jueves, 16 de junio de 2022

La anormalidad democrática en Españistan

 

En una democracia, ¿qué es la normalidad para los demócratas? El respeto a los Derechos Humanos en el marco de la diversidad de todas las personas. No hay un ser humano igual que otro, pero todos y todas tenemos los mismos derechos y deben ser garantizadas las mismas oportunidades independientemente de esa diversidad, independientemente de su lugar de origen, de sus creencias, de su orientación sexual, de su sexo, de su lengua, de su ideología... Un demócrata, de izquierdas o de derechas o de “centro”, cree, o al menos debería creer, en esa igualdad y respeta la diversidad humana en todas sus manifestaciones; cree en el Estado de derecho y en el Estado social para garantizar la justa aplicación de la igualdad de derechos y libertades.

El debate político no debería de estar en este mínimo común compartido por todo demócrata. Estaría en las formas de gestionar el estado y los servicios públicos, como garantías de esa igualdad de oportunidades entre los ciudadanos, que constituye los cimientos de la democracia, como sistema político, que en principio, nos hemos dado entre todos. Se hablaría así, de aplicar medidas socialistas o liberales en esa gestión, con las consecuencias que ocasionarían y también, con los límites que socialismo y liberalismo deberían de marcar inexorablemente en una democracia. Cualquier desviación hacia al extremo en ambos lados provocarían el desmoronamiento democrático. Sobretodo en el caso del liberalismo, donde ya vemos, como el ultraliberalismo ha procedido a una voladura de los sistemas democráticos liberales de la segunda mitad del siglo XX al haber acabado con la igualdad efectiva de derechos y oportunidades.

¿Pero qué ocurre en Españistan? En Españistan se consiguió la democracia sin lucha, pasando de una dictadura fascista, militar y clerical que dejo una economía autárquica, un sistema social esquelético y un modelo de estado centralista y criminal para con el resto de nacionalidades del estado español y con el mundo rural. Un corpus político atrofiado y privilegiado con profundas raíces en el partido único y en la convivencia con un alto empresariado que lleva casi un siglo beneficiándose de continuo de los recursos del país y de sus gentes. Con estos mimbres y en un contexto de crisis decisiva y definitiva de un capitalismo que hace aguas y arrastra en su acometida a la democracia liberal, el fascismo vuelve a caminar sin máscaras ni disfraces y desplegando su batería de odio y atraso.

Con la esperada y a la vez torpe cesión del PP de CyL, de Mañueco y de su nuevo líder, Feijoo a la ultraderecha se pretende normalizar la nauseabunda forma de hacer política de Vox que tiene su emblema en el gilipollas que han puesto de vicepresidente que sin asumir responsabilidades políticas, pasa a cobrar un pastizal para únicamente enturbiar el clima político y disparar odio y víscera a todo aquel que no cumple con sus mantras cutres y trasnochados: hombres blancos, el ultracatolicismo, el machismo, la misoginía, la negación a las otras realidades culturales y nacionalistas, anteponer una suerte de derechos individuales dopados por la capacidad extractiva económica de las élites a los derechos colectivos, al bienestar y al bien común. Discutir el cambio climático y las medidas urgentes ya a tomar para paliarlo. Ignorancia cientifica, sexual, política, democrática,…

Vox es una gangrena de este sistema político españistaní que ya estaba enfermo y presentaba síntomas de agotamiento desde hace mucho. Es a la vez causa y consecuencia de los errores del pasado que no limpiaron las instituciones (ejército, fuerzas de seguridad, universidades y judicatura) de fascistas; del uso político, electoral y mediático de su ideario y sus seguidores para afianzar mayorías durante 40 años que no discutieron ni construyeron la defensa de la memoria y la democracia.

Extirpar el miembro mohoso, ennegrecido, rancio y tóxico es ya urgente pero el enfermo no se va a curar sin más. La podredumbre ya ha roído los huesos y el esqueleto se tambalea. Los órganos de la democracia en España también están podridos y si ya era urgente extirpar el fascismo de ellos hace 40 años ahora se convierte en trascendental. Se trata de justicia, de memoria y de coherencia. Y se trata de no olvidar los que con su dejación de funciones pero sobretodo con sus intereses personales y privados han favorecido el estado de las cosas de un país que se hunde en la miseria, sin convivencia, sin igualdad y siempre dependiente de los intereses de Estados Unidos.

La corrupción y el fascismo son las dos caras de la misma moneda que lastimosamente ancla en el atraso a España y a sus buenas gentes. Que haya mayorías que voten ultraderecha -ya sea pura y novedosa como Vox o disfrazada y antigua como el PP-, se debe al nulo proceso de redención política y democrática que se hizo con la transacción -cómo añoramos a don Julio Anguita-. También es parte clave de este insidioso tinglado la élite de un partido socialista profundamente clasista y herramienta de desposesión de los trabajadores al servicio de los poderosos. Así, los problemas se enquistan y no se solucionan, y las clases trabajadoras parecemos ajenas y sin defensa ante este estado de las cosas.

Pese a tener una parte del gobierno que está trabajando bien en mejorar, o al menos mantener, las condiciones de vida de las trabajadoras y trabajadores, estos avances pasan de soslayo sin atención mediática -los grandes emporios mediáticos que dominan este país pertenecen a oligarcas patrios empeñados en impedir que quienes estábamos hace 10 años en las calles y plazas lleguemos a gestionar- y sin ser reconocidos por la población como medidas que ahondan en su beneficio. En este contexto, disputar desde la izquierda la sempiterna campaña electoral que es la alta política de este país es una quimera y a la vez algo digno de estudio y agradecimiento.

Con episodios concretos como las elecciones autonómicas del próximo domingo en Andalucía, la necesidad de crear una candidatura fuerte de izquierdas que luche por la dignidad de la clase trabajadora es cada vez más urgente y al mismo tiempo, un camino inevitable.

El reto es hacer que la buena gente no se quede en su casa y vaya a votar. Y que vote a quienes les defiendan. Y que estos, antes, hayan dejado atrás las diferencias personales -casi siempre enfocadas en los curriculums que cada uno quiere hacerse- para articular candidaturas donde el programa político venga no sólo a defender la tibia democracia que padecemos y mantener mal que bien una igualdad simulada. Sino a venir a abrir las puertas y las ventanas de este edificio carcomido, erradicar el fascismo, denunciarlo y combatirlo, y ejercitar un programa que amplié la igualdad entre todas y todos para poder ampliar nuestro futuro.

miércoles, 15 de junio de 2022

Una Des calificación Mundial

 

El peor escenario se hizo posible. Apenas unas pocas semanas después de ganar en el campo la plaza para el Mundial de Rugby masculino Francia 2023, se perdía en los despachos por los usos y destrozos de una forma de hacer selección en los que se entremezcla ineptitud, corrupción, nepotismo y deslealtad. World Rugby dejaba en nada el billete sacado aquel domingo en la Central, atendiendo a las demandas de nuestro acérrimo rival Rumania (qué también tiene sus pasaportes oscuros), y marcaba como irremediable su primera sentencia (estamos a horas de que salga la resolución definitiva). La continua y descarada negligencia es lo que nos echa del mundial y al mismo tiempo que invalida el esfuerzo y el éxito deportivo, censura la dirección del rugby patrio, y se convierte en el arma que inflige un castigo colosal al rugby español del que va a ser muy duro recuperarse.

Ya en la anterior clasificación mundialista World Rugby puso en solfa el comportamiento de la FER con la conveniencia de varios de los clubes de División de Honor en su búsqueda de jugadores extranjeros que pudieran subir el nivel competitivo del 15 del León. Con bonificaciones repartidas entre los clubes, agentes y los propios jugadores, se alimentaba un negocio corrupto e inmoral que podía provocar lo que finalmente ha pasado.

Gavin van der Bergh es un pillier sudafricano que llegó en 2018 a Lexus Alcobendas. Su desempeño en el campo no ha sido ni espectacular ni decisivo como para hacerse un imprescindible en las convocatorias. No será recordando especialmente por sus habilidades en el campo y si por protagonizar un escándalo que nos daña, nos deja sin Mundial y envilece los nobles valores del rugby. Solamente ante el doble envite contra Holanda en noviembre del año pasado entró en las convocatorias y en los partidos. Y esos son los resultados que se han saldado con derrota para España en los despachos por su manifiesta ilegilibidad. Si hubiera jugado en las dos derrotas contra Georgia, hoy España seguiría en el Mundial.

Pero no. Van der Berg jugaba contra Holanda sabedor que no cumplía con las reglas de World Rugby para con los nacionalizados. La famosa regla 8 que velaba porque el jugador no hubiera salido más de 60 días al año del país de destino y que flagrantemente este jugador sabía que no cumplía. Mintió y se benefició, tal y como ha hecho su club, que de la nada salió a ser un claro aspirante a todo con varios fichajes del mismo pelaje y que con el escándalo estallado han revelado una trama por el que la captación de potenciales jugadores para la selección se convertía en un lucrativo negocio para jugadores, agentes, clubes e incluso directivos que debían velar por el cumplimiento de la normativa.

No está demostrada la conveniencia de la FER con la trama. No está claro que la dirección deportiva conociera la situación y que se haya beneficiado a titulo personal de los tejemanejes con convocatorias y pasaportes. Lo mismo puede decirse de la comisión de selección federativa. Lo que si que es seguro es que no han cumplido con su labor de asegurar la total seleccionabilidad de los jugadores foráneos llamados a filas. Que somos reincidentes de saltarnos la norma, y de que jugar al filo de las normas por ser competitivos nos ha vuelto a estallar en la cara. Y por lo tanto reciben el castigo de World Rugby.

Pero los verdaderos castigados somos dos entes del rugby español. Por un lado, y evidentemente, la selección, el 15 del León; el grupo humano que ha formado el equipo que brillantemente se clasificó para el Mundial, y que ahora se queda en tierra víctima de la avaricia y la mentira. Pasan de vivir un sueño a sufrir una pesadilla que les deja sin poder competir y ser partícipe de la mayor fiesta de nuestro deporte.

Y esa misma pesadilla se torna al rugby de base y aficionados que más allá de la oportunidad de disfrutar y de ver a nuestra selección jugando contra Irlanda, Escocia o la Campeona del Mundo, Sudáfrica, recibe el impacto colosal de un castigo por tramposos y corruptos a unas altas direcciones federativas que tenían que aprovechar el Mundial para construir mucho más rugby, más sólido y accesible. Perdemos la opción de crecer con una base sólida y por el contrario, somos castigados sin acceso a los recursos que podían propiciar ese crecimiento, estigmatizados por una forma de hacer, chapucera y chupoctera.

Parece evidente la limpia que hay que hacer en la federación y que se está alargando mientras se queman las etapas entre recursos y decisiones definitivas. El CSD apostó por el rugby al calor del éxito clasificatorio y ahora con la vergüenza internacional de que nos han pillado a todos en la trampa de unos pocos, tiene que entrar como elefante en cacharrería en llamas para tratar de apagar el incendio con la trompa. La limpia que necesita la federación es colosal porque de aquí en adelante para no estar en la eterna sospecha se tienen que ofrecer las máximas garantías en pulcritud, honestidad y honorabilidad. No bastará con ser creíble. Además habrá que parecerlo y hacer propaganda de ello.

Pero en medio, y mientras todas estas decisiones se toman, se asumen sanciones y responsabilidades, nos quedamos los aficionados que ansiamos por un rugby español que crezca y se convierta en un deporte más, el mejor deporte, para nuestros jóvenes. Queda mucho para construir un equipo impoluto que pueda luchar por la clasificación para un Mundial. Pero antes hay que hacer una limpia extrema para restaurar el buen nombre del rugby. Para que sus valores no sigan siendo pisoteados.

martes, 14 de junio de 2022

Crítica a la Razón Toledana

 

Visitar una ciudad o un área concreta durante unos pocos días, un fin de semana, únicamente permite vislumbrar su potencial turístico. Paladear unas pocas opciones del patrimonio local en sus distintas acepciones (histórico, gastronómico, cultural, natural, etc.). Si se tiene experiencia viajando, sobretodo en el ámbito propuesto, se puede discernir los recursos, con ventajas e inconvenientes en los aprovechamientos para hacer especial, recomendable o re-visitable esa cierta área, poniéndola en contraste con otros destinos de similares naturalezas y en competencia. El paisaje se impregna, mientras que el paisanaje apenas se otea. Los usos y formas quedan limitados a la mera transacción turística. Es imposible, por lo tanto, captar la esencia de ese lugar, fundamentalmente porque esa esencia se transmite en el día a día, de continuo.

Por eso mismo, lo que las primeras visitas de turismo y estar con mi pareja, me dieron buenas sensaciones en la ciudad de Toledo, ahora, que tras 5 años viviendo allí, hemos marchado, puedo hacer una crítica argumentada a la forma de ser de toledanos y toledanas de pro, que explica en buena medida, muchas de las cosas que allí suceden y cómo nos sentimos muchas veces, los que vamos a trabajar y vivir por aquellos lares.

Quiera el secarral y el menguante Tajo que de esta sarta de generalizaciones y hechos probados no se generalice en su negatividad a todas las gentes que allí cohabitan. Faltaría más, que tras más de un lustro, habitando las tierras del cardenal Cisneros todo contacto humano hubiera sido negativo y censurable. No, ni mucho menos. Guardo recuerdo, cariño y amistad de bastantes buenas personas con las que he compartido compras, servicios, salidas -las menos- y algún trabajo. Con casi todas y todos ellos compartimos un diagnostico en la valoración de la forma de ser y comportarse del toledano medio, más si cabe, porque muchas de estas personas, a pesar de llevar años viviendo en la ciudad, remarcan su origen distinto al de la capital manchega. Vengan de pueblos de la provincia, de la región, de otras ciudades o lugares, todos los que allí pasamos un tiempo acabamos hartos de la forma de ser del toledano de toda la vida -TPV- que orgulloso de ello se regodea en el fango de una manera de comportarse por lo general, maleducada, malencarada, déspota y para nada acogedora.

Probablemente en la virtud este el castigo, y dada la ingente cantidad de turistas y visitantes que recibe Toledo cada día, y en especial de abril a finales de octubre-, los allí residentes están cansados de bregar con los de los palos selfies, las sombrillas de colores, las visitas guiadas y las plazas enguarradas por los envoltorios de comida rápida de estos turistas lowcost. Pero eso no justifica unas formas de comportarse que dan la vergüenza ajena y te hacen sentir forastero en la propia ciudad que has elegido para vivir.

El proceso de disneyficación de la ciudad, por la que esta se esfuerza en atraer y atender visitantes, descuidando a los residentes es un hecho más que probado en Toledo y es algo que cala en el día a día y poco a poco, va quitando las ganas de interactuar por las calles de esta urbe milenaria. Buscar mesa para comer, cenar o alternar por Toledo es un suplicio al que únicamente se puede poner remedio reservando con antelación. Son pocos los ejemplos de establecimientos en los que acogen con gusto a los residentes, y que por lo tanto, te tratan con el ánimo de fidelizarte como cliente y parroquiano. Por lo general, y esto es una experiencia repetida por muchos conocidos, en muchos restaurantes y bares de Toledo la calidad humana en el trato es baja puesto que sabedores de que van a recibir turistas, prefieren el personal de paso y que se va a conformar, por lo general, con cualquier cosa, que en cuidar a personas con las que comparten código postal.

Célebre en el círculo de mis amistades es la anécdota de pedir café a las tres de la tarde un sábado de puente. Hasta 9 bares fuimos visitando sin que a nadie le diera por servirnos unos tristes cafés ante la retahíla de explicaciones estúpidas, balbuceos incoherentes y contestaciones mal educadas. Y narrar tan épica aventura acaba con la sorpresa y la solidaridad de muchas personas, que también residen en Toledo y se han visto en la misma circunstancia.

Por general, y está mal generalizar porque no es justo con las buenas personas, en Toledo son mal educados. No te saludan, no te dicen un simple "Hola!" aunque estén cansados de verte por las zonas comunes de la “urba”. He tenido experiencias en dos bloques, en sus garajes, portales y piscinas, y como yo, muchos amigos más. Este proceso se hace extensible cuando vas a comprar, subes a un autobús urbano o das con un funcionario concreto en alguna gestión necesaria. Puede parecer que haga un molino gigante de un mísero grano de arena, pero es tan lacerante la falta de educación, de saber estar y te hace sentir tan indigno que es punzante. Más, cuando es una tónica que se repite una y otra vez.

Al final, uno, en su día a día acaba haciéndose con sus lugares refugio para comprar y sentirse humano, con gente que se comporta como es debido y con quien da gusto comprar y consumir. Hacer un listado de estos es un reto y a la vez es injusto, porque se corre el riesgo de dejarse a alguien que ha sido amable y a la vez, también sufre los desmanes de la mayoría toledana. Pero recuerdo el Odelot, la terraza de Recaredo, el café Atenas, los chicos del Pastucci y la otra pizzeria que ahora no me acuerdo; Maxi y Elena, las hermanas pescaderas y su sobrino; Iván, Alberto y el otro charcutero; el gimnasio Roma; algunas buenas y amables bibliotecarias, los chicos de la copisteria Villaber… Con todos cuando he hablado ha coincidido dos cosas: la primera que sentían lo mismo que siento yo y escribo aquí; y lo segundo que veníamos de fuera de Toledo.

Otro aspecto que nos ha desesperado ha sido lo que hemos venido a llamar “ingeniería toledana”. Algo así, como una capacidad milimétrica para hacer las cosas fundamentalmente “al revés” que en el resto del mundo, haciéndote perder a ti dinero y sobretodo tiempo y la salud de tus nervios. Por más que pruebes y les muestres en la cara lo erróneo de sus planteamientos, lo viciado de su concepción, lo infrautilizado de sus formas y el desperdicio de recursos que sus maneras de hacer provocan, al día siguiente seguirán haciendo “lo de toda la vida”. Esto no es casual, cuando uno ha trabajado en varios sitios allí, en varios sectores, y se ha encontrado con gente haciendo las cosas mal directamente, muchas veces de maneras más dificultosas y costosas de lo que debería de ser, por probado y por conocido. Cuando tu chica en el Hospital tiene la misma rutina de necedad cada día. El que se retroalimenten en esa cabezonería, quita toda gana de innovación para mejorar su sistema, sus empresas y a ellas y ellos mismos. Y como uno no viene al mundo a discutir continuamente, al final, acabamos por hacer las cosas a nuestra manera para ganar nosotros nuestros tiempo, y ellos, que allá se las entiendan.

Para ir terminando, sólo decir que pese a que he sido feliz y mi pareja también, no acabamos de sentirnos acogidos y eso ha limitado mucho nuestra estancia, justo en el momento, en el que quizás, debíamos dar un paso adelante y radicarnos allí. Ha sido difícil sentirse cómodo, y sin embargo, fácil hacerlo frustrado por la falta de talante y talento de esta gente que se siguen creyendo la capital del imperio cuando no son más que un apéndice paleto de esnobismo madrileño. Cuando no son más que el decorado de finde de unos madrileños.

Me gusta la ciudad de Toledo y tiene unas posibilidades tremendas. Pero tiene unos déficits personales en educación y saber escuchar que les hacen ser muy poco considerados y tener unas capacidades muy limitadas para mejorar y aprender. Ójala estas cuatro letras se las tomen como propósito de enmienda y sean capaces de mejorar para ganar dignidad y futuro en su ciudad y territorio, manteniendo su buena esencia y su patrimonio, y cambiando estas actitudes que no les hacen ningún bien.

 

martes, 22 de marzo de 2022

Día Mundial del Agua: El Agua no puede ser un bien de mercado


El mundo es agua. Sin agua es imposible la vida. Cuando se investiga si hay vida en otros planetas, lo primero que se busca es el agua. Nosotros somos agua, por mayoría absoluta, cuando nacemos un 75%, adultos un 60%. El agua gana.

En nuestro planeta también gana el agua, más del 70% de la corteza terrestre está cubierta por agua. Otra vez mayoría absoluta.

Y el agua es necesaria para vivir. Beber agua es vital. A pesar de que haya tanta agua en la Tierra, el agua limpia y potable es un bien escaso. Los datos son escalofriantes. Más de mil millones de personas no tienen acceso a agua potable. Más de cinco mil niños mueren todos los días por falta de agua o por agua en mal estado.

Sin embargo, en el llamado mundo desarrollado el agua se derrocha, mientras que en el tercer mundo hay zonas de gran escasez. El calentamiento global contribuye a que se hayan extendido las zonas secas por falta de agua. Y poco se está haciendo al respecto. El futuro, con un planeta más poblado, es ciertamente gris.

El agua no puede ser un bien de mercado sujeto a las reglas de manos invisibles o apetencias y avaricias de los poderosos. Es un derecho humano. Inalienable. Un bien básico para toda la humanidad. Para su supervivencia. Pero también un bien y recurso vital del resto de seres vivos con los que compartimos este planeta. Y nosotros no tenemos más derecho que ellas para malgastar el agua y ponerla a disposición en los ecosistemas en base a intereses capitalistas. La salud y calidad del Medio Ambiente bien se puede medir por la salud y calidad que el agua que necesita para su correcto desarrollo en lo que conocemos como ciclos del agua.

No quiero decir, y de hecho no lo he dicho, que el agua no sea un bien económico. Su cantidad, calidad y disponibilidad han resultado determinantes durante toda la Historia de la Humanidad. La agricultura, el transporte, el comercio, la energía, la industria y la cultura ha avanzado y permitido unas mejores condiciones de vida para concretos colectivos al ritmo en el que el agua potable estaba disponible.

El derecho al acceso al agua y su uso responsable es un derecho que a de estar por encima de cualquier interés económico de terceros. Más derecho a su acceso tienen los pueblos indígenas que los oligarcas que  modernos colonizadores les roban su dignidad y futuro. Más derecho a satisfacer su necesidad tiene una familia con pocos recursos o en situación de pobreza que los accionistas y directivos de empresas públicas o privadas cuyo fin último es el lucro a través de especular con un bien básico.

Bastaría con que el agua estuviera bien repartida y habría para todos, pero el Norte tiene agua en abundancia (o cuando menos en mejores condiciones), mientras el Sur tiene escasez de la misma.

La situación comienza a ser bastante preocupante. Ese derroche de agua de los países desarrollados no puede continuar. Hay datos que nos deberían hacer pensar. Ese modo de vida, ese afán consumista tiene una repercusión que nos puede llevar al desastre. Los datos son concluyentes. Estos son solamente los que van ligados a la alimentación:

  • Para obtener un litro de leche son necesarios 1.000 litros de agua.
  • Para una taza de café son necesarios 140 litros.
  • Para producir un kg de ternera se gastan 16.000 litros.
  • Para obtener un kg de arroz hay que emplear 3.000 litros.

Y el agua necesaria para fabricar algunos artículos de consumo:

  • Un coche: 160.000 litros de agua.
  • Una camiseta de algodón: 1.500 litros de agua.
  • Un kilo de lana: 1.000 litros de agua.
  • Una botella de plástico para agua mineral se lleva 7 litros de agua.


Curiosa este último ejemplo. Mucho sabemos en el mundo desarrollado del consumo de agua embotellada. Ese agua que consumimos porque desconfiamos del agua que se sirve por la red municipal. Ese agua que compramos haciendo caso de la publicidad y despreciando el agua que sale del grifo, mil veces más barata y en muchas ocasiones –así ocurre en Madrid y en muchos otros sitios— de mejor calidad que la llamada “mineral”.

Simplemente agua, pero no toda el agua es igual. El agua más cara del mundo es la Bling H20, Es el agua mineral de moda entre la gente chic y, por ende, la más cara. Sus botellas son de cristal, las hacen únicas las incrustaciones de cristales de Swarovski y cuestan casi 370 euros.

Y mientras que Lady Gaga o Beyoncé consumen de estas botellas de agua pura, más de 4.000 niños mueren diariamente en el mundo por diarreas y enfermedades evitables debidas al consumo de agua en malas condiciones higiénicas. Hay mil millones de personas sin acceso al agua potable, y cada año se podrían salvar las vidas de 1.6 millones de personas si se les pudiera ofrecer acceso a agua potable y a instalaciones higiénicas, una carencia que en el 20% de los casos se debe al fracaso de las políticas gubernamentales.

Hace una década Bundanoon, un pueblecito de Australia, voto abrumadoramente a favor de prohibir el agua embotellada. ¿Por qué? Porque tiene un impacto ambiental tremendo. Y es que se gastan grandes cantidades de recursos en extraer, embotellar y transportar el agua embotellada para después generar montañas de botellas vacías que pasan a formar parte de la basura que desperdigamos por el mundo. Además, el agua embotellada es muy cara: una botella de medio litro suele costar un euro. Ese mismo dinero es lo que cuestan 1000 litros de agua del grifo en España. En la agricultura, un metro cúbico de agua cuesta tan solo 0,001 euros.

Con el dinero desperdiciado en aguas embotelladas se podría perfectamente proveer de agua a todas esas regiones marginadas que carecen de este precioso recurso declarado por Naciones Unidas como un derecho inalienable.

Un ciudadano estadounidense consume, de media, 200 botellas de agua al año. Para fabricarlas es necesario unos 17 millones de barriles de petroleo, del que el 86% no se recicla.

Vale la pena ver este vídeo, que lo explica mejor:

Por descontado que necesitamos consumir productos manufacturados, pero controlemos ese consumo. Es bueno saber lo que hay detrás de lo que compramos, y no sólo ver el producto final. No nos dejemos engañar por el espejismo de la publicidad.

O cuidamos el consumo de agua y hacemos por extenderlo a los que hoy mueren de sed, o estamos abocados a acabar en unas absurdas guerras por el agua, con el fin de sobrevivir. Es evidente que las guerras futuras, que antaño tuvieron el control de minerales como el oro, el petróleo o el coltán van a ser por el agua. No es casualidad que Paraguay sea el país más monotorizado y controlado por las agencias secretas como la CIA. Indudablemente sus reservas de agua dulce, las mayores del planeta provocan este hecho. Si bien nuestro planeta debería llamarse agua en lugar de Tierra dada la proporción del líquido elemento, paradójicamente ese bien (otrora calificado como "renovable") resulta escaso en sus condiciones óptimas para el consumo humano. Concienciar sobre lo limitado de este recurso es el primer paso, más aún en una situación de emergencia climática con sequías e inundaciones cada vez más graves y recurrentes. Un buen comienzo es constatar y hacer valer la suerte de disponer de un grifo con agua corriente.

En la situación actual de sequía en España, en parte no sólo por el calentamiento global, sino también por décadas de políticas hídricas totalmente erradas, ilógicas y criminales. Corruptas. Con graves carencias en cuanto a no sólo habilitar mecanismos para no dejar a nadie atrás, sino del más elemental control y fiscalización. Donde se producen más infracciones medioambientales y despilfarro de agua de toda Europa.

El derecho al agua limpia y potable es un derecho humano de primera necesidad. Hagamos lo posible por protegerlo en todas partes. Si no, lo lamentaremos. Mañana puede ser tarde.

lunes, 14 de marzo de 2022

Clasificación Mundial


Imagen tomada de Revista22

 

Ayer fue otro de esos días históricos del deporte español. Quizás uno de los más importantes aunque no lo parezca. Una de las hazañas más sobresalientes protagonizada por un combinado nacional.

Ayer, domingo 13 de marzo la selección masculina de rugby, los leones, se clasificaban por segunda vez para la Copa del Mundo del Rugby. La primera y única fue hace 24 años. Un hito histórico y trascendental.

Y lo hizo con un partidazo brutal que no puedo más que recomendar que veáis mientras yo lo guardo en mi cofre del tesoro, mi disco duro, ante Portugal. Ambas selecciones ibéricas protagonizaron un evento con una intensidad máxima y un nivel rugbístico sobresaliente.

Si hubiéramos tomado por el rojo de España a Gales y por el verde portugués a Irlanda, habríamos pensado, y con razón, que estábamos viendo un partido del VI Naciones. Del de verdad, del importante. Y resulta que leones y Os lobos se fajaron durante la mediodía madrileña y en el vetusto campo de La Central, en uno de los partidos de rugby total del año en el continente europeo. Así de claro.

Para ambos el partido era el momento de certificar un pase histórico a una cita mundialista, y aunque la presión era total, el nivel de juego mostrado fue sublime. Con una anotación alta fruto, no de errores y fallos defensivos, sino de un acierto ofensivo máximo por ambas escuadras, potenciando cada una sus virtudes: España su dinámica delantera, con un trabajo en el maul digno de mención. Portugal con un rugby de despliegue y a la mano de muchos kilates. La pericia defensiva de ambos se desajustaba por el empuje y la intensidad de unos y la precisión y el vertiginoso ritmo de otros. El partido llegaba al descanso 24-17 para los locales cuyos cuatro ensayos habían sido firmados por la delantera con un Marco Pinto excepcional, mientras que las marcas lusas venían del talento de sus tres cuartos.

A la vuelta el partido se volvía más táctico. Tanto España como Portugal jugaban con el marcador e iban pasando golpes de castigo (Ordás por España y el excelso medio melé Marques por Portugal) para vivir en la incertidumbre del ensayo transformado. El cansancio también jugaba su partido y aparecía para apuntalar varios errores en forma de pérdidas de balón de uno y otro contendientes. Los cambios mordían el césped mientras se desangraban los minutos hasta la jugada clave:

Tras un golpe de castigo en la melé por parte de España, Portugal manda el oval a la 22 en el minuto 71. El partido está en +10 puntos a favor de España. Portugal gana la touch y monta un perfecto maul, que es capaz de llevar a un metro de la línea de marca hispana. España lo para con infracción que otorga ventaja a los visitantes que tratan de encontrar el hueco en la línea local, defendida con vigor hasta el balón injugable.

Vuelve el balón a la touch a 5 metros y se repite la secuencia por segunda y tercera vez. Portugal pese a desplegarse hacia el otro lado es incapaz de firmar el ensayo y España recupera el oval hasta alejarlo de su zona de ensayo. Ya en el 80 cantándose la victoria española en la grada, los lusos consiguen posar y dejar el marcador final en el 33-28.

Partidazo épico para cerrar una clasificación que tendrá su colofón el próximo domingo en Tiblisi, donde España puede, si derrota a Georgia, ganar el Campeonato de Europa por primera vez.

Pero lo importante es la clasificación al mundial conseguida tras todo lo que ha pasado estos años.

Para empezar y para dotar de heroísmo al hito, España perdía los tres primeros partidos de la competición, contra Georgia, Rumanía y Portugal, dejando muy malas sensaciones de juego e infinidad de infracciones que mostraban la total falta de concentración del grupo.

Sin embargo, se han podido rehacer y desde entonces sumar 6 victorias consecutivas y aprovecharse del traspiés rumano en Krasnodar. Cuando más difícil parecía, cuando no cabía esperanza, los leones, se reponían en el seno del vestuario y sin nada que perder volvían a fortalecer sus señas de identidad y aplicarse en el terreno de juego para ir sumando las victorias (algunas terriblemente sufridas como la visita a Krasnodar con el ensayo de la victoria, y fundamental para la clasificación, en el minuto 82) y otras desoladoras como la que dejó la victoria en Países Bajos, donde tras el partido, en el Tercer tiempo, un trágico accidente se llevaba la vida de Kawa Leauma.

Tras esta terrible pérdida, el equipo se recompuso y ha ido mejorando en juego y concentración para al final sumar la clasificación Mundial en el día de ayer.

Con el mismo grupo, salvo un puñado de recambios por retiradas, España afrontó y consiguió la clasificación con la misma receta en la construcción del equipo: Jóvenes y veteranos jugadores nacionales que juegan en España o en Francia; y pescar en los jugadores franceses con ascendencia española o en los jugadores del Hemisferio Sur que juegan en España.

Aprovechando al máximo y al filo de la norma, la normativa que nos castigó en 2018, esta vez, parece que si, se ha conseguido un objetivo trascendental que debe de servir para una mejora de la situación general del rugby en nuestro país. Si formar parte de un Mundial, no se traduce en más fichas, más equipos, más ligas, más presencia mediática y más recursos (empezando por un estadio de primer nivel y mejores condiciones) para mejorar y acabar componiendo una selección nacional reconocible y con la que se pueda identificar cualquiera, éste éxito será una gota en un océano.

Estos días no he podido dejar de recordar lo sucedido en 2018. El robo descarado de un partido. Una federación europea que funciona como una mafia organizada, delinquiendo y malversando el caudal moral del rugby. Una federación mundial que tras muchas buenas palabras, y con el paso del tiempo como aliado, dio por validos los argumentos de alineaciones indebidas por parte de Rusia, dejando sin tocar y sin revertir el precedente de un partido comprado al máximo nivel. Sin más protestas o amenazas de ir a la justicia ordinaria por parte del rugby español. Aceptando sumisamente lo dictado por el órgano rector del rugby mundial. Pero ahora, hoy, en marzo de 2022 parece como si aquella claudicación se haya cobrado ahora.

Porque ante la guerra entre Rusia y Ucrania y el boicot internacional occidentalista a todos los niveles para con Rusia, el deporte y el rugby no han sido distintos. Se ha prohibido la participación de los equipos rusos y a la hora de jugarse la clasificación había que decidir qué pasaba con los partidos jugados y los por jugar de los rusos

Y en una decisión sorprendente y que contradice los propios acuerdos firmados por los países participantes y la Word Rugby, ante casos de suspensiones (en principio, por situaciones derivadas de la pandemía), el máximo órgano rector del rugby mundial decidía mantener los resultados de los partidos jugados, concediendo o preservando, el valor de los puntos ganados con sudor, sangre y lágrimas sobre el césped.

Pareciera, y no quiero que se me mal entienda porque tras estos seis partidos, España está justamente en un Mundial (como debió estarlo en Japón 2019), que ahora han recompensado al rugby español.

Pero lo cierto, y esperemos ya inamovible, es que España, el rugby español, jugará su segundo mundial masculino a finales del verano del año que viene en Francia.

Habrá que intentar estar ahí.

martes, 1 de marzo de 2022

Guerra en Ucrania

 

Un blindado ruso, calcinado en la ciudad ucraniana de Járkov este lunes. Visto aquí.

El Donbás lleva en Guerra 8 años, con violaciones de los acuerdos de alto el fuego de 2014, con la matanza sistemática de opositores al régimen de Kiev por parte de grupos paramilitares de clara ideología neofascista que han sido armados y entrenados por Estados Unidos. Este a su vez está tratando de mantener desesperadamente su posición hegemónica mundial inflamando conflictos en las áreas de influencia de sus potenciales rivales (Rusia, China o Irán-India-Pakistan) e incluso de aliados como Japón o la UE. Por lo tanto a mi juicio, es imprescindible hacerse un replanteamiento y análisis de la situación.


¿Por qué ahora se vuelve a un escenario de guerra abierta en Ucrania?

En primer lugar, no podemos olvidar que los índices de popularidad actuales de Biden son los más bajos de un presidente americano en su primer año de mandato. Y que costumbre es cuando baja la popularidad acelerar un conflicto armado en el extranjero apelando a unos “intereses nacionales” más que discutibles.

Conviene recordar que en de los casi 250 años de existencia de los Estados Unidos, se han pasado unos 222 años en Guerra. Exceptuando la Guerra de Independencia, la de Sucesión y las lanzadas hacia el Oeste contra los pueblos indígenas norteamericanos y salvo un par de episodios más, siempre lejos de sus fronteras y sin una amenaza real. Sólo excusas y justificaciones que valieron más para que unos pocos hicieran dinero con el sufrimiento ajeno.

Por su parte, Putin, expresa razones humanitarias pero sobretodo de afirmación nacionalista del espacio vital ruso, en el que incluye a Ucrania y Bielorrusia, y donde denuncia la ofensiva de la OTAN hacia el Este de Europa. También es un factor clave el reforzamiento del autoritarismo con el que maneja Rusia desde hace ya dos décadas, convirtiéndolo en un paraíso oligarca donde se persigue la contestación social. Ha esperado a que finalizarán los JJOO de Invierno en Pekín para lanzar el ataque sin ofender a su principal socio geoestratégico, China. Sociedad que comparte un único interés: Doblegar la hegemonía norteamericana en un mundo unipolar.

Por otro lado esta “la vieja Europa”. La señora ya mayor y adormecida que casi no le queda voz ni para poner orden a una voz entre sus propios miembros. Que se muestra cautiva tanto del peso aglutinador que proporciona Estados Unidos (en materia comercial, militar o política) y de la influencia rusa (tanto por unas historias y geografías comunes, por lazos económicos y energéticos mutuos). Que no acaba de entender que el eje mundial ha cambiado del Atlántico al Pacífico-Índico. Y que no es capaz ni siquiera de mostrar una voz propia que pueda garantizar su seguridad y progreso que pasa inequívocamente por el reconocimiento de Rusia no como un amaneza o incluso un enemigo, sino como un aliado, cooperador necesario y buen vecino. La Unión Europea del capital, extremadamente neoliberal, con cada crisis internacional queda más desacreditada e inoperante presa de los interéses de terceros.

Existen al acceso de cualquiera artículos contrastados que marcan las razones de esta confrontación, pero hay uno que está claro y diáfano: Esta guerra se podía haber evitado, pero no se ha querido. Es un fracaso de la sociedad (así dicho, sin costuras ni limitaciones) occidental. No hemos puesto en marcha, ni siquiera en común, compromisos éticos fuertes y diligentes hacia la paz y la seguridad, entendida esta última como el respeto y la consideración hacia otros países y colectivo, siempre dentro del orden marcado por los Derechos Humanos.

Sin embargo, tenemos ya en marcha una guerra abierta con el ataque ruso sobre territorio ucraniano y marchando hasta Kiev. Sin duda censurable y reprobable. Como también lo son los acuerdos incumplidos por parte de Kiev y sus aliados occidentales, con Estados Unidos a la cabeza y con la UE absolutamente inoperante y subsidiaria de los intereses hegemónicos yankees. Todo ello mientras se amplían presupuestos militares y gastos en armamento, justo cuando se cumplen dos años de la llegada de la pandemia de la COVID-19 cuyo impacto ha sido indudablemente mayor debido a los recortes y restricciones de gasto en servicios públicos, en especial en servicios sociales, educación y sanidad, pero también en investigación y desarrollo científico.

Es insultante observar como se aprueban (y lo hacen sin la más mínima discusión, repulsa y contrariedad tanto social como de los medios de (des)información) millones y millones de euros dedicados para matar a otros seres humanos cuando venimos de unos años, y no sólo a los dos últimos sino desde el estallido de la crisis-estafa económica de 2008, en los que el gasto público ha estado preso de recortes.

La verdad de la escalada bélica y la guerra abierta la sufren las víctimas. Pero las razones que empujan a ello se suelen sustentar en relatos identitarios y que esgrimen el juego ofensa-defensa o nosotros contra ellos.

En ese sentido, una labor tremendamente urgente es poner en cuarentena las informaciones (o desinformaciones) que se reciben. Reclamar como sociedad un periodismo veraz y comprometido. Ser exigente también con nuestros mandatarios para que la verdad no sea una figura retórica sino un compromiso ineludible. Y también comprometernos en estar mejor informados, contrastando y desechando opiniones partidarias por la construcción de las propias en base al conocimiento.

Si como al principio decía, Ucrania y Rusia, en el Donbás, llevan 8 años batallando es importante que seamos capaces de saber por qué ahora salta a la palestra. Por qué este conflicto. Por qué no otros. Por qué no los bombardeos diarios del amigo árabe en Yemén. La opresión continua de Marruecos en el Sahara o Israel con Palestina. Por qué hay víctimas que "valen" más. A quiénes les valen más. Qué relatos sustentan.

Al final, el dolor y la violencia se desatan sobre las clases bajas, mientras que los que toman decisiones, y hoy en día ya, los accionistas de las empresas interesadas en el conflicto (armamentísticas, seguridad, energéticas) se frotan las manos al calor de los tremendos beneficios que ocasiona una guerra.


Como decía el añorado Julio Anguita: “Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen”.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...