jueves, 4 de octubre de 2018

Justicia para el rugby español


Han pasado casi ocho meses desde el partido del pequeño Heysel de Bruselas. Se ha resuelto ya la clasificación para la próxima Copa del Mundo de Rugby, la del año que viene en Japón. Pasaron primero las semanas en las que se aclararó como se llegó a aquella situación. Y luego los meses de silencio de una World Rugby que tomaba cartas en el asunto para descifrar las redes clientelares de Rugby Europe. Cayeron las sanciones individuales a los jugadores españoles que se saltaron el código de honor del rugby y protestaron con violencia al árbitro.
Pues bien, ese árbitro, Iordaneschu, después de su arbitraje absolutamente parcial y repudiado por voces autorizadas del rugby mundial de cualquier pelaje, ha sido designado esta semana para un partido de la Challenge, tercer torneo continental de clubes y por lo tanto responsabilidad de la EPCR (European Professional Clubes Rugby) el otro estamento del rugby europeo.
Desde el Bélgica vs España del 18 de marzo en Bruselas que metía en el Mundial a Rumanía directamente (país de donde proviene el malaje de Iordaneschu) hasta esta semana lo que pasó realmente fue que los manda mases del rugby mundial y europeo conjuraron para que no cambiará nada a través del desempeño en el campo de juego. Y si cambiaba que fuera para su favorito, Rusia.
Aquél desapacible, por lo meteorológico y lo sucedido, día en el pequeño Heysel el rugby se convirtió en un deporte cualquiera, polémico, bronco, oscuro y cegado por los intereses económicos por encima de la pureza del juego y la fraternidad del enfrentamiento. En 80 minutos traicionó todo lo que llevaba defendiendo desde hacía casi 170 años, y durante todo este tiempo ha profundizado esa traición.
Cuando World Rugby a través de su presidente el argentino Agustín Pichot tomo el mando de la situación nos felicitábamos pensando en que se iba a reparar al principal perjudicado, el rugby. Y después al siguiente, el rugby español, que trata de crecer y de hacerlo con una participación mundialista que espoleé el profesionalismo en el país potenciando unas ligas medianamente profesionales. Hoy sabemos que es un hipócrita que ha vaciado de contenido sus pláticas para mantener un status quo que sólo beneficia a los mismos dinosaurios de siempre. Y en este caso no estamos hablando de países del entorno anglosajón, sino más bien de los parásitos que por interés personal han impedido de continuó una transmisión sana entre le rugby de primer nivel y el segundo.
No ha tenido ni autoridad, ni huevos, para tomar una sola medida disciplinaria, moral o ejecutiva que cambiará las cosas. Así tenemos impunes a quienes reventaron por dentro la filosofía del rugby. Iordaneschu sigue pitando. Moraviu, el presidente de la Federación rumana, sigue conchabando. Rugby Europe sigue igual. Las nacionalizaciones igual de confusas y la elegibilidad de equipos “B” o sub20 nada claras.
Se ha administrado una justicia tardía y cobarde, difusa y cómplice de las tropelías. No se ha castigado a Rumania que se clasificó tras nuestra derrota en Bélgica propiciada por un arbitraje parcial y delictivo perpetrado por un trabajador de la propia federación de los Robles. Descalificada por alineación indebida no tiene ninguna sanción más, ni sobre la federación, ni sobre su presidente o responsables. Tal conspiración no ha tenido ninguna consecuencia para los urdidores. Bélgica sale indemne pese a demostrarse que ha competido durante 3 años con jugadores que no podían ser seleccionados y con el que consiguió primero el ascenso desde el VI Naciones B. No desciende. No jugará eliminatoria de descenso. Nada.
Rusia clasificada para el Mundial y que jugará ese apetitoso partido inaugural (y ojo a su desempeño porque puede que también salga clasificado para el siguiente en 2023) sabía de la in elegibilidad del tongano de los rumanos (¿tráfico de influencias?) esperó acontecimientos para denunciar en el momento oportuno y pescar en el barrizal del rio revuelto que es Rugby Europe.
El rugby español demostró su obrar legal o cuando menos sin responsabilidad directa en descargo de la Federación Francesa por las alineaciones de Belie y Fuster, y sin embargo se queda sin el Mundial ganado sobre el verde y en una situación muy dramática que ha de empezar a revertir el próximo noviembre en las ventanas (partido más que vital contra Samoa, el rival en la repesca) si quiere luchar por estar en Francia 2023.
También queda sin castigo una Rugby Europe que ha montado una clasificación para un Mundial, torneo de World Rugby, llena de irregularidades en sus propias narices.
Y para colmo deciden que no se puede repetir el partido “para no crear precedente”, dejando el precedente de que un partido manipulado por un arbitraje mafioso y parcial no tiene ninguna consecuencia para los interesados.
La pregunta es, ¿debemos aceptar esto?
Y la respuesta es viendo la forma de ejecutar de la FER es que si, por más que escueza y por más que indigne que los verdaderos castigados por el establishment del rugby mundial sean los que sufrieron las tropelías en el pequeño Heysel.
Desconozco si la rendición actual es por respeto a un organismo que no lo merece, ya que World Rugby sólo funciona como un garante del orden establecido en el rugby mundial, o como requisito a futuras prebendas hacia el rugby español negociadas de espaldas a la luz y los taquígrafos (por ejemplo se me ocurre una plaza de privilegio en la posible y futura Liga Mundial). En cualquiera de los casos me parece un error porque aceptar chantajes de estos impresentables no augura nada bueno.

Además sería aceptar, como parece, una decisión que no sólo ha quitado la posibilidad de jugar el próximo Mundial, sino también de estar en condiciones de estar en los próximos. Me parece que no somos conscientes de la oportunidad pérdida. De que estando el año que viene en Japón se expondría el rugby español, del que necesitamos a los franceses para poder competir, pero que con los recursos y visibilidad adquirida valdría para sembrar el futuro. A los hispano-franceses les daría un impulso tremendo jugar el siguiente mundial, en Francia, con el XV del León. Pero sería la última generación. Mejoraríamos las escuelas y clubes patrios. Los jugadores podrían crecer becados en clubes y escuelas francesas. Habría un crecimiento. Pero todo esta teoría se va a refrendar en Rusia que ya estaba haciendo las cosas mejor a nivel de clubes y ahora a nivel de selección puede adquirir una distancia sideral, cerrándonos de facto junto con Georgia la puerta de los Mundiales y el asalto progresivo al tier 1 de World Rugby.

Nos han quitado todo, sobretodo el futuro del rugby español, y así somos lo suficientemente peligrosos porque no tenemos nada que perder. Es el momento de pasar por el TAS y si es necesario por la justicia ordinaria, sin miedo a represalias porque no puede haberlas y hacer valer nuestros derechos que además servirán para limpiar los organismos del rugby europeo y mundial.
Demostrar en los tribunales que el fallo de la norma no es nuestro. Que el fallo en las elegibilidades y por lo tanto en las alineaciones no es nuestro. Que el partido amañado no es cosa nuestra. Y sobretodo demostrar que no vamos a parar hasta reparar la cadena de injusticias cometidas para salvaguardar un orden establecido oligárquico y caciquil como es el de Rugby Europa y el tier 2.
El apoyo a esta estrategia de la FER a de ser total. De todo el rugby (escuelas, clubes, aficionados, periodistas). Con el COE y el CSD. Con el Gobierno. No sabemos que componendas dependen de las promesas y compromisos de World Rugby o Rugby Europe (Seven, femenino, clubes profesionales, etc.) pero todos quedan en entredicho con lo sucedido estos meses y con el mal infligido a un rugby que vivía el sueño de competir con los mejores.

Si estamos ya renunciando a la explosión del profesionalismo en el rugby es porque venimos y conocemos, otros mucho más que yo por supuesto y por desgracia, el rugby de antes. El de los valores, el respeto y el compañerismo. El del código de honor y el código de lucha. De sacrificarse y no rendirse. De ser caballeroso con el derrotado y agradecido con el vencedor. De asumir lo que venga y si en ese caso son sanciones o quita de subvenciones al menos habremos demostrado la verdadera cara de quienes mandan en el rugby mundial y su apego más profundo al dinero que al maravilloso juego que dicen representar.

miércoles, 3 de octubre de 2018

Música en Televisión


Franz Ferdinand en "La hora musa" de La2, octubre 2018

Pasados más de 100 días del Gobierno del PSOE de Pedro Sánchez y de los 84 diputados, y con casi ninguna novedad con los temas prioritarios para dar dignidad a la democracia Españistaní (en próxima entrada daré cuenta de ello) se ha estrenado la Nueva Temporada de La2.
Y es que el casi único cambio hecho por el nuevo Gobierno ha estado en la limpieza y purga de los elementos fascistas que gangrenaron y parasitaron el ente público los últimos 7 años y de los que hacía falta desprenderse, hacer públicas sus tropelías, corrupciones y manipulaciones, y hacer acto de contrición legislativo y también depurativo, para que no se vuelvan a repetir en un casposo futuro. Evidentemente, se vocifera por la derecha el interés del PSOE en controlar la televisión pública, pero conviene no olvidar que bajo la batuta de Zapatero RTVE alcanzó los más altos estándares en transparencia y pluralidad en las informaciones y calidad en los contenidos, con premios y nominaciones a nivel internacional.
Por eso no puedo dejar de pasar la oportunidad de volver a escribir y volver a publicar en esta humilde y pendiente de redención morada, con el festivo hecho de que desde el lunes 1 de octubre La2 haya estrenado una nueva programación en su franja de prime time (desde las 20:30 hasta las 0:30) en la que el principal protagonista es la música.
De lunes a viernes a las 20:30 antes del Td2 en La1, tenemos “La2Noticias”, el espacio informativo riguroso, desenfadado y fresco que durante tantos años nos ha llevado a la cama contándonos las historias más ocultas, y muchas veces trágicas, de la actualidad internacional, casi siempre bien incómodas para el sistema imperante.
Después, sobre las 21:00 aparecen los programas de contenido cultural que acercan la literatura, el cine, el teatro, el arte y la contra-cultura a los espectadores. Pagina2, Atención Obras, Días de cine… espacios todos ellos necesarios, que esperamos adquieran la importancia y redundancia imprescindible para la buena calidad de la propuesta de una televisión pública en su perfil más cultural.
El cine, sigue siendo una seña de identidad de la propuesta, pero ya no, afortunadamente, con las películas de cine español, propiedad de Enrique Cerezo y que bien para sus intereses ha venido cobrando los últimos años. Ahora habrá hueco para el cine independiente internacional, el cine europeo y se recuperan los clásicos.
Pero la gran novedad y la gran apuesta es recuperar en la Televisión Pública la música en directo como arma para atraer a la audiencia. Serán los martes donde a una cautivadora dosis de “Cachitos de hierro y cromo” -el programa presentado con brillantez por Virginia Díaz que rastrea por el archivo de RTVE para traernos actuaciones y contenidos musicales de épocas pasadas más felices- y el nuevo programa “La hora musa”, donde siguiendo lo visto anoche, se ofrecerán apuestas en directo de grupos internacionales y nacionales y de diversos estilos, con entrevistas, y espacios de reportajes temáticos. Una grandísima y necesaria noticia.
Bajo este formato los programas musicales hoy en día tienen la dificultad de que nos hemos vuelto muy haters en cuestión de gustos, y si no nos ponen lo que nos va, nos quejaremos y llegaremos al boicot. Sin embargo, bienvenidas sean estas iniciativas, que aunque no complazcan a todos, al menos documenten una parte de la música actual trayéndonos a nuestros ojos y oídos artistas actuales muy interesantes. Así como ayudan a recuperar la espectacular música de finales del siglo XX (emocionante ver el TecnoPop ayer, así como las referencias a las portadas del Ziggy Startdust de Bowie o el Animals de Pink Floyd).
Si no es así, dentro de 30 ó 40 años en el Cachitos que corresponda verán un impass, no se si definitivo, de 20 años en los que no hubo más música en televisión que la que salía de Operación Truño y sus sucedáneos.
Cautiva y desarmada hace ya 18 años que la música en TVE claudicó ante el “fenómeno OT”, convirtiendo toda actuación emitida en el ente público en un refrito con los mismos y sempiternos protagonistas o sus nuevos clones, donde lo más valioso no era su calidad, sino su capacidad para vendernos sus vidas privadas y “éxitos” comerciales creados bajo el mismo patrón.
La música independiente, el rock, el punk, incluso el más atado comercialmente hip-hop (que también tendrá su espacio en la nueva La2 los miércoles en un espacio de cultura urbana) quedaban arrastrados a la madrugada en el escenario de “Los Conciertos de Radio3”.
Toda aquella riqueza y amplitud de miras musical y cultural vuelve al prime time para enriquecernos con algo más de libertad y variedad. Espero con gran ansía que se confirme y reafirme este compromiso, trayendo la mayor variedad musical posible (y si, como heavy, a lo mejor peco de incauto) y que se convierta en un hito para mejorar de una vez por todas la televisión de éste país.




lunes, 16 de julio de 2018

La España vacía: Retrato de una injusticia secular

En las montañas, la llegada de una carretera casi siempre ha servido para facilitar la fuga de los vecinos y no la llegada de los nuevos.


Cayó en mis manos La España vacía, el libro, mitad ensayo, mitad novela de viajes de Sergio del Molino, periodista aragonés, que nos invita a sumergirnos con él en la realidad de ese país dentro de nuestro país, en el que la despoblación, los prejuicios y el más absoluto desconocimiento propiciado por los medios de comunicación, se nos oculta y deforma.
Esa España desconocida, de autovías sin tráfico y carreteras comarcales mal asfaltadas y peor atendidas, existe y se muere según escribo estas líneas y tú las lees. Esa España retratada a conciencia como bárbara, cutre y con condescendencia bucólica, se pierde sin más, sin importarle ni a las mayoritarias poblaciones urbanas, ni tampoco a políticos y partidos, pero también y por qué no decirlo, en ocasiones sin importarle a quienes viven allí.
Es evidente que el triunfo del capitalismo, como modo de organización de la sociedad, se basa en la supremacía de la ciudad por encima del pueblo y del medio natural. Lo es en las relaciones y servicios que reciben habitantes de uno y otro territorio, y con el tiempo se ha demostrado, como “necesario” para el buen funcionamiento del capitalismo ultra liberal, el desmontaje de los usos y modos de vida del mundo rural, donde hoy vemos cientos de miles de hectáreas dedicadas al sector primario abandonadas y sin posibilidades de rentabilidad, mientras nos alimentamos con productos traídos desde miles de kilómetros, simplemente porque ofrecen una rentabilidad inmediata al empresario-explotador y al financiero-especulador.
El mapa que aparece a continuación muestra un fenómeno que no es ajeno a ninguna otra parte del mundo: La concentración de población (y por lo tanto de riqueza) en las zonas urbanas, frente a las zonas rurales.


Pero en España adquiere ya tintes dramáticos donde la mitad de la población se aglutina en un puñado de centros urbanos, donde destacan las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona.
Nuestros desequilibrios demográficos son especialmente graves en más de la mitad del territorio nacional. En 268.083 kilómetros cuadrados de nuestra superficie, el 53% del total, solo vive el 15,8% de la población, y todo indica que este último porcentaje sigue cayendo. En el Real Decreto por el que Rajoy creaba un Comisionado del Gobierno frente al reto demográfico se recordaba que 10 de nuestras 17 comunidades autónomas cuentan con un saldo vegetativo negativo de población.
En un informe de enero de 2017, la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias) llegaba a la conclusión de que más de 4.000 de los municipios españoles -es decir, la mitad del total que tenemos- se encontraban en esa fecha “en riesgo muy alto, alto o moderado de extinción: los 1.286 que subsisten con menos de 100 habitantes, los 2.652 que no llegan a 501 empadronados y una parte significativa de los más de mil municipios con entre 501 y 1.000 habitantes”.
Desde la misma Federación se ha impulsado un estudio con la Universidad de Zaragoza, donde su catedrático Francisco Burillo desarrollaba en sus estudios la llamada Serranía Celtibérica (una amplia región española en torno a las montañas del Sistema Ibérico que va desde las provincias de Valencia y Castellón a las de Burgos y La Rioja, pasando por Cuenca, Teruel, Guadalajara, Zaragoza, Soria y Segovia), el profesor Burillo y sus colaboradores son aún más contundentes. Denominan a la zona como la Laponia del Sur y afirman: “Con una extensión doble de Bélgica, sólo tiene censada una población de 487.417 habitantes y su densidad es de 7,72 hab/km2. Cuenta con el índice de envejecimiento mayor de la Unión Europea y la tasa de natalidad más baja. Este desierto, rodeado de 22 millones de personas, está biológicamente muerto”.
Las diez provincias de la Laponia del Sur son solo una parte de la España vacía. Hay muchas otras provincias con zonas despobladas y en trance de quedar “biológicamente muertas”: Orense, León, Zamora, Salamanca, Ávila, Palencia, Ciudad Real…
El vaciamiento de la mayor parte del territorio español, además de provocar un grave problema de desequilibrio socio-territorial, compromete también las cuentas públicas –encarecimiento de los costes de prestación de servicios públicos y sostenimiento de infraestructuras-, y supone una pérdida de potenciales activos de riqueza por el desaprovechamiento de recursos endógenos”, afirma la FEMP en su informe. Y añade: “Constituye un error considerar que invertir en el re-equilibrio territorial y en la lucha contra la despoblación es un coste. Ha de ser entendido en términos de derechos de la ciudadanía a la igualdad de oportunidades y a su propia “tierra”, y de los territorios a contribuir con sus mejores fortalezas al crecimiento de su comunidad y su país. Es, pues, una inversión en cohesión social y territorial y en fortaleza y sostenibilidad del modelo económico y social”.
Apenas tres meses después de su informe, la FEMP proponía un amplio listado de medidas para resucitar a la España vacía y biológicamente muerta o camino de estarlo. Desde crear una mesa estatal contra la despoblación y una estrategia conjunta de todas las administraciones públicas hasta recuperar la Ley de Desarrollo Sostenible, incorporar de forma explícita a los Presupuestos de cada ejercicio de todas las administraciones públicas una estrategia demográfica, dar incentivos y bonificaciones fiscales a quien invierta en las zonas despobladas, impulsar sellos de calidad territorial para la producción local, gestionar viviendas ahora vacías, establecer por vía legislativa una carta de servicios públicos garantizados para los ciudadanos de dichas zonas o incluso lanzar un plan que reduzca la brecha digital entre la España despoblada y la España urbana.
La lucha contra la despoblación –añaden en la FEMP- no es un fin. Es un medio para hacer el planeta más sostenible. Es parte de las políticas de sostenibilidad medioambiental. Es más sostenible repartir la población que concentrarla”.


Las causas y razones por la que al mayor parte del territorio nacional, languidece y muere nos llevan a remontarnos a otras épocas históricas. Desde los asentamientos para establecer una malla en la Península Ibérica planteados por el Imperio Romano, a las repoblaciones con normandos durante la Reconquista o los intentos durante la -escasa- Ilustración española, o los nuevos pueblos del franquismo.
Sin duda alguna el gran motivo que explica el atraso y con el la retahíla de prejuicios y dificultades que atraviesa el mundo rural español se muestra en la estructura social de nuestros pueblos, comarcas y también provincias.
Desde siglos en la estructura socio-política de estos territorios se hicieron fuertes elementos propios de un caciquismo rural, prácticamente medieval, apoyado en gran medida por la iglesia católica española, que lejos de desmantelarse en un proceso de democratización normal, se rearmaron, solidificaron y afianzaron, convirtiéndose en los famosos barones territoriales de los grandes partidos nacionales.
Estos, por su agresiva avaricia de poder y dinero y para poder sobrevivir políticamente, montaron redes clienterales que convirtieron el reparto de ayudas, tanto estatales como las de la PAC (Política Agraria Común de la UE. Estas ayudas reciben una crítica feroz por parte de sindicatos agrarios porque se aplicaron sobre un reparto de la tierra medieval, donde pocos propietarios de carácter nobiliario recibieron ingentes cantidades de dinero que no invirtieron en explotaciones agrarias) en una fuente de nepotismo y negocios turbios que lejos de paliar las seculares deficiencias en servicios y futuro de los pueblos y del mundo agrario y rural, las profundizaron hasta convertirlas a día de hoy en casi irreversibles.
Bajo este escenario se hace natural y hasta comprensible la marcha de los jóvenes de los pueblos de la España rural, ya no sólo como proceso de emigración campo-ciudad, sino como huida hacía un “mundo” más amable y fácil para llevar a cabo un proyecto de vida.
El otro gran motivos que ha llevado a que durante la historia se hayan hecho tantos intentos por repoblar el país, o mejor dicho, repartir la población en él, como método de cohesión y sostenibilidad económica, social y en último término medioambiental, esta la calidad de los suelos. La España vacía, es a su vez la España del secano, de los cultivos de bajo rendimiento, lo que sumado al reparto de las tierras que sin excepción y de manera histórica ha estado siempre en manos de muy pocos terratenientes, ha matado la posibilidad de desplegar un sector primario que mantuviera a la población fijada en los entornos rurales.
Sólo ahora, en los últimos años y por primera vez en la historia, surgen en España, pequeños propietarios que bien por iniciativa propia apoyada por capital financiero (eminentemente las cajas rurales) o bien desde cooperativas, impulsan productos alimentarios capaces de crear un empleo con la calidad y estabilidad suficiente como para fijar población y que esa población sea joven que quiera realizar ahí su proyecto de vida. Es la manera de atar servicios en los pueblos y las comarcas, y la única forma de que el bienestar y por lo tanto el futuro del mundo rural español no se vaya a pique.
Lamentablemente son unos pocos “salvavidas” en medio del naufragio del campo español, que sigue siendo, y hasta que no haya un cambio conceptual en los urbanitas y sus políticos, el terreno para las tropelías, los basureros y las industrias sucias y sin respaldo social que necesitan las ciudades.
Al calor de la especulación no faltan proyectos, casi todos ellos en el sector de la minería que dejan al mundo rural como subsidiario de las necesidades del mundo urbano y muy especialmente de los intereses de unos pocos burgueses acumuladores de capital.
Es el argumento de Bienvenido, Míster Marshall repetido en bucle. Cientos, tal vez miles de pueblos que reciben entusiasmados a cualquier portador de gallinas de huevos de oro. Los tiempos de la especulación urbanística, a finales de los años 90 y principios de la década de 2000, alentaron una especie de fiebre de hormigón. Cualquier huerta arruinada heredada de los abuelos podía ser fuente de riqueza. Cualquier parcela podía interesar a los constructores de fantasías, aeropuertos y autopistas. En La Mancha hay municipios que han llegado a competir para quedarse con un cementerio nuclear.”
El entrecomillado anterior es un extracto de La España Vacía. La negrita final es de mi propia cosecha, para destacar el acierto del autor al mostrar como muchos de los regidores que tienen y han tenido los pueblos y provincias de la España despoblada, han primado por encima de todo, en primer lugar, el interés personal en hacerse rico -probablemente para huir del pueblo-, y en segundo lugar, ya en éste momento crítico, para tratar de introducir unos pocos euros y unos pocos empleos, para hacer que tales pueblos y territorios no acaben de morirse. Un clavo ardiendo (y radioactivo) que es el perfecto pan para hoy y hambre para mañana, pues como ya hemos visto en muchas ocasiones, adoptar tales proyectos, propuestos por las muy urbanas especulaciones financieras, es legar todo un patrimonio natural y un patrimonio histórico y etnográfico para intereses ajenos al bienestar y el futuro del mundo rural, de la España vacía y de sus habitantes.


Una preciosa calle en el bello pueblo de Rubielos de Mora, en la comarca de Gúdar-Javalambre, en la provincia de Teruel.

viernes, 22 de junio de 2018

Una Sentencia que me viola



C., es la víctima de la violación perpetrada por “La Manada” en los San Fermínes de 2016. También es la víctima de una justicia patriarcal y retorcida, que ya sabíamos proclive a defender al rico y el poderoso, pero que ahora se ha demostrado sin ambages, en machista, insensible y evidentemente, injusta.
Las mujeres (todas las mujeres, incluidas madres, hermanas, esposas, novias e hijas de estos perturbados) son víctimas de una sentencia cobarde y mediocre que las ha mantenido en el puesto de sumisión y objeto que han sido durante toda la historia, por más lucha y empeño, que las heroínas de nuestra vida han puesto para cambiar una situación que no se comprende en la realidad de nuestras vidas, día a día.
Hoy toda la sociedad, clama al cielo, indignada y cabreada. Esto no va de unas “feminazis” que atacan a todo lo fálico. Esto va de toda mujer queda a disposición de los deseos y apetitos del hombre, y de una justicia que ha funcionado como garante de los acosos, las violaciones y los abusos que la única prepotencia de la fuerza física o el número pueda dominar la dignidad, la libertad y la conciencia de una mujer cuya palabra queda en entredicho.
La decisión de dejar en libertad provisional a los cinco violadores condenados a 9 años de prisión por abuso -que no violación según la sentencia- hasta que sea considerada firme tras pronunciarse el Supremo, hay que acatarla. Sin embargo, esto no impide que no se pueda atacar. Porque esa sentencia refleja unas dinámicas internas que de ser habituales rompen con lo que debería ser una justicia, como pilar de una sociedad democrática: Una justicia segura, lógica, explicable, comprensible, que en definitiva sea justa.
Hay que decir que en este país en la mayoría de los casos, la prisión provisional hasta sentencia firme es lo habitual, pero nunca con casos de la extrema gravedad como el que nos atañe, donde lo común es que el plazo de prisión provisional hasta juicio de dos años, se amplia hasta 4 y medio, en caso de que estén pendiente de recursos a instancias superiores.
Sólo basta con pensar que hace un par de semanas, también en Navarra, pero a través de la Audiencia Nacional, la Guardia Civil (si, esa Guardia Civil, que clama con que les suban el sueldo como a otros cuerpos de opresión del Estado, que pide que se es Guardia Civil todo el tiempo, y que no se ha desmarcado en ningún momento de que uno de los miembros de la Manada, sea eso, Guardia CivilI) recogía a los chavales condenados por la pelea de Bar en Alsasua para llevarlos a la cárcel el día después de que saliera el auto y encima en el inmoral e ilegal régimen FIES.
Sin embargo, ahora estos 5 sujetos de una calaña moral miserable y vomitiva quedan libres a espera de las decisiones finales de este caso y del juicio por otra violación en Pozoblanco. Ha quedado desde el primer momento el modus operandi de esta gentuza, de cómo se preparaban para salir a cazar, a drogarse (que jamás debería ser atenuante, sino agravante), a atrapar mujeres, y violarlas, grabándolo con el móvil y compartirlo por redes sociales, donde se jaleaban, se jactaban y celebraban sus fechorías. Ahora en el grupo de Whatsapp podrán incluir a los tres jueces que han rebajado sus actos a los de chiquillada.
Es la víctima la que queda encerrada en Madrid, donde no podrán entrar estos sujetos. Son todas las mujeres las que van a tener que cuidarse de que estos violadores u otros -aquí no se habla de efecto llamada o efecto impunidad- las violen, y si se resistan las maten. Y es la sociedad, si realmente es democrática e igualitaria, quien violentada por esta sentencia tiene que hacer cumplir la pena a estos salvajes y a todos los acosadores, violadores y machistas, aislándolos, haciéndoles sentir el asco que nos provocan; la repugnancia que nos merecen.
Que la Justicia en este país tiene un grave problema ya lo hemos hablado muchos, muchas veces. Sólo basta con citar algunas sentencias y actuaciones de las últimas semanas como las condiciones de presidio que va a “sufrir” Iñaki Urdangarín, el cuñao del Rey -aquí con conveniencia de las estructuras penitenciarias y de la alta política-: el desamparo, abuso y desproporción con los chavales de Alsasua; la situación de denuncias contra periodistas por destapar la corrupción; o las absoluciones de poderosos por alentar esa misma corrupción, como pueda ser Florentino Pérez o Rodrigo Rato.
Esta Justicia, inmoral, es heredera de los artesonados franquistas que nunca se repudiaron, ni repararon. Es imprescindible articular ya de una vez una limpieza en los nombres, los hombres y los códigos que permiten las tropelías de quienes interpretan las leyes de todos, en un sentido u otro, dependiendo de las relaciones de poder previo de acusados y víctimas.
Pero hoy, lo imprescindible, es que como sociedad, volvamos a las calles a clamar por justicia. Porque #YoSiTeCreo, porque te creemos y acompaños, C.; porque todas las mujeres están llamadas a defender su dignidad, seguridad y libertad; porque todos los hombres, buenos o que al menos luchamos por serlo, tenemos que ir a acompañarlas y a castigar la violencia y la falsa superioridad de los machistas, con nuestra lucha y apoyo a ellas. A las mujeres.

miércoles, 20 de junio de 2018

El fascismo ya llama a las puertas



Fue el lento y progresivo auge de los movimientos y partidos neo-nazis y de extrema derecha en la Europa del Este, antiguos satélites del “ogro” comunista, la Unión Soviética, que recordemos, fue quien venció con sufrimiento y graves trastornos internos al Eje de la Alemania nazi y la Italia fascista en 1945.
Fueron las cada vez más notorias campañas electorales y populismos de la extrema derecha de Le Pen cuyo apoyo crecía a medida que se des localizaban empresas en Francia.
Fueron las cada vez más violentas y multitudinarias protestas en Alemania ante la llegada de inmigrantes, especialmente turcos.
Fueron gobiernos de ultra derecha en Hungría, en Polonia, en Austria o con carteras ministeriales en Holanda o en los países escandinavos, mientras la Europa ultra liberal veía bien como se descohesionaba (aún más) toda la región en un contexto de crisis económica y de inestabilidad social en sus propias fronteras exteriores.
Ahora, es el Brexit, éxito de la ultra derecha aislacionista y racista británica. Y es el nuevo gobierno de Italia, compuesto por un pacto contra natura entre extremos para evitar que siguiera el de siempre robando, y que orgulloso se ha negado a acoger a más de 600 refugiados e inmigrantes que fueron rescatados a punto de ahogarse.

Algunos llevamos años advirtiéndolo y reclamando que se tomaran en serio las amenazas y las asonadas. Las palizas y los acosos. Las reuniones y asociaciones de fachas que son absolutamente incompatibles con un estado democrático, moderno y defensor de los Derechos Humanos y la igualdad.
Pues bien; el horrible espectáculo ofrecido por la Unión Europea todos estos años en materia de inmigración y derechos humanos se ha visto coronado por el comportamiento de este pasado fin de semana, con el fascista nuevo primer ministro de Italia, Salvini, clamando orgulloso y socarrón victoria por negar auxilio a casi quien se ahoga en su odisea por un futuro mejor.
Noventa años después y tras otra crisis (estafa) económica que ha agudizado la desigualdad social y destrozado la justicia social, el fascismo vuelve a coger impulso por la Europa que se vendía así misma como fraternal, democrática y de los pueblos.
Es el odio a quien es y piensa diferente a nosotros. Pero también es el elitismo, con el que muchos europeos mira y desprecia al pobre. Porque al final seas mujer u hombre, musulmán o católico, hetero o gay, blanco o negro, el trato que vas a recibir lo va a dirimir el dinero que tienes. Es el neoliberalismo más exacerbado que es la vertiente económica y cool de lo que de toda la vida se ha llamado fascismo.
En España hay que aclarar que no se trata de un advenimiento o un retorno ya que nunca se fueron. Nunca se limpió el país de nazis y de fachas. Nunca se hizo justicia con quienes defendieron la democracia y la voluntad del pueblo hace 90 años. Los que se lucraron con la dictadura franquista siguen poderosos con lo usurpado aquellos años. Siguen los homenajes a los criminales y no faltan las asociaciones que velan por la supuesta honorabilidad de psicópatas y traidores como Franco, Millán Astray o Primo de Rivera.
Siempre desde el 78 han estado ahí. Un voto ultra que se aglutinaba en ese conglomerado de lo peor de la raza humana como ha sido el PP, y que se ha venido filtrando, como las ratas que abandonan un barco a punto de hundirse, a otras fuerzas, maquilladas, como Ciudadanos, u orgullosamente fascistas como Vox.
Y ahí están y ahí siguen. Sólo hay que ver como ladran cuando se habla de una mínima política de Memoria Histórica, reparación de víctimas o de quitarle los premios a un fascista torturador.
Y mientras en el mundo miles de millones de hombres y mujeres buscan la manera de progresar, de vivir mejor. De tener un futuro digno para si mismos y para sus descendientes. Son refugiados. Pueden ser por causas políticas, pero son siempre por causas económicas. Por decisiones tomadas, lejos de ellos que sólo buscan contentar la avaricia de los más poderosos. De los ricos entre los ricos sin importar las legalidades, nacionales o internacionales, ni los derechos humanos.
Por todo ello y más que nunca es la hora de tomar conciencia y ser absolutamente intransigentes con el fascismo. Beligerantes contra que y quien no defienda con pasión la igualdad y el resto de derechos humanos básicos, empezando por el derecho a la vida.
Es el momento de estar en guardia y tener claro que como antaño, fue la voluntad y el sentimiento de un pueblo pan europeo libre y progresista quien soporto y lucho contra los nazis. Y que fue una maquinaria colosal, comunista, de un país y sociedad convencidos de su futuro en igualdad la que derrotó en campo de batalla a los nazis.


Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...