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jueves, 27 de octubre de 2011

La vida es cambio



Hace un tiempo escuche o leí, no recuerdo bien que "El destino es una creación humana para acomodar sus acciones en lo incierto y no en lo verdadero". Lo que si recuerdo, es que me hizo reflexionar, en como somos nosotros mismos y no consecuencias o elementos de teorías y personajes conspiranóicos los que nos llevan por un camino u otro. Y el anterior video de Emilio Duró confirma esa idea, puesto que es la positividad, el optimismo, la busca y el transcurso de la felicidad lo que nos llega a hacernos, efectivamente, felices.


La vida es cambio, tal y como  todo cuanto nos caracteriza es movimiento, dinamica celestial de cuerpos solapados en el espacio-tiempo, plano de emociones en el que quedamos definidos por variables subyacentes  mas alla de nuestro entender.

Cualquier nueva situacion es una nueva puerta que se abre al entendimiento, un dominio a ser conquistado por nuestro inquieto intelecto. Ansiosos, de manera primitiva, en pro de una seguridad basada en el conocimiento y la sabiduria otorgada por la rutina. Asi caminamos, asi avanzamos estadios de desarrollo como sociedad.

La tan populosa reverencia a la innovacion o la mejora de los procesos de produccion no deja de ser una mera simplicidad y extension de lo que nuestra especie, de manera innata, ha venido desarrollando durante siglos, esto es, fragmentacion, especializacion y adaptabilidad al entorno. Aunque lamentablemente esta flexibilidad de adaptacion haya llevado a deteriorar el medio natural que nos da refugio y que configura nuestro ecosistema vital.

La naturaleza parece configurarse como un continuo flujo de incesante armonia, procesos independientes que se interrelacionan para generar la mas bella de las anomalias, nuestra propia vida humana. Sin embargo, el milagro que se esconde detras de cada infima proporcion de universo que nos rodea es una continua fuga de energia. A un nivel mas humano, pudieramos simplificar la interaccion entre individuos como un aluvion de emociones, sentimientos de todo tipo que configura el caracter y el comportamiento de unos u otros, todos unidos por un lazo vital de principio y fin.

En ocasiones he escrito algun que otro texto sobre la dinamica que se cierne sobre nuestras vidas cuando, por cada etapa de nuestra vida, puede asociarse un determinado numero de personas. Amigos, relaciones sentimentales, conocidos, etc, etc… un continuo ir y venir de personas, una continua fluidez de apariciones y huidas sin rastro, un desapego de costumbres y, sobre todo, habitos, que configuran relaciones y que termina por enraizar sentimientos y vinculos fraternales.

La vida nos presenta incertidumbres, cambios, antecedentes, miedos y temores, esperanza y muchos otros sentimientos que nos hacen luchar o rendirnos hacia un destino, una quimera sin retorno. Para que la vida transcurra y se produzca un encuentro con el destino hay que exponerse a la realidad. Exponerse a la realidad es dejar que te ocurran las cosas tal cual van sucediendo, no quedándote de brazos cruzados, sino provocando encuentros, desencuentros, acelerando o ralentizando procesos.

¿Pero qué es el destino? ¿Existe el destino? Sólo por nacer en una familia y no en otra, nacer hombre o nacer mujer, nacer en un país y no en otro, el destino ya ha jugado un papel en nosotros. Hay que saber vivir eso que nos toca antes de nacer. Como también hay que saber enfrentarse, más bien prepararse, para el único destino cierto, la muerte.

Respecto al destino en el transcurso de la vida, y no ya sobre las condiciones en que venimos a la vida, el destino es lo que nuestro deseo marca. Y para no sufrir hay que seguirlo, sin que pensamientos o dudas nos alejen de él. Encontrarse con el destino quiere decir realizar lo que los deseos indican. Y para realizar los deseos hay que jugársela.

Las enfermedades, las guerras o las catástrofes son obstáculos de la vida que no hay que confundir con el destino, aunque sería cuestionable también su vinculación con el deseo. Este tipo de situaciones hay que saber afrontarlas, porque por ejemplo no todos los enfermos de cáncer lo viven igual, ni todos los que sufren desgracias las padecen del mismo modo. Estas adversidades no deben servir para apartarnos de nuestro destino, al cual podemos llamar deseo, sea éste cual sea (ser profesor, formar una familia, publicar un libro…) Porque hay personas, que sabiendo su deseo, se rinden al primer contratiempo o simplemente deciden no trabajar para su deseo.

El destino, pues, se puede dirigir. O más bien, en esta vida hay que tener claro lo que se quiere, y en la medida que se vuelca el interés y el esfuerzo en ese objetivo, se tiene ahí el encuentro con el destino. Todo se construye. Es decir, el destino entendido como producto de un trabajo. Un destino que sólo se puede saber conforme vamos haciendo cosas y tomando una u otra actitud.

Cambio es estar vivo, vivir es someterse al cambio. Nunca habra perdida real que nos mantenga con vida, solo ganancia, experiencia vital, desarraigo o fortuna, siempre un porvenir del que aprender.

Cualquier cambio es un avance, porque dos situaciones jamas seran similares y, por tanto, nunca podran ser juzgadas como mejoria o empeoramiento. Cada situacion se basa en una serie de condicionantes que lo definen.

Pero la vida, la vida es maravillosa, lo mas bello y enérgico, lo único que nos pertenece. Solo de pensar en ello deberiamos explotar de extasis, sonyar con recorrer la galaxia, conocer cada rinconcito de este mundo, hablar con cada persona de este globo, buenas, malas, alegres, tristes… porque venimos a aprender, tanto de unos como de otros, porque todas las personas y todas las situaciones son parte de un mismo ser, porque entre todos conformamos una verdadera identidad que nos define y modela como esperanza de progreso y bienestar conjunto.

La vida es genesis si, y solo si, lo plasmamos en la manera en que respiramos, si damos ejemplos de ética y coherencia con cada uno de nuestros pasos.

La vida es cambio y cada cambio es una oportunidad para crecer como persona.
 
Es curioso que llegue a esta conclusión en este momento. Momento en el que aunque activo, el cambio no es tal. Es decir, mantengo mi mente y cuerpo ocupada. Tengo ante mí nuevos retos, situaciones y acciones que me apasionan, animan y aumentan la ilusión por un mundo mejor. Por un cambio en si mismo.

Tengo los cambios en el curro. Un sinfin de proyectos, ideas, mejoras y aspectos a mejorar, pulir o simplemente a realizar. Aunque uno pase por momentos de agobio y desazón, es sin duda mucho más sana esta situación de cosas y muchas por hacer, que no de estar mirando como se caen las paredes. Milímetro a milímetro. Además mantengo sueños, lecturas, ganas de hacer más cosas. Y es que es bueno estar ocupado, pero no preocupado.

En el gimnasio y seguir entrenando, el cambio pasa por montar una nueva tabla o rutina. Más lecturas, series y pelis. Disfrutar del deporte, de mi hermano, de los ya pocos amigos y amigas que quedan, de los cuerpos y ganas de las chicas que se acercan... Pero la realidad, de todo esto, no es en que ocupo mi tiempo y mi mente, sino en que me encuentro feliz, contento con lo que hago y muy importante, cómo lo hago, y por eso, se puede llegar a conseguir cierta trascendencia, es decir, que una vida valga para algo.

lunes, 20 de julio de 2009

De lo extraño a lo sensacional una llamada

Se me acumularon todos los sentimientos. No sabía que hacer. Romper ese misterio, esa magia... o mantenerlo aún a riesgo de que los nervios que me inundan pudieran hacerlo perder. Iba a ser imposible conciliar el sueño, sin saber que pasaba, que sentías,... si algo o alguien te perturbaba, si tu no duermes, yo no puedo hacerlo. Una despedida seca, ajada, sin letras, sin pasión. No eras tú, no era mi niña, no parecías de Cádiz. Las idas y las venidas rebotaban en mi cabeza, acuchillabas mi alma con los mensajes automáticos... le eché valor y me puse las zapatillas, y el primer pantalón y camiseta que encontré. Cogí las llaves y el teléfono, cómplice anoche de este sueño que me lleva inundando meses. Ni siquiera cogí un pañuelo, un paquete de cleanex; la prisa me hacia volar para encontrarte, y ni siquiera me arme de analgésico para borrar las heridas que otra posible puñalada me podía provocar. No había tiempo, no lo hubo.

Marqué. Me respondiste. Y nuestras voces ya no fueron desconocidas para el otro. Me sorprendió tu risa nerviosa, las primeras palabras que te oía entrecortadas. Azorada me llegabas. Y yo, qué te puedo decir, que no te dieras cuenta, Anabel. Interpretaba un guión improvisado hacía 2 minutos, y lo hacía con las manos temblando, sujetando el teléfono. Temblaba porque no sabía que te pasaba. Me imaginaba lo peor, otra hostia que deformaba mi rostro, otro golpe para matar mi corazón. Pero pronto me calmaste, me resarcistes. Con tus primeras risas quedo ya mitigada esa desazón. Con las palabras, seguimos ese camino que llevamos andando tanto tiempo. Para conocernos, para divertirnos, para enamorarnos. Más confidencias, más verdades; la sensación de certeza que me inunda contigo y creo que te correspondo. De verdad que soy asi, creeme. No tengo porque cambiar de un medio a otro. No me hace falta engañarte durante 9 meses para echarte un "polvo". No tengo tanto tiempo libre, y aunque el oficio merece los menesteres, tu belleza radica en tu alma y yo no soy nadie para mancharla. Y así iba yo caminando por mi barrio conflictivo, entre saltos de farola, sintiendo tu farola y los ruidos extraños de la noche, pero feliz de escucharte. Tú estabas mojada, recién duchada; yo decidido, con el estomago revuelto, mitad por los nervios, la otra por los alcoholes más recientes... Luego te encargastes de hacerme reír, de sentirme tan feliz como hacía mucho tiempo no me sentía, y tan pleno, como nunca me he sentido. Ese miedo, la punta de un cuchillo que empezaba a profundizar mi piel, se cayó al suelo, solamente manchado por una gota de mi sangre.

Lo habías frenado tú. Al igual que me abrigas mientras sueño; como cuando me acercas una toalla, o cuando secas los platos que voy fregando... ahí te veo, te sueño, te imagino. También amándonos, siendo dos en uno, uno en dos... Me das tantas cosas y todavía no nos hemos visto. No pensaba llamarte. Siempre tenía ganas, y las sigo teniendo, pero me gustaba ese misterio. Ahora no existe. A cambio me has dado una noche genial, increíble. Me quede sin batería, y después tumbado en la cama, seguía conversando contigo.

Entiendo que no te guste y te de miedo, el que yo siempre recuerde esos malos momentos. No creas que lo hago siempre. Soy un ejemplo exacerbado del carpe diem. Vivir, gozar y disfrutar cada momento y poder recordarlo es mi meta; pero es necesario tener un bagaje y una precaución. No tengo miedo porque ya casi nada me queda por perder. Más de vivir de la ilusión a morir desilusionado hay un sólo paso... recibir latigazos en el rostro y bañado en dolor no sería la primera vez que me viera, y probablemente no será la última. Pero anoche me quede tranquilo, me quede a la vez exahusto y vital. Con ganas y cansancio. Cansado de no tenerte, de tenerte pero no tocarte, tocarte y no amarte, amarte y dormir en una solitaria cama, para asi despertar y volver a empezar. Y soy vital porque me das vida, me das objetivos, me haces mejor persona, tener más seguridad... Niña, por supuesto que yo sé que soy la hostia. Soy un tio genial, y una persona increible. Creételo. Es la verdad. La verdad siempre se ha dibujado en mi boca. Es mi única arma para paliar la fuerza del destino.

Ese cabrón que te marca con golpes cortos y te destroza con los golpes bajos. Toda la vida peleando con él, luchando por hacer que camine a donde voy yo. Pero es terco, esta armado y tiene muy mala leche. Si fuera amigo, esto de ahora hubiera sido el año pasado. Nada me ataba, los sueños estaban apagados, y sus cenizas eran el recuerdo de tiempos mejores y la señal de desdicha. Ahora una parte se cumple y me llena. Viajo por el tiempo acercandome a sueños, pero también tengo la sensación de alejarme del más bello de todos ellos.

Voy a luchar, porque soy un luchador. No me rindo y esta es mi palabra, que es inviolable. Si el destino es terco, yo lo soy más, y no me voy a plegar por más dificultades que aparezcan. Sé que tu y yo podemos re-escribir la felicidad.

domingo, 31 de agosto de 2008

A veces el destino te sorprende

Lo se... tu recuerdo no debería vivir aún,
pero, duele, tanto
tan profundamente
que el alma que era mía huyo en tu búsqueda
el dolor nunca acaba
de día, de noche
de todas las horas, de todos los minutos
con sus infames e hirientes segundos,
camino en busca de paz y siempre
regreso a mi lugar
con las manos vacías, el ánimo cansado
el sueño extraviado
sólo queda
refugiarme en tu recuerda
pendiente de la vaga promesa de tus labios...
"Volveré"

Porque a veces el tiempo obra mal sueñas con romper el maleficio. Otras ya el destino te jugo una mala pasada colocándonos en lugares distintos sin caminos asfaltados. Con el sueño venciéndome me agarro a tu imagen para recordarte entre desvelos. La duda es mi perdición; la seguridad aún así no existe; ¿si acabará siendo posible sería tan perfecto?

La certeza de tu amor sincero ata mis sueños a la realidad. Lo sé. Lo sabes. Místico y fantástico, y a la vez tan real y esperanzador. El corazón lucha por hacerse fuerte en momentos sin razón. No sé como se deparará esta maravillosa historia, los próximos días, meses, años... quizás pueda parecer que lo busque, que me quise aprovechar de una situación ventajosa. No. No fue mi intención, no fue provocado; tan sólo sucedió sacudiendo mi razón y nuestros espiritús. El regalo de tu compañía abrigo mi espiritú, no tan solitario como otras veces pero igual de vacío. Buscamos un momento y un lugar para nosotros y la sinceridad de tu mirada, y el roce de tus manos hizo el resto...

Imposible será la tarea de ordenar una vez más mis ideas, mis sentimientos y encontrar decisiones que me otorguen libertad y felicidad. No quiero que pienses mal, porque aunque lo que paso, fue algo que turbo mi sueño, no busque el mapa para llegar a tus labios. La sinceridad es lo que me queda, y es lo que te puedo dar. Sigo sin saber que podre hacer, y ni imagino las posibles consecuencias. También desconozco como será mi actitud y los hechos que escriban mis palabras y miradas con el devenir de los acontecimientos, de los enigmas, los sueños o tus decisiones que seguro que son plenas de valentía y amor. Esto es lo que yo tengo que encontrar ahora, aunque ayer andastes conmigo el principio del camino.

Mis brazos te abrazaban pintando el cuadro de tus sueños. Cuán díficil es salir de algo tan extraño cuando son tus labios lo que no dejo de recordar. Pienso que nunca me sentí amado y que tú haces que me sienta alguien especial, porque como dijo el maestro, un hombre no lo es, hasta que no oye su nombre de los labios de una mujer que lo ama.

lunes, 26 de febrero de 2007

Lo que el destino te da, el destino te lo quita

Muchas veces, cuando la mente esta desocupada, o simplemente ociosa, pensamos en que hubiera sucedido si en un momento dado, hubiéramos actuado de una manera distinta.
Se suele decir que las primeras intenciones son siempre buenas y correctas. Este pasado sábado, por un momento, se me paso por la cabeza no seguir esta máxima, y a punto estuve de poner un peligro una gran noche.
Beethoven R. abría la noche. Magnífico concierto, en ese sitio "infernal" llamado Potemkim, de oscuro transcurrir y de dudosa sonoridad. El legado de Judas, No permites que esto llegue al fin o el Guardián de Tu piel, son grandes himnos y en directo suenan de tal manera, capaz de resquebrajar el alma.
Pero la noche, como cada una de las últimas a las que le sigue un resumen en prosa, iba dedicada a este camino agreste y de difícil tránsito que conduce a caminos sin retorno. El resultado es el habitual: diversión nocturna y bañada en alcohol; desesperanza e incertidumbre diurna aderezada con aspirinas para el dolor de cabeza.
Después de una dosis de heavy metal nacional (ya comentada) busque la compañía de mis habituales compinches y de las damiselas con la inestimable ayuda de mi hermano, que por aquellas azarosas circunstancias, se había vuelto a quedar sin plan.
El people, al que equivoque con el Miserere(¿¿??) fue el destino de nuestros rumbos, después de ciertas discusiones, de ideas propuestas caídas en saco roto y de bocas calladas y espíritus libres, que sin ningún tipo de problema todos aceptamos. Y allí en un local de estética hortera, música extrañamente para todos los gustos (no se explica que suenen en el mismo sitio y en un espacio tan corto, Fito, Green Day, Piratas o Bisbal y otros mariconazos que no conozco el nombre), alcohol de calidad pero bastante caro, y camarera de esquivos guiños pero belleza descomunal, permanecimos toda la tropa, disfrutando de las koñas típicas, los bailes subidos de tono y de las confidencias de unos y unas y otros y otras.
Encendieron las luces, no quedo sitio donde esconderse y tuvimos que huir de aquella caverna, para, por desgracia, despedirnos, porque no a todos y todas les gusta el que entre karmen y yo elegimos destino final: El Kontrastes.
Allí, david y fio fueron nuestros acompañantes. Y allí karmen y yo entre cerveza y cerveza nos hicimos nuestras pequeñas confidencias, con las que alimentar horas de la semana y buscar las sonrisas y esconder las lagrimas. Espero que podamos retomarlo. Jejeje.
Total, que a las 9 de la mañana llegue a la almohada, y poco tiempo tuve de retener pensamientos, y como a las 12 ya me encontraba despierto, y a las 16 jugando al fútbol (lo que le sumamos el cansancio) resulta que la noche del sábado, no guarda sinsabores y si el placer de vuestra compañía, la calima de vuestras sonrisas y el peso de los besos no dados.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...