Mostrando entradas con la etiqueta Castilla y León. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Castilla y León. Mostrar todas las entradas

lunes, 22 de agosto de 2022

La Región Leonesa: Una solución del pasado, para el presente y por un futuro


La tabla que encabeza este artículo está sacada del INE justo durante la convocatoria de elecciones autonómicas en Castilla y León el pasado diciembre. Los datos de personas con derecho a voto fuera de cada provincia muestran un denominador común: La abrumadora emigración exterior del Oeste de la Región, el antiguo e histórico Reino de León, en cuyas provincias -León, Zamora y Salamanca- de media se triplica el número de emigrados.

Un dato así no es ni mucho menos anecdótico, sino más bien la demostración empírica de las decisiones políticas, económicas, sociales y culturales que durante los últimos 60 años han regido la región centro de la Península Ibérica. Desde finales del Siglo XIX se procuró una organización administrativa que permitiera por un lado la supervivencia de identidades culturales concretas, siempre buscando mantener un equilibrio, primero dentro de las propias regiones con sus relaciones internas y vecinales; y después, exterior, tratando de equilibrar un sistema de contrapesos regionales que limitaran el desarrollo del eje del Ebro (País Vasco, Catalunya y Levante) con respecto al resto del estado español peninsular.

Así y de ese modo, el viejo Reino de Castilla se desmembró en varias unidades con cierta coherencia interna, que sirvieran para atar en corto a las potentes regiones del nordeste, en el marco de las Cortes de la Restauración. Surgieron las dos Castillas, separando ambas mesetas, con León incluida al Norte, y las cuatro autonomías uniprovinciales, Cantabria, La Rioja, Madrid y Murcia.

Fue ya en la Segunda República cuando se fue un paso más allá con un nuevo régimen administrativo, mucho más garante y protector de las identidades culturales en búsqueda de un sistema federal de convivencia y solidaridad en el que la expresión de las singularidades regionales no truncarán el bien común. Así, al tiempo, que los estatutos nacionales de Euskadi, Catalunya o Andalucía avanzaban, también se fraguaba la división de lo que hoy conocemos como Castilla y León. El histórico Reino de León tomaba identidad y autonomía, desligado de Castilla, y así sus gentes, encabezados por sus propias burguesías podían construir sus marcos propios de convivencia y futuro. El Golpe de Estado del 36, la posterior Guerra Civil y la dictadura fascista resultante cercenaron aquellos aires de cambio y avance político, cultural y social. León se reintegró en Castilla, y sus campos, minas y ríos quedaron a disposición de las viejas noblezas castellanas, convertidas entonces en proto-burguesías, al calor de sus íntimos vínculos con la élite franquista y las concesiones que entre ellas se regalaron.

La Transacción a la democracia, no cambió de fondo la cuestión territorial. El mapa político del estado a penas tuvo modificaciones (salvo el cambio de color de unas pocas comarcas) y en el proceso de negociación política entre partidos estatales y nacionalistas dio como resultado un híbrido entre el estado centralista del franquismo y el estado federal al que aspiraba la República: la España de las Autonomías.

En principio, estas autonomías atesoran competencias y la capacidad de recaudación y gestión necesarias para llevarlas a cabo. Bajo los órganos de coordinación en la gestión y de representación política en el Senado y en las Cortes regionales se da una imagen de operatividad federal. En realidad, está sigue limitada de manera atroz por el excesivo impulso de Madrid, como gran metrópoli de la Península Ibérica, con unas capacidades políticas, mediáticas y económicas tan superiores al resto de territorios que configuran un estado a varias velocidades en su desarrollo.

Esto es Historia, resumida si, pero de la que existen multitud de obras y archivos que la cuentan, paso a paso como ocurrió. Es en esas distintas velocidades de desarrollo donde se han fraguado las diferencias de progreso, dinamismo y futuro de las diversas regiones, y en como han podido crecer, albergar progreso y garantizar una gestión correcta de su patrimonio, tanto histórico y cultural, natural y económico.

Las Españas en realidad, son las diversas velocidades entre territorios que han definido su forma, su presente y también su futuro. Madrid, es el agujero negro del estado español. Todo lo fagocita. Ahoga económicamente todo lo que tiene alrededor, atrapando los flujos económicos y la vida de las personas. Sus recursos, su medio ambiente, su tiempo y su ocio.

Año a año, legislatura a legislatura amplía su área de influencia. Capta riquezas, oportunidades, población, talento… Su capacidad extractiva se va ampliando y con ella crecen las desigualdades en el territorio y las dificultades que tienen las periferias para financiarse y gestionar con dignidad su patrimonio y futuro. El círculo pernicioso se va ampliando, atrapando a más población y creando ciudadanos de primera, segunda, tercera y hasta cuarta categoría.

La economía y el poder giran en torno a Madrid, y al tiempo que el modelo se va replicando en el territorio hacia la costa se agravan las diferencias escalón por escalón. Particularmente lesivas son las que atañen a Castilla y León y a su composición territorial y administrativa.

Castilla y León se vertebra entorno a la cuenca hidrográfica del Duero. El río cruza la Meseta Norte en un enorme valle, llano y recogido por las cadenas montañosas del Cantábrico al Norte, del Sistema Ibérico al Este y del Sistema Central al Sur. Por las capitales provinciales a Norte y Sur transcurren los principales afluentes del Duero de ambas vertientes. La capilaridad del territorio se percibe en el mapa por los ríos más pequeños, afluentes secundarios y terciarios, que dan sentido a los municipios que vertebran el territorio.

Desde el punto de vita administrativo, Castilla y León es una Comunidad Autónoma sin capital reconocida en su Estatuto, pero que sin embargo, reúne en el centro geográfico, en la urbe de Valladolid la práctica totalidad de los organismos autonómicos. Esto ha hecho que la influencia de Valladolid, en su condición de capital regional no reconocida, vaya aumentado. Se convierte cada vez en un polo mayor de atracción de riqueza y oportunidades, al tiempo que se vacían los espacios entre capitales provinciales, y la competitividad y complementariedad entre ellas.

Esto ha provocado la desigualdad territorial entre urbes. Las capitales de provincia y ciudades de importancia de las provincias del Oeste sufren un lento deterioro y una lacerante falta de oportunidades, que contrastan con el dinamismo del resto de ciudades importantes de la región. El eje Valladolid-Palencia es vigoroso; Burgos y Miranda reciben de buen agrado la influencia de la actividad económica del País Vasco. Avila y Segovia reciben una influencia abierta de la capital del Estado. Sólo Soria languidece alejada y en medio de la nada. Por el contrario, los problemas de la despoblación, el éxodo de los jóvenes, el envejecimiento y el abandono en general del mundo rural es una realidad compartida, no sólo por las nueve provincias de Castilla y León, sino por todas las del interior peninsular, excepción hecha con Madrid.

Cuando en 1978 se tomó la decisión de mantener León unida a Castilla, fundamentalmente se buscaba disipar la notable influencia del movimiento obrero en torno a las minas de León en una región de mayor tamaño, dónde sus justas reclamaciones no serían oídas. Generar un polo de izquierdas de fuerte implantación en el Noroeste, provocaría el desequilibrio ideológico del estado. Sin embargo, diluida León en Castilla, el carácter conservador de las otras provincias serían ya el contrapeso ideal a su influencia progresista.

Con el paso de los años lo que ha quedado en el Oeste de Castilla y León son unos territorios desvencijados, desposeídos de su propio talento y juventud y por ende, de las iniciativas que empoderen y otorguen mayor futuro y dignidad al territorio.

Por supuesto que todos estos territorios comparten mucho. Ya son más de 40 años de Estatuto de Autonomía y de vivir bajo un mismo paraguas administrativo. Pero como no se ha procurado que quienes estén bajo ese paraguas nos conozcamos mejor entre nosotros, y como no ha cubierto a todos del mismo modo, las diferencias culturales y de desarrollo económico y social se han ampliado, hasta hacerse evidentes y poder así amparar, las legítimas reclamaciones, no sólo de mayor atención al Oeste de Castilla y León, sino de incluso componer este espacio como una nueva autonomía.

Si viajas por la región, y yo tengo la suerte de haberlo hecho mucho, ves diferencias. En la gastronomía y en el habla. En los trajes regionales y el folclore propio. En las jotas. En los cultivos. En las actividades. Pueden parecer sutiles, más allá de dialectos o de cómo hacen la matanza a un lado u otro de una raya dibujada en un mapa hace doscientos años. Pero esas diferencias culturales explotan cuando se suceden agravíos y las diferencias económicas, sociales y políticas, generan territorios e identidades de segunda categoría.

De un tiempo a esta parte, y fruto de la especial situación administrativa y también política en el ayuntamiento y provincia de León, se han llevado a cabo iniciativas que buscan la constitución de León como la décimo-octava autonomía. La diferencia con movimientos pasados, es que ahora, el descontento por la situación de León, Zamora y Salamanca es mucho mayor, ha calado en más habitantes que ven el deterioro y el exilio económico al que su juventud tiene que hacer frente.

Evidentemente, las ansías regionalistas de León no son sentidas del mismo modo en Zamora y Salamanca, con respecto a la provincia leonesa. Esta, incluso tiene que tratar el asunto de El Bierzo, en el valle del Sil, aislado por montañas del resto del espacio leonés, con un dialecto, folclore y problemáticas propias.

¿Cuál es el camino a recorrer?

Pues el corsé de la Constitución del 78, en un texto que está claramente auto-protegido en sus limitaciones y pactos con el régimen anterior, deja algunos resquicios como los artículos 2 y 143. Especialmente este último, donde pese a que diversos juristas (del ámbito conservador) interpretan que el carácter transitorio de su disposición ya ha sido sobrepasado, los promotores del leonesismo, aportan los datos estadísticos (demográficos, sociales, económicos), como el de la tabla del principio de este artículo, que demuestran claramente el fallado sistema autonómico, como provoca desigualdad y falta de futuro y como somos leoneses, zamoranos y salmantinos los que nos llevamos la peor parte cuando nos asignaron en una región artificial (cuidado, que todas lo son) que no cumple con los propósitos del estado autonómico, y presuntamente, descentralizado.

Si el sentido del Estado de las Autonomías es acercar la administración a la ciudadanía, cómo se explica una región con una extensión mayor que la de Portugal. O la de otros 19 estados europeos. Castilla y León es ilegal, puesto que su Estatuto y naturaleza no fueron refrendados de forma directa vía referendum. Vinieron impuestos junto con otras normativas como la Constitución o las campañas electorales. Qué miedo puede existir ahora a buscar alternativas y soluciones.

Esto para los que aducen al sentido práctico de las reclamaciones leonesistas, porque desde luego si hay que hablar de regiones históricas, no se puede hablar de León, como un ente propio de Castilla, sino que más bien, en la mítica Reconquista, avanzaron de los primeros condados a reinos consolidados. Hay quien dice que el argumento historicista ha de ser falso siempre porque encierra un elemento determinista: al pasado gobierna el presente y el futuro, obviando que los vivos son los que gobiernan y habrán de decidir ellos mismos su propio destino, sin cortapisas del pasado. No resulta demasiado serio discutir sobre sucesos acaecidos entre los siglos IX al XIII, para decidir sobre la política del siglo XXI. Y es verdad, que no podemos vivir hoy con soluciones del pasado. Pero por eso mismo no podemos vivir hoy con lo decidido por las élites de hace 40 años. Y habrá que cuidarse de que estos procesos no los vuelvan a decidir los de arriba para su beneficio. Sino que lo hagamos entre todos con garantías y con toda la información disponible. Y lo que no se puede tampoco olvidar, es que somos pasado, somos memoria y es preciso recordar las raíces, justo cuando esas raíces sirven a otros para provocar desigualdad y problemas en los territorios que no son agraciados o peor aún, son olvidadizos.

Por supuesto, que de producirse y crearse la autonomía leonesa (con o sin Zamora o Salamanca, y con el Bierzo como provincia constituida dentro de la nueva región, -no olvidar que sólo Ponferrada ya atesora más población que Soria, y que la comarca está más poblada que la provincia de Teruel-,) esto no debería ser hacer un presidente, unas Cortes y una bandera y estatuto más. Se trata de no repetir errores pasados y gestionar el territorio con responsabilidad para garantizar las identidades y sobretodo, para buscar un futuro mejor para la población. Para repetir caciquismos y corrupciones ya nos sobra con Castiga a León.

Una Constitución o un mapa autonómico, no están cerrados, no son irreversibles. Deben de estar abiertos a la realidad objetiva y presente de los habitantes que componen el territorio que comparten. Al anhelo de un futuro mejor, más seguro, progresista, igualitario y digno. Pero también a la cuestión subjetiva de la identidad y la cultura, como garantía de su conservación. Sin embargo, toda la caverna conservadora nos habla de una Constitución grabada en piedra, que no se puede modificar. Cuando los fondos de los accionistas de los bancos alemanes lo necesitaron, la Constitución se modificó, el odioso artículo 135, sin ningún problema con nocturnidad y agosticidad.

El marco autonómico y político de la Transicion y su Constitución, está sobrepasado. Lo está en el ámbito territorial, pero también en el resto de frentes. Las presiones bajo las que se construyo provocaron severos déficits y rémoras que no han hecho más, que hacer languidecer el país. Sólo basta esperar a que caiga por si mismo. Será antes o después, pero caerá y en el camino ocasiona un dolor y desigualdades de diversa índole, que no son necesarias y que deberían bastar, para que la sociedad en su conjunto, y sus representantes, asumieran la tarea no sólo de meras modificaciones, sino de abrir un proceso constituyente que nos haga un país mejor, más grande, más digno y fraterno. Es su responsabilidad, pero también la de toda la sociedad civil.

miércoles, 16 de febrero de 2022

Lecciones que no se aprenden

 


No ha pasado nada sorprendente en las elecciones a la Junta de Castilla y León del pasado domingo, 13 de febrero. El PP recupera su posición de fuerza más votada tras lo sucedido en 2019, pero lejos de la mayoría absoluta. Esa pasa por Vox. La ultraderecha afianza su posición nacional siendo la gran vencedora de los comicios lo que supone una derrota para todos los demás. Se vale del descontento general (por la crisis, por la pandemia) y por la incapacidad de la izquierda, en especial Podemos de hacer políticas que satisfagan ese descontento. El PSOE mantiene sus números mal que bien mostrando una debilidad al alza fruto en buena medida del desgaste del gobierno central. La izquierda, Unidas Podemos, tiene unos resultados lamentables, en otro tope mínimo para la coalición que ya se muestra como una herramienta totalmente inoperante y condenada a la extinción. Soria Ya y UPL avanzan hasta conseguir grandes resultados, en especial en el caso de la plataforma soriana que gana las elecciones en la provincia y demuestra que con trabajo y honestidad se puede luchar contra el bipartidismo y la reacción que trata que nada cambie.

La participación bajó, mostrando claramente la desafección política de buena parte de la sociedad al que se le suma el hartazgo por una cuestión política en este país, absolutamente sobrepasada, con marcos de decisión, representatividad y mediáticos absolutamente inservibles para la sociedad actual y que o bien muestran su ineptitud o reaccionan para tratar de salvar sus privilegios.

Con casi 60.000 votos menos emitidos, el PP gana numéricamente unas elecciones manteniendo su porcentaje de voto pero sin conseguir sus objetivos. Mañueco va a carecer de fuerza para tener una legislatura fuerte. Cambia a un socio inestable como Ciudadanos (que se ha comido la gestión de la pandemia en la región) por uno mucho más peligroso como Vox. El trasvase de votos en estos dos partidos ha sido totalmente limpio. Y el botarate de Pablo Casado no consigue la victoria fácil que reforzará su mandato interno en el PP por lo que le vienen semanas difíciles. La estrategia de la dirección nacional del PP ha salido totalmente derrotada, toda vez que no fagocitan a Cs, cuyo electorado pasa directamente a Vox, y estos desde posiciones de ultraderecha se refuerzan para atar a esa linde ideológica al PP.

Quizás su único objetivo conseguido haya sido desmontar las plataformas de la España Vaciada en la región, donde casi todas ellas se han visto seriamente diezmadas por la llegada de paracaidistas y advenedizos de todo pelaje. Todas menos una, la de Soria Ya, que ha convertido en partido político y candidatura lo que ha sido un movimiento ciudadano de más de 20 años de lucha y existencia. Su posición es ventajosa pero deben de cuidarse del precio que pactan por unas mejoras materiales y tangibles para la provincia.

Otro punto fuerte del regionalismo en estas tierras, UPL (Unión del Pueblo Leonés) ha conseguido igualar sus mejores resultados con 3 procuradores en la provincia leonesa. Sin conseguir acercarse en las otras dos provincias, Zamora y Salamanca, parecen determinados a formar oposición y a continuar trabajando en la consulta que reordene la región y culmine las aspiraciones de la formación. Para ello encontrar mayor seguimiento en las otras dos provincias de la histórica región leonesa se antoja clave.

Y la izquierda qué. Pues lo que ya se barruntaba. Un fiasco absoluto, otro más, de Unidas Podemos que recoge el testigo de Ciudadanos y UpyD hacia la irrelevancia y la desaparición. Desde luego no es esta una región fácil para los que somos de izquierdas y a veces da la sensación de que nosotros mismos hemos abandonado la lucha, por la dureza del trabajo a realizar y lo escuálidos de los resultados a obtener en primera instancia. La autocrítica, como siempre, es fundamental.

Reconocer que los medios de comunicación que han blanqueado el franquismo y el fascismo de Vox han ennegrecido el trabajo de Podemos y Pablo Iglesias tiene que ser el primer paso para a continuación asumir el fracaso organizativo y ponerle solución. La falta de organización más allá de la cúpula. La carencia de cuadros con compromiso, honestidad y ejemplaridad. La falta de presencia en las calles, en los pueblos y en los campos, del mundo rural. El desgaste de la acción de gobierno donde no se está cumpliendo lo prometido, presos del tacticismo neoliberal del PSOE, y los pocos avances, no calan en la sociedad. El fracaso de la confluencia electoral ante la fragmentación interna. Teniendo que entrar al trapo de los bulos y mentiras, sin poder hacer llegar la realidad de la verdad. Incapaces de reconocer que gran parte de la gente sigue “informándose” a través de la televisión y los periódicos (nacionales o locales) de derechas. O que el éxito en las redes sociales de la extrema derecha ha cautivado a los menores de 30 años.

Para entender Castilla y León a través de las elecciones y sus resultados es necesario entender sus factores propios. No hay mucha industria, y la que hay es incapaz de proponer un movimiento obrero, ni una transmisión de sus valores. Hay un éxodo de jóvenes que viene de largo, por lo que tampoco hay dinamismo cultural o social relevante puesto que suelen marchar los más preparados, motivados o capaces.

Sí, es verdad. La gente ha votado a partidos que acaban de votar en contra de la subida del SMI. Han votado a un partido que lleva gobernando la región 35 años consecutivos sin cumplir su programa electoral y llevándonos al atraso y la irrelevancia. Que ha cerrado escuelas y consultorios rurales. Que no ha construido los equipamientos imprescindibles. Hay mujeres que han votado a un partido que niega la igualdad de género. Trabajadores que votan en contra de quienes los defienden (tibiamente) de la opresión neoliberal. Han votado a candidatos corruptos, inmorales y mentirosos. Han votado en favor de las macrogranjas, la explotación de los recursos de todos por parte de capitales extranjeros. Han votado a favor de la caza o los toros. Pero si han votado así, ante todas estos atropellos en su vida diaria y su futuro, y no a quienes les defienden, tendremos que preguntarnos por qué votan lo que votan en Castilla y León.

Hablamos de una región extensísima, con infinidad de núcleos de población por lo general muy dispersos, salvo 11 áreas metropolitanas que además presentan realidades distintas entre si. La población se divide a partes iguales entre las capitales de provincia y los pueblos. En todos estos municipios tiene presencia desde siempre (desde el franquismo) el PP. Esto les arraiga al terreno y a través de la figura del candidato, alcalde, local irradia una representatividad que va hacia arriba. Las redes caciquiles empiezan desde lo más básico y llegan hasta lo más alto. Eso no quiere decir, que no haya descontento con las formas de hacer del PP y su corrupción. De hecho cuando ha habido candidaturas fuertes en el espectro de la derecha, el PP de CyL ha perdido respaldo popular.

Pero la principal virtud del PP en CyL es saber jugar con el discurso identitario esgrimiendo una ofensa perpetúa de Catalunya o la periferia del estado. Lo material entonces pasa a segundo plano y en estos tiempos de crisis total (económica, social y política) los electores tienden a sentirse fortalecidos en la identidad. En ese esquema la izquierda sale perdiendo.

Viendo algunos relatos de estos días parece que olvidamos que el fascismo lleva instalado en las instituciones casi un siglo. No va a ser nuevo en Castilla y León porque ahora haya una fuerza abiertamente de ultraderecha. Ya estaban en Andalucia o en Murcia. Y de hecho, en esta región ha habido personajes ligados al franquismo desde los albores de la transición. Ahora lo que va a suceder, o mejor dicho, va a continuar sucediendo es que se van a seguir normalizando discursos que parecían ya superados. La igualdad entre sexos, entre géneros, el derecho al aborto o la situación de los inmigrantes. Éxitos de la sociedad española y de las corrientes de pensamiento modernas que ahora vuelen a verse amenazadas por los vestigios reaccionarios de un fascismo que nunca se fue.

Mucho trabajo por hacer pero imprescindible para revitalizar una candidatura de izquierdas en Castilla y León, en cada municipio, que forme parte de la coalición que pueda liderar Yolanda Díaz a nivel nacional. Todo por hacer ante el nuevo ciclo electoral abierto el pasado domingo y que culminará en noviembre de 2023.

Qué podemos hacer la gente de izquierdas en Castilla y León ante este panorama. Pues lo primero de todo no caer, aunque es casi imposible, en el desánimo. Convencerse de que somos el lado correcto de la historia. Ejercitar un antifascismo militante. Arremangarse. Trabajar y empezar a contrarrestar las toneladas de desinformación con nuestros propios medios. Incluidos los medios en formato físico. Recordar que la suma PP+Vox es del 48% de los que votaron anteayer. Que hay casi un 33% de personas que se abstienen. Hay por lo tanto, que participar. En sindicatos, partidos y también en asociaciones vecinales. Ir al conflicto. A los barrios de las ciudades. A los pueblos. A los centros de trabajo. A universidades e institutos. A asociaciones y clubes. Escuchar, aprender, elaborar programa, hacer partícipe de él a la sociedad, incluidas aquellas personas, que de antemano no “parezcan” comulgar con ideas de la izquierda. Darlo a conocer.

Castilla y León añade una peculiaridad a esta situación de crisis general y es la de un marco autonómico sobrepasado y que no da respuesta a las inquietudes de las gentes y territorios y que ha provocado, y provoca de facto, la expulsión de miles de jóvenes cada año. Esto lo demuestra la pujanza de movimientos provincialistas y regionalistas que discuten la composición territorial y administrativa y reclaman mejoras e igualdad de derechos y oportunidades entre territorios. No entre clases.

Debemos saber dar respuesta a estas demandas y entroncarlas en posiciones que garanticen igualdad y futuro a las personas independientemente del lugar donde vivan y de la clase social a la que pertenezcan. Tenemos que entender que desgraciadamente el marco de decisión ha cambiado. Ya no son las cuestiones materiales, o al menos en primer término, las razones que orientan el voto y la acción o pasividad de la gente. Vuelve a ser el marco identitario. Es un gran éxito de quienes no quieren que nada cambie. Una pista nos la da el hecho de que desde Octubre de 2017, en todas las elecciones, la izquierda estatal, se ha visto relegada por fuerzas regionalistas de izquierda o por movimientos que reclaman mejoras desde el marco regional-local (ERC, CUP, Bildu, BNG, Compromis o ahora Soria Ya!).

Mi olfato indica que el año que viene volverá a haber elecciones a la Junta en Castilla y León y seguramente fijadas junto a la fecha de las municipales, toda vez que aunque factible la investidura, los primeros presupuestos de la legislatura se presentarán complicados con un PP debilitado que verá pasar a buena parte de su cúpula, incluido el propio Mañueco por los tribunales, y un Vox que podría forzar la situación para seguir aumentando su fuerza como primera opción de la derecha, presentándose como un partido “sin corrupción”.

A partir de que se forme gobierno (a quién quieren engañar sembrando dudas sobre una posible repetición electoral) Castilla y León, León y Castilla, volverán al lado oscuro de la actualidad. Seremos relegados en la vorágine informativa y no se sabrá nada sobre estas tierras y sus gentes. Y nos tocará luchar desde esa penumbra por un futuro para nuestras tierras contra los caciques, corruptos y fachas de siempre, y también contra los que desde fuera nos pretenden dar lecciones, sin haber aprendido las más básicas.

 

En otro orden de cosas. El lunes 14 de febrero se notificaron 601 fallecidos durante el fin de semana por la COVID-19. Es desolador reflexionar cómo hemos aceptado tanto dolor, tanta podredumbre moral, a cambio de que el ritmo vital consumista e individualizado siga hacia adelante.




lunes, 20 de diciembre de 2021

Cuando la supervivencia política pervierte la democracia

Con un tuit y una llamada a su socio de gobierno tras que éste fuera entrevistado en una radio a nivel nacional, Alfonso Fernández Mañueco, Presidente de la Junta de Castilla y León, ha dado por cerrada la legislatura. Disuelve las Cortes y convoca elecciones anticipadas en la región para el próximo 13 de febrero. El ya ex vicepresidente Igea volvía a entrar en antena para calentándose dejarnos unas jugosas declaraciones que deberían ser de obligada atención. Falta saber si a la jornada se suma Andalucía.

Se venia hablando de la inestabilidad de la coalición de gobierno en la Junta de Castilla y León prácticamente desde el primer momento. Cuestiones como la re-ordenación del territorio y las distintas administraciones y servicios, con especial atención a la configuración electoral estaban sobre la mesa y provocaba no pocos roces. La pandemia tampoco ha ayudado con un Mañueco que se había quedado mirando mientras le implosionaba en las narices a la parte de Cs del ejecutivo (la hasta hoy consejera de Sanidad pertenece al partido naranja). Fricciones para sacar presupuestos, tomar medidas y plantear alternativas ante los retos que tiene la región. Sin solucionar nada. Agravando los problemas por inacción, por incompetencia, por corrupción y por ineficacia de las poquísimas iniciativas tomadas.

No está de más recordar que en 2019 Ciudadanos decidió incumplir su promesa de apoyar al candidato más votado, Tudanca del PSOE, cerrando el cambio político y aire fresco que necesita esta región, para seguir manteniendo en el poder al corruptísimo PP. Igea entró por el aro en aquel momento y ha sentido un abrazo del oso que, como parecía evidente, finalmente ha cercionado de raíz el posible crecimiento del partido naranja. Porque sin el aval de ser una alternativa moderada de regeneración (desde un radicalismo ultraliberal en lo económico, no lo olvidemos) dejó de ser un partido que podía pactar a "izquierda" y derecha, confirmándose como una marca patrimonial de la derecha española a la que recurrir en los tiempos oscuros de casos esporádicos, paseos por los juzgados y condenas varias.

Pero ha sido hoy cuando se ha roto el pacto y nos citan a toda la región a votar en pleno invierno. En una tierra acostumbrada a duros inviernos de frío y nieve sobrellevados con estoicismo. Anocheciendo a las 6 de la tarde. En una región con núcleos de población muy dispersos. Con muchísima gente mayor con dificultades e imposibilidades físicas y materiales de movilidad. Con otro porcentaje inmenso de población emigrada a otras regiones o países, que tendrán que ir al voto por correo ante la dificultad que entraña viajar en esas fechas. Con la pandemía que sigue condicionando la vida precisamente por la incapacidad de la alta política de garantizar la salud general y el respeto a las normas de convivencia. La participación puede verse muy comprometida pero eso no ha importado nada.

Tampoco deberíamos sorprendernos. Se junta la habitual caradura, desvergüenza y sentimiento de apropiación de las instituciones que tiene en su ADN el PP con los mismos vicios y escasas virtudes que presenta Mañueco. Un hombre de partido, o mejor dicho, un inútil que no ha hecho nada en la vida que no tenga que ver con la política, perdón con la agencia de colocación que es y ha sido el Partido Popular. Recogiendo la estela atada y sujeta que dejó su padre (fascista y alcalde franquista de la capital salmantina en los 60 y 70) tanto en la política como en el sistema de contrapesos caciquiles.

De todos modos no nos rasguemos tampoco las vestiduras. En Catalunya ya votaron en plena ola pandémica, porque en ese caso a las derechas nacionalistas (bueno en realidad a casi todos) les convenía.

Ha aprovechado la oportunidad para despachar a su socio, pese a que la sexta ola este causando estragos a días de las vacaciones de Navidad, porque aquí se discute todo lo que hace el Gobierno central, mientras por detrás, las autonomías, que son las que tienen las competencias desmontan la sanidad pública, en especial, la atención primaria.

No votaremos en febrero por las urgencias que tiene la región y sus habitantes. Votaremos en febrero fundamentalmente por la superviviencia política de Mañueco que ante unas encuestas favorables quiere aprovechar el momento antes de que los juicios de su padrino en Salamanca puedan complicar la cosa. Entre esas causas está el propio proceso de primarias en el que se aupó como presidenciable, además de no pocas tramas urbanísticas, cohechos y tráficos de influencia. Y aprovechar la reforma del Estatuto que desvinculaba la jornada electoral de la región a las elecciones del resto de autonomías. Por lo que el 14 de febrero de 2022, presumiblemente estrenaremos gobierno enamorado para 4 años.

Pero también votaremos los castellano y leoneses el 13 de febrero porque la supervivencia de Casado está en juego. Con un liderazgo interno más que discutido, dando auténtica vergüenza ajena cada vez que sale ante los medios. Caldeando innecesariamente el ambiente y generando más conflictos en vez de solucionándolos. Y sumando derrota electoral tras derrota electoral (incluidas y especialmente las de Galitzia y las de Madrid) Casado necesita revitalizarse con una victoria fácil que mantenga a Ayuso en torno a Madrid, y esperar que en 2023 los madrileños y madrileñas se den cuenta de la que tienen montada y recuperen algo de dignidad.

Veremos si encuentran el resultado esperado y buscado en un contexto en el que desligan la elección autonómica de la municipal, por lo que no van a poder contar con el efecto que la fortísima implantación en el territorio que tienen, otorga a las candidaturas de rango superior.

La supervivencia política de estos dos sujetos nos hace votar, si, pero mal haríamos si desdecháramos la idea de que la convocatoria no ha tenido un mínimo de planificación. Con menos de dos meses va a ser muy difícil, prácticamente imposible, que las plataformas provinciales de la España Vaciada en Castilla y León, se terminen de formar ordenadamente. Los paracaidistas van a tener que lanzarse y aguantar el dedo sujeto a la anilla hasta mucho más tarde para poder llegar. Los aterrizajes van a ser duros, van a generar controversia y fisuras internas y no faltan en Castilla y León, en cada provincia, periodistas y cabeceras dispuestas a airear todo el hedor de estos trapos sucios.

Sólo la de Soria parece avanzada en estado de suficiente madurez como para hacer una campaña fuerte. El resto de proyectos amparados bajo el paraguas de la imprescindible revuelta de la España Vaciada está en pañales, y los tiempos de crecimiento y afianciación de cuadros y discursos se van a perder en la vorágine de lo que más daño hace: cuadrar candidaturas. El escaso regionalismo que teníamos, vinculado a Unión del Pueblo Leonés ha terminado un proceso interno de renovación en el que parece, están mirando mucho más hacia Zamora y Salamanca (especialmente sus pueblos) que al Bierzo, donde se aventura otra candidatura independiente.

En el PP todo esto lo saben y se han movido rápido para evitar perder muchos votos por el flanco del provincialismo, más si cabe, como para algunos nos parece evidente, que estas candidaturas si bien inmersas en procesos de reclamar futuro, trabajo y servicios sociales para sus territorios y habitantes, presentan discursos en el resto de materias con un tufo reaccionario descorazonador, bajo el manido concepto de la transversatilidad, confirmando que los que están cogiendo los mandos son los típicos aspirantes a vivir de la política (mejor dicho usurpando la función pública y la función representativa) que todos conocemos en nuestras provincias, ciudades y pueblos.

La extrema derecha de Vox aspira a mejorar sus resultados y ser la muleta imprescindible de Mañueco, pero sabiendo que en estas tierras todavía no se ha desligado la apropiación franquista-fascista del PP en las mentes del electorado. La gente vota al PP porque toda la vida lo ha votado como representante vivo de los usos del franquismo. Ambos aspiran a fagocitar los restos de Ciudadanos en su probable último baile electoral.

Y la izquierda castellano-leonesa qué. Pues bastante hacemos con estar. Hay una falta de movilización alarmante y no pinta nada bien la cosa. Por lo visto, sin candidatura firme, se trabaja en la conveniencia de una candidatura unitaria y en cómo hacerlo. Desde luego la premura de tiempo no ayuda y me parece, y espero equivocarme, que conseguir en una candidatura de Unidas Podemos, grupo propio se presenta como algo quimérico. Absolutamente imposible en caso de presentarse por separado.

La ilusión es que el PSOE revalide sus resultados de 2019 bajo el sólido liderazgo interno de Tudanca y Óscar Puente. Y que la suma PP+Vox no les de la mayoría absoluta. No hay más.

Hace 9 meses la trituradora de la política española vivía unas jornadas plenas de nerviosismo que amenazaron la ruptura del pacto hoy desvencijado. Seguimos inmerso en un cambio de ciclo histórico. En nuestro país donde las grietas del edificio del 78 siguen ampliándose laminando la tibia democracia que nos legaron. En el mundo globalizado con una crisis sistémica del capitalismo a varios niveles, causando un dolor tremendo, y donde no encontramos la confirmación de una activación revolucionaria de emancipación, y sólo la reacción de un ultraliberalismo que ha soltado la correa del perro fascista con el siempre útil hueso de la libertad.

Hay que estar atento.

viernes, 23 de abril de 2021

Por una Castilla y León con futuro y dignidad. Manifiesto Villalar 2021




Hoy 23 de abril de 2021 se cumplen 500 años del acto final de la Revolución comunera. Hoy 23 de abril fiesta de la Comunidad de Castilla y León. Hoy 23 de abril es un día para seguir exigiendo justicia y futuro; reclamando dignidad y sostenibilidad para las gentes y los territorios de esta región, la mayor de Europa, que es víctima de caciquismos y nepotismos. De corrupciones y chanchullos. Llena de despropósitos y atentados al medio ambiente y al patrimonio material e inmaterial.

Tierra que expulsa a sus jóvenes y que sangra por las costuras que dejan los oxidados arados. Letanías que se consumen sin que a nadie, realmente a muy pocos, le produzca ni asco, ni asombro, ni siquiera la más mínima compasión. Piedras centenarias apiladas ya sin argamasa. El musgo crece entre ellas haciéndonos olvidar que en el pasado fueron hogares, corrales, silos, murallas y castillos. Mares de campos muertos porque no son regados con sudor e ilusión. Vidas e Historia que mueren en el olvido al tiempo que la geografía se convierte en desierto.

León y Castilla claman dignidad y futuro. Poder desengancharse de unas cadenas que ya han gangrenado los miembros; que han anquilosado toda iniciativa desde abajo, ya sea social, económica o cultural. Queremos vivir, crecer y desarrollarnos. No tener que salir para comer y tirar mal que bien. Queremos quedarnos y progresar, ayudar a esta tierra a que llegue a ser lo que puede ser, no la imagen de patio de disfrute de unos pocos caciques y unos cuantos oligarcas. No queremos exiliarnos por razones económicas y los exiliados queremos volver y participar, levantar la tierra y a las gentes para con trabajo e ilusión recuperar nuestra vida en nuestra territorio. 

 

Hoy y ayer, pero también mañana, por una Castilla y León con futuro y dignidad.

A continuación el Manifiesto Villalar 2021:





Villalar 2021: Respeto a nuestro pasado, esperanza para el futuro



Nos encontramos de lleno en el V Centenario de los episodios conocidos como la Revolución de las Comunidades de Castilla: proceso político, económico y social de hondo calado protagonizado en esta tierra entre 1520 y 1522, e interrumpido por la derrota y represión ejercida por el bando realista, afín al proyecto imperial de Carlos V. Las novedosas aportaciones ideológicas de las Comunidades han sido muy debatidas entre los historiadores, llegándose al consenso de que supusieron un paso de gigante en cuanto a la concepción de las formas de buen gobierno, la salvaguarda de los derechos políticos, jurídicos y civiles, así como en la articulación de la soberanía popular frente al absolutismo de la Corona. Estos avances se recogieron en la Ley Perpetua de Ávila, proyecto de la primera constitución moderna del mundo que fue promulgado en Tordesillas en septiembre de 1520. Aquella derrota militar del movimiento comunero condujo finalmente a la supeditación de Castilla a las empresas imperiales y coloniales de los Habsburgo.



Pero la Revolución comunera no solo tuvo una enorme trascendencia en la Castilla de comienzos del siglo XVI, sino que en adelante fue un referente en el que buscaron inspiración las reivindicaciones y luchas por la justicia social aquí y en otros lugares: la oposición a las políticas de Felipe II y de otros reyes de la casa de Austria, los movimientos libertadores de América Latina en los siglos XVIII y XIX, el rechazo liberal al despotismo de Fernando VII, la construcción de un modelo político democrático y federal durante las dos Repúblicas o la lucha por las libertades frente al golpe militar de 1936, se apoyaron significativamente en el recuerdo a la causa comunera. Por eso, a partir de 1976 y tras una larga dictadura, los castellanos y castellanas volvieron de forma natural a Villalar, símbolo de dignidad, de igualdad, de libertad y de soberanía mantenido en la memoria colectiva. Su recuerdo se ha sostenido en el tiempo gracias a la profunda carga sentimental y racional tejida, enriquecida y cuidada por muchas generaciones. Desde entonces, la conmemoración en el municipio de Villalar de tales hechos históricos y la transmisión de su legado se ha conseguido con el esfuerzo y participación de individualidades, colectivos y organizaciones diversas, unidas por una interpretación del pasado común en lo esencial y por una aspiración de progreso para nuestro pueblo.



500 años después de la Revolución comunera Castilla es un territorio de grandes contrastes, caracterizado en la actualidad por una concentración demográfica y de recursos en Madrid, en paralelo al envejecimiento, la despoblación, la desestructuración y la marginación política y económica que padecen las demás provincias. Nuestros servicios públicos, nuestra sanidad, nuestra agricultura y ganadería, nuestra industria e infraestructuras languidecen, expulsando a muchos jóvenes y condenando a nuestras comarcas al expolio o al silencio del olvido. Ante este panorama, nos inspira la gesta de Padilla y Pacheco, Maldonado y Bravo, Zapata y Acuña; la gesta de miles de comuneros y comuneras que a lo largo de cinco siglos lo arriesgaron todo por conquistar espacios de justicia social.



Con este breve manifiesto lanzamos un grito de amor propio, comprometiéndonos desde todos los ámbitos y sectores (ciencia, cultura, arte, comunicación, instituciones, sociedad civil…) a trabajar por un futuro digno para Castilla y sus gentes. Las castellanas y castellanos no queremos ser más, pero tampoco menos que nadie. Somos un pueblo trabajador, honesto, leal, testarudo y solidario; también un pueblo humilde, pero orgulloso. Urge revitalizar el pulso y ocupar el lugar que nos corresponde. Pongamos toda nuestra inteligencia colectiva en esa tarea.



Comunes el Sol y el viento,

común ha de ser la tierra,

que vuelva común al pueblo

lo que del pueblo saliera”



Luis López Álvarez, Los Comuneros

martes, 5 de junio de 2007

27-M: Fracaso Socialista. Victoria Pepera y encima "vuelve" ETA

Lleva una semanita el PSOE como para desaparecer. Las elecciones del 27-M de carácter municipal y autonómico han resultado un fracaso. Aunque ha conseguido optar al gobierno autonómico (a base de pactos) de Canarias y la polémica Navarra, y de algunas ciudades (capitales catalanas, León,...) y mantener los feudos autonómicos de Extremadura y Castilla La-Mancha, han visto reducir sus escaños en el resto de parlamentos autonómicos y han dejado una amplia lista de capitales de provincia para el PP. Estos han sido los vencedores, mal que nos pese, consiguiendo en torno a 200.000 votos más que el PSOE. ¿A qué se debe esto?. Bueno, pues a parte de una serie de razones de índole política y que quizás solo atañen a unos 4 millones de votos, el resultado de estas elecciones lo ha marcado la abstención. La abstención siempre beneficia a la derecha, y más en un país, que aunque se declara de izquierdas, a la hora de votar muchos de estos "izquierdistas" deciden no ejercer su derecho. Me da auténtico asco oír al portavoz de un partido político decir que ha sido una gran jornada democrática cuando resulta que la abstención ha llegado a casi el 40% de la población. Claro el hijo puta que dice esto es el vokazas del PP a quien esos datos benefician sobremanera. Mientras que el PP consigue de manera marcial que todos sus votantes acudan a los colegios electorales, el PSOE no ha logrado en los últimos años, y ahora estando en el gobierno central tampoco, generar la ilusión para mover a su masa electoral. De los casi 13 millones de abstenciones, se podría afirmar con total rotundidad que entre 9 y 10 millones son votantes del PSOE o por lo menos con visiones izquierdistas y progresistas. Y es que los votantes del PP han pasado de desfilar en la plaza oriente ejerciendo el saludo romano a visitar el colegio electoral cuando les llaman a filas y depositar su voto a la derecha recalcitrante. Que asco de democracia. Y digo bien, por que otro tema es el sistema electoral. Si ya la retribución de escaños, tanto al parlamento nacional como a los autonómicos premia a provincias pequeñas (normalmente de derechas) que tienen un número fijo de escaños y luego 1 a mayores por cada millón de habitantes (esto deja paradojas como que Salamanca con poco mas de 300.000 habitantes tenga 4 diputados, y Alicante con 1.200.000 tenga 5), lo que beneficia al PP y perjudica sobre todo a IU. Pero además existe la ley d´hont, que consiste en dividir el número de votos, por el de partidos de manera sucesiva. Al más votado se le dividirá entre 2, al siguiente entre 3, y así hasta terminar. Estos datos han hecho que en las últimas elecciones la victoria sea del asqueroso PP, y les haga reafirmar su estrategia de boicot a políticas explícitas y propiedad del ejecutivo estatal en su afán de meter al bufón de Rajoy en la Moncloa.

Pero lo más curioso es el tema de la corrupción inmobiliaria. Resulta que la gran mayoría de cargos políticos acusados (y en espera de juicio) por corrupción, especulación, afán de lucro con la vivienda, denigracción del medio ambiente y tráfico de influencias han salido re-elegidos. ¿Qué es lo que ha pasado? Pues muy claro. La estrategia del PP ha funcionado. Estas elecciones han sido un voto de castigo contra el PSOE por su voluntad en la búsqueda de la paz en el conflicto vasco. Al PP (partido político al que pertenecen la mayoría de imputados por casos de corrupción) sabía que no le interesaba un debate sobre ese tema y si sobre otros más sensibles. Se ha hablado más de de Juana Chaos o de la posibilidad de presentarse en Euskadi por parte de la izquierda abertzale que del ladrillazo y el cemento que cubre la costa mediterránea. En esas áreas y otras como Ciempozuelos o algunos concejos de Galicia, se ha votado a favor del progreso económico (relativo, porque los que sin que van a progresar son los constructores y los alcaldes y concejales corruptos) a cambio de destrozar el medio, el desarrollo sostenible y la belleza de las costas y montes españoles, pasando por el forro, los dictamines del Parlamento Europeo (paradójicamente dominado en la actualidad por el PP europeo) o incluso de los tribunales.

A nivel Castellano Leonés ha sucedido lo que estaba previsto. En tierra habitada por ancianos ha vencido la derecha, frente a una buena labor de Ángel Villalba, secretario autonómico del PSOE, pero que ha sido incapaz de derrotar a la conjura de mentiras y promesas de subidas de pensiones del PP. En Salamanca capital por desgracia ha vencido el nefasto Lanzarote. Fernando Pablos no lo ha hecho mal. Ha planteado cosas interesantes y denunciado todos los excesos del cacique, pero su campaña estaba viciada desde que salieron los famosos "papeles de Salamanca". La gente de la capital del Tormes va a dejar que Lanzarote, Muñeco y el PP sigan denigrando a la población joven con la vivienda y sin ofrecer empleo estable, por lo que hemos de salir de ella, incordiando a la Universidad (única fuente de riqueza), acaparando poderes económicos, y utilizandolos en su beneficio, solo por su defensa "a ultranza" de la maquinaria de represión franquista, que eso es lo que es el Archivo General de la Guerra Civil, sin atender que en él fueron recopilados por los documentalistas de Hitler archivos y documentos oficiales de personas independientes y de instituciones que son sus legítimos dueños. No tiene nada que ver el hecho de beneficiar a otras autonomías en detrimento de otras, eso son idioteces. Qué le vamos ha hacer. En este poblacho en el que vivo (Santa Marta de Tormes) también ha vencido el PP, porque han sido los únicos que han renovado un poco el cartel de propaganda electoral, mientras que el resto de partidos han mantenido a los mismos vividores. Yo antes que votar a mi habitual IU decide hacerlo en blanco, porque paso de darle mi apoyo a un grupo en el que va de número 2 una señora que ha cambiado más veces de partido que de bragas, que tiene colocada a toda su familia en el funcionarado del municipio, y que se ha jactado públicamente de gobernar Santa Marta en la sombra. Joder haber si cambiamos ya lo de Izquierda Hundida y empezamos ha hacer las cosas bien, hostias.

Volviendo a la repercusión general, a parte de batacazos en ayuntamientos (Sevilla, Huelva, Badajoz, Cáceres, Ciudad Real, Valencia,...) el PSOE se ha dado cuenta de que tiene un problema serio y de base en Madrid y que con mucha probabilidad le va a costar su derrota en las nacionales del año que viene. Desde el episodio de transfugismo (avalado y cimentado por el PP) de Tamayo y Sáez la confianza del electorado madrileño en el PSOE regional ha caído. Ni para la Comunidad ni tampoco en el Ayuntamiento de la capital han podido tan siquiera discutir la mayoría absoluta popular. Con divergencias internas muy poderosas en las que ni el mismo Zapatero es capaz de poner calma, no se ha dado un apoyo firme a los candidatos del partido y eso ha sido parte de la derrota. Ahora solo les queda purgar sus heridas y hacerlo con limpieza y transparencia total a través de un congreso para poder volver a reconquistar un electorado que le hes esquivo desde hace ya varios lustros, pero que es fundamental en las bases electorales socialistas.

http://www.locales2007.mir.es/muni/FTOP.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Sistema_D'Hondt

Y para hacerle más agría la semana a Zapatero, anoche la banda terrorista ETA anunciaba su vuelta a las armas. He apoyado, apoyo y apoyaré la política anti-terrorista de Zapatero. Él no ha hecho renuncias ante los violentos, pese a todo lo que digan los vociferantes Zaplana y Acebes (ojala os vea muertos, y las primeras bombas terroristas estén debajo de vuestros cochazos, hijos de puta), y mantenido la presión policial y judicial sobre ETA. Aunque no le guste al PP, no son ellos, y si el Gobierno quien marca esa política y todas. Os imagináis que en Gran Bretaña hubiera marcado la agenda anti-terrorista un grupo en la oposición frente al terrorismo del IRA ¿¿?? es de locos. Ellos han roto el famoso pacto, y no quieren volver a él, porque ya han visto que les da rédito electoral. La violencia y su existencia son de donde nacen la derecha y su afán de coartar todas las libertad en aras, dicen ellos, de nuestra seguridad. Zapatero a la vez ha tratado de buscar la salida democrática y pacífica al conflicto buscando el diálogo con los interlocutores "oficiales" Batasuna, que han quedado una vez más desacreditados por las acciones del frente militar de la izquierda abertzale. Otegui como tal, es un cadáver político. Debería desaparecer ya de la escena pública y seguro que acabará con sus huesos en la cárcel. ETA ha utilizado la tregua para reorganizarse y rearmarse. No vencerán. La violencia nunca puede vencer a la libertad y la democracia. La izquierda abertzale y su idea de la autodeterminación tienen una gran base electoral y política, legalizada o no, muchas gente de Euskadi la buscan.Ya va siendo hora de que estos salvajes dejen las armas y se sumen a un proceso democrático y pacífico, sin presiones para nadie y sin riesgos. El franquismo murió hace 30 años y con él la necesidad de la lucha armada. Que traten de hacerse oír y conseguir sus propósitos por vías democráticas y aceptando la derrota al igual que aceptarían una victoria. Yo no se cuál sería el resultado de tal ansiado referéndum, pero si sé que no se puede ilegalizar a la población, e ilegizando Batasuna se ilegaliza a una parte de la sociedad vasca.

En fin, no tenemos miedo ni a ETA ni al PP. Pero debemos mantenernos fuertes para que sus amenazas no tuerzan nuestros caminos, que son firmes y progresistas. Los nacionalismos, centrales o periféricos me dan asco, y los políticos de derechas, más aún porque sólo buscan enriquecerse utilizando el sistema. Centrémonos y luchemos por gobiernos progresistas que nos hagan mejorar en nuestras calidades de vida.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...