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lunes, 20 de julio de 2009

De lo extraño a lo sensacional una llamada

Se me acumularon todos los sentimientos. No sabía que hacer. Romper ese misterio, esa magia... o mantenerlo aún a riesgo de que los nervios que me inundan pudieran hacerlo perder. Iba a ser imposible conciliar el sueño, sin saber que pasaba, que sentías,... si algo o alguien te perturbaba, si tu no duermes, yo no puedo hacerlo. Una despedida seca, ajada, sin letras, sin pasión. No eras tú, no era mi niña, no parecías de Cádiz. Las idas y las venidas rebotaban en mi cabeza, acuchillabas mi alma con los mensajes automáticos... le eché valor y me puse las zapatillas, y el primer pantalón y camiseta que encontré. Cogí las llaves y el teléfono, cómplice anoche de este sueño que me lleva inundando meses. Ni siquiera cogí un pañuelo, un paquete de cleanex; la prisa me hacia volar para encontrarte, y ni siquiera me arme de analgésico para borrar las heridas que otra posible puñalada me podía provocar. No había tiempo, no lo hubo.

Marqué. Me respondiste. Y nuestras voces ya no fueron desconocidas para el otro. Me sorprendió tu risa nerviosa, las primeras palabras que te oía entrecortadas. Azorada me llegabas. Y yo, qué te puedo decir, que no te dieras cuenta, Anabel. Interpretaba un guión improvisado hacía 2 minutos, y lo hacía con las manos temblando, sujetando el teléfono. Temblaba porque no sabía que te pasaba. Me imaginaba lo peor, otra hostia que deformaba mi rostro, otro golpe para matar mi corazón. Pero pronto me calmaste, me resarcistes. Con tus primeras risas quedo ya mitigada esa desazón. Con las palabras, seguimos ese camino que llevamos andando tanto tiempo. Para conocernos, para divertirnos, para enamorarnos. Más confidencias, más verdades; la sensación de certeza que me inunda contigo y creo que te correspondo. De verdad que soy asi, creeme. No tengo porque cambiar de un medio a otro. No me hace falta engañarte durante 9 meses para echarte un "polvo". No tengo tanto tiempo libre, y aunque el oficio merece los menesteres, tu belleza radica en tu alma y yo no soy nadie para mancharla. Y así iba yo caminando por mi barrio conflictivo, entre saltos de farola, sintiendo tu farola y los ruidos extraños de la noche, pero feliz de escucharte. Tú estabas mojada, recién duchada; yo decidido, con el estomago revuelto, mitad por los nervios, la otra por los alcoholes más recientes... Luego te encargastes de hacerme reír, de sentirme tan feliz como hacía mucho tiempo no me sentía, y tan pleno, como nunca me he sentido. Ese miedo, la punta de un cuchillo que empezaba a profundizar mi piel, se cayó al suelo, solamente manchado por una gota de mi sangre.

Lo habías frenado tú. Al igual que me abrigas mientras sueño; como cuando me acercas una toalla, o cuando secas los platos que voy fregando... ahí te veo, te sueño, te imagino. También amándonos, siendo dos en uno, uno en dos... Me das tantas cosas y todavía no nos hemos visto. No pensaba llamarte. Siempre tenía ganas, y las sigo teniendo, pero me gustaba ese misterio. Ahora no existe. A cambio me has dado una noche genial, increíble. Me quede sin batería, y después tumbado en la cama, seguía conversando contigo.

Entiendo que no te guste y te de miedo, el que yo siempre recuerde esos malos momentos. No creas que lo hago siempre. Soy un ejemplo exacerbado del carpe diem. Vivir, gozar y disfrutar cada momento y poder recordarlo es mi meta; pero es necesario tener un bagaje y una precaución. No tengo miedo porque ya casi nada me queda por perder. Más de vivir de la ilusión a morir desilusionado hay un sólo paso... recibir latigazos en el rostro y bañado en dolor no sería la primera vez que me viera, y probablemente no será la última. Pero anoche me quede tranquilo, me quede a la vez exahusto y vital. Con ganas y cansancio. Cansado de no tenerte, de tenerte pero no tocarte, tocarte y no amarte, amarte y dormir en una solitaria cama, para asi despertar y volver a empezar. Y soy vital porque me das vida, me das objetivos, me haces mejor persona, tener más seguridad... Niña, por supuesto que yo sé que soy la hostia. Soy un tio genial, y una persona increible. Creételo. Es la verdad. La verdad siempre se ha dibujado en mi boca. Es mi única arma para paliar la fuerza del destino.

Ese cabrón que te marca con golpes cortos y te destroza con los golpes bajos. Toda la vida peleando con él, luchando por hacer que camine a donde voy yo. Pero es terco, esta armado y tiene muy mala leche. Si fuera amigo, esto de ahora hubiera sido el año pasado. Nada me ataba, los sueños estaban apagados, y sus cenizas eran el recuerdo de tiempos mejores y la señal de desdicha. Ahora una parte se cumple y me llena. Viajo por el tiempo acercandome a sueños, pero también tengo la sensación de alejarme del más bello de todos ellos.

Voy a luchar, porque soy un luchador. No me rindo y esta es mi palabra, que es inviolable. Si el destino es terco, yo lo soy más, y no me voy a plegar por más dificultades que aparezcan. Sé que tu y yo podemos re-escribir la felicidad.

lunes, 6 de abril de 2009

Los besos no dados


Oscuros ojos del deseo, viajan por raíles quebrados;
las miradas envuelven en su cálido manto momentos que si no serían olvidados;
los cuerpos se levantan sobre los talones y nos acercamos con nuestros brazos,
nos respiramos juntos, saboreándonos y llenando el paladar de nuestro sabor;
las bocas se abren para friccionar labios tibios y cansados de dolor,
pero sólo encontramos el vacío de la distancia.

Distancia alimentada por el miedo y la vergüenza;
palabras pensadas y no dichas; alejan los deseos de vivir los sueños;
sueños tan simples y complejos como ser feliz...

Las noches y el alcohol embriagan instintos y sentidos,
vivimos y buscamos el lecho sin la importancia de no lo compartido;
emprendemos el descanso sin atajar el dolor de no lo dicho,
pero nos levantamos revueltos por el estomago,
con la cabeza atacada por mil males, pero sólo uno,
nos derriba y encierra en la pesadumbre del cobarde
no besarte,

No juntar nuestros labios sin palabras, ocupa el primero de los males;
el vacío de mi corazón se agiganta con los besos no dados;
navego por un mar de sombras sin encontrar donde dar mi amor,
y me ahogó con conciencia de no haber dado todo lo que se pedía.

El juego se pierde porque no conocemos las reglas.
La seducción arriesga nuestra alma, porque no la conoce y
nosotros perdemos porque apenas vislumbramos las reglas...

Regalos sin abrir, caricias al viento, rezos y plegarias en el templo,
los besos sin destinatario se acumulan en el baúl de los objetos perdidos...
enfrente quedan los cofres de corazones ajados, y más allá,
un estante con cordeles de almas solitarias.

Oscuros espectros de un mal desconocido
Flotan sobre mi mente cansada;
Las informes visiones de mi vida
Pasan como un tren fantasmal;
Algunas corren por mis mejillas,
Penosas lágrimas que caen como rocío.

Besos que perdieron el billete de salida,
labios huérfanos de tu calor y tu humedad,
la sedienta boca perece en la vivencia de un sueño;
Las lágrimas surcan ya un rostro virgen de caricias.
Mis besos duermen inertes, olvidados de su destino,
no les queda más existencia que yacer dentro del bosque.
Lejos, en la sombría del sauce y el álamo
allí perecen sueños de una noche, rostros casi olvidados,
cuerpos que mis manos jamás tocaron...

Mi vida se acaba con el amargo regusto
de cientos de noches inolvidables,
cuerpos y alcohol estimularon el espíritu,
que se encontro huérfano al dar respuesta...

Pasados los días centrado apuesto,
qué jamás encontre lugares,
donde olvidar yermo tu gracejo,
porque fue sumiso en la derrota

Y ahora viajo sin tener en cuenta,
los besos no recibidos, porque sólo uno,
no viaja viciado y corrompido,
y más lamento en mi alma
dejar de acariciar tus labios,
por miedo y vergüenza.
Escondí mis sentimientos y
mis besos quedarán olvidados,
como yacen los barcos naufragados.

Sueño cada noche en mi habitación.
Siempre abunda la oscuridad
y espero ansiosamente su llegada hasta el amanecer,
brilla la luna que se torna oscura entre nubes y veo el sol saliendo, con su azul cielo detras de ella con sus colores celestes y naranjas,
va dejando mis penas y desdichas atras,
cuando se oculta la luna con su noche oscura y nitida.
pero aparecen mis sentimientos,
y forman la armadura
para quien regrese otra vez a mi corazón no vuelva a romper.
Río y lloro sin ansias por saber lo que me espera al amanecer
ni me duele ni me alegra;
mis emociones desaparecen,
como el amor que abundaba en mi corazón.
Pero lloró por herirme y río por haberme dejado ir...
y ahora soy libre,
como un alma divagando en un cielo negro azulado de la noche,
que se posa en la ventana, noche con noche las angustias que me has dejado
y aun espero con ansias el dia que la mujer soñada llegue
para que mi armadura desaparezca y mis emociones regresen...


lunes, 22 de septiembre de 2008

La oscuridad destroza mi corazón


Por dónde se desvanecen los sentidos.
Víajaras conmigo al terraplen oculto,
allá donde el espíritu me desobedece y se enfanga en tinieblas.
Luchas conmigo un día a brazo partido,
para al siguiente dejas mi alma sola en el cadalso.
Destrozando mi líbido con la promesa de besos vacíos.
Ahogando en mi incertidumbre;
Roto por el dolor de saberte perdida,
con mi suerte esquiva como aliada,
sudó por no caer en la pesadumbre
y transformar mis lágrimas en cristales roídos.

En la soledad de la cama más solitaria.
Acompañado por almas en pena que profesan fé a dioses vencidos.
La frialdad de mi aliento contrasta con lo caliente de mi piel
cuando estoy junto a ti.

Quiero despertar de esta pesadilla.
¿Qué puedo hacer para desterrar la desazón?
Cercionado de nunca más vivir prevenido
Ahogado por el sueño de una vida interrumpida,
entre paréntesis de temor, vivo rodeado por tan sólo
las letras que forman la palabra soledad.
Ahora que veo el mundo tan sólo por una merilla.
Una vez más toca luchar sin armas más allá de mi deapuperado corazón
y el correr de un reloj que acerca el olvido.
Duermo sin sueños y el desasosiego me despierta en estampida,
y gimiendo lucho por arañar un minuto tan sólo,
pero sin éxito, permito que el terror me presente a la horrenda realidad.

Desharrapado intento convencerme de ser capaz de luchar;
más cuando hay que encontrar fuerzas
mi conciencia me invita a placeres mínimos,
ajenos a mi persona y olvidados por vivirlos en soledad.

Ante el sueño de una vida nunca imaginada,
compite la realidad de un mundo desleal, engañoso y perdido.
Angustiado por lo que los cristales empañados dibujan
salgo por la puerta de atrás,
buscando unos ojos que me conquisten,
y hagan olvidarme de este horror.
Mancebado a base de pesadillas
conservo el honor de no ser domesticado.
Pero camino entre no-muertos sin conciencia de su existencia,
en un presente sin futuro,
un camino sin sentido.

Mi letra cada vez es más pequeña.
Borrosa es la turba de mi ingenio.
Sumido en la desesperación más profunda.
Quiero sobrevivir a la tragedia,
mientras tu recuerdo pasa como una centella.
Aniquilada la esperanza de reinar en tu reino,
me arrastro por esta vida malhumorada,
sin un anhelo que me olvide de la envidia.

Mi libertad es la coartada de los poderosos.
Muerta la resistencia en el rugir de los tiempos,
encuentro paz al sentir el filo punzante,
derrotando las convincciones de mi frente.

Mil lanzas punzantes empalan cada uno de mis recuerdos.
La sangre ahoga mi garganta y ensucia mis palabras.
Exhasperado por griáarselas a este infeilz mundo,
muero cada día, sin remisión y morfina,
notando como cada herida y cada llaga,
pelean por llegar cada vez más hondo,
y atravesar mi corazón una vez más.
Indultado por el horror y el sufrimiento,
conservo cordura en la locura.

Aquí y ahora encuentro el destino de una vida
que es servir a la muerte.


domingo, 16 de diciembre de 2007

Un cuarto de siglo

Hoy hace 25 años que llegue a este mundo de incertidumbres, sueños inacabados, pesadillas evidentes y momentos de eterna alegría. Un cuarto de siglo para crecer, madurar, conocer e investigar... amar y odiar, para soñar, ilusionarse y apesadumbrarse, para reír y para llorar. 25 años para conocer todo lo bello que se puede presentar y todo lo malo que seguro aparece. Una vida que se conduce por los latidos, por los anhelos y las pasiones, pero que intenta evitar morir en los deseos frustrados, los golpes bajos, las negativas y las miradas esquivas. 5 lustros en los que no paramos de soñar, de buscar la felicidad, la máxima alegría en cada día, pero que lentamente se apagan en la monotonía de un sistema, global y de intrahistoria, en la que se empeñan en cerrarnos, buscar nuestra parsimonia, el odio y el desasosiego. El miedo aparece a cada minuto. Temor por no acabar de "crecer", temor por estar solo, temor por no llegar a cumplir cada uno de los sueños que abrigan mi espíritu cada noche. Pero existe también la esperanza, la fuerza y el poder de no ceder ante este pavor, sino superarlo, acompañado por almas afines que buscan nuestros sueños queriendo vivir los suyos propios. Siempre buscando y logrando encontrar todo aquello que hace que cada día sea digno de ser recordado como algo único, indisoluble, asociado a algo pleno de energía, belleza, placer y alegría. Deseando que cada momento sea tremendo para mí y para todos los que me rodean. Seguiré buscando la belleza, la justicia, la alegría y la paz. Evitaré el odio, la sinrazón, la hipocresía, la violencia y el fascismo.

P.D. [Por Dios] Gracias a todos aquellos que me han ayudado a dibujar una sonrisa en mis labios, a pensar, a reflexionar, a construirme como soy, en lo bueno y en lo malo, porque sin todos los que me han rodeado en algún momento, antes o después, no sería como soy. Y sobretodo gracias a vosotras, de las que fui huésped anoche y que son mis huéspedes cuando las busco y encuentro en mis sueños. Gracias por dejarme descubrir la belleza de una amistad, el anhelo de un deseo y la certeza de sentirse querido.

domingo, 7 de octubre de 2007

Día a día

Llevo mucho sin escribir no por falta de ganas o de cosas que contar, sino más bien por la carencia de tiempo y la amalgama de sentimientos que vienen y van. Esta experiencia sigue su curso, y aunque cada día siento más la angustia de estar lejos de esta ciudad, cada vez me encuentro más acomodado en mi nuevo destino. El trabajo sigue su curso, sin más novedades que el desenmascaramiento de aquellos que engañan, aquellos que olvidan y aquellos que solo quieren su propio beneficio. En palabras limpias lo mismo que en todas las empresas. Multitud de jefecillos, jefes y aspirantes a jefecillos que se creen con cargo y nivel para discutirte algo, y encima hacerlo humillándote y demostrando su "gran" nivel. Sin embargo, conmigo van mal dados porque yo no callo ni me achanto ante nadie y aunque parezca otra cosa, no tengo resquemor de decir lo que pienso, a quien sea y tenga las consecuencias que tenga. Y es que cada vez estoy más seguro de que tengo menos que perder y adquiero ese sentimiento de seguridad y confianza, basado en no perder nada.

El piso tampoco es que sea la bomba, pero francamente podía sea peor. Pasan los días ahí sin ver y sin saber casi nada de nadie, y cierta desconfianza me llega de alguna pieza y sus allegados. Pero en fin, con el precio de la vivienda, los ya caros 200 euros por una habitación, son una bicoca comparado con otras "peticiones", así que hay que seguir con la lucha exterior, esta lucha nueva y activa que es mucho más simple que esa lucha interior que todos tenemos.

Cada finde que vuelvo a Salamanca la nostalgia aparece. No se puede comparar. Ni siquiera el centro de Madrid me pareció comparable a las mañanas de ayer y ante-ayer en las que el dorado de la piedra, las tiendas, los bares, los pinchos, las chicas, las personas, todo me hizo volver a repetirme qué esto es único, qué es lo que me gusta, y qué es lo que quiero.

El último intento de encontrar empleo de lo mio aquí en Salamanka, a expensas de contestación, me pareció frustrante. Metí el curriculum por una ETT, y me llamaron. Acudí a la entrevista, y a parte de estar en donde Cristo perdió las llaves. La entrevista fue extraña, y lo que más me jode [perdón] es esa eterna frase de que "tu trabajo no sólo sera de informático; harás tareas de administración, etc.". Joder, vaya mierda. Yo soy informático coño, y encima técnico, es decir, ya este es un trabajo (como informático) que me viene pequeño, pero que encima tenga que usurpar funciones de otros trabajadores ya es lo último. En fin, si me llaman es probable que venga, pero no me convence. Casi espero agotar un poco el tiempo en Madrid y luego ya veremos.

Por lo demás estar en Salamanka con mi familia, mis amigos, viendo esta ciudad, sintiéndola y viviéndola es un sentimiento fenomenal. Estoy encantado de estar aquí, y aunque me apesadumbra el tener que partir hacia allí, ya es un sentimiento algo menor que en semanas precedentes. Mis ganas y mi futuro están en Salamanka y esto es un medio, un triste medio, para conseguir iniciar ese proyecto de vida que pretendo sea el mio, único y fantástico.

Camareros: Necesarios, degradados y precarios. Una experiencia personal

Ahora que ya está aquí el veranito con su calor plomizo, pegajoso y hasta criminal, se llenan las terracitas para tomar unas...