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miércoles, 1 de abril de 2020

Día 17 de confinamiento. Maratón de series, Futurama



Tras algo de más de dos semanas de confinamiento nos han servido para ver y disfrutar de Futurama, la serie de animación que el año 2000 llegaba a la Fox para presentarnos un futuro en absoluto idealizado o mejor.


En 1999 Matt Groening vendía la idea de Futurama amparado por el éxito incomparable de The Simpsons -que ya en esos años, su duodécima temporada- presentaba claros síntomas de agotamiento. Con Futurama Groening conseguía mantener el listón de diversión y humor mordaz e inteligente de las temporadas previas de la exitosa familia amarilla de Springfield, para además darle mucha mayor complejidad con tramas que iban a atacar los dogmas de la sociedad americana de cambio de milenio bajo el escenario de un año 3000 ultra moderno y deshumanizado. Se notaba el ambiente libre en el que los creadores se movían con la nueva serie y que ha sido la constante durante su vida.
La presentación de la serie es tal y como sigue: Philip J. Fry un repartidor, precario, puteado por todos y sin aspiraciones de ningún tipo, es congelado en el primer minuto del año 2000 en Nueva York despertando la nochevieja de 999 años después. Llega a un mundo confuso, futurista, en la Nueva Nueva York, donde rápidamente comienza a interactuar con humanos, mutantes, extraterrestres y robots. La tecnología lo ha ocupado todo y su arcana mente primero tiene que lidiar con los avances de mil años de ciencia y tecnificación, para después, unirse en su comportamiento con un ser humano más egoísta, más individualista, más egocéntrico, consumista y amoral. Se siente en su salsa y aunque sigue sin ser comprendido y admitido por la nueva sociedad se siente feliz y emocionado.
Cada capítulo funciona como una distopía por la parte en la que se describe y pone a prueba un aspecto o el conjunto de la sociedad. Evidentemente las referencias desde mil años hacia adelante para con la época actual otorgan grandes momentos y reflexiones.
Se ríe y llora de la ineficacia de las administraciones, de su corrupción y su fascismo indisimulado (el acierto de utilizar al personaje de Nixon es tremendo). Se presentan a las deshumanizadas multinacionales, multi-planetarias, explotadoras de las clases trabajadoras -humana o robótica-, expoliando hasta el fin cada recurso natural e inmisericorde con el medio ambiente de éste o aquel planeta si se pone en medio de su cuenta de resultados.
En el año 2000 Futurama ya nos hablaba en clave de crítica y denuncia de la obsolescencia programada, la comida basura, del calentamiento global, de la súper población. Lo hacia con humor. Con verdades puras e incontestables que aparecen gracias a la ironía y cinismo, pero también con una actitud transgresora.
Y en este caso no es recomendable seguir a la pista de la versión original porque si algo queda claro es que los dobladores en español, disfrutaron como enanos haciendo su trabajo, y con ello nos han regalado una versión pletórica, divertida y cachondísima. Personajes como Zoidberg y por supuesto el capitán Zapp Brannigan se guardan en la memoria por la cantidad de frases míticas que colocan durante la serie, haciéndolo con unas voces marcadísimas, plenamente reconocibles y a las que siempre asociaremos. Mi enhorabuena y agradecimiento al equipo de actores de doblaje que trabajaron en Futurama. Y en especial a José Padilla perpetrador de los más reconocibles y divertidos.
Los personajes son parte importante de la serie. Los principales Fry, Leela y Bender, el cínico, egoísta y vago robot (fantástica contradicción) llevan el peso de la serie y muestran sus traumas y convenciones mentales sin matices. Son humanos, si incluso el robot, y fallan o aciertan, esto lo menos, mientras tratan de sobrevivir a las misiones suicidas que les lanza su jefe, el profesor Farnsworth, longevo y lejano sobrino de Fry.
Pero lo fundamental son las tramas. Estas casi siempre se cierran en si mismas en cada capítulo y trufadas de referencias a la ciencia y la física, a la cultura freak y a la critica social nos enseñan los aspectos más cutres y lamentables de nuestra sociedad, dejándonos claro que no será la tecnología lo que nos salve, sino la capacidad de la humanidad para con ética, moral y sentido común construir un mundo mejor.
Siempre se ha dicho que The Simpsons predijeron este o aquel hecho. Pero en Futurama pasa lo mismo, con lo cual, la capacidad de predicción y de visionario de Groenning y los guionistas se torna antológica. Por ejemplo, Zoidberg en un capítulo se come la bandera y lo que sucede después nos recuerda lo que no hace tanto le pasó a un humorista cuando se suena los mocos con la bandera.
Hay filosofía en Futurama a paladas. El debate moral y ético despierto por Fry cuando mejora y cambia como persona gracias a unos parásitos intestinales. O al dilema sobre el veganismo y la moralidad de comer animales. Y qué me decís de la continua disertación de los robots, y en especial Bender, en cuanto a sus sentimientos, ausencia o evolución de ellos. La muerte y la vejez son descritas y trabajadas desde la cada vez más perpetua deshumanización de la sociedad. Las relaciones de pareja son constantemente puestos a prueba en particular en lo referente al futuro y a la creación de la familia con las dificultades que tenemos y en contraposición a los ideales del catolicismo en occidente (y en especial en Estados Unidos).
Ahora, vista la serie de nuevo un montón de años después, me ha gustado encontrar más guiños y referencias muchos de ellos a la subcultura de la conspiración y la dominación del mundo. Los grados de la burocracia de Hermes son idénticos a los de las logias masónicas; las conspiraciones a la ordenación y control mundial de reptilianos y clubes elitistas son sutiles pero no dejan lugar a dudas. Pazuzu, una gárgola propiedad del profesor que toma su nombre (y aspecto) del dios de los demonios del viento de las mitologías asiria, sumeria y arcadia.
Aún con todo, y como es natural, existen episodios más redondos y altibajos en el discurrir de la serie. Hay capitulos tronchantes como el de las Amazonas y el del viaje a Roswell. Y hay capítulos más sentimentales, acariciando el melodrama, como el del perro de Fry, el de su hermano o el de su propia muerte. También hay otros en los que pese a una buena dosis de humor y gags con intención de divertir y enfatizar no acaban de llegar tanto. Todo ello siempre trufado de crítica y sátira de la sociedad actual, la del año 2000 y principios, bajo el telón de un mundo futurista y plagado de razas alienígenas lo que nos descubre que el racismo, la homofobia y el machismo son lacras que se alargarán en el tiempo si no evolucionamos y empatizamos más con el diferente.


Al final, Futurama tuvo una vida relativamente corta. Cuatro temporadas en televisión y 6 años después tres directamente a DVD. Esto permitió a los creadores y desarrolladores crear un final consecuente y redondo, quizás el mejor final para una serie. Con una legión de fans incondicionales del producto, los guionistas crearon las condiciones para terminar con un giro al punto de inicio, jugando con la posteridad en la que ha quedado la obra, siempre a mano de ser recuperada y re-visionada.
Futurama es una serie de culto y hagas lo que vayas a hacer, abordarla por primera vez o recuperarla durante este confinamiento o en otro momento, estoy convencido que la vas a disfrutar y te va a trascender. ¿Y no es eso lo que busca cualquier obra cultural?


lunes, 10 de octubre de 2011

Quererse mucho o el arte de hacerse pajas

No es que este obsesionado. Ni con el sexo, ni su ausencia de él desde hace un par de meses y sustitución onanística. Cierto es que en el próximo escarceo amatorio, (me) corro el riesgo de matar a la conejita que tenga la inmensa suerte de refrotarse en la intmidad con semejante elemento, pero me apetecía hablar del tema..

Uno de esos momentos de intimidad que más placer y relajación, tiene o ha tenido la naturaleza a bien darnos para nuestro uso (abuso) y disfrute. Habló de la masturbación. Si del simple onanismo, de esa época de la vida en la que pensabas que pelartela como un mandril era una situación transitoria en la vida, pasajera y que abriría, o por lo menos no dejaba candada, una puerta a mayores placeres y con más gente en la habitación. El 5 contra el calvo, hacerse una paja, una gayola, meneársela, darle al manubrio, embocar el par, ir al autoservicio, follarse la mano, hacerse la alemana, frotarsela, cambiar las marchas, o en su acepción femenina, hacerse un dedo, frotarse el chichi, ... (qué corto ando de vocabulario onanístico femenino) pocos momentos existen tan placenteros y agradables para nuestros ratos de soledad, y sobretodo que nosotros mismos podamos hacérnoslo con el simple coste de un poco de cariño y suaves caricias.

La calienturienta mente del hombre no necesita de excesiva información estimulante (visual, auditiva, tactil o incluso olfativa...) para darse placer, por lo que el costo puede quedar en un mínimo de higiene (un par de kleneex). En ocasiones bien por azar o con intencionalidad se busca documentación, por ejemplo a través de internet (Voy a tener suerte), esos links guardados en marcadores, bajo el title de un periódico de información regional de una provincia, por la que ni has pasado ni pasarás en tu vida, o incluso en las siempre ínfimas colecciones (en relación a la cantidad de porno que hay en la red) que casi todos tenemos guardadas en una carpeta privada y oculta, bajo el inocuo nombre de Miscelánea o Baúl, a la que se llega desde una carpeta llamada papelera d reciclaje, con el icono cambiado por la original, y que se encuentra en los documentos del Administrador. La existencia de esta carpeta es una de las grandes negaciones del hombre moderno.

Ya véis, un poco de gasto eléctrico y de conexión a internet y podemos seguir dándole a la zambomba. Incluso los hay que se vienen arriba y añaden toda suerte dispar de juguetitos, lubricantes, prendas, etc... es un mundo amplio e imaginativo, por lo menos tanto, como cada persona que habita el planeta, y que juega y se divierte, primero con inocencia luego con lujuria, de sus genitales. Por no hablar de aquellas veces que nuestro amiguito, o amiguita, nuestro cuerpo en definitiva, pide guerra, y él solito se presta estimulado y diligente a llamar nuestra atención con una excitación notoria y que requiere alivio urgente. Hay mañanas muy chungas.

Pero es que la masturbación no sólo es un acto económico. Es además higiénico y útil. Nos permite investigar nuestro propio cuerpo, nuestros limites y posibilidades. Practicada en pareja, posibilita que ambos se conzcan y se compreneten mucho mejor a la hora de expresar su amor, su borrachera o su "aquí te pillo, aquí te mato" de una manera mucho mejor, placentera y delicada. Y en el caso de los hombres permite la continúa regeneración del semen, y los espermatozoides, para que en su inmensa mayoría se mantengan siempre jóvenes, vigorosos y móviles, y poder así ser más proclives a la fertilidad y tener esa posiblidad de joderte la vida cuando no lo buscas. Antes se pensaba que para provocar el embarazo era requisito fundamental tener los huevos a rebosar. Error. Los espermatozoides tienen un ciclo de vida muy corto (y con vaqueros ajustados o sleeps, más todavía), y es importante tener una actividad diaria para que el ciclo de producción se mantenga activo y funcionando. A la hora de procrear nada como un ejército de jóvenes y vigorsos espermatozoides, en vez de uno senil, cansino y en las últimas.

Ah, y se me olvidaba, ¡¡Encima te corres, qué más le puedes pedir!!

Pues hombre hay algunas cosillas que ayudarían y puestos a pedir: Qué nos dejarán masturbarnos en paz. Las religiones ese cáncer del planeta y más desde que llego en la Edad Media, las religiones monoteístas a su cénit y poder, han acusado al masturbador con su puritano dedo. Con lógica y cordura, uno pensaría que coño le importa a esta gente lo que yo haga en mi baño, o en las letrinas del medievo. Pero es posible que haya que dar un paseo por este blog para recordar que las religiones, en cualquiera de sus disfraces y máscaras han tenido como leiv motiv torturar al personal y denigrar el placer. Siempre el de los otros, inferiores infieles, no el de las castas jerárquicas ya satisfechas de tocar impudemente niños o de gozar de harenes de vírgenes golosas. Un ejemplo, San Agustín , personaje desagradable y reprimido donde los haya, anunciaba que el vicio solitario era peor a ojos de Dios que la violación o el adulterio e imponía siete años de penitencia a las masturbadoras.

Por desgracia, la ciencia médica, olvido el logos y abrazo el theos, y también estas absurdeces religiosas durante varios siglos alimentaron los códigos y libros médicos, provocando que la masturbación fuera enterrada bajo losas de mentira e intolerancia, considerándola una peligrosa desviación que provoca terribles daños en quien la sufría. Los médicos decimonónicos recomendaban el empleo de ataduras y guantes rasposos para evitar que los jóvenes destruyeran su salud por las noches. Una solución parcial, porque no podían recomendar directamente la castración. Para compensar, castraban a las mujeres, ya que la extirpación del clítoris y los labios mayores se consideraba una excelente terapia para proteger a las muchachas de la perdición. Todavía hoy en África se cerebran estas prácticas, con ciertos aires de indiferencia por parte de la comunidad internacional gobernante (NO ciudadanos de a pie y ONGs).

Algunas de las teorías científicas y filosóficas que provocaron el oscurantismo en el onanismo venían en ocasiones mentes preclaras, como por ejemplo la de Aristóteles, quien defendía que el semen venía del cerebro, por lo que "derramarlo por puros fines lucrativos" podía dejar al pajillero sin médula. Sin nadie al volante ahí arriba, vamos. De esta idiotez supina de Aristóteles, quien recordemos alejó la filosofía del hombre para ponerla al uso de los dioses con lo cual supuso un atraso frente a sus antecesores, ha quedado en el vulgo la percepción de que la masturbación produce estupidez, parálisis, e incluso ceguera, y que el joven onanístico consume fuerzas inúltimente pudiendo quedar prematuramente envejecido, tísico y desperdiciado para la sociedad y las labores del campo, quiero suponer. Encima para joder te podáis quedar calvo, y lleno de granos. Una estigmación intolerable a la masturbación.

Yo ante tal sarta de mentiras, mantenidas y consentidas solo puedo decir que desde los 13 años, le he dao al tema con entusiasmo, porque ya que te pones, lo haces bien, y sigo vivo y en muy buena forma. Tengo una buena estatura, un buen cuerpo bien trabajado. Soy fuerte, rápido, vigoroso y activo. Inteligente, genuino, gracioso, hilarante, apispado y con muchísima capacidad de improvisación. Esto no lo digo yo, lo han dicho algunas. Cierto es que el pelo va perdiendo su sitio, no por las gayolas y si por herencia genética. Lo de los granitos nunca fue un problema pasada la pubertad, salvo por una intoxicación alimentaria que tuve hace 4 años. Total, el onanismo, el placer, no tiene porque ser restringido, ni secuestrado, porque no tiene ningún perjuicio, es más solo ventajas, como las ya reseñadas allí arriba.

Por fortuna, uno dejo el catolicismo impuesto, al momento de salir de la primera comunición y ver que los regalos más allá de mis padres, no fueron para tanto, por lo que levantarte pronto un domingo para ir a pasar frío a una iglesia, oír memeces y oler a incienso dejó de ser cita ineludible. No lo recuerdo, pero seguro que mientras otros estaban en misa, yo ya le daba a la mangotera con vigor y frucción. Pero a todos se nos ha quedado grabado algún comentario de algún sacerdote en tv o en esa (anti)educación sexual retrógrada que se ha dao muchos años en este país, en el que te venían a decir que de tanto masturbarte podías quedar disminuido para cuando te hiciera falta.


Pues qué queréis que os diga. Lo cierto es que aunque ya hace tiempo, desde que se acabo el factor superarse a si mismo, no paso de 3 diarias, mantengo una alegre, cariñosa y compañera relación con mi polla, y las reservas no tienen viso de acabarse. Así que como sé que no van a encontrar mejores argumentos para dejar de zumbarmela, seguiré haciéndolo hasta mi muerte, a no ser que consiga morir placidamente, que en mi caso, sería algo así como morir follando. (Muerte por kiki.







Pero en el caso de las mujeres, como siempre, todo es peor. Los peligros que persiguen a la joven onanista son, si cabe, más aterradores que los del varón. En 1870, el doctor Francis Cooke alertó sobre la lacra que amenazaba a la civilización en su obra Satan in Society. Las doncellas victorianas, lejos de guardar su pureza para el altar del matrimonio, se profanaban con el nefasto y solitario crimen de la masturbación. Peor aún, la degradación se camuflaba bajo el disfraz de la amistad ya que, lejos de las miradas de sus padres, las jovencitas estimulaban mutuamente sus genitales, arrastrándose hacia el abismo de los lechos sudorosos. Ufff, cuidao que me está surgiendo algo entre manos.

¿Qué daños se causan las muchachas con sus febriles frotes? Ellas no eyaculan oleadas de médula. Pero ¡ay! la mente femenina, de por sí frágil, se debilita por los espasmos  del tocamiento. La obsesión enfermiza por el placer ahoga el propio deseo de vivir, dejando tras de sí abotargadas jóvenes de rostro macilento, profundas ojeras, y respiración lenta y difícil. Sus cuerpos se vuelven blandos, pesados, sus movimientos torpes y erráticos. Reducidas a muertas vivientes, las desdichadas consumen sus últimas fuerzas, empujadas a la tumba por el desenfreno. Las supervivientes quedan imposibilitadas de concebir hijos sanos. Si por un milagro la onanista llega a reproducirse, su vástago nacerá debil, enfermizo, tísico,  probablemente idiota, apenas humano.

Otro médico, el doctor Talmey, lo resumió con más precisión: la autoindulgencia conduce a la anemia, la malnutrición, la astenia muscular y el agotamiento mental y nervioso. La mujer inmoderada se delata por su palidez, su melancolía y su incapacidad para enfrentarse a cualquier trabajo mental o corporal.

La solución, como ya dije, era quirúrgica. Unos sabios cortes en las zonas pecaminosas y ¡hop! resuelto. Ya en pleno siglo XX algunos cirujanos proponían la lobotomía para prevenir que las ovejitas se descarriaran, porque las niñas buenas no se tocan.
Uno con su bagaje, de amistades y conversaciones pecaminosas y lujoriosas, previas al coito, la comtemplación o al onanismo solitario redentor de la frustración tiene ya su opinión formada. Es decir, algunas amigas, o parejas, me han comentado, en algunas ocasiones con una descripción suficientemente prolija, otras escasa lamentablemente en detalles, los avatares íntimos y si algo he sacado en claro, más allá de los esfuerzos para mantener una atención sana y no sudar excesivamente es que las niñas buenas se tocan (y mucho) y bien que hacen, qué coño, nunca mejor dicho!!! Sin ser médico, mis amigas masturbadoras, son alegres, divertidas, buena gente, bellas, cultas y hasta alguna entiende el fuera de juego. Las hay que ya tienen hijos y son unos torbellinos, nada enqlenques o tísicos, hasta el punto de haber preferido un poco más de tranquilidad.

Pero incluso mi percepción, y sobretodo mi imaginación va más allá. Y es que como en tantos aspectos de la vida, creo que las mujeres pueden darnos sopapos en tema de masturbación. No tienen desgaste con el orgasmo, con lo que pueden enlazar varias pajas seguidas sin demasiada dificultad (una novieta que tuve hace 3 años, me dijo que llegó a enlazar una noche de aburrimiento hasta 15, cuando yo nunca llegue, por más empeño que puse de 7 en  8 horas). Sus corrimientos son mucho más intensos y significativos, para llegar al momento de calentamiento simplemente con frotar disimuladamente los muslos se ponen a tono.

Y para más INRI, joder que cachondo soy, visualmente resulta un arte mucho más bello y erótico. Mientras el sólo hecho de imaginarme desde fuera pelarmela con la mezcla de fortaleza para sostener la base y tronco, y la finura en la cabeza, me revuelve las tripas, el sólo hecho de imaginar a una mozalbeta, deslizar sus manos al bajo vientre, buscar sus hendiduras, apretar y jugar con su botoncito... Vamos todo elegancia. Menuda envidia, si tuviera clitoris no cabe ninguna duda de que lo tendría más que reluciente.

Aunque eso sí, una buena, alegre y abundante eyaculación le da al asunto un toque más decó, más performance. Y además, tenemos una gran arma secreta: La próstata. Campeones y onanistas que estéis leyendo esta sarta de gilipolleces, podéis dejar de encoger el culo. A parte de para mantener ocupados a los proctólogos, la próstata manejada con corrección y saber hacer es una bolsa inagotable de placer y relajación, Para descubrirla, nada como una amiguita experta. Para intimar con ella, mucha soledad, intimidad, porque si tu pareja o tus padres, te descubren con la mano en el culo, no creo que sea fácil convencerles de lo que no es.

Por otro lado, siempre, siempre es aconsejable investigarse, darse a conocer el cuerpo a uno mismo, no sea que con 40 años, vayas al proctólogo y resulte que al hecho de que te metan una mano enguantada en latex por el culo, tu amiguito el calvo responda con una incómoda erección, que haga temblar los cimientos de tu heterosexualidad.

Por otro lado, sed comprensivos y respetuosos si veís a vuestra pareja masturbarse. Y también si son vuestros hijos, el que los tenga. REcordad que pese a ser vuestros hijos, se van a tocar. Y en caso de descubrir la faena, sed discretos y dejarles acabar que no hay paja más triste que la no completada. Luego ya con tiempo y delicadeza se puede introducir el tema, y las ventajas de los pestillos de las puertas (grandes aliados de la masturbación). Y ya de paso se puede improvisar una buena clase de sexualidad, no de pajas porque cuando les pillemos fijo que ya llevarán una buena sarta a sus encalladas manitas, sino de sexo, llamando a las cosas por su nombre, con naturalidad, con seguridad y sanidad, sin hacerles vomitar por el simple hecho de que sus padres hablen con ellos de sexo y plantear un plan de ataque para contestar todas las preguntas que nunca se atreverán a hacer. Lo agradecerán. Y para eso siempre esta el padre de Jim.

Por último os dejo con una clasifiación particular de un hecho importantisimo en la vida de todo hombre y mujer. La masturbación:. Hasta ahora, se creía que siempre son motivadas por un deseo sexual imposible de satisfacer en pareja. Pero con paciencia y papel se puede llegar a diferenciar múltiples diferencias en la motivación de estos actos que tantas satisfacciones nos han dado. He aquí esta perla de sabiduría.
  • -1. La paja viciosa. Es la paja por excelencia, la que hasta ahora se creía la única. Es la que te haces simplemente porque estás salido y punto. Tiene una variante conocida como la paja dedicada, y es aquella que te haces cuando ves una tía que te pone como una moto y te la machacas pensando en ella, antes de que el recuerdo se evapore de tu mente.
  • - 2. La paja ociosa. Es aquella que te haces sin ningún tipo de motivación sexual, simplemente porque te aburres y no tienes nada que hacer. Es la que se da en esas largas tardes de verano, cuando estás de vacaciones y tus colegas no pueden quedar hasta las nueve y todavía son las siete y no sabes cómo matar el tiempo hasta que llegue la hora. Si el nivel de aburrimiento es muy alto, puede derivar en la paja experimental, que es cuando te da por hacer chorradas como pelártela con la mano izquierda, untada en crema o con la mano fría.
  • - 3. La paja valeriana. La que te haces en momentos de estrés buscando no la satisfacción sexual (que nunca viene mal), sino la relajación posterior. Es lo que sueles hacer el día antes de un examen que llevas cogido con pinzas.
  • -4. La paja valium o somnífero. Son las cuatro de la mañana en verano, no te quedas dormido ni a la de tres, y mañana te tienes que levantar a las ocho... Pues eso, pajote al canto y en cinco minutos estás roncando. Existe una variante llamada paja gelocatil, que te la haces porque te duele la cabeza, con la intención de calmarlo.
  • - 5. La paja higiénica. Por extrañas circunstancias de la vida, llevas una larga temporada de inapetencia sexual y hace tiempo que no vacías las pelotas. Se hace imprescindible en momentos así darle al manubrio para evitar las molestas e incómodas de explicar las poluciones nocturnas.
  • - 6. La paja celebrativa. Has conocido a una chica maja, finalmente has triunfado... con dos cojones, cuando llegas a casa te la pelas para celebrar el polvo.
  • -7. La paja sorpresiva. Estás en el tigre tan tranquilo, notas algo raro, miras hacia abajo... ¡Ahí va! ¿Y esto? Te das cuenta de que estás empalmado y no sabes por qué. Pues bueno, ya que estamos, habrá que aprovecharlo...
  • -8. La paja McAulay: Te la haces simplemente porque estás "Solo en casa". Nuestra preferida.
  • - 9. La paja preparativa. Has quedado con una linda señorita que va a servir para que des rienda suelta a tus más bajas pasiones, pero no quieres quedar mal... ¿qué mejor que una buena manuela para evitar desagradables caídas del sistema de forma precoz? Existe un subtipo conocido como paja preventiva, y es la que te haces cuando tienes que hablar en público y no quieres quedar mal por culpa de >una inoportuna e imprevista erección.
  • - 10. La paja rutinaria. Pues bueno, porque siempre te la pelas los viernes a las siete y media o el sábado después de comer, para no perder las buenas costumbres...
  • - 11. La paja reto: es aquella que te haces simplemente por lo bien que queda conceptualmente habérsela hecho. Dos subtipos: Por cantidad ("tengo que llegar a la séptima del tirón", suele desaparecer con la pubertad) y por lugar también conocido como paja estandarte (en lugares raros, como en clase, o en la sacristía...)
  • - 12. La paja innovadora: La primera. Tiene un no sé qué de misterio, de no saber qué va a pasar... finalmente te abre las puertas de un mundo nuevo, pero es una lástima que sólo ocurre una vez en la vida.

Bueno, y ahora os dejo que tengo algo que hacer...

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...