Como
buena parte de los menores de 40 años (sobretodo si es hombre) una
parte importante del tiempo libre o de ocio, y sin olvidar una
buena cantidad de dinero, la he dedicado a los videojuegos. A
jugar, en la consola y en el ordenador. Con juegos fundamentalmente
de coches, simuladores deportivos (baloncesto sobretodo), algunas
aventuras (saga Assassains Creed) y un par de "shooters"
(Battlefield y sobretodo la saga Halo,
destacando el spin off Halo Reach).
Durante mi infancia no
pocos ratos pase en el recreativos del pueblo, perfeccionando trucos
en el Street Fighter, cuando no ya asumiendo retos
(hacerlo desde el segundo jugador, ganar la partida sin saltar,
pasárselo con todos los personajes...). Compartí plataformas de
aventuras con algún amigo y ya de ahí, con la consola en casa, pase
a los futbolines.
En casa, mi vetusta
Play Station dio rienda suelta a multitud de derbys con
mi hermano, y alguna que otra, las menos, partidas colaborativas.
Pasados los años y
sin llegar a ser nunca un viciado, entro en mi casa la Xbox360.
Instalada más como centro de ocio que como consola dedicada
exclusivamente a juegos, prefije durante un tiempo las tardes de los
viernes para jugar con ella, más algún rato esporádico a la semana
que siempre trataba que fuera más excepción que regla. Ahí es
cuando avance y disfrute con el Halo Reach, que venía
instalado en la consola. Aquí probé el juego online y pude
comprobar, bien de modo colaborativo o en modo competición, me
encontraba jugando con gente que me llegaba a sacar hasta un año
y medio en horas de juego online. Esto lógicamente
creaba frustraciones en mi, y hacia que al dejar de jugar me sintiera
enfadado e incluso a veces humillado y estafado. Durante todo este
tiempo, un par de años, conseguí descargarme los juegos que ofrecía
Microsoft junto a la suscripción online. Los fui probando
todos con mayor o menor ánimo, encontrando, por otra parte de forma
lógica, predilección por los juegos dedicados a público adulto.
En este punto fue
donde la frustración se hizo más palpable y empezó a correr
en mí la idea de que o bien era un negado para los videojuegos
(mi hermano siempre fue mejor en los juegos de coches y yo por contra
era mejor que él en los simuladores deportivos) o que se estaban
ofreciendo videojuegos para un perfil muy concreto: El jugador
"viciado", el que puede o al menos lo hace, dedicar
muchas y continuadas en el tiempo, horas de partidas y partidas,
sobretodo en el modo online.
Mientras iba probando
juegos que me desesperaban ya en su versión historia porque me era
realmente imposible avanzar, contra más entrar en batallas con
jugadores a través de la red, comprobé que no era una cuestión de
un título concreto, una saga específica, o los juegos de un
productor o distribuidor identificado. No, se trata de una tendencia
general del sector.
Esa tendencia es
ofrecer juegos, con una gran historia, unos gráficos potentes, y
sobretodo, un modo online rico, intenso y sugerente para
atrapar a los grandes jugadores. A aquellos -y aquellas que van
entrando poco a poco en un mundo hiper masculinizado- que consumen
grandes cantidades de su tiempo y su dinero en jugar a videojuegos y
en participar de manera activa en las comunidades online que se van
creando.
Y para ello no han
tenido ningún reparo en dejar de lado a los y las jugadores
casuales, que no pueden o no quieren estar muchas horas seguidas
jugando, o que quizás conectan el mando una vez cada dos semanas.
Es una elección
capitalista, corporativa, del sector priorizando sus recursos
productivos, sus desarrollos, en lo citado anteriormente y olvidando
conceptos que en los albores de la industria y sobretodo, no hace
tanto tiempo (5 o 6 años) eran muy importantes: La accesibilidad
y la jugabilidad. Tendencia que ha venido con la mejora de las
conexiones de Internet doméstico.
Que un juego que
adquieres (compra, descarga legal o ilegal) y pruebas, no tenga
niveles en los que ajustar al jugador novato es un grave problema
para que éste se sienta cómodo en la historia y tenga así el ánimo
para jugar y avanzar en ella, independientemente del tipo o género
del juego. Con esto lo que se consigue es el avance a base de
perseverancia, de horas dedicadas (en las que lógicamente no se
hace otra cosa) a jugar y sacar los objetivos a base de
empecinamiento.
Pero es que incluso,
juegos que ofrecen la clasificación de perfiles por niveles, les dan
tales saltos de accesibilidad que los hacen ridículos. Por ejemplo,
las últimas entregas del NBA2K como la de 2016 que ha llegado
recientemente a mis manos: De nivel fácil, en el que no fallas ni un
sólo tiro, al siguiente nivel en el que tras 10 intentos me ha sido
imposible, con los Warriors quedar a menos de 10 puntos de los
Bobcats...
Y para rematar todo
esto aparecen los E-Sports como un ejemplo más de
querer presentar u ofrecer el consumo de videojuegos, esta
industria en principio cultural, como un opio nuevo,
para que la gente no se preocupe de lo realmente importante, y
adquiera una suerte de ilusiones de convertirse en profesional de
esto. De entrar en una élite que se gana la vida, y muy bien como ya
muestran algunas publicaciones y televisiones, pero que al final, lo
único que va a suponer para la gran mayoría de quienes juegan, es
la inversión tanto en dinero como en tiempo en los videojuegos
(además, de por supuesto miles de horas de diversión).
Éste coste de
oportunidad implica no hacer otras cosas, como pueda ser
estudiar, trabajar para la comunidad o activarse para cambiar éste
mundo. Y sin embargo, será aprovechado por los de siempre para
enriquecerse una vez más.
Desde luego, considero
que quedarse en la inocencia de la decisión productiva, capitalista,
de los estudios de creación de videojuegos en preocuparse más en
los "grandes jugadores", que en los casuales o
eventuales, es un error. Existe una intencionalidad, más allá de la
clara económica de ganar más dinero a costa de los jugadores
"viciados" que más consumen tanto
en horas, como dispositivos, juegos, acceso a Internet, e incluso
merchandising asociado a las grandes sagas de videojuegos.
Pero no voy a entrar
más en lo dicho hasta ahora, aunque quiero que quede claro, que
considero a la industria de los videojuegos como alineadora de la
población, particularmente de la juventud, a la que
invoca en un estilo de vida donde prima el individualismo, su
exhibición a través de las redes sociales, y el anclaje del
personal en la rueda consumista que necesita como motor el
capitalismo.
Me quedo únicamente,
en que como aficionado casual no tengo hueco en la oferta que las
empresas de videojuegos disponen hoy en día. La demanda, que
jugadores como yo, creamos se queda desatendida y hace que dejemos de
consumir videojuegos, y dediquemos el tiempo y el dinero, entendidos
como coste de oportunidad, a otras opciones. Y tan tranquilo.
No es que este obsesionado. Ni con el sexo, ni su ausencia de él desde hace un par de meses y sustitución onanística. Cierto es que en el próximo escarceo amatorio, (me) corro el riesgo de matar a la conejita que tenga la inmensa suerte de refrotarse en la intmidad con semejante elemento, pero me apetecía hablar del tema..
Uno de esos momentos de intimidad que más placer y relajación, tiene o ha tenido la naturaleza a bien darnos para nuestro uso (abuso) y disfrute. Habló de la masturbación. Si del simple onanismo, de esa época de la vida en la que pensabas que pelartela como un mandril era una situación transitoria en la vida, pasajera y que abriría, o por lo menos no dejaba candada, una puerta a mayores placeres y con más gente en la habitación. El 5 contra el calvo, hacerse una paja, una gayola, meneársela, darle al manubrio, embocar el par, ir al autoservicio, follarse la mano, hacerse la alemana, frotarsela, cambiar las marchas, o en su acepción femenina, hacerse un dedo, frotarse el chichi, ... (qué corto ando de vocabulario onanístico femenino) pocos momentos existen tan placenteros y agradables para nuestros ratos de soledad, y sobretodo que nosotros mismos podamos hacérnoslo con el simple coste de un poco de cariño y suaves caricias.
La calienturienta mente del hombre no necesita de excesiva información estimulante (visual, auditiva, tactil o incluso olfativa...) para darse placer, por lo que el costo puede quedar en un mínimo de higiene (un par de kleneex). En ocasiones bien por azar o con intencionalidad se busca documentación, por ejemplo a través de internet (Voy a tener suerte), esos links guardados en marcadores, bajo el title de un periódico de información regional de una provincia, por la que ni has pasado ni pasarás en tu vida, o incluso en las siempre ínfimas colecciones (en relación a la cantidad de porno que hay en la red) que casi todos tenemos guardadas en una carpeta privada y oculta, bajo el inocuo nombre de Miscelánea o Baúl, a la que se llega desde una carpeta llamada papelera d reciclaje, con el icono cambiado por la original, y que se encuentra en los documentos del Administrador. La existencia de esta carpeta es una de las grandes negaciones del hombre moderno.
Ya véis, un poco de gasto eléctrico y de conexión a internet y podemos seguir dándole a la zambomba. Incluso los hay que se vienen arriba y añaden toda suerte dispar de juguetitos, lubricantes, prendas, etc... es un mundo amplio e imaginativo, por lo menos tanto, como cada persona que habita el planeta, y que juega y se divierte, primero con inocencia luego con lujuria, de sus genitales. Por no hablar de aquellas veces que nuestro amiguito, o amiguita, nuestro cuerpo en definitiva, pide guerra, y él solito se presta estimulado y diligente a llamar nuestra atención con una excitación notoria y que requiere alivio urgente. Hay mañanas muy chungas.
Pero es que la masturbación no sólo es un acto económico. Es además higiénico y útil. Nos permite investigar nuestro propio cuerpo, nuestros limites y posibilidades. Practicada en pareja, posibilita que ambos se conzcan y se compreneten mucho mejor a la hora de expresar su amor, su borrachera o su "aquí te pillo, aquí te mato" de una manera mucho mejor, placentera y delicada. Y en el caso de los hombres permite la continúa regeneración del semen, y los espermatozoides, para que en su inmensa mayoría se mantengan siempre jóvenes, vigorosos y móviles, y poder así ser más proclives a la fertilidad y tener esa posiblidad de joderte la vida cuando no lo buscas. Antes se pensaba que para provocar el embarazo era requisito fundamental tener los huevos a rebosar. Error. Los espermatozoides tienen un ciclo de vida muy corto (y con vaqueros ajustados o sleeps, más todavía), y es importante tener una actividad diaria para que el ciclo de producción se mantenga activo y funcionando. A la hora de procrear nada como un ejército de jóvenes y vigorsos espermatozoides, en vez de uno senil, cansino y en las últimas.
Ah, y se me olvidaba, ¡¡Encima te corres, qué más le puedes pedir!!
Pues hombre hay algunas cosillas que ayudarían y puestos a pedir: Qué nos dejarán masturbarnos en paz. Las religiones ese cáncer del planeta y más desde que llego en la Edad Media, las religiones monoteístas a su cénit y poder, han acusado al masturbador con su puritano dedo. Con lógica y cordura, uno pensaría que coño le importa a esta gente lo que yo haga en mi baño, o en las letrinas del medievo. Pero es posible que haya que dar un paseo por este blog para recordar que las religiones, en cualquiera de sus disfraces y máscaras han tenido como leiv motiv torturar al personal y denigrar el placer. Siempre el de los otros, inferiores infieles, no el de las castas jerárquicas ya satisfechas de tocar impudemente niños o de gozar de harenes de vírgenes golosas. Un ejemplo, San Agustín , personaje desagradable y reprimido donde los haya, anunciaba que el vicio solitario era peor a ojos de Dios que la
violación o el adulterio e imponía siete años de penitencia a las masturbadoras.
Por desgracia, la ciencia médica, olvido el logos y abrazo el theos, y también estas absurdeces religiosas durante varios siglos alimentaron los códigos y libros médicos, provocando que la masturbación fuera enterrada bajo losas de mentira e intolerancia, considerándola una peligrosa desviación que provoca terribles daños en quien la sufría. Los médicos decimonónicos recomendaban el empleo de ataduras y guantes rasposos para evitar que los jóvenes destruyeran su salud por las noches. Una solución parcial, porque no podían recomendar directamente la castración. Para compensar, castraban a las mujeres, ya que la extirpación del clítoris y los labios mayores se consideraba una
excelente terapia para proteger a las muchachas de la perdición. Todavía hoy en África se cerebran estas prácticas, con ciertos aires de indiferencia por parte de la comunidad internacional gobernante (NO ciudadanos de a pie y ONGs).
Algunas de las teorías científicas y filosóficas que provocaron el oscurantismo en el onanismo venían en ocasiones mentes preclaras, como por ejemplo la de Aristóteles, quien defendía que el semen venía del cerebro, por lo que "derramarlo por puros fines lucrativos" podía dejar al pajillero sin médula. Sin nadie al volante ahí arriba, vamos. De esta idiotez supina de Aristóteles, quien recordemos alejó la filosofía del hombre para ponerla al uso de los dioses con lo cual supuso un atraso frente a sus antecesores, ha quedado en el vulgo la percepción de que la masturbación produce estupidez, parálisis, e incluso ceguera, y que el joven onanístico consume fuerzas inúltimente pudiendo quedar prematuramente envejecido, tísico y desperdiciado para la sociedad y las labores del campo, quiero suponer. Encima para joder te podáis quedar calvo, y lleno de granos. Una estigmación intolerable a la masturbación.
Yo ante tal sarta de mentiras, mantenidas y consentidas solo puedo decir que desde los 13 años, le he dao al tema con entusiasmo, porque ya que te pones, lo haces bien, y sigo vivo y en muy buena forma. Tengo una buena estatura, un buen cuerpo bien trabajado. Soy fuerte, rápido, vigoroso y activo. Inteligente, genuino, gracioso, hilarante, apispado y con muchísima capacidad de improvisación. Esto no lo digo yo, lo han dicho algunas. Cierto es que el pelo va perdiendo su sitio, no por las gayolas y si por herencia genética. Lo de los granitos nunca fue un problema pasada la pubertad, salvo por una intoxicación alimentaria que tuve hace 4 años. Total, el onanismo, el placer, no tiene porque ser restringido, ni secuestrado, porque no tiene ningún perjuicio, es más solo ventajas, como las ya reseñadas allí arriba.
Por fortuna, uno dejo el catolicismo impuesto, al momento de salir de la primera comunición y ver que los regalos más allá de mis padres, no fueron para tanto, por lo que levantarte pronto un domingo para ir a pasar frío a una iglesia, oír memeces y oler a incienso dejó de ser cita ineludible. No lo recuerdo, pero seguro que mientras otros estaban en misa, yo ya le daba a la mangotera con vigor y frucción. Pero a todos se nos ha quedado grabado algún comentario de algún sacerdote en tv o en esa (anti)educación sexual retrógrada que se ha dao muchos años en este país, en el que te venían a decir que de tanto masturbarte podías quedar disminuido para cuando te hiciera falta.
Pues qué queréis que os diga. Lo cierto es que aunque ya hace tiempo, desde que se acabo el factor superarse a si mismo, no paso de 3 diarias, mantengo una alegre, cariñosa y compañera relación con mi polla, y las reservas no tienen viso de acabarse. Así que como sé que no van a encontrar mejores argumentos para dejar de zumbarmela, seguiré haciéndolo hasta mi muerte, a no ser que consiga morir placidamente, que en mi caso, sería algo así como morir follando. (Muerte por kiki.
Pero en el caso de las mujeres, como siempre, todo es peor. Los peligros que persiguen a la joven onanista son, si cabe, más aterradores que los del varón. En 1870, el doctor Francis Cooke alertó sobre la lacra que amenazaba a la civilización en su obra Satan in Society. Las doncellas victorianas, lejos de guardar su pureza para el altar del matrimonio, se profanaban con el nefasto y solitario crimen de la masturbación. Peor aún, la degradación se camuflaba bajo el disfraz de la amistad ya que, lejos de las miradas de sus padres, las jovencitas estimulaban mutuamente sus genitales, arrastrándose hacia el abismo de los lechos sudorosos. Ufff, cuidao que me está surgiendo algo entre manos.
¿Qué daños se causan las muchachas con
sus febriles frotes? Ellas no eyaculan oleadas de médula. Pero ¡ay! la
mente femenina, de por sí frágil, se debilita por los espasmos del
tocamiento. La obsesión enfermiza por el placer ahoga el propio deseo de
vivir, dejando tras de sí abotargadas jóvenes de rostro macilento,
profundas ojeras, y respiración lenta y difícil. Sus cuerpos se vuelven
blandos, pesados, sus movimientos torpes y erráticos. Reducidas a
muertas vivientes, las desdichadas consumen sus últimas fuerzas,
empujadas a la tumba por el desenfreno. Las supervivientes quedan
imposibilitadas de concebir hijos sanos. Si por un milagro la onanista
llega a reproducirse, su vástago nacerá debil, enfermizo, tísico,
probablemente idiota, apenas humano.
Otro médico, el doctor Talmey, lo resumió con más precisión: la
autoindulgencia conduce a la anemia, la malnutrición, la astenia
muscular y el agotamiento mental y nervioso. La mujer inmoderada se
delata por su palidez, su melancolía y su incapacidad para enfrentarse a
cualquier trabajo mental o corporal.
La solución, como ya dije, era
quirúrgica. Unos sabios cortes en las zonas pecaminosas y ¡hop!
resuelto. Ya en pleno siglo XX algunos cirujanos proponían la lobotomía
para prevenir que las ovejitas se descarriaran, porque las niñas buenas no se tocan.
Uno con su bagaje, de amistades y conversaciones pecaminosas y lujoriosas, previas al coito, la comtemplación o al onanismo solitario redentor de la frustración tiene ya su opinión formada. Es decir, algunas amigas, o parejas, me han comentado, en algunas ocasiones con una descripción suficientemente prolija, otras escasa lamentablemente en detalles, los avatares íntimos y si algo he sacado en claro, más allá de los esfuerzos para mantener una atención sana y no sudar excesivamente es que las niñas buenas se tocan (y mucho) y bien que hacen, qué coño, nunca mejor dicho!!! Sin ser médico, mis amigas masturbadoras, son alegres, divertidas, buena gente, bellas, cultas y hasta alguna entiende el fuera de juego. Las hay que ya tienen hijos y son unos torbellinos, nada enqlenques o tísicos, hasta el punto de haber preferido un poco más de tranquilidad.
Pero incluso mi percepción, y sobretodo mi imaginación va más allá. Y es que como en tantos aspectos de la vida, creo que las mujeres pueden darnos sopapos en tema de masturbación. No tienen desgaste con el orgasmo, con lo que pueden enlazar varias pajas seguidas sin demasiada dificultad (una novieta que tuve hace 3 años, me dijo que llegó a enlazar una noche de aburrimiento hasta 15, cuando yo nunca llegue, por más empeño que puse de 7 en 8 horas). Sus corrimientos son mucho más intensos y significativos, para llegar al momento de calentamiento simplemente con frotar disimuladamente los muslos se ponen a tono.
Y para más INRI, joder que cachondo soy, visualmente resulta un arte mucho más bello y erótico. Mientras el sólo hecho de imaginarme desde fuera pelarmela con la mezcla de fortaleza para sostener la base y tronco, y la finura en la cabeza, me revuelve las tripas, el sólo hecho de imaginar a una mozalbeta, deslizar sus manos al bajo vientre, buscar sus hendiduras, apretar y jugar con su botoncito... Vamos todo elegancia. Menuda envidia, si tuviera clitoris no cabe ninguna duda de que lo tendría más que reluciente.
Aunque eso sí, una buena, alegre y abundante eyaculación le da al asunto un toque más decó, más performance. Y además, tenemos una gran arma secreta: La próstata. Campeones y onanistas que estéis leyendo esta sarta de gilipolleces, podéis dejar de encoger el culo. A parte de para mantener ocupados a los proctólogos, la próstata manejada con corrección y saber hacer es una bolsa inagotable de placer y relajación, Para descubrirla, nada como una amiguita experta. Para intimar con ella, mucha soledad, intimidad, porque si tu pareja o tus padres, te descubren con la mano en el culo, no creo que sea fácil convencerles de lo que no es.
Por otro lado, siempre, siempre es aconsejable investigarse, darse a conocer el cuerpo a uno mismo, no sea que con 40 años, vayas al proctólogo y resulte que al hecho de que te metan una mano enguantada en latex por el culo, tu amiguito el calvo responda con una incómoda erección, que haga temblar los cimientos de tu heterosexualidad.
Por otro lado, sed comprensivos y respetuosos si veís a vuestra pareja masturbarse. Y también si son vuestros hijos, el que los tenga. REcordad que pese a ser vuestros hijos, se van a tocar. Y en caso de descubrir la faena, sed discretos y dejarles acabar que no hay paja más triste que la no completada. Luego ya con tiempo y delicadeza se puede introducir el tema, y las ventajas de los pestillos de las puertas (grandes aliados de la masturbación). Y ya de paso se puede improvisar una buena clase de sexualidad, no de pajas porque cuando les pillemos fijo que ya llevarán una buena sarta a sus encalladas manitas, sino de sexo, llamando a las cosas por su nombre, con naturalidad, con seguridad y sanidad, sin hacerles vomitar por el simple hecho de que sus padres hablen con ellos de sexo y plantear un plan de ataque para contestar todas las preguntas que nunca se atreverán a hacer. Lo agradecerán. Y para eso siempre esta el padre de Jim.
Por último os dejo con una clasifiación particular de un hecho importantisimo en la vida de todo hombre y mujer. La masturbación:. Hasta ahora, se creía que siempre son motivadas por un deseo sexual imposible de satisfacer en pareja. Pero con paciencia y papel se puede llegar a diferenciar múltiples diferencias en la motivación de estos actos que tantas satisfacciones nos han dado. He aquí esta perla de sabiduría.
-1. La paja viciosa. Es la paja por excelencia, la que hasta ahora se creía la única. Es la que te haces simplemente porque estás salido y punto. Tiene una variante conocida como la paja dedicada, y es aquella que te haces cuando ves una tía que te pone como una moto y te la machacas pensando en ella, antes de que el recuerdo se evapore de tu mente.
- 2. La paja ociosa. Es aquella que te haces sin ningún tipo de motivación sexual, simplemente porque te aburres y no tienes nada que hacer. Es la que se da en esas largas tardes de verano, cuando estás de vacaciones y tus colegas no pueden quedar hasta las nueve y todavía son las siete y no sabes cómo matar el tiempo hasta que llegue la hora. Si el nivel de aburrimiento es muy alto, puede derivar en la paja experimental, que es cuando te da por hacer chorradas como pelártela con la mano izquierda, untada en crema o con la mano fría.
- 3. La paja valeriana. La que te haces en momentos de estrés buscando no la satisfacción sexual (que nunca viene mal), sino la relajación posterior. Es lo que sueles hacer el día antes de un examen que llevas cogido con pinzas.
-4. La paja valium o somnífero. Son las cuatro de la mañana en verano, no te quedas dormido ni a la de tres, y mañana te tienes que levantar a las ocho... Pues eso, pajote al canto y en cinco minutos estás roncando. Existe una variante llamada paja gelocatil, que te la haces porque te duele la cabeza, con la intención de calmarlo.
- 5. La paja higiénica. Por extrañas circunstancias de la vida, llevas una larga temporada de inapetencia sexual y hace tiempo que no vacías las pelotas. Se hace imprescindible en momentos así darle al manubrio para evitar las molestas e incómodas de explicar las poluciones nocturnas.
- 6. La paja celebrativa. Has conocido a una chica maja, finalmente has triunfado... con dos cojones, cuando llegas a casa te la pelas para celebrar el polvo.
-7. La paja sorpresiva. Estás en el tigre tan tranquilo, notas algo raro, miras hacia abajo... ¡Ahí va! ¿Y esto? Te das cuenta de que estás empalmado y no sabes por qué. Pues bueno, ya que estamos, habrá que aprovecharlo...
-8. La paja McAulay: Te la haces simplemente porque estás "Solo en casa". Nuestra preferida.
- 9. La paja preparativa. Has quedado con una linda señorita que va a servir para que des rienda suelta a tus más bajas pasiones, pero no quieres quedar mal... ¿qué mejor que una buena manuela para evitar desagradables caídas del sistema de forma precoz? Existe un subtipo conocido como paja preventiva, y es la que te haces cuando tienes que hablar en público y no quieres quedar mal por culpa de >una inoportuna e imprevista erección.
- 10. La paja rutinaria. Pues bueno, porque siempre te la pelas los viernes a las siete y media o el sábado después de comer, para no perder las buenas costumbres...
- 11. La paja reto: es aquella que te haces simplemente por lo bien que queda conceptualmente habérsela hecho. Dos subtipos: Por cantidad ("tengo que llegar a la séptima del tirón", suele desaparecer con la pubertad) y por lugar también conocido como paja estandarte (en lugares raros, como en clase, o en la sacristía...)
- 12. La paja innovadora: La primera. Tiene un no sé qué de misterio, de no saber qué va a pasar... finalmente te abre las puertas de un mundo nuevo, pero es una lástima que sólo ocurre una vez en la vida.
Bueno, y ahora os dejo que tengo algo que hacer...
No es la primera vez e imagino que no será la última. No tiene porque ser malo, ni tampoco bueno. Son momentos de sosiego, de conocerse a uno mismo a través de la reflexión y la experiencia. Los réditos y débitos que uno ha ido dejando por el camino de la vida y que en definitiva, te pueden dejar vacío o satisfecho.
Yo ahora me encuentro en transición. Miro el panel de las vacaciones en la empresa y veo todos los días por escoger. Salvo una semana allá por octubre y que posiblemente deje para hacer sólo un viaje que me haga recordar caminos que acabarán en la sana soledad buscada por uno mismo, para encontrarse, resetear y volver a empezar.
No sé si coger algún día o semana y si lo hago es por hacer gasto, por quizás no tener que currar con este calor. No hay muchas espectativas, tampoco muchas ganas, y seguro que menos dinero, pero aún así no me encuentro mal, ni desganado, pesimista, ni abocado. Todo lo contrario. Estoy pletórico, me siento muy bien, contento y con mucho ánimo para seguir cubriendo etapas, cumpliendo sueños, luchando por edificar una vida, por seguir sintiéndome igual y mejorando.
Parece una situación extraña, contradictoria. Pero la verdad es que me encuentro a gusto. Disfruto del trabajo, donde evolucionamos y luchamos por mejorar y también sobrevivir, cada día. Entreno bien, para mantenerme en forma, y liberalizar la mente. Cuanto tiempo llevaba yo indignado, cabreado por como se esta yendo al garete el mundo, y ahora me encuentro movilizado tomando partido, siendo uno más, y poniendo mi granito de arena para intentar cambiar esta basura de mundo que vamos a acabar dando en herencia a nuestros hijos. Aprovecho para conocerme y conocer a otros, disfrutar de las pequeñas cosas. Un día en la piscina, una tarde de tapas, una conversación con una vieja amiga, lecturas, series por internet, alguna película o jugar y distraerme, quizás no parar de luchar.
También está ella, o estás tú. Con el dolor que me agota vigente, con resignación y con decepción, pero con mucho orgullo. Mucha fuerza por todo por cómo lo hice, que senti y el valor que le empeñe. Mucha de mi paz y felicidad actual viene del hecho de sentirme orgulloso por como funcione, por tener las ganas y fuerzas para luchar y no amilanarme, por emplear mi empeño en ti hasta las últimas consecuencias y por querer dejar el mejor recuerdo, el que merecíamos, en mi memoria, ese que a veces el muy cabrón me hace caer alguna lagrima. Pero son las cosas de la vida y del amor, las etapas que uno va cumpliendo.
Este es mi momento. Esto es ahora. Me encuentro bien y en una especie de momento vallado y parado, pero que me mantiene vivo, atento y alimentando mis todavía pendientes muchos sueños.
Aún no despierto y ya los cielos me interrogan cuando me estremezco, y ya mis manos no te descubren con apacible ensueño y ya no deseo nacer en este desvelo.
Aún no entreabro mis parpados y ya no me siento entero, me encuentro desatando los cielos y a las nebulosas interrogando, tañendo plegarias al cielo y recitando versos inconexos, palabras que anuncian un desvelado destierro, un desconocido anhelo.
Aún no entrego mi alma al cielo y ya lo deseo con tal fuerza que no me siento ni comprendo, porque no encuentro bajo este cielo la más mínima sombra de lo que del cielo anhelo.
Porque en este viejo mundo de cuevas y avernos también habitan seres sin ser que anuncian impasibles el fin de la vida del amor, el fin del cosmos y de la luz, el fin de todo lo nuestro tan querido y amado que Dios nos legó.
Aún no despierto y ya sueño con no despertar de mi sueño, aun así…, me entrego y destierro como cada día al silencioso desasosiego corazón anidado por cada alma que no encuentro y por el alma de la persona que más quiero.
¿Dónde dejo mi beso de cada noche? No quiero pensar en las noches en las que estas destapada. Fría y distante; alejada de mis brazos, sorda ante mis gritos y yo ya afónico sólo puedo pedir un beso más. Uno más. Sólo para morir. Morir feliz.
Me duele la salvaje realidad de vivir sin ti. No puedo pensar en la obligación de hacerla toda mi vida. No puedo con tanta oscuridad, ahora que me acostumbre al brillo de tu sonrisa. La luz de tu alegría, fue la más sútil de las drogas, pero la que definitivamente me derroto, me conquisto. Soy tuyo, como suyo nunca fuí. Te pertenezco porque el hechizo de tus besos, probado está que ni las bombas de la distancia y la soledad lo han borrado.
Llueve…y llueven los recuerdos… Escucho el sonido de gotas contra el suelo que me traslada en el tiempo, Intentando no pensar, vuelvo a vivir muchos momentos. Quiero correr, pero huir; quiero llegar a tus abrazos, quiero descansar por fin, en tu regazo.
Lagrimas salada mezclándos con lágrimas dulces de lluvia… Besos eternamente tatuados en mi alma por cada gota de agua Abrazos húmedos de deseo, entre las ropas mojadas una mano en mi cara que me sega el agua unos brazos que me elevan hasta el cielo.
Unos ojos que brillan gritando que me aman una sonrisa que me hace sonreír, ser feliz unos dedos dibujando muy despacio mis labios.
Miradas que no dejan de mirarse, de decirse que se aman. Bocas acercándose despacio, que se rozan,que se tocan que se besan entre dulces gotas de agua. Ya no llueve... Aqui y ahora espero... que el tiempo seque mis recuerdos
Hoy desperté y aun sin verte pude sentirte... Mi alma sigue rodando por las colinas sinuosas de mi vida, arriba y abajo, en un continuo ir y venir buscando a ciegas la salida. A gatas tus besos... soñando vivirte. La salida a este dolor que me hizo preso, la salida en la que me encontraré de nuevo a mí mismo, más viejo, más sediento. Igual de soñador, la salida en la que sentiré de nuevo que sigo vivo la salida en que tú y yo,felices, intercambiaremos sonrisas.
Apareciste ahí pero no te veía, y en mi pecho un calor latente me arrastraba con una fuerza desmedida ¿qué es esto?¿por qué ahora? me has descubierto la alegría...
Y te lo agradeceré eternamente, dure lo que dure, suceda lo que suceda, ya sea que te vayas y no vuelvas, ya sea que hayas venido para quedarte y no te vayas jamás de mi vera.
Con este himmno Fito y tu recuerdo me robastéis las primeras lágrimas... Él ya me resarció; Sólo espero que tú también y me confirmes esta vida genial que nos espera. Te quiero, anabel
Sangre que hierve en las venas... espíritu elevado al altar de la esperanza. El dolor seguirá infringiendo en la memoria... castigo en noches sin tu amor como labranza.
He pasado siglos sin más ánimo que mis vestigios. Heridas infringidas, sangrantes torrentes, sin más sutura que el tiempo y el olvido. Naufragado en el dolor continuo, en la desdicha, extranjero de sentimientos en un mundo sin ellos.
Descubrir el significado del amor en la distancia. En meses no querer más que borrarla, Acercarme a tus labios, rodearte en mis brazos... Aprender a querer viendote dormir. Decirle a tus sueños que quiero pasar mi vida junto a ti. Declaración jurada de amor eterno, pues te quiero sin freno, te anhelo en la lejania, y busco sobrevivir en tu recuerdo, para pronto recobrar nuestra común e indisoluble vida.
Siento frio en tu ausencia. Hielo con el rechazo. Ultrajado, decepcionado... apagado. Mi fatídico desatino se conjuga en gerundio. Pero imperativo mis ganas por amarte, por sentirte dormida una vez más en mi pecho. No olvido las cosas tribales, los ritos banales. Momentos de cotidianiedad que enamorados son especiales. Orígenes perdidos, recobrados en tu corazón, lugar maravilloso donde habito y te prohibo que me olvides. Soy espejo y esclavo de la pequeña que crece en mi interior reclamando mis lágrimas y risas, mis sueños y rutinas, porque todos son suyos. Son tuyos.
La lucha esta planteada. Tenemos un tablero lleno de obstaculos. Pero poseemos el arma con que derribarlos, con que vencer y ser felices y eternos... Tenemos el amor suficiente para desear vivirnos y conseguirlo. No voy a renunciar por la distancia a ti; por muchos agobios, por muchos errores, el mayor desasosiego y quebradero será rendirme sin luchar por ti.
Las lágrimas han inundado mi vida, y en tu ausencia las nubes se han sucedido, descargando. llantos de lamento, lamentos en suicidio... sin ideas, sin sueños navego a la deriva. pero tengo el bote de que tu amor por mi existe y también es fuerte. Será remando contra corriente, como juntos encontraremos nuestra felicidad destino en una isla paradisiaca, sin mas necesidades que desnudarte al anochecer, arroparte en los amaneceres.
No quiero más noches solitarias, alejado de ti. Odio las mañanas en las que despierto sin tu rostro a mi lado. Necesito vivir y creer, hacerte feliz ya. Eres la princesa de mi cuento, y yo tu principe, armado con lápiz y valor para escribir el final feliz. El feliz final de un amor eterno...
Sé que soy como siempre has querido tener a un hombre. Eres la mujer que echaba de menos incluso antes de conocerte. Es la primera vez que puedo afirmar sobre una persona que es la mujer de mi vida y esa eres tú. Y por ti voy a luchar, para cumplir esto que siento, que sé que tu también guardas en tu interior.
Pasan días y semanas. Lunes a viernes continúos, con el paréntesis de findes ínfimos y superficiales, banales y prescindibles, que aglutinan noches, algunas, ajenas y solitarias, todo ello en un compendio de tiempo, que en tu ausencia se hace lento, farragoso y doloroso.
Esta tarde vere la tv como un automata sin mas pretensiones que agotar las horas. A la noche buscaré lectura como placer más elevado; más tarde llamaré al amor, para saber como se encuentra, aliviar mi corazón, agitar la coctelera de mi cabeza por estar tan lejos de ti y tranquilizar mi corazón porque sigues ahí. Después mentire al decir que me voy a dormir, porque pasará tiempo hasta conseguirlo, y serán las lágrimas mi acompañante y el sustento de humedad de la almohada.
En los días de diario, que de frío invierno amanecen en la noche la rutina me abraza, no me suelta pero no logra que me olvide de ti. Puede que trabaje, que entrene o que simplemente espere el morir del día sentando en el sofá. La única certeza es que a cada actividad en cada hora le acompaña el recuerdo y el sueño de ser eternos, de poder ya, sin límites ni muros construir toda mi vida junto a ti, que eres lo que más quiero, la persona que siempre soñé...
En los findes, antiguo escaparate de ocios y divertimentos ahora me ahogó en el blanco de la pared y en lo negro de una supuesta diversión, que años después y agotado el engaño no consigue tan siquiera motivarme para esparcirme para buscar unas pequeñas horas de risas y amistad que te hagan salir algo de mi mente, para que te quedes en mi corazón. Tranquila, sin prisa, esperándome para soñar conmigo esta noche, para antes matarme en un lecho frío por tu ausencia y ahogado en lloros de angustia y dolor.
Antes quería que se acabará la obligación, el trabajo, la rutina... Ahora me da igual, porque pasadas esas 8 horas sigo estando a cientos de kilómetros de ti y me cuesta vislumbrar ese momento en el que quiero saludarte, sorprerte o que me sorprendas, verte en definitiva. Lo maravilloso de compartir días, habitaciones y salidas, de estar juntos no tiene comparación. No conozco adjetivos para calificarlo; jamás he tenido otro momento en mi vida que tenga valor de compararse con lo que siento cuando estoy contigo. Tampoco existe dolor más agudo igualable al que siento cuando nos tenemos que decir adiós, o mejor dicho hasta pronto.
La realidad es que cada día cabiló qué hacer o qué decir; cómo conseguir estar juntos ya, y poder regalarte desde ahora una vida plena con momentos inigualables, escenarios sólo vivos en la imaginación, y que queremos conocer, y no menos importante: conocernos en ellos. El paso de los días, no despeja las dudas y en cada momento la certeza que me rebasa aumenta. Me dice que me necesitas, que te necesito. Siento la terrible putada de no poder vivir, desde ahora y en adelante, ya plenamente porque es lo que queremos, lo que sentimos. Nunca pensé que tuviera que existir un tiempo previo de amistad o de conocerse, de ocultar los besos, las confidencias. Y ahora me lo has confirmado, justo tú, justo cuando más díficil parece, cuando me doy cuenta lo lejos que estamos.
Habrá mil trabas, o mil kilómetros entre nosotros. No me importa. Y sé que a ti tampoco. Sólo existe una realidad: Te quiero.
Buenas a todos y a todas y gracias por las felicitaciones en este día, 16 de diciembre en el que tuve a bien nacer hace 27 años. Esto de cumplir años es un chasco porque cada vez las cosas buenas y la diversión se hacen más caras e innacesibles y aunque siempre es bienvenido el ir asumiendo responsabilidades y completando la existencia, bastante mayor es la desazón por quizás no recuperar lo ya vivido (y bueno), anhelar tiempos pasados o incluso llegar a olvidarlos.
Para personas como yo, el ir cumpliendo etapas es importante. Más aún si el hacerlo supone como ha sido este último año, vivir cosas nuevas, ponerse a prueba y llegar a la onomástica teniendo la certeza de haber aprovechado el año de los 26, sentirme casi pleno y cuasi feliz y manteniendo la ilusión por vivir (incluso haberla aumentado). En este año ha habido fiesta, amistad, buen rollo y muchos momentos inolvidables. Se han llegado metas, iniciado escaladas y continuado la vida. También existen estancamientos. He tenido trabajo, diversión, amistades, confraternaciones (si es que existe la palabra) y por supuesto amor.
Se alimenta en mi la desdicha por no tener a la persona con la que estoy convencido pasaré mi vida junto a mi en este momento. Es temporal y un obstáculo que no impide nuestro amor y nos da más pasión, un sentimiento de mayor aprovechamiento de cada tiempo. Tengo la certeza, pequeña, de que me complementas y yo a ti en igual medida y no tengo duda de que siempre será así. El valor por luchar por ti, Anabel, me alimenta cada día, y aunque me toca enjugar lágrimas de vez en cuando, es ese valor y espíritu lo que me sirve de pañuelo.
Simplemente y para acabar agradecer a todos mis amigos por los buenos momentos vividos, los recuperados y los especiales, a Dani por tener ese ánimo para sacarme de casa. A Karmen por estar siempre ahí. A mis compañeros de curro o gimnasio por hacer especiales muchas horas que en principio sólo admitían el adjetivo de necesarias. A mis padres. A mi hermano por apoyarme, comprenderme y quererme, a parte de ofrecerme sus amistades (Tamara, David, Nerea, Lidia,...). Y a ti Anabel, por enseñarme a amar, por hacerme sentir tan enamorado y a la vez haberte enamorado. Por ser eternos.
Los días que pasan, las luces del alba, mi alma, mi cuerpo, mi voz, no sirven de nada... Porque yo sin ti no soy nada, sin ti no soy nada, sin ti no soy nada...
(Sin ti no soy nada - Amaral)
Cómo odio ser tan absurdamente dependiente. Mira que he oído veces esta canción con la que empiezo el post, y siempre pienso que es justo lo contrario a lo que yo desearía para mí... pero al final caigo en lo mismo. En que te vas y sufro tu ausencia, lloró en una soledad vacía y viciada en sentimientos desgarradores de tiempo que dejan la oscuridad, la negruzca nitidez de mi dolor, cuando marchas con tu luz, que se ha convertido en mi fuerza.
La cama deshecha, aún caliente del último escarceo y las continuas caricias y besos que se anidan a este amor que siento. La soledad de lágrimas que mojan una piel seca, dolorida y ajada. Las grietas de mi rostro son reflejo de las de mi alma. Ambas curan y sanan cuando me miras. Estas lágrimas son el abono de mi felicidad, y sólo quiero que crezca siempre en mi corazón y mi vida; vida que no tiene sentido sin ti.
Es el eterno vaso medio vacío y medio lleno que cuando encuentras a alguien con quien llenarlo hasta el borde su ausencia provoca que se ponga al borde del precipio, y en ocasiones caiga. Nunca se rompe. Siempre el amor es más fuerte que los miedos y temores, pero estos, inevitables y fieros, le dibujan rajas y fracturas. De su profundidad, de sentir el agua entre los dedos o de verle robusto y perfecto para el uso diario varían las sensaciones, los momentos en los que mirarlo o usarlo. La lejanía no es plato de buen gusto, pero no dejo de confiar en el poder y capacidad que tengo para luchar y conseguir lo que quiero. De tu amor tampoco tengo dudas. De nuestro futuro sueños.
Estando sólo como sólo me dejas, busco refugio en amigos y amigas en todos los ocios posibles. Llegan las noches y me voy acostando tan pronto como puedo, para reencontrarnos en los sueños, donde me temo ya, somos eternos. A la mañana llego cansado tras una noche de pasión alegórica, y estiro las mantas para cubrir mi fria piel, helada sin tus abrazos. Miro alrededor, no estás despertándote junto a mi. Sólo vivo porque sé que es momentáneo, que cada día que pasa es una victoria, que más cerca estaremos juntos para siempre.
Pero me cuesta levantarme y cada día alargo el lecho donde te ame, donde te soñé, donde te amaré. El día se compone de rutinas que no llenan ni el vacío de tu sombra. Al trabajo voy llegando cada vez más tarde, cada día algo más, hasta que esta mañana ya me dió vergüenza, o me debería de haber dado. Intento y consigo abstraerme, ser profesional, hacer lo que me mandan. El coche sintoniza mis músicas que ahora son todas tuyas. Hago deporte como siempre. Consumo el gimnasio en una hora y exhausto y agujeteado salgo a buscar tu recuerdo. A veces, lo hago corriendo, donde aunque me concentró, sólo quiero llegar a dónde estas. Otras voy a casa. Allí ya ni conectó el pc, donde tantas veces nos hemos conocido. Consumo películas y discos que tan sólo me gustan a mí e intento leer pero derrotado caigo yermo ante el sueño de la noche anterior, ante la falta de aliento por tú ausencia.
Escribo porque viviendo tan al filo del dolor, la inspiración se agudiza y vitaliza. No tiene freno y la letra escrita es el curso de mis venas desangrándome a través de mis dedos. En la ausencia de luz el negro es el color predominante y en tu ausencia es la rabia la que me condimenta.
Soy feliz porque soy amado y estoy amando. Soy tristeza porque la inmediatez debe dejar paso a un sueño. Soy odio porque jamás me vi capaz de ser tan independiente y si lo soy, y el odio es miedo por verme sólo una posiblidad que tengo claro que es remota y que ya advierto no me va a resignar.
Siguiendo
al hilo de actualizaciones previas, aclamadas y subidas al top five
de mis mejores momentos, suele pasar que cuando algo necesitas o más
imprescindible tiene que suceder algo, pues resulta que no se puede.
Hoy relataré a continuación el por qué de no haber podido trabajar
en condiciones, algo que cuando se es informático resulta curioso,
agotador y frustrante.
Profundizando
en la ley de Murphy ya sabemos que todo lo que va mal es susceptible
de ir peor y cuando tan probados y fidedignos resultados aparecen la
situación torna irreversible. Por este orden en el día de hoy han
fallado: el servidor de correo, la conexión ftp, el servidor local,
tras su reinicio las dns, todo esto afectando a todo el equipo y ya
por último sólo a mi la conexión sql a la base de datos en la que
estaba trabajando, en el momento en el que intentaba rehacer el
trabajo que hice ayer en la última hora y que por circunstancias
inexplicables se grabó mal.
Lo
inexplicable es la intención de implantar un proxy, un cerco a
cualquier conexión desde el ordenador de trabajo, pero también
personal, a diferentes accesos a internet. No sabemos si bloquearán
las visitas a ciertas páginas (o a todas) o simplemente van a llevar
un registro de cuanto tiempo laboral utilizamos en otras cosas. Como
las salidas ya las controlan, al tradicional y exacto método de a
vista, ahora parece ser que la intención es también registrar, y
quien sabe si condenar el uso que se pueda hacer de una herramienta
de trabajo como es internet.
Evidentemente
me conecto al mesenger en el trabajo, veo las noticias, meneame.net;
actualizo el correo personal, en ocasiones sigo ofertas, y algunas
veces subo y actualizo este blog, como en este momento donde redacto
esta entrada con mi ya ajado y vetusto teclado de oficinista. Pero
juntando todas las actividades y hay muchos días que no lo hago, no
llegan a consumir una hora de mi jornada laboral, y si que
salteándolo, navegando 5 o 10 minutos cada hora y media consigo
descansar algo la vista, aligerar la carga de trabajo que soporta mi
mente y en otras ocasiones hasta encontrar la inspiración para
solventar una tarea dentro del trabajo creativo de webmaster y
programador.
La
sucesión de acontecimientos viene a ser así:
1)
Nadie conecta al ftp, justo en el momento en el que procedemos a
subir a la web las páginas modificadas con la información comercial
de 2010.
2)
No me funciona el servidor de correo, aspecto solucionado con la
parada y arranque del servidor, lo que comúnmente se ha llamado
reinicio.
3)
Se cae el directorio de pruebas y el disco duro compartido, así como
las sesiones de red establecidas, y como además sigue sin funcionar
el ftp, aprovechamos para el necesario café corta-empanada.
4)
Ya nuestro administrador, compañero y amigo a la par, tras múltiples
paseos, ejercicios cardiovasculares varios y algún momento de duda,
decide reiniciar la conexión a internet.
5)
Al llegar lo que realmente ha hecho es quitar el proxy que están
intentando implementar tan oportunamente, reinician el servidor y
¡¡vouala!! todo comienza a funcionar con lo cual nos ponemos a
seguir subiendo todas las páginas actualizadas y a intentar paliar
todo el retraso.
6)
En ese punto se me caen el sistema gestor de base de datos donde
trabajo con una base que alimenta otra web y tampoco me funcionan sus
usuarios de escritura y lectura a nivel web.
A
estas horas sigo sin tener solución sobre este punto y por otro lado
a la llegada de dos nuevas becarias, el pobre administrador, que
trabaja habitualmente en Madrid y está aquí por una sustitución de
su compañero que esta en vacaciones, formatea e instala todo lo
necesario para los ordenadores de estas dos chicas.
La
culpa no es de el administrador, machaca al fin y al cabo, que
demasiado está haciendo el hombre y tampoco le hemos dado mucha
caña, porque entre investigaciones varias, el ocio de internet y
otras labores que van apareciendo se han hecho las horas (en mi caso
mucho más aména tratando de escribir está entrada). La culpa es
del lumbreras o enterao, de “superocillo” que va de cool diciendo
a sus amigotes que es capaz de controlar y ver todo lo que hacen los
empleados en la red. Para empezar es un enterao porque cualquier
administrador que se precie, y el botarate alardea pero sobrevive a
base de los machacas. Seguimos con que NO es un ser superior porque
cualquiera que este metido en este mundillo sabe que es posible
testear todo el tráfico de una red, desde MS-DOS; contra más si
obligas al jefe a soltar 2000 euros por router cisco para que al
final mueran de polvo.
Estos
días ocurren de vez en cuando en el mundo de la informática. Qué
le vamos a hacer.
Deslice mi mano, pero ya te habías ido. En esa aventura era la presentación a mis palabras, pero el adiós de mi mirada. Hace un segundo había soñado, había violado mi propia creencia con tal de un momento de felicidad. Pero fue un segundo tardío, horrible porque ya me volví a quedar en el camino. Toda la lucha por cerrar caminos entre cumbres afiladas se vino abajo con tan sólo el azar de tu sonrisa. Lejos quedan los días de maldecir, las horas de llorar, los minutos de odio, todos ellos una máscara que escondía el verdadero sentimiento. Sigamos camino entre los asfaltos y el intervalo de las farolas hasta buscar lecho, sin más compañía que mi sombra, único amigo en la batalla ante la muerte.
Convencido de que jamás dejaré de luchar blandé espada en la diestra y cerre el puño de la siniestra para lanzarme al abismo; con tal sorpresa de saltar a la esfera y mirar cara a cara, el desdén del poder eterno y establecido. Luchar es mi último anhelo por lo que no cejo en mi empeño y con la ira disfrazando mi rostro, alce la vista.
Pero mirando hacia arriba, al resplandor de la luna, repentinamente vi al Coloso sentado, elevándose y borrando las estrellas y cubriendo la noche con negrura; y a los pies de ese ídolo vi reyes que rezaban y hacían reverencias y los días que son y todas las veces y todas las ciudades y todas las naciones y todos sus dioses. Ni el humo del incienso ni la combustión de sacrificios alcanzaban sus colosales cabezas, estaban ahí para no ser alcanzados, para no ser derribados, para no ser despojados.
Y yo dije con tristeza: no vine a ver dioses pavorosos, sino que vine a verter mis lágrimas a los pies de ciertos pequeños años que están muertos y que jamás volverán.
Pero entonces, sin despertar del sueño, yo mismo me replique: estos son los años que están muertos, sólo los inmortales; todos los años son Sus hijos. Ellos modelaron tus sonrisas y tus lágrimas; todos los dioses fueron creados por Ellos, y todas las Diosas viajaron buscando tu corazón porque ellos quisieron; todos los hechos y eventos fluyen desde sus pies como un río, los mundos son piedras que Ellos han arrojado al aire, y el Tiempo y todas sus centurias postradas detrás con crestas doblegadas en símbolo de vasallaje a pies.
Así se barajan mis cartas en búsquedas de rojos de pasión, pero hallados en negro de dolor, donde cada día amanece como una tibia esperanza, para conformarse en las horas como una pérdida de tiempo. Alejado de sentimientos, mi propio amor impregna el aire hasta que consigo masticarlo, y entonces, sólo entonces, me alejo de vuestro recuerdo para calmar mi ansiedad a base de golpes, esfuerzo o el sonido embrujador de seis cuerdas atadas al mastil en el que deseo morir crucificado.
Camino entre las flores, buscando vestimenta para mi corona funeraria; el lirio pareció demasiado grande y el laurel muy solemne, y no encontré nada lo bastante delicado ni valioso como para entregar como ofrenda a los años que habían muerto. Y al final hice una delgada corona de rosas negras, enredadas y pobladas de espinas, como primer escollo para vislumbrar mi lápida que a veces deseo se haga piedra eterna cubierta por musgo con mi nombre olvidado e ignorado, y otras sueño, con que el surco de la grafía en la sepultura se bañe en plata y negro para relucir con el sol del día, la luna de las noches y tus ojos cuando la miran.
P.D.: A todos mis amores; el hasta ahora, único real, el utópico, el imposible, el lejano,... y también a todas ellas de horas compartiendo sabanas y besos, pero que se alejan dejandome sólo devorándome las entrañas.
El domingo iba a arrancar el coche cuando un niño de unos 4 o 5 años paso por delante; -¡Mario, no corras!-, oí por detras la voz de la madre. El instinto me hizo girar y ver quien era, y una sonrisa se dibujo en mi rostro, mientras bajaba el cristal de la ventanilla del coche. Javi y su novia aparecían y nos vimos y saludamos. Para quien no lo sepa Javi es una especie de hermano mayor que me salió hace 5 años. Cuando decidí tener un año sabático de estudios y me dió por trabajar un año entero en una cafetería de la Plaza Mayor. Allí dentro de un ambiente viciado, malévolo y problemático este chavalote y yo nos dimos apoyo mútuo para las labores cotidianas, los ajetreos varios, las pesadillas sociales y reivindicativas y los líos de faldas y fiesta.
Y así nos juntamos en la oscura calle recordando aquel año y también viendo como iban nuestras vidas. Me alegré mucho, aunque ya lo sabía, de lo bien que marchaba para Javi y su familia, alejado ya del horror de la hosteleria y muy feliz de poder vivir junto a los que quiere. Yo sin embargo, sigo en la misma espiral, en un lapsus de tiempo eterno y movimiento vacío. No avanzar es retroceder y no tengo claro si lo hago para no llegar nunca o para tomar fuerza de coger más impulso. Sin pareja, sin trabajo estable y de lo que me gusta, en este infierno de hogar... Viví un sueño durante un año que hace 12 meses cerré porque quise. Tener razones o no, no acaba de importar, porque como siempre los pensamientos pasados son erróneos, aunque ahora más que nunca, visto el daño que tengo, lo herida de mi alma y lo agajado de mi corazón.
Así en esos minutos de reencuentro mi sonrisa, torno en mueca irreconocible viendo yo mismo lo violable de mi vida, sin más provecho que leves gotas de agua sobre la memoria. Así que tras el varapalo de recordar lo no vivido y soñar con completar este ciclo, definitivamente vamos a coger el impulso para intentar que dentro de un añito haber cumplido la mitad de los sueños que una vida, mi vida, requiere. Ser capaz o no, no importa, porque hay que conseguirlo.
Cada cual rige su valor, su honor, su vida. La sucesión de rostros y expresiones nos embarga y confunde. Pasan rápido los tiempos y la memoria desecha muchos de ellos. Los que quedan deben luchar contra la indiferencia, el alcohol, las risas y los llantos, y las pasiones ya confirmadas. Paseamos por la noche sin que la luz alimente nuestra vista. La rutina ahoga cada minuto y cada metro, mientras la desesperación se postra de rodillas frente a nuestros ojos. Su mirada indaga nuestra hambre, nuestra sed,... parece que nunca ya seremos capaces de despegarnos de todo ello y que ya siempre nuestro tiempo será igual. Eternos "deja vu" que nos sumergen en una espiral de desazón, temor y desesperanza.
La miseria de nuestras vidas nos ahoga, nos exprime y nos arranca el corazón. Con él, la pasión, el ánimo y lo innato se esfuma. Así crece en nosotros lo impuesto, lo que quieren que pensemos y sintamos. Ya no somos personas. Somos robots, cuadrados, plenos de aristas, escasos de curvas. Hacemos lo que quieren. Trabajar, ver la tele, dormir y consumir. Nuestro cuerpo recibe lo que quieren que recibamos, y nosotros ya ciegos y sordos, musitamos sus intenciones.
La tiranía de los relojes nos hacer perder el alma. Olvido sin remisión lo de anoche, y lo de otras tantas noches. Si no estás tú, si me faltáis vosotras, si anhelo tu perfume, si no muero en tu sonrisa la felicidad me es esquiva. Agarro cada trozo de cristal de ese espejo roto y lo tiro contra la pared. Ahogado en vasos de whisky, falsos besos y miradas sin sustancia. No para de llover. Quiero gritar. Quiero salir. Ya no puedo más.
Ahora abrir los ojos, para buscar más allá. No nos dejamos intimidar. Vamos a por todas. Vamos a romper estas cadenas. Vamos hacer cada día, cada hora, cada minuto todo lo especial que se pueda. Explotaremos su voluntad con nuestra vehemencia, sentimientos y alegría. Ya no quedará noche que sea huésped de sus mentiras. Ya estamos cansados de simplemente mirar, oír y hablar. Ahora vamos a ver, escuchar y decir.
Qué vacío más grande se siente cuando las personas y los momentos pasan sin dejar nada en ti. El rastro de nuestros sueños se diluye en la eterna cotidianidad de los días, todos ellos clones, todos ellos prescindibles.
Pasan las semanas con tal celeridad que no llego a acostumbrarme de los nuevos retos y sucesos que llegan a mis ojos. Mi mente busca ocupaciones que son desocupaciones en otros momentos y otros lugares pero que aquí ante tal desidia cobran sentido. En momentos como estos es cuando nos damos cuenta de donde esta nuestro lugar, donde nuestros amigos y gente que nos quieren, o por lo menos recuerdan nuestro nombre y se acuerdan de uno. Qué ingrata es esta vida en la que cuando más sientes el amor es cuando más difícil tienes la opción de expresarlo.
El lecho del tiempo es firme y su caída inexorable. Por cada momento vivido creamos la imagen de lo que podía haber sido, y de lo que no ha sido. Solo espero que todo lo que sucede y esos sacrificios que no puedo explicar tengan salida y la recompensa valide tantos malos momentos.
El hecho de que este nuevo empleo no cuaje y no me acabe de involucrar pasa de momentos en los que me enfada a otros en los que apenas me inmutó. Siempre se encuentra gente nueva, y porque lo mejor de la vida son las personas (no entremos a concoerlas) las satisfacciones y los placeres siguen su curso, aunque son de un carácter tan momentaneo que apenas guardarán cobijo en la memoria. La nueva vida con su morada, tanto física como personal, se adentra en un valle tan angosto como la ranura que separa dos glosetas del suelo. El espacio es el que es, y sea donde dejar sus pertenencias o pertrechar una cama o ese en el que se guardan las emociones, sueños, recuerdos y pensamientos, es siempre tan caro que no hay billete con innumerables ceros que lo pague. Qué rara también es esta vida en la que habitas una casa con gente pero te encuentras solo, en la que ves la nevera llena y el salón siempre vacio, pero son otra de las circunstancias en las que nos hemos visto introducidos y de la que habra que saber aceptar al igual que al tiempo luchar.
Las nuevas experiencias y las nuevas posibilidades son en realidad sucedáneos de emociones y de búsqueda de re-vivir experiencias ya vividas y mucho mejor recordadas. Tiempos pasados fueron mejores.
El tiempo es la dimensión que más nos influye. Cuando te diviertes o encuentras el lado ameno de una situación este pasa rápido, fugaz. Sin embargo, cuando el desasosiego se adhiere a tu piel y la traspasa llegando al corazón, el tiempo se para, los segundos se convierten en horas y el tedio y la desesperanza arraigan en nuestra alma.
En este momento de búsqueda absoluta en mi vida son más consciente de los segundos que de las vivencias que pasan delante de mis ojos. La incertidumbre es dueña y señora de mi vida. La sensación de pérdida, de ausencia es infinita. Los momentos que pasan jamás podre volver a recuperarlos. Aquí aparece el miedo. Un miedo al mañana, un miedo al pasar de los días, porque sabes que mañana acabará como hoy: vacío y sin vida.
Las personas y los sucesos se plantan delante de mí pero nada me aportan. Pierdo la esperanza y las ganas en salir y buscar esa diversión tan cara en lo material como en lo espiritual. Nunca jamás volveré a tener esa sensación que tenía en ese pasado no tan reciente, y lo peor es que esto es una certeza que crece y se solidifica. Necesito aire, agua y tierra nueva, donde poder respirar, beber y sembrar para crecer y llegar a eso a lo que todos tenemos derecho, y que nadie puede llegar a cumplir.
No había vuelto a tener la necesidad de escribir. La necesidad de contarle a alguien lo que me duele y me turba. Definitivamente la felicidad se mide por el número de experiencias vividas. A día de hoy, no puedo decir que no sea feliz. Lo soy. Pero tengo un sentimiento de agonía y desesperanza que conmueve todo mi cuerpo. Estaba y estoy convencido de que no te necesito, de que la luz que me aportas no me viene en ayuda; pero volverte a ver esta semana ha sido una daga clavada en mi corazón, y que durante mucho tiempo se ha estado afilando en el olvido. Incluso hasta puedo decir ahora que me gustas (algo más), y a lo mejor puedo admitir que estoy enamorado de ti, porque durante 7 noches has estado en mi mente mostrándome sonrisas sin estar, y ocupándome en buscar como provocarlas cuando estuvieras. Estoy convencido de que no me convienes, de que acabaríamos mal, me harías sufrir y puede que hasta renegáramos el uno del otro. Pero tan duro es eso, como este sentimiento de ansiedad, vacío y desesperanza que me invade, y al que el tiempo y el no verte no ha sabido poner freno. He de buscar la manera de que me saques de la duda, pero por desgracia, hoy, estoy seguro de que si alguna vez has sentido algo por mí, es ya cosa del pasado. Lo presiento y eso aumenta mi caída hacia el tedio y el desasosiego. Tus sensuales miradas y reveladoras caricias, me han sido esquivas, y aunque imagines que me has liberado de unos grilletes, ahora estoy enganchado al oleaje de tu perfume y al anhelo de tus besos. Siento llegar tarde. Pero más siento no llegar aún.