El pasado fin de semana fallecía la víctima número 69 de la violencia de género. Su caso tenía una peculiaridad. 5 días antes había pasado por un "programa de TV" (de telebasura mejor dicho) engañada por la producción del programa quien se había puesto a disposición de su ex-pareja, maltratador y condenado por ello, en busca de una futura reconciliación. El resultado ante la negativa de la mujer ya ha quedado comentado.
Y justo ayer se celebró el día contra la Violencia de Género en el que todo el país, incluidos mujeres y muchos hombres, se echaron a la calle para en actos llenos de simbolismo y respulsa, denunciar el machismo intransigente del Siglo XXI que corroe nuestra sociedad. Desde aquí mi más enérgica repulsa a estos desalmados manipuladores e imbéciles dictadores de sala de estar.
Pero es la TV lo que ocupa mi odio hoy. Ignorando sus labores y responsabilidades sociales solo busca el "share" más alto, para ver como su tiempo publicitario cotiza más caro y poder maximizar los beneficios. No existen series ni programas específicos para público infantil o adolescente. Salvo honrosas excepciones (La2 y no siempre) los únicos dibujos animados en horario protegido (de 16 a 21) son propios para adultos ("Padre de Familia"), y las series, las que no siguen una temática escabrosa y violenta propias para horarios nocturnos de prime time, las propiamente citadas como juveniles, proclaman unos valores que nunca deberían llegar a oídos de jovenes y niños. Pero el peor ejemplo lo aportan las TVs nacionales con sus programas de producción propia. Todos siguen la temática del "corazón". Personajes con pocos valores culturales o sociales que ofrecer, lenguaje obsceno e inapropiado, situaciones plenas de humillación, violencia o intolerancia, realitys que denigran las libertades, los derechos y obligaciones... Este es el panorama con el que los niños y jovenes pueden encontrarse si deciden encender la TV en horario de ""supuesta protección". Gracias a este fenomenal trabajo de El País, se ponen de manifiesto las iregularidades que cumplen no solo las TVs, sino también las autoridades, ya que pese a existir un texto legal competente, sigue sin cumplirse una normativa que si hace 4 años era necesaria, hoy por hoy es imprescindible.
En definitiva, va siendo hora de que las autoridades competentes (Ministerio de Educación, defensor del menor, defensor del pueblo) tomen las medidas oportunas para remediar ese terrorismo en ondas hertzianas que invade las mentes y corazones de nuestros infantes e infantas.
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