas, seiscientoseuristas, trescientoseuristas y minitrabajadores con minisueldos que viven en minipisos. O en casa de sus padres. La nueva clase trabajadora es la clase precaria que, como su propio nombre indica, lo único que tiene, no lo tiene realmente, lo tiene en préstamo. Por eso vive de prestado.
Por no tener no tiene ni nombre. Tuvo que venir el economista Guy Standing a inventar un neologismo, el precariado, que es un proletario al que le han quitado los derechos laborales históricos del proletariado y su conciencia de clase. Aún no tiene historia a la que agarrarse y, por ello, tampoco el sentimiento de pertenencia a un grupo que le dé la fuerza para rebelarse. Es precario hasta en eso, en que no tiene siquiera una idea clara de sí mismo.
Sabe que está en precario, pero aún cree que es de a una clase social distinta, superior a la real. Aún sigue soñando que es clase media, el pobre. Piensa que su situación es pasajera como un catarro y que cuando todo esto se pase, será como sus padres, un trabajador con un empleo estable, un sueldo decente y una hipoteca. Y como cree que es un catarro, no hace gran cosa para curarse, solo meterse la cama a esperar. El gran éxito del sistema es haber robado lo único que no debería habernos quitado como trabajadores: la capacidad de lucha y el sentimiento solidario de masa obrera. La unión de ambas es lo que nos daba fuerza para reclamar un mundo mejor por y para todos y todas.
La gran trampa del sistema es hacer creer al precario que su precariedad es precaria, o sea, temporal como la crisis, que también nos han hecho creer que es crisis, o sea, un alto en el camino, cuando la realidad es que nos hemos instalado en ella para quedarnos. Es la primera generación que vive peor que sus progenitores, pero aún piensa que vivirá mejor que ellos. Paradójicamente, los padres que le han dejado este mundo en herencia a sus hijos, ahora les tienen que mantener. El sistema se lo ha montado muy bien para tenernos inmovilizados: unos cayendo por el precipicio y los otros sujetándonos.
La crisis no ha sido el detonante sino la excusa para apuntalar una situación que el neoliberalismo global lleva implantando desde antes. Desde el FMI a Díaz Ferrán pasando por nuestros gobiernos, ya nos han dejado claro que tenemos que trabajar más cobrando menos, que las empresas pueden echarnos por menos dinero, que la mayoría seremos autónomos, que nos jubilaremos con 67 años como poco y que no es seguro que tengamos una pensión. Hasta un partido que se dice renovador como Ciudadanos propone el contrato único que no es más que legalizar la precariedad permanente, valga la contradicción. Esa es la única seguridad laboral del precario: que no va a tener seguridad laboral en la puñetera vida.
Yo mismo estoy ahora mismo en el paro. Hace un año ya temía el desenlace fatal de final de 2014, pero tan sólo hace 3, estaba contento y mantenía seguridad en mi puesto de trabajo. Entonces vino la reforma laboral y alegría y seguridad se fueron al garete en cuanto comprobe que le era más barato para la empresa echarme que mantenerme, pese a que se rompa en mi puesto y función la carga de trabajo y el flujo de tareas en la consecución del beneficio empresarial. Esa reforma laboral no trato de los escuálidos sueldos que tenemos en #Españistan (yo mismo en mi antigua empresa cobraba ¡¡3 veces menos!! que un alemán, danés, inglés o sueco con mi misma categoría profesional). Aquella reforma laboral vino a generalizar la precariedad para todos independientemente de su edad, su sexo, sus perspectivas, su experiencia o su profesión.
Los que trabajan. Esos privilegiados. Bajo el paraguas de la neolengua, tener trabajo es una suerte o un privilegio. Ya no nos acordamos que es un derecho, por cierto recogido en alguna violada Constitución. Esa es otra de las trampas del sistema, que te sientes privilegiado si tienes trabajo, aunque sea un trabajo de mierda, aunque tengas varios trabajos mal pagados con los que reúnes lo justo para vivir. Puestos a engañarte, hasta te hacen creer que la precariedad es libertad, que así tú puedes gestionarte tu tiempo, cuando en realidad, te consumes tu vida buscando trabajo y de un trabajo a otro, organizando tu pluriempleo. Pero no te quejes que no sólo tienes trabajo, tienes varios. Esa es la gran diferencia del precariado con el proletariado. El proletario aspira a mejorar sus condiciones, tiene algo por lo que luchar. El precario aspira a no empeorar las suyas, tiene miedo de perderlas si lucha. Sabe que si no traga, hay una cola de precarios como él, dispuestos a tragar.
Así que mañana yo pediría a los sindicatos convocantes que empiecen a hablar de los precarios en sus reivindicaciones. Hasta ahora el sindicalismo no ha respondido a la nueva realidad y los precarios no sienten que los sindicatos les representen. Otra de las victorias del sistema ha sido quitarles a sus representantes, con la inestimable ayuda de algunos sindicalistas que han pasado por el aro. Lo que ha conseguido el sistema con el precariado es desactivar la lucha de clases.
Pero se está reactivando porque los precarios cada vez son más durante más tiempo y empiezan a ser conscientes de lo que son. Qué es el 15M y el movimiento indignado sino la primera manifestación del orgullo precario. Que se vayan preparando. Como dice Guy Standing (nombre que significa “tipo en pie”, por cierto), el precariado empieza a ser peligroso para el sistema porque su angustia le lleva a la protesta, la violencia, el delito y la radicalización. Al sistema le convendría evitarlo. A los precarios, ponerse en pie frente al sistema. Precarios del mundo, uníos.
lunes, 20 de febrero de 2012
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XVI
Han dicho en su congreso donde se han afilado los sables en base a un ejercicio sin igual de peloteo y doramiento de la píldora que la crisis es culpa de todos. ¡Hombre! dicho así, pues sí, es culpa de todos. Lo único que pasa, es que hay algunos “todos” que son más culpables que otros todos. Hay unos “todos” que nos han metido una sociedad insostenible más que nada, porque no hay recursos para TODOS, y si unos se llevan mucho, otros necesariamente se han de llevar menos. Y claro eso “todos” lo saben muy bien, pero para que ellos tengan mucho, necesitan que todos, consumamos mucho, sobre todo muchas cosas que no necesitamos.
Así que “todos” diseñan una sociedad que nos meten por los ojos (medios de comunicación), que cuentan con que el ser humano es avaricioso casi por naturaleza, sobre todo cuando te están vendiendo también la moto (si ya te compras la casa, por poco más te compras un coche y además te metemos en el mismo crédito el coste de amueblarla)… eso no está escrito, claro, no, eso te lo han dicho los empleados con quien negociabas la hipoteca. Eran lo que te ofrecían. Y por ná… si te ponías a leerte la letra pequeña, no había manera. Con el gasto que era, ¿para qué consultar con un abogado? además, no habría servido de nada, si no es con esas condiciones tampoco tenías hipoteca. Así que… ¡oh, wait! qué resulta que ahora no sólo pierdes la casa, sino que tienes que seguir pagando la hipoteca, porque ahora la casa, no la cubre… y claro es que el banco no quiere casas, pero bueno, igual, si se queda la casa y además sigue cobrando… la pérdida no es tanta, ¿o si?
Pero claro, ya hemos dicho que TODOS somos culpables. Estoy de acuerdo. Por gilipollas. Por creer que por vivir “medianamente bien”, ya no teníamos que seguir luchando por un mundo mejor, por creer que nuestros representantes políticos nos protegían en lugar de venderse al capital. Por creer en los cuentos de hadas, que el bueno es bueno y el malo es malo y es algo que sabemos casi desde el prinicipio.
Si, somos culpables porque nos han puesto la miel en los labios y luego nos han dicho que está dulce y que no nos va a costar casi nada. Somos culpables por no montar un pollo cuando comprobamos las condiciones a la hora de contrar un seguro y comprobar que luego es más estafa que otra cosa. Por no montar un pollo, cuando comprobamos que la electricidad que estamos pagando es al precio más caro, cuando ésta tiene varios precios y que en lugar de hacer un prorrateo, directamente hace los números de lo que les debemos, con el más alto… por no montar un pollo por tener el adsl de menor calidad y más caro de toda Europa,... y así sucesivamente, y con multitud de situaciones que he ido recopilando en el blog a lo largo de estos años.
Y si, podría seguir, pero creo que con estos ejemplos queda claro a dónde quiero ir a parar. Si de algo somos todos culpables es de haber sido confiados, de habernos despreocupado. Y sobre todo de haber dejado de pensar por nosotros mismos. De haber dejado de mirar por “nuestras cosas”, no sólo pensando en que es “nuestra cosa”, sino que un poco de nuestra cosa, con otro poco de la cosa del vecino, igual resultaba que lo que nos estaban vendiendo “todos” pues no era realmente lo que todos creíamos…
Y tan metido tenemos que esa es la sociedad que nos gusta, nuestro “cuento de hadas” que cuando de repente nos encontramos con que no tenemos suelo bajo nuestros pies, nuestra respuesta es volvernos hacia nuestros representantes, y confiar en que ellos van a saber arreglarlo. A veces porque nos dicen que es cuestión de “responsabilidad”, otras porque nos dicen que está claro que los empresarios saben mejor gestionar “los negocios”, porque no podemos vivir si un banco se va a la mierda, tampoco si se va una fábrica de coches, luego no podemos vivir sin Europa, así que hay que hacer lo que nos dicen, por más que veamos que las medidas que han puesto en otro países, más que arreglarlos, ha ayudado a hundirlos…. y no vemos salida. Y luego resulta que España gana un mundial, ¡joé qué alegría, qué subidón, qué efecto placebo, oe, oe oe!… nos meten una reforma laboral en plenas vacaciones, porque saben que la respuesta ahí va a ser mejor dado que “estamos felices”… o luego nos meten otra reforma laboral brutal y lo más importante es que los franceses se meten con nuestros deportistas… a esto en psicología y en todas partes, se le llama no querer afrontar la realidad.
Así que sí, la culpa es de TODOS, aunque no “todos” lo están pasando tan mal como todos.
Pero este es el momento de reaccionar, y al ataque neoliberal cada ddía que pasa, cada acción que sucede, se añaden más y más reacciones. El ciudadano español sigue en su bavia aletargado, votando al pp para que estos a su vez les boten, devaluando al ciudadano, al trabajador ya que no tienen potestad ni moneda que devaluar.
La reforma laboral que nos han presentado es un ataque a la línea de flotación del estado del bienestar y sólo sirve para garantizar la barra libre del despido y enquistar la crisis en un círculo vicioso de desarraigo social, desigualdad, marginalidad para la mayoria, y de corrupción, riqueza, beneficios para una minoría. Este ataque rompe la paz social y hace evidente el fracaso del bipartidismo español, de las políticas neoliberales y de la dirección que la unión monetaria europea ha llevado hasta ahora.
Si creen que con esta reforma laboral la salida de la crisis es la inversa a las políticas actuales.Están muy equivocados; pero más lo estaríamos nosotros si les seguimos dejando, y les seguimos dando confianza para continuar esquilmando los derechos por los que ha luchado el movimiento obrero durante más de dos siglos. Nuestros bisabuelos, abuelos y padres, que soñaron un mundo mejor de justicia social y libertad, y que nosotros mismos hemos puesto en peligro cediendo en demasiadas ocasiones a los lobos el control del gallinero, tan preocupados como hemos estado saboreando insípidos opiáceos consumistas, que nos han distraido de lo importante. Que nos han alejado entre nosotros, separado y construido un miedo infame e injustificable, que ahora debemos doblegar para unirnos todos y todas, por un futuro mejor, sin las desigualdades sociales que su religión, su trasnochado y retrogrado pensamiento, su política, su economía, su liberalismo han provocado.
A pesar de la propaganda, de las mentiras sobre los sueldos de los liberados y del ataque permanente contra los sindicatos, las masivas manifestaciones de ayer fueron un éxito: cientos de miles de personas dejaron claro en la calle que no van a rendirse sin más, que no van a permitir en silencio que el Gobierno de Rajoy pisotee sus derechos. Desde el Partido Popular y sus medios afines ya están restando importancia a la protesta del domingo. Se equivocan. Si la primera gran movilización ciudadana contra el decretazo le parece al PP y a sus mariachis pequeña, irrelevante, irresponsable, rencorosa o trasnochada, que esperen unos cuantos meses. Bastará con que los verdaderos efectos de la reforma laboral se hagan patentes –más paro, despidos de oferta y sueldos aún más baratos– para que las protestas que vengan después hagan que el 19-F parezca una simple broma.
Se equivoca también el Gobierno y su coro mediático con esa evidente campaña de desprestigio contra los sindicatos, esas organizaciones que quieren aparcar como obsoletas los mismos que defienden la vuelta al siglo XIX como única solución contra el paro. Les pueden pasar dos cosas: que se les vaya la mano y su propio prestigio quede tocado –qué hipócrita resulta ver al PP criticar la falta de transparencia de los sindicatos cuando ellos mismos no aclaran los sobresueldos que pagan desde Génova, un dinero que también es público–. O que esta campaña sea un éxito y, muertos los sindicatos, tengan enfrente a un rival mucho más peligroso para la estabilidad social de España: a una protesta amorfa e incontrolable, sin líderes ni interlocutores claros, a unas movilizaciones a la griega, a un nuevo 15-M desbocado.
Y aunque la policia fascista agreda impunemente siguiendo los dictados de sus amos y anhelando tiempos franquistas, incluso a niños y jóvenes de un instituto valenciano, la lucha en la calle seguirá. Porque es el resultado del despertar ciudadano por un mundo social de igualdad y libertad,por una salida a la coyuntura económica que llaman crisis, y que es una estafa, con justicia y que nos traiga una sociedad en la que la corrupción y la bajeza moral esten penadas y castigadas. En definitiva, que el pueblo depositario de la soberanía y utilizando su libertad y su pensamiento crítico sea capaz de coger las riendas de su destino para construir su futuro, y decidir por y para todos un lugar mejor donde vivir. Un lugar, como por ejemplo Islandia.
Rajoy dice que la reforma es justa, buena y necesaria. Rajoy quiere que creeamos lo que no vemos. Y no se ve, porque no es. Ya se sabe: "Si el paro baja sera por la reforma laboral; si no lo hace, por la herencia socialista". El presidente del gobierno ha hablado también de “sacrificio” ¿a qué estamos jugando? Es demasiado grave nuestro problema para confiarlo a la fe o al “como dios manda”.
Se estudia si su decreto ley incumple 8 preceptos constitucionales… cuya resolución se extendería no menos de 5 años. Ya hay ejemplos de su aplicación: un taller de coches de Gijón propone aumentar 5 horas la jornada y reducir salarios en un 15%. O estos otros, víctimas de la barra libre del despido. Así, dice Rajoy, nos ponemos “a nivel europeo”. No es cierto, pero sería en el despido en todo caso, no en los sueldos que duplican y triplican los nuestros y permiten afrontar cualquier eventualidad. Tampoco en las prestaciones sociales que se sitúan para los españoles entre las más bajas de la tabla. Y toda la plana mayor del PP sigue a Cospedal, cuando se quita la mantilla española y el rosario, para decir: ha sido la “herencia“.
Es mentira. Un editorial del New York Times se lleva las manos a la cabeza por el Curso erróneo de Europa que pagamos en particular, griegos, portugueses y españoles. Es la austeridad, las políticas neoliberales -que también aplicó Zapatero- lo que aumentará la recesión y el paro. De Guindos –que me parece un curioso personaje- lo dice también bien claro: La economía española va a empeorar y las cifras del desempleo también. Pero no las finanzas de los aliados del neoliberalismo. De los ricos que se lucran de él, no de los incautos (por no decir algo que podrían considerar más ofensivo) que lo sustentan aceptando el “sacrificio” y los autos de fe. Incluso los recortes que ponen en peligro hasta nuestra vida. En tanto otros ganan a nuestra costa cantidades obscenas.
No somos todos, centenares de miles de personas hemos salido a la calle en toda España, en 57 ciudades, para decir no a esta reforma laboral. A tanta mentira. A tanta injusticia. Rajoy dice que respeta las manifestaciones, pero le traspasan de una oreja hasta la otra en un segundo. La cuarta parte de los españoles le ha votado lo que curiosamente le da una mayoría aplastante de gobierno, no hay más que hablar. Ya veremos. Ostentar la representación de la soberanía popular, obliga a escuchar a la sociedad, y a gobernar para ella, no solo para empresarios varios. Son ellos los que han acabado con el diálogo, los que han provocado la ruptura de la paz social.
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros:
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros I
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros II
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros III
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros IV
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros V
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VI
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros VIII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros IX
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros X
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XI
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XIII
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XIV
No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros XV
martes, 13 de abril de 2010
Y seguimos tragando...

Empecemos...
Y subir el Salario Mínimo Interprofesional a los 6.000 €, aunque esto se podría revisar.
Y subir las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social al 100%.
Y cláusulas obligatorias en los contratos según las cuales esté prohibido despedir a ningún trabajador mientras la empresa no entre en quiebra técnica.
Y la devolución a favor del Tesoro Público del 10% de los dividendos repartidos entre los accionistas por cada trabajador despedido por la empresa de la que tengan acciones.
Y…
¿Que se me ha ido la olla? Bueno, a éstos también, y están negociando con el Gobierno.
Y continuemos...
Resulta que el 1 de enero de 1999 entraba en Euro en España. Por aquel entonces en verano curraba de camareta explotao y sangrao y entre bruto, bestia y horas cobraba 150.000 pesetas. A día de hoy soy informático, programador web y cobro 900 euros de base. Cualquier inocente diría que si no ha subido el IPC pues no habría problema, que se cuidó del redondeo al alza, etc., etc., etc. Pero la realidad es mucho más dura. 10 años después de su entrada las monedas de 1 céntimo y 2 céntimos no sirven para nada. Los precios no es que hayan sufrido un redondeo hacia arriba sino que se han equiparado a su valor en pesetas. Es decir, una barra de pan que podía costar 60 pesetas, resulta que ahora cuesta 0'60 céntimos, es decir 100 pesetas de las de antes. Y así con todos los productos.
Si a esto de lo que nadie habla o todo el mundo calla, le añadimos la burbuja inmobiliaria, la dictaura del capital bancario, las mentiras y amenazas de inversores y especuladores, la manida crisis internacional y otra serie de factores de tipo más local (como pueda ser el nefasto estado de la educación pública o la corrupción) llegamos a esta situación.
Y seguiremos relatando como vemos, sobrevivimos y encontramos pequeñas y cotidianas soluciones hasta que bien de manera individual o más como un Estado o como un planeta, lleguemos todos a la conclusión y el éxito: desmontar el capitalismo...
lunes, 4 de enero de 2010
¿REFORMA LABORAL CON DÍAZ FERRÁN? NO EN MI NOMBRE, PÁSALO.

En España se han producido cinco reformas laborales en los últimos veinticinco años. Todas y cada una de ellas han caminado siempre en la misma dirección: más facilidad para despedir y menos derechos laborales. A pesar de que ninguna de estas reformas ha demostrado ser efectiva, lo que pone en evidencia al sacrosanto dogma neoliberal, nadie parece estar dispuesto a buscar otros caminos. No podía ser de otra manera, dado el rampante egoísmo de los interlocutores de la patronal, así como la escasa capacidad de los sindicatos mayoritarios para representar los intereses de la clase obrera.
A los que nos oponemos a la que sería la sexta reforma nos acusan de irresponsables por no querer actuar ante una crisis que no hemos provocado nosotros. También dicen que preferimos mirar para otro lado y así no ser conscientes de las supuestas rigideces del mercado laboral. Esto sucede en un país donde la concesión del crédito sigue estrangulada. Los bancos, esos que han sido salvados con nuestro dinero, no nos quieren ayudar. Y no habrá una reforma del sistema financiero para obligarles. También sucede en un país en el que la vivienda sigue sin bajar todo lo que debiera a pesar de que el mercado inmobiliario ha colapsado. Tampoco habrá una reforma en profundidad en este sector que permita poner fin a esta vergüenza.
Aquí los únicos que somos excesivamente rígidos somos los trabajadores y trabajadoras, a pesar de que la inmensa mayoría de nosotros y nosotras somos mileuristas y no podemos llegar a fin de mes con el fruto de nuestro trabajo. La norma en España es que el salario que obtienes por tu labor no te permita tu propia manutención, o lo haga a costa de un endeudamiento insostenible. Y no protestes, porque con tu contrato temporal, puedes ir a la calle mañana. En estas condiciones, la única reforma posible y lógica debe ser aquella que apueste por el empleo estable y bien remunerado. Cualquier otra medida no tiene justificación, salvo la del egoísmo de esa minoría que cada vez tiene más a costa de la gran mayoría que cada vez tiene menos.
Como trabajador y delegado de uno de los sindicatos que van a negociar la próxima reforma laboral con la patronal, quiero dirigirme al resto de la clase trabajadora de este país para pedirle que presione fuertemente sobre CCOO y UGT a fin de conseguir de estos sindicatos un compromiso para que sólo vayan a estas negociaciones para defender una reforma a favor del trabajo, no a favor de los beneficios. Una reforma que no debe ser negociada en ningún caso con interlocutores como Gerardo Díaz Ferrán, el actual presidente de la CEOE y dueño de la aerolínea Air Comet, cuya quiebra seguro que no le ha estropeado las Navidades, como sí se las ha estropeado a esos trabajadores que llevan más de medio año sin cobrar, así como a los que no van a poder ver a sus seres queridos en estas fiestas.
No tiene sentido acordar el futuro del marco laboral con empresarios para los que los trabajadores no son personas, sino otros elementos contables más del balance, que deben cuadrar con los beneficios, o simplemente desaparecer. Díaz Ferrán representa a ese mismo empresario que hoy hace un ERE y mañana reparte dividendos; o al que cierra una factoría que daba beneficios para llevársela a otro país con una protección laboral menor. Dar a esta gente voz en la negociación colectiva es como poner a los zorros a cuidar de las gallinas. O la CEOE cambia de dirigentes, o no hay nada que hablar.
Todos los derechos que perdamos ahora, no los volveremos a recuperar después. Así ha sido siempre, así sucedió con las otras cinco reformas. Tenemos que hacer todo lo posible por impedirlo. Esta es nuestra responsabilidad, que no podemos dejar en manos de unas pocas personas en una mesa de negociación en la que no vamos a participar. Es necesario que presionemos, que marquemos a los sindicatos un camino del que no se puedan salir. Si todos nos levantamos, tendrán que obedecernos, o desaparecer. Que quede muy claro el mensaje. NO EN MI NOMBRE, PÁSALO.
miércoles, 18 de junio de 2008
A favor del horror

Esta es la Europa que queremos. La que nos promueve la jornada salarial de 65 horas (petición de un "euro-diputado" socialista checo). La que iguala a los inmigrantes con los delincuentes y aplaude al delincuente de Berlusconi. La Europa a favor del alza del petroleo en contra de las políticas de ahorro energético y energías renovables. La Europa que con sus ayudas al sector agrícola y ganadero, primero mino las posibilidades del sector primario en el tercer mundo y ahora se niega a aplicar políticas intervencionistas que bajen los precios en los productos básicos. La Europa de la Sanidad y la educación privadas. La Europa de la Universidad deteriorada y prohibitiva. Esta es la Europa que nos ofrecen. La que quieren ellos, todos los neo-con, socialistas y conservadores, liberales, adalides del libertinaje y la acumulación del capital, ya sea por medio de la corrupción más salvaje o a través de esos "gangsters blancos", políticos "legales" que oprimen al planeta y a su población con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida planetario, como es el capitalismo.
Ahora que una vez implantado el Euro, el dinero negro casi ha desaparecido. Ahora que por fin se hace caso a las ONGs y se empiezan a eliminar los aranceles al producto exterior y las ayudas al agricultor y ganadero del primer mundo (o más bien giran hacia el Este). En este momento en el que la construcción pierde fuelle y la industria se agarra a cualquier cosa para salvar sus magnificencias presupuestarias a costa de los riñones del obrero. Y he aquí que sobran trabajadores, crecen los parados y ahí que aliviantar la carga. Pero claro no vamos a arriesgar las prevendas de los que nos votan, cotizan y consumen. No. Vamos ha pisotear 75 años de derechos humanos; vamos a pervertir la legalidad. Unámonos con los grupos racistas, fascistas, neo-nazis y hagamos que todos esos rumanos, ecuatorianos, senegales, marroquíes, chinos, colombianos,... salgan de nuestras cristianas tierras. Ya no nos sirven. No les podemos explotar por cuatro duros. Ahora lo mejor para que no vengan es tratarlos como terroristas. Criminales. Crecer y expandir esos "parques temáticos" de la vergüenza y el odio como Guantanamo. Y en esa alianza entre partidos se quedaron por el camino las enmiendas y las repobraciones y solo los ecologistas y la izquierda europea (muy minoritaria en la euro-cámara) mostró su rechazo que también lo es de la gran mayoría del electorado del partido socialista europeo.. En esta farsa, participaron los eurodiputados españoles, lo cual, por parte socialista no se entiende: Si haces una regularización masiva para sacar de la clandestinidad a un millón y medio de inmigrantes, porque apruebas esto ahora. ¿Te has hecho más conservador con el segundo mandato? ¿Buscas la mayoría absoluta? ¿Buscas y encuentras el centro?
Más cárceles, centros de internamiento, billetes de avión para extradicciones. Nos vamos a quedar sin esos tenderos chinos de las 24 horas. Van a desaparecer esas mujeres del Este Europa que hacen la fresa. Adiós a los sudamericanos, pakistaníes y africanos del golfo de Guinea que nos construyen las casas. Si esos que ves en las obras sin casco, chaleco, botas o arnés. Da igual si se matan no son españoles o europeos de pro. Qué va a ser de los prostíbulos y los Gines de barrio que no podrán frotarse con una macizorra del Este de Europa por 40 euros. ¿Desaparecerán los bazares de las gentes del Magreb?. Tiene que ser así, es la ley de la oferta y la demanda. Y como ahora no hay oferta y demanda de mano de obra barata, a tomar por culo.
Planes de retorno con ayudas incentivadas en España. Los rumanos saliendo en carri-coche de sus poblados chabolistas en Italia. Sarkozy persiguiendo negros en los suburbios franceses a la espera de que la Bruni saque su disco a razón de 20 euros. Toma de huellas, estudios genéticos y antropométricos en los aeropuertos para las gentes que llegan de fuera de la Unión.
Ya sé que es esa Unión Europea. Tenía nociones de su carácter estrictamente económico (su fundación como grupo de poder en la industria del acero frente al gigante norte-americano allá por los años 50). De tratados utópicos y bien-intencionados como Roma, a la cruda realidad de Maastricht. Disfraces de Scheglen. Impuestos abusivos a lo foráneo para defender lo propio. Tarifas únicas. Las grandes empresas y fabricas beneficiarias; los pequeños productores y los consumidores estafados (ahora se dan cuenta). La Constitución de hace 3 años, si esa que Zapatero se empeño que votásemos los primeros, y todos aquellos engañados por el bipartidismo y sus promesas de Construir Europa apoyaron. Pues esto es Europa. Los franceses y holandeses nos abrieron los ojos y los rapaces de la libertad reescribieron el guión. El Tratado de Lisboa tenía que ser aprobado en cada país (resquicios constitucionales). En todos se apoyará en las Cámaras por la lucha conservadores vs. social-democracia que hay en Europa; pero en Irlanda, su Constitución les daba el derecho al referendum sobre cualquier consulta de carácter general. Y aquí la respuesta de los irlandeses y de muchos de los Europeos: NO. No a esta Europa capitalista, depredadora, de los ricos muy ricos y los muy pobres. No a esta Europa que se acerca a la gerontocracia, la Iglesia, Guantanamo y se aleja de Africa y el Tercer Mundo, pero también de ese Cuarto mundo, esas personas que mal-viven en el primer mundo cada vez con menos recursos y más dificultades para acceder a los derechos básicos.
Si ser europeo significa ser un fascista, capitalista y xenófobo, yo no soy europeo. Si ser español significa denigrar al inmigrante y pensar como Torquemada e ir a evangelizar, tampoco soy español. Soy un habitante de un mundo que se va a la mierda, ahogado por la gula de una parte mínima y afortunada del mismo. Me gusta España. Este país es lo que es porque hace 40 y 50 años, nuestros abuelos y abuelas fueron a centro-europa a buscar una vida mejor. Nadie los tacho de delincuentes. Y aunque es cierto que aquí llegan delincuentes foráneos, resultan que son tratados como auténticos ídolos, diferenciándose de sus compatriotas en que ellos tienen dinero y los otros no. Y poco importa si ese dinero esta manchado en sangre, sufrimiento y violencia. Es dinero y es lo que nos dignifica.
Pensar ahora que como hay crisis hay que dejar de lado las 35 horas semanales (objetivo del milenio) e ir a trabajar 60 horas. Y porque no ya creamos matrix. Nacemos para trabajar y servir a nuestros señores acaudalados y adinerados gracias al otro gran invento el consumismo. Pues me niego, cuanto menos tiempo este en el tajo, más tiempo estaré disfrutando del planeta, de la vida, de la cultura o procurando que otros semejantes lo puedan hacer.
Y es que en tiempos que la crisis es patente y oscura se expulsa a todos aquellos que no son como nosotros. Dicen que durante 18 meses los pueden tener recluidos. Imaginaos lo que es un año y medio de vuestras vidas. Ahora pensar lo que supone para un hombre o una mujer que seguramente ya ha pasado otro año y medio de penurias, estafa y peligro para llegar a las puertas de Europa. A través de un cayuco, una patera, los bajos de un camión o un contenedor de carga. Apresado, con el miedo y el frío agarrados a sus huesos. Ahora otros 18 meses de hacinamiento, internamiento, aburridos, inútiles, apresados, encerrados. Sin poder enviar dinero a sus familiares en los países de origen. Aumentando las diferencias entre el primer y el tercer mundo. Menores de edad que en plena construcción de su ser arriesgan su vida para dar un porvenir a su familia, y también son tratados como basura, aparcada, en un limbo legal, sin tutores, ni formación, para después también ser deportados. Es insoportable esa idea. Movilicémonos, digamos también nosotros NO, a esta medida disgregadora, agresiva, intransigente y retrógrada. Y ya que no quieren preguntarnos que sepan que no estamos dispuestos a judicializar al 75% de la población mundial, simplemente porque busquen una vida mejor. Y es que esta directiva tiene el dudoso récord de ser la normativa que más artículos de la declaración de derechos humanos, viola.
Ni solidaridad, ni fraternidad, ni hermanamiento, ni nada. Represalias de los neo-con y sus habituales respuestas. A ellas sumarán sus efectivos policiales, clericales y periodísticos vociferos de sus mentiras y su estilo de vida. Para que promover ideas, planes y soluciones, cuando se pueden gastar 700 millones de euros de nuestros amigos empresarios en ellos mismos, y creamos más cárceles, centros de internamiento. Nuevos campos de concentración. No querías más Auschwitz, ni Maathausen, ni Treblinka, ni más guetos, pues tomar más centros de internamiento, más muros y alambradas para sueños e ilusiones.
Español y europeo, pero yo no lo siento así. No lo siento de esa manera cuando ustedes, se supone que nuestros representantes legítimos actuan en contra del pueblo y en favor de los más poderosos.
Estoy totalmente en contra de la directiva aprobada en el día de hoy (18/06) que da fondo legal al retorno de los inmigrantes sin papeles. Y lo estoy porque antes que español o europeo soy habitante de este planeta que tiene a una parte muy importante de su población denigrada y vejada simplemente por el hecho de no haber nacido al norte de una línea.
Sé muy bien que nuestra economía esta basada en esa desigualdad porque el capitalismo y el consumismo es de donde vive. Pero en vez de criminalizar a 4.000 millones de personas pobres, porque no hacerles la vida más sencilla y darle más oportunidades en sus propios lugares de nacimiento. Seguro que esos 70.000 millones de euros que van a utilizar para aplicar esta directiva vendrían muy bien al desarrollo y el progreso en países que han sufrido guerras, devastaciones, sequías, inundaciones y demás catástrofes desde que nuestros antepasados se echaron a los mares para invadirles.
Pero claro, es más fácil destruir que crear, eh!, valientes imbéciles. Acérquense al lado del pobre por una vez en sus vidas y verán lo que estas gentes sufren durante toda su vida.
Por mundo más igualitario ya.
En esta web se recogen firmas para derogar esta irresponsable ley que le pone los grilletes a los más pobres de entre los pobres. Otro mundo es posible
Y no os quedéis con este mensaje, difundirlo, porque ya es hora de que en vez de mirar para otro lado o cerrar las puertas, tendamos puentes para el crecimiento y el progreso de esos sobre los que se sustenta el advenimiento económico occidental (cosas del imperialismo).
Sigamos en la lucha por un mundo más igualitario, justo, social, sostenible. Donde todos y todas somos iguales. Basta Ya.
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