martes, 28 de julio de 2009
Vaya cabreo
Pero es qué el valor económico de mi pobre y extraviado terminal no era su fuerte. Me costó 5 euros, le quedaba una rayita de bateria, por lo que en cuanto se apagó, adiós muy buenas. Y con menos de 10 euros de saldo, tampoco es que hayan petado los concursos de llamadas de las altas horas de la madrugada... La mayor faena, perder todos los teléfonos de mi gente. Pasados, presentes y fúturos. Todo ese baúl de la nostalgia que componían los sms, enviados y recibidos, con un significado especial también volaron. Quizás el subnormal (o subnormala) que se lo ha quedado haya soltado el moco de risa, o de llanto por la cantidad de sentimiento, nostalgía y sueños plasmados a golpes de pulgar.
Ahora ya sólo perviven en mi memoria, en los sueños. En los tuyos también. En los de los demás los suyos. Quizás en algún móvil ocupen algún byte para hacerme complicidad. Pero fueron mensajes de recuerdos, de ilusiones, contestaciones de rabia, ensoñaciones y verdades. Ya no los volveré a ver. Qué le vamos a hacer!! No sé si soy un sentimental, un romántico o un gilipollas. Tampoco es que los viera todos los días, pero era importante tenerlos ahí. Quizás era un arma para posibles "jucios"; quizás era una pistola para suicidarme.
Lo que más me jode es la avaricia, la sinvergonzería. Para qué coño alguién quiere un móvil que no es suyo. Sobretodo si es un teléfono barato, irrisorio, simple. Es que a la gente le domina el aprovechamiento. Es este mundo una carnicería en la que el que hace más fuerza y más daño a sus iguales. ¡Qué asco!
Pero ahora tengo un nuevo móvil, por lo que a recuperar lo perdido, y con las mismas no, con muchas más ganas de hacer, luchar y vencer.
domingo, 26 de julio de 2009
La Sanidad: Servicio público o negocio

Visto el interés por la reforma del sistema de salud en los Estados Unidos intentaré explicar el debate de la siguiente manera: Yo podría estar contra la reforma del sistema.
Yo podría estar contra la reforma porque el status quo me va bien. Porque tengo un buen -y caro- seguro médico que me paga la empresa para la que trabajo.
Yo podría estar contra la reforma porque hasta ahora noto poco en mi bolsillo la buena atención que recibo.Tengo un copago obligatorio por consulta razonable, de 10 o 15 dólares, unos médicos que llaman al día siguiente de cualquier tipo de intervención para saber cómo me encuentro y me dejan su dirección de e-mail para que les consulte las dudas que tenga en mi recuperación.
Yo podría estar contra la reforma porque cuando los gastos de un año llevan a un aumento de la póliza del año siguiente, mi empresa lo asume.
Yo podría estar contra la reforma por miedo a que, si de repente hay una opción pública, mi empresa puede plantearse abandonar ese plan privado y dejarme en manos de la "seguridad social". Y, de hecho, puede que cuando yo esté en el Reino Unido a merced del NHS eche de menos el seguro privado que tengo en los EEUU. Puede.
Yo podría estar en contra de la reforma, si fuera un congresista que tiene garantizada una cobertura de primera y cuyas campañas de reelección dependen en parte de las contribuciones de los lobbies farmacéuticos, médicos, hospitalarios...
Yo podría estar en contra, si fuera uno de esos lobbies y la reforma alterara mi volumen de negocio. Estaría a favor, si encontráramos un consenso que me beneficiara (y ése es el consenso que busca Obama).
Pero, como dice el Presidente Obama, this is not about me. No se trata de mí.
Se trata de los 47 millones de personas que no tienen seguro médico y que si no entran en la categoría de pobre o mayor de 65 años, es casi seguro que tendrán que pagar de su bolsillo la atención médica, si es que pueden.
Se trata de los millones de personas que tienen un seguro que no cubre la mayoría de tratamientos. La lista de ejemplos es inagotable: seguros que no cubren un parto, que cubren la hospitalización (la cama), pero no el tratamiento que se reciba en el hospital, que no cubren un tratamiento contra el cáncer, contra el Sida...y que tienen que renunciar a ello o hipotecarse, gastarse el fondo de pensiones, endeudarse hasta las cejas...
Se trata de las miles de personas que tienen un seguro -bueno, regular o malo- y viven con el miedo de quedarse sin, si cambian de empresa o se quedan en el paro.
Se trata de los empresarios, sobre todo los pequeños empresarios, para quienes contratar un seguro médico a sus empleados es cada vez una carga más pesada y ello les lleva a no contratarlos, dejarlos sin seguro o no subirles el sueldo.
Pero es que sí se trata de mí. Sí se trata de mí, si un día necesito un tratamiento cuyo coste supera lo que mi seguro está dispuesto a pagar. Y se trata de mí, si un día mi empresa deja de pagar ese seguro porque le resulta demasiado caro. Y sí se trata de mí, si un día me quedo sin trabajo...
Lo que más me molesta del debate es el simplismo y falta de veracidad de algunos argumentos. Quienes están en contra hablan a veces como si ahora el sistema actual no le costara nada al contribuyente, cuando, según algunas fuentes -entre ellas el presidente Obama-, el contribuyente estadounidense está pagando al año unos 6.000$ más que un contribuyente de otros países desarrollados y, a cambio, recibe peor cobertura. Ese dinero sale de los impuestos y va a parar a la mínima red pública que hay y a subvencionar los hospitales y seguros privados.
Y quienes defienden la reforma a veces presentan los modelos de Canadá o de Europa como idílicos, como si no hubiese listas de espera, ni saturación, falta de camas... No hay más que comparar dos películas, por ejemplo, "Sicko" de Michael Moore y "L'invasion des Barbares" de Denis Arcand.
Sobre el anuncio que comenta un bloguero denunciando el sistema público de Canadá (una señora dice que si se llega a esperar su turno en la sanidad pública, el tumor cerebral la habría matado y que, en cambio, en los EEUU tuvo una atención de primera) mi pregunta es ¿quién lo pagó? Porque aquí nadie discute que la calidad de la medicina en los EEUU sea muy buena, lo que está encima de la mesa es que, como tantas cosas, está sólo al alcance de quien pueda pagarlo.
Por citar de nuevo a Obama, si el problema fuera fácil de resolver, ya lo habrían hecho hace tiempo.
Ante la situación planteada en Estados Unidos en el que la supuesta primera economía del planeta basa uno de sus pilares financieros en un sistema que denigra los mastiles de la moralidad, solidaridad o igualdad entre compatriotas, en España tenemos multitud de particularidades (bondades del sistema autonómico) pero que básicamente responden a dos sistemas.
Por un lado las Autonomías gobernadas por el PSOE de manera tradicional tienen implantado un sistema muy socializado, bastante accesible para todos y con especial interés en la atención primaria y rural. En Extremadura, Andalucía y Castilla La Mancha, existe una buena organización, y aunque perduran las listas de espera, si que se tramitan las urgencias correctamente y se dan accesos necesarios para los pacientes. Las infrastructuras son buenas en los hospitales y centros médicos públicos, ya que prácticamente nada va destinado a la sanidad privada. Y ya por último los trabajadores, médicos, ATS, enfermeros y personal de mantenimiento, pese a cierta masificación en algunos servicios y carencia en otros, reciben correctamente tanto sus derechos como deberes y prácticamente no existe conflictividad laboral.
En el otro lado de la baraja, las CCAA gobernadas por la derecha y más con un caso más especial: Madrid. Por un lado en las CCAA más pequeñas en población, se mantiene aunque con carencias graves en muchos sentidos la atención primaria y la supremacia de la sanidad pública, dada la tremenda dificultad que podría entrever ejercer un sistema sanitario como el madrileño en una comunidad como Castilla y León, bastante anciana y con poblaciones muy dispersas. En Madrid si que buscan la privatización del sistema sanitario y lo logran con todos los hospitales de nueva creación que quedan muy bien para arañar unos votos con esas fotos y merendolas, pero que son también fuente de ataque a la conciencia colectiva por parte del trabajador sanitario, masacrado, vejado y agotado en el mundo de la sanidad pública, y que ve como los hospitales y seguros privados se llevan todas las viandas presupuestarias.
Y así estan planteadas las posiciones en un debate que parece no interesar pero que es necesario. El modelo europeo parece consolidado y modélico para Obama, pero la derecha, sin embargo, está ávida de encontrar una vez más en el sufrimiento humano, la posibilidad de aumentar sus réditos bursátiles, y mantienen la intención, cada vez más velada, de implantar el modelo yanki contra el que el presidente afroamericano trata de luchar dada las carestías sanitarias y sociales que la actual crisis económica ha provocado, y que la privacidad y avaricia de los emporios económicos y de seguros han provocado.
Ahora hay que hacer que la defensa de la sanidad pública sea algo primordial, y se pueda no sólo conseguir asegurar el sistema actual, que por lo menos mantiene la asistencia para toda la población aunque no la igualdad, y si luchar por la permanencia total de la sanidad pública, su supremacía como una fuente de igualdad, empleo y derechos sociales.
sábado, 25 de julio de 2009
Lo peligroso de buscarse la vida

Antes de irnos de vacaciones plasmaremos una entrada para no perder las buenas costumbres de arremeter contra la (mafia) de la Sociedad General de Autores, su infame "acuerdo" tácito con el Gobierno de ZP, la in-cultura que mueve -o inmoviliza- a esta sociedad y las posibles alternativas a desarrollar. Porque ya estamos cansados de tener un servicio de internet caro y lento y mucho más lo estamos de pagar los lujos a los vagos con el canón (para un par de días me trabajo una entrada sobre lo que supondría apoyar la promesa electoral de PP de suprimir el recargo). El mundo internauta se pregunta cuanto va a tener que soportar esta lacra, este derecho subersivo, tendencioso e inmoral que se cobran los "artistas" y más aún me planteo yo; ahora que la cultura general, global, pero sobretodo la "descatalogada", añeja, innacesible desde el desierto cultural y musical español ha conseguido hacerse conocida y escuchada a golpe de ratón, ahora que todos esos recursos culturales se archivan, copian y facilitan entre usuarios. Vemos películas antiguas, oímos músicas desconocidas y cambiamos discos y films que no vienen de las multinacionales, ¿de verdad se creen que vamos a volver a la inopía?. Craso error.
Le comentaba a mi hermano esta mañana que es más peligroso, para ese secritisimo lugar, en el que adquiero cds y dvds vírgenes sin pagar el canón, esta actividad, que si en su interior se pudieran conseguir armas, esclavos, esclavas o droga. Qué seguro que el peso de la ley caería más fuerte contra ellos por la actividad primero descrita que por el resto de ocupaciones ilícitas. Efectos de un pacto por mantener la industria dicen las voces más "autorizadas", pero que en realidad hablan del inmovilisimo, de la nula capacidad de reacción ante la revolución 2.0. e Internet. Las nuevas tecnologías han asestado un duro golpe a la industria del entretenimiento con las posibilidades de replicar los contenidos grabados y la globalización proporcionada por internet. Estas industrias, y otras afectadas por el progreso tecnológico, presionan a los Gobiernos para que se legisle en su favor, bien cobrando el siniestro canon que presupone que cada usuario de internet o de cualquier máquina grabadora de cualquier cosa es un delincuente, bien recurriendo a medidas de corte totalitario, como impedir el acceso a internet de los infractores de la legislación protectora, a los que llaman “piratas”.
La base de la actitud de la industria es la mal llamada “propiedad intelectual”, concepto necesitado de una revisión profunda y cada vez más urgente, y utilizado casi siempre demagógicamente con amenazas que la historia del progreso humano se ha encargado de desmentir: la imprenta acabó con los copistas, pero no con la escritura; los discos y el cine no acabaron con el teatro, las imprentas sobreviven a las fotocopiadoras domésticas y la televisión no ha liquidado a la radio. La era informática ha obligado a la reconversión de los linotipistas. Nihil novum. Así funciona la vida, y tratar de frenar el progreso técnico con multas o prohibiciones es una actitud reaccionaria con muy poco parangón posible.
El futuro no está en coaccionar a los usuarios de internet, sino en revisar el concepto de propiedad intelectual, demasiado esgrimido con mentalidad, esta vez sí, de piratas.
ersonalmente, lo que más me molesta de toda esta actitud de la SGAE convirtiéndose en el enemigo público número uno de las nuevas tecnologías, los conciertos benéficos y el sentido común, es la desvirtuación de ciertos valores y términos. Yo soy de una cierta vieja escuela, y para mí palabras como “creador” o “autor” me evocaban imágenes como, qué sé yo, Miguel Hernández leyendo poemas bajo las bombas de la guerra civil, Miguel Unamuno encarándose con Millán Astray, Joan Báez cantando contra la guerra del Vietnam, ese tipo de cosas.
Hoy, para casi cualquier joven, las palabras “autor” o “creador” sirven para definir a Teddy Bautista apadrinando la entrada de policías en hogares a buscar discos, Ramoncín haciendo de jurado de OT o José Luis Garci… bueno, simplemente rodando otra película. El hecho de que un mínimo de los afiliados a la SGAE cobren realmente de ésta, que existan voces de disensión en su interior, o que haya otras asociaciones de defensa de los artistas, todo ello queda oscurecido por la actitud de los individuos autorizados legalmente –según reciente sentencia- a colocar espías en las bodas.
Desde la idea de la creación como herramienta de lucha, como voz del pueblo, a los supuestos creadores –los más talibanes, por cierto, con una carrera artística mediocre- convertidos en perseguidores de los nuevos movimientos sociales ja pasado poco más de un par de décadas. Pero los últimos años han sido bastante demoledores. Y veremos si recuperables.
Si los “creadores” realmente defendieran su propia labor… Sin embargo, todas y cada una de las acciones de la SGAE en realidad se dirigen a defender el actual modelo de distribución, que está superado por la tecnología. Hay una analogía que no creo haber leído en ningún sitio, pero que me parece que define perfectamente lo que ocurre en la actualidad.
Lo que hace la SGAE es como si el gremio de pintores y el de escultores hubieran intentado prohibir la fotografía en su nacimiento, al reproducir las obras creadas originalmente por sus asociados.
Sin embargo, pintores y escultores tuvieron que aprender a vivir con la idea de reproducción. Su negocio, es cierto, cambió: no es necesario comprar originales para decorar una casa. Pero sobrevivieron defendiendo el valor añadido del original, encontrando nuevas funciones públicas etc. Y, por supuesto, persiguiendo a quien reprodujera su obra con el fin de enriquecerse. Pero no al particular que hace fotos en el museo o el parque donde se coloca la estatua.
Puede cobrarse por copias cuando los particulares no pueden realizarlas por su cuenta. Al hacer hoy posible la tecnología la copia a cualquier ciudadano con un equipo informático corriente, como antes ocurrió con las fotos, los intermediarios sobran.
Los buenos músicos sobrevivirán dando conciertos. Los buenos escritores sobrevivirán con ingresos adicionales como analistas de nuestra sociedad, conferenciantes, articulistas. Los buenos cineastas venderán sus obras internacionalmente, sumarán premios y no necesitarán de presupuestos tan altos.
Los malos –y quienes han hecho posible que se dediquen a ello de la mano del marketing y estructuras obsoletas-, tendrán que reconvertirse. Sin subvenciones: no se puede salvar lo que no tiene futuro. Si se las apañaron los de la metalurgia vasca o a los aparceros castellanos, que en teoría era gente menos preparada que estos supuestos “autores”, supongo que también ellos tendrán que salir adelante. Para eso están los cursos del INEM.
Aunque, lógicamente, antes de perder ese estatus seguirán pataleando, es lo que están haciendo.
Con suerte, en treinta años ya se nos ha olvidado todo esto, y los jóvenes volverán a admirar a los creadores.
miércoles, 22 de julio de 2009
Majestad, estás despedido

Por experiencia histórica sabemos bien lo que cuesta echar a un rey. En España lo hemos intentado ya varias veces, pero reaparecen en cuanto bajas la guardia. La última vez que lo conseguimos fue en 1931, con Alfonso XIII, y aquí seguimos, con su nieto ejerciendo, y el bisnieto calentando en la banda.
Cualquiera pensaría que a estas alturas la monarquía es ya un producto viejo, pasado de moda. Pero lo cierto es que sigue contando con una cuota de mercado importante, y son muchos todavía los consumidores que valoran bien el producto. Juancarlistas los llaman. La clave del éxito está en la fuerte inversión publicitaria, claro, pero también en el blindaje mediático que lo protege. Lo que ya no está tan claro es que cuando llegue al mercado la última actualización del producto, Felipe 6.0, los usuarios mantengan el entusiasmo. Tal vez por eso sigue activa la vieja versión, pese a que ya empieza a tener fallos; porque no confían en las prestaciones del relevo.
Así que los republicanos podemos esperar sentados a que los consumidores se cansen y la empresa quiebre. O podemos pensar en otras vías. A mí se me ocurre una posibilidad, muy adecuada a estos tiempos: despidamos al rey. Echemos al rey por la vía laboral, mediante un despido en toda regla, con su preaviso, su finiquito y adiós muy buenas. Ya sé que parece poco serio derrocar un rey en la magistratura de trabajo, pero déjenme fantasear un poco.
¿No llevamos años escuchando que es un gran profesional, que está al servicio de los españoles? Pues muy bien: ya que no parece dispuesto a jubilarse ni dimitir, llamémosle hoy mismo al despacho y comuniquémosle el despido. Gracias por los servicios prestados, ha sido un placer, recoja sus cosas y adiós.
De entrada, echemos un vistazo a su vida laboral para estudiar el caso. En su expediente dice que fue contratado para el puesto un 22 de julio de 1969, aunque ya llevaba 20 años en período de formación. Pasó seis años de becario a la sombra de Franco, al que sustituyó un par de veces cuando enfermó. Por fin, tomó posesión del puesto un 22 de noviembre de hace treinta y cuatro años. Y en 1978 se le renovó en el cargo, se le hizo indefinido, y así hoy.
Con esta trayectoria, hay varias posibilidades para despedirlo. Podemos declarar el contrato en fraude de ley. Sobran los motivos para ello: no se ajusta a la legislación laboral vigente (que no contempla puestos de trabajo hereditarios) y, en caso de que lo sometamos a la ley monárquica, también hubo fraude, pues se saltó la sucesión natural,ya que le tocaba heredar a su padre.
Lo ideal sería que dejase la empresa de manera amistosa, por finalización de contrato o por realización de obra o servicio, pero ya vimos que tiene contrato indefinido. De manera que habrá que intentar un despido procedente, o de lo contrario nos saldrá por un pico. Hagan cuentas: una indemnización de 45 días por año trabajado, con cuarenta años de servicio son 1.800 días, es decir, cinco años de sueldo. Si pensamos que cada año recibe nueve millones de euros, la broma nos saldría muy cara. Y además, si declaran el despido improcedente tendremos que readmitirlo.
Más barato nos saldría un despido disciplinario, que de paso nos resarciría por tantos siglos de monarquía. Basta algún motivo de incumplimiento de contrato, como por ejemplo abuso de confianza. Para ello tendríamos que conocer cuánto hay de cierto en todos esos rumores que desde hace años adornan al rey, sobre sus negocios y amistades peligrosas, imposibles de comprobar por el blindaje informativo.
Si conseguimos despedir al rey, todavía nos quedará la extensa familia real. Para ella haría falta un ERE, un despido colectivo que incluya el cierre del negocio, o el traslado de la producción a otro país donde quieran contratarlos quizá alguna de esas petromonarquías con las que tienen buena relación.
En cuanto a los monárquicos, haría falta un plan de reconversión para recolocarlos. Es esperable que la mayoría de juancarlistas se recicle sin protestar cuando falte, pero siempre quedarán unos cuantos yonquis que necesitarán ayuda para superar el mono.
lunes, 20 de julio de 2009
De lo extraño a lo sensacional una llamada
Marqué. Me respondiste. Y nuestras voces ya no fueron desconocidas para el otro. Me sorprendió tu risa nerviosa, las primeras palabras que te oía entrecortadas. Azorada me llegabas. Y yo, qué te puedo decir, que no te dieras cuenta, Anabel. Interpretaba un guión improvisado hacía 2 minutos, y lo hacía con las manos temblando, sujetando el teléfono. Temblaba porque no sabía que te pasaba. Me imaginaba lo peor, otra hostia que deformaba mi rostro, otro golpe para matar mi corazón. Pero pronto me calmaste, me resarcistes. Con tus primeras risas quedo ya mitigada esa desazón. Con las palabras, seguimos ese camino que llevamos andando tanto tiempo. Para conocernos, para divertirnos, para enamorarnos. Más confidencias, más verdades; la sensación de certeza que me inunda contigo y creo que te correspondo. De verdad que soy asi, creeme. No tengo porque cambiar de un medio a otro. No me hace falta engañarte durante 9 meses para echarte un "polvo". No tengo tanto tiempo libre, y aunque el oficio merece los menesteres, tu belleza radica en tu alma y yo no soy nadie para mancharla. Y así iba yo caminando por mi barrio conflictivo, entre saltos de farola, sintiendo tu farola y los ruidos extraños de la noche, pero feliz de escucharte. Tú estabas mojada, recién duchada; yo decidido, con el estomago revuelto, mitad por los nervios, la otra por los alcoholes más recientes... Luego te encargastes de hacerme reír, de sentirme tan feliz como hacía mucho tiempo no me sentía, y tan pleno, como nunca me he sentido. Ese miedo, la punta de un cuchillo que empezaba a profundizar mi piel, se cayó al suelo, solamente manchado por una gota de mi sangre.
Lo habías frenado tú. Al igual que me abrigas mientras sueño; como cuando me acercas una toalla, o cuando secas los platos que voy fregando... ahí te veo, te sueño, te imagino. También amándonos, siendo dos en uno, uno en dos... Me das tantas cosas y todavía no nos hemos visto. No pensaba llamarte. Siempre tenía ganas, y las sigo teniendo, pero me gustaba ese misterio. Ahora no existe. A cambio me has dado una noche genial, increíble. Me quede sin batería, y después tumbado en la cama, seguía conversando contigo.
Entiendo que no te guste y te de miedo, el que yo siempre recuerde esos malos momentos. No creas que lo hago siempre. Soy un ejemplo exacerbado del carpe diem. Vivir, gozar y disfrutar cada momento y poder recordarlo es mi meta; pero es necesario tener un bagaje y una precaución. No tengo miedo porque ya casi nada me queda por perder. Más de vivir de la ilusión a morir desilusionado hay un sólo paso... recibir latigazos en el rostro y bañado en dolor no sería la primera vez que me viera, y probablemente no será la última. Pero anoche me quede tranquilo, me quede a la vez exahusto y vital. Con ganas y cansancio. Cansado de no tenerte, de tenerte pero no tocarte, tocarte y no amarte, amarte y dormir en una solitaria cama, para asi despertar y volver a empezar. Y soy vital porque me das vida, me das objetivos, me haces mejor persona, tener más seguridad... Niña, por supuesto que yo sé que soy la hostia. Soy un tio genial, y una persona increible. Creételo. Es la verdad. La verdad siempre se ha dibujado en mi boca. Es mi única arma para paliar la fuerza del destino.
Ese cabrón que te marca con golpes cortos y te destroza con los golpes bajos. Toda la vida peleando con él, luchando por hacer que camine a donde voy yo. Pero es terco, esta armado y tiene muy mala leche. Si fuera amigo, esto de ahora hubiera sido el año pasado. Nada me ataba, los sueños estaban apagados, y sus cenizas eran el recuerdo de tiempos mejores y la señal de desdicha. Ahora una parte se cumple y me llena. Viajo por el tiempo acercandome a sueños, pero también tengo la sensación de alejarme del más bello de todos ellos.
Voy a luchar, porque soy un luchador. No me rindo y esta es mi palabra, que es inviolable. Si el destino es terco, yo lo soy más, y no me voy a plegar por más dificultades que aparezcan. Sé que tu y yo podemos re-escribir la felicidad.
jueves, 16 de julio de 2009
Y en medio de la locura, alguien puso cordura
Por un lado ante la catársis blaugrana, y sumándole la llegada del "mesías" del ladrillo, el Madrid, sabía que para recuperar su nivel histórico (dudo que lo logren en el futbolístico, en el económico pero si que lo han conseguido en el de asquito que me dan) no valía con un galáctico por año, y antes que mediar salida a tanto paquete, herencia del Gominas y el del billete de dólar, y provocar entrada de tanto hombre necesario, se lanzaron a por el nombre, la venta de camisetas o el marketing. Kaka, Cristiano Ronaldo y Benzema, o lo que es lo mismo 200 millones de Euros en 3 nombres, siendo el portugués el que se lleva la palma, por los 96 millones que recibe el United (y 14 su representante). La calidad futbolística no se discute. Habrá que ver si la suma de individualidades hace un conjunto, y lo más importante si es capaz de ganar al Barça... Pero es que tampoco me salen los números, porque si resulta que para cerrar estas contrataciones, Caja Madrid (es decir, BBVA y más decir es, 62% PP y 36% PSOE) rubrica un préstamo para tales menesteres, no sé si el Madrid conseguirá cuadrar sus cuentas. El aval bancario se ha hecho imperecedero y con vender camisetas, perfumes, o audis A6 no va a valer. Y es que si que son conocidos por todo el mundo, al igual que la marca Real Madrid, pero no creo que los inmigrantes en patera que llegan a nuestras costas, o los irakíes que vuelan por los aires tras un atentado, y visten camisetas de los clubes punteros europeos, compren sus prendas precisamente en la tienda Adidas o Nike de Bagdad, Dakar o Bamako... Una vez más, cosas de la globalización.
Me hierve la sangre ver como para las auténticas chorradas hay pasta. Resulta que parte importante del dinero que TODOS hemos puesto, sin preguntarnos, para que el sistema bancario y las cajas se salven, va a ir a parar a Inglaterra, un despacho de Oporto y unos niñatos y polígoneros. Es así y evidentemente no van ser noticias de cabecera que a los borricos que solo leen las letras gordas del Marca y compañía les vaya a interesr/entender o lo que es peor, necesitar.
Pero dentro de la vorágine de pasta, que va y viene, y de la que el Barça por necesidad mediática se ve envuelto a participar, nos ha aparecido un ejemplo de todo lo contrario. Un ejemplo que personalmente me llena y enorgullece.
Ya había dado muestras de una tremenda profesionalidad, entrega a unos colores y sentimiento de "sentirse a gusto" cuando su club, al Juventus, fue enviado a segunda división por el escándalo Moggi. Mientras nombres como los de Ibrahimovic, o Cannavaro emprendían la huída en favor de la pasta, y no eran canelones precisamente, él, Buffon, Trezeguet, Camonaresi o Del Piero, pasaron su "añito en el infierno" con tal de devolver a la "vecchia signora" a la élite. Lo lograron y tras esta temporada, ya con 34 años, decidió meditar si colgaria las botas, o si iba a acabar su carrera en el club donde despuntó, el Slavia de Praga. Habló de Pavel Nedved. El polivante, potente, técnico y trabajador mediocampista de la selección checa, que me enamoró en aquella Eurocopa del 96, junto a Berger, y que ha dado una muestra más de compromiso para cerrar su carrera.
Resulta que hace un par de semanas, ese condumio también de mover pasta que forman Moratti y Mourinho en el Inter, le ofreció un contrato de 4 millones de euros por dos temporadas, pero con libertad para retirarse al final de la primera. Nedved, liberado de su compromiso con la Juve, ni se lo penso, y afirmo con rotundidad que en Italia no jugaría nunca en un equipo que no fuera la Juve, y que si no juega en su equipo primigenio, lo que hará será retirarse. Ole tus huevos!!!!
No puedo dejar de rasgarme las vestiduras, y con ellas algún jirón de piel. De acuerdo que el fútbol profesional es una actividad económica (excesivamente lucrativa e hipócrita en su élite); Correcto que los futbolistas tienen una vida profesional corta y deben maximizar sus benéficios (porque no les enseñan a gestionar sus riquezas ¿?) y por supuesto que todos, en nuestro campo profesional, hariamos lo mismo, de irnos a donde más nos pagan. Pero me joden mogollón todos aquellos "besa-escudos", vitores, gestitos a la grada, de qué yo soy el más enrollao, el más ultra. Siempre seré del atleti, del madrid, del barça, del racing... No joder, sois de la pasta, y tenéis que admitirlo. Por eso que haya gente como Eto'o o Nedved me llena.
Jugando al fútbol soy (o me gustaria ser como Nedved). También me encantaría tener su melena... pero ahora mi objetivo es ser igual de coherente que lo es él.
Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal
Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...