jueves, 5 de febrero de 2009

El más díficil todavía


Después del espectáculo de la semana pasada, hubo que volver a Salamanca a definir la eliminatoria, con el factor cancha a nuestro favor, pero con el temor metido en los huesos, por las últimas derrotas del Avenida, contando la paliza que nos dió el Ros, y el segundo partido jugado el viernes en Moscú. Pero cuando el público entra en Wurzburg, se cierran las puertas, y el balón sale disparado al cielo en el salto inicial, la lógica y la razón dejan su puesto a la pasión y la emoción. Y es que una noche más la simbiosis entre club, mister, jugadoras y afición volvió a saltar una barrera más, para seguir creciendo, para re-escribir la historia y hacer oír el nombre de esta ciudad, que se va a acostar con la ilusión de tener máxima representación deportiva en el panorama europeo, si en un deporte minoritario y su acepción femenina, pero ¡¡¡podemos!!!.

Y si hace 8 días la victoria era trabajada, pero sólida, contundente, plagada de espectáculo, acierto y confianza, anoche nuevos actores acudieron a la cita. El trabajo no sólo se mantuno sino que se intensificó, cual Stajanov, para sobreponerse a las dudas, los errores y el acierto rival. La fantasía y armonía ofensiva dejaron su lugar a la fé y la garra, impulsadas por un entrenador y una afición de más de 4000 personas que ahogaron al rival con gritos y elevaron las fuerzas de las propias hasta el límite de la extenuación.

El primer cuarto dejó claro que nada tenía que ver con lo vivido hace una semana. El Avenida de la mano de Basko y Snow encontró el camino a la canasta, aunque limitado por las primeras pérdidas ofensivas (un lastre del año pasado que ha aparecido en las últimas semanas). Por su parte el CSKA (que contaba con la importante baja de Katie Douglas) decidió empezar a mandar en el ritmo de juego impuesto entre Lawson y Hammon, siendo la MVP de las finales de la WNBA de hace 2 temporadas la que creará toda la oleada ofensiva moscovita, con continúos cortes, penetraciones y asistencias plenas de belleza y fantasía, que nos hicieron emocionarnos por su showtime, pero alarmanos por el cáliz que tomaba la situación. Este primer cuarto fueron los minutos de mayor claridad ofensiva y al final de el mismo se llego con 17-19.

En el segundo la crisis ofensiva de las charras fue colosal y sólo un arreón final evitó que se escapará el campeón ruso. Y es que las pupilas de Grudin dieron un giro a la intensidad defensiva, y ante la ausencia de decisiones arbitrales, las pérdidas se acumularon en el conjunto local, lo que permitió correr a las huestes lideradas en cancha por una sobresaliente Hammon. Pero aquí no acababa todo, porque la desidia también estaba en la defensa 5x5 donde no se freno a la menuda base nacionalizada rusa, sino que se quedo atrás en la batalla por el rebote, concediendo hasta 6 rechaces ofensivos en este período. Al descanso, momento "empanadilla" el público llena el gaznate con un preocupante 30-42.

Se conoce que José Ignacio Hernández pegó los cuatro gritos oportunos en el vestuario para aumentar la implicación e intensidad de sus púpilas, amén de corregir aspectos tácticos (defensa de Hammon, o ayuda de las aleros en el rebote). La respuesta fue en el ánimo pero apenas tuvo reflejo en el marcador, ya que los errores se seguían continuando en ataque, pero por lo menos se colapso el juego en ataque ruso. Primero sumo Willingham su primera canasta en el choque, luego Stampalija, pero como la ventaja no aminoraba con la velocidad suficiente, entro en pista Isa Sánchez, para que a través de su garra, desparpajo y también su acento sobre los árbitros, comenzar a menguar la ventaja rusa, bien con 1x1 o provocando faltas. Un robo con canasta fácil de Silvia Domínguez fue la chispa para que se volviera a creer. El CSKA aguantaba el envite con más pena que gloria gracias a Hammon, pero sobretodo en este momento a Wauters, siendo la pivot belga la única fuente de puntos constante del equipo moscovita... Pero la ilusión ya había cuajado en la afición y al grito de ¡Si se puede! la primera piedra de la remontada quedo colocada (44-51).

Último cuarto no apto para cardíacos. El Avenida remonta 7 puntos en él a base de intensidad, momentos llenos de garra en ataque y el exarcerbado espíritu de la afición expoleada por la implicación mostrada en la pista. Snow (23 puntos y 14 rebotes al final) domina ya en ambas zonas y abarca todo el rebote escupido por los aros. Pero el CSKA es un grande y no se amilana y son entre la novel McCarville y la veterana Lawson las que desatascan el juego ante una secada Wauters, una Korstin ya muy preocupada del arbitraje y una Hammon a quien las faltas y el cansancio le hacen mella, llegando el momento fundamental a 2 minutos y media cuando Hammon quedo eliminada al cometer su quinta falta personal en ataque (hasta tres fueron en ataque). Y fue la base francesa la que empinó la cuesta al equipo local con un tiro fácil a minuto y medio que ponía el +5 para las visitantes. Responde Snow en ataque y en defensa, anotando y robando un balón, que Anke de Mont transformaría en un triple salvador y apoteósico que enbocaba el partido a la prórroga tras fallar Wauters un tiro sobre la bocina (60-60).

En el primer tiempo extra, no empezaron mal las cosas para el Avenida, pero otra vez Lawson y la secundaria Gorbunova complicaba el asunto, teniendo que disfrazarse de SuperWoman, Michelle Snow para lanzar desde tres en retificado y punteado por Wauters su primer triple desde que llegó a España y sobre la bocina rematar el empate que explotaba el pabellón, las gargantas de los aficionados y la confianza de sus compañeras.

Del 66-66 al 83-74 final en 5 minutos donde sucedió de todo. El éxtasis y el subidón vivido por la afición y el equipo cuadriplicó las opciones locales mientras minaba extraordinariamente la moral rusa. Aún así otra vez Gorbunova y McCarville metieron el susto en el cuerpo, pero fue la sevillana Isa Sánchez la que doblegará la resistencia rusa. Un triple suyo a 3 minutos colocaba en franquicia al Avenida. Paso un minuto sin moverse el marcador, hasta que la andaluza se situó en la línea de tiros libres para certificar a ritmo de mambo el pase histórico, por primera vez, del Halcón Avenida a los cuartos de final de la máxima competición europea. (83-74)

Y con esta emoción, con el pulso acelerado, la garganta afónica, las manos doloridas de aplaudir, rotos por la ilusión, el sentirse participés de un éxito, de la historia, aclamamos a nuestras heroínas, a nuestro "maestro Zen" particular José Ignacio Hernández, a estas dos empresas que están llevando el nombre de Salamanca por Europa... Vibrar, temblar por lo vivido, mientras los ojos se vidrian de la felicidad más extrema, de 4000 almas que saltaron, chillaron, soltaron el lastre de sus vidas, por abrazar un sueño, un éxtasis vivido una fría noche de febrero y ya jamás olvidado en la memoria de los que allí estuvimos.

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