miércoles, 16 de febrero de 2022

Lecciones que no se aprenden

 


No ha pasado nada sorprendente en las elecciones a la Junta de Castilla y León del pasado domingo, 13 de febrero. El PP recupera su posición de fuerza más votada tras lo sucedido en 2019, pero lejos de la mayoría absoluta. Esa pasa por Vox. La ultraderecha afianza su posición nacional siendo la gran vencedora de los comicios lo que supone una derrota para todos los demás. Se vale del descontento general (por la crisis, por la pandemia) y por la incapacidad de la izquierda, en especial Podemos de hacer políticas que satisfagan ese descontento. El PSOE mantiene sus números mal que bien mostrando una debilidad al alza fruto en buena medida del desgaste del gobierno central. La izquierda, Unidas Podemos, tiene unos resultados lamentables, en otro tope mínimo para la coalición que ya se muestra como una herramienta totalmente inoperante y condenada a la extinción. Soria Ya y UPL avanzan hasta conseguir grandes resultados, en especial en el caso de la plataforma soriana que gana las elecciones en la provincia y demuestra que con trabajo y honestidad se puede luchar contra el bipartidismo y la reacción que trata que nada cambie.

La participación bajó, mostrando claramente la desafección política de buena parte de la sociedad al que se le suma el hartazgo por una cuestión política en este país, absolutamente sobrepasada, con marcos de decisión, representatividad y mediáticos absolutamente inservibles para la sociedad actual y que o bien muestran su ineptitud o reaccionan para tratar de salvar sus privilegios.

Con casi 60.000 votos menos emitidos, el PP gana numéricamente unas elecciones manteniendo su porcentaje de voto pero sin conseguir sus objetivos. Mañueco va a carecer de fuerza para tener una legislatura fuerte. Cambia a un socio inestable como Ciudadanos (que se ha comido la gestión de la pandemia en la región) por uno mucho más peligroso como Vox. El trasvase de votos en estos dos partidos ha sido totalmente limpio. Y el botarate de Pablo Casado no consigue la victoria fácil que reforzará su mandato interno en el PP por lo que le vienen semanas difíciles. La estrategia de la dirección nacional del PP ha salido totalmente derrotada, toda vez que no fagocitan a Cs, cuyo electorado pasa directamente a Vox, y estos desde posiciones de ultraderecha se refuerzan para atar a esa linde ideológica al PP.

Quizás su único objetivo conseguido haya sido desmontar las plataformas de la España Vaciada en la región, donde casi todas ellas se han visto seriamente diezmadas por la llegada de paracaidistas y advenedizos de todo pelaje. Todas menos una, la de Soria Ya, que ha convertido en partido político y candidatura lo que ha sido un movimiento ciudadano de más de 20 años de lucha y existencia. Su posición es ventajosa pero deben de cuidarse del precio que pactan por unas mejoras materiales y tangibles para la provincia.

Otro punto fuerte del regionalismo en estas tierras, UPL (Unión del Pueblo Leonés) ha conseguido igualar sus mejores resultados con 3 procuradores en la provincia leonesa. Sin conseguir acercarse en las otras dos provincias, Zamora y Salamanca, parecen determinados a formar oposición y a continuar trabajando en la consulta que reordene la región y culmine las aspiraciones de la formación. Para ello encontrar mayor seguimiento en las otras dos provincias de la histórica región leonesa se antoja clave.

Y la izquierda qué. Pues lo que ya se barruntaba. Un fiasco absoluto, otro más, de Unidas Podemos que recoge el testigo de Ciudadanos y UpyD hacia la irrelevancia y la desaparición. Desde luego no es esta una región fácil para los que somos de izquierdas y a veces da la sensación de que nosotros mismos hemos abandonado la lucha, por la dureza del trabajo a realizar y lo escuálidos de los resultados a obtener en primera instancia. La autocrítica, como siempre, es fundamental.

Reconocer que los medios de comunicación que han blanqueado el franquismo y el fascismo de Vox han ennegrecido el trabajo de Podemos y Pablo Iglesias tiene que ser el primer paso para a continuación asumir el fracaso organizativo y ponerle solución. La falta de organización más allá de la cúpula. La carencia de cuadros con compromiso, honestidad y ejemplaridad. La falta de presencia en las calles, en los pueblos y en los campos, del mundo rural. El desgaste de la acción de gobierno donde no se está cumpliendo lo prometido, presos del tacticismo neoliberal del PSOE, y los pocos avances, no calan en la sociedad. El fracaso de la confluencia electoral ante la fragmentación interna. Teniendo que entrar al trapo de los bulos y mentiras, sin poder hacer llegar la realidad de la verdad. Incapaces de reconocer que gran parte de la gente sigue “informándose” a través de la televisión y los periódicos (nacionales o locales) de derechas. O que el éxito en las redes sociales de la extrema derecha ha cautivado a los menores de 30 años.

Para entender Castilla y León a través de las elecciones y sus resultados es necesario entender sus factores propios. No hay mucha industria, y la que hay es incapaz de proponer un movimiento obrero, ni una transmisión de sus valores. Hay un éxodo de jóvenes que viene de largo, por lo que tampoco hay dinamismo cultural o social relevante puesto que suelen marchar los más preparados, motivados o capaces.

Sí, es verdad. La gente ha votado a partidos que acaban de votar en contra de la subida del SMI. Han votado a un partido que lleva gobernando la región 35 años consecutivos sin cumplir su programa electoral y llevándonos al atraso y la irrelevancia. Que ha cerrado escuelas y consultorios rurales. Que no ha construido los equipamientos imprescindibles. Hay mujeres que han votado a un partido que niega la igualdad de género. Trabajadores que votan en contra de quienes los defienden (tibiamente) de la opresión neoliberal. Han votado a candidatos corruptos, inmorales y mentirosos. Han votado en favor de las macrogranjas, la explotación de los recursos de todos por parte de capitales extranjeros. Han votado a favor de la caza o los toros. Pero si han votado así, ante todas estos atropellos en su vida diaria y su futuro, y no a quienes les defienden, tendremos que preguntarnos por qué votan lo que votan en Castilla y León.

Hablamos de una región extensísima, con infinidad de núcleos de población por lo general muy dispersos, salvo 11 áreas metropolitanas que además presentan realidades distintas entre si. La población se divide a partes iguales entre las capitales de provincia y los pueblos. En todos estos municipios tiene presencia desde siempre (desde el franquismo) el PP. Esto les arraiga al terreno y a través de la figura del candidato, alcalde, local irradia una representatividad que va hacia arriba. Las redes caciquiles empiezan desde lo más básico y llegan hasta lo más alto. Eso no quiere decir, que no haya descontento con las formas de hacer del PP y su corrupción. De hecho cuando ha habido candidaturas fuertes en el espectro de la derecha, el PP de CyL ha perdido respaldo popular.

Pero la principal virtud del PP en CyL es saber jugar con el discurso identitario esgrimiendo una ofensa perpetúa de Catalunya o la periferia del estado. Lo material entonces pasa a segundo plano y en estos tiempos de crisis total (económica, social y política) los electores tienden a sentirse fortalecidos en la identidad. En ese esquema la izquierda sale perdiendo.

Viendo algunos relatos de estos días parece que olvidamos que el fascismo lleva instalado en las instituciones casi un siglo. No va a ser nuevo en Castilla y León porque ahora haya una fuerza abiertamente de ultraderecha. Ya estaban en Andalucia o en Murcia. Y de hecho, en esta región ha habido personajes ligados al franquismo desde los albores de la transición. Ahora lo que va a suceder, o mejor dicho, va a continuar sucediendo es que se van a seguir normalizando discursos que parecían ya superados. La igualdad entre sexos, entre géneros, el derecho al aborto o la situación de los inmigrantes. Éxitos de la sociedad española y de las corrientes de pensamiento modernas que ahora vuelen a verse amenazadas por los vestigios reaccionarios de un fascismo que nunca se fue.

Mucho trabajo por hacer pero imprescindible para revitalizar una candidatura de izquierdas en Castilla y León, en cada municipio, que forme parte de la coalición que pueda liderar Yolanda Díaz a nivel nacional. Todo por hacer ante el nuevo ciclo electoral abierto el pasado domingo y que culminará en noviembre de 2023.

Qué podemos hacer la gente de izquierdas en Castilla y León ante este panorama. Pues lo primero de todo no caer, aunque es casi imposible, en el desánimo. Convencerse de que somos el lado correcto de la historia. Ejercitar un antifascismo militante. Arremangarse. Trabajar y empezar a contrarrestar las toneladas de desinformación con nuestros propios medios. Incluidos los medios en formato físico. Recordar que la suma PP+Vox es del 48% de los que votaron anteayer. Que hay casi un 33% de personas que se abstienen. Hay por lo tanto, que participar. En sindicatos, partidos y también en asociaciones vecinales. Ir al conflicto. A los barrios de las ciudades. A los pueblos. A los centros de trabajo. A universidades e institutos. A asociaciones y clubes. Escuchar, aprender, elaborar programa, hacer partícipe de él a la sociedad, incluidas aquellas personas, que de antemano no “parezcan” comulgar con ideas de la izquierda. Darlo a conocer.

Castilla y León añade una peculiaridad a esta situación de crisis general y es la de un marco autonómico sobrepasado y que no da respuesta a las inquietudes de las gentes y territorios y que ha provocado, y provoca de facto, la expulsión de miles de jóvenes cada año. Esto lo demuestra la pujanza de movimientos provincialistas y regionalistas que discuten la composición territorial y administrativa y reclaman mejoras e igualdad de derechos y oportunidades entre territorios. No entre clases.

Debemos saber dar respuesta a estas demandas y entroncarlas en posiciones que garanticen igualdad y futuro a las personas independientemente del lugar donde vivan y de la clase social a la que pertenezcan. Tenemos que entender que desgraciadamente el marco de decisión ha cambiado. Ya no son las cuestiones materiales, o al menos en primer término, las razones que orientan el voto y la acción o pasividad de la gente. Vuelve a ser el marco identitario. Es un gran éxito de quienes no quieren que nada cambie. Una pista nos la da el hecho de que desde Octubre de 2017, en todas las elecciones, la izquierda estatal, se ha visto relegada por fuerzas regionalistas de izquierda o por movimientos que reclaman mejoras desde el marco regional-local (ERC, CUP, Bildu, BNG, Compromis o ahora Soria Ya!).

Mi olfato indica que el año que viene volverá a haber elecciones a la Junta en Castilla y León y seguramente fijadas junto a la fecha de las municipales, toda vez que aunque factible la investidura, los primeros presupuestos de la legislatura se presentarán complicados con un PP debilitado que verá pasar a buena parte de su cúpula, incluido el propio Mañueco por los tribunales, y un Vox que podría forzar la situación para seguir aumentando su fuerza como primera opción de la derecha, presentándose como un partido “sin corrupción”.

A partir de que se forme gobierno (a quién quieren engañar sembrando dudas sobre una posible repetición electoral) Castilla y León, León y Castilla, volverán al lado oscuro de la actualidad. Seremos relegados en la vorágine informativa y no se sabrá nada sobre estas tierras y sus gentes. Y nos tocará luchar desde esa penumbra por un futuro para nuestras tierras contra los caciques, corruptos y fachas de siempre, y también contra los que desde fuera nos pretenden dar lecciones, sin haber aprendido las más básicas.

 

En otro orden de cosas. El lunes 14 de febrero se notificaron 601 fallecidos durante el fin de semana por la COVID-19. Es desolador reflexionar cómo hemos aceptado tanto dolor, tanta podredumbre moral, a cambio de que el ritmo vital consumista e individualizado siga hacia adelante.




martes, 8 de febrero de 2022

Antifascismo: Una obligación moral


Ya había dejado por aquí el famoso poema del pastor luterano Niemöller, grabado en el Museo Memorial del Holocausto en Estados Unidos. Las estrofas, de sobra conocidas, pese a las múltiples versiones, autorías y reutilizados son los siguientes:


Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas:


Original
Traducción
Als die Nazis die Kommunisten holten,
habe ich geschwiegen;
ich war ja kein Kommunist.

Als sie die Sozialdemokraten einsperrten,
habe ich geschwiegen;
ich war ja kein Sozialdemokrat.

Als sie die Gewerkschafter holten,
habe ich nicht protestiert;
ich war ja kein Gewerkschafter.

Als sie die Juden holten,
habe ich nicht protestiert;
ich war ja kein Jude.

Als sie mich holten,
gab es keinen mehr, der protestieren konnte.
Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.

Es sin duda una denuncia áspera y demoledora contra la indiferencia, la apatía y la neutralidad ante las injusticias y las violaciones de derechos, libertades y dignidad. Lo así expresado por Niemöller complementa otra verdad irrefutable expresada en el auge de la barbarie y el horror del nazismo. La de Edmund Burke: "Lo único necesario para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada".


Se trata de no quedarse sentado, mirando el móvil, o peor aún, hacia otro lado ante las injusticias y el sufrimiento infligido a los demás, que además, y por lo general, son iguales que nosotros.

El fascismo no es una imagen en blanco y negro del pasado. Un documental repetido en un canal prescindible de la televisión. O una tendencia natural del pasado que vuelve sin querer, motivada por la inercia cíclica de la historia. No. Es un objetivo y un interés explotado por las élites en su afán egoísta lanzando a la competencia feroz a las clases trabajadoras en un escenario global. Es un animal salvaje que afila los más bajos instintos depredadores de la ignorancia y el odio capaces de causar un dolor tremendo. Es una corriente que no desapareció con el final de la Segunda Guerra Mundial (languideciendo en las dictaduras fascistas del Sur de Europa o de Sudamérica en la segunda mitad de siglo) sino que latente permanecía oculto y minoritario. Y cuando ha sido necesario y de nuevo útil para acallar y amedrentar la respuesta social a los desvarios de una economía rapaz se ha puesto en marcha con todos los recursos, económicos y mediáticos necesarios, para cumplir su función. Incluso llegando a blanquearse las posiciones ultras, estrategia de la que forma parte indudable los procesos de re escritura de la Historia por juntaletras retrógrados lamentables.

Teorías y personajes miserables como Trump, Bolsonaro, Farage, Boris Johnson, Salvini (con la tétrica mano de Berlusconi por detrás), Órban, en Polonia o los reaccionarios de Bolivia, Perú o Venezuela. Y en España el auge del partido artificial Vox o el deshacer político de la manirota de Ayuso, todos ellos con lazos más que íntimos con el PP de Aznar (es decir con el Franquismo).

Todos ellos se dedican con afán y medios a desmembrar la democracia, a cuestionar su idoneidad. A romperla desde dentro haciéndola saltar en mil pedazos, ganando poder, imponiendo miedo, rencor y violencias. Creando espacios de falsos debates tanto en las calles, las instituciones, como muy especialmente en las redes. Un fascismo moderno y actualizado al mundo actual, globalizado, interconectado e individualizado hasta la nausea. Capaz de aprovechar la desposesión material de las clases trabajadoras para volver a expandir sus nacionalismos proteccionistas trasnochados, herederos del irracionalismo de Nietzsche.

Por todo el antifascismo es imprescindible. Un antifascismo, convencido, convincente y militante, es el primer requisito de quien se dice demócrata. Todas y todos debemos convertirnos y proclamar orgullosos que somos Antifascistas.

Un antifascismo activo. Vigilante, informado, infiltrado y opuesto abiertamente en las calles, las instituciones y las redes. Somos más y mejores y por lo tanto no hay problema en recuperar el espacio y expulsar a los fascistas para garantizar los avances y las verdades que estaban aceptadas y ahora vuelven a discutirse.

Pero debemos ir más allá empezando por exigir tanto a los partidos como a los medios (es decir, a las empresas) a posicionarse. Si están con la democracia deben erradicar y perseguir todo contenido fasicsta. Denunciarlo es un deber moral y el primer paso de convencimiento personal.

La democracia, la dignidad, la igualdad, la libertad y la paz no pueden defenderse solas sin la implicación y el convencimiento de las personas, buenas e inteligentes, que creen en el progreso y el bien común. Las agresiones, la violencia y la guerra declarada por parte del extremo liberalismo (neoliberalismo, ultraliberalismo), el fascismo, los populismos ultraconservadores, el racismo, la xenofobía, el machismo, la intolerancia religiosa, social o racial.

Para derrotar al fascismo necesitamos activación social y militancia. Reconocer la gravedad del avance fascista y oponer resistencia convenciendo y ejercitando intransigencia con el intransigente.

El ideal es recuperar el espíritu de los frentes populares de los años 30 y 40 que lucharon y resistieron ante el fascismo gracias al convencimiento de la trascendencia de su ideología por el bien común de la Humanidad.

Me declaro antifascista. Y antifascista militante.

 


 

sábado, 29 de enero de 2022

A Debate: Las Migraciones. Conclusiones finales


 

La Historia de la Humanidad está marcada por los movimientos migratorios. Nuestros ancestros se trasladaron buscando su supervivencia y mejorar sus condiciones de vida en un largo viaje que les llevó a ocupar el planeta prácticamente en su totalidad (Duby, 2007, p.14).

Durante la práctica totalidad de la Edad Moderna, Europa ha sido un continente exportador de mano de obra. Colonos europeos han conquistado y se han asentado en todos los continentes. Sin embargo, desde mediados del siglo XX el sentido de estos movimientos ha cambiado.

Tanto es así que en la actualidad, el Mediterráneo se ha constituido como una frontera física y simbólica que separa el Norte y el Sur y a la que aspiran traspasar los habitantes del Tercer Mundo. Este hecho está generando una serie de conflictos y dificultades para estas personas, pero también para los territorios que abandonan y en los países y sociedades que los acogen.

Partiendo de situaciones dramáticas, con terribles condiciones para la supervivencia, los habitantes del Sur se ven obligadas a migrar (Maillat 1989: p. 70).

Llegados a sus países de destino, ya sean migrantes económicos que buscan una mejora de sus condiciones de vida, o refugiados que han huido de la guerra o de persecuciones políticas, étnicas, ideológicas, etc., se encuentran ante una sociedad que les es hostil.

Antes es probable que hayan sufrido el tráfico de seres humanos organizado por las mafias criminales que se aprovechan de su situación de vulnerabilidad; una ruta donde han visto la muerte de cerca; y quedado estacionados en campos a las puertas de Europa como estamos viendo tras la Crisis de los refugiados de 2015. Después si consiguen llegar a su destino sufren la discriminación a la hora de encontrar un puesto de trabajo o una vivienda.

Esto supone una paradoja puesto que la llegada de la población migrante resulta clave para la economía y la demografía europeas (Maillat 1989: p. 151). Por un lado los inmigrantes ocupan puestos de trabajo fundamentales en los sistemas productivos europeos y que los locales ya no están dispuestos a aceptar. En cuanto a las repercusiones a nivel poblacional, los migrantes colaboran en ralentizar el proceso de envejecimiento que presentan las sociedades europeas, favoreciendo su trabajo la financiación de los servicios sociales y las pensiones, claves en los sistemas de bienestar de la Unión Europea.

Sin embargo, y como venimos diciendo, los migrantes tienen serias dificultades para realizar una correcta integración en las sociedades de acogida. Estas dificultades no mejoran, por lo general, con el establecimiento o reagrupamiento de las familias, y las segundas o terceras generaciones se instalan en la precariedad y sus barrios se convierten en guetos y polos de marginalidad.

Estas tremendas dificultades, unidas a los conflictos generados entre poblaciones migrantes y autóctonas y a episodios dramáticos como la expansión terrorista de carácter islamista, están siendo aprovechadas por grupúsculos de extrema derecha para lanzar soflamas racistas y xenófobas que marcan a los migrantes (Moldes-Anaya, Jiménez Aguilar, Jiménez Bautista 2018: p. 98). Con claras intenciones políticas y electorales se pone a una diana a todo lo que no cumple con el retrato típico de un europeo. Así se justifica la sistematización de la discriminación al distinto, que pasa a ser una rutina contra la que no se puede luchar y también se disculpan los episodios de violencia hacia los migrantes que aumentan tanto en cantidad como en agresividad.

Las redes sociales e Internet están siendo el altavoz perfecto para que estos mensajes de odio calen en la población. Y ni los medios de comunicación, ni las propias instituciones parecen querer luchar contra su proliferación (Bustos 2019: p. 33). En algunos casos, se ha llegado a ver un blanqueamiento de posiciones ultras, que hace no tantos años no tenían cabida en las sociedades europeas.

Pero coincidimos en reconocer que estos mensajes no son nuevos, sino que la novedad radica en la difusión que están teniendo. Es preciso subrayar la intencionalidad para que esto sea así y se haga amparado en la libertad de expresión.

Aunque más tarde en el tiempo, España está viviendo el mismo proceso. A su condición de frontera física entre Europa y África, le añade además, la herencia cultural y lingüística compartida con Hispanoamérica, lo que hace de nuestro país, el destino predilecto para la emigración proveniente desde aquellos países.

Este hecho unido a la mejora de las condiciones económicas del país ocurrida tras el ingreso en la Unión Europea ha cambiado el sentido migratorio en nuestro país (Santacreu 2002: p. 35). Hemos pasado de exportar trabajadores -y hacerlo hasta más tarde que nuestros vecinos- a importar mano de obra, convirtiéndonos en uno de los países preferidos por los migrantes.

Frente a estos discursos de odio es fundamental habilitar una política pedagógica que explique la necesidad y los beneficios que aporta la migración. Como nosotros mismos hemos llegado hasta donde estamos ahora gracias a las migraciones de nuestros ancestros. Y junto a ello es básico ejercer políticas de cooperación al desarrollo prácticas y justas que mejoren la vida en los países pobres (Sauquillo 2006); luchar ferozmente contra las mafias que trafican con seres humanos (Tezanos 2007: p. 29). Y habilitar programas efectivos que permitan la asimilación e integración de las personas migrantes en las sociedades de acogida, dotando de recursos y mecanismos que eviten los conflictos y la caída en la marginalidad de estas personas.

Debería de ser un compromiso ético ineludible de nuestras sociedades. Nuestra economía y nuestra sociedad necesita del trabajo de los migrantes (Livi Bacci 2012: p. 105) y es un derecho humano universal reconocer su dignidad. Hay que trabajar para deslegitimizar y expulsar las actitudes racistas y xenófobas (Livi Bacci 2012: p. 132).




BIBLIOGRAFÍA

BUSTOS, L. et al. (2019) Discursos de odio: una epidemia que se propaga en la red. Estado de la cuestión sobre el racismo y la xenofobia en las redes sociales. Mediaciones sociales 18, p. 25-42.

HERRERA, M. (2013). Migración cualificada de trabajadores de España al extranjero. Anuario de la Inmigración en España, 90-107.

LIVI BACCI, MASSIMO (2012). Breve Historia de las migraciones. Ed. Alianza Editorial. Madrid.

MAILLAT, DENIS (1989) “Los países europeos de acogida”,. En El futuro de las migraciones, OCDE y Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, pp. 65-98.

MOLDES, S., JIMÉNEZ AGUILAR, F., & JIMÉNEZ BAUTISTA, F. (2018). Actitudes hacia la inmigración en España a través de la Encuesta Social Europea. OBETS: Revista de Ciencias Sociales, 13(1), p. 93-119.

PONCELA SACHO, A. (2019) La externalización de las fronteras en el ámbito de la Unión Europea. Boletín Instituto Español de Estudios Estratégicos, 11, 231-245.

SANTACREU, J.M. (2002) “España, de la emigración a la inmigración: cambio de mentalidad y proyección social” Anales de Historia Contemporánea, núm. 18.

SAUQUILLO, F., 2006. Las rutas de la emigración africana hacia la UE. EL PAÍS [en línea]. [Consulta: 11 diciembre 2021]. Disponible en: https://elpais.com/diario/2006/05/29/opinion/1148853612_850215.html.

TEZANOS, J. F. (2007) Nuevas tendencias migratorias y sus efectos sociales y culturales en los países de recepción. Doce tesis sobre inmigración y exclusión social. Revista Española de Investigaciones Sociológicas (Reis), 117(7), p. 11-34.



viernes, 28 de enero de 2022

A Debate: Migraciones recientes en España: Los que vienen y se van


Historia de las migraciones en España:

 

En la actualidad las migraciones internacionales han adquirido una especial relevancia para nuestras sociedades como alta prioridad para los gobiernos y organismos internacionales. En ocasiones la teoría se centra en las migraciones laborales, ciñéndose en esta descripción y obviando a las personas migrantes que se desplazan por otras razones, como el colectivo que busca el lifestyle, sobre todo en España. Puesto que las teorías de emigración, hasta mediados del siglo XX, se apoyaban fundamentalmente en los principios de la Economía Política: racionalismo, individualismo y liberalismo. La idea del desplazamiento del hombre libre en búsqueda de las oportunidades económicas (Domènech, C. B., & Villarubia 2020).


Los flujos migratorios de las últimas décadas se produjeron a consecuencia de la importante transformación experimentada en la sociedad española: ganando en volumen, diversidad y riqueza cultural, fundamentado por permanencia en el país de diversas personas llegadas durante las últimas décadas. Los últimos datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), España es uno de los 20 países principales de destino de las migraciones internacionales: ocupando la décima posición tras Estados Unidos, Alemania, Federación Rusa, Arabia Saudita, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos, Canadá, Francia y Australia. No obstante, el cariz de las migraciones a España ha ido evolucionando a medida que pasa el tiempo. En primer lugar, España como país receptor de inmigrantes se produjo con varias décadas de retraso en comparación a otros países de Europa, ya que hasta mediados de los años 60 fue un país emisor de emigrantes con una alta tasa de retorno. No fue hasta la llegada de la democracia, y la incorporación de España a la CE cuando el índice de emigrante descendió a consecuencia del progreso económico y social (Económico 2019).
 
Emigraciones de España hasta la llegada y consolidación de la democracia
 
1951-1965                634,600 personas
1971-1975                412.945 personas  
1976-1980                  80.111 personas  
 
El concepto de migración de la OIM  es: “movimiento de población hasta el territorio de otro Estado o dentro del mismo que abarca todo movimiento de personas sea cual fuere su tamaño, su composición o sus causas; incluye migración de refugiados, personas desarraigadas, migrantes económicos”. No obstante, las migraciones cubren una se pueden clasificar en varios conceptos:
 

  • Migraciones a largo plazo: Persona que va a otro país, distinto al suyo de su residencia habitual por un periodo de al menos un año, siendo el país de destino el lugar de su nueva residencia. En la perspectiva del país de salida esta persona es un emigrante de largo plazo y desde la perspectiva del país de llegada es un inmigrante de largo plazo. 

  • Migración individual: Caso en el que la persona migra individualmente o como grupo familiar. Algunos movimientos son por lo general autofinanciados; otras veces son patrocinados por otros individuos, organismos o gobiernos, oposición a movimientos de migración masiva.

  • Migración internacional: Movimiento de personas que dejan su país de origen o en el que tienen residencia habitual, para establecerse temporal o permanentemente en otro país distinto al suyo. Estas personas para ello han debido atravesar una frontera. Si no es el caso, serían migrantes internos.

  • Migración laboral: Movimiento de personas del Estado de origen a otro con un fin laboral. La migración laboral está por lo general regulada en la legislación sobre migraciones de los Estados. Algunos países asumen un papel activo al regular la migración laboral externa y buscar oportunidades de trabajo para sus nacionales en el exterior.

  • Migración económica: Persona que habiendo dejado su lugar de residencia busca mejorar su nivel de vida, en un país distinto al de origen (Movilidad humana: una revisión teórica aplicable de los flujos migratorios en España (Domènech, C. B., & Villarubia 2020).

 
Como se ha expuesto anteriormente, dentro del marco teórico existen varias razones por las que se producen los movimientos migratorios, pero ¿Cuáles son las motivaciones de los inmigrantes en el país? ¿Por qué se marchan los españoles al extranjero?
 
Sin lugar a duda, el saldo migratorio de España ha sido positivo desde el inicio de la bonanza de España: una tierra de oportunidades, sobre todo, para los extranjeros latinoamericanos. El saldo migratorio evidenciaba incrementos de la población extranjera por encima de 400.000 personas en 2002 y 2003, y por encima de 600.000 en el cuatrienio 2004-2007.  Por el contrario, tras la llegada de la crisis, el flujo de salida se vio afectado por la salida de españoles y el retorno de inmigrantes a sus países. Las cifras crecieron exponencialmente hasta  el valor -202.000 en 2013, por tanto, no se evidencia una recuperación del saldo migratorio hasta finales de 2016-2017 con entradas de 38.000 personas, aunque persisten las salidas que alcanzaron la cifra de 68.000 personas(García, R. M. R., Blasco, B. C. J., & Lozano 2018).
 
SALDOS MIGRATORIOS EXTERIORES POR NACIONALIDAD
 


Entradas EVR

Salidas EVR

Saldo

Año

Españoles

Extranjeros

Españoles

Extranjeros

Españoles

Extranjeros

1998

24.032

57.195





1999

28.243

99.122





2000

31.587

330.881





2001

20.724

394.048





2002

40.175

443.085

29.674

6.931

10.501

436.154

2003

40.486

429.520

41.990

9.969

24.496

419.555

2004

38.717

645.844

13.156

41,.936

25.561

603.908

2005

36.573

682.711

19.290

48.721

17.283

633.990

2006

37.873

802.971

22.042

120.254

15.831

682.717

2007

37.732

920.534

28.091

198.974

9.641

721.560

2008

33.781

692.228

34.453

232.007

-672

460.221

 
Fuente: Retorno migratorio desde España: un flujo variable y complejo. Migraciones (García, R. M. R., Blasco, B. C. J., & Lozano 2018).
 
La diversidad social producida con la entrada de inmigrantes en España ha repercutido en las políticas de migración en el país. El acceso al empleo, el estado bienestar y  la participación de las personas de origen extranjero en otras esferas de la vida social, actualmente entabla la discusión política con relación a las restricciones (Económico 2019).

No obstante, la evolución de la sociedad española precisa de más activos en su sistema de bienestar para mantenerlo; por tanto, ¿es preciso abrir las puertas para cubrir el descenso de fecundidad? Las estadísticas de nacimientos de 2019 muestran que alrededor de uno de cada cuatro recién nacidos en España (el 27,2%) tiene un padre o una madre de nacionalidad extranjera, lo que evidencia la evolución de la sociedad española en una composición más plural y multicultural en un futuro próximo (Castro Martín, T., Martín-García Ayuso, T., Cordero, J., & Seiz 2021). O, por el contrario, ¿es necesario establecer políticas de retorno de los españoles en el extranjero? Puesto que el número de personas con nacionalidad española residentes en el extranjero alcanzó los 2.654.723 a 1 de enero de 2021, según los datos del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (EPDATA 2021).

 

 

Bibliografía
 
 

CASTRO MARTÍN, T., MARTÍN-GARCÍA AYUSO, T., CORDERO, J., & SEIZ, M., 2021. ¿Cómo mejorar la natalidad en España? FEDEA,
 

DOMÈNECH, C. B., & VILLARUBIA, M.J.B., 2020. Movilidad humana: una revisión teórica aplicable de los flujos migratorios en España. Revista Forum, no. 18, pp. 35-63.
 

ECONÓMICO, C. y social de E., 2019. INFORME 02'2019 LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA: EFECTOS Y OPORTUNIDADES. Madrid: s.n.
 

EPDATA, 2021. Población de españoles en el extranjero, en datos y gráficos. 2021 [en línea]. [Consulta: 10 diciembre 2021]. Disponible en: https://www.epdata.es/datos/poblacion-espanoles-extranjero-datos-graficos/331.
 

GARCÍA, R. M. R., BLASCO, B. C. J., & LOZANO, M.M.A., 2018. Retorno migratorio desde España: un flujo variable y complejo. Migraciones. Publicación del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones, no. 44, pp. 91-118.

 

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Siguiendo este análisis expuesto sobre la Historia de las migraciones en España. Si bien, quiero matizar algunos aspectos:

 

Lo que bien denominas lifestyle en España para esas personas de edad avanzada también supone una ventaja económica. Con su pensión, sus ahorros y la venta de su vivienda en su país natal pueden llevar una vida mucho más cómoda que la que llevarían en caso de quedarse (a parte de residir en un país o zona con una climatología más amable). Por lo tanto, opino que de no mediar razones de índole discriminatoria en las que la propia supervivencia está en peligro, todas las migraciones se hacen buscando una vida mejor, que como nos regimos bajo valores monetarios, tienen que tildarse como económicas (Martí Giner 2020: p. 29).

 

La motivación de los inmigrantes que llegan a España es mejorar su vida y la de su familia. A veces, con la llegada del cabeza de familia, que puede ser el hombre que ira a trabajar en el sector de la construcción, más recientemente, la mujer que llega al sector servicios y de asistencia familiar. Dejan la familia en el país de origen y buscar mejorar sus condiciones con el envío de remesas y más adelante, con la reagrupación familiar. No podemos dejar de pensar que España se encuentra en el vértice de una frontera geográfica y simbólica (Mediterráneo – Atlántico) y también de las relaciones culturales íntimas con Iberoamérica (Santacreu 2002: p. 42)

 

Los españoles no somos distintos al resto y también nos marchamos fundamentalmente buscando mejores perspectivas de futuro. Por lo general, estamos preparados y cualificados para asumir puestos de trabajo que no se ofrecen ni en cantidad, ni en calidad (salarios, estabilidad, duración de los contratos, progreso a medio o largo plazo) la economía española. No hay que olvidarse de personas con capacidades muy concretas (pienso en pescadores y marineros, operarios de la construcción, etc.) que marchan para cubrir esos puestos en otros países. En conjunto cumplen la máxima de que generalmente emigran las personas más motivadas, preparadas y emprendedoras de los países (Tezanos 2007: p. 30) lo que es un problema para la sociedad exportadora de mano de obra. 

 

Los emigrantes españoles por lo general, y vista mi experiencia, empiezan ocupando puestos de baja cualificación, lo que les permite asentarse y mejorar las destrezas idiomáticas. Más tarde, pueden optar a un puesto más apto a sus condiciones previas. Con el tiempo estas personas se arraigan en las sociedades de acogida y se hace difícil que puedan retornar al país. 

 

También no debemos olvidar la migración interior española, con un fortísimo movimiento migratorio campo-ciudad que compone lo que conocemos ya como España Vaciada (1). Los pueblos y el mundo rural se vacían de jóvenes (especialmente mujeres (2)) y van a acabar primero en las capitales de provincia y más tarde, en las zonas de costa o en la capital del estado y su entorno.

La diversidad, la pluralidad y la multiculturalidad de la sociedad española es un hecho y este lo es positivo, pero existen una serie de preguntas entiendo las preguntas que planteas como muy complejas a la hora de dar una respuesta positiva. Lo ideal sería permitir que llegasen personas en edad fértil a trabajar y que puedan establecerse y formar una familia. Demográficamente puede tener sentido, pero para que a nivel económico y social no cause serios estragos es imprescindible mejorar los servicios públicos (Tezanos 2007: p. 28): Sanidad, servicios sociales y especialmente la educación. También es perentorio habilitar políticas de vivienda que abaraten alquileres y compras para permitir la creación de familias en hogares con unos mínimos de estabilidad, calidad y garantía. 

 

En cuanto, al hecho de habilitar políticas para el retorno de los emigrados, si bien ya se han emprendido algunas, todavía no son efectivas (3). Fundamentalmente, porque la economía española no produce puestos de trabajo que permita a las personas migrantes volver y aspirar a la misma ocupación y responsabilidades que tiene en la sociedad de acogida. El acceso a la vivienda, también para los retornados (y como para cualquiera), supone un reto que se lleva por delante buena parte de los sueldos y las expectativas de futuro.

Por lo tanto, siendo a nivel poblacional beneficioso revitalizar nuestras pirámides de población con la llegada y la vuelta de migrantes, las medidas políticas, económicas y sociales tienen que ser de amplio calado para hacerlo de manera efectiva (Maillat 1989: p. 151).





NOTAS

(1) La despoblación en la España interior. FUNCAS. Azón, V; Brandés, E.. Consultado el 28/01/22. https://www.funcas.es/wp-content/uploads/2021/02/La-despoblacion-de-la-Espa%C3%B1a-interior.pdf.

(2) Las mujeres rurales y la tecnología. Kerras, H; Gómez, M. Consultado el 28/01/22. http://ciriec.es/wp-content/uploads/2020/09/COMUN-027-T4-KERRAS-DE-MIGUEL-ok.pdf .

(3) El plan para los españoles que emigraron con la crisis económica solo logra retornar a 58. Olga Rodríguez. El Independiente. Publicado el 18/02/21. Consultado el 28/01/22. https://www.elindependiente.com/economia/2021/02/18/el-plan-para-los-espanoles-que-emigraron-con-la-crisis-economica-solo-logra-retornar-a-58/. 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

MAILLAT, DENIS (1989) “Los países europeos de acogida”,. En El futuro de las migraciones, OCDE y Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, pp. 65-98.

MARTÍ GINER, Andrea (2020). INMIGRACIÓN NOROEUROPEA DE JUBILADOS EN ESPAÑA. Análisis de las provincias de Alicante y Málaga. Universidad de Jaen. Grado en Geografía e Historia.

SANTACREU, J.M. (2002) “España, de la emigración a la inmigración: cambio de mentalidad y proyección social” Anales de Historia Contemporánea, núm. 18.

TEZANOS, J. F. (2007) Nuevas tendencias migratorias y sus efectos sociales y culturales en los países de recepción. Doce tesis sobre inmigración y exclusión social. Revista Española de Investigaciones Sociológicas (Reis), 117(7), p. 11-34.



WEBGRAFÍA

AZÓN, V; BRANDÉS, E. La despoblación de la España interior. (2021) Consultado el 28/enero. URL: https://www.funcas.es/wp-content/uploads/2021/02/La-despoblacion-de-la-Espa%C3%B1a-interior.pdf.

EL INDEPENDIENTE. Consultado el 28/enero. URL: https://www.elindependiente.com/economia/2021/02/18/el-plan-para-los-espanoles-que-emigraron-con-la-crisis-economica-solo-logra-retornar-a-58/.

INE, Instituto Nacional de Estadística. Consultado el 28/enero. URL: https://www.ine.es.

Kerras H, Gómez MDM. Las Mujeres rurales y la Tech-Nología (2020) Consultado el 28/enero. URL: http://ciriec.es/wp-content/uploads/2020/09/COMUN-027-T4-KERRAS-DE-MIGUEL-ok.pdf. 

CIJ, Cuadernos de investigación en juventud.(2020). [Consultado el 28/enero. URL: https://www.cjex.org/wp-content/uploads/2021/02/Desigual-Acceso.pdf





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