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miércoles, 20 de junio de 2018

El fascismo ya llama a las puertas



Fue el lento y progresivo auge de los movimientos y partidos neo-nazis y de extrema derecha en la Europa del Este, antiguos satélites del “ogro” comunista, la Unión Soviética, que recordemos, fue quien venció con sufrimiento y graves trastornos internos al Eje de la Alemania nazi y la Italia fascista en 1945.
Fueron las cada vez más notorias campañas electorales y populismos de la extrema derecha de Le Pen cuyo apoyo crecía a medida que se des localizaban empresas en Francia.
Fueron las cada vez más violentas y multitudinarias protestas en Alemania ante la llegada de inmigrantes, especialmente turcos.
Fueron gobiernos de ultra derecha en Hungría, en Polonia, en Austria o con carteras ministeriales en Holanda o en los países escandinavos, mientras la Europa ultra liberal veía bien como se descohesionaba (aún más) toda la región en un contexto de crisis económica y de inestabilidad social en sus propias fronteras exteriores.
Ahora, es el Brexit, éxito de la ultra derecha aislacionista y racista británica. Y es el nuevo gobierno de Italia, compuesto por un pacto contra natura entre extremos para evitar que siguiera el de siempre robando, y que orgulloso se ha negado a acoger a más de 600 refugiados e inmigrantes que fueron rescatados a punto de ahogarse.

Algunos llevamos años advirtiéndolo y reclamando que se tomaran en serio las amenazas y las asonadas. Las palizas y los acosos. Las reuniones y asociaciones de fachas que son absolutamente incompatibles con un estado democrático, moderno y defensor de los Derechos Humanos y la igualdad.
Pues bien; el horrible espectáculo ofrecido por la Unión Europea todos estos años en materia de inmigración y derechos humanos se ha visto coronado por el comportamiento de este pasado fin de semana, con el fascista nuevo primer ministro de Italia, Salvini, clamando orgulloso y socarrón victoria por negar auxilio a casi quien se ahoga en su odisea por un futuro mejor.
Noventa años después y tras otra crisis (estafa) económica que ha agudizado la desigualdad social y destrozado la justicia social, el fascismo vuelve a coger impulso por la Europa que se vendía así misma como fraternal, democrática y de los pueblos.
Es el odio a quien es y piensa diferente a nosotros. Pero también es el elitismo, con el que muchos europeos mira y desprecia al pobre. Porque al final seas mujer u hombre, musulmán o católico, hetero o gay, blanco o negro, el trato que vas a recibir lo va a dirimir el dinero que tienes. Es el neoliberalismo más exacerbado que es la vertiente económica y cool de lo que de toda la vida se ha llamado fascismo.
En España hay que aclarar que no se trata de un advenimiento o un retorno ya que nunca se fueron. Nunca se limpió el país de nazis y de fachas. Nunca se hizo justicia con quienes defendieron la democracia y la voluntad del pueblo hace 90 años. Los que se lucraron con la dictadura franquista siguen poderosos con lo usurpado aquellos años. Siguen los homenajes a los criminales y no faltan las asociaciones que velan por la supuesta honorabilidad de psicópatas y traidores como Franco, Millán Astray o Primo de Rivera.
Siempre desde el 78 han estado ahí. Un voto ultra que se aglutinaba en ese conglomerado de lo peor de la raza humana como ha sido el PP, y que se ha venido filtrando, como las ratas que abandonan un barco a punto de hundirse, a otras fuerzas, maquilladas, como Ciudadanos, u orgullosamente fascistas como Vox.
Y ahí están y ahí siguen. Sólo hay que ver como ladran cuando se habla de una mínima política de Memoria Histórica, reparación de víctimas o de quitarle los premios a un fascista torturador.
Y mientras en el mundo miles de millones de hombres y mujeres buscan la manera de progresar, de vivir mejor. De tener un futuro digno para si mismos y para sus descendientes. Son refugiados. Pueden ser por causas políticas, pero son siempre por causas económicas. Por decisiones tomadas, lejos de ellos que sólo buscan contentar la avaricia de los más poderosos. De los ricos entre los ricos sin importar las legalidades, nacionales o internacionales, ni los derechos humanos.
Por todo ello y más que nunca es la hora de tomar conciencia y ser absolutamente intransigentes con el fascismo. Beligerantes contra que y quien no defienda con pasión la igualdad y el resto de derechos humanos básicos, empezando por el derecho a la vida.
Es el momento de estar en guardia y tener claro que como antaño, fue la voluntad y el sentimiento de un pueblo pan europeo libre y progresista quien soporto y lucho contra los nazis. Y que fue una maquinaria colosal, comunista, de un país y sociedad convencidos de su futuro en igualdad la que derrotó en campo de batalla a los nazis.


martes, 20 de junio de 2017

Día Mundial del Refugiado: Acojamos ya




Hoy se conmemora el Día Mundial del Refugiado y un año más, al igual que con otras celebraciones reivindicativas, no hay nada que celebrar. Las cifras globales de desplazamiento han vuelto a aumentar: 65,6 millones de personas refugiadas y desplazadas. Sin embargo, nuestras ganas de seguir ayudando crecen en la misma proporción que esas cifras.
En el mundo hay 65,5 millones de desplazados, es decir, personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares a causa de la violencia, la guerra, la miseria y la persecución. Y también, váyanse acostumbrándose, debido a causas climáticas (sequia, catástrofes, suelos que se convierten en improductivos, etc.). Es una cifra histórica, un nuevo récord que se supera año tras año, según los últimos informes de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), y un síntoma evidente de una crisis mundial sin precedentes. Sólo en el Mediterráneo, más de 5.000 personas murieron el año pasado tratando de escapar de esta situación. 126 en el último fin de semana. Este mar, que supone para muchos la frontera entre la vida y la muerte, acumula en sus aguas 40.000 cadáveres en lo que lleva de siglo.
Hoy, en un momento de incertidumbre en el que el proyecto europeo que hasta ahora conocíamos se desploma, en una época en la que la respuesta a la crisis ha sido el fortalecimiento del neoliberalismo y con éste del individualismo, en el que aparecen monstruos con proyectos xenófobos y excluyentes, la Unión Europea del capital ha promovido políticas ridículas y vergonzosas para con los refugiados. Dejándolos de lado en las playas y los campos de Grecia, Italia o terceros países como la infame Turquía de Erdogan. Cada día es más evidente que Europa tiene que elegir entre abrirle la puerta a los refugiados, y ser solidaria y coherente para construir proyectos basados en lo común y en el reconocimiento de los derechos humanos o abrirle la puerta a la extrema derecha. Al racismo de Trump y LePen.
En el caso de nuestro país, el corrupto e inmoral gobierno del PP continúa su burla hacia la legalidad internacional, el sentido común y a los refugiados y refugiadas. Lejos de cumplir con sus propios acuerdos, y se dilatan los plazos de acogida y asilo. La única velocidad que demuestra Rajoy es para capturar las ayudas que la UE compromete a la expulsión de personas del territorio europeo; dinero que empleará para la construcción de nuevos CITES (Madrid, Algeciras, Málaga, etc.), centros de tortura y opresión de los derechos humanos de los refugiados y refugiadas.
Según Amnistía Internacional, hasta el pasado 5 de mayo España sólo ha acogido a 1.304 refugiados. Esto supone menos del diez por ciento de la cifra comprometida en 2015 por el Gobierno español hasta el próximo septiembre, de 17.337 refugiados.
Es absolutamente vergonzoso e indigno el trato vejatorio e inhumano que el gobierno español y la plutocracia europea viene dando a los refugiados que huyen en muchas ocasiones del terrorismo y el fascismo de quienes otrora se ha servido el sistema. Daesh, y sus ramificaciones, al igual que Al Qaeda y de gobiernos dictatoriales han instalado la opresión en medio Oriente y África, y eso poco importa cuando mantiene el combustible del mundo capitalista bajo de precio. Y ahora quienes podemos tender nuestros brazos y articular políticas de asilo e integración, nos dedicamos a instalar vallas y concertinas. Absolutamente execrable.
Imaginad el dolor de tener que abandonar tu hogar, tu familia, tu país... Abandonarte a ti mismo, a ti misma. Peregrinar hacia una quimera. Con lo puesto, las lágrimas secas. Para encontrarse con muros y hostilidad. Con negación e hipocresía.

Hoy quiero reivindicar a esos refugiados y refugiadas, sobre todo refugiadas, que huyen de la guerra y del hambre, dejando atrás su historia, su familia, con un futuro incierto, con miedo y sin esperanza. Familias que se separan. Niños que pierden a sus padres, padres que no volverán a ver crecer a sus hijos. Historias de personas que no son números ni estadísticas, sino seres humanos arrancados de su presente, condenados a un futuro incierto.

domingo, 17 de julio de 2016

Salvemos la neutralidad de la red en Europa


Esta petición para salvar la neutralidad de la red en Europa viene de una persona muy especial: Tim Berners-Lee.

Puede que no conoczas ese nombre, pero la verdad es que estás leyendo estas palabras gracias a esa persona. Tim Berners-Lee está considerado como el “padre” de la Web, que el pasado diciembre cumplió 25 años.
Fue él quien implementó un método para que un cliente pidiese una página web a un servidor, y este a su vez tenía que entregársela; de esta manera nació el protocolo HTTP, que seguro que te suena porque esas siglas aparecen al principio de todas las direcciones de páginas web. También fue el creador de la primera página web de la Historia.

Tim Berners-Lee, el creador y defensor de la Web

La aportación de Tim Berners-Lee a la historia de la computación es inmensa e incalculable; por eso es perfectamente comprensible que, cuando Tim Berners-Lee ve que su creación está en peligro, haga todo lo posible por actuar.
La petición pública publicada hoy de su puño y letra es una súplica para salvar la neutralidad de la red, que está en serio peligro después de las nuevas reglas en las que está trabajando la Comisión Europea.
Estas nuevas reglas se acordaron el año pasado y fueron bastante polémicas. Aunque la Comisión Europea asegura que estas reglas se encargarán de salvaguardar la neutralidad de la red frente a los deseos de las compañías, la realidad es muy diferente, y abren la puerta a serios abusos en Internet.
Las nuevas reglas giran en torno a una cuestión semántica, dividiendo el “Internet Abierto”, que la mayoría usamos a diario y en el que todo el tráfico tendrá que ser tratado igual, con el “Internet especializado”, en el que será posible la discriminación de tráfico dependiendo de las necesidades de las compañías.
El interés de las compañías por saltarse la neutralidad de la red quedó patente esta misma semana, cuando las principales operadoras europeas “secuestraron” el desarrollo de 5G hasta que la Unión Europea implementase las leyes que ellas consideran mejores para el mercado.

Por qué la neutralidad de la red está en peligro

Según Tim Berners-Lee, las reglas propuestas por la UE incluyen serias lagunas que las compañías pueden aprovechar para no cumplir la neutralidad de la red; en concreto, Berners-Lee ha detallado cuatro puntos que la UE tiene que arreglar con carácter urgente.
Con las llamadas “vías rápidas”, una operadora podría ofrecer una velocidad y una calidad de línea superior a aquellos servicios y webs que pagasen una cuota. Por lo tanto, si visitamos una página que no ha pagado, notaremos una mayor lentitud respecto a las que sí han pagado.
La innovación sufriría un duro golpe con las vías rápidas, ya que las startups que estén empezando, los pequeños negocios, o simplemente ciudadanos normales que quieran montar una web o servicio estarían en desventaja respecto a las grandes empresas.
Las reglas europeas prohíben las vías rápidas en Internet, pero los llamados “servicios especializados” son una excepción. Por lo tanto, según Berners-Lee la UE debería modificar el texto para aclarar que los “servicios especializados” nunca podrán referirse a la navegación normal por Internet, y revisar periódicamente qué se considera un servicio especializado y qué no.



El zero rating

El zero rating consiste en que una operadora puede elegir no contar los datos que consume una app para el cómputo mensual. Por ejemplo, si una compañía elije dar zero rating a Whatsapp, no nos cobrará los datos que consumimos con esa app.
El zero rating es similar a las vías rápidas, en el sentido de que las operadoras elijen a quién benefician y a quién no, y también pueden beneficiarse a si mismas fomentando sus propias apps y servicios frente a la competencia.
Las reglas europeas afirman que el zero rating puede ser dañino para la industria, pero no lo prohíben explícitamente; en vez de eso, dejan en manos de cada país la decisión de prohibir o permitir el zero rating. Por lo tanto, la UE debería incluir una prohibición de esta práctica en todo el mercado europeo.

Discriminación de tráfico

Las reglas europeas incluyen una previsión de lo que está permitido en caso de que exista una congestión en la red; en ese caso, las operadoras pueden categorizar el tráfico en clases y dar prioridad a un tipo de clase por encima del resto, pero sólo como último recurso.
Berners-Lee está de acuerdo con esta previsión, pero cree que, como el texto no incluye ninguna prohibición explícita a categorizar el tráfico cuando no hay congestión, las operadoras podrían aprovechar esa laguna para decidir qué tipo de tráfico quieren fomentar y cuál quieren perjudicar.
La solución sería establecer reglas generales para la gestión de tráfico, aunque no haya congestión.

Protección del acceso a Internet

Si una empresa te ofrece un servicio aparte de la conexión a Internet, las reglas europeas le permiten usar una parte de nuestro ancho de banda para hacerlo funcionar. Por ejemplo, si contratas una línea de 200 MB y contratas televisión por Internet, ese servicio se “comerá” parte de los 200 MB.
Todos los servicios adicionales ofrecidos deberían incluir su propio ancho de banda, no coger el que ya hemos contratado. Eso es porque son dos productos diferentes, y de hecho las leyes europeas ya existentes especifican que los servicios adicionales no pueden reducir la calidad del servicio principal que hemos contratado. Si la UE no corrige esta parte, estaría contradiciéndose a si misma.

Cómo puedes ayudar a salvar la neutralidad de la red

Tim Berners-Lee pide tu ayuda para hacerle ver a los reguladores europeos que están cometiendo un error. Afortunadamente, estas reglas aún no son finales y pueden ser modificadas, pero no queda mucho tiempo.
El próximo 18 de julio a las 14:00 CEST se cerrará el periodo en el que la ciudadanía europea puede opinar sobre las nuevas reglas de la neutralidad de la red. Para ello, podemos usar páginas como https://www.savenetneutrality.eu/es/ y https://www.savetheinternet.eu/es/ para enviar un mensaje a nuestros representantes políticos.
En ambos casos es muy fácil, sólo tienes que rellenar una plantilla, introducir tu nombre (puede ser opcional o requerido dependiendo de la web), tu dirección de correo y tu país. Opcionalmente, puedes escribir un mensaje por tu cuenta, o puedes aprovechar la plantilla que ya está escrita.
Quedan pocos días para que nuestra opinión se haga notar.

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viernes, 15 de julio de 2016

La barbarie golpea la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad

Vuelven las banderas a media asta. Los minutos de silencio y las declaraciones grandilocuentes de que “unidos no nos vencerán”, de que “la legalidad y la democracia”, bla bla, bla... También tendrán su momento la ultra derecha para reivindicarse como guardianes de Europa, rechazar la inmigración y aprovechar el momento para sin vergüenza aumentar su tirón político con su deleznable fascismo, todo ello para justificar el rechazo a los refugiados que como ayer miles de franceses y occidentales en Niza, huían del mismo terror fanático, del mismo fascismo clerical islámico.
Ayer, en el Paseo de los Ingleses de Niza, mientras miles de personas contemplaban los fuegos artificiales que conmemoraban la celebración de la Fiesta Nacional Francesa, un franco-tunecino, armado y al volante de un camión irrumpía con alevosía y violencia segando la vida de más de 80 personas y dejando cientos de heridos. Y aumentando en la Europa occidental la sensación de miedo, pánico e inseguridad.
Parece que no aprendemos. Seguimos sin comprender que frente al terrorismo y la barbarie no cabe otra salida que no sea una respuesta firme de la legalidad y los derechos humanos. Un compromiso firme e irrompible para Europa y Occidente, garante del progreso y la libertad, la tolerancia y la solidaridad. No podemos responder a la violencia con más violencia, ni a la barbarie con más barbarie. No se debe intentar apagar el fuego con más gasolina. Lo más importante es defender la Europa, con todas sus letras, y su bagaje en la lucha contra la desigualdad y el fascismo, con máximo convencimiento en el avance de la sociedad y del ser humano y su bienestar.
Y por supuesto la acción policial y de investigación en occidente, con respeto escrupuloso a la legalidad, y la lucha militar en Oriente frente a los terroristas que están enquistando una guerra en Siria con unas consecuencias dramáticas, que siempre están yendo por detrás de los intereses comerciales de los oligopolios del petróleo, el gas, cómplices de las dictaduras árabes que encantadas avivan el avispero que hoy es Oriente Próximo. Los mismos que alentaron una guerra corrupta, suicida e ilegal contra Irak, como se ha terminado demostrando las últimas semanas, con el apoyo de los mediocres como Blair, Aznar, Bush y Barroso, quienes tienen ya también que sentarse ante un Tribunal acusados de delitos contra la humanidad y motivados por el poder y el dinero, y por dejar un mundo, mucho peor que el que recogieron a su llegada.
Liberté, égalité, fraternité es el lema de la Revolución Francesa; del 14 de julio y la Toma de la Bastilla. De no querer ser más rehén de los poderosos, en el siglo XVIII o en el siglo XXI. De no querer ser más pasto de las hogueras de la xenofóbia, el fascismo y la intransigencia religiosa. Ni tampoco de un sistema económico que nos consume cual mercancía sin importar las consecuencias, más que la del crecimiento perpetúo, el orgasmo del dinero.
Europa tiene ante sí un reto: El reto de vencer al terrorismo sin de-construir Europa, sin despedazar los acuerdos que ponian el bienestar de la ciudadanía y el avance como sociedad, como motor de la acción política. Sin embargo son las salidas viscerales como se puede ver con el auge de la extrema derecha o el #Brexit, la respuesta inmediata cargada de oido, oportunismo y sinrazón las que van calando en el europeo. Conseguir una victoria que afiance la democracia, porque sea la democracia la que yergue las columnas de esa victoria. Su legalidad y su legado en justicia, solidaridad e igualdad.
Europa ha de acoger con los brazos abiertos a los cientos de miles de refugiados sirios (también iraquíes, afganos o sudaneses) que huyen del mismo terror y barbarie que cada vez con más frecuencia está golpeando a la propia Europa. Basta ya de cortoplacismos, electoralismos, miedos y discursos de odio. Es el momento ya ineludible de cumplir los compromiso en materia de derechos humanos que tenemos como estados de derecho. 

El autor de esta matanza no es un refugiado. No es, parece ser con las primeras investigaciones, un hombre religioso, ni radicalizado. Se trataba de un franco-tunecino de 31 años, sin trabajo, y con problemas previos con la policía por peleas y trapicheo de drogas. Es decir, no es un refugiado, sino más bien otro inadaptado producto de la marginalidad y la falta de oportunidades que este sistema económico oligofrénico ha promovido.
Y mientras las víctimas, como en todas las guerras, y esta también lo es, aunque de una forma que nunca habíamos visto en la historia, las pone el pueblo. Un pueblo que tiene que unirse, no me canso de decirlo, una vez más en torno a un modelo de sociedad libre, acogedora, integradora, solidaria y progresista, que tenga como fin último el avance de su bienestar y el de todo el planeta. Es vital que lo hagamos ya para no seguir siendo las vidas que se queman bajo el fuego de lo fascismos.
Estoy apesadumbrado, rabioso y dolido, y con los familiares, amigos y víctimas del atentado de ayer en Niza. Y con los de hace 10 días en Bagdad. Con la gente de Aleppo. Con quienes yacen en Idomeni y quienes se agolpan desesperados a fronteras de alambre y hormigón.
Contra el terrorismo, legalidad, justicia y Libertad, igualdad y fraternidad.

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jueves, 30 de junio de 2016

El #Brexit como síntoma de una Europa antisocial y fascista

El pasado jueves día 23 el Reino Unido aprobaba por un 51'9% (frente a un 48'1%) salir de la Unión Europea en un referéndum denominado #Brexit que ha instalado a Europa y también Occidente en el miedo y que ya ha empezado a tener su influencia como por ejemplo en el resultado de las elecciones generales del pasado domingo en España.
Las consecuencias inmediatas de la decisión fueron las caídas de las bolsas europeas (con el refuerzo del Dolar y el Renmimbi, la moneda china), los beneficios de los especuladores que cambiaron libras el día antes cuando las encuestas daban la victoria al #Brexit, y la pérdida de valor de los miles de millones de los ahorros de los trabajadores británicos y de quienes trabajan allí.
Además ya tiene consecuencias políticas como la dimisión del Primer Ministro el conservador Cameron, principal impulsor de la consulta, dentro de su escalada al chantaje a la UE y que ha quedado relegado por las opciones xenófobas, populistas y descerebradas del ala más extrema de un partido conservador que ya saborea los pingues beneficios para la oligarquía británica explotando a la clase trabajadora ante el nuevo paradigma de un divorcio que se plantea difícil y de riesgo.
También en las filas del laborismo, el nuevo liderazgo más izquierdista de Jeremy Corbin sale tocado, tras no haber podido articular una campaña en favor de la permanencia en la UE victoriosa.
Y por supuesto, y con razón, tanto Escocia como Irlanda del Norte ya han expresado formalmente la petición de un referéndum de independencia de la corona británica, ya que en ambos territorios se votó y de manera mayoritaria por la permanencia. Lacerante es el caso escocés, donde el año pasado en el referéndum de independencia el principal argumento a favor de quedarse en el Reino Unido fue la expulsión de facto de la UE (una amenaza muy extendida también en casos como el catalán y el vasco, por cierto) y ese temor hizo que los escoceses decidieran quedarse, hasta este momento en el que se ven fuera de la UE y dentro de los dominios de Londres, escenario más que indeseable.
Nunca la relación entre la UE y el Reino Unido ha sido fácil. Ya desde el primer momento, la unión de los países del centro de Europa (Francia, Alemania, Italia y BE-NE-LUX) articulaban un tratado para defender su industria del ácero (material clave en los años 60) ante el poderío de la industria británica. Con los años se limaron asperezas y tras varios años de consultas, referéndums en contra y reuniones tanto secretas como al más alto nivel se fraguó la inclusión del Reino Unido en la ya Comunidad Económica Europea, aunque siempre con claras reticencias desde las islas, como por ejemplo con las firmas de los tratados, la puesta en marcha de los Espacios Comunes (Sanidad, Educación o el espacio Schegen) o la defensa a ultranza de la libra esterlina () frente el Euro (€).
De este modo y con constantes amenazas de abandono de la Unión, Reino Unido ha ido imponiendo ventajas en la relación entre ambas partes que siempre han sido azoradas cuando las cuestiones de política interna hacían tambalear las mayorías conservadoras, mucho más proclives a soliviantar los sentimientos nacionalistas y sembrar dudas sobre el proyecto europeo. Y en uno de esos chantajes se enfrascó el Primer Ministro en 2012 con la defensa de los espacios de sanidad en la nueva Europa, así como la apertura de fronteras ante las presiones migratorias en el sur y por las crisis de refugiados (políticos y económicos) que el neoliberalismo está creando en toda la periferia europea. Pero sobre todo eran las cuestiones económicas las que llevaron a Cameron a jugar con fuego y quemarse el pasado jueves. Por un lado las aportaciones a los rescates a las economías del sur (aquí ya he hablado varias veces que lo que realmente se han rescatado han sido los balances de los bancos alemanes... y británicos). Y sobretodo las nuevas políticas fiscales que se aventuraban en aquel momento de pleno estallido de las burbujas financieras que ponían en peligro el excesivo patrimonio de las familias ricas inglesas, así como los pingues beneficios que los paraísos fiscales adheridos a la corona británica pululan en el interior de Europa (Isla de Mann, Gibraltar, Malta, etc. y la propia City Londinense).
El órdago de Cameron era claro: Amenazar una vez más a Europa con la salida del Reino Unido, algo que no era el Primer Ministro británico que lo hacía, pero añadiendo la convocatoria del referéndum. Aquí es donde la medida de los riesgos de Cameron ha pecado de excesiva confianza, ombliguismo, tacticismo o quizás soberbia, porque la “nueva Europa” de Merkel, girada ya su centro decisorio hacía Berlín y Frankfurt no tuvo ningún problema en jugar la partida. Y aquí es donde han entrado los populistas más radicales, y por que no decirlo también los más grotescos, de la derecha británica. Una suerte de charlatanes fascistas, ultraliberales y demagogos que emplearon un discurso xenófobo, alarmista y falso para instalar en el miedo al populacho británico.
Con la amenaza del terrorismo llamando día si y día también en las puertas de Europa les resulto muy fácil engañar a un electorado, tremendamente numeroso, con la amenaza de la inmigración. El Reino Unido, fruto del imperialismo de los siglos XVIII y XIX ha recibido numerosas comunidades inmigrantes (hijos de la metropolí) que han enriquecido notablemente su sociedad, pero que es muy fácil de utilizar cuando tu mensaje va dirigido, machaconamente, a ciudadanos sin estudios o estudios básicos, sin trabajo ni expectativas de futuro en comunidades degradadas y abandonadas (fruto de la marcha por los designios neoliberales de los tradicionales centros fabriles, no por la llegada de inmigrantes). Jubilados con pensiones mínimas, y las comunidades agrícolas de Gales (curiosamente las zonas que más dinero han recibido de la UE no sólo de Britania, sino de toda la Comunidad) han sido el caldo de cultivo que han tomado la decisión (por todos los británicos).
En contra estudiantes, los profesionales cualificados y los funcionarios, y como decía hace unos párrafos Escocia o Irlanda del Norte donde el porcentaje de permanencia se ha ido al 80% (al 98'1% en Gibraltar). Todos ellos ahora se lamentan ante los insultos y las celebraciones de los partidarios del #Brexit que han puesto en una encrucijada de terribles consecuencias al pueblo británico y también a Europa.
Una Europa que una vez más, y cada vez serán más, ha pagado su excesivo conservadurismo, su capitalismo desaforado, las políticas de recortes y la austeridad cruel para con los ciudadanos. Ese modelo de Europa que se demuestra fracasado y nauseabundo y que está generando entre otras deleznables cosas, un continente a varias velocidades a consideración siempre de los más poderosos, las multinacionales y el dinero, orden supremo que todo lo rige para los inmorales que están tomando las medidas.
Y mientras tanto el fascismo avanza por Europa, la semana pasada en el Reino Unido, como antes por Hungría, Polonia, Austría... el Frente Nacional en Francia ya ha pedido un “Frexit” y en Escandinavia también ganan las posiciones más radicales de extrema derecha.
Todo ello por una Europa construida para el orgasmo continuo del dinero, donde valen más, mucho más los beneficios de los accionistas y su seguridad financiera, que los derechos de la ciudadanía y la garantía democrática. Esa Europa que está invitando a todos los pueblos a olvidarse de ella y caminar sólo.
Por supuesto que esa no sería la solución. En este mundo globalizado, no valen ni las aventuras en solitario ni las uniones artificiales creadas bajo el paraguas ficticio del crédito. Europa necesita reconstruirse, pero no repitiendo los mismos errores, sino creando una unión donde la justicia, la solidaridad y la democracia sean las garantías asumidas por todos los miembros no sólo en participación, sino también en defensa y promoción.
Como siempre en la historia, Europa puede y debe ser el génesis de un nuevo modelo de sociedad, más fraterna, libertaria, respetuosa, tanto con el distinto, como con el Medio Ambiente.
Y sin embargo tenemos a la Europa del capital enterrando, quien sabe si definitivamente, el sueño de la Europa fraternal y las sociedades del bienestar nacidas tras los desastres de las Guerras Mundiales tan lejanas en el tiempo pero que ya aparecen en un horizonte empujadas por el fascismo y la avaricía.
Tras el #Brexit, la Comisión Europea ya presiona a Reino Unido para tratar el divorcio de la manera más rápida sabiendo que se acercan elecciones en Alemania (el año que viene) y que está crisis política puede castigar a los conservadores alemanes, perros guardianes de los intereses económicos de quienes han impuesto una crisis social permanente a todos los demás.
Llegados a este punto, no puedo más que acordarme del Referéndum griego que en próximas fechas cumplirá un año. Syriza, con Tsipras y Varoufakis a la cabeza preguntaron a su pueblo si querían más austeridad, más sumisión, más indignidad. Si querían que lo público, lo de todos, y lo que nos da la igualdad de oportunidades como la educación, la sanidad o los servicios sociales pasaran a ser cuentas de beneficios y nichos de mercado de las multinacionales extranjeras. Recuerdo la reacción visceral en contra de todos los medios del capital, de los partidos tradicionales embobados en el neoliberalismo y de una Comisión Europea amenazante, cruel y sin piedad, pisando la democracia allí donde nació. Y ahora que han funcionado con un halo de indiferencia ante la amenaza del #Brexit Británico y resignación una vez confirmado.
Pero el proceso desde luego va a ser largo, penoso y va a dejar muchas víctimas, y por desgracia, no sólo en forma de políticos que pierden su cargo. Muy al contrario, todos vamos a ser los perjudicados, especialmente los británicos que van a vivir 10 años, por lo menos, ante un nuevo paradigma, para el que ni estaban preparados, ni existen protocolos, ni ejemplos y que van a traer consecuencias tangibles como la disminución en la esperanza de vida, la menor calidad de vida o el respaldo a la democracia.
Ante todas estas amenazas, no es la primera vez, ni será la última, escribo que es necesaria y clave, la unión, reivindicativa, dura y beligerante de toda la izquierda, más allá de banderas nacionales y fronteras territoriales. Tenemos los mismos problemas. Somos la carne de cañón de los mismos usurpadores, avariciosos e inmorales a los que no les importamos una mierda. La clase trabajadora europea tiene que unirse en la lucha activa en las calles con las herramientas de conflicto tanto laboral como social de las que disponemos y somos legítimos dueños. Nos jugamos Europa, nos jugamos un modelo de vida y nos jugamos el avance de la sociedad, el progreso para construir poco a poco un entorno donde todos y todas puedan ser felices.
Si no lo hacemos la derrota y la desilusión serán nuestro signo, porque en contra a la situación de las clases populares, las oligarquías, no tienen bandera, trabajan y funcionan al unísono para hundirnos en la miseria, porque lo único que les interesa es el dinero.

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Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...