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lunes, 17 de marzo de 2014

Un amor tardío

La última camiseta de Brian 0'Driscoll con Irlanda, colgada minutos antes del Francia vs Irlanda, del VI Nations 2014

Sólo he llorado 3 veces por el deporte en mi vida. La primera por la UEFA del Atleti, la segunda por avenida el año pasado y la tercera este sábado por el VI Naciones y la victoria de Irlanda...




La tensión es máxima. Se nota su peso aplastando cada atomo de cada cuerpo y de la hierba mojada de sudor y esfuerzo tras 80 minutos de lucha. La materia oscura del universo se torna en presión y emoción entre las líneas de lateral, de ensayo y los palos. El orgullo herido de unos y el miedo, el pánico, al fallo de los otros, atenazan cada batiente y añaden el peso del mundo del rugby al oval.

Van 5 minutos conteniendo al rival en la 22 propia tras un encuentro plagado de nervios y errores que oscurece el tremendo e inapelable trabajo de las semanas previas. Nadie se puede equivocar, nadie puede ceder. Hay que morir en cada centímetro, placar y embestir, atacar y defender, retirarse y limpiar... todo para volver a empezar, así una y otra vez, mientras los segundos se desangran terriblemente rapido para unos y lastimosamente lento para otros.

Pero en ese instante surge un error, unas milesismas de segundo en que se llega tarde, y el rival lo aprovecha para limpiar e imprimir más velocidad. El error se encadena, en una sucesión de intentos tardíos de placaje y en una transición izquierda derecha fluida hasta el penúltimo hombre, donde Papé, en el quizas pase más sencillo de un ataque que va por su úndecima fase, comete avant, anulando el ensayo de Choulet. Un error por otro error.

Pero durante un minuto el fracaso lo impregna todo. El estadio es silencio pese a los gritos de miles de franceses, las miradas entre los que visten de verde sobre el cesped se nublan de lagrimas. No tienen respuestas, no tienen fuerzas. Hasta que la imagen del Instant Replay demuestra la infracción gala, todos nos lamentamos una vez más, otra ocasión en la que se escapa la victoria entre los dedos. Pero el árbitro confirma lo que la pantalla gigante ofrece a través de la repetición y vuelve la alegría y la fiereza al equipo verde. Habrá mele con introducción de los visitantes.

Pero El Gallo sigue crecido y su empuje abasalla a la línea del trébol, y durante 3 fases hacen contener la respiración, ya con el tiempo cumplido, hasta que la precipitación les hace llevar el oval al flanco más fuertemente protegido, donde la presión verde les cierra la salida y cometen infracción por retención.

Pita el árbitro, pierden el balón y el partido acaba. Irlanda gana en Francia. Irlanda gana el VI Naciones.

Todos estallamos de alegría. Los abrazos, felicitaciones, las sonrisas y lágrimas se entremezclan. Se completa un círculo. El curriculum perfecto. El adiós soñado.

Habían sido muchos años de derrotas y sin sabores aunque también de de victorias y alegrías como el Grand Slam de 2009 o las Triples Coronas que daban lustre al dominio de los clubes (Munster, Ulster y Leinster) en la máxima competición de clubes (la Heineken Cup).

Y ahora se culminaba el trabajo de todo el torneo, sumado sus semanas previas, sus descansos y partidos.

De la inauguración con Escocia en el Aviva donde los del cardo aguantaron con oficio durante 35 minutos hasta sucumbir bajo el peso de la delantera irlandesa. De ahí al final se amplió la ventaja, dando unos puntos que a la larga serían vitales para la resolución del torneo. Y una semana después el primer momento clave.

Con el nivel de los 6 equipos, cualquier partido entre irish, dragones, el 15 de la rosa o el 15 de gallo, le da el epíteto de trascendental y la visita de País de Gales al Aviva no iba a ser menos. Sobretodo teniendo en cuenta la pírrica victoria francesa sobre Inglaterra en la jornada inaugural, y los problemas que los propios galeses tuvieron para doblegar a Italia.

Y es que la selección roja no ha estado al nivel de los dos VI Naciones anteriores, y el partido frente a los irish men fue una prueba más de ello, donde la intensidad y el empuje de los locales sobrepaso en todo momento a la gran delantera galesa llevando el partido a un dominio continuo solo paliado por los arrebatos de Williams y las patadas de Halfpenny. Hasta que ya en la segunda parte con los cambios, bajo la intensidad un punto más en Gales, mientras que Irlanda continuaba a lo suyo para poder así añadir otro buen carro de puntos para el average total del torneo.

La tercera jornada traía el partido más sentimental en las islas. El Inglaterra vs. Irlanda en Twickenam no sólo llevaba a flor de piel los más antiguos y enraizados sentimientos de ambas naciones, sino que además era la muestra o no de la candidatura irlandesa a Grand Slam, dejando ya atrás a Inglaterra, lo que le daba al choque el apelativo de vital.

Y así resulto ser. Duro y muy intenso, sólo 10 minutos de despiste generalizado Irish daba una ventaja a los ingleses, mantenida al pie por Farrell y en los choques por un Mike Brown excelso (el zaguero de Harlequins ha sido elegido Mejor Jugador del Torneo), pero que siempre estuvo en el alambre, puesto que los verdes apretaron los dientes y gracias a su delantera, con el inestimable empuje de O'Connell y Toner empezaron a dominar todas las zonas de encuentro, siendo castigados por el puntal que supone Sexton y sus incursiones al intervalo. El partido era pura pelea y emoción y ambas defensas en varias ocasiones conseguían mantener el oval fuera de su zona de ensayo luchando frente al empuje del rival que convertían todo el partido en memorable.

Al final, Inglaterra sumaba la victoria aprovechando los nervios irlandeses ya comentados y algún que otro error impropio tanto al pie de Sexton, como a la mano de O'Driscoll, borrando la opción del Grand Slam (Francia que era la otra invicta antes de la disputa de la tercera, salía apabullada de su visita al Millenium, ante un Gales herido y que demostró quien era el campeón vigente).

Acabada la jornada teníamos ya La Cuchara de Madera asignada a Italia que había perdido ante Escocia (meritorio torneo el suyo) en Roma, y a Irlanda, Gales, Inglaterra y Francia empatados con un 2-1 ante dos semanas de descanso activo (con jornada de ligas domésticas por medio) antes de encarar la fase final del VI Naciones más emocionante, intenso, abierto y de calidad de los últimos años.

Así llegamos a la penúlitma jornada donde Irlanda, de la mano de su seleccionador, el neozelandes Joe Schdmit ex-del Leinster doble Campeón de Europa, ya había asimilado que el torneo iba a decidirse por el average de puntos, por lo que debían aprovechar la visita de la deprimida Italia para aumentar su casillero lo máximo posible. Así salió el 15 del trebol al Aviva para someter a la Azzurra desde el primer minuto y llevándoles a una defensa estoica de su zona de ensayo durante la primera parte, lo que motivo que Italia batiera así el record de placajes en una mitad, puesto que no disfrutaban del oval, aunque de la mano del genial Orquela pudieron sumar algunos puntos que les mantenían relativamente cerca. Pero Irlanda seguía empujando, desgastando y aplicando velocidad y dinamismo al ataque hasta que en la reanudación fueron cayendo los ensayos, incrementándose su ritmo con la inclusión "de la segunda unidad" comandada por los Madigan, Ross, Paddy Jackson o "el catalán" Jordi Murphy.

Irlanda había cumplido y ya sabía que llegaría al Stade de France con los deberes hechos. Ahora el turno corría para Francia, que por tercera vez en el torneo, al igual que contra Inglaterra y contra Italia, ganaba el partido, en este caso en Murrayfield frente a Escocia, en los últimos minutos, mostrando un nivel inferior a su rival una vez más (los del cardo merecieron mucho más) y gracias al ala Huget, su mejor jugador en este VI Naciones.

Así al día siguiente se cerraba La Triple Corona con el duelo en Twickenamm entre Inglaterra y Gales, que a la postre fue uno de los mejores partidos no sólo del torneo sino de los últimos años.

El orgullo del campeón, la revancha por la afrenta del último enfrentamiento entre ambos y las opciones de victoria tanto en el día de hoy como al final, se conjugaban para diseñar un auténtico partidazo de rugby del Siglo XXI lleno de intensidad, velocidad, acierto, emoción, lucha y entrega conformando un coctel para paladear por cualquier aficionado, desde el más experto hasta un neofito al que queramos atraer a este maravilloso deporte.

El duelo al pie entre los dos pateadores Owen Farrell por parte inglesa y Leigh Halfpenny por la galesa resumía todo lo acontecido, manteniendo en vilo a todo el planeta rugbístico y castigando los errores del rival. El choque de delanteras en melés y mauls era brutal y en ninguna acontecía un ganador claro. Las terceras líneas trabajaban a destajo y el dinamismo del juego era un regalo sólo equiparable a la emoción que se sentía. Estaba claro que un ensayo, sólo uno, iba a desnivelar la contienda dada la igual fortaleza, en ataque o defensa, y en todas las líneas que se plasmaban.

Y fue Inglaterra la que con la raza de Brown consiguió ensayar en una larga jugada que empezo el zaguero y que tras varias fases desnivelo al final Burrell aprovechando una apertura con el pie del otro medio TwelveTrees...

Pero no se rindieron los actuales campeones y aplicaron más intensidad para vivir sus mejores minutos en el partido y apurar sus opciones de torneo. Pero Inglaterra aguanto y el pie de Farrell certifico la victoria de los "Lancaster".

Y así se llegaba a una última jornada apasionante en la que Inglaterra trataria de ampliar su average de puntos frente a Italia, esperando una ayuda francesa y con el Gales vs Escocia disputado un día antes que deparó un palizón gales abusando de su rival al que al final se le hizo el torneo demasiado largo.

Ya en la mediodía de sábado sólo hubo un equipo en el Olímpico de Roma: Inglaterra que desde el primer minuto se hizo dueña de los metros importantes, ganó todas las disputas claramente y encontro en Farrell el acento anotador a todo el empuje que su delantera movía, frente a una Italia que parece haber dado un par de pasos atrás tras sus dos últimos grandes torneos, quizás por un conjunto demsiado veterano que no parece encontrar relevo natural a los Parisse, Castrogiovanni, Orquela, Campangaro o Ghiraldini.

Inglaterra había hecho sus deberes y tocaba mirar al Stade de France, a París, donde Irlanda iba a tratar despedir al gran Brian O'Driscoll con un VI Naciones a sumar al de 2009, frente a una Francia que ya no tenía nada que hacer en el torneo tras la paliza inglesa en Roma.

A dos días de San Patricio (17 de marzo) Irlanda sabía que dependía de si misma, pero necesitaba ganar en terreno maldito por segunda vez en 42 años. La primera en 2000 cuando un bisoño O'Driscoll fascino al planeta oval con 3 ensayos para terminar con la maldición verde en Francia y ayudando así a escribir el titular en el Independent de Dublin: In BOD WE Trust.

Liderazgo

El partido llevaba todo el peso del torneo más añejo y valorado del deporte, así como todo el sentimentalismo del adios de una leyenda. Irlanda debía ganar. Debía ganar a Francia, para sumar el VI Naciones. Y debía ganar para rendir homenaje con victoria a su más firme baluarte. A su "artista fajador". A Brian O'Driscoll.

Seguro que el 13 había impregnado todo el espíritu de lucha y de equipo en la tradicional charla de capitanes de antes de salir a calentar. Pero tras el sonido de los himnos, La Marsellesa francesa, y el "Amhrán na bhFiann" (La Canción del Soldado) y el Ireland's Call por parte irlandesa, empañaban los ojos del centro de Leinster, y con ellos se nublaba el alma verde.

Y tras esto, no empezaba bien el partido para Irlanda. La supuesta superioridad en la delantera irish no aparecía y si por el contrario una primera francesa que llevaba a Irlanda a cometer los primeros errores, que se traducían en puntos convertidos por Machenaud. Además el oval no duraba en manos de irlandeses, que precipitados y con errores no podían salvar la presión francesa y tenían que seguir bregando en su 22 para no ceder más puntos. Era un 6-0 tras 10 minutos y parecía que el torneo se esfumaba. Entonces, tras el segundo golpe de Machenaud, la imagen se centra en O'Driscoll que en el habitual corrillo mientras se prepara el pateador rival, ha aleccionado a los suyos: "No somos nosotros los que estan jugando hoy aquí. Vamos a luchar por Irlanda".

Y hubo ese cambio de sentido del juego. La primera de Irlanda pasó a dominar, no claramente, pero si por lo menos para ganar touches y melés, y sobretodo para limpiar el juego ofensivo verde que consiguió enlazar fases y jugadas de carrera y pase para certificar dos ensayos: El primero tras combinación coral, con un Murray inspirado, de toda la segunda culminada por Sexton (que no consiguió convertir) y el segundo tras una contra que Trimble (gran torneo suyo) ensayaba, esta vez si, con conversión del medio apertura.

Fueron los mejores momentos de juego de Irlanda en el Stade de France, pero este juego y este torneo son tan grandes, que nunca se conjugaba el verbo derrotar. Francia imprimió más intensidad y consiguió ensayar a través de Dulin, y con los errores al pie (drop galo y golpe no convertido por Sexton) se llegaba con un abierto, igualado y emocionante 13-12 que daba el torneo a Inglaterra.

En la reanudación y tras el paso por vestuarios (no me puedo imaginar el llamamiento a la gloria y la épica soltado en esos 15 minutos en las entrañas del Stade de France, ¡y lo qué hubiera pagado por verlo y sentirlo!) la intensidad por ambos bandos se incremento, pero no pararon los errores por ninguna de las batientes. Ni en defensa, ni en ataque. Así Irlanda perdió hasta dos oportunidades de ensayar ya en la 22 (una por un error a la mano tras gran jugada, y otra por infracción) y Francia, también perdió otro balón en la 22 rival, que con una fantástica transición entre Trimble y O'Driscoll estuvo a punto de hacer ensayar a #InBODWeTrust como hace 15 años, pero al final fue Sexton el que conseguía sumar de 5 en 5.

Convertía y pasaba minutos después un golpe el apertura ex-Leinster y ahora en Racing Metro de Paris, y parecía poner un marcador, 13-22, que arrimaba el VI Naciones a la isla verde. Pero todavía quedaba mucho. Y Francia no se rindió.

Había errores a la mano por ambas partes, pero eso no fue impedimento para que el primera Szarzewsky ensayará con conversión de Machenaud para comprimir el marcador. La tensión y la disputa era máxima y nadie cedía. Pese a luchar contra imposibles. Y así tuvo que abandonar Sexton el terreno, con un collarín, por tratar de placar a Besteraud (aproximadamente 60 kilos más que el irlandes). Poco tiempo después, el sustituto de Machenaud, Doussain, fallaba un golpe de castigo sencillo y dejaba el marcador en un 20-22 tras una mele girada por la primera francesa.

Irlanda iba a afrontar los últimos 15 minutos sin sus dos medios, pero tanto Reddan como Madigan, suplieron a la perfección a Sexton y Murray, y durante 10 de esos minutos enlazaron una gran jugada de ataque que les llevo a la puerta del ensayo. Tras 6 fases en la 22 francesa, no pudieron convertir, ni los saltos a intervalo de los dos medios, ni la potencia de O'Connell, ni la fantasía de O'Driscoll, hasta que la perdida de balón se hizo inevitable, deparando un final no apto para cardíacos.

Así como al principio decíamos, Francia llevo el oval rápido a la 22 rival, ante unos irlandeses que sólo podían retirarse, ceder y reagruparse. Hasta la jugada resuelta por el Instant Replay con el avant de Papé sobre Chouly todos los que empujábamos por la causa verde contuvimos la respiración ante la aceleración del ritmo cardíaco.

Pero la tecnología se alió con el 15 del trebol, y la posterior mele y precipitación francesa llevaron a la conclusión del partido, y con él del VI Naciones 2014, con victoria de Irlanda.

Era el último partido del hombre record. Del mejor jugador irlandes de todos los tiempos. Del estandarte. Del artista fajador. Del líder. Con 141 caps a sus espaldas (132 con Irlanda y 9 con los British and Lions; Record absoluto) colgaba la verde Brian O'Driscoll. Acabado el partido, su último partido con Irlanda el centro más fiero, indómito e imprevisible que ha pisado un campo con Irlanda, enfilará el túnel de vestuario como suele hacer. Felicitando al árbitro por su actuación y agradeciendo a los rivales el esfuerzo y a sus compañeros la solidaridad. Porque como le gusta decir "por encima de cualquier cosa, yo soy un jugador de equipo". Sólo puedo decir: Muchas gracias, Brian O'Driscoll.

Un juego especial

El rugby es un juego especial. Dicen que el rugby es un deporte de bárbaros jugado por caballeros, que se diferencia del fútbol (deporte de caballeros jugado por truhanes) por el sentimiento de respeto. Hay respeto al rival. Al final del juego independientemente del resultado los dos equipos se aplauden y se homenajean formando pasillos. Y existe el Tercer Tiempo, donde las cervezas, los aperitivos y las risas, dejan atrás el barro, los agarres y placajes, con los comentarios de las jugadas o los partidos profesionales. O cualquier aspecto de la vida.

Hay respeto al árbitro. No hay protestas. No hay aspavientos. Sólo el capitán con los brazos destensionados puede dirigirse al colegiado, y nunca con el tono de voz elevado. Este explica con el mismo tono la decisión y en los grandes partidos profesionales puede ayudarse del Instant Replay y el juez de video. Nadie finge una lesión, y este si es un deporte de contacto, puesto que significa defender o atacar la siguiente jugada con uno menos, ya que estan permitidas las entradas de las asistencias médicas sin parar el reloj.

Y hay respeto al juego. Aunque no te juegues una clasificación, aunque el partido este ya acabado y la victoria decidida, no se cede. En el rugby no. En cada segundo y en cada centímetro sobre la hierba se pelea y se disputa. Hay victoria y hay derrota. Pero por encima de todo hay respeto.

Es un deporte vivo, tremendamente agotador, pero extremadamente divertido, apasionante y que cuando te pica por primera vez ya no va a salir de tu sangre.

Y así me siento yo con él, con una relación especial, de diversión y trascendencia por haber entrado en mi vida, y también de cierto lamento, por no haber llegado a él antes, mucho antes. Haber empezado a jugarlo en su versión 15vs15 de aprendizaje y formación con esos 8 ó 9 años. Quién sabe cual hubiera sido mi historia entonces. Envidio ese sentimiento de respeto máximo al juego, al rival, a los compañeros. A árbitros y asistentes. A uno mismo como principio de algo que acaba en el todo, en el equipo.

Risas, abrazos y cervezas, después del rechinar de dientes, la máxima expresión del esfuerzo, los placajes, carreras y agarrones, la lucha continua por cada centímetro, cada pulgada. Las miradas de complicidad con compañeros y de agresividad y fiereza frente a los rivales. El respeto impregnándolo todo. El barro, la hierba, la sangre y el sudor. Victoria y derrota. Diversión y trascendencia. Todo esto es el rugby.


 
Image by Irish rugby

jueves, 1 de marzo de 2012

Visita al Museo de Automoción de Salamanca




Pegaso Z-102


Vistas desde el museo a la Casa Lis y la Catedral

Llevo ya más de 3 años currando en el mismo sitio. ¡Y encantado eh! -y qué dure-. Lindando la oficina con el Museo de Historia de la Automoción de Salamanca y hasta ayer, que no lo he visitado por primera vez desde su inauguración allá por septiembre de 2002. Este museo, único de España, de carácter público y dedicado al motor cuenta con un fondo de más de 240 vehículos, y que muestran en el museo con carácter periódico en una exposición permanente de 100 vehículos, a los que añadir los que comprenden exposiciones temporales, pertenecientes a fondos de otros museos o a colecciones privadas.

Junto al Río Tormes y entre el Puente Romano y el Puente Enrique Estevan (de estilo modernista) se encuentra el edificio del museo rehabilitado de su primer diseño, en el que desempeño funciones de tenería de pieles y posteriormente como la primera estación eléctrica de la ciudad (fue conocido como la Fábrica de la Luz). Esta rehabilitación comprende las dos naves y chimenea de ladrillo de finales de siglo XIX, más la nave (tras estas dos naves que componen la fachada) de reciente construcción y que todo junto compone un espacio de más de 5.500 metros cuadrados que deja lugar para una zona de exposiciones (artículada en tres plantas), el archivo, oficinas y recibidor; así como de un espacio para la celebración de conferencias e incluso conciertos, sala de estudio, biblioteca, talleres deportivos y zona para exhibiciones deportivas, todo ello con el afán de ofrecer la cultura del automóvil al espectador en un diálogo con la cultura universal que tan bien representan los sillares, las calles medievales, la muralla, Casa Lis y Catedral Nueva de Salamanca.


Ferrari y Chevrolet

El fondo de armario del Museo de Automoción de Salamanca se compone por piezas pertenecientes a la Colección Gómez–Planche, más vehículos donados por la Dirección General de Tráfico, el Centro Histórico Iveco-Pegaso y otros de particulares y administraciones,  lo que permite la rotación entre piezas mostradas sin que se pierda la exencia del museo.

Hispano-Suiza

El Museo se articula a través de un recorrido por las distintas plantas y salas de exposiciones en el que primeramente accedes a un espacio en el que se comparten aspectos de la biografía del "mecenas" Demetrio Gómez-Planche quien con la ayuda de su familia consiguió reunir la colección expuesta durante más de 40 años, tanto consiguiendo coches en buen estado, como vehículos que tuvo que remodelar y restaurar, en ocasiones, incluso desde piezas de desguace y sobre chasis oxidados; junto a una visión general de la industria (y a la vez fenómeno cultural y social) del automóvil asi como una retrospectiva sobre los intentos anteriores a finales del siglo XVIII, con ideas de humanistas como Fontana, Leonardo Da Vinci, con sus planos y reproduciones a tamaño real. Es la sala de la Prehistoria. Continuaremos el recorrido por la ProtoHistoria (finales del S.XVIII y principios del XIX) donde hace hueco al triciclo de Benz que fue el primer automóvil con motor de explosión, y que deja como curiosidad el relato del primer viaje en un vehículo de motor de explosión, realizado en Alemania, a través de 125 km en torno a la zona de lo que hoy es el circuito de Hockenheim realizado con un prototipo de Benz y a cuyos mandos iba la esposa de Benz.

Chrysler Imperial Serie 80 del año 19

Pasando a la sala de Alta transición donde se abarcan las primeras 4 décadas del Siglo XX lo que supone la mayor evolución de lo que entendemos como automóvil. Comprende vehículos como Rolls Royce, Amílcar o las joyas de la corona (quien lo iba a decir pero en aquella época el empuje de lujo, clase y tecnología automovílistica era una empresa española): los Hispano-Suiza. Entre las curiosidades llama la atención una exposición de un antiguo taller de la época, cuyas herramientas se disponen a través de una rudimentaria cadena de montaje, alimentada por un motor de vapor y que transmitía la motricidad a través de un sistema de poleas montado en el techo. La siguiente sala (Baja transición) comprende hasta el año 1960 con coches cada vez más evolucionados, en los que se puede apreciar como la comodidad, la potencia, la velocidad van en aumento, al mismo tiempo que llega a cada vez más usuarios, por el abaratamiento de costes y la mejora en las condiciones de vida de clases bajas y medias.

Prototipo de Hispano-Suiza presentando en Salón Internacional de Ginebra 2002

Por último llegamos a la quinta sala, que alberga desde los años 60 hasta la actualidad, mostrando coches espectaculares, más reconocibles, y juntándonos en el mismo espacio con prototipos de la nueva Hispano-Suiza, un vehículo solar o con el aspecto más competitivo de la automoción, donde a parte de monos y cascos de pilotos, fotografías, motores de competición, podemos disfrutar de vehículos de rallies o los fórmula 1 de Fernando Alonso (Renault R29 del aó 2009) o el Bennetton-Renault de 1995 con el que Michael Schumacher consiguió su segundo titulo del mundo.


Renault R29 2009. Fernando Alonso. Fórmula 1

Además en la composición actual, con coches míticos anteriores, como el ford T o el Muntz-Jet 52-M tan propio de las películas como Rebelde Sin Causa o American Graffitti, o el Chrysler Imperial Serie 80 del año 1927. Un espectáculo vamos.

Como digo absolutamente genial la visita, muy recomendable. El precio, es lo de menos y por 3'50 € (a marzo de 2012) más un euro para poder sacar fotografías (aunque luego realmente nadie parece comprobarlo, pero aún así esta muy bien invertido) está más que justificado el acercarse a este espacio. Un museo distinto a lo convencional y que sin ninguna duda complementa la tradicional oferta turística y de tiempo libre de Salamanca, a veces tan monótona y tediosa para los que pasan más de un finde en ella, y que en ocasiones guarda auténticos lujos, quizás no tan evidentes, pero si que apasionantes, enriquecedores y distintos y teniendo en cuenta la periocidad de las exposiciones temporales o los cuantiosos fondos del museo el Museo de Historia de la Automoción de Salamanca se merece cada cierto tiempo una visita.

Y más si se tiene la suerte de compartir la visita, con tio tan cojonudo, como mi hermano, mejor que mejor... Si le sumamos a la ecuación un buen café, y un paseo por el centro viendo ciervas... genial!!


Los dos zagales sobre el Benneton-Renault de Michael Schumacher de Fórmula 1 año 1995

viernes, 20 de febrero de 2009

¡¡¡Histórico!!!




Esta tarde el Halcón Avenida ha hecho historia y se ha colado en la final four de la Euroliga, con tan sólo 3 participaciones en la máxima competición europea. Avenida ha vencido 76-81 en la cancha del Mizo Pecs húngaro y ha escrito el nombre de nuestra Salamanca con la voz más poderosa que se puede dar, con la emoción de un público y una ciudad entregada por el deporte.

Hemos hecho historia, ¡¡enhorabuena a todos y a todas!!. Sois las más grandes os merecéis todo, y nos hacéis ya no sólo disfrutar y enorgullecernos, sino soñar con cotas más altas, con cumbres más díficiles derribadas. Gracias y a por ellas.

El trabajo táctico y motivacional de José Ignacio Hernández ha sido maravilloso y todas han cumplido a la perfección. Algunas con una labor más oscura, otras con la no menos importante de "toalla" y muchas haciendo unos números tremendos, plenos, de su trabajo y calidad.

El partido ha sido díficil, intenso, muy bronco en muchos momentos. Pero siempre el equipo charro dió la cara, y se mantuvo en la pelea, y no sólo eso, sino que daba la sensación por la pequeña pantalla (gracias, a TV Salamanca por retransmitirlo, pero los locutores ni idea de lo que estaban viendo) que los impulsos viscerales de las húngaras, no servían ni para siquiera mantenerse por delante, y que el Avenida controlaba el choque, y sólo los errores propios impedían la escapada hispana. Pero el Pecs y su público se revolvían y rachas de triples de Vadja o Ivanyi, o de juego total de Nicole Ohlde, podía hacer voltear la suerte del marcador. Pero entre todas, y con Snow (17 puntos y 14 rebotes) cerrando la zona, y tomando el testigo anotador de LeCoe (20 puntos) tras el descanso, el ritmo de Silvia (6 puntos y 10 asistencias) y los triples de De Mont, la locura, la fiesta y la alegría estalló.

Ahora, a seguir soñando con la Copa de la Reina en el punto de mira a comienzos de marzo en Salamanca, y después, quién sabe si también se podría disputar la Final Four en la capital del Tormes, y claro, aplaudiros, saludaros, animaros, gritaros, sentir y sentirnos tan juntos en l aunión de un espíritu sólo por el fin de seguir soñando.

jueves, 5 de febrero de 2009

El más díficil todavía


Después del espectáculo de la semana pasada, hubo que volver a Salamanca a definir la eliminatoria, con el factor cancha a nuestro favor, pero con el temor metido en los huesos, por las últimas derrotas del Avenida, contando la paliza que nos dió el Ros, y el segundo partido jugado el viernes en Moscú. Pero cuando el público entra en Wurzburg, se cierran las puertas, y el balón sale disparado al cielo en el salto inicial, la lógica y la razón dejan su puesto a la pasión y la emoción. Y es que una noche más la simbiosis entre club, mister, jugadoras y afición volvió a saltar una barrera más, para seguir creciendo, para re-escribir la historia y hacer oír el nombre de esta ciudad, que se va a acostar con la ilusión de tener máxima representación deportiva en el panorama europeo, si en un deporte minoritario y su acepción femenina, pero ¡¡¡podemos!!!.

Y si hace 8 días la victoria era trabajada, pero sólida, contundente, plagada de espectáculo, acierto y confianza, anoche nuevos actores acudieron a la cita. El trabajo no sólo se mantuno sino que se intensificó, cual Stajanov, para sobreponerse a las dudas, los errores y el acierto rival. La fantasía y armonía ofensiva dejaron su lugar a la fé y la garra, impulsadas por un entrenador y una afición de más de 4000 personas que ahogaron al rival con gritos y elevaron las fuerzas de las propias hasta el límite de la extenuación.

El primer cuarto dejó claro que nada tenía que ver con lo vivido hace una semana. El Avenida de la mano de Basko y Snow encontró el camino a la canasta, aunque limitado por las primeras pérdidas ofensivas (un lastre del año pasado que ha aparecido en las últimas semanas). Por su parte el CSKA (que contaba con la importante baja de Katie Douglas) decidió empezar a mandar en el ritmo de juego impuesto entre Lawson y Hammon, siendo la MVP de las finales de la WNBA de hace 2 temporadas la que creará toda la oleada ofensiva moscovita, con continúos cortes, penetraciones y asistencias plenas de belleza y fantasía, que nos hicieron emocionarnos por su showtime, pero alarmanos por el cáliz que tomaba la situación. Este primer cuarto fueron los minutos de mayor claridad ofensiva y al final de el mismo se llego con 17-19.

En el segundo la crisis ofensiva de las charras fue colosal y sólo un arreón final evitó que se escapará el campeón ruso. Y es que las pupilas de Grudin dieron un giro a la intensidad defensiva, y ante la ausencia de decisiones arbitrales, las pérdidas se acumularon en el conjunto local, lo que permitió correr a las huestes lideradas en cancha por una sobresaliente Hammon. Pero aquí no acababa todo, porque la desidia también estaba en la defensa 5x5 donde no se freno a la menuda base nacionalizada rusa, sino que se quedo atrás en la batalla por el rebote, concediendo hasta 6 rechaces ofensivos en este período. Al descanso, momento "empanadilla" el público llena el gaznate con un preocupante 30-42.

Se conoce que José Ignacio Hernández pegó los cuatro gritos oportunos en el vestuario para aumentar la implicación e intensidad de sus púpilas, amén de corregir aspectos tácticos (defensa de Hammon, o ayuda de las aleros en el rebote). La respuesta fue en el ánimo pero apenas tuvo reflejo en el marcador, ya que los errores se seguían continuando en ataque, pero por lo menos se colapso el juego en ataque ruso. Primero sumo Willingham su primera canasta en el choque, luego Stampalija, pero como la ventaja no aminoraba con la velocidad suficiente, entro en pista Isa Sánchez, para que a través de su garra, desparpajo y también su acento sobre los árbitros, comenzar a menguar la ventaja rusa, bien con 1x1 o provocando faltas. Un robo con canasta fácil de Silvia Domínguez fue la chispa para que se volviera a creer. El CSKA aguantaba el envite con más pena que gloria gracias a Hammon, pero sobretodo en este momento a Wauters, siendo la pivot belga la única fuente de puntos constante del equipo moscovita... Pero la ilusión ya había cuajado en la afición y al grito de ¡Si se puede! la primera piedra de la remontada quedo colocada (44-51).

Último cuarto no apto para cardíacos. El Avenida remonta 7 puntos en él a base de intensidad, momentos llenos de garra en ataque y el exarcerbado espíritu de la afición expoleada por la implicación mostrada en la pista. Snow (23 puntos y 14 rebotes al final) domina ya en ambas zonas y abarca todo el rebote escupido por los aros. Pero el CSKA es un grande y no se amilana y son entre la novel McCarville y la veterana Lawson las que desatascan el juego ante una secada Wauters, una Korstin ya muy preocupada del arbitraje y una Hammon a quien las faltas y el cansancio le hacen mella, llegando el momento fundamental a 2 minutos y media cuando Hammon quedo eliminada al cometer su quinta falta personal en ataque (hasta tres fueron en ataque). Y fue la base francesa la que empinó la cuesta al equipo local con un tiro fácil a minuto y medio que ponía el +5 para las visitantes. Responde Snow en ataque y en defensa, anotando y robando un balón, que Anke de Mont transformaría en un triple salvador y apoteósico que enbocaba el partido a la prórroga tras fallar Wauters un tiro sobre la bocina (60-60).

En el primer tiempo extra, no empezaron mal las cosas para el Avenida, pero otra vez Lawson y la secundaria Gorbunova complicaba el asunto, teniendo que disfrazarse de SuperWoman, Michelle Snow para lanzar desde tres en retificado y punteado por Wauters su primer triple desde que llegó a España y sobre la bocina rematar el empate que explotaba el pabellón, las gargantas de los aficionados y la confianza de sus compañeras.

Del 66-66 al 83-74 final en 5 minutos donde sucedió de todo. El éxtasis y el subidón vivido por la afición y el equipo cuadriplicó las opciones locales mientras minaba extraordinariamente la moral rusa. Aún así otra vez Gorbunova y McCarville metieron el susto en el cuerpo, pero fue la sevillana Isa Sánchez la que doblegará la resistencia rusa. Un triple suyo a 3 minutos colocaba en franquicia al Avenida. Paso un minuto sin moverse el marcador, hasta que la andaluza se situó en la línea de tiros libres para certificar a ritmo de mambo el pase histórico, por primera vez, del Halcón Avenida a los cuartos de final de la máxima competición europea. (83-74)

Y con esta emoción, con el pulso acelerado, la garganta afónica, las manos doloridas de aplaudir, rotos por la ilusión, el sentirse participés de un éxito, de la historia, aclamamos a nuestras heroínas, a nuestro "maestro Zen" particular José Ignacio Hernández, a estas dos empresas que están llevando el nombre de Salamanca por Europa... Vibrar, temblar por lo vivido, mientras los ojos se vidrian de la felicidad más extrema, de 4000 almas que saltaron, chillaron, soltaron el lastre de sus vidas, por abrazar un sueño, un éxtasis vivido una fría noche de febrero y ya jamás olvidado en la memoria de los que allí estuvimos.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...