lunes, 11 de julio de 2011

Transición

No es la primera vez e imagino que no será la última. No tiene porque ser malo, ni tampoco bueno. Son momentos de sosiego, de conocerse a uno mismo a través de la reflexión y la experiencia. Los réditos y débitos que uno ha ido dejando por el camino de la vida y que en definitiva, te pueden dejar vacío o satisfecho.

Yo ahora me encuentro en transición. Miro el panel de las vacaciones en la empresa y veo todos los días por escoger. Salvo una semana allá por octubre y que posiblemente deje para hacer sólo un viaje que me haga recordar caminos que acabarán en la sana soledad buscada por uno mismo, para encontrarse, resetear y volver a empezar.

No sé si coger algún día o semana y si lo hago es por hacer gasto, por quizás no tener que currar con este calor. No hay muchas espectativas, tampoco muchas ganas, y seguro que menos dinero, pero aún así no me encuentro mal, ni desganado, pesimista, ni abocado. Todo lo contrario. Estoy pletórico, me siento muy bien, contento y con mucho ánimo para seguir cubriendo etapas, cumpliendo sueños, luchando por edificar una vida, por seguir sintiéndome igual y mejorando.

Parece una situación extraña, contradictoria. Pero la verdad es que me encuentro a gusto. Disfruto del trabajo, donde evolucionamos y luchamos por mejorar y también sobrevivir, cada día. Entreno bien, para mantenerme en forma, y liberalizar la mente. Cuanto tiempo llevaba yo indignado, cabreado por como se esta yendo al garete el mundo, y ahora me encuentro movilizado tomando partido, siendo uno más, y poniendo mi granito de arena para intentar cambiar esta basura de mundo que vamos a acabar dando en herencia a nuestros hijos. Aprovecho para conocerme y conocer a otros, disfrutar de las pequeñas cosas. Un día en la piscina, una tarde de tapas, una conversación con una vieja amiga, lecturas, series por internet, alguna película o jugar y distraerme, quizás no parar de luchar.

También está ella, o estás tú. Con el dolor que me agota vigente, con resignación y con decepción, pero con mucho orgullo. Mucha fuerza por todo por cómo lo hice, que senti y el valor que le empeñe. Mucha de mi paz y felicidad actual viene del hecho de sentirme orgulloso por como funcione, por tener las ganas y fuerzas para luchar y no amilanarme, por emplear mi empeño en ti hasta las últimas consecuencias y por querer dejar el mejor recuerdo, el que merecíamos, en mi memoria, ese que a veces el muy cabrón me hace caer alguna lagrima. Pero son las cosas de la vida y del amor, las etapas que uno va cumpliendo.

Este es mi momento. Esto es ahora. Me encuentro bien y en una especie de momento vallado y parado, pero que me mantiene vivo, atento y alimentando mis todavía pendientes muchos sueños.

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