jueves, 27 de julio de 2023

El derecho al deporte


 El frontón municipal de Santa Marta de Tormes al aire libre

 

La pelota rueda por la tierra, choca con un montículo de arena y tierra apelmazada de las lluvias de hace unos días. Apenas queda luz solar y las farolas simplemente aciertan a delimitar la línea de banda, a veces peligrosamente próxima a la carretera comarcal. El balón bota por menos de un palmo antes de que el joven empeine la propulse hacia la portería delimitada por dos mochilas y la imaginación de los escolares. El balón apenas se separa del suelo pero adquiere gran velocidad. El cautivo portero sabe que va a ser gol en cuanto identifica la trayectoria que lleva, y que pararla, implicaría lanzarse al suelo, poniendo en peligro la integridad física, y mucho más importante en aquellos años: la integridad del chándal que le regalaron sus padres en su último cumpleaños. El simulado intento de intercepción fracasa como no podía ser de otra manera y se suma un nuevo tanto al marcador recordado. “16-12”. Se oye decir. “Vale, empezados de 0 y el primero que llegue a 3 gana”.



El corto relato del párrafo superior compone un pequeño recuerdo de infancia. En realidad, un recuerdo que repetido infinidad de tardes de otoño e invierno, y también de primavera y verano, se han grabado en mi memoria, perfeccionado y seleccionado, hasta hacerlo parte imperecedera de mi persona, y mi pasión por la práctica deportiva.

Jugar al fútbol era el principal pasatiempo de los chavales de mi generación, de las previas, y de una o dos posteriores. Si, estaban los recreativos y también los juegos infantiles callejeros (impagable folclore popular que merece toda nuestra atención y que ayudaba a mejorar las destrezas físicas, psíquicas y también las relaciones sociales, incluidas con el sexo complementario), pero juntarse en la era, o incluso en una calle por la que de vez en cuando pasaba el tráfico rodado, se componía en el pasatiempo favorito de los niños de este país y de Europa en general.

Hoy en día, si vas por África, Latino América u Oriente próximo y medio, siguen improvisándose terrenos de juego y porterías, y sin distinciones de edad o nivel se echan partidos de más de dos horas. Pero aquí ya no.

La escena relatada se daba en nuestro país con precisión extrema. En mi infancia, e incluida la adolescencia, quedar con los amigos (mi círculo de amistad vital) e ir a las pistas era el plan día sí y día también. Tocaba saltar las vallas de los colegios públicos. Estar atentos a la pelota y a si la policía local aparecía. Muchas veces me tocó correr y un par de ellas acabé en el coche, aquel vetusto seat málaga gris, de vuelta a casa. No había canchas de acceso libre y los descampados todos estaban vedados para la próxima obra o sin mantenimiento lo que hacía imposible jugar ahí.

Era eso: jugar. Practicar deporte. Sin molestar a nadie. Sin gastar un duro. Disfrutar del tiempo y el aire libre. Ganar en salud: Muscular, anaeróbica, mejorar las destrezas, la fuerza, la velocidad, la habilidad, la visión espacial, la coordinación, el equilibrio… y también salud mental y social. Tejiendo pequeñas redes, que por aquel entonces, por supuesto, no les daba importancia y no las identificaba, pero que hoy, visto en perspectiva componían un tejido cooperativo de primera magnitud y que podía, debía haber trascendido el mero juego infantil para algo más.

Más tarde ya casi en la juventud comencé a jugar al baloncesto, nunca de manera reglada pero si juntarse con gente en torno a una canasta, deporte que me enamoró a través de la televisión (hay que hablar mucho de esto) y unos años más tarde visitando a un equipo profesional en vivo.

Sin embargo, estas ensoñaciones de mi infancia y juventud ya no se pueden reproducir en los que hoy son niños y adolescentes. Ya no hay pachangas en las calles, ni en los parques y pistas protagonizadas por gente joven. Y eso que ahora se han construido infinidad de pistas de furbito o fútbol sala, basket, voley, etc. y que en teoría, están disponibles para quien quiera usarlas. Llama poderosísimamente la atención el hecho de que las pistas las reservan personas plenamente adultas, por muy pocas, escasísimas horas a la semana, muchas veces pertenecientes a colectivos de inmigrantes, y aparecen prohibidas y vedadas a los que, potencialmente, deberían ser sus principales “consumidores”. Las pistas de juego se alquilan, se mercantilizan, unas pocas horas a la semana, y el resto del tiempo no tienen función. Vacías se deterioran como lo hace el nivel de salud general de la gente joven.

A un grupo de niños o jóvenes les falta el número de miembros y la cantidad económica necesaria para disponer de estas instalaciones con libertad, el tiempo y el momento necesario para realizar la actividad que les gusta. Es una absoluta injusticia social. No digo que no deban de dejarse unas horas para disposición de adultos, y que paguen, por el consumo eléctrico de la iluminación, el agua o cosas así, una cantidad que favorezca su mantenimiento. Sin extridencias, ni aprovechamientos.

Lo que digo es que debe de fomentarse el uso de estas instalaciones públicas por la gente joven, facilitando su acceso y disposición para que puedan jugar, practicar deporte y relacionarse. Y deben hacerlo las administraciones públicas sin dilación y como parte de sus responsabilidades y compromisos.

Hoy en día, sin embargo, se ha generado un ecosistema en las que las relaciones sociales tienen que estar controladas por las autoridades, reguladas y mercantilizadas en favor del dinero. Las y los jóvenes ya sólo pueden relacionarse en el contexto fiesta en discotecas y bares. El alcohol es la droga legal que favorece el control social.

Ahora voy a relatar algo que me ocurrió el otro día en el ascensor:

La puerta doble del ascensor se desliza. En su interior mi vecina del piso superior y su hijo de 8 años. Van al camping de fútbol. En las seis plantas de descenso al vestíbulo me cuenta “qué es el último día”; “qué con lo que ha costado y las vueltas que tuvieron que dar sólo ha durado tres semanas, y a ver qué hacen ahora con el crío”; “qué el niño está triste porque no va a poder seguir jugando con sus amigos”; Suelto “Disfruta del último día e intentar quedar más días para jugar. Seguro que hay pistas e instalaciones para jugar”. La madre me mira extrañada, pero notó como se le ha encendido una bombilla.



El deporte queda excluido. El derecho al deporte en España también ha pasado a ser un negocio. Y al igual que sucede con el contexto de fiesta las relaciones sociales que se tejen en ese ámbito entre los participantes, se circunscriben a los límites de la práctica en cuestión. Es decir, quienes se conocen de fiesta, se verán de y para la fiesta, hablarán de fiesta y organizarán la fiesta. Por lo general, no se admiten y no se favorece la inclusión de otras esferas de asociacionismo, compañerismo o de actividades fuera de ese círculo. Con el deporte mercantilizado en su base pasa lo mismo. Es una brillante consecuencia de la inclusión del dinero en las relaciones humanas: la limitación de las relaciones personales al marco que tiene un precio.

Hoy en día los niños, y niñas, no quedan para jugar al fútbol. Tienen que ir al club del barrio o de la ciudad, contra más elitista y más caro mejor, para relacionarse. Tienen que pasar por caja. Matrículas y pagos por ficha que llegan hasta los 500€ por practicar fútbol. Sí, te dan el chándal y ropa deportiva con el emblema del club seguramente cosida por otros infantes del otro lado del mundo. Todo es profesionalizado hasta el absurdo. Se alimenta una burbuja que aliena a los jóvenes y embrutece a los padres convencidos de haber procreado a la nueva estrella. El individualismo es lacerante, la competitividad el motor, vencer y humillar al rival los objetivos. Queda prohibido juntarse, conocerse y cooperar. Se busca la competitividad entre iguales y la posterior, en realidad desde el primer momento, exclusión de los que son diferentes, primero por pobres y luego por "malos".

No digo que pasar por caja sea malo per sé. Lo que me niego a defender es que esa sea la única manera de relacionarse y hacer deporte. No es malo que haya asesoramiento y supervisión profesional por la práctica deportiva. Ni que haya un seguro de responsabilidad que es lo que implica la tenencia de una ficha, tras pagar. El problema surge cuando es la única manera de acceder al deporte y a sus ventajas. Meter el mercado en absolutamente todo lo relacionado con nuestras vidas genera desigualdades y aumenta la falta de oportunidades. Empobrece la vida.

Las instalaciones deportivas públicas, gratuitas, en buen estado de conservación y accesibles son parte del patrimonio que las administraciones, esencialmente los ayuntamientos, pero también las educativas ponen a disposición de la población con el ánimo necesario de hacer a estas personas más libres, independientes, seguras y responsables.También son fundamentales la profusión, a través de la vía pública, de escuelas deportivas, no limitadas a los menores, sino a todo el público y actividades físico-deportivas para mejorar la salud de la población. Tanto física, mental como social. En conjunto, van a ayudar a enlazar una sociedad mucho más rica, inclusiva, atenta y sana. Son espacios públicos que garantizan el encuentro de las personas sin el concurso del dinero, sin transacción económica. Son en esencia garantistas e igualitarias, y por ende, favorecen el espíritu social y la democracia. En este punto es preciso recordar la necesidad vital e identitaria de conservar y favorecer el conocimiento sobre el patrimonio deportivo ancestral y etnográfico que conservamos en nuestro país.

Un modelo que propone el ocio y el conocimiento entre iguales, frente al modelo fomentado por las administraciones capitalistas y neoconservadoras, elitista y cimentado en el negocio. No se trata de crear deportistas profesionales, campeones de todo. Ganador sólo hay uno, y el resto son perdedores, por eso se trata de educar en valores a todas los participantes, y hacer del deporte algo importante de sus vidas, que les haga mejores como personas y les ayude tener un futuro mejor, más pleno.

El artículo 43.3 de la Constitución Española establece que “los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y el deporte. Asimismo facilitarán la adecuada utilización del ocio” como principio ordenador de la política económica y social”.

No es el único artículo de nuestra Consti que los poderes públicos y sus partidos adosados al Régimen del 78, se saltan a la torera. Pero éste tiene la virtud de que podía ser fácilmente cumplido. Simplemente con abrir las puertas de las pistas, y quizás añadir un fuente de agua y sombra cerca, y hacer promoción de estos espacios para el libre uso y disfrute de la población.

Ya los antiguos griegos, como en tantas cosas, muchas de ellas grabadas a fuego y mármol en nuestra idiosincrasia, defendían el ideal de la práctica deportiva como parte fundamental de una educación que formará a los jóvenes para que pudieran conseguir una vida lo más plena posible.

En un muy recomendable libro de Henri Irénéé Marrou de 1948, titulado Historia de la educación, en su capítulo IV, La Antigua educación ateniense, muestra como el planteamiento educativo ateniense se convierte en un modelo para el resto de polis de la Grecia clásica, y como “la práctica de la hoplomaquia (el antecesor directo de la esgrima clásica de invención hispana en el siglo XVII), el atletismo y la gimnasia eran baluartes educativos, principios ineludibles en la labor de una sociedad para educar a sus jóvenes, tanto desde el punto de vista de la salud y el bienestar como en la transmisión de valores cívicos, sociales y democráticos” (pág. 69). De esta manera “el pueblo ha conquistado, por una extensión gradual, no solamente los privilegios, los derechos y los poderes políticos, sino también el acceso a este tipo de vida, de cultura, a este ideal humano hasta entonces de disfrute exclusivo de la aristocracia” (pág. 71). Como manifestaba Platón “la gimnasia para el cuerpo y la música para el alma” (pág. 73). Estos valores se mantuvieron hasta la proliferación de las teorías educativas sofistas en torno a mediados del siglo V a. C., para recuperarse una vez, comprobados los nefastos resultados que el elitismo sofista provocó en la salud democrática de la sociedad ateniense (pág. 97).

Por todo ello es importante favorecer la práctica deportiva, de todas las disciplinas posibles, sin limitaciones de ningún tipo, y mucho menos las económicas. Particularmente el fútbol que es el deporte más practicado, más seguido y al mismo, el más odiado. Sobretodo la parte hiper profesionalizada, arrodillada ante el capital y los intereses publicitarios. Los clubes han dejado de ser ingredientes en la identidad de los pueblos y barrios para convertirse en máquinas engrasadas de ganar dinero. Han prescindido conscientemente de su labor educativa, con el descaro de no renunciar a la remuneración vía subvención de esas funciones que ya han desestimado por no rentables. Han dejado y dejan a miles de niños y niñas sin poder jugar, junto a sus amigos y en su espacio más próximo. Se han perdido los valores, la comunidad y se han vaciado las gradas y el espectáculo no llega, ni de lejos, al nivel de antaño. El fútbol es aburrídisimo de ver. Y sin embargo, es un deporte, cuya práctica es divertida y garantiza un buen tono general y saludable para quien lo ejercita. Si te dejan, claro.

Cuando pasó el primer confinamiento recuperar la posibilidad de salir al aire libre era el tesoro que volvíamos a abrazar a nuestro pecho. Una verdadera necesidad, no valorada por el capitalismo, que tras la traumática experiencia del encierro por la pandemia, poníamos en la escala necesaria. En muchos lugares nos hemos encontrado con que se ha acelerado la apisonadora capitalista que desmonta los mecanismos asociativos que tenemos. Y el deporte no ha sido una excepción.

Es labor y frente común recuperar la práctica del deporte como un derecho cívico, como una necesidad ciudadana que garantiza la salud y el bienestar y favorece la profusión de unas relaciones sociales sanas en base a la vecindad, la cooperación y los intereses comunes.

Este valor y compromiso que he aprendido de muchos monitores y trabajadores del ámbito deportivo y educativo de Salamanca, es el propuesto por el alemán Horst Wein en su modelo de escuela deportiva cívica, y fue el motor que movía buena parte de mi acción política cuando fui concejal. Estas ideas con el deseo de promover una escuela deportiva municipal para Santa Marta de Tormes, abierta a todas las edades, sexos, niveles y contra más actividades deportivas mejor, están plasmadas en las actas de muchos de los plenos en los que participé, así como en la hemeroteca del boletín informativo que desde Izquierda Unida Santa Marta de Tormes, creábamos y repartíamos. Aquí dejo un pequeño extracto de un artículo en el que criticaba la forma de "promover deporte" del club de fútbol de la localidad:


En los últimos plenos de la pasada legislatura se convirtió en una costumbre la batería de preguntas y requerimientos por parte del Grupo Municipal de Izquierda Unida – Los Verdes sobre la situación del convenio firmado por el anterior equipo de gobierno y la Unión Deportiva Santa Marta (UDSM) . Entre las cuestiones planteadas y todavía a día de hoy, no resueltas, esta la relación de niños censados en el municipio que forman parten de los distintos equipos de base de la UDSM.

No es baladí esta información, toda vez que son constantes las quejas de padres y madres cuyos hijos son descartados por la gerencia técnica de la UDSM y cuyas plazas son ocupadas por niños y jóvenes que provienen de otras localidades. Se hace por lo tanto difícil pensar en la justificación de una subvención municipal por parte del Ayuntamiento a un club deportivo, que concibe el deporte de base ya como un deporte de competición en el que priman los resultados deportivos sobre la función social, educativa y de inclusión en hábitos saludables y amor al deporte, que son primordiales para una escuela deportiva.

Especialmente sangrante es el caso de los niños descartados en categoría benjamín, toda vez que la UDSM los captó como pre-benjamines (posiblemente optando a las subvenciones que la RFEF otorga a los clubes que trabajan estas edades). Prescindir de niños en torno a 7 años, porque no llegan a un rendimiento deportivo tiene un impacto sumamente negativo en la moral del niño, por no hablar del trastorno que puede ocasionar a los padres, vecinos de Santa Marta, que tienen entonces que organizar una agenda especial para que el niño pueda seguir practicando el fútbol.

La subvención municipal que recibe el club debido al convenio firmado es de 75.000€ (a la que habría que sumar el importe, unos 15.000 en gastos de mantenimiento e iluminación que también asume el ayuntamiento y el montante por publicidad o el uso del Alfonso San Casto por otros clubes y ligas de aficionados del que el club hace uso sin ni siquiera argumentar cantidades) bien vendría al resto de iniciativas deportivas de la ciudad que si funcionan como Escuelas Deportivas.

Si ya es lacerante que un club con el potencial de la UDSM no disponga y facilite equipos femeninos, más lo es si cabe, cuando se aprovecha así de los recursos públicos de todos, para el beneficio de un club privado que ni trata a los niños como mercancía despegándose del sentido educativo y de inserción social que implica el deporte.

Por eso desde Izquierda Unida – Los Verdes hacemos un llamamiento para que se den a conocer el número de niños censados en Santa Marta que juegan en la UDSM, además de invitar a todos a la reflexión para ofrecer un modelo de Escuelas Deportivas que mejoren nuestra sociedad a través de la práctica deportiva, la educación social y la mejora de la confianza de nuestros jóvenes, niños y niñas.

 

 


lunes, 24 de julio de 2023

Elecciones Generales 23 Julio: Pedro Sánchez El Resistente

 

Infografía y recurso de eldiario.es.

 

Ayer domingo 23 de julio se celebraron las Elecciones Generales de la décimo-sexta legislatura, adelantadas en medio año por el presidente Pedro Sánchez tras el resultado de las autonómicas y municipales de mayo. Y Pedro Sánchez ha sobrevivido, una vez más al envite, demostrando un absoluto y colosal sentido de la supervivencia política, así como una pericia propositiva y en el discurso digna de elogio.

 

Unas notas a tener en cuenta:


  1. El PP ha ganado las elecciones. La ofensiva, de corte trumpista, auguraba una victoria por mayoría absoluta (junto a Vox), en la que participaban en regocijo los medios del capital, tremendamente interesados en un escenario que plasmará sus intereses. Fundamentalmente, el control total del arco mediático españistaní, con Mediaset opando a hostias los restos del Grupo Prisa. Las encuestas y sondeos privados y estos medios de comunicación, voraces y proactivos en la proliferación de bulos y campañas de acoso y derribo, han visto como no han conseguido sus objetivos, de despejar la Moncloa de Sanchismo y de sus socios a la izquierda del PSOE.

  2. Feijoo ha ido cayendo en barrena en las últimas semanas debido a una incapacidad abochornante (galegas y galegos, cómo es posible que este sujeto haya ganado 4 elecciones autonómicas por mayoría absoluta), una cobardía indigna de cualquier candidato a nada (se negó a acudir al debate en la TV pública), y por sus constantes mentiras, incluidas las que tiene que ver con su ya legendaria amistad con un capo de la droga en la Galicia de los 90 (el que esto haya tenido al final tanta trascendencia me hace pensar en fuego amigo disparado desde Madrid). Ha ganado en votos, por escaso margen, y por diputados, por menos diferencia que la extrapolación de las municipales de mayo indicaban. Particularmente en Madrid, donde parece claro que Ayuso arrastra abudicidos a unas masas fervorosas por la nueva lideresa y que no se han dejado convencer por la falta de carisma del gallego. Sólo hay que ver que Feijoo salía a dar un discurso bajo los coros de una Ayuso que vestida de rojo rompía el monocroma en blanco de toda la caterva del PP.

  3. Pedro Sánchez es el gran vencedor porque es el único con posibilidades reales de convertirse en presidente, y será el único propuesto por el Rey (Artículo 99 de la Constitución; de todos modos, no me negarán, que sería gracioso ver al monarca disparándose su privilegiado pie si propusiera a otro candidato), y aunque se prevean unas negociaciones duras, y probablemente en menos de 4 años haya que volver a votar, no hay que perder de vista que hace dos meses se le daba por muerto y enterrado, y hoy es el que está más cerca de lograr el apoyo de los 176 diputados necesarios.

  4. De hecho, la derecha ha sido víctima de su propia estrategia, gracias entre otras cosas a la maniobra de Sánchez, adelantando las elecciones, llamando al voto útil y práctico ante la ola reaccionaria. Al tiempo que se han consolidado parlamentos autonómicos, gobiernos y ayuntamientos se han puesto sobre el debate las desavenencias entre las extremas derechas y su único punto en común de saquear el país. Las primeras medidas han venido a desmontar derechos ciudadanos, a aplicar más mordazas y censuras culturales, y a tratar de mantener los chiringuitos taurinos y eclesiásticos de toda la vida.

    De este modo el electorado, en general y en bruto, ha visto lo que la unión PP-Vox iba a traer, y ha reaccionado para tratar de esquivar la bala en el último momento. Y lo ha conseguido.

    Por contra, el PP y Vox se han repartido el electorado de Ciudadanos y han perdido buena parte de los apoyos que consiguieron en mayo, en otras elecciones y con otros candidatos. La ultraderecha pierde casi un 50% de su representación parlamentaria, y revisando resultados no parece claro, que todo haya ido al PP. Sobretodo en Madrid, donde la izquierda aquí si ha discutido el escrutinio, cuando hace dos meses fue arrasada por Ayuso.

  5. Muy meritoria la campaña y resultados de Sumar que favorecerán la repetición del gobierno de coalición, seguramente con similar reparto de carteras y responsabilidades. Cambiarán los nombres, pero el reto será, no tanto mostrar sintonía en el seno del ejecutivo (porque si la hubiera mala señal sería y nos haría pensar por qué no se han presentado juntos) y sí en el propio seno de la coalición de partidos que tejió a prisa y corriendo, y por orden de Sánchez, un quebradizo andamio.

    Estas alianzas son débiles e inestables y pueden saltar en cualquier momento, pero de conseguir consolidarse se pondría un buen cimiento para superar la coalición creada en 1986, para generar una izquierda fuerte, representativa y que esté cercana a la
    ciudadanía. Sin duda, la labor e imagen de Yolanda Díaz es un valor al alza, sobretodo tras el excelso debate en el que dió una impresión impecable.

    De entre todas las fuerzas, IU parece la más estable, pero tenemos la tarea de recuperar lo que éramos en 2015. Otras fuerzas como
    Compromís o Más País se han servido de la coalición para mantener su cuota de representación y reparto económico. Y mientras Podemos está ante la encrucijada final de su historia. A saber: recomponerse mejorando lo mal hecho, reforzando lo positivo y pasando página a estos 8 años. O regocijarse en "el circulo de la Complutense", el ordeno y mando de Iglesias. De hecho, y personalmente, me parece que tan positivo para el resultado ha sido la sobre exposición del mendrugo de Feijoo, como el perfil bajo o lo escondido en el que ha estado el genio de Iglesias.

  6. En Euskadi, y apenas a un año del las elecciones autonómicas, Bildú ha ganado claramente al PNV y se postula como favorito a esas elecciones. En este contexto, ninguno de los dos partidos va a dispararse en un pie y no facilitar un gobierno PSOE+Sumar, porque de no hacerlo sería dar el poder a la extrema derecha, enemigos absolutos de todo lo que es el País Vasco.

  7. El llamamiento al voto útil ha tenido otras víctimas. Fundamentalmente la España Vaciada. Si la campaña ha sido indigna y sin una mínima propuesta de temas y medidas, el drama de un territorio desvencijado, inconexo, depauperado y deteriorándose por momentos no ha aparecido por ningún lado. El resultado: Teruel Existe pierde su representación parlamentaria, y todas las marcas de la España Vaciada han tenido peores resultados que en mayo. Indudablemente este marco nacional no se lo ponía fácil, pero duele ver como en territorios de las Castillas, Aragón o Galicia se ha apostado por los señoritos que han desmembrado y empobrecido estas regiones, a sus territorios y sus gentes desde hace tantos años. Si bien, hay que tener claro que persisten una buena cantidad de advenedizos que han buscado acomodo aquí por su interés lucrativo personal, es deber de la izquierda (y también del PSOE) buscar puntos en común, que dé compromisos y permita incorporar estas demandas y estas fuerzas a las ya existentes para tratar de dar respuesta al problema de la despoblación. Será difícil, y puede que imposible porque hay líneas que ya se han intuido, pero no quiere decir que no haya que intentarlo.

  8. Por lo tanto, probablemente el PSOE de Pedro Sánchez mantendrá el poder. La coalición de gobierno resiste y en principio tenderá a repetirse con una composición análoga. En el juego político de negociación parecen seguros todos los partidos que sustentaron la mayoría ideológica, que no social, y sólo Junts, los restos de la corrupta CIU y el soberanismo de Puigdemont, ponen en discusión el previsible pacto. No me digan que España no es especial, pues un prófugo de la justicia tiene en su mano la llave de gobierno o elecciones y los facha jueces se ponen en su búsqueda y captura hoy mismo. Desde Waterloo alegan que el “No a Sánchez”, no es un “Sí a Feijoo”, pero se equivocan puesto que su negativa favorecería en el medio plazo la confirmación de un gobierno de reacción, que tendría a Catalunya en su punto de mira y darían la iniciativa directamente a ERC. Consideran que una derecha castellana fuerte es beneficiosa para la derecha catalana, pero siguen sin comprender que tras el Referéndum de 2017, el marco ha cambiado y el que quiera volver a la posición previa lo va a pagar. Entre otras cosas por la victoria total del PSC en Catalunya.

Equivocarse de enemigo se va a penalizar para cualquiera que no tenga claro que contra el fascismo, contra el PP y Vox, y toda la ola de odio, violencia, corrupción y vuelta al pasado retrógrado, miserable y de injusticia, hay que plantarse, unirse sin condiciones y darles siempre batalla. Simplemente amenazar con no cumplir con esto ya va a castigar al incauto que ponga sus intereses particulares por encima del bien colectivo y de arrancar España de las fauces del fascismo.

Si finalmente se consolida un nuevo pacto de investidura con gobierno de coalición liderado por el PSOE y Pedro Sánchez en la figura de presidente, éste no deberá de olvidar las lecciones a aprender tras este periplo: No repetir el sangrante episodio del verano de 2019, que tanto nos ha costado. Profundizar, sin ambages, sin medias tintas y con la agresividad que te da el poder redactar el BOE en la justicia social, el blindaje de los servicios públicos y la lucha contra la crisis climática que ya causa estragos y que si no se toman medidas, cambiará con muchísimo dolor nuestras vidas. Convencerse y ya de una vez hacerlo para todo el país que la vivienda no puede ser un bien de mercado, que ha de regularse y vigilarse porque ha averiado sin remisión el ascensor social y la salud del sistema de igualdad de oportunidades. Y ser igual de agresivo, o quizás más, a la hora de transformar las instituciones de este país. Negarse a pactar nada con este PP retrógrado, machista y fascista. Ni cámaras del poder judicial, ni RTVE, ni siquiera el horario del bedel del Congreso. El cerco, el cordón sanitario, se debe de imponer ya, para limpiar las instituciones de una supuesta democracia, de la carcoma de la extrema derecha franquista que usurpa estos poderes ciudadanos para sus privados privilegios. Se acabó. No se pueden plegar velas en estos temas y aludir a responsabilidades de estado, cuando tus oponentes son tan irresponsables. Sólo hay que ver el día de resaka tras las elecciones que el sistema judicial españistaní nos está regalando.

No será fácil porque PNV y Junts no son de izquierdas precisamente, pero si Pedro Sánchez ha conseguido salvar la situación, no todo se debe a su pericia política estos dos últimos meses. De hecho, la actual inestabilidad viene en buena parte por la voladura de la posibilidad de acuerdos entre las derechas de este país dentro de un sistema político preparado para facilitar esa unión de poder con el objetivo de extraer riqueza al pueblo. Recordemos que en democracia, el PP ha conseguido gobernar este país cuando ha ido de moderado y centrista, no subido al Dragon Rapide y diciendo a los cuatro vientos lo que iban a hacer contra todos los que no comulgan con sus ruedas de molino. También la labor de gobierno, mejorando la vida de la gente ha tenido mucho que decir. Como el hecho de que éste país ya no es el de una única visión centrista. España es diversa, plurinacional y europeísta, cultural y socialmente mucho más compleja que el relato único del madrileñismo. Esa es la realidad, y es un punto a favor a los que llevamos años clamando para modificar lo que haga falta para sus instituciones sean más garantistas y representativas.

Eso en cuanto a la política institucional, porque en la mediática, el nuevo gobierno tiene que tener claro ya que desde estas trincheras se azuza un odio visceral contra todo lo que se proponga aunque quedé demostrado que estos cuatro años han sido positivos para el conjunto de la ciudadanía (y eso, contando todo lo que ha pasado). Hay que reforzar el periodismo, y su pluralidad, como cuarto poder, y denunciar sin temor y sin dilación, a quien en su nombre, manipulan, desinforman y crean injustificables estados de opinión que favorecen la visión fascista de la realidad. Sólo han bastado dos semanas de campaña para dar la vuelta a las elecciones. Imaginad lo que se podría conseguir si se aplica esta beligerancia contra quienes son agresivos contra el conjunto de la ciudadanía.

Y por último, al PSOE y por supuesto extensible a Sumar y los partidos y organizaciones que la conforman: Hacer política de calle. Militancia. Cuadros y asambleas. Recuperar los movimientos vecinales, sindicales, estudiantiles y que pedían más democracia entre 2011 y 2014. Defender el feminismo, el ecologismo y los derechos de las minorías de toda condición, sin perjuicio de debilitar la identidad de nadie. Y procurar la mejora de la calidad de vida de toda la población, en todos los territorios.

No habrá otra oportunidad, si se sigue dejando de dar batalla en las calles, y después en las urnas. Recuperar la moral y con ella hacer ver a los jóvenes, por si mismos, que esta moda de la reacción va contra su propia dignidad y vida. Hay que ocuparlas con las justas reclamaciones de la mayoría de la población, para echar de ellas a los fanáticos y falsarios que pasan por mayoritarias lo que no son más que los intereses de las oscuras élites. Qué sepan que nos van a tener en contra y no vamos a permitir su fascismo y violencia.




jueves, 6 de julio de 2023

Norwegian reaggeton: La canción del verano total


 

Ya está aquí el verano. Con sus olas de calor. Sus incendios forestales. Con esos días y noches eternos, sin poder descansar bien. Con sus estaciones de transporte y carreteras abarrotadas. Con las terrazas a tope. Con el ruido incesante. Y con sus canciones del verano.

Me dejo muchas cosas en el listado anterior, si, pero voy a lo importante sin más dilación para poder entrar en lo trascendente.

Ya he hablado en esta bitácora de ese reclamo publicitario de baja estofa, oda al consumismo alienado en base a producto prefabricado de fácil paladeo, pero insoportable digestión. La canción del verano es la sintonía que acompaña los calores durante el estío. Melodía machacona que es bombardeada inmisericorde por los medios del capital -en particular y profusión, las radiofórmulas, y su moderna versión, las plataformas de audio-, proponiendo un éxito bailable, con una letra, por lo general deleznable, y que es acompañada por una coreografía sencilla y propia para adoctrinar al populacho. Para completar la escena, todo ello se acompaña por la imagen de los intérpretes, necesariamente, escasitos de ropa. Sobretodo ellas.

Sin embargo, hace unos años, y pese a la ingente inversión en publicidad de diversos métodos y estilos, la canción del verano consiguió a ser un fenómeno de internet, propuesto desde abajo, por el público general y en particular el metalero. Norwegian reaggeton, era la propuesta de acceso gratis y compartida por Nanowar of steel, el grupo italiano de freak metal, y fue un éxito rotundo.

Nanowar of Steel, como digo es una banda italiana de metal surgida en 2003. Su intención siempre ha sido reírse de los convencionalismos más manidos del Heavy Metal, y en particular del power y una de las bandas mas míticas, -y profusamente envueltas en la polémica-, del género: Manowar.

Tomando el nombre de los norteamericanos y cambiando la primera letra para reproducir un llamamiento que en el propio italiano, y en otras lenguas del mediterráneo, se emplea como lenguaje coloquial y chabacano. Posteriormente y dado el aluvión de demandas por parte de los propios Manowar -que desde 2008 los tienen bloqueados y amenazados-, añadieron al nombre of Steel, tomando el recurso que los originales Rhapsody, tuvieron que tomar para sobrevivir a las disputas legales entre los miembros. La tipografía se añadía como un trampantojo hecho en el paint por un inexperto diseñador gráfico y las risas estaban hechas.

Pero no acababa ahí su cachondeo para con la banda liderada por Joey DeMaio, y en su primer disco, Triumph of True Metal of Steel (parodia del disco de Manowar The Triumph of Steel), colocaban en todas las canciones el término true metal en el título, exagerando así la manía de la banda estadounidense de declararse como la única banda de "metal verdadero" del mundo. El cachondeo estaba servido, al tiempo que empezaron a llegar las demandas de fanáticos de Manowar, así como de la propia discográfica y banda americanas.

En su ya prolija discografía y giras han empleado los convencionalismos más notables del Heavy Metal. Sin menospreciar en absoluto una calidad compositiva y destreza musical han generado varios himnos que nos sirven para alimentar la fiesta y reírnos de nosotros mismos. Ejercicio, por otra parte, bien necesario.

Su indumentaria siempre ha bebido de los estándares de los subgéneros a los que han dedicado cada uno de sus discos. Pasando del black metal, al viking, sin olvidar el rapcore, pero sobretodo destacando en el power, del que por otro lado se declaran fans acérrimos y al que homenajean con humor y con cariño, aunque haya quien se lo tome a mal. Así, letras y riffs, iconografía de los discos, poses y actitudes, y sobretodo, las vestimentas, se han empapado de la imagen de los más grandes entre los grandes como puedan ser Rob Halford y Judas, Guns n’Roses y Mötley Crue, las bandas de black metal tipo Dimmu Borgir o Dark Funeral. Y por supuesto, Manowar.

Si está propuesta de reírse de un mismo y pasárselo bien sin mirar a ningún otro lado ya había calado entre los propios heavies y es bien celebrada, cuando se incluyen en festivales y conciertos, Nanowar of Steel, adquirió celebridad cuando hace unos veranos se lanzaron a implantar los ritmos del reaggeton a la música heavy. No deja de tener su guasa limitarse a unas escalas tan básicas y repetitivas con un sonido que enseguida te invita a plantear complejidad, composición e imaginación, pero el propio hecho rompedor, de tomar las estrecheces compositivas de este tipo de música para meterle un filtro de black metal, estaba su éxito.

La letrade Norwegian reaggeton recogía los valores y clichés más conocidos fuera de Escandinavia para meterlos en la coctelera y emplear los mismos recursos industriales de la música actual, generando así una cacofonía hecha para el disfrute y regocijo del personal. La distorsión de las guitarras y la pulsión del doble bombo, suplían a la perfección los sonidos generados por ordenador, y además de demostrar la pericia de los músicos, nos añadía un par de solos muy meritorios. Las estrofas en inglés se alternan con el estribillo, en castellano, pero un castellano exagerado procurando imitar los tonos propios del habla latinoamericana, así como los matices que se sustituyen a la voz cuando se pasan por filtros. Este estribillo:

Corazón vikingo de Santo Domingo

La iglesia quemada, la piña colada

Vamos a bailar con "Det som engang var"

Guerrero cubano, bailarín pagano

Tomando mojito en el sacrificio

Vamos a bailar con Hellhammer y Varg



se va calando en el subconsciente y el ritmo se contagia a las botas de los metaleros que empiezan a disfrutar poniéndose al sol, arriesgándose a unas quemaduras.

No puedo dejar de recordar el genial Bogavante de El Reno Renardo, y particularmente, el momento de catarsis que vivimos en el concierto de Valladolid en 2010. Ambos temas son parte de la idiosincrasia del Heavy y de una crítica, por otra parte, absolutamente básica a la música convencional convertida en producto de consumo masivo.

Nanowar of Steel. aunque también se han sumergido en un recurso básico de su subgénero, las parodias y covers de imitación de los grandes himnos del Metal, por lo general, tienen sus propias canciones empleando un power metal de muchísima calidad junto a unas letras desternillantes. Y todo este caudal musical, artístico y del cachondeo está disponible bajo licencia Creative commons en internet. Su web, su canal de youtube o sus perfiles en aplicaciones para compartir su música y su agenda de conciertos, a parte de su merchandising, que son la fuente de sus ingresos. Abogan por la música libre y que esta sea compartida, como por ejemplo de The Number of the Bitch (parodia de The Number of the Beast de Iron Maiden) o Master of Pizza (Master of Puppets de Metallica).



Nanowar of Steel están de lleno en el corazón del Heavy Metal, como otras bandas del freak metal, para hacernos divertir y para reírnos de nosotros mismos. Y de los demás. Una actitud, de lo más saludable.


martes, 13 de junio de 2023

Z Live Festival 2023. De cuando la lluvia apagó la música



Como agua de mayo esperaba el Z Live Festival de Zamora este año, celebrado el pasado fin de semana; y como agua en junio lo he vivido. Quiero dejar en mi bitácora unas palabras sobre estos días, como siempre para consumo propio, ordenar mis ideas y dejar para la posteridad -y quién lo quiera leer-, unas reflexiones sobre todo lo acontecido este pasado finde en la tierra de Viriato. Cada vez me da más pereza soltar mi opinión en un foro o las redes sociales y tener que entrar al trapo de todo tipo de contestario. Así que mientras disponga de este blog aquí van cayendo mis historias.

Decir, lo primero de todo, que dada mi especial situación necesitaba este festival, y en líneas generales la satisfacción es buena. Con las entradas compradas desde julio del año pasado, -y en realidad desde diciembre de 2019 cuando entre pandemia, suspensión y contagio de covid, me he ido perdiendo esta fantástica convocatoria, año a año-, ahora no podía dejarla pasar.

Con mi lesión necesitaba cierta información con respecto a mis posibilidades de acudir al festival. Y aquí está mi critica general a la organización: la falta de comunicación. En primer lugar, y al menos en mi caso, en tiempo y forma. Porque si te contactan repetidas veces por email para saber cosas tan básicas como si puedo entrar con muletas en el recinto, con una silla plegable, o si necesito algún tipo de documentación (recetas, tratamiento ingreso, etc.) ante una situación de movilidad muy limitada, no se puede pasar más de una semana en recibir una contestación. Lo siento, pero no. Hay que comunicar al día. La gente necesitamos esa información para anular o preparar cosas y no puedes tener a tu cliente esperando. Esto es algo que yo aprendí hace mucho tiempo ya, cuando empece a trabajar en el mundo web. Si se recibe un email, se tiene que contestar el día que entra en la bandeja de entrada. Y esta leerla todos los días. Y sí. Menos mal que a la hora de entrar nadie me ha puesto ni media pega para acceder con mis muletas. O el jueves y tras el concierto de Amorphis, con plena lluvia y a oscuras, salir por detrás de los escenarios para no tener que dar toda la vuelta al recinto. Muchas gracias al chico trabajador de la organización que me hizo un gran favor.

Este problema individual con la comunicación con los organizadores del festival es común a todos los asistentes con lo sucedido el viernes.

Evidentemente, nadie culpa a la organización de las tremendas lluvias que jarrearon el Z Live el viernes. Nadie al menos coherente aunque siempre hay de todo. La posibilidad de poder resguardarnos en el interior de la nave del IFEZA fue la auténtica salvación porque de no haber sido así habría habido problemas mucho más graves. Cierto es que se podía haber abierto la puerta en su totalidad para facilitar el acceso y habernos dado algo de música aunque fuera enlatada, o haber dispuesto alguna barra (a mi con la edad que voy teniendo, me habría entrado de maravilla un chocolate con churros). Pero pensad un momento, más allá de que se paralizará la música, lo qué podría haber pasado si una marabunta de personas tiene que huir en plena tormenta. En otros festivales de otros tipos de música hemos visto esas horribles y desagradables consecuencias. No está de más tenerlo en cuenta en este momento.

El problema viene con la comunicación. Esencialmente con la ausencia de comunicación. No hubiera pasado nada, si con casi todo la afluencia dentro del pabellón, alguien de la organización, aunque fuera a grito pelao, hubiera apelado a la tranquilidad y a que “se estaba trabajando en ello”. Todo el mundo entendía la excepcionalidad de la situación y se esperaba un mínimo de información para saber qué hacer.

Cuanto paró la descarga, nosotros salimos pero viendo el panorama que se estaba preparando en los cielos zamoranos (ahí arriba está la foto del momento) decidimos volver a Salamanca.

En la carretera de vuelta nos encontramos con una colosal lluvia que minutos después arrasó el festival y obligó a la suspensión de la jornada. Una jornada que pintaba, personalmente espectacular, con un cartel de imprescindibles a disfrutar y que se nos quedó a menos de medio gas.

Como digo, nadie culpa a la organización que demasiado tiene con lo que tiene. Estoy seguro que los primeros jodidos por la situación, son ellos mismos que han hecho de este festival su trabajo, y con dedicación y pasión, están haciendo algo muy grande. Llevar a una pequeña ciudad de provincias, aislada de los nudos de comunicación y sufriendo el ahogamiento que provoca Madrid fagocitando todo lo que tiene alrededor, un festival con un cartel internacional como el que están consiguiendo es un éxito sin paliativos. Una necesidad que a la vez es un lujo que no nos podemos permitir perder y que queremos salvar para disfrutar cada año. Zamora lo necesita y las y los metaleros de todo el Oeste peninsular también.

Porque yo estoy harto de tener que ir a Madrid a ver conciertos y a los grupos que me gustan. Tener que pasar por sus carreteras, estaciones y atracos de diverso pelaje. Ya me jode ir a ver los museos que me gustan a la capital, pues imaginad lo que siento con la música. Y mientras pueda voy a aplicar mi particular boicot a la metrópoli del centro peninsular.

El Z Live es un festival pequeño donde la organización siempre ha procurado cuidarnos y tratarnos con respeto. Yo así siempre lo he sentido en el resto de ediciones cuando he podido acudir, o estos años que ante la avalancha de situaciones he tenido que posponerlo. Por ello me sabe fatal la mala sensación que me ha quedado con la falta de información, primero a título individual, después a lo colectivo.

España lleva unas semanas con lluvias y tormentas por toda la geografía que hacían peligrar el festival. Personalmente, siguiendo las predicciones de la Aemet, veía como para jueves y viernes la posibilidad de lluvias era del 100% y eso puso muchas dudas a la hora de encaminarme a realizar un viaje de 700 km. cruzando el país para poder disfrutar del Metal (y de ver a mi familia claro). Por eso el comunicado de la organización de 7 días antes venía a tranquilizar a la gente en que el festival se iba a celebrar.

Imaginad por un segundo los malabares que hay que hacer para consolidar el festival. Conseguir estos grupos. Permisos, recinto, escenarios, barras, aseos, trabajadores, etc. Ahora pensad en lo que puede suponer para un festival de estas características tener que devolver parte de los abonos por la suspensión, por causas ajenas a la organización, como fueron las tormentas. En un festival que de entrada ya renunciaba a la masificación del evento, poniendo menos entradas a la venta que las que el aforo permitía, para buscar una mayor satisfacción en el público, en su gente, en sus clientes.

Antes, y dada la tormenta que el año pasado descargó en el recinto de la Ruta de la Plata en la edición 2022, se hizo el cambio de ubicación para poder disponer de un espacio cerrado en la que resguardarse. Si en algún momento estuvo en la mesa hacer un escenario en el interior, con todos los problemas de acústica y seguridad que podía ocasionar, se decidió descartarlo, buscando dotar de una mejor experiencia al público. Y con el comunicado de la semana anterior se descartaba esa posibilidad porque lógicamente, era imposible técnica y económicamente poner un tercer escenario o mover uno de los dos principales a la ubicación interior.

Insisto en la feliz circunstancia del pabellón cerrado ante la fuerza de la Naturaleza expresada en dos colosales trombas de agua soltadas con apenas una hora de diferencia el pasado viernes. Si hubo posibilidad de retomar el ritmo de actuaciones estuvo ahí, pese a que como he dicho antes, para mi fue un fallo por falta de información.

Esta nueva ubicación ha tenido varias criticas que en mi opinión son justificables y pueden ser el camino a mejorar: No está el graderío de la pista de atletismo del Ruta de la Plata, y por lo tanto, no estaban los asientos que siempre se agradecen para descansar y poder ver un concierto más tranquilo. Quizás se puede trabajar en tener más espacio para sentarse, incluido en el suelo, y sumar alguna sombra por lo que pueda pasar. Añadir más luz, en los laterales y donde las foodtrucks tampoco hubiera estado del todo mal. Los baños han quedado un poco escasos, aunque en mi experiencia no se dieron colas en ningún momento. De hecho, mi mujer destacaba el colosal trabajo de las chicas que limpiaban los WC portátiles del lado femenino. Impresionante.

Los precios de la bebida y la comida: pues en la línea habitual en este tipo de eventos. No me parecieron excesivos, aunque si altos, y en cuanto a la calidad y variedad de las viandas no me pareció nada mal. Sobre el aparcamiento si que al final tocaba caminar bastante ya que no había un aparcamiento al lado como en ubicaciones pasadas. Algunos puntos más con fuentes de agua se habrían celebrado pese a toda la que cayó del cielo. Y sobre los campings hay muchas quejas, pero ya sabemos lo que son y lo que implican en un festival, y más cuando se lía a llover. El barro te va a llegar hasta las rodillas, y descansar es imposible porque cualquiera que haya pasado una noche en una tienda de campaña, sabe que en cuanto amanece no hay quien pueda estar dentro. Y quien lo haya hecho en los festivales sabe de sobra que no hay quien duerma porque hay ruido SIEMPRE. Yo ya hace mucho tiempo que renuncié a los campings porque lo barato sale caro. Si que parece que hay camino de mejorar a la hora de proveer de más y mejores buses lanzadera.


Y de la música, ¿qué?

Pues que estoy encantado de todo lo que pudimos paladear:

El jueves llegamos con la actuación de los griegos Septicflesh en plena efervescencia y sonaban increíble. De hecho, esa fue la primera gran satisfacción, ver como había un sonido tremendo que se imponía al viento reinante y que nos hacía disfrutar. Sin duda, hay que tratar de volver a ver a esta banda en directo y disfrutar de su gran pericia y talento para desarrollar un death metal melódico, oscuro y denso y de muchísimo nivel.

A Symphony X, desde la lejanía del otro escenario, también se les oyó fenomenal y me amenizaron muchísimo la espera al plato fuerte del día.

Amorphis daba uno de los conciertos del festival con un show ya muy trabajado en el que repasaron buena parte de su ya dilatada discografía, en una apuesta densa e intensa que cobró especial significación con la lluvia que rocío a un público entregado. El talento descomunal de Tomi Juntsen en la voz, en armónicos y guturales nos alucinaba mientras todos los miembros de la banda, no quedaban atrás y mostraban ese sonido tan característico, mimado hasta el último acorde. Sin duda, para mi, triunfadores del festival y subido al podio de bandas que hay que ver siempre que se pueda.

En ese momento, nos recogimos porque el viernes venía con un cartel espectacular que invitaba a disfrutar de la música desde las 3 de la tarde hasta las 3 de la mañana.

Abrían el menú mis amigos de Kritter, que dieron un show mucho más redondo que el año pasado en Villena, favorecidos fundamentalmente por un sonido mucho más amable para con su divertida y ecléctica propuesta en la que nos enseñaron varios de sus nuevos temas, pero que encontraron comunión con los incondicionales que estábamos allí con Your Sacrifice y Sucker. Como siempre nos divirtieron y nos pusieron en forma para disfrutar todo el día.

La siguiente muesca, en el otro escenario era Jolly Joker, banda valenciana que sonaba de lujo y también han hecho que me interese y mucho por su música.

Volvíamos al escenario donde me apalanque con mis dos taburetes de la organización para disfrutar de Omnium Gatherun. Los finlandeses ya no es que tengan un metal potente y de una calidad sublime. Es que además se divierten muchísimo sobre el escenario y transmiten esa energía y esa diversión a un público que si ya está entregado de antemano, ante su muestra, se vuelve completamente loco. Disfrutamos como auténticos enanos con una actuación plena de simpatía y arrojo. Para rematar y tras la primera tormenta asaltamos a su joven batería Atte Pesonen que nos había alucinado con su maestría y la tranquilidad con la que ejecutaba y estuvo fenomenal y amable con nosotros. Otra banda que hay que ver siempre. Sí o sí.

El Altar del Holocausto descerrajaba su post metal con un sonido tremendo en otra banda que se convierte en imprescindible, cuando al igual que el año pasado el cielo zamorano se cayó sobre su propuesta. Parece evidente ya que ante la sequía, en vez de sacar vírgenes y muñecos de madera, contraten a estos paisanos míos que con su homilía de metal progresivo harán que el cielo caiga sobre sus cabezas.

En ese momento nos refugiamos y aunque en el parón de lluvias se trato de volver a arrancar, una nueva descarga hizo imposible continuar el festival. Nos quedamos con las ganas de ver a Insomnium, Angra, Eleveutie, Angelus Apatrida, Airbourne o Gigatrón. Un plan de fiesta sin fisuras que nos hizo lamentarnos. Pero es que no se podía hacer otra cosa.

El sábado llegamos con Crisix dando mucha caña a las cervicales de la platea, y haciendo que todos nos divirtiéramos. Encontraron continuación con GloryHammer que dejaron un concierto divertido y potente a partes iguales, muy variado en cuanto a presentaciones y composiciones. En conjunto una descarga de adrenalina gracias al trash metal de los catalanes y a la propuesta de power metal de esta banda escocesa que ha venido a revitalizar un género que parece, sólo parece, vivía de los éxitos noventeros de la vieja guardia.

A continuación Haken, con una propuesta plena de virtuosismo parecieron entender su momento en el cartel y ofrecieron un show más tranquilo, no exento de calidad, pero como si quisieran que la gente cogiera un poco de aire tras lo vivido y ante lo que venía, mientras disfrutaban de una buena dosis de progresivo.

Y es que después Dark Tranquillity ofrecía el concierto del festival. Impresionantes una vez más las huestes de un Mikael Stanne soberbio, agradecido, que se comió el escenario con su presencia y saber hacer, mostrando su calidad y con una banda que parece siempre en proceso de reconfiguración. Con solo una guitarra -no estaba Cristopher Amott-, con un Johan Reinholdz tremendo y ya liderando dejó un sonido no tan inmerso en la distorsión donde pudieron brillar sus compañeros; y con la batería ya en propiedad de Joakin Nilsson, tras la salida por descanso de Anders Iwers. Dark Tranquillity ofreció un concierto redondo, pleno de intensidad y acierto en el que el hilo lo llevó los últimos discos Atoma y Momentum, para acabar con unas celebradísimas Final Resistance y Misery Crown. Fue un concierto que se nos hizo breve, con una comunión pletórica entre público y banda, pero que nos dejo con una sonrisa de oreja a oreja. Siempre hay que ver a Dark Tranquillity.

Después ya llegaron los cabezas de cartel, Helloween que nos ofrecieron un espectáculo propio de su estatus, con Kiske y Andy Deris, a pleno rendimiento, con lo que pueden dar, en cada una de las canciones icónicas y también interactuando con el público. Ni puto caso a los intensitos que hablan de playbacks y cosas así. Veánse los videos que ya están en youtube, y dejen de dar la turra, por favor. Los dos estuvieron a un muy buen nivel e hicieron su trabajo fenomenal, jugando, guarreando y haciéndonos partícipes de un espectáculo memorable, junto a un Kai Hansen maestro de ceremonias que nos llevo por un viaje a nuestra adolescencia y juventud, ofreciéndonos todos sus himnos en un espectáculo potente y pleno.

Tras los alemanes nos recogimos ya, no porque no tuviéramos más ganas de música y metal, sino porque mi pierna, la espalda de mi hermano y la de mi mujer (gracias nena por estas tremendas palizas al volante que te has dado estos días) pedían ya atención.

Lo dicho. Ánimo a toda la organización y promotores del Z Live Festival. Cómo necesitamos que haya eventos y conciertos más allá de Madrid y Barcelona. Ánimo y fuerza para continuar, para mejorar lo que haya que mejorar y para seguir viéndonos cada primavera por Zamora.

Por último, quiero dejar aquí mi agradecimiento y admiración total al cuerpo de trabajadores del festival que fueron todo amabilidad, disposición y eficacia. De verdad, hacía mucho que no veía tan buen rollo entre un personal, que evidentemente, está trabajando mientras miles de personas disfrutamos. Espero que también disfrutarais un poquito, tengáis un buen salario para vuestras cosas y veros de nuevo en las próximas ediciones del Z Live en Zamora.


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