sábado, 18 de enero de 2020

Recuperemos RTVE



Ya está en marcha el nuevo gobierno tras el primer Consejo de Ministras y Ministros del martes pasado. Confío en una legislatura completa, no exenta de trabas, ruidos y soflamas, y que a de afrontar una agenda de resolución de problemas inmensa. El país está roto y no por las banderas, ni por los nacionalistas periféricos. Han sido los patriotas de banderita los que han provocado la casi consideración de Estado fallido a España: Existe una quiebra social inquietante, con cada vez más personas entrando en el umbral de la pobreza. Incluso trabajando no consiguen salir de la indignidad. La corrupción sigue siendo inherente a la clase política nacional. La vivienda es prohibitiva hasta el disparate en Españistan. Y el centralismo de Madrid todo lo ahoga hasta que a la España vaciada no le queda más remedio que gritar.
Y estos son unos pocos temas que exigen la máxima concentración, ímpetu, coordinación y capacidades técnicas del nuevo gobierno, el primero de coalición desde la Segunda República. Pero hoy voy a centrarme en un problema concreto. Uno de esos que como la justicia o las fuerzas de seguridad es utilizado por el partido en el poder (particularmente por la derecha heredera de los usos y costumbres del franquismo). Y que además en la odiosa comparación con sus análogos europeos nos vuelve a colocar al sur de una genuina frontera europea en los Pirineos.
Hablo de RTVE, una empresa pública en la que muchos ciudadanos tenemos por referencia y que consideramos su valor ético y social -desde la rigurosidad e imparcialidad de sus informativos, su funcionamiento como servicio público acercando eventos culturales o deportivos al grueso de la ciudadanía, hasta la marca de calidad para los estándares televisivos patrios-, como garantía del progreso y la buena salud de nuestra sociedad y democracia.
Esto sería lo ideal. La realidad es, por desgracia, bien distinta.
Como en otros tantos temas el nuevo gobierno tiene atadas las manos a la hora de realizar cambios profundos en la institución. La derecha bloqueará de todas las formas posibles cualquier intento de dotar de herramientas directivas y de una propia gerencia responsable, técnica y auditable al ente público.
Que en España hubiera, como en el resto de Europa, una televisión pública con la calidad como seña y con unos informativos serios, rigurosos y en los que la verdad fuera la máxima ayudaría a construir una democracia real. Y esto es absolutamente incompatible con unas derechas herederas de la dictadura fascista que ven en las empresas públicas las herramientas en las que seguir siendo ricos y particularmente en RTVE la clave de bóveda para legitimar todo su discurso, uniéndolo así al resto del espectro catódico de empresas privadas que mantiene un único mensaje.
No les interesa ni que se acercase a la RTVE de los gobiernos de Zapatero. Sin ser ideal y pese a toda la bilis que echa la derecha sobre aquel período, podías sentarte a ver un telediario convencido de equidad, veracidad y ética. De hecho toda la población lo reconocía así. Cuando el PP llegó al poder en 2011, RTVE lideraba los telediarios, tanto en audiencia (24,5% octubre 2011), como en expectativa y se recibían premios internacionales por la labor periodística desempeñada en la casa. La cadena era la más vista del país. Y en la radio, RNE cosechaba sus mejores datos de audiencia en los últimos 10 años.
Un año después, se había perdido un 40% de audiencia (más de un 45% en el telediario de la noche que da al prime time) y a menos que quisieras recibir muestra del masaje frío-calor a las huestes de Rajoy huías como de la peste en cuanto oías la sintonía. El comisario político hacía de las suyas y la manipulación y el sectarismo eran señas de identidad que abonaron el descrédito a la televisión pública. Es decir, el perjuicio económico, social y ético era para todo el conjunto de la población. No lo olvidemos.
Entonces empezaron a aparecer los primeros informes de la insostenibilidad de la empresa pública. La excusa era perfecta: la eliminación de la publicidad privada en RTVE.
Con ello se tapaba el cambio en la gerencia del ente, promovido bajo la mayoría absolutísima de Rajoy que colocó a otro hombre del partido que tras casi desmontar Paradores Nacionales se proponía derruir RTVE. Además, quedaban de tapadillo los recortes de los que tampoco se libraba el ente público y mucho menos sus trabajadores.
La experiencia ya venía en la marca del PP. Las televisiones públicas de Valencia y Madrid se habían deteriorado, desmontado, hundido y vendida a los amiguetes. Y con la radio-televisión nacional buscaban (y buscarán en un futuro) hacer lo mismo.
La pérdida de valor de los bienes inmuebles de la corporación, así como los gastos en personal fueron la excusa perfecta para desmontar casi completamente los imprescindibles centros territoriales. Al tiempo las apuestas de la casa en materia de programas eran más que ineficaces, retrógradas, más propias de los años 90 que del pleno siglo XXI. Lo que unido a la continua tergiversación de la labor periodística en la casa, por no hablar directamente de la manipulación mediática y la indignidad para los periodistas y el periodismo, hacían que la audiencia diera la espalda a su televisión pública.
Hoy trata de recuperar la credibilidad, estabilidad y buen funcionamiento para asegurar su estabilidad y futuro económico y con ello el buen hacer en la labor social de entretener, informar y enseñar que tiene una radio-televisión pública. Y una parte importante para hacerlo es dotarla de una administración rigurosa, con los mecanismos de control y elección necesarios por parte del ejecutivo y del Parlamento, pero a la vez independiente del poder, sin miedo y decidida a ayudar a crecer nuestra democracia desde las televisiones, las radios e internet.
Para el nuevo gobierno este va a ser un tema escabroso (otro más) y con muy poco margen de maniobra. Pero es necesario que RTVE salga del tiempo de descuento y en funciones del que lleva desde hace casi 5 años. El proceso para elección de una nueva gerencia sigue abierto (y hoy ha tenido la triste noticia del fallecimiento de Alicia Gómez Montano, una de las personas mejor posicionadas y con mayor respaldo). Así podrá dar carpetazo definitivamente al uso partidista por parte de la derecha, depurando responsabilidades, poniendo negro sobre blanco lo sucedido y garantizando de forma legislativa y también desde el punto de vista societario y judicial la independencia y la propiedad efectiva de RTVE, que no es ni de este gobierno, ni del anterior. Ni de un partido, ni de otro. Es de todos y todas nosotros.
No podemos dejar de reconocer el valor que tiene una cadena como la2 en nuestras vidas. O teledeporte y clan para dos nichos tan concretos como puedan ser los aficionados al deporte y el público infantil.
Para mi la2 espacio del saber y del servicio público desde el momento de la moción de censura de 2018 volvió a construir una programación donde la cultura, su acceso y acercamiento al grueso de la población y el saber priman sobre cualquier otro interés. No va solo de documentales y SaberyGanar sino que espacios como la2Noticias, LaNocheTemática, DocumentosTV, Pagina2, DiasDeCine, AquiHayTrabajo, Cachitos, JaraySedal o ElEscarbajoVerde, suponen presentarme y también a toda la ciudadanía la realidad poliédrica de nuestro mundo, acercando la cultura hasta hacerla accesible y sobretodo parte importante de nuestras vidas.
Teledeporte es un tema aparte.
Hoy en el día del deporte hiper-profesionalizado al canal de deportes de RTVE le está costando mucho ganar su espacio en las preferencias de los televidentes. Sin poder acceder a las monstruosidades que se pagan por los derechos de emisión del fútbol, trata de mantener esa referencia con los resúmenes de los partidos de liga -por los que paga ya una buena pasta- y con debates salvamizados de fútbol que no aportan nada, salvo opinión. No está de más en este punto recordar la máxima del periodismo de informar y no tanto de opinar.
Teledeporte debe acercarse más a la labor de servicio público tratando de retransmitir de forma periódica (importante también hacerlo con una hora y día fijados) eventos deportivos, primero nacionales (jornadas de liga de los deportes de equipo, por supuesto también femenino, campeonatos de España), con programas propios y ganando el espacio informativo. Si de mi dependiera la gestión de Teledeporte, la primera medida sería recuperar el formato de aquel MásDeporte, del canal+ de principios de siglo y colocarlo como informativo polideportivo diario.
Desde luego este año para Teledeporte supone un momento critico en su historia. Con rumores cada vez más amenazantes para convertirlo en un canal de streaming, integrando el deporte en directo en la2 (a la que robarían parte de su tiempo dedicado a la propagación de la cultura) ahora va a tener que lidiar con los primeros JJOO que no va a poder retransmitir (salvo giro de última hora) y de los que aún con todo no debería ser ajeno.
En cualquier caso, valgan estas líneas, para celebrar una Radio Televisión Pública de calidad, veraz en la que información, cultura y deporte se conviertan en patrimonio de todas y todos, donde encontrarnos, donde crecer y reconocerse. Por una RTVE sostenible, autónoma, independiente y útil.


jueves, 2 de enero de 2020

El estable pacto anti natura



No se ha abierto la sesión de investidura y ya está toda la caterva mediática ultra-franquista, ultra-nacionalista-madrileña y ultra liberal echando espumarajos en contra del que, presumiblemente, será el primer gobierno de coalición en España en los últimos 85 años. De izquierdas por supuesto. Atrás quedan las treguas de “los primeros 100 días de gobierno” o de los primeros datos macroeconómicos estacionarios. Desde ya, con el simple anuncio de la viabilidad de un gobierno bajo un programa tibio de socialdemocracia pro europea, se pronostican los 7 males, la ruptura de mi Españita, el colapso de la economía y mil plagas bíblicas más.
Sin embargo, el apocalipsis que se cierne sobre nosotros a tenor de las tertulias de tvs y radios y portadas de periódicos, según la derecha y ultra derecha mediática no pasa de ser una mera muestra de revanchismo y mal perder. Al igual que en abril, en noviembre, las derechas perdieron. Y las izquierdas ganaron, pese a la nefasta estrategia de Sánchez esos meses de querer derrocar a Podemos (lo que le llevo a perder la maravillosa posibilidad que hubiera dado una mayoría en el Senado).
Confirmado el pacto y los apoyos para la investidura -y para unos presupuestos 2020 que olviden ya los detestables presupuestos de Montoro de 2017 que seguimos padeciendo hoy- la rabia de la caverna ultra es amplia porque se viene una legislatura completa, ya que para echar abajo el gobierno sería necesaria a priori el voto a favor de PP, Cs, Vox y de Bildu, de Ciu, de Esquerra, del BNG,…
Esto no quiere decir que vayamos a tener un gobierno fuerte y que podrá hacer lo que quiera. No. El equilibrio es precario por la continua descomposición de la clase política en nuestro país y por la nula capacidad que se tuvo en el pasado reciente para articular sistemas electorales y de representatividad acordes con el sentir mayoritario y minoritario de la población (que es de lo que va una democracia).
Habiendo leído el acuerdo programático entre PSOE y Unidas Podemos da para ilusionarse puesto que la totalidad de las medidas que lo integran también son promesas de los principales socios, voy a decir periféricos, de la coalición. La reforma fiscal planteada, la limitación de los alquileres, la derogación de la Ley Mordaza, de la reforma laboral del PP de 2012, de la desastrosa LOMCE, la subida del salario mínimo, la renta mínima, seguir avanzando en Memoria histórica y justicia democrática y todo el resto de medidas van a otorgar de mucha mayor dignidad a nuestro país. Y nos debemos sentir por ello contentos, pero también alerta para defender un poco de justicia social en el lupanar para los poderosos que España nunca ha dejado de ser.
Monarquía, ejército, judicatura, nobleza, iglesia, grandes empresarios, derecha mediática y derecha política están ya enfrente blandiendo de sus armas para contestar. Una reacción previsible, la de una mafía, pero no por ello, es menos indignante y que exige por nuestra parte la solidaridad y la defensa de un gobierno, que como digo, sin ser de nuestro pleno gusto, es mucho más deseable que la opresión ejercida por ultras y liberales, todos ellos herederos directos de los privilegios de la dictadura franquista.
Se viene un tiempo de diálogo, de negociación por parte del gobierno, mientras uno de los miembros del pacto, Podemos, debe renovar su proyecto, además de constituir de nuevo una fuerza en las calles, con militancia, horizontalidad y representatividad (también y muy importante en los mundos laboral y rural con todo lo que ello implica). Conseguir los objetivos de clase empezará por defender las pocas medidas que se han conseguido en este pacto y que ya se atacan con dinero, con descalificaciones y mentiras desde los medios de persuasión de la derecha y con mucha judicatura dispuesta a cavar las trincheras. Nos espera la legislatura más crispada de la historia. Y el nivel ya estaba muy alto.
Desde luego quien espere mucho de éste nuevo gobierno se va a desencantar pronto. No faltan ya criticas desde la izquierda pero es que poco más se puede hacer. Es importante tenerlo en cuenta y en ese caso, corre el riesgo de hacerle el juego a las derechitas cobardes y a la derecha ricachona valiente. Como ya he explicado en este blog en alguna otra ocasión la política española vive una crisis de legitimidad antológica. La estabilidad que habían aportado durante muchos años las burguesías vasca y catalana ya no existe porque no le quedan argumentos para pactar (o amenazar con pacto) con la derecha castellana. El procès voló pocos puentes ya en esa concordia, porque la mayoría los dinamitó el propio PP cuando mandó el Estatut en 2006 a un Constitucional partidista e hiper conservador.
Al tiempo, la corrupción sistémica del estado español y la crisis económica del modelo neoliberal y su salida socializando las pérdidas y manteniendo a buen recaudo los beneficios derrumbó el edificio socio-político patrio haciendo que sobretodo los jóvenes salieran a las calles aquel 15 de mayo de 2011. De aquel impulso revolucionario sólo queda el recuerdo, una desmovilización pasmosa y un partido político Podemos cuya emergencia fue tan brillante como desesperante su caída.
Hoy de aquellos impetús por asaltar los palacios de invierno queda un pactismo progre que sobre el papel ha arrancado una serie de medidas para dotar a las clases trabajadoras de algo de dignidad en la resaka tras la orgía neoliberal de los últimos 30 años, dentro del franquismo democrático.
En el momento actual y tras 4 elecciones generales en los últimos 4 años no se puede aspirar a más y es necesario enfrentarse a los tremendos retos que tiene esta sociedad por delante. Y es que los 9 años, de gobiernos de Rajoy han dejado el país hecho unos zorros. Hay problemas como la España vaciada o el conflicto territorial que se han agravado casi hasta términos de lo irremediable. El paro y la precariedad, gracias a las reformas laborales son sustanciales al sistema económico español, así como la inseguridad en el trabajo. Se mantiene un machismo violento y cultural. El patrimonio cultural y el medioambiental se degradan día a día entre negacionistas y lobbystas.
En el pacto de gobierno hay unas pocas medidas y mucho de simbolismo que como clase trabajadora debemos defender. Es posible que por fin podamos poner en marcha esa Transición 2.0 que venga a remediar los inconcebibles pactos del mal menor de la primera Transición y se pueda construir ya un edificio democrático en España, sólido, con valores y con futuro acorde a la Europa y el siglo XXI.


2019 terminó con el anuncio de la viabilidad del gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos y 2020 empezará, todo parece ser así, la investidura de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno. A todas y todos los trabajadores de éste país nos toca mantener la ilusión por un cambio que dé futuro y prosperidad a las clases populares, además de tomar conciencia para defender un gobierno que no será ideal, pero si cuando menos, cuantitativa y cualitativamente mejor que cualquier otro gobierno en el escenario actual.

lunes, 30 de diciembre de 2019

Por un 2020 lleno de lucha, salud y trabajo. Feliz año nuevo


Pues no es la primera vez que acabo un año (o empiezo otro) y me siento como estoy ahora, y escribo, lo que necesito escribir y que se vuelve a repetir. Lo doloroso ya no es tanto la repetición, como la sucesión casi casi constante de una sensación de hastío y mediocridad que me lleva, irremediablemente, a desear las mismas cosas. Lo que no cambia es el ánimo de hacerlo para todas y todos los que estamos, y lo saben, en la misma lucha.
Quizás sea esta etapa de mi vida demasiado esclava de la necedad de un sistema que se cae sin remisión entre el despropósito de las clases dominantes y el desapego para con su futuro de las clases populares. Quizás, víctima de todo ello, me encuentro enfangado hasta las pestañas, aburrido y cansado hasta para ver los cabos de salvación. Si es que los hubiera.
Pero ya estamos a las puertas de comernos unas uvas al son de las 12 campanadas y es obligado desearos que tengáis, y tengamos, un feliz 2020. Lleno de trabajo, salud y lucha para construir ese mundo mejor que no puede esperar.
Luchando por sobrevivir y hacerlo con mi pareja, disfrutando de cada momento y labrando un futuro juntos. Que lo veamos unidos, felices y tirando una del otro, y alguna que otra vez a la inversa. Gracias por marcarme, siempre, el buen camino, a veces consciente y otras en la inconsciencia.
A nuestros familiares y amigos desearles la mejor de las suertes para este nuevo año que comienza. Salud, trabajo y muchas alegrías. Se lo merecen.
A mis amigos de toda la vida poder recuperarnos y volver a revivir de continuo la grata sensación de los reencuentros y caminos vitales que se construyen día a día.
A mi hermano todo el futuro y alegría por vivir. Con conciencia y convencimiento sin dejarse atrás.
A mis padres que sigan disfrutando de su compañía, emprendiendo nuevas vivencias y caminos, ampliando sus conocimientos, el primero de ellos el de si mismos.
A todos vosotros que leéis esto por azar o por interés, muchas gracias. Mucho ánimo. Y nos seguiremos viendo mucho tiempo.

lunes, 18 de noviembre de 2019

En tu hambre mandas tú




Ahora que los días ya son mucho más cortos y de una vez por todas necesariamente fríos pienso en todas y todos que no pueden mantener su hogar cálido. Pienso en quienes pasan las crecientes horas de oscuridad natural ahorrando en luz artificial temerosos del sobre alargado con su nombre tras la ventanita. Yo precario y que rebota de olvidadizo empleo en olvidable empleo, que deambula por polígonos y centros comerciales, en entrevistas cada vez más surrealistas, analizando esta podredumbre. Un sistema inmoral. Que paseas por una ciudad enorme y solitaria esquivando ciclistas que reparten comida a domicilio por unas miserias, mientras ve a los más pudientes cada vez más ricos, más soberbios. Así acabo caminando y pensando y re-pensando en el legado de José Luis Sampedro.
José Luis Sampedro falleció el 8 de abril de 2013 a la edad de 96 años. Economista, escritor, filósofo, maestro y aprendiz, y sobretodo vitalista.
Durante toda su vida no cesó jamás en su intención de aprender en todo momento y de disfrutar cada segundo. Es más, a mayor longevidad, mayor era el brillo de sus ojos para contagiarnos de lo necesario que es vivir, de lo trascendente que es el tiempo y de que lo importante -realmente lo único importante- era la libertad, pero la libertad de pensamiento.
Esa libertad de pensamiento componía el ladrillo, el eslabón más básico que construía el resto de las libertades. Desde la abstracción y el propio desarrollo personal hasta el empoderamiento total y pasando por el parcial de los ámbitos laboral, afectivo, social, cultural… Con la argamasa de la solidaridad y la empatía podíamos construir, el ser humano como sociedad, el edifico de la democracia con sus derechos y deberes y con sus libertades individuales y colectivas.
Para Sampedro era el tiempo la más valiosa de las posesiones del hombre. Y su uso y disfrute no tenía ni precio ni valor, puesto que su carácter limitado exige de nosotros la pasión y la voluntad para vivir, para acumular experiencias, sentimientos, vivencias, ideas y luchas. Todo ese cúmulo de anécdotas, de tiempos vividos no eran mejores por su abuso egoísta sino por compartirlas en su momento de acción con los demás, procurando siempre mejorar las condiciones de vida de todas y todos. Ese afán, ese impulso era el motor de las sociedades y de los avances que dignificaban la vida.
La labor de sabio y filósofo de José Luis Sampedro magnificaba el trabajo como economista -y maestro de economistas- otorgándole rigor y empaque al conjugarlo con el pensamiento humano, con la historia universal del hombre y con las condiciones de vida. Su teoría y su praxis vivían para dotar de discurso y esperanza a los pobres y desamparados.
Sus obras tanto literarias como técnicas siempre destilan análisis y critica de causas y consecuencias y al final y en sustancia componen un llamamiento a la disidencia. Pronto antes que nadie José Luis Sampedro comprendió la insostenibilidad tanto material, económica, natural y moral de Occidente. De un sistema de valores entregado al dinero y su acumulación. Un anti-sistema, probablemente el más anti-sistema de todos, que nos llama veraz y constante a la rebelión y la lucha por cambiar nuestro destino y por otorgar al futuro y a la gente de dignidad.
En días así vuelvo a ver alguna entrevista o conferencia suya. Caigo en la estantería para abrir alguna de sus obras y leer un capítulo o incluso un sólo párrafo. Es la mejor manera de autoconvencerse de que éste nauseabundo estado de las cosas no es irremediable ni determinista, sino que nosotros como hombres (y mujeres) podemos y debemos cambiarlo para que sea mejor para todas y todos nuestros iguales.
Sampedro distinguía dos tipos de economistas: “Los que trabajan para que los ricos sean más ricos; y los economistas que trabajan para que los pobres fueran menos pobres. Yo me considero de los segundos”.

lunes, 11 de noviembre de 2019

11 valoraciones a las Elecciones Generales del 10 de noviembre




Seis meses después toca hacer una nueva valoración de los resultados tras las Elecciones Generales de ayer domingo 10 de noviembre. Las segundas del año, las cuartas en cuatro años. Un período de inestabilidad que no se cierra con el reciente escrutinio y que vuelve a poner el grito en el cielo de una mayoría ciudadana que exige e implora a sus políticos acuerdos, pactos y reformas tanto económicas como políticas que permitan mayor justicia social y que agranden nuestra democracia y libertad. En frente un bloque caínita que no es nuevo pero que ahora se muestra sin tapujos ni máscaras como violento, clasista y fascista.
  1. Pedro Sánchez ha ganado las elecciones. Si. Pero ha perdido la oportunidad que la reacción de la reacción de las mujeres le otorgó en abril. En aquel momento podía haber derribado a su rival en el bipartidismo, el PP, pero decidió y calculó que era mejor para el régimen del 78 y para los que mandan, intentar mandar a la lona definitivamente a Unidas Podemos y salvar la situación que se le presentaba al PP. Como contrapartida ha provocado el aumento de la fuerza en el Congreso de la ultraderecha, totalmente desligada ya del PP tanto en la pureza del discurso como opción de voto. La traición de Pedro Sánchez y la nueva traición de la oligarquía del PSOE no debe quedar impune.
  2. Como era previsible aumentó la abstención. Casi dos millones menos de votos que el 28 de abril que se reparten a partes iguales en el bloque de las derechas como en el de las izquierdas. La desafección con la política, el asco y la falta de confianza en la democracia es otra consecuencia del tacticismo y la lucha por la supervivencia política de Sánchez y el régimen que tampoco deberíamos de olvidar.
  3. Pedro Sánchez y su politólogo de cabeza Ivan Redondo, no dormían con gente de Unidas Podemos en el gobierno. Veremos si lo hacen ahora con más de 50 escaños en posesión de la ultraderecha. Las tradicionales apelación y especulación al voto útil no han servido esta vez porque ya no se engaña a nadie. El espectáculo dado no mejoró ni con el maquillaje de la exhumación de la momia de Franco que debía de haber salido con nocturnidad y sin homenajes. Pero el error ya es colosal cuando se han celebrado estos comicios tras la sentencia del Procès que ha roto definitivamente los pocos puentes a la convivencia que quedaban con Catalunya y que no se van a poder recuperar con meras promesas de auto-gobierno y federalismo y además legitimado la mano dura y violenta que propugna la ultraderecha.
  4. El PP de Pablo Casado sube 22 escaños su resultado de abril y podrá navegar en calma lo que podía haber sido una travesía al abismo con ataques internos y externos, mientras se despedazaría por luchas de poder y dinero desde dentro y su corrupción intrínseca que seguirá apareciendo en los “casos esporádicos”. Seguro que en el juego de puertas giratorias le agradecerán a Sánchez éste magnífico cabo echado a tiempo.
    Con una ultra derecha tan fuerte al PP le va a costar gobernar. Primero porque Vox arrastra a las bases electorales que ven o veían en el PP la continuidad con el régimen franquista. Segundo porque será tal la deriva a un discurso de odio y fascismo que será imposible que el PP consiga apoyos como hacía antes con PNV o CiU.
  5. Hace un año Vox era una fuerza ridícula y extra parlamentaria. Hoy, primero con el blanqueamiento de los medios y después con la oportunidad que le ha dado Sánchez, es la tercera fuerza del Parlamento y aspira a seguir creciendo, devorando los restos franquistas que se alojaban en el PP y articulando un discurso de odio para todo el que no cumple con los mantras de la dictadura y la España cutre y rancia.
  6. El auge de Vox viene ligado al cataclismo de Ciudadanos. Albert Rivera dimite y abandona la política tras pasar en poco más de 6 meses de ser una fuerza emergente y renovadora del centro derecha a un partido residual en el juego de pactos, aunque bien, con la nueva dirección pueda ayudar a una coalición de cordón sanitario sobre la ultraderecha (vamos como se hace en toda Europa).
    Rivera tuvo la oportunidad de ayudar al derribo del PP en mayo pero prefirió pactar con ellos aunque fueran segundas o terceras fuerzas (en Madrid, ciudad y ay-untaminento, Murcia, Zaragoza o en Castilla y León donde ahora han perdido la totalidad de sus 8 diputados conseguidos en abril). Con aquella falta de coherencia sustentó al PP y su corrupción en el gobierno y dio altavoz a Vox para que derivará aún más el discurso hacia la extrema derecha.
    Lejos de proponer soluciones Rivera y su dirección de hombres y mujeres cercanos lanzaron más odio y soflamas incendiarias en Catalunya lo que le quitó todo el foco de posición centrista y ahora el de opción electoral. Su futuro se presenta nada halagüeño, pasando a ser de fuerza aspirante a liderar el centro derecha a ser la nueva UpyD.
  7. Otro tope mínimo de Unidas Podemos. Desde 2016 que aparecieron como coalición las huestes de Pablo Iglesias han ido marcando mínimo tras mínimo. Lejos quedan los 71 diputados por separado y total de 6 millones de votos de diciembre de 2015. Ahora un 12% de votos (3 millones de votos) para 35 diputados. 
    La aparición de un nuevo partido “de izquierdas” como Mas País ha arrancado votos y sobretodo diputados a Unidas Podemos y esos escaños han acabado en casi todos los casos en Vox. La irrupción en el panorama nacional de Errejón ha ocasionado el mismo perjuicio que ya causo en mayo en Madrid para la causa de la izquierda. El marcado personalismo de la campaña (papeleta, carpeta, carteles y cartulinas llevaban la cara de Iñigo al estilo de Pablo en 2014) ha servido únicamente para debilitar las posiciones de Unidas Podemos en la próxima negociación y sobretodo para ayudar a apuntalar el franquismo desatado. Tampoco debemos olvidar.
    A cambio fuerzas tan necesarias en eso de hacer progresar el país como Equo o Compromís que apostaron fuerte por la candidatura de Errejón se quedan sin representación aumentando la sensación de cisma en la izquierda española.
    Más País se presentaba en las provincias donde Unidas Podemos consiguió representación en Abril y ha sido factor decisivo en la bajada de estos ahora en noviembre. Aún con la excusa ya escrita se hace necesaria, una vez más, la auto crítica y crítica constructivas para desde la divergencia conseguir de una vez por todas candidaturas, un Frente Popular que auné una salida democrática y libertaria y una respuesta en favor de los servicios públicos y la justicia social para tanto fascismo y tanto neoliberalismo. Hacerlo además recuperando antes y después la movilización ciudadana y la lucha desde las calles, las aulas, los claustros y los centros de trabajo es ya decisivo.
  8. ERC consigue 13 diputados y se convierte en la quinta fuerza en el hemiciclo. Domina ampliamente el tablero político en Catalunya pese al aumento de la antigua CIU y la entrada por primera vez de la CUP en el Congreso. Ante unas futuras, y necesarias, elecciones en Catalunya puede que abran un nuevo período en el que la justicia social cobre importancia en la propuesta de Independencia, frente a un bloque constitucionalista que cada vez pierde más apoyos pese a su continúa radicalización.
  9. En Euskadi las tres derechas nacionales vuelven a no sacar representación, como en Abril. PNV mantiene su hegemonía ganando el discurso antifascista en el estado español (así están las cosas); mientras que Bildu logrará por primera vez grupo propio en el Congreso. El tiempo de la calma tensa en Euskadi se va terminando y llega el momento de construir soluciones duraderas que favorezcan la convivencia y el futuro. Con el nivel que hay en Madrid, pintan bastos.
  10. La única buena noticia de la jornada de ayer es la entrada en el parlamento (también consiguen dos senadores) de Teruel Existe, la plataforma ciudadana creada en el Bajo Aragón para reclamar y dar voz a una de las tierras olvidadas de nuestro país. Teruel punta de lanza de la España vaciada ganó las elecciones en su circunscripción por delante de PSOE y PP que tantos años han utilizado esos asientos para vivir muy bien y orquestar mayorías que controlasen Madrid aunque fuese al precio de despojar de futuro y dignidad a sus propios territorios. Qué una plataforma ciudadana en su primer intento de pugnar por unas elecciones consiga tan magníficos resultados demuestra que con trabajo y honestidad el éxito es posible, y que además, es necesario ante la situación de abandono que provincias como Teruel (y Cuenca, y Soria, y Huesca, y Palencia, y Burgos, y Guadalajara, y Zamora,... y Salamanca…) viven y padecen. Debemos aprender.
  11. Por supuesto, Pedro Sánchez pierde la mayoría conseguida en el Senado hace medio año y con ella la llave para articular los cambios constitucionales necesarios para mejorar la expresión territorial del país. Otra traición más, otra irresponsabilidad, que por supuesto tampoco olvidaremos.


¿Qué va a pasar?
La incertidumbre sigue siendo altísima. Pedro Sánchez ha ganado unas elecciones con peor resultado del que esperaba y que nunca debieron convocarse por lo que a él, como único responsable en su convocatoria, se le ha de tachar como gran derrotado. Prefirió explorar un territorio poco conocido como unas nuevas elecciones a transitar por uno totalmente desconocido como un gobierno de coalición, sobretodo si lo hace con alguien más a la izquierda. Aún con todo tiene la responsabilidad y la última oportunidad de tratar de formar gobierno
La ciudadanía se ha expresado una vez más como polarizada y ávida de pactos que superen el bipartidismo y el turnismo político dejando dos opciones:
  • Su socio predilecto tiene que ser Unidas Podemos por lo que volvemos a la casilla de salida pero con un desgaste y un fantasma fascista que no eran necesarios. Deben de ponerse de acuerdo sobre posiciones ambas debilitadas y el PSOE va a tener que tragar con ministros de Unidas Podemos y con unas cuantas normas de dignidad que van en el programa de los morados (derogación reforma laboral PP, derogación Ley Mordaza, etc.) También las posiciones iniciales de Unidas Podemos tienen que ser menos exigentes y quizás renunciar de entrada a que nombres como los de Iglesias o Garzón entren en gabinete.
    Aún con todo tras éste acuerdo se hace necesaria sumar una mayoría más amplia en la que PNV se hace imprescindible, más posiblemente Cs entroncando un cordón sanitario sobre Vox, pero también sobre el independentismo catalán.
  • La segunda opción es la gran coalición PSOE-PP altamente improbable porque podría suponer la fagocitación de éste último por parte de la ultraderecha.
Seguir jugando al despiste y desgastando la paciencia de la ciudadanía abrirá las puertas a la derecha y la extrema derecha, porque más allá de ensoñaciones de la izquierda, sin lucha y debate en las calles, ni pedagogía el fantasma del franquismo sigue persistente en no pocos millones de ciudadanos.
El 10N ya se ha cobrado su primera víctima. La siguiente debería ser Iglesias (y Alberto Garzón) quienes han de abrir sus partidos y con ellos la coalición a nuevas ejecutivas que fortalezcan esa coalición y permitan la suma de más agentes y no como hasta ahora la continúa dispersión. Como ya nos conocemos con cada renovación de viejas guardias, en la izquierda suelen salir los que no consiguen poder pero por una vez más, esperemos que la conciencia y el interés general prevalezcan en la izquierda por encima de filias, fobias e intereses personales.
Aunque parece que los partidos renovadores de la política española que surgieron tras el 15M han fallado, tampoco Sánchez ni Casado (ni ambas ejecutivas del bipartidismo) deben dormirse porque el patio interno seguro que ha quedado lo suficiente removido para que sus debilitados liderazgos no queden aún más expuestos. Es lo que tiene cuando en unas elecciones democráticas, paradójicamente, el gran vencedor es el fascismo.



Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...