viernes, 24 de agosto de 2007

Una semana más

Qué vacío más grande se siente cuando las personas y los momentos pasan sin dejar nada en ti. El rastro de nuestros sueños se diluye en la eterna cotidianidad de los días, todos ellos clones, todos ellos prescindibles.

Pasan las semanas con tal celeridad que no llego a acostumbrarme de los nuevos retos y sucesos que llegan a mis ojos. Mi mente busca ocupaciones que son desocupaciones en otros momentos y otros lugares pero que aquí ante tal desidia cobran sentido. En momentos como estos es cuando nos damos cuenta de donde esta nuestro lugar, donde nuestros amigos y gente que nos quieren, o por lo menos recuerdan nuestro nombre y se acuerdan de uno. Qué ingrata es esta vida en la que cuando más sientes el amor es cuando más difícil tienes la opción de expresarlo.

El lecho del tiempo es firme y su caída inexorable. Por cada momento vivido creamos la imagen de lo que podía haber sido, y de lo que no ha sido. Solo espero que todo lo que sucede y esos sacrificios que no puedo explicar tengan salida y la recompensa valide tantos malos momentos.

El hecho de que este nuevo empleo no cuaje y no me acabe de involucrar pasa de momentos en los que me enfada a otros en los que apenas me inmutó. Siempre se encuentra gente nueva, y porque lo mejor de la vida son las personas (no entremos a concoerlas) las satisfacciones y los placeres siguen su curso, aunque son de un carácter tan momentaneo que apenas guardarán cobijo en la memoria. La nueva vida con su morada, tanto física como personal, se adentra en un valle tan angosto como la ranura que separa dos glosetas del suelo. El espacio es el que es, y sea donde dejar sus pertenencias o pertrechar una cama o ese en el que se guardan las emociones, sueños, recuerdos y pensamientos, es siempre tan caro que no hay billete con innumerables ceros que lo pague. Qué rara también es esta vida en la que habitas una casa con gente pero te encuentras solo, en la que ves la nevera llena y el salón siempre vacio, pero son otra de las circunstancias en las que nos hemos visto introducidos y de la que habra que saber aceptar al igual que al tiempo luchar.

Las nuevas experiencias y las nuevas posibilidades son en realidad sucedáneos de emociones y de búsqueda de re-vivir experiencias ya vividas y mucho mejor recordadas. Tiempos pasados fueron mejores.

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